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La Constitucion Normativa (Prieto Sanchis)
La Constitucion Normativa (Prieto Sanchis)
Que la regulación del sistema de fuentes se halle en el Código Civil responde a varios
motivos históricos… básicamente a que en la concepción jurídica del Estado liberal
europeo, la ley se presenta como la suprema fuente del Derecho, y dentro del
conjunto de leyes, el Código Civil aparece como heredero del derecho común; de ahí
que las normas del Título Preliminar del Código Civil no regulen propiamente materias
civiles, sino comunes a todo el ordenamiento jurídico.
Una Constitución material es aquella norma que regula la creación de normas, es decir,
que regula las fuentes del derecho, y con ello, la organización del poder: ésta es la
jerarquía lógica o kelseniana que se atribuye a la Constitución; aunque ningún
documento reciba ese nombre, aunque la llamada Constitución sea en todo igual a
la ley, en sentido material Constitución es la norma normarum.
La Constitución es la norma jurídica que organiza y limita el ejercicio del poder. Pero
con ello no finaliza la necesidad de establecer distinciones: primero, porque el poder se
puede organizar y limitar de muchas maneras; y segundo, porque la Constitución misma
es una norma y toda norma ha de ser hecha por alguien, presumiblemente por el poder
político. Comenzando por este segundo aspecto, una de las paradojas del
constitucionalismo es que el propio sujeto obligado resulta ser la fuente de la
obligación; dicho de forma muy simplificada, el poder crea la Constitución, pero
ésta nace con la vocación de limitar el ejercicio de poder.
Para obviar esta dificultad es necesario distinguir entre el poder constituyente, origen de
la Constitución, y los poderes constituidos, que son los llamados a cumplirla en el
ejercicio cotidiano de la política. El poder constituyente suele quedar encarnado en un
sujeto ideal, el pueblo, que –se supone– en ciertos momentos toma las riendas de su
destino y define las reglas básicas del sistema de conveniencia, limitando así las
actuaciones de los delegados o representantes, los poderes efectivos; mejor dicho, no es
que suela quedar encarnado, es que necesariamente el poder constituyente sólo puede
atribuirse al pueblo, a la soberanía popular, pues en otro caso, si se adscribe a cualquier
órgano político realmente existente, todo el edificio constitucional se derrumba.
Por supuesto, la imagen del poder constituyente del pueblo es una metáfora o
una ficción, pero no deja de tener su utilidad práctica si se quiere sostener que
los concretos poderes del Estado vienen sometidos al imperio constitucional. Un
imperio que se manifiesta a través de dos instrumentos: rigidez y supremacía.
RIGIDEZ: El texto constitucional no puede ser alterado o derogado por los órganos
estatales y en especial por el legislador. Cuando esto último ocurre, cuando la
Constitución puede ser modificada por la ley, se habla de flexibilidad. ¿Es la
Constitución Dominicana rígida o flexible?
Una Constitución puede ser muy flexible, y sin embargo, conservar su cualidad de
norma suprema; y, a la inversa, una Constitución puede carecer de instrumentos que
aseguren su normatividad y, sin embargo, mostrarse sumamente rígida. Cuando se
reúnen ambas condiciones, como sucede en el Constitucionalismo Europeo de Post-
guerra, la constitución adquiere mayor firmeza y petrificación.
Al igual que la rigidez se plasma en reglas que dificultan la reforma del texto, también
la supremacía requiere de ciertos instrumentos de garantía. La garantía es el corolario de
la naturaleza de la Constitución como norma suprema, pero puede adoptar distintas
formas: