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ANTEPROYECTO DE TESIS

Nombre: Maria de los Ángeles Latorre

Curso: Seminario de Tesis: Maestría en Ciencias Humanas; opción LITERATURA


LATINOAMERICANA, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.

Profesor: Francisco Bustamante

Fecha: 12 de agosto de 2013

Tema de investigación: La mirada elusiva en la poesía de Circe Maia

“Pasa, vamos al fondo. Hay algunos frutales


Ya verás. Entra.” C.M.

La propuesta es oximorónica en sí misma, pues el acto de mirar supone ver y eludir


ver, es no mirar y por consiguiente tampoco ver. Sin embargo, introduce la reflexión en
torno a la mirada como eje constructivo de la realidad que enuncia. Refiere al especial
modo de focalización en la poesía de Circe Maia. Es la forma de mirar lo que determina
el ver de las cosas y lo que prioriza es la visión fragmentaria de una realidad poetizada,
que no solo eterniza el instante, para que el lector lo reconstruya y lo haga suyo, sino
que ese instante rescatado, es elusivo en si mismo, huidizo, por la perspectiva en que se
ubica para descubrirlo. El lenguaje poético de esta escritora uruguaya que se resiste a
toda inserción dentro de un grupo generacional (1), responde a una enunciación lírica
impregnada de pensamiento filosófico que se oculta detrás de lo simple y hasta lo
mínimo. Lejos del hermetismo o del monólogo íntimo, Circe naturaliza el artificio
poético, sin caer en un lenguaje desvanecido o sin relieve. Por el contrario, la intensidad
es la grieta por donde se filtra una reflexión sobre la realidad, el ser y el tiempo.
La propuesta de este trabajo se realizará en torno a la mirada poética que elude
mirarse desde el presente, en buena parte de su obra. Se piensa desde un futuro posible
a través del cual recupera su mirada de entonces o pretende hacerlo. Esta conciencia
perceptiva desrealiza el “ahora” en función de una enunciación poética, que construye
el presente desde una prospectiva que incluye la captación del instante o fragmento
fugaz para resignificarlo. En tal sentido plantea como punto de partida, esa instantánea
que se fija en el ojo del que observa atentamente las cosas, los hechos, para descubrir

(1) Nota: por las especiales circunstancias que rodearon a tantos escritores durante la dictadura o
porque la llamada generación del 60, muestra lenguajes muy disimiles entre si.
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su real sentido: “Trae hacia acá los ojos/ retén sobre estas cosas, la mirada. / Son
claras / son fugaces, son ciertas”, (2) Se trata de la recuperación de una vivencia desde
un lugar que es un no lugar y un no tiempo, pues está fuera de la actualidad enunciada:
“la mirada recorre un mapa/ pero no son lugares lo que quiere/ (…) son signos de lo
lejos”
El discurso poético fija su mirada en un espacio indeterminado, que se convierte en un
paisaje interno como sustituto de todo lo prosaico, para fabricar una solución poética
que abre una brecha en el presente para acercar esta lejanía. Esta develación huidiza de
la realidad se proyecta temporalmente a través de una deixis que señala algo que está
más allá de la palabra poética y de toda palabra. No se trata de la búsqueda de una
interpretación a través de signos o palabras referidos otros que incesantemente remiten
a un sentido último inalcanzable, como lo plantea Derrida, sino que en esta poesía, la
“differance”(3) está dada por la propia realidad que evita ser enunciada porque es en sí
misma inapresable. Construye una zona fronteriza entre el decir poético y el pensar
filosófico que funda una captación de la realidad que no puede ser abarcada, solo
entrevista, o sea vislumbrada.
La enunciación del yo que convierte en discurso poético esta proyección de la mirada
sobre las cosas y sobre sí misma en ese devenir externo, no intenta sustituir al referente
nombrado, ni mucho menos alude a la emoción pura, tampoco focaliza la atención en la
recurrencia de lo dicho, sino precisamente en su ocultamiento, para crear una suerte de
develación metatextual que remite a una reflexión de índole filosófica de la imagen
poética que es siempre insustituible por toda conceptualización. Busca la captación de
una realidad inaprehensible. ¿Se trata de una concepción filosófica convertida en poesía
o de una poesía que intenta seguir siéndolo aunque plantee invisiblemente en su interior
una esencia filosófica? No se trata sin duda, de poesía filosófica en el sentido clásico, a
pesar de su fuerte arraigo desde el propio ejercicio de la docencia como profesora de
Filosofía y desde la propia concepción personal. Esta cuestión comienza a desbrozarse
rápidamente desde la perspectiva de la experiencia suscitada por el lenguaje poético.

(2) “Obra poética”, C.M.


(3) “Derrida, J. ; “La escritura de la “differance”.
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En una entrevista afirma”nada es visible en si; no hay un en sí de las cosas; vemos


perfiles, todo es muy fragmentario” (4)
Esta idea de la fragmentación huidiza de la realidad, se legitima especialmente en
uno de sus libros (1981) “Dos voces” y particularmente en un poema: “Múltiples paseos
a un lugar desconocido” donde dice: “…hasta que un día asalta el insano deseo/ de
mirar la laguna/ para verla(...) y aun así, sientes que la laguna escapa / invisible,
desnuda de miradas” (C.M.)
Toda su poesía es un intento dialógico (con un tu-personal o un tu-lector) de pensar
poéticamente una realidad que elude su presencia, por lo cual, el lector que la vivencia
a través de su enunciación lírica, solo puede acceder a la profundidad poética de esta
mirada, a través de su propio presente de lectura, desde el cual instaura puentes de
acceso a través de una reflexividad de lo inaprensible que, manifiesta u oculta, resulta
en su esencia vital, radicalmente inexpresable.
La física cuántica plantea que lo que no es observado sensiblemente, no existe, (el
árbol que cae no existe si nadie lo oye), Sartre, a su vez, desde una óptica
existencialista, plantea que lo real sí existe, pero no es visible; su visibilidad depende—
para él--, de ser considerara en sí, o sea de su captación total. Circe imbuida de ambos
pensamientos, plantea desde su impronta personal, la conciencia clara de una realidad
que no puede ser captada en su totalidad, sino solo fragmentariamente. Esta hipótesis
plantea que lo que el pensamiento no puede apresar, la palabra poética lo expresa a
través de una captación que está más allá de lo conceptual y se eleva a categoría de
poesía. Como decía F. Pessoa del lenguaje poético: “siempre el misterio del fondo tan
verdadero como el sueño del misterio de la superficie” (5) el mismo que Circe Maia
refiere en la experiencia más simple y cotidiana, el que resulta intransferible de otro
modo; o para Octavio Paz que es el “testimonio poético” el que “nos revela otro
mundo dentro de este mundo, el mundo otro que es este mundo”. (6) tal vez sea la
definición de poesía más certera: la capacidad creativa del lenguaje para instaurar un
universo “otro”, que actúa desde la imagen poética (que no reproduce sino que realiza)
para brindar una visión ontológica de su revelación original.

(4) Entrevista de Osvlado Aguirre a C. M


(5) en “Tabaquería”, de Fernando Pessoa
(6) “La llama doble” de Octavio Paz
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La filosofía y la poesía parecen tener sin embargo en común, el deseo de iluminar, sea
desde la teorización o desde la desconceptualización lírica, que oculta y revela a la vez,
una visibilidad inusitada a veces: -- “el súbito ataque / de lo sublime es breve./ El
éxtasis escapa” (“Obra poética” C. M.) —que conduce a la poesía a un nivel
metapoético de reflexividad sobre la manera de captar del propio sujeto enunciador.
La enunciación lírica como espacio de “revelaciones del ser en la conciencia
humana” se plantea en una “brecha temporal” que no es pasado ni futuro, sino un
presente laxo, donde se realiza la identidad del discurso (Pozuelo-Yvancos).
En la escritura poética de Circe Maia, el pensamiento sobre el tiempo, ya aludido
antes por Machado, surge desde la visión o la mirada de un espacio que configura un
territorio de la conciencia, para captar esta coincidencia con la fragilidad del tiempo:
“Suspendida en el aire/ una hoja de sauce tiembla y gira./ Una tela de araña la
sostiene. / la tela es invisible./ La hoja es como un signo / amarillo en el aire” (pág. 228
Obra poética, C.M.).
Sin embargo esta brecha se expande o se llena de múltiples planos temporales:
“distintos tiempos”, “lento”, “de estiramientos”, el tiempo “detenido, hecho de polvo
de memoria”, “el tiempo ajeno”.
Lo peculiar de esta poesía es su permeabilidad a diferentes zonas temporales pero
siempre a través de la visión como foco iluminador de lo “ya visto”. El espacio
enunciativo creado por Circe reposa en esta mirada y expresa su desaliento frente al
registro sensible de la realidad que en su intento por visibilizarla, convierte la palabra en
silencio: “se cansa la mirada/ y los ojos regresan a otros ojos/ la palabra al silencio”.
Esta derrota expresiva es el límite de su poiesis creativa, captada por “el cansancio”,
no de la existencia, ni de la vida misma, sino del intento reiterado e inútil de ver y verse
reflejada en los otros como forma de ahondar en una vivencia doble o múltiple de la
conciencia de lo real.
Pretendo demostrar entonces que esta poesía, no se realiza como presencia en el
presente, del punto de vista de su enunciación lírica, entendida como “esa presencia del
yo instantáneo que ejecuta en su acción (de pensamiento y de creación en su sentido
más lato) la temporalidad presente necesaria para rescatarse de su ser efímero”(7 ).
Pienso que se trata de una reflexividad del presente que subvierte su presencia
convirtiéndola en ausencia, para rescatarla luego en una acción diferida de recuperación
de algún aspecto efímero y trascendente de la realidad.
(7) Pozuelo Yvancos
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La indeterminación del entorno de significaciones del discurso (la situación o el


contexto…), crea un espacio enunciativo singular, cuya identidad está determinada por
la mirada a través de la cual se focaliza. Las situaciones a las que alude y su
espacialidad temporal, se producen a través de este posicionamiento respecto a ellas. Es
desde esta perspectiva que emerge el discurso poético en un doble juego en el cual el
presente actual de la lectura desde su recepción, está vivenciado por el instante de la
mirada de su enunciación. O sea, de las imágenes que el yo incorpora desde su propia
experiencia. Estas responden a su propio ser, pero fragmentario o fragmentado aunque
conservando toda la potencia expresiva de su representación para que el lector pueda
“seguir”, desde allí, “como una especie de apertura”, dice Circe, para que pueda ser
completada a partir de su lectura...“que se imagine la hojita si no la vio”
El pensamiento filosófico ingresa en la poesía con la simplicidad del pan en la mesa.
La reflexión metapoética presente en su obra, posiblemente se hizo más consciente aun
a partir de la tarea de traductora que realizó después de su destitución como docente.
Ella ha expresado claramente la conciencia lingüística que adquirió al tener que realizar
el traspaso de una lengua a otra; de qué manera afecta solo a lo audible o fonético, y
cómo la visualización o lo visible en poesía es constante, con independencia de la
lengua. Es decir, la forma visual de las imágenes poéticas, forman parte de su contenido
expresivo y de su identidad enunciativa. De este modo traduce la realidad al lenguaje
poético desde una interioridad de la palabra que no representa a su objeto, sino que se
revela por un mirar elusivo que ve a través de él, lo que secretamente comunica.

El corpus a trabajar se centrará en tres libros fundamentalmente: “Presencia diaria”,

(1964), “Cambios y permanencias”(1978) y “Dos voces” (1981), aunque también se

hará referencia a todo el resto de su obra en relación al tema propuesto.

Considero que este período de su producción es muy fermental; por un lado da

cuenta de la interrupción del ejercicio docente por su destitución en 1976, del

encarcelamiento de su esposo, y por otro, de la continuidad de una escritura silenciosa

aunque no silenciada. Si bien, la primera obra está escrita 9 años antes del golpe militar,

donde la presencia de las cosas aun no estaban amenazadas, ya se perciben indicios

escriturales que luego se van a ampliar. El segundo libro se va gestando alrededor del
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cambio brusco provocado por la situación político social en la que vive el Uruguay de

entonces, incluyendo su propio cese, aunque nunca aparece explícitamente como tema

en su poesía; y el tercer libro, en plena dictadura, desde Tacuarembó, lugar donde reside

desde entonces hasta ahora, es donde plasma --desde mi perspectiva--, el caudal más

genuino y original de toda su poemario: ingresa a una voz desdoblada entre su visión o

“pequeño paisaje” de la muerte, la vida o el “ser en el tiempo” y la opone a la visión

prosaica de la realidad que se impone. La reflexión se filtra en el lenguaje poético sin

menoscabarlo, en el mismo tono contenido y sin desbordes emotivos que la caracterizan

desde sus primeras poesías.

(Tal vez realice una incursión breve por el único libro en prosa de su obra:

“Destrucciones”(1987) publicado a solo dos años del regreso de la democracia,

muestra los estertores de una sociedad transformada definitivamente; a nivel poético,

reproduce el prosaísmo obligado de un pensamiento que lucha por objetivarse en una

reflexión entre “dos mundos(…) el de la alegre destrucción, ajena al bien y al mal y el

sombrío sistema de castigo y la culpa, siempre desproporcionados, siempre

incomprensibles”. El efecto catártico de este libro, no está exento de una reflexión

acerca de la mirada de estos dos tiempos.)


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BIBLIOGRAFÍA:

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Derrida J.; “La escritura y la differance”, Anthropos, Barcelona, 1989
-------------“De la gramatología”, S. XXI, México, 1998
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Gadamer Hans George;”Estética y hermenéutica”, Ed. Tecnos, Madrid, 1996
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Jauss, Han Robert; “Experiencia estética y hermenéutica literaria”, Ed. Taurus,
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La poujade, Ma. Noel; “Una mirada estética a lo invisible”; Rev.Filosofía, Univ. de
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Pozuelo Yvancos, José Ma., “Teoría del lenguaje literario”, Ed. Cátedra (Grupo
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-----------------------------------------“Poética de la ficción”, Ed. Síntesis, Madrid, 1993
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