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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN

HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

PSICOLOGÍA

PSICOLOGÍA DE LA SEXUALIDAD

NOSOTROS LOS
VICTORIANOS

Abdala Antezana Andrea

Ugarte Vásquez José

Yaksic Rivero Juan

Cochabamba 12 de marzo 2018


Introducción

En el primero de tres volúmenes, Foucault muestra la manera cómo en la época actual, la


sociedad burguesa hipócrita, somete y manipula la sexualidad. Pone en evidencia cómo esta
sociedad se fustiga por su hipocresía, habla con prolijidad de su silencio, se encarniza en
detallar lo que no dice y denuncia los poderes que ejerce. Este capítulo explora cómo
ciertas formas de deseo son silenciadas por la cultura y la convención, y cómo estos deseos,
si bien pueden expresarse a través de la mirada o la acción, pueden ser difíciles de expresar
en forma verbal.
Nosotros los Victorianos

A principios del s. XVII era corriente la franqueza y la evasión al secreto. La familiaridad


con lo ilícito y los códigos laxos (lo grosero, lo obsceno y lo indecente) estaban permitidos
en todo círculo social existente, incluso en los niños.

Pero llegó a su fin el momento de la llegada de la burguesía encerrando a la sexualidad y


poniéndola en mutis, así pues, la época victoriana comenzó.

En dicha época las clases medias fueron imponiendo conductas basadas en la sobriedad y
discreción de las costumbres. El orden y la estabilidad se concretaron en el ideal doméstico
y en la independencia del hogar, centro de la vida familiar.

“...la sexualidad es cuidadosamente encerrada. Se muda de lugar. La familia conyugal la


confisca. Y la absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora.”1

La alcoba de los padres es el lugar reservado para las prácticas sexuales. Lo que no apunta a
la procreación o está transfigurado por ella ya no tiene sitio ni ley. No puede expresarse. Se
encuentra a la vez expulsado, negado y reducido al silencio. Se habla de Represión y no de
Prohibición. De la misma manera funcionan nuestras sociedades burguesas, pero forzadas a
algunas concesiones. Ejemplos: La sexualidad “ilegítima” es permitida, pero está relegada a
los espacios en los que se la pueda adaptar a los circuitos de la producción, al menos a los
de la ganancia. Los lugares de tolerancia vienen a ser los burdeles: la prostituta, el cliente y
el rufián; manicomios: el psiquiatra y la histérica, esos son denominados como los “otros
victorianos”.

La sexualidad es “permitida” en estos lugares, ocultamente o a escondidas. En todos los


demás lugares rigen las normas propias de la época victoriana. El placer se incorpora al
orden de las cosas que se contabilizan. Se convierte en un objeto de intercambio.

¿Estaríamos entonces ya liberados de esta represión? El tema de la sexualidad está


estrictamente delimitado para no producir “desbordamiento”; El psicoanálisis genera un
espacio seguro y discreto para tratar estos temas, pero siempre dentro de una actividad que
genera ganancias. La represión es el modo fundamental de relación entre poder, saber y
sexualidad. Sólo es posible liberarse pagando un precio considerable. El discurso sobre la
represión del sexo es fácil de mantener, formaría parte del orden burgués. Se supone que el
sexo es reprimido porque no es compatible con una dedicación general e intensiva al
trabajo.

1
Foucault, Michel: Historia de la sexualidad: la voluntad de saber (1976), MX.DF., Siglo XXI
editores, 1998, pág. 6.
Si el sexo está destinado a la prohibición e inexistencia, entonces el sólo hecho de hablar de
él y de su represión implica una transgresión deliberada, "beneficio del locutor" pues en la
actualidad, los psicoanalistas “alquilan sus orejas” a la gente.

Freud, padre del psicoanálisis, revolucionó a la sociedad victoriana con sus ideas acerca de
la sexualidad. Llegó a autoproclamarse un “conquistador” que se animó incursionar en
nuevos terrenos, hasta entonces deliberadamente ignorados, entre ellos -y
fundamentalmente- el sexual. Así, suele considerárselo como un “valiente” que se opuso a
la hipócrita moral victoriana y logró quebrar el manto de silencio que cubría a la
sexualidad. Al parecer, Freud consideraba que el reclamo de renuncia pulsional que la
sociedad victoriana realizaba a sus individuos era demasiado intenso; y que con el afán de
responder a ese reclamo cultural muchos de ellos caían víctimas de la neurosis. Para Freud,
este reclamo cultural consistía en prohibir todo quehacer sexual fuera del matrimonio
legítimo. Esta abstinencia sexual hasta el matrimonio (y por consiguiente para toda la vida
para aquellos que no se casen) atentaba contra la salud.

“Es lícito decir que la tarea de dominar una moción tan poderosa como la pulsión sexual
por un camino que no sea la satisfacción es tal que puede requerir todas la fuerzas de un
ser humano. Sólo una minoría consigue el dominio por sublimación, por desvío de las
fuerzas pulsionales sexuales desde sus metas específicas hasta metas culturales más
elevadas; y aún esa minoría, sólo temporalmente, y con máxima dificultad en la época de
su ardoroso vigor juvenil. Los más se vuelven neuróticos o reciben algún otro daño. La
experiencia muestra que la mayoría de las personas que componen nuestra sociedad no
están constitucionalmente a la altura de la abstinencia.”2

Existe un discurso donde el sexo, la revelación de la verdad, el derrumbamiento de la ley


del mundo, el anuncio de un nuevo día y la promesa de cierta felicidad están relacionados
entre sí. Las prédicas sobre el sexo denunciaban la hipocresía del orden "victoriano". Los
discursos apuntaban también a decir la verdad sobre el sexo y subvertir la ley que lo rige.

¿Por qué decimos con tanta pasión y tanto rencor hacia nuestro pasado más próximo, contra
nuestro presente y contra nosotros mismos, que estamos reprimidos? ¿Por qué durante tanto
tiempo se ha asociado al sexo con el pecado? El poder se caracteriza por ser represivo, y
reprimir con particular atención las energías inútiles, la intensidad de los placeres y las
conductas irregulares. Por lo tanto, el proceso de liberación será lento y largo.

Existen tres dudas considerables que conforman la “Hipótesis Represiva”:

1. ¿La represión del sexo es en verdad una evidencia histórica?


2. La mecánica del poder, ¿pertenece en lo esencial al orden de la represión?
3. ¿El discurso crítico viene a cerrarle el paso a un mecanismo del poder que hasta
entonces había funcionado sin discusión, o bien forma parte de la misma red
histórica de lo que denuncia llamándolo "represión"?

2
Freud, Sigmund: La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna (1908), Tomo IX, Bs. AS.,
Amorrortu, 1999, pág. 173
El punto esencial es tomar en consideración el hecho de que se habla de él, quiénes lo
hacen, los lugares y puntos de vista desde donde se habla, las instituciones que a tal cosa
incitan y que almacenan y difunden lo que se dice, en una palabra, el "hecho discursivo"
global, la "puesta en discurso" del sexo.

Anotaciones:

 S. XVII:

 Familiaridad con lo ilícito


 Códigos laxos: lo grosero, lo obsceno y lo indecente.

 Después:

 La burguesía victoriana encierra cuidadosamente la sexualidad.


 La sexualidad es reconocida, utilitaria y fecunda en la alcoba de los padres.
 Los niños carecen de sexo
 Los "otros victorianos", son la prostituta, el cliente, el rufián, el psiquiatra y el
histérico.
 Puritanismo moderno decreta:
o Prohibición
o Inexistencia
o Mutismo

Sólo hablar del sexo da un aire de transgresión deliberada.

 Hoy:

 El sexo es el soporte para la predicación, se recibe retribución para escuchar hacer


confidencias sobre el sexo (psicoanálisis).
 La represión sobre el sexo pesa rigurosamente. Sobre la “Hipótesis Represiva” se
pueden dar tres dudas:
o ¿Es una evidencia histórica la represión del sexo?
o ¿Pertenece, la mecánica del poder, al orden de la represión?
o ¿Hay ruptura epistemológica entre la edad de la represión y el análisis crítico
de la represión?
 Existe una "puesta en discurso" del sexo, hay un "hecho discursivo" global. Es
necesario buscar:
o La instancia de producción discursiva del sexo
o La instancia de producción de poder
o Las instancias de producción de saber
o La historia de estas instancias y sus transformaciones
Conclusión

Puesto que el autor tiene como intencionalidad demostrar la permanencia latente por ocultar
cínicamente un tema de supuesta liberación social como es la sexualidad en su plenitud
personal e individual, llevado a cabo en el ejercicio del poder y control por las instituciones
que se han establecido como pilares de las culturas más arraigadas dentro de los cánones
morales que aún están presentes en nuestro contexto actual. Hipotéticamente hablando; de
indagar más a profundidad sobre la postura que el autor muestra en su teoría sobre la
historia de la sexualidad, se podría suponer que hay una intención por exponer la constante
represión ejercida por las redes de poder que se encuentran en las escalas más altas del
estatus social europeo desde la era victoriana hasta la era contemporánea, expuesto en el
hecho de que la actividad responsable, abierta y consciente para ejecutar una necesidad tan
básica como la sexualidad humana haya sufrido una represión en un intento por aplicar un
control masivo, y ocultarlo por debajo de ya establecido, donde se dio lugar a oficios como
la prostitución o el intercambio económico de actividades sexuales; entendiendo que la
práctica sexual nunca desapareció del todo, enfatizando la relación con las tres preguntas,
que por éste capítulo carecen de respuesta, acerca de la represión sexual con respecto a la
mecánica del poder y su ruptura epistemológica.
Bibliografía

 Foucault, M., (1976), Historia de la sexualidad: la voluntad de sabe, México DF, México:
Siglo XXI.
 Freud, S., (1908), La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna, Buenos Aires, Argentina:
Amorrortu.
 Psicopsi. (2006-2016). Obras de M. Foucault, Historia De La Sexualidad I : NOSOTROS, LOS
VICTORIANOS. psicopsi.com. http://psicopsi.com/Obras-Foucault-Historia-Sexualidad-I-
nosotros-los-victorianos
 Columbia University. (2013). Historical Context for the Writings of Sigmund Freud.
college.columbia.edu. https://www.college.columbia.edu/core/content/writings-sigmund-
freud/context

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