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Desarrollo en
América Latina
Cardoso & Faletto
I. Introducción
La intención de este ensayo es analizar tanto las condiciones como las posibilidades de
desarrollo y de consolidación de los Estados nacionales en AL según cómo los grupos
sociales locales, respectivos a cada región, lograron establecer su participación en el proceso
productivo y consiguieron definir formas de control institucionales capaces de asegurarla. En
otras palabras, se pretende explicar el proceso de construcción de un orden político,
económico y social que fuera legítimo para que las clases y grupos sociales económicamente
orientados (en base a la autoridad y el poder que las estructuras coloniales les habían legado)
pudieran subsumir al resto de los grupos y clases que quedan fuera del bloque hegemónico.
La clave de este proceso está en la lógica de asociaciones de intereses entre ciertos grupos y
clases. Pues las bases materiales (sistema productivo) que sirvieron para consolidar los
intereses de ciertos grupos y clases no aseguran por sí solas el orden social económico, por
lo que es necesario entender éstas en relación a las estructuras de poder, principalmente las
que se configurarán en torno a la gran institución del Estado nacional. De esto se generarán
distintas situaciones particulares de desarrollo y dependencia para cada Estado nación, en
relación a la dinámica de la economía mundial, pues la presencia y fuerza de los diversos
grupos económicos –que van desde las antiguas oligarquías que producían para sí hasta los
sectores comerciantes, productores locales (que sí destinaban sus productos al comercio) y
los extranjeros de los enclaves- varía en cada región.
Para el análisis se toman en cuenta 3 formas en que las áreas coloniales se relacionaban con
las metrópolis: colonias de población, colonias de explotación y reservas territoriales
prácticamente inexplotadas. Las cuales con la ruptura del “pacto colonial” dejaron de tener
relación directa con los intereses de los puertos ibéricos y pasó a primar la relación con los
puertos de Inglaterra. Con esto se consolida también la posición de los grupos productores
locales (quienes habrán de pactar de diversas formas con las oligarquías locales, mediando
principalmente por el Estado).
En este proceso es preciso considerar que los grandes grupos económicos locales se
constituyeron en base a las especificidades que el modo de producción y comercialización
colonial tuvo en su respectiva región; si había primado la producción agropecuaria o minera,
qué tanto se habían desarrollado los puertos (y qué posición geográfica tenían), si la
producción estaba más acotada al comercio interno o externo, etc. Estos eran factores
importantes de los dependían sus bases de control económico y político.
Así, el problema de la organización nacional dependía entonces de: Primero de mantener
bajo control local el sistema productivo exportador heredado del sistema colonial, que
constituía el vínculo principal con el exterior y la actividad económica fundamental. Segundo
de disponer, de un sistema de alianzas políticas entre los varios sectores sociales y
económicos de las antiguas colonias que permitiera, al grupo que aseguraba las relaciones
con el exterior, -con el mercado internacional y naturalmente con los estados nacionales de
los países centrales-, un mínimo de poder interno para que la nación pudiera adquirir
estabilidad y se constituyera como expresión política de la dominación económica del sector
productivo-exportador.
Un dato importante es que el proceso de formación nacional se hizo más fácil para las
naciones que basaron su producción en lo agropecuario pues de ahí derivó la formación de
una élite económica y política criolla que se aseguraba en el sistema de producción local.
Esto a diferencia de las economías principalmente mineras.
Otro dato importante es que las áreas de desarrollo económico y social no estaban delimitadas
estrictamente por las fronteras formales de los Estados naciones (Estamos hablando de
principios del siglo XIX).
1.- Control nacional del sistema productivo
Después de las declaraciones de independencia, en los nuevos Estados naciones siguieron
muchas disputas y conflictos abiertos a nivel interno, involucrando distintos grupos sociales
y económicos. Este es el denominado periodo anárquico, del cual resultaron las consiguientes
consolidaciones de los modos de producción y de poder descritas anteriormente. Así se
restauran los vínculos con los mercados externos, basándose principalmente en la
exportación de materias primas.
La capacidad de éxito de los Estados naciones para consolidarse estuvo determinada por la
capacidad de vinculación con el mercado externo y por la capacidad de pactar entre los
grupos productores con las oligarquías locales, derivando a distintos mecanismos de control
y dominación política, por ejemplo el legado de Portales en Chile, el de Rosas en Argentina
y el de Regencia en Brasil.
En síntesis el control del sistema productivo depende de la relación de la economía interna
con la economía internacional y cómo esta primera se integra a la segunda. Dicha relación es
mediada principalmente por las políticas nacionales (controles aduaneros, fomento de
circulación de capital, permisión de inversiones extranjeras, etc.), por los precios y cuotas
derivadas de la oferta y demanda internacional y la superación de los “intereses coloniales”
en pos de vincularse con los nuevos núcleos emergentes del capitalismo mundial (sus
economías centrales y sus agentes locales en la periferia que eran los enclaves).
2.- Economías de Enclave
Claramente los sectores productores locales (criollos) no tenían total control de la producción
interna, pues la relación con el mercado externo no era simplemente mediada desde los
puertos y centros de exportación, sino que de forma aún más directa a partir de diversos
centros de producción cuyos propietarios eran de origen extranjero, principalmente de los
grandes centros del capitalismo mundial (Inglaterra, Estados Unidos, Holanda, etc.), los
cuales, por cierto, también se dedicaban a la extracción de materias primas; Se trata de los
centros de enclave.
(De nuevo) esta situación se dio con distintas variaciones en cada región según el grado de
diferenciación y de expansión lograda inicialmente por las economías nacionales.
Fue un proceso que demostraba la incapacidad de la producción controlada nacionalmente
de cumplir con las demandas del mercado externo, que exigían condiciones técnicas, sistemas
de comercialización. Esto tuvo por consecuencia que capitales de gran importancia fueron
paulatinamente desplazados; el dinamismo de los productores locales comienza a carecer de
significación en el desarrollo de la economía nacional.
Un dato de contexto que también es importante es que la autonomía del emergente centro del
capitalismo mundial (Estados Unidos) respecto a la importación de ciertas materias primas
limitó la expansión de las economías latinoamericanas ligadas fuertemente al comercio
mundial por medio del mercado norteamericano.
Están los enclaves mineros y los enclaves de plantaciones, los cuales se diferencian porque:
En el enclave minero, hay expansión de la producción, pero existe una tendencia favorable a
pagar salarios diferenciados en beneficio del sector obrero especializado, sin afectar al sector
de la economía orientada hacia el mercado interno. Mientras que en el enclave agrícola, en
cambio, la expansión y la modernización de la economía lleva a ocupar las tierras disponibles
-afectando la economía de subsistencia y hasta la producción para el mercado interno- sin
que existan presiones acentuadas en demanda de un elevamiento de los salarios, pues en este
caso se necesitará más mano de obra no calificada, la que siempre suele ser abundante. De
ahí sus distintas repercusiones en el orden social y político.
Un factor importante para determinar cómo variarán las relaciones de las economías locales
con las economías de enclave es el nivel de desarrollo que tenían de un mercado exportador
previo a las declaraciones de independencia y la consiguiente llegada de los enclaves. De
esto derivarán formas de alianza o de enfrentamiento con los sectores externos.
En síntesis, a partir de la lógica de los enclaves, los sistemas económicos y políticos se
desarrollarán de la siguiente manera: Primero, según la lógica de que la producción es una
prolongación directa de las economías centrales en la periferia: Las decisiones de inversión
se toman desde el exterior, y los flujos de capital generado van hacia el exterior, dejando un
excedente mínimo a partir de los impuestos y salarios (paupérrimos) dentro de las economías
locales. Segundo obedeciendo al hecho de que no existen realmente conexiones con la
economía local -con el sector de subsistencia o con el sector agrícola vinculado al mercado
interno-, pero sí con la sociedad dependiente, a través de canales como el sistema de poder,
porque ella define las condiciones de la concesión. Desde el punto de vista del mercado
mundial, las relaciones económicas se establecen en el ámbito de los mercados centrales.
-El proceso de formación del mercado nacional: fue más fácil imponer la dominación de un
solo grupo exportador en los países pequeños, donde la nación es el resultado de la acción de
un mismo grupo socioeconómicamente dominante y relativamente homogéneo que en los
países grandes, donde le límite de lo nacional se construye desde alianzas regionales.
-El surgimiento del mercado interno está asociado por “eslabonamiento productivo hacia
adelante y hacia atrás” por el efecto indirecto del crecimiento de la exportación,
diversificación y eventual procesamiento (en el caso por ejemplo argentino de la producción
de charqui, posteriormente sustituida por carnes que requerían de grande bodegas y
frigoríficos de almacenamiento). Esta especialización de las formas productivas de la
“hacienda” rompe con las formas tradicionales de organizar el trabajo y apunta a fortalecer a
los núcleos urbanos en el desarrollo de las actividades necesarias para satisfacer los mercados
internos. Surgen sí, nuevos grupos sociales vinculados a este proceso: artesanos, pequeños
comerciantes, profesionales y cuadros técnicos y sectores relacionados a los servicios. Esto
permite la formación de una burguesía urbana como sectores obreros-populares (el caso
argentino sigue siendo el mejor ejemplo).
-estos proceso explican la manera en cómo se solucionaron y readecuaron los pactos de
dominación en el periodo de la crisis del Estado Oligárquico (si hay monopolio de poder o
alianzas de alcanza territoriales)
Hipótesis ante la pregunta: “las características que adquirió el proceso de desarrollo después
de la crisis del 29 cambió fundamentalmente en función del tipo de transformación lograda
dentro del sistema político como consecuencia de la presión de los ya mencionados nuevos
grupos sociales, y además en términos de los conflicto existentes, y en consecuencia de las
posibilidades estructurales que permiten la reacción de los grupos vinculados al sector
exportador” (80) “el distinto curso de desarrollo en los países latinoamericanos que se
industrializaron, así como la ausencia de un empuje industrializador y correlativamente el
aumento del peso relativo de la economía exportadora, se explican pues por la forma como
clases y grupos sociales “tradicionales o nuevos lograron dinamizar su fuerza tanto en
términos de organizaciones de clase que formaron (partidos, órganos del estado del que se
apoderaron, sindicatos) como en términos de las alianzas políticas que se han propuesto y
de las orientaciones políticas que crearon o asumieron como propias para imponer un sistema
de dominación viable (81)
2. Las economías de enclave en el momento de transición.
“En la estructura de dominio de las situaciones de enclave se hace posible la explotación
económica por medio de la relación política; de esta manera los grupos dominantes
nacionales se vinculan a la empresa extranjera cómo como clase políticamente dominantes
que como “sector empresario”; al revés, son las empresas extranjeras las que establecen
relaciones directamente económicas con los sectores obreros y campesinos.”
“En esta condición el desarrollo de la economía interna produce también mayor complejidad
en el proceso de división social del trabajo, y el crecimiento urbano es un hecho significativo;
en consecuencia, no sólo los sectores medios son más numerosos, sino también se forman
sectores populares urbanos cuya presencia se suma a los obreros y campesinos del enclave
de la hacienda.”
a] Incorporación de la clase media por quiebra de predominio oligárquico.
(nada relevante).
B] El acceso de la clase media a la dominación oligárquica-burguesa.
“En Chile el control del Estado, y por tanto de los beneficios que generaba el enclave, estaba
en manos de la oligarquía local y de una burguesía mercantil financiera que, además de
mantener importantes sectores económicos, se había agregado a título de socio menos o, en
algunos casos, como personeros, de las empresas extranjeras que explotaban el sector del
enclave. Por otra parte, el crecimiento de las ciudades llevaba a escena a una clase media,
dedicada a las profesiones liberales o a los servicios públicos: también se estaba formando
un proletariado de cierta significación y ligado directamente a la economía de enclave
(obreros salitreros), o con actividades a éste vinculadas como puertos, transportes, etc., y
además una masa urbana de la cual, si bien es cierto que no podría hablarse todavía de una
predominio del sector obrero industrial, (el número de artesanos era importante), en alguna
medida se sumaba a las reivindicaciones de los antes señalados.”
C] La clase media frente a los terratenientes y al enclave.
“En américa central, considerada como unidad, tuvo lugar la transformación de una
oligarquía agraria en un grupo agrario exportador, el que si bien fue capaz de superar la
hacienda como sistema productivo, no dio origen a una actividad urbano-industrial
importante. (…).
Desde la independencia, la economía centroamericana de exportación siguió dependiendo de
algunos productos coloniales, (…). La estructura económica se expresa con elocuencia en la
estructura social; de influencia era el sector de comerciantes, ligado a la exportación de los
colorantes, y de una decisiva importancia interna por el control que ejercían obre los créditos
de los productos agrícolas en general”.
“La clase media urbana –(…)- también sufrió os efectos de la represión. Las demandas de
participación policía podrían acarrear, como consecuencia indirecta, el levantamiento de los
campesinos; la oligarquía por su parte prefería no innovar. Dos alternativas restaban a los
sectores medios: aceptar el dominio de los sectores vinculados a la oligarquía y al enclave,
fatalmente autoritario, cuyo propósito no podía ser otro que el mantenimiento de la sumisión
política cuyos resultados bien podían escapar a su control.”
“La revolución guatemalteca ilustra nuestras afirmaciones; la reforma agraria desató una
enérgica reacción y a la caída del gobierno de Arbenz se sucedieron gobiernos que pretendían
la vuelta a la situación anterior. La participación de la clase media sólo empieza a ser posible
cuando, durante los últimos años, ciertos sectores ligados al poder iniciar transformaciones
modernizantes de la economía agrícola –fundamentalmente plantaciones algodoneras- que
se desarrollan por necesidades exteriores, más concretamente de mercado estadounidense;
incorporan un nivel de tecnología que ya no es preponderantemente la explotación
cuantitativa de mano de obra. Esto permitió un crecimiento de las ciudades y de las funciones
urbanas que, aunque vinculadas a la explotación agraria, no estaban tan estrechamente
ligadas al mantenimiento de grandes contingentes campesinos. Por otra parte, la industria
sigue siendo reducida, y por consiguiente la posibilidad de una presión popular canalizada a
través de los sindicatos dista mucho de ser una realidad puesto que muchas veces sus
actividades son sólo efímeras.”
D]Clase media, industrialización y política.
“En su conjunto los países con economía de enclave, por la misma debilidad relativa del
sector burgués, tienen un mercado interno incipiente. Dentro de la gama de posibles variantes
en ese tipo de economía, sólo en dos casos se encararon políticas preocupadas por una
ampliación de dicho mercado, es decir, de industrialización: en el primer caso, países como
Chile por ejemplo, donde el sector exterior se impuso cuando ya existía un importante sector
mercantil-financiero, y en consecuencia una clase media en condiciones de reivindicar la
creación de bases nacionales para la expansión económica; en el segundo, países donde los
sectores medio lograron insertarse revolucionariamente dentro del aparato del Estado y lo
utilizaron para crear una economía nacional, tales México o Venezuela.
En todos los casos, la dinamización de la economía interna atravesó la etapa de la
presión de los grupos medios aliados con el sector capitalista burgués ya existente, con los
sectores populares o campesinos, cuando no con ambos sectores.
Otro lado cabe destacar que en estos países la crisis de la economía mundial afectó
directamente al sector modernos –es decir, al enclave- sin llegar a amenazar las bases de la
dominación oligárquica en la hacienda, que es su fundamento económico. (…).
A la presión popular, encauzada por limitados sectores de las clases medias urbanas,
la dominación de la oligarquía y el enclave respondió en forma autoritaria, es decir, utilizando
las fuerzas armadas. Dadas esas condiciones, la propuesta de políticas de formación de un
mercado interno dependió, como es obvio, de un cambio político previo, como los que se
dieron en Chile, México o Venezuela y, posteriormente en Perú. Las consecuencias
económicas de la “transición”, es decir, del acceso de las clases medias no están empañados,
como en los países de economía exportadora nacional, por efectos imputables a la crisis
económica mundial. Es requisito previo, y muy evidente, la quiebra o por lo menos el
repliegue del sector vinculado a la oligarquía y al enclave, para que se posible utilizar el
Estado, controlado ya por otros grupos parcialmente, para plasmar los mecanismos de
acumulación y de inversión capaces de crear un mercado interno, el que a su vez serviría de
punto de apoyo de la nueva política”.
“(…) el populismo desarrollista no encuentra base para sostenerse y la formación de
una burguesía industrializada depende, en mayor o menor grade, del Estado.”
V. Nacionalismo y Populismo: fuerzas sociales y política
desarrollista en la fase de consolidación del mercado interno.
V. Conclusiones
El propósito de este libro es reconsiderar el problema del desarrollo a partir de una
interpretación que insiste en la naturaleza política de los procesos de transformación
económica; la relación entre proceso económico, condiciones estructurales y situación
histórica.
Destaca la dependencia como condición específica de las naciones periféricas, lo que se hace
posible mediante una red de intereses y coacciones que ligan unos grupos sociales a otros
(clases), lo que es expresión de la relación entre Estado, Clase y Producción: “en América
Latina es posible determinar dos situaciones básicas de relación de las clases entre sí, con
el Estado y con el sistema productivo, en función del modo de relación de éste con el mercado
internacional y de la forma de control de la producción” (p.162): las economías de enclave
y el control nacional del sistema exportador.
El análisis actual del desarrollo en Latinoamérica requiere del abordaje de la internalización
del mercado interno: control creciente del sistema económico de las naciones que dependen
de las grandes unidades productivas monopolistas internacionales. La situación actual
trasciende la tradicional contradicción entre desarrollo y dependencia, dado que se logra un
mayor desarrollo industrial pero a la vez se intensifican las relaciones de dependencia: “la
especificidad de la situación actual de dependencia está en que os ‘intereses externos’
radican cada vez más en el sector de producción para el mercado interno (…) y,
consiguientemente, se cimientan en alianzas políticas que encuentran apoyo en las
poblaciones urbanas” (p.164).
“Sabemos que el curso concreto de la historia, aunque sea señalado por condiciones
dadas, depende en gran parte de la osadía de quienes se proponen actuar en función
de fines históricamente viables” (p.166).