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Bullying en la escuela primaria de Springfield.

En la escuela primaria de Springfield hay dos personajes que destacan por su antagonismo. Nelson
Muntz, el típico abusador, niño grande y fuerte físicamente, es el líder en la práctica de bullying a los
nerds de la escuela. Milhouse Van Houten el típico nerd, niño pequeño y débil que recibe golpizas de
todos los abusadores.

Cada vez que Nelson le propina una golpiza a Milhouse se siente muy bien, pero a Milhouse le provoca
una gran desvalorización por no ser capaz de regresarle la agresión (la mordida) por no ser apto
físicamente para enfrentársele (no poder morder). Esta situación le produce necrosis (caries) de uno de
sus dientes. Un día se le pasó la mano a Nelson y Milhouse regresó a su casa muy inflamado.
Ante el cuestionamiento de sus padres, los señores Kirk and Luann Van Houten, Milhouse no aguantó
más y les contó de los abusos a los que era sometido por Nelson. Los señores Van Houten se enojaron
mucho y al día siguiente fueron a la escuela a quejarse con la maestra Edna Krabappel, con el director
Seymour Skinner y hasta con el inspector Archundia. El inspector cuestionó fuertemente al director
Skinner por permitir bullying en su escuela y el director se desquitó con la maestra Krabappel,
culpándola por no impedirlo.

Los tres funcionarios llamaron a Nelson a la Dirección, le dieron una buena reprimenda y le avisaron
que si volvía a ponerle un dedo encima a Milhouse sería expulsado de la escuela y llamarían a sus
padres para notificarles. La maestra Krabappel se encarga de recordárselo cada día.

Nelson siente gran temor por la reacción que tendrían sus padres si se llegaran a enterar de su
expulsión de la escuela. Su madre es una prostituta de muy malas pulgas y su padre un delincuente,
agresivo y abusador con la familia
Ahora Milhouse se siente seguro y protegido en la escuela, se siente fuerte y capaz de regresarle sus
amenazas a Nelson (regresarle la mordida) porque sabe que no puede golpearlo. Cuando ve a Nelson
se burla, y hasta lo desafía y provoca (le regresa la mordida, lo muerde).

Pero a las pocas horas de que fue capaz de morder comenzó un fuerte dolor en el diente que había
estado necrosando por largo tiempo. Por su parte, Nelson comenzó a necrosar el hueso de la
mandíbula derecha por no poder morder por tenerlo prohibido. Desea darle una buena golpiza a
Milhouse, porque se lo merece y porque es muy capaz, hasta con los ojos cerrados y un brazo
amarrado podría mandarlo al hospital en un minuto, pero no puede porque está terminantemente
prohibido tocar a su rival, no puede regresarle la agresión, no puede morderlo.
Los Van Houten llevaron a Milhouse al dentista, quien detectó una fuerte infección en un diente con una
gran caries. Le dijo a Milhouse que la causa de tener esa pieza así era porque comía muchos dulces y
no se lavaba la boca varias veces al día, aunque en los demás dientes no había problemas... El médico
dijo que ya no se podía hacer nada por ese diente y lo extrajeron.

Nelson estuvo aguantando algunos días las burlas de Milhouse (Fase Activa), sin actuar (regresar la
mordida), por miedo a la expulsión prometida, a pesar de que esta situación era un mal ejemplo para
los otros nerds de la escuela. Al 6to día entró en constelación agresiva-compulsiva (injusticia, rencor en
el territorio, sentirse sometido y haber perdido su rol en el grupo como "abusador oficial") y le puso a
Milhouse una paliza ejemplarizante de la que no se olvidaría nunca más, ni tampoco el resto de los
niños.

Milhouse terminó en el hospital con cuatro dientes de menos, ¡y sin haber tenido caries! Nelson tuvo
durante tres días un fuerte dolor de mandíbula (PclA), pero se aguantó como un hombrecito sin acudir
al dentista. Luego estuvo otros tres días con menos dolor (PclB) hasta que desaparecieron las
molestias por completo, quedando su mandíbula más fuerte que antes, en Normotonía (Mesodermo
Nuevo, el Grupo de Lujo). Después de esta experiencia, ahora es más apto para morder.
Epidemia de mandíbula derecha
Recientemente, en una Entrevista de Salud, tuve el caso de una maestra con inflamación y dolor en la
mandíbula derecha. Ella es directora de un jardín de niños del Estado de Jalisco. Al explicarle el tipo de
conflicto en solución que genera esta molestia, me contó la amarga experiencia que estuvo viviendo en
los últimos meses.

Todo empezó cuando la Secretaría de Educación puso a cubrir


temporalmente la plaza de Supervisora a una mujer prepotente y
desagradable que estuvo haciéndoles la vida imposible a las directoras de
los jardines de niños que componen la zona donde ella trabaja. Esta señora
tuvo problemas con todas las directoras, al hacerles exigencias absurdas y
poniéndoles trabas para realizar su labor de educadoras.

Además de representar la figura de mayor autoridad, se aseguró de que


todas las maestras y directoras supieran que era "influyente" y tenía amistad
con el Secretario de Educación del Estado, por lo que era intocable y podía
hacer, deshacer y abusar a su antojo en el ejercicio de su cargo.

En varias ocasiones las directoras se quejaron de su proceder, infructuosamente. Hasta que un día
cometió un grave error, en un acto de prepotencia y cólera destruyó un documento oficial de una de las
directoras, que llevaba las firmas de varios educadores y lo lanzó a la basura, en presencia de otras
directoras. La principal implicada lo recogió y con el apoyo de sus compañeras, que la acompañaron
como testigos, denunció el acto en la Secretaría de Educación. Esta acción no pudo ser ignorada y fue
destituida la supervisora y regresada a su función de maestra.

A las pocas horas de su destitución la mayoría de las directoras empezaron con inflamación de
mandíbula y dolores fuertes. Unas con un poco de dolor; otras con bastante molestia que les impedía
dormir, como la maestra que vino a mi entrevista de salud; pero otras, como la que efectuó la denuncia,
estaban realmente rabiando del dolor y tuvieron que ir a urgencias en el hospital.

¿Qué ocurrió realmente?


Durante el tiempo que estuvieron en Fase Activa, con un conflicto de desvalorización por no ser
capaces de regresar la mordida (las agresiones) de la supervisora por tenerlo prohibido, estuvieron
necrosando la mandíbula, sin síntomas. Ocurrió una reducción celular en la encía y el hueso de la
mandíbula, tejidos del Mesodermo Nuevo, controlados desde la Sustancia Blanca en el Cerebro
Moderno.
Al lograr regresarle la mordida y bien fuerte, de forma que la expulsaron de la "manada", ocurrió la
Conflictolisis y empezó la Fase PclA con sus correspondientes síntomas. Tal y como le predije a la
maestra, la etapa de dolor más fuerte, inflamación y mayores molestias duró tres semanas, después el
dolor fue mitigando y ahora solo lo siente al presionar la mandíbula cuando come. Ya han pasado unos
meses de esto y aún tiene molestias, señal de que la Fase Activa duró un buen tiempo.

La opinión de un experimentado dentista


Dado que pasaban los días y el dolor se mantenía, a pesar de los calmantes, la maestra dudaba de mi
diagnóstico y opinión sobre su dolencia, y se le hacía un martirio esperar tres semanas a ver si se
cumplía la profecía de que se detendría la fase insoportable. Me dijo que iría con un excelente dentista
de gran experiencia que conocía desde hacía años. Me brindé a acompañarla y fuimos juntos a su
consulta.
El dentista dijo, con gran seguridad, que lo que tenía era muy simple, un diente con caries, que tomaría
unas radiografías y en pocos minutos estaría detectada la pieza defectuosa y efectuada su curación. La
maestra sintió un gran alivio al escucharlo y saber que ahora sí estaría en buenas manos. Me miró y
con una mueca seguida de una sonrisa quiso decirme algo así: "¡uf, que alivio!, ahora sí todo estará
bien..."

El doctor preguntó donde exactamente le dolía más y tomó una radiografía. Pasados unos minutos
regresó y tomó otra radiografía, y después otra, y otra, y otra, hasta que tuvo imágenes de toda la
mandíbula superior derecha. Hizo una mueca y dijo, con gran seguridad, que a veces el problema está
en otro lado pero el dolor se refleja, o algo así, y tomó radiografías de toda la mandíbula derecha
inferior. Luego de toda la mandíbula izquierda superior, y luego de toda la mandíbula izquierda inferior.
Mismo resultado: nada...

Yo estaba divertido viendo toda la operación y todo el tiempo que estuvo


el experto haciendo un montón de radiografías. Luego se puso serio y dijo
que algo raro estaba sucediendo que el aparato no detectaba la pieza
cariada, pero que su diagnóstico era correcto y que lo que había que
hacer era empezar a practicar el procedimiento de endodoncia, diente por
diente, hasta que encontraran la pieza que ocasionaba el dolor...

Esto no solo era totalmente absurdo, sino además muy costoso y


conveniente para el médico. Imagínense lo que es empezar a perforar
diente por diente para quitarle el nervio hasta que desaparezca el dolor, el
cual nunca se iba a quitar porque no era problema de diente, sino de
mandíbula.
Si hubiera respondido "si", la maestra hubiera terminado no solo con la boca destrozada y con el mismo
dolor de antes, sino además arruinada económicamente. Me miró buscando mi opinión, le hice una
seña de que nos íbamos y pagara la consulta infructuosa y le dije al médico que lo pensaríamos y lo
llamaríamos luego...

¿Por qué la mandíbula y no los dientes?


Los dientes se afectan al haber un conflicto de desvalorización por no ser capaz de morder, no poder
morder. La persona siente que no es capaz de devolver la agresión porque el rival es más fuerte, más
grande, más poderoso físicamente. Un buen ejemplo de esto es lo que se conoce como bullying,
cuando un niño más fuerte abusa de otro más débil que no es capaz de defenderse o "regresar la
mordida".

Cuando la persona es perfectamente apta y capaz de morder, de regresar la agresión, pero no puede
hacerlo porque está prohibido, no puede morder aunque lo desea y sabe que es capaz de "darle una
pateadura" o "ponerle una madriza" al rival, pero tiene que aguantarse y no puede morder porque lo
tiene prohibido, entonces la necrosis en Fase Activa es en la zona de la encía y maxilar.

Las directoras eran perfectamente aptas para darle una buena paliza a la supervisora, lo deseaban,
porque se lo merecía y de buena gana la hubieran mandado al hospital desde hace mucho tiempo, pero
no se podía, era su jefa, y además influyente.

Se afectó la mandíbula derecha porque eran diestras, la supervisora era un "igual", aplica la Regla de la
Lateralidad.
¿Epidemia?
No faltó quien expuso la teoría, con "mucha lógica", de que quizás estuvieran en presencia de una
epidemia producida por algún microbio nuevo que afectó a las directoras. Ellas se reúnen
periódicamente en sesiones de trabajo para ver los asuntos escolares de la zona y, de momento, todas
con la misma "enfermedad". Seguramente alguna acudió a la junta infectada con algún virus maligno y
se lo pegó a todas las demás. Más ahora, que están de moda los nuevos virus raros con nombres
llamativos como el "chikungunya". Y como también está de moda la Reforma Educativa y las protestas
de los maestros, tiene toda lógica la inoculación de un nuevo virus para sabotear la Reforma...
Cáncer de hígado

El segundo ejemplo es perfecto para ilustrar la falta de sentido común, el desconocimiento médico y la
hipnosis del sistema oficial.
"Siempre he dicho que los moribundos han sido mis mejores maestros, pero hacía falta tener valor para
escucharlos. Expresaban sin temor su insatisfacción respecto a la atención médica, y no se referían a la
falta de cuidados materiales, sino a la falta de compasión, simpatía y comprensión. A los médicos
experimentados les molesta oírse retratar como personas insensibles, asustadas e incapaces.
Recuerdo a una mujer que exclamó casi llorando:

¡Lo único que quiere el doctor es hablar del tamaño de mi hígado! ¿Qué me importa a mi el tamaño de
mi hígado en este momento? Tengo cinco hijos en casa que necesitan atención. Eso es lo que me está
matando. ¡Y aquí nadie habla de eso!"

A pesar de que la Dra Kübler-Ross no conocía las Leyes Biológicas y no sabía la causa de la formación
de tumores en el hígado, con la precisión que se conoce ahora gracias al Dr. Hamer, su intuición le
decía que la paciente tenía razón. Cada uno de los actores de esta historia cumplía con su función:

- La paciente, con gran sentido común, sabía que su preocupación por la sobrevivencia de sus cinco
hijos era lo que provocaba el aumento de la masa de su hígado. Trataba de explicárselo a su médico, y
a pesar de que le estaba ofreciendo una clase de medicina de alto nivel, más útil que las que ese señor
había recibido en la Universidad, era ignorada.

- El médico, como todos los médicos alópatas, está entrenado para asustar al paciente y aplicarle
costosos medicamentos. No sabe la causa del aumento del hígado, pero su ego, prepotencia y
estupidez le impide abrirse a escuchar al paciente y aprender de él.

Lo que provoca la activación del hígado y crecimiento de tumor (adenocarcinoma) es: "morir de hambre.
Falta de bocado esencial, falta de nutrición básica, falta de sustento (dinero). Conflicto existencial". Este
conflicto puede estar relacionado con uno mismo o con terceras personas. Exactamente lo que refería
la paciente, su preocupación por la subsistencia de sus cinco hijos desatendidos por estar ella internada
por su "problema" de hígado, formándose un círculo sin salida. La causa del aumento del hígado es
precisamente el dejar abandonados a sus hijos por estarse atendiendo el efecto de su preocupación por
ellos. Mientras más tiempo está ella alejada de sus hijos y pensando si tendrán para comer, más crece
su hígado y menos podrá cuidar de sus hijos, aumentando más el órgano.

No hay una frase que defina mejor tanta estupidez que: "la hipnosis de la Medicina oficial".

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