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Capitulo l

Sobre el ser y lo Uno

Primeramente hace una distinción breve sobre el objeto de estudio de la metafísica que
estudia al ente en cuanto al ente. Y que las ciencias particulares estudian los atributos del
ente.
La matemática la cantidad, la física el movimiento, la biología la vida.
Se puede caer también en un escepticismo en decir que la metafísica trata sobre temas
que la inteligencia humana no puede llegar.
El ente es el primer principio del conocimiento humano. Entonces es el primer principio
de la metafísica. Es lo primero que se conoce de algo.
Como puede ser que el ente al ser el principio de conocimiento humano haya quedado
desapercibido por muchos filósofos. (Absurdo)
Explica lo que es ente y lo distingue del ser.
El ente es concebible el ser no.

Primera pregunta de los primeros filósofos


Búsqueda del sentido del ser. Búsqueda de la filosofía, búsqueda de los primeros
filósofos, la primera pregunta que se hicieron fue de qué materia está hecha la realidad.
Aquí viene la postura de los presocráticos. Tales etc… hasta que uno de ellos respondió
bien diciendo que la materia primaria de la que está hecha la realidad es el ser.
(Parménides) Es de la misma esencia del ser que todo lo que participa del es y lo que no
participa no es. Ser es único y universal y es además sin causa. Es irrepetible y único.
El ser no tiene fin, es eterno.
Solo aquello que es, es o existe. Es evidente esto.
Parménides equipara la existencia con el ser.

Esta es la gran pregunta


¿Ser y existir son lo mismo?
Parménides creó la ciencia del ser
Hay una considerable diferencia entre ser y existir. No es lo mismo decir ser que existir.

E. Gilson en este capítulo se propone a describir históricamente el desarrollo de la


doctrina del ser en los filósofos de que siguen la línea de pensamiento platónico, aunque
inicia con la definición de Aristóteles para aclarar las bases de la metafísica e inicia su
recorrido histórico con Parménides. Gilson afirma en este capítulo que el problema del
ser no se debe atribuir a ella misma como disciplina sapiencial sino a los errores
cometidos por los filósofos. Se pregunta acerca de eso: ¿Cómo es que el ente siendo el
tema más importante el ser que es el primer objeto de conocimiento de todo metafísico,
está en la mente de la gente común y no es visto por los filósofos? ¿También presenta
diciendo cuál es la dificultad de aceptar el estudio del ente como un todo?
Después de haber presentado su duda, la que parece guiar su libro, nos presenta las
nociones de ente que la analiza por el propio término. Ente se puede entender simplemente
como nombre (una sustancia o naturaleza), pero también se puede entender como una
propiedad de ser (existir), o lo podemos tomar como un participio del verbo ser (o sea lo
tomamos como aquel que posee el acto mismo de ser). Pero en realidad el ente se
distingue del acto de ser. El ser no puede darse sin ente, pero lo contrario sí. Noción
aportada por Kant que debe de la posición de que añadir o quitar el concepto de existencia
del ente no cambia en nada el concepto del ente. Lo que se llamó “neutralidad
existencial”, que tiene el efecto encontrado con cierta frecuencia en pensamiento de los
filósofos acerca del ente, la separación de los conceptos y la realidad.

En un segundo momento Gilson se ocupa de mostrarnos la doctrina del ente en los


filósofos. Va de Parménides a Eckhart, pasando por Platón, Plotino, Proclo, y entrando
ya en la era cristiana con San Agustín, Victorino, Pseudo Dionisio Areopagita, Juan
Escoto y culminado con Eckhart.

Empieza citando la búsqueda de los presocráticos del principio constitutivo de las cosas
pero lo que le interesa de entre ellos es la figura de Parménides que de entre todos fue el
único que definió el arjé como el ser. Parménides lo hizo de un modo tan incisivo que,
para defender que el arjé de todas las cosas entra el ente, término por imposibilitar la
comprensión de la realidad percibida por los sentidos y se quedó con la pura especulación.
Lo que, para salvar lo que conocemos en la realidad, permitió que los filósofos pudieran
llegar a la distinción de ser y existir.

Platón que tomó la filosofía de Parménides la desarrollo intentando salir del extremo en
que Parménides nos había puesto. Distinguiendo dos tipos de existencias, la real (mundo
de las Ideas) y la que es simplemente apariencia (mundo sensible) pero que participa de
la existencia de las cosas reales y por eso se puede conocerlas. La preocupación de Platón
es encontrar lo que realmente existe, lo realmente real. Llega entonces al principio de
auto-identidad, que son las Ideas inmutables. De este modo llega a la distinción entre lo
que es en sí mismo y lo que sólo participa del ser. Platón llega con su filosofía a la
definición de que lo que es uno, o sea inmutable, pero vio que tomando el ser por uno
nunca llegaría a la naturaleza de las cosas. Otro problema en su igualdad de ser y uno es
que en verdad si todo lo que es, es ser y uno son dos cosas a la vez y no sólo una, lo que
generó la necesidad de separar el ser del uno. Platón llega entonces a la distinción de “ser”
y “no ser”, una cosa es ella misma y no es otra cosa. Llega a la conclusión de que la
mismidad no explica la realidad.

Viendo Platón que en el mundo sensible, reflejo del mundo de las Ideas, una cosa podría
guardar relaciones opuestas, como un hombre puede ser alto en relación a un determinado
hombre y bajo en relación a otro, se preguntó si eso se daría también en el mundo de las
Ideas y percibió que este necesitaba de algo anterior que lo sostuviera. Aquí es donde
entra la idea de Bien en Platón que es superior a todos los seres pero que él mismo no es
un ser.

Plotino agarra la idea de Platón del Uno y el Bien y la profundiza elevándola a tal punto
que no podemos conocerla directamente, no se puede hablar del uno pues no posee ser y
por ello es ininteligible. Plotino Dice que el Uno no puede tener ser porque si así lo fuera
no sería superior al ser sino un ser como los demás. El mundo de los seres para él es una
obra del Nous creado por el Uno. Otro seguidor de esa doctrina del ser fue Proclo,
discípulo de Plotino. Dice directamente que tanto en Platón como en Plotino el Uno que
concebían era Dios, y por lo tanto para él Dios no era un ser sino un no ser. Decía que el
Demiurgo de Platón es al mundo sensible lo que el Uno de Parménides es a la realidad, o
sea, el Demiurgo es el responsable por la creación del mundo sensible por medio del
poder que Dios, el Uno, le otorga por crear el mundo el mundo inteligible. Plotino y
Proclo se acercaron por eso al pensamiento cristiano vigente ya en su época, también
ellos proponían la ascesis y la contemplación para unirse al uno como los cristianos
proponían para unirse a Dios.

Después de los que eran puramente filósofos entramos en la época donde los cristianos
se encontraron con la filosofía del ser y la desarrollaron teniendo en vista la revelación
recibida en el antiguo testamento. El primer citado por Gilson es San Agustín que, como
ya es sabido, estudio la filosofía neo-platónica. San Agustín mismo siendo de esa escuela
no defiende completamente su teoría acerca del ser sino que la modela para que encaje en
su fe. Rechaza por lo tanto que el Uno, Dios, no tenga ser, como ya dicho arriba, sino que
más bien se guiaba por el famoso pasaje del Éxodo: yo soy el que soy. Para Agustín Dios
es el ser en plenitud pero también es el Bien y el Uno de los filósofos.

San Agustín leyó los platónicos no directamente del griego sino de una traducción latina
hecha por un cristiano neoplatónico llamado Victorino. Este en su época para defender su
fe utilizaba la doctrina de los neo-platónicos Sobre el Uno, pero no alcanzaba explicar
que el Dios cristiano es, pues, apegado a la doctrina de los neo-platónicos que decía que
el Uno no poseía ser, se quedaba en el dilema de lo que creía y lo que pensaba
filosóficamente.

El mismo problema tuvo el pseudo Dionisio areopagita que también basado en la doctrina
neoplatónica defendía que Dios no tenía ser, pero acrecentada que Dios era el ser de todos
los seres para intentar salvar la revelación. Juan Escoto, discípulo de Dionisio, sigue su
misma línea, lo Uno no es ser y por eso es indefinido. En su teoría pone a Dios como
creador de las Ideas (primeros seres) y también crea a las realidades inteligibles. Dios es
pensado por él como siendo sus propias Ideas.

Otro que defendía la postura de Dios como no ser por su superioridad es Eckhart, un
sacerdote cristiano. Defendía que Dios es no ser porque si tuviera ser sería igual a las
creaturas, pero Dios es superior a las creaturas y por lo tanto no debe tener ser.

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