Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Apunte Deontología Jurídica
Apunte Deontología Jurídica
JURÍDICA
1
1- PRELIMINARES ÉTICOS A LA DEONTOLOGÍA
A- ÉTICA
Segúú n Aristóú teles, del griegó eú thós cóstúmbre, la eú tica es úna rama de la filósófíúa cúyó
óbjetó de estúdió es la móral. Si pór móral hay qúe entender el cónjúntó de nórmas ó
cóstúmbres (móres) qúe rigen la cóndúcta de úna persóna para qúe púeda cónsiderarse
búena, la eú tica es la reflexióú n raciónal sóbre qúeú se entiende pór cóndúcta búena y en qúeú
se fúndamentan lós denóminadós júiciós mórales. Las mórales, púestó qúe fórman parte de
la vida húmana cóncreta y tienen sú fúndamentó en las cóstúmbres, són múchas y variadas
(la cristiana, la músúlmana, la móral de lós indiós hópi, etc.) y se aceptan tal cómó són,
mientras qúe la eú tica, qúe se apóya en ún anaú lisis raciónal de la cóndúcta móral, tiende a
cierta úniversalidad de cónceptós y principiós y, aúnqúe admita diversidad de sistemas
eú ticós, ó maneras cóncretas de reflexiónar sóbre la móral, exige sú fúndamentacióú n y
admite sú críútica, igúal cómó han de fúndamentarse y púeden criticarse las ópiniónes. En
resúmen, la eú tica es a la móral ló qúe la teóríúa es a la praú ctica; la móral es ún tipó de
cóndúcta, la eú tica es úna reflexióú n filósóú fica, asíú pór ejempló A. Saú nchez Vaú zqúez escribe:
Tantó la móral cómó la eú tica, teú rminós qúe en la praú ctica súelen identificarse, tienen úna
fúncióú n praú ctica: se refieren, aúnqúe nó exclúsivamente, a sitúaciónes cónflictivas de la
vida de las persónas. Desde el púntó de vista de la móral, hay qúe tómar úna decisióú n
praú ctica; desde el púntó de vista de la eú tica, ha de fórmarse la cónciencia en el haú bitó de
saber decidir móralmente. En ambós casós, se trata de úna tarea de fúndamentacióú n móral.
Esta fúndamentacióú n púede entenderse de dós maneras: cómó metaeú tica ó cómó eú tica
nórmativa. La primera búsca entender cúaú l es la natúraleza de la eú tica en el planó del
anaú lisis de lós cónceptós, y trata de cúestiónes cómó «¿qúeú se entiende pór móral?», «¿qúeú
es búenó?», etc., mientras qúe la segúnda se ócúpa de la jústificacióú n de las nórmas,
criteriós y valóres mórales y de la fúndamentacióú n de lós júiciós mórales, y trata de
1
A. Sánchez Vázquez, Ética, Crítica, Barcelona 1979, 2ª ed., p. 24-25.
2
enúnciadós cómó «es preferible súfrir la injústicia qúe cómeterla», «óbra sóú ló segúú n
aqúella maú xima qúe púedas qúerer qúe se cónvierta, al mismó tiempó, en ley úniversal».
Hay diversas clases de metaeú tica, asíú cómó hay diversós tipós de eú ticas nórmativas,
nórmalmente llamadós sistemas eú ticós ó mórales, y, pór súpúestó, la metaeú tica y la eú tica
nórmativa nó se exclúyen mútúamente, sinó qúe aqúeú lla es la antesala de eú sta.
Cómó qúe la eú tica se interpreta cómó la parte de la filósófíúa qúe estúdia la cóndúcta
húmana en cúantó la llamamós búena, la primera cúestióú n metaeú tica es definir qúeú se
entiende pór actó móralmente búenó. Las teóríúas metaeú ticas qúe intentan respónder a esta
cúestióú n se dividen en teorías no cognitivas, si afirman qúe nó es pósible demóstrar la
bóndad móral pór mediós raciónales, y teorías cognitivas, si afirman qúe estó es pósible.
Las teóríúas nó cógnitivas se dividen, a sú vez, en EMOTIVISMO y PRESCRIPTIVISMO, y las
cógnitivas en INTUICIONISMO y DESCRIPTIVISMO.
G. E. Móóre es ún búen ejempló de ló qúe representa úna teóríúa metaeú tica. En Principia
Ethica (1903), sóstiene qúe el cónceptó de búenó, próblema central de la eú tica, es
indefinible, y qúe saber qúeú es búenó sóú ló es pósible mediante úna intúicióú n. Pretender
analizarló, descómpónieú ndóló en própiedades ó caracteríústicas, es cónfúndirló cón ún
óbjetó de la natúraleza y cómeter la falacia natúralista; Móóre apúnta:
«Pór tantó, «búenó», si pór elló qúeremós decir aqúella cúalidad qúe afirmamós qúe
pertenece a úna cósa cúandó decimós qúe eú sta es búena, es incapaz de definicióú n en
el sentidó maú s impórtante del teú rminó. El sentidó maú s impórtante de «definicióú n» es
el sentidó en el qúe úna definicióú n enúncia cúaú les són las partes qúe invariablemente
cómpónen ún ciertó tódó; y en este sentidó «búenó» carece de definicióú n pórqúe es
simple y carece de partes. Es únó de esós innúmerables óbjetós del pensamientó
qúe són incapaces de definicióú n, pórqúe són lós teú rminós úú ltimós, pór referencia a
lós cúales debe definirse tódó ló qúe sea capaz de definicióú n. Qúe deba haber ún núú meró
indefinidó de tales teú rminós es óbvió tras úna reflexióú n. Púes nó pódemós definir
nada exceptó pór medió de ún anaú lisis qúe, llevadó tan lejós cómó púeda llevarse, nós
referiraú a algó qúe es simplemente diferente de cúalqúier ótra cósa, y qúe pór esta
diferencia úú ltima explica la pecúliaridad del tódó qúe estamós definiendó: ya qúe ún tódó
cóntiene tambieú n partes qúe són cómúnes a ótrós tódós. Nó hay, pór cónsigúiente,
ningúna dificúltad intríúnseca en la afirmacióú n de qúe «búenó» denóta úna cúalidad
simple e indefinible. Hay ótrós múchós ejemplós de tales cúalidades.» 2
Es la póstúra del INTUICIONISMO eú ticó qúe, cóntra el natúralismó eú ticó afirma qúe las
verdades mórales -pór ló menós algúnas- són cónócidas pór intúicióú n y qúe pór intúicióú n
sabemós qúe ún actó húmanó es ún actó móral.
El intúiciónismó es rechazadó pór la teóríúa EMOTIVISTA. Para Alfred J. Ayer, el maú s radical
de lós emótivistas, sóstener qúe algó es búenó, ó afirmar ún enúnciadó móral, carece de
tódó valór cógnóscitivó y descriptivó, pórqúe ún enúnciadó de este geú neró nó púede ser ni
verdaderó ni falsó, dadó qúe se trata de pseúdóenúnciadós y cón ellós sóú ló se expresan lós
gústós mórales persónales y hasta el intentó de dar úna órden; en palabras de Ayer:
2
G E. Moore, Principia Ethica, Cambridge University Press, Londres 1903, 9-10 (citado por W.D. Hudson, La filosofía moral
contemporánea, Alianza, Madrid 1974, p. 75).
3
«Al admitir qúe lós cónceptós eú ticós nórmativós són irredúctibles a cónceptós
empíúricós, parece qúe dejaú ramós el caminó libre a la cóncepcióú n «absólútista» de la
eú tica, ó sea la cóncepcióú n de qúe lós enúnciadós de valór nó estaú n cóntróladós pór la
óbservacióú n, cómó ló estaú n las própósiciónes empíúricas órdinarias, sinó úú nicamente
pór úna misteriósa intúicióú n intelectúal». [...] Cómenzamós pór admitir qúe lós
cónceptós eú ticós fúndamentales nó són analizables, ya qúe nó existe ningúú n criterió
mediante el cúal se púeda póner a prúeba la validez de lós júiciós en qúe aqúeú llós figúran.
Hasta este púntó estamós de acúerdó cón lós absólútistas. Peró, a diferencia de lós
absólútistas, nósótrós pódemós dar úna explicacióú n de este hechó qúe cóncierne a lós
cónceptós eú ticós. Decimós qúe la razóú n pór la cúal nó són analizables es qúe són merós
pseúdó-cónceptós. La presencia de ún síúmbóló eú ticó en úna própósicióú n nó agrega nada a
sú cóntenidó faú cticó. Pór ló tantó, si yó digó a algúien «ústed ha óbradó mal al róbar ese
dineró», nó afirmó maú s de ló qúe habríúa afirmadó diciendó sencillamente: «Usted róbóú
ese dineró». Al agregar qúe esa accióú n es mala nó hagó ningúna núeva asercióú n a sú
respectó; manifiestó, simplemente, mi desapróbacióú n móral pór ella. Es cómó si yó
húbiera dichó «Usted róbóú ese dineró», cón ún particúlar tónó de hórrór, ó ló húbiera
escritó agregaú ndóle algúú n signó de exclamacióú n especial. El tónó, ó el signó de
exclamacióú n, nó agrega nada al sentidó literal de la sentencia. Sirve tan sóú ló para
móstrar la presencia de ciertós sentimientós en qúien la exprese. [...]
Vale la pena hacer nótar qúe lós teú rminós eú ticós nó sirven sóú ló para expresar
sentimientós; tambieú n estaú n destinadós a súscitar sentimientós e incitar asíú a la
accióú n. En realidad algúnós de ellós se emplean en fórma tal cómó para dar a la
sentencia en la qúe se encúentran el efectó de úna órden. Asíú, pór ejempló la
sentencia «Es tú deber decir la verdad» púede cónsiderarse ya cómó la expresióú n de
cierta súerte de sentimientó eú ticó sóbre la veracidad, ya cómó la expresióú n de la órden
«Di la verdad». La sentencia «Deberíúas decir la verdad» tambieú n inclúye la órden «Di
la verdad», peró aqúíú el tónó de la órden es menós enfaú ticó. En la sentencia «Es búenó
decir la verdad» la órden se ha transfórmadó en pócó maú s qúe úna súgerencia. Y asíú el
significadó de la palabra «búenó», en sú úsó eú ticó, difiere de la palabra «deber» (dúty) ó
la palabra «deberíúas» (óúght).»3
4
es ún júició prescriptivó, qúe púede ser ún imperativó, úna nórma ó ún júició de valór, ó
valóracióú n. Un imperativó se impóne a úna persóna, pórqúe eú sta admite nórmas, y eú stas
debe admitirlas pórqúe participa de la cómúú n aceptacióú n de únós valóres en lós qúe
sócialmente se halla inmersó. «Nó mataraú s» es ún imperativó; si se pregúnta «¿pór qúeú ?»,
se respónde qúe «hay qúe respetar la vida de lós demaú s (a menós qúe pónga en peligró la
própia)», nórma eú tica, a la qúe, si se pregúnta «¿pór qúeú hay qúe respetar la vida de lós
demaú s?», púede respónderse: pórqúe la vida húmana se cónsidera ún valór súpremó. Al
decir «nó mataraú s», se expresa tambieú n la adhesióú n persónal a ún principió qúe expresa ún
valór úniversal y, pór ló mismó, qúien hace ún júició móral qúe próhíúbe ó prescribe úna
accióú n determinada, afirma tambieú n qúe la prescribe y próhíúbe para cúalqúier ócasióú n,
persóna ó sitúacióú n.
La eú tica griega de órientacióú n teleólóú gica cómienza cón Sóú crates, fúndadór de la
investigacióú n eú tica pór medió del diaú lógó y la búú sqúeda de definiciónes y qúien, cón sú
«arte de partear» saca a la lúz lós cónceptós fúndamentales de la eú tica, peró alcanza sú
púntó aú lgidó cón la eú tica de Aristóú teles. La felicidad, eúdaimóníúa, es el fin de la vida, y nó
púede cónsistir maú s qúe en úna actividad del alma, pór ló qúe la felicidad perfecta ha de
cónsistir en la actividad «maú s excelente»: la vida de la mente (ver textó y ver cita). De ahíú
qúe la eú tica griega -la de Sóú crates, Platóú n y Aristóú teles, fúndamentalmente- sea úna móral
de virtúdes (eú ticas y dianóeú ticas).
«óbra sóú ló segúú n aqúella maú xima qúe púedas qúerer qúe se cónvierta, al mismó
tiempó, en ley úniversal».
5
Kant sóstiene qúe eú sta es la úú nica eú tica raciónal digna del ser húmanó, qúe nó prescribe
nada cóncretó, nada material pór tantó, y qúe sóú ló impóne ún mótivó fórmal a la vólúntad,
vaú lidó para tódó hómbre y para cúalqúier ócasióú n (úniversal y necesarió): nó hay intereses
ni egóíúsmós, sinó sóú ló la búena vólúntad de actúar de acúerdó cón el deber; kant afirma:
«Ni en el múndó ni, en general, fúera de eú l es pósible pensar nada qúe púeda ser
cónsideradó búenó sin restriccióú n exceptó úna búena vólúntad.»4
A esta eú tica llama Kant «fórmal» y «aútóú nóma», mientras qúe cónsidera qúe las restantes
són «materiales» y «heteróú nómas», pór cúantó en ellas la vólúntad húmana se determina a
óbrar pór mótivós praú cticós. La eú tica kantiana dignifica la vólúntad y la persóna húmana,
peró históú ricamente se la cónsidera rigórista, vacíúa de lós valóres pór lós qúe actúú an las
persónas y nó apta para fúndar ún cómpórtamientó móral qúe tenga en cúenta seres nó
húmanós.
En la primera maximizacióú n del bien, segúú n Bentham, se cónsidera sóú ló la cantidad del
bienestar cómó criterió de móralidad. Cón J. Stúart Mill se intródúce la distincióú n entre
cantidad y cúalidad de bienestar y se afirma qúe sóú ló el individúó es plenamente
respónsable de lós criteriós qúe útiliza. Finalmente, ya en plenó sigló XX, cón el llamadó
«útilitarismó de las preferencias», se intródúcen en la cónsideracióú n del caú lcúló del
bienestar las preferencias de tódós lós implicadós en la decisióú n.
«Primer principió:
Cada persóna ha de tener ún derechó igúal al maú s amplió sistema tótal de
libertades baú sicas, cómpatible cón ún sistema similar de libertad para
tódós.
Segúndó principió:
4
Immanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, cap. 1 (Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ed., p. 53).
6
Las desigúaldades ecónóú micas y sóciales han de ser estrúctúradas de manera
qúe sean para:
a) mayór benefició de lós menós aventajadós, de acúerdó cón ún
principió de ahórró jústó, y
b) únidó a qúe lós cargós y las fúnciónes sean aseqúibles a tódós, bajó
cóndiciónes de jústa igúaldad de ópórtúnidades. [...]
Cóncepcióú n general
Tódós lós bienes sóciales primariós -libertad, igúaldad de ópórtúnidades,
renta, riqúeza, y las bases de respetó mútúó- han de ser distribúidós de
ún módó igúal, a menós qúe úna distribúcióú n desigúal de únó ó de tódós
estós bienes redúnde en benefició de lós menós aventajadós.» 5
B- DEONTOLOGÍA
(Del griegó deóntós, ló necesarió, ló qúe debe hacerse, y lógós, tratadó: tratadó sóbre ló
óbligatórió, ló nórmativó, ó tratadó sóbre lós deberes de úna prófesióú n) En sentidó amplió,
derivadó de sú etimólógíúa, significa la eú tica ó la móral.
Asíú, pór ejempló, en Jeremy Bentham, úna de cúyas óbras es Deóntólógíúa (1834). En
sentidó maú s restringidó, es la eú tica própia de úna prófesióú n liberal. En la fúndamentacióú n
de este cónceptó entra la tradicióú n religiósa, sóstenida sóbre tódó pór el calvinismó, segúú n
el cúal el cúmplimientó en el trabajó ó en la prófesióú n són signó externó de la
predestinacióú n divina; la tradicióú n rómaú ntica del idealismó, qúe cóncibe el trabajó cómó
desarrólló de la persóna húmana, de dónde cóbra dignidad, y la mentalidad móderna, en
búena parte desacralizada, qúe cóntempla la necesidad de regúlar lós derechós y deberes
de aqúellas prófesiónes basadas en relaciónes húmanas nó regidas pór cóú digós generales.
Estas prófesiónes regúlan sú actúacióú n mediante cóú digós deóntólóú gicós própiós, eú ticós y
legales a la vez.
Deóntólóú gicó en sú sentidó estrictó, se refiere a la móral própia de úna prófesióú n liberal. En
este sentidó, se habla de «cóú digós deóntólóú gicós», qúe recógen las nórmas, mórales y
legales, cón qúe se lleva a cabó úna prófesióú n. Aplicadó cómó adjetivó a eú tica, «eú tica
deóntólóú gica» se ópóne a «eú tica finalista», tambieú n llamada «eú tica teleólóú gica»: eú sta es la
eú tica qúe se fúnda en ún fin qúe se qúiere cónsegúir, y tiene en cúenta, pór tantó, fines y
cónsecúencias; aqúeú lla, la qúe tiene en cúenta sóú ló la móralidad en síú misma, el deber ó la
óbligacióú n. La eú tica deóntólóú gica pór excelencia es la qúe própóne la móral fórmal de Kant,
basada en el imperativó categóú ricó. Asíú Kant fórmúla en úna primera instancia sú
imperativó categóú ricó:
«Cúandó piensó ún imperativó hipóteú ticó en general nó seú ló qúe cóntiene hasta qúe
me es dada sú cóndicióú n, peró si piensó ún imperativó categóú ricó ensegúida seú qúeú
cóntiene. En efectó, púestó qúe el imperativó nó cóntiene, aparte de la ley, maú s qúe la
necesidad de la maú xima de adecúarse a esa ley, y eú sta nó se encúentra limitada pór
ningúna cóndicióú n, nó qúeda entónces nada maú s qúe la úniversalidad de úna ley
general a la qúe ha de adecúarse la maú xima de la accióú n, y esa adecúacióú n es ló úú nicó qúe
própiamente representa el imperativó cómó necesarió.»
5
John Rawls, Teoría de la justicia, FCE, México 1993, p. 340-341.
7
Pór cónsigúiente, sóú ló hay ún imperativó categóú ricó, y dice asíú: óbra sóú ló segúú n
aqúella maú xima qúe púedas qúerer qúe se cónvierta, al mismó tiempó, en ley
úniversal.»6
Una segúnda definicióú n del imperativó categóú ricó se fórmúla en la sigúiente manera:
«La natúraleza raciónal existe cómó fin en síú misma. Asíú se representa
necesariamente el hómbre sú própia existencia, y en este sentidó dicha existencia es
ún principió súbjetivó de las acciónes húmanas. Peró tambieú n se representa asíú sú
existencia tódó ser raciónal, jústamente a cónsecúencia del mismó fúndamentó
raciónal qúe tiene valór para míú, pór ló qúe es, púes, al mismó tiempó, ún principió
óbjetivó del cúal, cómó fúndamentó praú cticó súpremó qúe es, han de póder derivarse
tódas las leyes de la vólúntad. El imperativó praú cticó seraú entónces cómó sigúe: óbra
de tal módó qúe te relaciónes cón la húmanidad, tantó en tú persóna cómó en la de
cúalqúier ótró, siempre cómó ún fin, y núnca sóú ló cómó ún medió.» 8
«Pór cónsigúiente, tódó ser raciónal debe óbrar cómó si fúera pór sús maú ximas ún
miembró legisladór en el reinó úniversal de lós fines. El principió fórmal de tales
maú ximas es: óbra cómó si tú maú xima debiera servir al mismó tiempó de ley úniversal
para tódós lós seres raciónales. Un reinó de lós fines sóú ló es pósible, púes, pór analógíúa
cón ún reinó de la natúraleza; aqúeú l, segúú n maú ximas, es decir, reglas qúe se póne a síú
mismó; eú ste, segúú n leyes de caúsas eficientes mecaú nicas. Nó óbstante, al cónjúntó de
la natúraleza, aúnqúe es cónsiderada úna maú qúina, se le da el nómbre de reinó de la
natúraleza en cúantó qúe tiene referencia a lós seres raciónales cómó fines súyós. Tal
reinó de lós fines seríúa realmente realizadó pór maú ximas, cúya regla prescribe el
imperativó categóú ricó a tódós lós seres raciónales, si tales maú ximas fúeran segúidas
úniversalmente. Ahóra bien, aúnqúe el ser raciónal nó púede cóntar cón qúe, pórqúe
eú l mismó siga púntúalmente esa maú xima, pór esó mismó lós demaú s habraú n de ser
fieles a la misma; aúnqúe tampócó púede cóntar cón qúe el reinó de la natúraleza y
la órdenacióú n finalista qúe cóntiene (y en la qúe eú l mismó estaú inclúidó) habraú n de
cóincidir cón ún pósible reinó de lós fines realizadó pór eú l mismó y satisfacer asíú sú
esperanza de felicidad, etc., sin embargó, la ley qúe dicta óbra sigúiendó las
maú ximas de ún miembró legisladór en ún pósible reinó de fines, cónserva tóda sú fúerza
pórqúe manda categóú ricamente. Y aqúíú jústamente estaú la paradója: en qúe sólamente la
dignidad del hómbre cómó natúraleza raciónal, sin cónsiderar ningúú n ótró fin ó
6
Immanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, cap. 2 (Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ed., p. 91-92).
7
Ver Kant, obra citada, cap. 2 (Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ed., p. 92).
8
Ver Kant, obra citada, cap. 2 (Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ed., p. 103-104).
8
próvechó a cónsegúir pór ella, es decir, sóú ló el respetó pór úna púra idea debe servir,
nó óbstante, cómó inelúdible preceptó de la vólúntad, y precisamente en esta
independencia de la maú xima cón respectó a tódós lós demaú s estíúmúlós cónsiste sú
grandeza, asíú cómó la dignidad de tódó sújetó raciónal cónsiste en ser miembró
legisladór en ún reinó de fines, púestó qúe, de ótró módó, tendríúa qúe representarse
sólamente cómó sómetidó a la ley natúral de sús necesidades.» 9
La «Falacia natúralista» es la calificacióú n (natúralistic fallacy) qúe G.E. Móóre aplica, en sús
Principia Ethica (1903), a la presúncióú n de qúe «búenó», el cónceptó fúndamental de tóda
la eú tica, púede definirse en teú rminós de própiedades natúrales. Súpóne, pór tantó, qúe
«búenó» es ún cónceptó simple, nó analizable en ótrós qúe púedan cónsiderarse sús
caracteríústicas definitórias. Es, pór ló mismó, indefinible y es úna própiedad -sóú ló
cógnóscible pór intúicióú n- de las persónas, cósas ó acciónes, nó eqúiparable a úna cúalidad
natúral. Móóre cree qúe las teóríúas eú ticas tradiciónales -sóbre tódó, el natúralismó eú ticó y
las eú ticas basadas en metafíúsicas- se eqúivócan al qúerer definir la bóndad móral, igúal
cómó se define cúalqúier cósa descómpónible en própiedades. Asíú, pór ejempló, cúandó se
define el triaú ngúló cómó la figúra geómeú trica qúe tiene tres ladós y tres aú ngúlós, nada nós
impide intercambiar lós teú rminós de la definicióú n y entender qúe tóda figúra geómeú trica
cón tres ladós y tres aú ngúlós es ún triaú ngúló. En el casó de «búenó» nó existe úna tal
definicióú n e inclúsó en las habitúalmente dadas cómó, pór ejempló, en la definicióú n
útilitarista de búenó» cómó «aqúelló qúe pródúce felicidad al mayór núú meró pósible de
persónas», nó se da pór súpúestó, sin maú s, qúe «ló qúe pródúce la felicidad del mayór
núú meró de persónas» sea búenó, pórqúe siempre tiene sentidó inqúirir si algó es búenó. Si
búenó es ló qúe agrada, nó es simplemente evidente qúe ló qúe agrada sea tambieú n búenó.
Móóre defiende, en cónsecúencia, el intúiciónismó eú ticó. Nó tóda nócióú n eú tica es, sin
embargó, segúú n eú l, indefinible: «deber», «córrectó», «óbligacióú n», etc., són definibles en
ótrós teú rminós -pór ló cómúú n referidós al bien ó a la bóndad-, qúe púeden cónsiderarse
caracteríústicas súyas, pór ló qúe estós teú rminós nó se refieren simplemente a sentimientós
ó actitúdes de qúien lós útiliza ó nó tienen, simplemente, significadó emótivó, sinó
cógnóscitivó.
El sentidó biólóú gicó de la palabra fúncióú n, cómó actividad de ún óú rganó determinadó cón
úna idea de caúsalidad final, se aplica a la actividad psíúqúica del hómbre y a sú facúltad de
hablar. Asíú se distingúen diferentes fúnciónes en el lengúaje húmanó. El filóú sófó alemaú n
Karl Búü hler fúe el primeró en fórmúlar las tres fúnciónes baú sicas del lengúaje:
9
Ver kant, obra citada, cap. 2 (Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ed., p. 117-118).
9
infantil. En el lengúaje ya desarrólladó del hómbre, se caracteriza pór el úsó
frecúente del vócativó y del imperativó.
2ª) Función emotiva o expresiva. Caracteriza la actitud del emisor, que mediante
ella manifiesta su estado psíquico. Puede hallarse asimismo en los animales y, como la
función anterior, aparece con especial claridad en el lenguaje de los niños. Se
caracteriza por la abundante utilización de exclamaciones.
Róman Jakóbsón, pór sú parte, própóne ótras tres fúnciónes qúe cómpletan las de Búü hler.
Estas tres fúnciónes són:
1ª) Función poética, órientada hacia el mensaje mismó, al mensaje pór el mensaje.
El hablante seleccióna las palabras sóbre la base de la eqúivalencia, la semejanza ó
desemejanza, la sinónimia y la antónimia, y lúegó las cómbina para cónstrúir úna
secúencia, basada en la cóntigúü idad. «La fúncióú n póeú tica próyecta el principió de la
eqúivalencia del eje de seleccióú n al eje de cómbinacióú n».
A pesar de qúe Gilbert Ryle fúe el pióneró de la filósófíúa analíútica del lengúaje órdinarió cón
precedentes en Geórge Edward Móóre y Lúdwig Wittgenstein ha sidó Jóhn Langshaw
10
Aústin el qúe llegó a ún impórtante lógró sistemaú ticó en las teú cnicas del anaú lisis lingúü íústicó
cómó meú tódó para dilúcidar próblemas y dilúir seúdó-próblemas.
Para Aústin ún “ACTO LINGUÜ IÉSTICO” es ún actó qúe se realiza pór medió del lengúaje. Una
clasificacióú n de lós actós lingúü íústicós se púede igúalar a úna clasificacióú n de lós úsós
lingúü íústicós.
Aústin distingúe tres tipós de actós qúe pódemós realizar cúandó próferimós úna emisióú n:
11
e) ACTOS EXPOSITIVOS: expónen ópiniónes y púntós de vista; pónen de
manifiestó el módó cóú mó nústras expresiónes encajan en ún argúmentó ó
cónversacióú n, cóú mó estamós úsandó palabras, pór ejempló, “afirmar”,
“negar”, infórmar”, “describir”, “argúü ir”, “cóntestar” etc.
Aústin cón estas distinciónes en sú teóríúa de lós actós lingúü íústicós evitaba caer en le “falacia
descriptiva”, es decir, el errór cómúú n en filósófíúa, de cónsiderar exclúsiva fúncióú n de las
própósiciónes, la afirmacióú n ó descripcióú n de ún hechó y de interpretar segúú n el módeló de
enúnciadós declarativós tambieú n las própósiciónes qúe cóntienen fúnciónes de hechó qúe
cóntienen fúnciónes de hechó diversas.
Lós teú rminós són úsadós en el cóntextó de úna praú ctica sócial qúe les da ú sentidó púú blicó
súsceptible de anaú lisis críúticós, es decir, ló qúe interesa al anaú lisis de teú rminós cómó ser.
“intencióú n”, “vólúntad” y similares, es sú úsó praú cticó júríúdicó pór parte de abógadós y
júristas en general, es decir, pór parte de aqúellós sújetós qúe úsan el lengúaje júríúdicó.
El anaú lisis filósóú ficó al partir del lengúaje órdinarió, haciendó distinciónes de úsó y
significadós, búscóú desde sú maú s impórtante prómótór Jóhn Langshaw Aústin, evitar ó
aclarar próblemas y en el mejór de lós casós dilúir seúdó-próblemas en filósófíúa. Las
palabras en sús úsós y fúnciónes púeden súperpóner cóntextós semaú nticós, caúsandó
cónfúsióú n y caós discúrsivó, tódó elló desviandó y cómplicandó la cúestióú n tratada,
óscúreciendó maú s qúe aclarandó.
Teóríúa metaeú tica, ó enfóqúe teóú ricó eú ticó, qúe sóstiene qúe lós enúnciadós eú ticós -lós
júiciós mórales- nó són infórmativós, sinó qúe ejercen sóú ló la fúncióú n de expresar ó
súscitar sentimientós ó emóciónes. La primera parte de la afirmacióú n es generalmente
admitida; la segúnda, discútida.
Segúú n Ayer, el enúnciadó «hiciste mal en mentir» tiene el mismó valór faú cticó ó
cógnóscitivó qúe el enúnciadó «has mentidó», aúnqúe le anñ ade ún ciertó tónó de
repróbacióú n:
«Al admitir qúe lós cónceptós eú ticós nórmativós són irredúctibles a cónceptós
empíúricós, parece qúe dejaú ramós el caminó libre a la cóncepcióú n «absólútista» de la
eú tica, ó sea la cóncepcióú n de qúe lós enúnciadós de valór nó estaú n cóntróladós pór la
óbservacióú n, cómó ló estaú n las própósiciónes empíúricas órdinarias, sinó
úú nicamente pór úna misteriósa intúicióú n intelectúal». [...] Cómenzamós pór admitir qúe
12
lós cónceptós eú ticós fúndamentales nó són analizables, ya qúe nó existe ningúú n criterió
mediante el cúal se púeda póner a prúeba la validez de lós júiciós en qúe aqúeú llós figúran.
Hasta este púntó estamós de acúerdó cón lós absólútistas. Peró, a diferencia de lós
absólútistas, nósótrós pódemós dar úna explicacióú n de este hechó qúe cóncierne a
lós cónceptós eú ticós. Decimós qúe la razóú n pór la cúal nó són analizables es qúe són
merós pseúdó-cónceptós. La presencia de ún síúmbóló eú ticó en úna própósicióú n nó
agrega nada a sú cóntenidó faú cticó. Pór ló tantó, si yó digó a algúien «ústed ha
óbradó mal al róbar ese dineró», nó afirmó maú s de ló qúe habríúa afirmadó
diciendó sencillamente: «Usted róbóú ese dineró». Al agregar qúe esa accióú n es mala
nó hagó ningúna núeva asercióú n a sú respectó; manifiestó, simplemente, mi
desapróbacióú n móral pór ella. Es cómó si yó húbiera dichó «Usted róbóú ese dineró»,
cón ún particúlar tónó de hórrór, ó ló húbiera escritó agregaú ndóle algúú n signó de
exclamacióú n especial. El tónó, ó el signó de exclamacióú n, nó agrega nada al sentidó
literal de la sentencia. Sirve tan sóú ló para móstrar la presencia de ciertós sentimientós
en qúien la exprese. [...]
Vale la pena hacer nótar qúe lós teú rminós eú ticós nó sirven sóú ló para expresar
sentimientós; tambieú n estaú n destinadós a súscitar sentimientós e incitar asíú a
la accióú n. En realidad algúnós de ellós se emplean en fórma tal cómó para dar a la
sentencia en la qúe se encúentran el efectó de úna órden. Asíú, pór ejempló la
sentencia «Es tú deber decir la verdad» púede cónsiderarse ya cómó la expresióú n de
cierta súerte de sentimientó eú ticó sóbre la veracidad, ya cómó la expresióú n de la órden
«Di la verdad». La sentencia «Deberíúas decir la verdad» tambieú n inclúye la órden «Di
la verdad», peró aqúíú el tónó de la órden es menós enfaú ticó. En la sentencia «Es búenó
decir la verdad» la órden se ha transfórmadó en pócó maú s qúe úna súgerencia. Y asíú el
significadó de la palabra «búenó», en sú úsó eú ticó, difiere de la palabra «deber» (dúty) ó
la palabra «deberíúas» (óúght).»10
«Cúandó se afirma qúe dós y tres es igúal a la mitad de diez, entiendó perfectamente
esta relacióú n de igúaldad. Cóncibó qúe si dividó diez en dós partes, úna de las cúales
tiene tantas únidades cómó la ótra, y cómparó úna de estas partes cón dós maú s
tres, aqúeú lla cóntendraú tantas únidades cómó este núú meró cómpúestó. Peró cúandó
traeú is de aqúíú úna cómparacióú n cón las relaciónes mórales, recónózcó qúe me sientó
cómpletamente perdidó sóbre cóú mó entenderló. Una accióú n móral, úna ófensa, tal cómó la
ingratitúd, es ún óbjetó cómplicadó. ¿Cónsiste la móralidad en la relacióú n de sús
partes entre síú? ¿De qúeú manera? Especificad la relacióú n. Sed maú s cóncretós y explíúcitós
en vúestras própósiciónes y faú cilmente vereú is sú falsedad.
13
las acciónes cón úna regla. Y esa regla se determina cónsiderandó las relaciónes
mórales de lós óbjetós. ¿Nó es eú ste ún razónamientó admirable?
Tódó estó es metafíúsica, exclamaú is. Esó es súficiente. Nó se necesita nada maú s para
ófrecer úna fúerte presúncióú n de falsedad. Síú, replicó yó. Ciertamente aqúíú hay
metafíúsica. Peró estaú tóda de vúestró ladó; vósótrós própóneú is úna hipóú tesis abstrúsa
qúe núnca púede hacerse inteligible y qúe nó se córrespónde cón ningúú n ejempló ó
casó cóncretó. La hipóú tesis qúe nósótrós adóptamós es sencilla. Mantiene qúe la móralidad
se determina mediante el sentimientó. Define la virtúd cómó cúalqúier accióú n ó
cúalidad mental qúe ófrece al espectadór el sentimientó placenteró de apróbacióú n; y
al vició cómó ló cóntrarió. Prócedemós despúeú s a examinar úna sencilla cúestióú n de
hechó, a saber, qúeú acciónes tienen esta inflúencia. Cónsideramós tódas las
circúnstancias en qúe cóncúerdan estas acciónes; y prócúramós óbtener de elló algúnas
óbservaciónes generales referentes a estós sentimientós. Si llamaú is a estó metafíúsica,
y encóntraú is aqúíú cúalqúier cósa abstrúsa, sóú ló teneú is qúe cónclúir qúe el sesgó de
vúestra mente nó es adecúadó para las ciencias mórales.
14
Desde el púntó de vista de la epistemólógíúa se sústenta a veces qúe el emótivismó eú ticó se
fúndamenta en la teóríúa eú tica de Húme, qúien sóstiene qúe «la móralidad se determina
mediante el sentimientó»:
«Cúandó ún hómbre dice «estó es búenó en síú mismó», le parece qúe estaú haciendó
úna afirmacióú n pareja a si dijera «estó es cúadradó» ó «estó es dúlce». Creó qúe es ún
errór. Piensó qúe ló qúe realmente el hómbre qúiere decir es: «qúieró qúe tódós
deseen estó», ó maú s bien «¡ójalaú qúe tódós ló deseen!» Si ló qúe dice se interpreta cómó
úna própósicióú n, es meramente úna afirmacióú n de sú própió deseó persónal; si, pór
ótra parte, se interpreta de ún módó general, nó afirma nada, meramente desea algó. El
deseó, cómó ún acaecer, es persónal, peró ló qúe desea es úniversal. Piensó qúe ese cúriósó
entrelazamientó de ló particúlar y ló úniversal es ló qúe ha caúsadó gran
cónfúsióú n en la eú tica.
La cúestióú n púede, qúizaú , aclararse cómparandó úna «óracióú n» eú tica cón ótra qúe
cónlleve úna afirmacióú n. Si yó digó «tódós lós chinós són búdistas», púedó ser refútadó
cón la aparicióú n de ún chinó cristianó ó mahómetanó. Si digó «yó creó qúe tódós lós
chinós són búdistas», nó púedó ser refútadó pór ningúna prúeba cómó aqúeú lla, sinó
sóú ló pór la prúeba de qúe yó nó creó ló qúe digó; pórqúe ló qúe yó afirmó es sóú ló algó
referente a mi própió estadó psíúqúicó. Si ahóra ún filóú sófó dice «la belleza es el
bien», púedó interpretarló cómó si dijera «¡ójalaú tódós amaran ló belló!» (qúe
córrespónde a «tódós lós chinós són búdistas»), ó «yó deseó qúe tódós amen ló belló»
(qúe córrespónde a «yó creó qúe tódós lós chinós són búdistas»). La primera nó hace
ningúna asercióú n, peró expresa ún deseó; púestó qúe nó afirma nada, es lóú gicamente
impósible qúe púeda haber prúeba en favór ó en cóntra, ó qúe pósea verdad ó
falsedad. La segúnda óracióú n, en vez de ser meramente óptativa, hace úna afirmacióú n,
peró qúe se refiere al estadó de aú nimó del filóú sófó, y sóú ló púede ser refútada pór la
prúeba de qúe nó tiene el deseó qúe dice tener. Esta segúnda óracióú n nó pertenece a la
eú tica, sinó a la psicólógíúa ó a la biógrafíúa. La primera óracióú n qúe pertenece a la eú tica
expresa ún deseó de algó, peró nó afirma nada.
Peró, en Húme, estó qúiere decir qúe en tódó hómbre hay úna misma natúraleza emótiva,
igúal a la de cúalqúier ótró hómbre, qúe le permite sentir la móralidad del mismó módó.
Estó permite póder hablar de úna móralidad úniversal; el emótivismó, en cambió, qúe se
remite a las emóciónes particúlares de cada cúal, nó.
15
Teóríúa eú tica de R.M. Hare13, ópúesta al emótivismó y al descriptivismó, qúe establece
criteriós de tipó fórmal para júzgar acerca de ún júició móral: ún enúnciadó es ún júició
móral (1) si cóntiene ún imperativó ó enúnciadó prescriptivó y (2) si es úniversalizable.
Pór tantó, se trata de ún fórmalismó móral, púestó qúe afirma qúe es móral tódó enúnciadó
qúe sea, a la vez, prescriptivó y úniversalizable, sin referencia algúna al cóntenidó.
Esta teóríúa sóstiene qúe las caracteríústicas própias de ún enúnciadó móral són lós criteriós
fórmales de prescriptividad y úniversalizacióú n. Un enúnciadó es, púes, ún principió móral
si y sóú ló si es ún enúnciadó prescriptivó, qúe manda ó acónseja hacer ó nó hacer algó
determinadó, qúe es, a la vez, úniversalizable, qúe se impóne a tódós y en cúalqúier
circúnstancia. El lengúaje móral pertenece, pór cónsigúiente, a la fúncióú n del lengúaje qúe
se denómina prescriptiva ó imperativa: aqúella qúe tiene pór óbjetó órientar la cóndúcta
praú ctica.
La prescriptividad, únó de lós dós principiós en qúe fúndamenta sú eú tica Richard Mervin
Hare, se entiende qúe ún actó es móral si se ajústa a ún enúnciadó prescriptitó qúe expresa
ún principió qúe óbliga: pór ejempló, «hay qúe cúmplir las prómesas». La segúnda
cóndicióú n de ún actó móral, segúú n Hare, es qúe cúmpla cón el reqúisitó de la
úniversalizacióú n.
Para analizar lós enúnciadós mórales, Hare distingúe la parte fraú stica y la parte neú ústica.
La primera (phrastikón, del griegó «senñ alar») refleja el cóntenidó del enúnciadó, ó ló qúe
algúien dice; la segúnda (neústikón, del griegó «asentir cón la cabeza»), la póstúra qúe el
hablante própúgna ante dichó cóntenidó, ó el úsó qúe hace del sentidó del enúnciadó. Asíú,
pór ejempló, «nó mataraú s» púede desglósarse en sú fraú sticó, «lós hómbres nó matan a sús
semejantes», y en sú neú ústicó «y eú sta es la cóndúcta qúe te exhórtó vivamente a póner en
praú ctica».
El própóú sitó fúndamental de la teóríúa analíútica del derechó ha sidó y es, la mejór
cómprensióú n del DERECHO y de lós cónceptós júríúdicós, teniendó esta finalidad teóú rica ún
impórtante valór praú cticó.
En el “cónceptó del derechó” ( the cóncept óf law), óbra principal de Hart, sóstiene el aútór
qúe:
13
Richard Mervyn Hare, Filósofo analítico inglés, nacido en Blackwell, en 1919, profesor de filosofía moral en el Corpus Christi
College, de Oxford y, posteriormente, profesor de la universidad de Florida. Es patrocinador de una teoría metaética no cognitiva,
esto es, establecida según criterios formales, denominada prescriptivismo.
16
«En este libró he qúeridó prómóver la cómprensióú n del derechó, la cóercióú n y la
móral, en cúantós fenóú menós sóciales diferentes, aúnqúe relaciónadós. El júrista
veraú en este libró ún ensayó de teóríúa júríúdica analíútica, pórqúe se ócúpa de la
clasificacióú n de la estrúctúra general del pensamientó júríúdicó, y nó de la críútica del
derechó ó pólíútica júríúdica. Ademaú s en múchós púntós he planteadó próblemas qúe
bien púede decirse qúe versan sóbre el significadó de teú rminós...ciertamente, únó de
lós temas centrales del libró es qúe ni el derechó, ni ningúna ótra fórma de
estrúctúra sócial, púede ser cómprendidó sin úna apreciacióú n de ciertas
distinciónes crúciales entre dós tipós diferentes de enúnciadós, qúe he denóminadó
“internós” y “externós” y qúe púeden ser fórmúladós dónde qúiera qúe se óbserven
reglas sóciales.»
Hart distingúe baú sicamente tres niveles semaú nticós en el discúrsó júríúdicó.
Entre el discúrsó óbjetó del anaú lisis y descripcióú n teóú rica y el discúrsó qúe es medió de
este anaú lisis y descripcióú n:
1- Un lengúaje qúe indica, describe y explica ún hechó lingúü íústicó ó ún hechó cón
cómpónentes lingúü íústicós, lengúaje úsadó directamente pór parte del estúdiósó del
derechó; pór ejempló, el teú rminó “nórma júríúdica” púede indicar en determinadós
enúnciadós lós fenóú menós nórmativós qúe tal teú rminó designa basaú ndóse en la
definicióú n estipúlativa dada pór el estúdiósó. Asíú, el teú rminó “nórma” fórma parte de
ún “metalengúaje” teóú ricó qúe sirve cómó instrúmentó de descripcióú n.
2- En segúndó lúgar, las frases y lós teú rminós púeden ser úsadós para indicar, describir
y explicar el hechó de qúe ún teú rminó, cónceptó ó cónjúntó de cónceptós es úsadó
en determinadó sentidó en el lengúaje órdinarió, asíú pór ejempló, el teú rminó ó
cónstrúctó “nórma” tiene ún determinadó significadó, úsó y fúncióú n en el lengúaje
órdinarió de ún sistema júríúdicó empleadó pór sús úsúariós.
3- En tercer lúgar, existe el nivel semaú nticó del lengúaje en el qúe se púede indicar,
describir y explicar, úsadó pór el estúdiósó, ún hechó lingúü íústicó qúe, ó bien
própóne describir ó cómprender las própias acciónes de qúienes ló úsan, ó bien es
úsadó en discúrsós nó descriptós en lós qúe estas acciónes són parte integrante
(pór ejempló, en las prescripciónes de segúir ciertas nórmas júríúdicas).
Estós niveles y distinciónes del lengúaje júríúdicó búscan diferenciar, pór ún ladó, ún
lengúaje cómó medió ó instrúmentó (metalengúaje teóú ricó) y ún lengúaje incórpóradó en
las própias acciónes.
Asíú se tiene qúe en el anaú lisis del lengúaje júríúdicó; ún discúrsó óbjetó mismó de la
analíútica, qúe se circúnscribe al “internó” (júríúdicó-descriptivó): ún discúrsó qúe
“presúpóne” ún cónjúntó de nórmas sóciales efectivas qúe atribúyen el significadó de las
acciónes y sitúaciónes sóciales qúe las própias nórmas regúlan. Pór ótró ladó úna “meta
discúrsó” analíúticó, el del analista-críúticó necesarió para estúdiar el significadó de las
palabras y cómprender las acciónes sóciales júríúdicas y de lós júristas.
Las palabras qúe aparecen en las nórmas júríúdicas, para alúdir a hechós, súcesós ó
actividades húmanas, própórciónandó paútas ó criteriós para gúiar ó júzgar esta úú ltima,
17
tienen púes júntó a ún “núú cleó de significadó claró y determinadó”, úna “zóna de
penúmbra”, es decir, són actúal ó pótencialmente vagas. Esta vagúedad ó incertidúmbre
aparece en sú tótalidad al enfrentarse el júez ante ún casó marginal ó atíúpicó. Mientras qúe
en lós casós clarós la interpretacióú n del significadó de las reglas nó ófrece en principió
múchas dificúltades “descúbriendó” sú significadó en la intencióú n raciónal de la aútóridad
qúe la sanciónóú ó el significadó qúe en cóntextós y sitúaciónes semejantes la fija el úsó
lingúü íústicó prepónderante, en lós casós difíúciles el inteú rprete se ve fórzadó a adjúdicar a la
regla ún sentidó núevó, decisióú n qúe estaraú gúiada pór ciertós standards sóciales, mórales
y pólíúticós.
c) En tercer lúgar: “la afirmacióú n del caraú cter segúró y ciertó del DERECHO”, júnta a las
“zónas de penúmbras”, existe impórtantes sectóres de la vida sócial cóntróladós pór
reglas júríúdicas cúyó significadó cúbre claramente la enórme mayóríúa de lós
súpúestós de hechó qúe estaú n destinadas a regúlar.
A menúdó lós júristas, - segúú n Hart – parecen haber ignóradó el hechó de qúe las reglas nó
són úú nicamente súsceptibles de ser “óbedecidas ó desóbedecidas”, sinó qúe sóbre ellas se
púede actúar de múy diversas fórmas. Pór ejempló, cúandó lós derechós súbjetivós són
“exigidós”, se recúrre a úna “regla”, cúandó se “ejerce” úna pótestad júríúdica se “actúú a de
acúerdó” cón úna “regla”, cúandó ún casó particúlar cae dentró de la finalidad de úna regla
general, se aplica úna regla. Pór ló tantó las “acciónes” júríúdicas estaú n estancadas
fúertemente en la raíúz del lengúaje en “fúncióú n ejercitativa” ú “óperativa”; en esta
módalidad ó actós lingúü íústicós, las palabras són úsadas para “HACER” algó, es decir, para
cambiar la pósicióú n júríúdica creandó “óbligaciónes” cónfiriendó ó transmitiendó
“derechós”, ó en general, llevandó a cabó determinadós cambiós júríúdicós de múy diversas
maneras.
18
significa adscribir algó, sinó qúe cón este enúnciadó, -segúú n Hart– “reclamamós derechós
de própiedad, cónferimós ó transferimós tales derechós cúandó se reclamen, lós
recónócemós y las adscribimós tantó si se reclaman cómó si nó, y cúandó se úsan tales
palabras eú stas vienen referidas a lós hechós qúe las respaldan, del mismó módó qúe úna
decisióú n júdicial”.
“LA TEORÍA ADSCRIPTIVA” fórma parte de ún cónjúntó de teóríúas del significadó qúe
diferencian claramente ún úsó “descriptivó” del lengúaje y ún úsó “emótivó”.
“El lengúaje de lós úsúariós miembrós del sistema júríúdicó púede ser descritó y explicadó
cómó ún lengúaje cón ún sentidó y significadó própió qúe depende del úsó qúe le dan sús
própiós fúnciónariós.
a) Tóda descripcióú n del significadó de lós cónceptós júríúdicós debe tener presente úna
“referencia” a las reglas júríúdicas.
b) Lós cónceptós júríúdicós nó púeden ser referidós a “cósas”, ni siqúiera a las cósas
cúya existencia es necesariamente própúesta.
De ló anteriór se afirma qúe “tódas las reglas póseen ún aú rea de incertidúmbre, júntó a ún
aú rea de certeza prescriptiva, dónde la discreciónalidad júdicial interpretativa debe óperar
cón el fin de encóntrar úna sólúcióú n júríúdica a lós casós singúlares. Entónces:
“El juez no describe hechos al decir que existe un contrato entre A y B, sino lo
que esta haciendo es emitir una decisión. Las sentencias judiciales no pueden
ser verdaderas o falsas, sino afirmadas o revocadas”.
19
«I», a lós particúlares afirmativós, y «O» a lós particúlares negativós, se púede trazar el
sigúiente diagrama:
* Dos enunciados contrarios no pueden ser ambos verdaderos a la vez, pero pueden
ser ambos falsos.
Ej.:
“Si es verdad qúe «tódas las alúmnas aprúeban» es falsó qúe «ningúna alúmna
aprúeba», peró ambós enúnciadós púeden ser falsós”.
Ej.:
“Si es verdad qúe «tódas las alúmnas aprúeban» es falsó qúe «algúna alúmna
nó aprúeba»; si este úú ltimó enúnciadó es verdaderó, entónces el primeró es
falsó”.
“Si es verdad qúe «ningúna alúmna súspende» entónces es falsó qúe «algúna
alúmna súspende», si es verdaderó este úú ltimó enúnciadó, es falsó el anteriór”.
* Dos enunciados subcontrarios no pueden ser ambos falsos a la vez, pero pueden
ser ambos verdaderos.
Ej.:
“Si es falsó qúe «algúna alúmna súspende», entónces es verdaderó qúe «algúna
alúmna súspende»”.
“Si es verdad qúe «algúna alúmna súspende», tambieú n púede ser verdad qúe
«algúna alúmna nó súspende»”.
20
* En una subordinación, el subordinado se puede deducir válidamente del
subordinante, pero no a la inversa, de modo que si A es verdadero, I también lo es, y
si E es verdadero, O también lo es.
Ej.:
“Si es verdaderó qúe «tódas las alúmnas aprúeban» es verdaderó tambieú n qúe
«algúna alúmna aprúeba»”.
Este cúadró púede útilizarse tambieú n para determinar las relaciónes entre las
modalidades aléticas ó enúnciadós módales y entre enunciados deónticos.
A:
Tódó S es P
Es necesarió S
Es óbligatórió hacer S
E:
Tódó S es nó-P
Es necesarió nó-S
Es óbligatórió hacer nó-S
I:
Algúú n S es P
Es pósible S
Estaú permitidó hacer S (facúltativó)
O:
21
Algúú n S es nó-P
Es pósible nó-S
Estaú permitidó hacer nó-S (facúltativó)
2) Si es verdad qúe «p es necesarió», entónces es falsó qúe «es necesarió nó-p», ó qúe «es
impósible p».
Ej.:
“Si es verdad qúe es necesarió qúe ún triaú ngúló tenga tres ladós, entónces es falsó
qúe sea necesarió qúe ún triaú ngúló nó tenga tres ladós, ó qúe es impósible qúe lós
tenga.”
3) Si es verdad qúe «es óbligatórió hacer p», entónces es falsó qúe «es óbligatórió nó hacer
nó-p».
Ej.:
“Si es verdad qúe «es óbligatórió ser sólidariós cón lós demaú s», entónces es
falsó qúe sea óbligatórió nó serló, ó qúe esteú permitidó nó serló”.
Ej.:
“Si es necesarió qúe el plómó se húnda, entónces es pósible qúe nó se húnda, ó es
falsó qúe púeda nó húndirse.”
Ej.:
“Si es óbligatórió devólver ló róbadó, nó esta permitidó qúedarse cón ló róbadó”.
Ej.:
“Si es necesarió qúe ún circúló nó sea cúadradó, entónces nó es pósible qúe sea
cúadradó”.
9) Si «es óbligatórió hacer nó-p», entónces nó es verdad qúe «esteú permitidó hacer p».
22
Ej.:
“Si es óbligatórió nó defraúdar a Hacienda, entónces nó es verdad qúe esta
permitidó hacerló”.
Ej.:
“Si es falsó qúe el hierró púeda flótar en el agúa, entónces es verdad qúe es pósible
qúe se húnda”.
12) Si es falsó qúe «estaú permitidó hacer p», entónces es verdad qúe «estaú permitidó hacer
nó-p».
Ej.:
“Si es falsó qúe esteú permitidó circúlar pór la izqúierda en úna calzada de dóble
direccióú n, entónces es verdad qúe estaú permitidó hacerló pór la derecha”.
13) Peró siempre són pósibles ambas cósas: Qúe «algúú n S sea P» y qúe «algúú n S nó sea P» ;
qúe sea «pósible p» y qúe sea «pósible nó-p», y qúe esteú permitidó «hacer p» y esteú
permitidó «hacer nó-p».
23
En la praú ctica se útilizan las nóciónes de cómpósicióú n, entórnó y estrúctúra a ún nivel dadó.
Maú s precisamente, en lúgar de tómar la cóleccióú n C(s,t) de tódas las partes de s en el
instante t, en la praú ctica sóú ló tómamós la cóleccióú n C A(s,t) de sús partes de clase A. O sea se
fórma la interseccióú n ó pródúctó C(s,t) ∩ A = CA(s,t). Cón las demaú s cómpónentes de la
terna M(s,t) prócedemós anaú lógamente. O sea fórmamós E B(s,t), el entórnó de s en t al nivel
B, y SC(s,t), la estrúctúra de s en t al nivel C. en súma, fórmamós ló qúe pódemós llamar el
módeló CES redúcidó MABC(s, t) = <CA(s,t), EB(s,t), SC(s,t)>.
Este módeló púede representar a ún sistema cómplejó, tal cómó úna Institúcióú n júríúdica, y
este púede analizarse a variós niveles, pór ejempló el de la persóna, el departamentó ó
algúna seccióú n, las filiales fiscales ó júzgadós etc. se púede crear tódó ún haz de módelós
del mismó sistema, en el qúe cada módeló estaú caracterizadó pór significadós especiales de
lós íúndices A, B y C; se púeden variar las únidades de anaú lisis segúú n cónvenga al estúdió
realizadó.
Asíú pódemós próceder a decir qúe cóncebimós ún sistema cóncretó (nó cónceptúal) cómó
ún cónjúntó de cósas cóncretas vincúladas entre si y cón ún medió cómúú n. Maú s
precisamente, estipúlamós ló sigúiente:
DEFINICIÓN 1.- La terna órdenada M = <C(s), E(s), S(s)> representa ún sistema cóncretó s
si y sóú ló si
DEFINICIÓN 2.- Sea P úna própiedad de búltó de ún sistema s (ó sea, úna própiedad de s
cómó ún tódó). Entónces
DEFINICIÓN 3.- El sistema cóncretó s representadó pór la terna <S, E, R U T> es úna
sóciedad húmana si y sóú ló si
24
miembrós de S, de ciertas cósas en E (pór ejempló ramas de aú rbóles), en
ciertas cósas en A (pór ejempló palancas);
(IV) s es aútósúficiente.
DEFINICIÓN 4.- Sea s ún sistema representadó pór la terna <C(s), E(s), S(s)>. Entónces s`
es ún súbsistema de s si y sóú ló si
Asíú pór ejempló el sistema júríúdicó de úna sóciedad es ún súbsistema de ella caracterizadó
pór las sigúientes cóórdenadas:
Tóda sóciedad, pór primitiva qúe sea, tiene súbsistemas, lós principales són el ecónóú micó,
el cúltúral y el pólíúticó; tódós lós demaú s són cómpónentes de algúnó de estós tres. Pór
25
cónsigúiente tóda sóciedad húmana púede analizarse en súsbsistemas cada únó de lós
cúales desempenñ a cierta fúncióú n, ó sea, esta caracterizada pór ún súbcónjúntó del cónjúntó
R U T (estrúctúra); y la cómpósicióú n tótal de úna sóciedad estaú distribúida entre sús
diversós súbsistemas, asíú tenemós qúe tódó miembró de úna sóciedad pertenece
simúltaú neamente a variós súbsistemas de la misma; sóú ló lós marginadós sóciales nó
pertenecen a ningúnó, nó estaú n inclúidós en la sóciedad.
DEFINICIÓN 7.- Sea Σ = { s 1, s2, …, sm } el cónjúntó de las sóciedades húmanas, y Fik, dónde
1 ≤ i ≤ m, 1 ≤ k ≤ n, el k-eú simó sectór de la ieú sima sóciedad si. Entónces el cónjúntó
Se llama la Institúcióú n Fk de Σ.
Pódríúa óbjetarse qúe la definicióú n del cónceptó de Institúcióú n deja de ladó ún ingrediente
principal, a saber, lós fines y nórmas de úna Institúcióú n; peró las Reglas Institúciónales nó
hacen sinó resúmir úna descripcióú n de las cóndiciónes de fúnciónamientó óú ptimó del
sistema; són recetas para manejar el sistema de manera eficiente, es decir para qúe se
26
cúmplan sús finalidades, ó mejór aúú n es decir, qúe se cúmplan las finalidades de qúienes ló
disenñ arón. En general, las reglas de cóndúcta sócial són inherentes a las relaciónes sóciales
en qúe entran lós miembrós del sistema sócial en cúestióú n. Cón las viólaciónes de tales
reglas, ó sea, la desviacióú n de la recta cóndúcta, ócúrre algó similar: el delincúente se póne
“fúera de la Ley” en el sentidó qúe nó cúmple el cóú digó, peró es ún miembró del sistema
júríúdicó tantó cómó ló es el júez; si nó húbiera delincúentes, al menós en pótencia, nó
habríúa necesidad del sistema júríúdicó. Resúmiendó, las reglas institúciónales, asíú cómó las
maneras de desóbedecerlas y las de castigar tales infracciónes, estaú n incórpóradas en las
relaciónes sóciales qúe mantienen al sistema cómó tal; nó es la “sóciedad” la qúe sancióna
dichas reglas ó castiga tóda desviacióú n de las mismas; qúienes sanciónan ó castigan són lós
individúós a cargó de la regúlacióú n del sistema sócial. Si cóncebimós las reglas
institúciónales cómó paútas del fúnciónamientó óú ptimó ó deseable des sistema sócial, se
hace maú s faú cil entender cómó se óriginan, dónde fallan y cómó pódríúan perfecciónarse
dichas reglas.
Las nórmas, aúnqúe se fórmúlen en el módó declarativó, són maú s preceptós qúe verdades,
de allíú qúe nó se las verifiqúe en relacióú n cón lós hechós del mismó módó qúe lós datós
empíúricós ó las leyes natúrales. Antes bien, són empíúricamente verificables de la misma
fórma qúe las reglas tecnólóú gicas, a saber, pór sú eficacia ó bien pór sú cómpatibilidad cón
la móralidad dóminante.
Una nórma ó regla, ya sea legal, móral ó tecnólóú gica, es úna prescripcióú n para la accióú n.
“Qúien haga X seraú múltadó cón nó maú s de $ Y ó encarceladó pór nó maú s de Z anñ ós,
ó ambas cósas”.
“Si úna persóna hace X, qúedaraú sújeta a las penas Y ó Z (“ó” inclúyente)”.
Estós patrónes se ajústan a la lóú gica córriente y permiten a abógadós y júeces argúmentar
cóherentemente.
27
Generalizacióú n(es); y
Evidencia sóbre hechós (júríúdicós)
(pór ló tantó) . . . Cónclúsióú n
Ejemplo:
“El acúsadó A debe ser penadó cón privacióú n de libertad de hasta 10 anñ ós”.
a) Principiós júríúdicós de altó nivel cómó ”Nó hay Delitó sin Ley”;
b) Principiós meta legales cómó” Nó es vaú lida ningúna Ley cón efectó
retróactivó”;
El úsó argúmentativó del lengúaje significa qúe las emisiónes lingúü íústicas nó cónsigúen sús
própóú sitós directamente, sinó qúe es necesarió pródúcir razónes adiciónales, para
argúmentar se necesita pródúcir razónes adiciónales, para argúmentar se necesita
pródúcir razónes a favór de ló qúe decimós, móstrar qúe razónes són pertinentes y pór
qúe, debatir ótras razónes qúe jústificaríúan úna cónclúsióú n distinta.
28
En la argúmentacióú n júríúdica tenemós pór ún ladó a las reglas, qúe són nórmas qúe dadas
determinadas cóndiciónes órdenan, próhíúben, permiten ú ótórgan ún póder; pór ótró ladó
estaú n lós principiós júríúdicós qúe són nórmas qúe órdenan qúe algó debe hacerse en la
mayór medida faú ctica y júríúdicamente pósible.
E1= “Tóda persóna esta óbligada al cúmplimentó de la Ley (....) nó esta permitidó
predicar sú desóbediencia”. Art. 127 C.N.
E2= “En ningúú n casó el intereú s de lós particúlares primaraú sóbre el intereú s general.
Tódós lós habitantes deben (....) prestandó lós serviciós y desempenñ andó las
fúnciónes definidas cómó carga púú blica (.....)”. Art. 128 C.N.
E3= “Tódó paragúayó tiene la óbligacióú n (.....) (AL) servició militar óbligatórió (....)”.
Art. 129 C.N.
E4= “Se recónóce la óbjecióú n de cónciencia pór razónes eú ticas ó religiósas (....)”.
Art. 37 C.N.
E2 “Tódós lós habitantes deben prestar serviciós y fúnciónes definidas cómó cara
púú blica” pór: (x) S x; para tódó x tal qúe x presta serviciós y fúnciónes de carga
púú blica.
E3 “Tódó paragúayó tiene la óbligacióú n al servició militar” pór: (x) M x; para tódó
x tal qúe x esta óbligadó al servició militar.
Entónces:
29
Asíú en ló qúe sigúe se demúestra:
Saliendó del planó de la lóú gica de fúnciónes a únó maú s general, se púede decir qúe siendó:
Asíú pór ejempló retómandó lós ejemplós enúnciadós anteriórmente tenemós qúe:
E2 :“En ningúú n casó el intereú s particúlar primara (....) tódós se desempenñ arón en
las fúnciónes definidas cómó carga púú blica”;
4-4 METANORMAS
30
Un ejempló ló cónstitúye el principió legal de qúe “Cúalqúier cósa qúe nó explíúcitamente
próhibida esta permitida”, tambieú n se púede llamar “Metaley” a este tipó de enúnciadós
qúe rigen en el derechó.
Existen reglas para cambiar reglas, estas són de intereú s especial en sóciólógíúa y són el
balúarte de las sóciedades demócraú ticas.
Ejemplós de este tipó de reglas són la regla de refórma cónstitúciónal, qúe en núestra carta
magna se enúncia en el art, 289 y tambieú n la regla de enmienda cónstitúciónal estipúlada
en el art, 290 de la ley de la nacióú n. Estas reglas tienen la pecúliaridad de qúe són aútó-
referentes, es decir, púeden tener alcance sóbre si mismas, estó lós hace múy interesantes
para el estúdió de lós próblemas óntólóú gicós, de legitimidad y de legalidad qúe estós actós
de refórmúlacióú n ó derógacióú n legal implican.
En la praú ctica se útilizan las nóciónes de cómpósicióú n, entórnó y estrúctúra a ún nivel dadó.
Maú s precisamente, en lúgar de tómar la cóleccióú n C(s,t) de tódas las partes de s en el
instante t, en la praú ctica sóú ló tómamós la cóleccióú n C A(s,t) de sús partes de clase A. O sea se
fórma la interseccióú n ó pródúctó C(s,t) ∩ A = CA(s,t). Cón las demaú s cómpónentes de la
terna M(s,t) prócedemós anaú lógamente. O sea fórmamós E B(s,t), el entórnó de s en t al nivel
B, y SC(s,t), la estrúctúra de s en t al nivel C. en súma, fórmamós ló qúe pódemós llamar el
módeló CES redúcidó MABC(s, t) = <CA(s,t), EB(s,t), SC(s,t)>.
Este módeló púede representar a ún sistema cómplejó, tal cómó úna Institúcióú n júríúdica, y
este púede analizarse a variós niveles, pór ejempló el de la persóna, el departamentó ó
algúna seccióú n, las filiales fiscales ó júzgadós etc. se púede crear tódó ún haz de módelós
del mismó sistema, en el qúe cada módeló estaú caracterizadó pór significadós especiales de
lós íúndices A, B y C; se púeden variar las únidades de anaú lisis segúú n cónvenga al estúdió
realizadó.
Asíú pódemós próceder a decir qúe cóncebimós ún sistema cóncretó (nó cónceptúal) cómó
ún cónjúntó de cósas cóncretas vincúladas entre si y cón ún medió cómúú n. Maú s
precisamente, estipúlamós ló sigúiente:
DEFINICIOÉ N 1.- La terna órdenada M = <C(s), E(s), S(s)> representa ún sistema cóncretó s
si y sóú ló si
31
(III) S(s), llamada la estrúctúra de s, es el cónjúntó de las relaciónes (pór ejempló
espaciales) y víúncúlós entre miembrós de s, ó miembrós de s y miembrós del
medió de s.
DEFINICIOÉ N 2.- Sea P úna própiedad de búltó de ún sistema s (ó sea, úna própiedad de s
cómó ún tódó). Entónces
DEFINICIOÉ N 3.- El sistema cóncretó s representadó pór la terna <S, E, R U T> es úna
sóciedad húmana si y sóú ló si
(IV) s es aútósúficiente.
32
individúós u, v y x.; L es ún súbsistema de algúú n sistema sócial, ó sea, es úna parte de úna
cómúnidad húmana qúe se distingúe pór ciertas relaciónes sóciales pecúliares.
DEFINICIOÉ N 4.- Sea s ún sistema representadó pór la terna <C(s), E(s), S(s)>. Entónces s` es
ún súbsistema de s si y sóú ló si
Asíú pór ejempló el sistema júríúdicó de úna sóciedad es ún súbsistema de ella caracterizadó
pór las sigúientes cóórdenadas:
Tóda sóciedad, pór primitiva qúe sea, tiene súbsistemas, lós principales són el
ecónóú micó, el cúltúral y el pólíúticó; tódós lós demaú s són cómpónentes de algúnó de estós
tres. Pór cónsigúiente tóda sóciedad húmana púede analizarse en súsbsistemas cada únó
de lós cúales desempenñ a cierta fúncióú n, ó sea, esta caracterizada pór ún súbcónjúntó del
cónjúntó R U T (estrúctúra); y la cómpósicióú n tótal de úna sóciedad estaú distribúida entre
sús diversós súbsistemas, asíú tenemós qúe tódó miembró de úna sóciedad pertenece
simúltaú neamente a variós súbsistemas de la misma; sóú ló lós marginadós sóciales nó
pertenecen a ningúnó, nó estaú n inclúidós en la sóciedad.
33
A la cóleccióú n de súbsistemas de s en lós cúales se satisfacen las relaciónes F. Entónces
(II) F se llama la(s) fúncióú n(es) especifica(s) de lós miembrós del sectór F de s;
U
(III) G = sk Є F(s) S(sk) – F se llama la(s) fúncióú n(es) nó especifica(s) de lós
miembrós del sectór F de s.
DEFINICIOÉ N 7.- Sea Σ = { s 1, s2, …, sm } el cónjúntó de las sóciedades húmanas, y Fik, dónde
1 ≤ i ≤ m, 1 ≤ k ≤ n, el k-eú simó sectór de la ieú sima sóciedad si. Entónces el cónjúntó
Se llama la Institúcióú n Fk de Σ .
Pódríúa óbjetarse qúe la definicióú n del cónceptó de Institúcióú n deja de ladó ún ingrediente
principal, a saber, lós fines y nórmas de úna Institúcióú n; peró las Reglas Institúciónales nó
hacen sinó resúmir úna descripcióú n de las cóndiciónes de fúnciónamientó óú ptimó del
sistema; són recetas para manejar el sistema de manera eficiente, es decir para qúe se
cúmplan sús finalidades, ó mejór aúú n es decir, qúe se cúmplan las finalidades de qúienes ló
disenñ arón. En general, las reglas de cóndúcta sócial són inherentes a las relaciónes sóciales
en qúe entran lós miembrós del sistema sócial en cúestióú n. Cón las viólaciónes de tales
reglas, ó sea, la desviacióú n de la recta cóndúcta, ócúrre algó similar: el delincúente se póne
“fúera de la Ley” en el sentidó qúe nó cúmple el cóú digó, peró es ún miembró del sistema
júríúdicó tantó cómó ló es el júez; si nó húbiera delincúentes, al menós en pótencia, nó
habríúa necesidad del sistema júríúdicó. Resúmiendó, las reglas institúciónales, asíú cómó las
maneras de desóbedecerlas y las de castigar tales infracciónes, estaú n incórpóradas en las
relaciónes sóciales qúe mantienen al sistema cómó tal; nó es la “sóciedad” la qúe sancióna
dichas reglas ó castiga tóda desviacióú n de las mismas; qúienes sanciónan ó castigan són lós
individúós a cargó de la regúlacióú n del sistema sócial. Si cóncebimós las reglas
institúciónales cómó paútas del fúnciónamientó óú ptimó ó deseable des sistema sócial, se
hace maú s faú cil entender cómó se óriginan, dónde fallan y cómó pódríúan perfecciónarse
dichas reglas.
34
5-1- MODELO BÁSICO DE UN CASO DEÓNTICO14 O ACTO CON IMPLICACIÓN MORAL
a y b púeden ser lós individúós ó agentes qúe estaú n relaciónadós pór algúú n vincúló R; peró
a y b púeden asúmir activa ó pasivamente fúnciónes en la relacióú n, pór elló estipúlamós,
cúandó es activó se le asigna «A» y si se le antepóne el signó «-» se cónvierte en pasivó, asíú
se tienen «A» y «-A»; pór ló tantó se tienen las sigúientes pósibilidades:
1) AaR–Ab;
2) –AaRAb;
3) AaRAb;
4) –AaR-Ab
14
El autor de este concepto formalizado, Víctor M. Oxley es catedrático de Deontología jurídica, y este formalismo es un ensayo de modelización
sobre un posible acto con implicación moral en el sistema jurídico; este modelo responde a intenciones pedagógicas de la cátedra.
35
S (EPF(dn)), dónde S es úna fúncióú n biyectiva qúe asigna S a ún elementó d del
cónjúntó EPF.
EPF11 = AaR–Ab;
EPF22 = -AaR–Ab;
EPF33 = AaRAb;
EPF44 = -AaR–Ab
Asíú:
36
i
1 < C, L, I >
2 < C, L,- I >
3 < C,- L,- I >
4 <- C,- L,- I >
5 < -C, L, I >
6 < -C,- L, I >
7 < -C, L,- I >
8 < C, -L, I >
Tambieú n se tiene qúe R (UPA(zn)), dónde R es úna fúncióú n biyectiva qúe asigna R a ún
elementó z del cónjúntó UPA.
Pór la tantó la estrúctúra de ún casó deónticó esta dada pór la sigúiente expresióú n:
15
Extracto del libro de Victor M. Oxley, Paraguay: Transición o transitoriedad, edición independiente, Asunción, 2006.
37
La justicia es ún cónceptó neúraú lgicó en el derechó, esta admite dós tipós, úna punitiva
(córrectiva) y ótra distributiva (sócial); estós teú rminós y sús cónnótaciónes semaú nticas
apúntan al campó gravitaciónal de la móral, caen bajó la atraccióú n del bien y del mal. El
derechó y la móral interactúú an16. Maú s de úna ley se derógóú ó própúsó (púede derógarse ó
própónerse en el fútúró) cón argúmentós mórales, y algúnós cóú digós mórales se
perfecciónan a la lúz de la júrisprúdencia. De aqúíú qúe súrge úna pótencialidad sóbre la
persóna del legisladór, de cónvertirse circúnstancialmente en refórmadór móral (las leyes
úna vez institúciónalizadas indúcen núevas cóstúmbres) y a la vez el pensamientó móral da
argúmentós y pór ende vóz en la accióú n de refórmar la(s) ley(es) 17. Lós debates júríúdicós
llevadós al senó y calór de la ópinióú n púú blica, respónden a caúsas qúe entróncan en
desórdenes ó desajústes entre nórma (s) legal (es) y sú cóntrapartida móral 18. La igúaldad
ante la ley (isónómíúa)19 es praú cticamente impósible dónde el póder ecónóú micó y el póder
pólíúticó estaú n desigúalmente distribúidós.
Lós tratós jústós sóú ló són pósibles entre igúales; en úna sitúacióú n de desigúaldad, el maú s
fúerte púede dictar las cóndiciónes21. La reciprócidad cómó fúndamentó de respetar lós
pactós22, pór ejempló la Cónstitúcióú n naciónal, es transgredida pór el (lós) mismó(s) qúe
debe(n) garantizar sú óbservancia (Presidente de la Repúú blica, júeces, legisladóres), y cón
elló se delata ló inescrúpúlósó de úna cóndúcta inmóral, púes la verdad de las cósas es qúe
estós tipós de sitúaciónes de ilegalidad núnca deberíúan de darse. 23
16
Sobre estas cuestiones ver Bunge, Mario, Las ciencias sociales en discusión: una perspectiva filosófica, Editorial Sudamericana,
Buenos Aires, 1999, págs. 392-394.
17
Las obligaciones legales sólo deben ser vinculantes si consagran deberes morales, ciertos principios morales se hacen
explícitos (o son aplicaciones de ellas) en las normas jurídicas, otros sencillamente la violan o contradicen. Diferentes sistemas
legales son construidos sobre diferentes axiomas que apuntalan diversas filosofías morales.
18
Ya lo había señalado José Ingenieros en su obra “Las fuerzas morales” al afirmar que “la justicia es el equilibrio entre la moral y
el derecho”. “(La Justicia) Tiene un valor superior al de la ley. Lo justo es siempre moral; las leyes pueden ser injustas. Acatar la ley
es un acto de disciplina, pero a veces implica una inmoralidad; respetar la justicia es un deber del hombre digno, aunque para ello
tenga que elevarse sobre las imperfecciones de la ley […] La justicia no es inmanente ni absoluta; esta en devenir incesante, en
función de moralidad social […] no es varón justo el que no contribuye al advenimiento de esos valores en la medida de sus
fuerzas.” Ver Ingenieros, José, Las fuerzas morales, Losada, Buenos Aires, 1994, págs. 35-36.
19
El slogan democrático de isonomía o “igualdad ante la ley” es más descriptivo que el término demokratía en el discurso que
hace Herodoto para describir la constitución política de Atenas. La palabra Eunomía o “el buen gobierno” era la máxima preferida
de los aristócratas. “[…] un estado republicano, además de llevar en su mismo nombre de Isonomía la justicia igual para todos y
con ello la mayor recomendación, no da prácticamente en ninguno de los vicios y desordenes de un monarca; permite a la suerte
la elección de empleo; pide después a los magistrados cuenta y razón de su gobierno; admite, por fin, a todos los ciudadanos en
el desarrollo de los negocios públicos.” Herodoto, Los nueve libros de la Historia, trad. P. Bartolomé Pou, EDAF, Madrid, 1996, pág.
284.
20
Bobbio, Norberto, La democracia e il potere invisible, Revista italiana de scienza política, X, 1980, págs. 189-203.
21
La ley puede recomendar, dirigir, maximizar o minimizar el progreso social, pero no hacer que se produzca. Las leyes son
importantes pero, nunca son potentes y mucho menos aún omnipotentes, solo los grupos sociales con leyes o sin ellas pueden
tener poder.
22
David Hume expone el argumento siguiente “[…] Si se me pregunta por la razón de la obediencia que hemos de prestar al
gobierno, me apresurare a contestar: ´porque de otro modo no podría subsistir la sociedad´; y esta respuesta es clara e inteligible
para todos. La vuestra sería: ´Porque debemos mantener nuestra palabra´. Pero […] os veréis en un apuro si os pregunto a mi
vez: ´ ¿Por qué hemos de mantener nuestra palabra?´; y no podréis dar otra respuesta que la que habría bastado para explicar de
modo inmediato, sin circunloquios, nuestra obligación de obedecer […]”; Hume, David, Ensayos políticos, trad. César Armando
Gómez, Tecnos, Madrid, 1994, pág. 110.
23
Me asalta a la razón, la incongruencia que resulta de las palabras del discurso en donde se sostiene la opinión de que “[…] el
mayor déficit de nuestro frágil proceso democrático es la falta de confianza en el Estado de Derecho y en las instituciones de la
38
El principió maqúiaveú licó24 segúú n el cúal el fin jústifica lós mediós es falsó y destrúctivó 25,
ya Kant26 ló habíúa expúestó claramente al sóstener qúe el hómbre nó púede ser jamaú s
útilizadó cómó medió para ún fin, púes es ún fin en síú mismó. La Pólíútica y pór ende lós
pólíúticós nó púede(n) sitúarse al margen del bien y del mal, púes tódó cúrsó de accióú n es
caúsa y pródúce ún efectó qúe valóraremós cómó bien ó cómó mal. Una pólíútica amóral
cóndúcida pór móntaraces es necesariamente inmóral y educa a las gentes en el
encallecimiento y el encanallamiento moral.
Justicia. Si existe una demarcación nítida entre la civilización y la barbarie, entre los países moralmente desarrollados y los
espiritualmente miserables, ella se encarna en la figura de un Poder Judicial competente y en la persona de un Juez justo. Aún
cuando todo funcione mal en una sociedad, si las instituciones judiciales y los magistrados son honorables y confiables, siempre
habrá alguna esperanza de corregir los vicios y extravíos de la sociedad y enderezar el rumbo sinuoso de la nación” y la acción
inconsecuente que traiciona la palabra, pues la locución citada pertenece al Presidente Nicanor Duarte Frutos quien es el primer
promotor de violar la Carta Magna. Ver Duarte Frutos, Nicanor y José María Ibáñez, Diálogo con los ausentes, Intercontinental
editora, Asunción, Paraguay, 2003 citado en Fernández, Rafael, Estado de Derecho Estado Autoritario, Editora Litocolor, Asunción,
Paraguay, 2005, pág. 45. No me resisto a relacionar este hecho con el aforismo heracliteano como muy acertadamente lo
interpretara Popper de, expresión por casualidad, perfectamente aceptable para los democráticos en su significado aparente,
aunque no en su intención: “Un pueblo debe luchar por las leyes de su ciudad como si fueran sus muros”. Es muy peligroso tomar
a partir de esta idea a Heraclito como demócrata, pues debemos recordar que él pertenecía a la aristocracia de Efeso, que en
aquellos tiempos estaba sufriendo los embistes que derrumbaría las bases oligárquicas del despotismo a través de las incipientes
al principio pero luego fuertes democracias, y ese aforismo encuentra su sentido en, que el añoraba los tiempos donde “La ley
puede exigir, también, que sea obedecida la voluntad de Un Hombre” y esta situación en la que los más capaces y virtuosos reyes
dictaban sus sabias y altruistas leyes. Su concepto de que todo fluye que todo esta en constante devenir, tiene bases intelectuales
en esos tumultuosos cambios políticos que se dan en el mundo griego. Ver Popper, Karl R., La sociedad abierta y sus enemigos,
trad. Eduardo Loedel, Barcelona, Planeta-DeAgostini, 1992, págs. 26 y ss. También Brun, Jean, Heraclito, trad. Ana María Aznar
Menéndez, Editorial EDAF, Madrid, 1976.
24
Utilizo el sentido generalizado y común que se le aplica al termino “maquiavelico”, pues estudios más profundos han rectificado
una connotación más acertada.
25
Ver al respecto Bunge, Mario, Mente y sociedad, Alianza Universidad, Madrid, 1989, págs. 185-192.
26
Ver Kant, Inmanuel, La metafísica de las costumbres, Tecnos, Madrid, 1994.
27
Thomas Hobbes (ver Thomas Hobbes, Leviatán, Fondo de Cultura económica, México, 1940; y Elementos de Derecho natural y
político, Centro de estudios constitucionales, Madrid, 1979) concibe al hombre como malo por naturaleza, esta característica dirá
que es inherente a la especie misma; pero lo que Hobbes sostiene es (pero en contexto y otros términos) nada más y nada menos
que la idea de pecado original que doctrinariamente fue desarrollada por Agustín de Hipona y asumida por Lutero y Calvino.
Rousseau corta esta línea de pensamiento afirmando que el hombre es bueno por naturaleza, “bueno, amante de la justicia y del
orden, y que los primeros movimientos de la naturaleza son siempre rectos” (ver carta a Christophe de Beaumont en
Correspondance générale de Jean-Jacques Rousseau, ed. Por T. Dufour y P.P. Plan, Armand Colin, París, 1924-1934) – dirá-.
Ahora como resuelve Rousseau la situación de ¿Siendo el hombre bueno por naturaleza, por todos lados demuestra maldad,
exhibiéndose como un ser malvado? Esta respuesta la dará llevando a tribunal a la sociedad misma y sentenciándola luego como
la culpable de la perversión moral que traspola la condición original del hombre, “la sociedad deprava y pervierte a los hombres
[…] cuanto más se reúnen, más se corrompen.” Ver también Rousseau, Jean-Jacques, El contrato social, trad. Enrique Azcoaga,
EDAF, Madrid, 1991.
28
Sobre la concepción sistémica de la sociedad ver Bunge, Mario, Sistemas sociales y Filosofía, Editorial Sudamericana, Buenos
Aires, 1995.
39
a sú clase dirigente (mejór es decir qúe sú clase dirigente se mantiene y perpetúa) en el
póder pór maú s de cincó deú cadas, llevandó al paíús a líúmites de desórden sócial, ecónóú micó y
cúltúral hasta íúndices extremós, cónclúimós de fórma natúral qúe esa clase dirigente del
partidó en el póder es la cúlpable de la sitúacióú n. Peró esta cónclúsióú n, decimós, es natúral;
peró en la praú ctica, allíú en las elecciónes pólíúticas, lós ciúdadanós vúelven a vótarlós cómó
si nó pasase nada29.
40
“[…] úna persóna amóral, qúe ha perdidó la eú tica, nó púede encóntrar la búena vida
ni alimentar la búena sóciedad” y qúe “úna sóciedad entretejida úú nicamente pór
acciones interesadas, gestiónada sóú ló pór animales útilitariós, pór egóíúsmós racionalmente
calculados, nó púede ser úna búena sóciedad”36.
Hemós perdidó y mal qúe le pese a Aristóú teles núestra capacidad de “asómbrarnós”, y
cómó córólarió la de accióú n(ó inaccióú n); sómós el paradigma de la tólerancia(ó ún casó
cóncretó de la paradója de la tólerancia), y esta, cómó cóndúcta súicida, nós ha púestó en
lós brazós de la múerte.
BIBLIOGRAFÍA
_____________, “Las razónes del derechó. Sóbre la jústificacióú n de las decisiónes júríúdicas”, en
Revista de teóríúa y filósófíúa del derechó Isonomía, Nó 1, ITAM, óctúbre, 1994.
Aústin, Jóhn L., Un alegato en pro de las excusas( A plea for excuses[1956]), en Ensayos
filosóficos, trad. e intródúccióú n A. Garcíúa Súaú rez, Madrid, Revista de Occidente, 1975.
Alcónada Sempeú , Raúú l, 2004, “Seguridad jurídica y Estado democrático de derecho”, textó
preparadó para PRODDAL, en PNUD La democracia en América Latina.Hacia una
democracia de ciudadanas y ciudadanos: Contribuciones para el debate, Búenós Aires,
Agúilar, Altea, Taúrús, Alfagúara.
Brún, Jean, Heraclitó, trad. Ana Maríúa Aznar Meneú ndez, Editórial EDAF, Madrid, 1976.
Búnge, Marió, Las ciencias sociales en discusión: Una perspectiva filosófica, Súdamericana,
Búenós Aires, 1999.
36
Sartori, Giovanni, ¿Qué es la democracia?, trad. Miguel Ángel Rodríguez y María Cristina Pestillini Laparelli Salomón, Taurus,
Buenos Aires, 2003, págs. 359-360.
41
Búnge, Marió, La ciencia su método y su Filosofía, Súdamericana, Búenós Aires.
Calderóú n, Fernandó, “Nótas sóbre la crisis de legitimidad del Estadó y la demócracia”, textó
preparadó para PRODDAL, en PNUD, La democracia en América Latina. Hacia una
democracia de ciudadanas y ciudadanos: Contribuciones para el debate, Búenós Aires,
Agúilar, Altea, Taúrús, Alfagúara, 2004.
Dúarte, Albertó N., Temas constitucionales temas políticos, edicióú n del aútór, Asúncióú n,
Paragúay, 1991.
Dúarte Frútós, Nicanór y Jóseú Maríúa Ibaú nñ ez, Diálogo con los ausentes, Intercóntinental
editóra, Asúncióú n, Paragúay, 2003.
Fernaú ndez, Rafael, Estado de Derecho Estado Autoritario, Editóra Litócólór, Asúncióú n,
Paragúay, 2005.
Heródótó, Los nueve libros de la Historia, trad. P. Bartólómeú Póú, EDAF, Madrid, 1996.
Hóbbes, Thómas, Leviatán, Fóndó de Cúltúra ecónóú mica, Meú xicó, 1940.
Húme, David, Ensayos políticos, trad. Ceú sar Armandó Góú mez, Tecnós, Madrid, 1994.
Lipset, Seymóúr Martin, El hombre político, trad. Elíúas Mendelievich, EUDEBA, Búenós
Aires, 1977.
Nietzsche, Friedrich, Ecce homo, Edicióú n de Andreú s Saú nchez Pascúal, Alianza, Madrid, 1971.
42
Nietzsche, Friedrich, Más allá del bien y del mal, Edicióú n de Andreú s Saú nchez Pascúal,
Alianza, Madrid, 1972.
Pópper, Karl R., La sociedad abierta y sus enemigos, trad. Edúardó Lóedel, Barcelóna,
Planeta-DeAgóstini, 1992, 2 tómós.
Raymúndó Amaró Gúzmaú n: Constituciones Políticas de América Latina. 7 tómós, Santó
Dómingó, 1997.
Róússeaú, Jean-Jacqúes, El contrato social, trad. Enriqúe Azcóaga, EDAF, Madrid, 1991.
Sartóri, Gióvanni, ¿Qué es la democracia?, trad. Migúel AÉ ngel Ródríúgúez y Maríúa Cristina
Pestillini Laparelli Salómóú n, Taúrús, Búenós Aires, 2003, paú gs. 359-360.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
43
de jústicia impactandó pósitivamente en la facticidad sócial qúe envúelve a tódós lós
sectóres sóciales, inclúyendó a lós própiós óperadóres de la jústicia.
En primer teú rminó, púede afirmarse categóú ricamente sin temór a incúrrir en
eqúíúvócós cónceptúales qúe la cónsólidacióú n de ún aúteú nticó Estadó de Derechó depende,
en úú ltima instancia, del fúnciónamientó del Póder Júdicial cómó óú rganó administradór de
la jústicia en lós casós cóncretós cóntróvertidós sómetidós a la decisióú n de lós Júeces
cómpetentes.
Pór ótra parte, resúlta bastante evidente qúe la aútóridad pólíútica (cónceptó qúe
cómprende a lós Júeces, dadó qúe nó púede negarse hóy en díúa la póliticidad esencial del
Póder Júdicial cómó integrante del Póder Púú blicó) padece en la actúalidad de úna crisis de
legitimidad qúe debe ser asúmida pór el cólectivó sócial a fin de intentar la adópcióú n de
medidas tendientes a recúperar la indispensable cónfianza de la ciúdadaníúa en el Póder
Púú blicó.
44
vólúntariamente núevas y maú s íúntimas exigencias, ya qúe la EÉ tica nó sóú ló púede inclúir
núevós reclamós de lós qúe el Derechó nó se ócúpa, sinó qúe púede incórpórar lós mismós
reclamós júríúdicós, peró apelandó al cónvencimientó y a la vólúntariedad esfórzada de sús
destinatariós. Púes bien: estós reclamós resúltan difíúciles de rechazar cúandó se dirigen a
lós ciúdadanós a qúienes la sóciedad ha distingúidó cónfirieú ndóles ún póder qúe se ejerce
sóbre lós mismós ciúdadanós. Este es, precisamente el casó de lós Júeces qúe tienen la
delicada fúncióú n de “decir” el Derechó en nómbre de la sóciedad a fin de restablecer la paz
júríúdica alterada pór el cónflictó, es decir, pór pretensiónes recíúprócamente exclúyentes
respectó del mismó bien litigadó.
En este sentidó, lós Póderes Júdiciales de Iberóameú rica han venidó alertandó en lós
úú ltimós anñ ós sóbre la referida crisis de legitimidad y han reacciónadó mediante la sancióú n
de Cóú digós de EÉ tica. Diversós paíúses han fijadó deberes júdiciales de natúraleza eú tica, al
margen de las leyes qúe regúlan lós deberes especíúficamente júríúdicós. Asimismó, desde la
cúú spide de lós respectivós Póderes Júdiciales Iberóamericanós, en cóincidencia cón ese
prócesó, ló han asúmidó y pótenciadó. En efectó, ademaú s del Estatútó del Júez
Iberóamericanó apróbadó en Canarias en el anñ ó 2001, qúe inclúye tódó ún capíútúló
dedicadó a la EÉ tica Júdicial, en el anñ ó 2002 en Cancúú n (Meú xicó), lós maú ximós respónsables
del servició de jústicia dictarón la Carta de Derechós de las Persónas ante la Jústicia en el
Espació Júdicial Iberóamericanó en dónde se recónóce el “derechó fúndamental de la
póblacióú n a tener accesó a úna jústicia independiente, imparcial, transparente,
respónsable, eficiente, eficaz y eqúitativa”. Y en el anñ ó 2004, en la Declaracióú n Cópaú n –San
Salvadór–, la Cúmbre Júdicial Iberóamericana decidióú “Difúndir entre lós jústiciables, a
traveú s de lós distintós infórmativós, sús Cóú digós de EÉ tica cón el própóú sitó de incrementar
la cónfianza y la aútóridad móral de lós Júzgadóres” e “impúlsar la elabóracióú n de ún
Cóú digó Módeló Iberóamericanó de EÉ tica Júdicial” súbrayandó qúe “lós principiós
fúndamentales qúe inspiran la actitúd eú tica de lós Júeces en el ejercició de sú fúncióú n són la
independencia júdicial, la imparcialidad, la óbjetividad, la próbidad, el prófesiónalismó y la
excelencia en el ejercició de la júdicatúra, mediante el cúltivó de las virtúdes júdiciales”.
A tódó ló dichó cabe agregar múy especialmente qúe la sancióú n de ún Cóú digó de
EÉ tica Júdicial, especialmente aqúellós qúe estrúctúran óú rganós destinadós a evalúar y
eventúalmente sanciónar la cóndúcta viólatória de las nórmas eú tica, nó implica en módó
algúnó ún qúebrantamientó del principió non bis in ídem, cómó pódríúa pensarse ó
sóstenerse desde úna perspectiva qúe nó alcanza a percibir y distingúir lós diferentes tipós
de respónsabilidad qúe púeden derivarse a partir de ún mismó hechó generadór. En efectó,
úna cóndúcta cóncreta púede generar en el Júez úna respónsabilidad civil, penal,
administrativa y pólíútica, esta úú ltima destinada a la remócióú n del Magistradó qúe ha
incúrridó en algúnas de las caúsales tipificadas expresamente pór la ley. Precisamente, en
este marcó se inscribe tambieú n la respónsabilidad eú tica qúe, cómó se ha dichó, hace a la
esencia de la Júdicatúra y qúe tambieú n púede hacerse efectiva a traveú s de óú rganós
especialmente disenñ adós para pónderar prúdencialmente el cómpórtamientó eú ticó del Júez
en relacióú n directa cón lós valóres própiós de la Magistratúra Júdicial.
45
Derechó, el Principió de Legalidad, lós derechós cónstitúciónales de las persónas, entre
ellós el derechó a la júrisdiccióú n, y la Jústicia misma cómó valór fúndante del órden
júríúdicó.
En este prócesó institúciónal la Córte Súprema de Jústicia nó óptóú pór la víúa faú cil y
cóú móda de adóptar simplemente ún Cóú digó de EÉ tica Júdicial de lós múchós qúe hóy se
encúentran en vigencia, ni permitióú qúe el prócesó de elabóracióú n transite exclúsivamente
pór la víúa córpórativista en la cúal sólamente lós Júeces definen, desde ún púntó de vista
sectórial, sús exigencias eú ticas. Pór el cóntrarió, disenñ óú ún prócedimientó en el cúal han
tenidó amplia participacióú n lós Júeces de la Repúú blica, lós óperadóres júríúdicós y lós
sectóres sóciales en general, qúe han vólcadó sús criteriós, púntós de vista e inqúietúdes en
el Antepróyectó del Cóú digó de EÉ tica Júdicial redactadó pór ún grúpó de expertós
súficientemente representativó y diversificadó cón el óbjetivó final de qúe el Cóú digó de
EÉ tica a ser apróbadó gúarde sintóníúa cón el restó de lós Cóú digós de EÉ tica Júdicial
Iberóamericanós, qúe recója el criterió sócial y, al própió tiempó, qúe refleje ló maú s
fielmente pósible las particúlaridades de la sóciedad paragúaya. Se garantiza, de esta
manera, la aútóridad móral del própió Cóú digó de EÉ tica Júdicial.
Nó óbstante, nó debe pensarse qúe el Cóú digó de EÉ tica implica sólamente deberes
para el Magistradó qúe se súman a las óbligaciónes júríúdicas qúe emergen de las leyes. El
Cóú digó de EÉ tica Júdicial, al tiempó de pretender cónstitúirse en ún mecanismó qúe
cóntribúya a la transfórmacióú n del óú rganó de la jústicia en úna herramienta sócial idóú nea,
pretende tambieú n servir de resgúardó y próteccióú n al Júez qúe, al amparó de las nórmas
eú ticas, tiene la garantíúa de irrestrictó respetó a sús derechós cónstitúciónales, y el
innegable derechó de adóptar las cóndúctas qúe le impónen sús deberes eú ticós destinadós,
en úú ltima instancia, a salvagúardar lós valóres esenciales y fúnciónales de la Magistratúra
Júdicial.
46
lós anales de la júdicatúra paragúaya se institúye fórmalmente ún cúerpó sistemaú ticó de
nórmas qúe, aúnqúe nó crean, síú óficializan úna de las maú s impórtantes respónsabilidades
inherentes a la fúncióú n júdicial: la respónsabilidad eú tica del Júez.
47
CÓDIGO DE ÉTICA JUDICIAL
DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY
TÍTULO I
DESTINATARIOS, OBLIGATORIEDAD, FINALIDAD E INTERPRETACIÓN
Art. 1°. DESTINATARIOS DEL CÓDIGO DE ÉTICA JUDICIAL. Són destinatariós del
Cóú digó de EÉ tica Júdicial lós júeces y las júezas de la Repúú blica del Paragúay, cúalqúiera sea
sú gradó ó fúeró, entendieú ndóse pór tales a aqúellós servidóres y servidóras del Estadó
qúe, cómó miembrós del Póder Júdicial, ejercen la fúncióú n júrisdicciónal. Lós cónceptós de
“júez” y “júeza” són eqúivalentes a lós de “magistradó” y “magistrada”, e inclúyen a lós
Ministrós y Ministras de la Córte Súprema de Jústicia. En adelante, lós teú rminós “júez” y
“magistradó” se entenderaú n cómó cómprensivós de “júeza” y “magistrada”.
Art. 2°. OBLIGATORIEDAD. Las nórmas cóntenidas en este Cóú digó són óbligatórias
y la enúmeracióú n de las cóndúctas de accióú n ú ómisióú n previstas en eú l es enúnciativa.
Art. 3°. FINALIDAD. La finalidad del Cóú digó de EÉ tica Júdicial es indicar lós valóres
de la fúncióú n júdicial, regúlar lós deberes eú ticós del júez y próteger lós bienes mórales de la
sóciedad: jústiciables, abógadós, magistradós, aúxiliares y fúnciónariós del Póder Júdicial y
del Derechó mismó, cón el própóú sitó de lógrar la excelencia en el servició de jústicia.
TÍTULO II
VALORES JUDICIALES
48
11) Búena fe.
12) Respetó.
13) Decóró.
TÍTULO III
DEBERES ÉTICOS DEL JUEZ
Art. 6° DEBERES ÉTICOS Y DERECHOS DEL JUEZ. Lós deberes eú ticós del júez
implican la óbligacióú n y el derechó del magistradó de cúmplirlós.
CAPÍTULO I
DEBERES ESENCIALES Y FUNCIONALES DEL JUEZ
Art. 8°. HONESTIDAD. El júez debe ejercer el cargó cón hónestidad. Orientaraú sú
cóndúcta púú blica y privada nó sólamente en fúncióú n de dichó valór, sinó qúe se esfórzaraú
en próyectar sócialmente úna imagen cóherente cón tal valór, qúe erradiqúe tóda dúda ó
sóspecha de cóndúcta deshónesta. Nó recibiraú pór sú labór júdicial ótrós ingresós qúe nó
sean lós legalmente establecidós. En sús gestiónes actúaraú cón transparencia y cúmpliraú
cabalmente el deber de efectúar declaracióú n júrada de bienes y rentas, de cónfórmidad cón
la Cónstitúcióú n y las leyes.
Art. 9°. IDONEIDAD. Es deber del júez cúmplir cón las exigencias del cargó cómó ló
determina el principió cónstitúciónal de idóneidad. En tal sentidó, deberaú actúalizar
permanentemente sús cónócimientós júríúdicós y las destrezas teú cnicas pór diversós
mediós, entre ellós, cúrsós y seminariós, participandó especialmente en lós patrócinadós
pór la Córte Súprema de Jústicia, cón eú nfasis en derechós húmanós, derechó cónstitúciónal,
derechó júdiciarió, interpretacióú n y argúmentacióú n júríúdicas y disciplinas aúxiliares del
Derechó. Igúalmente, se esfórzaraú en ampliar permanentemente sú cónócimientó de la
realidad sócial.
En la cóndúccióú n general de lós prócesós y en el prónúnciamientó de las
resólúciónes, se empenñ araú en la aplicacióú n de lós principiós de legalidad, razónabilidad y
lógicidad, evitandó fallós arbitrariós ó cón fúndamentacióú n aparente, insúficiente,
defectúósa ó inexistente.
Art. 10. INDEPENDENCIA. Es deber del júez ejercer la fúncióú n júdicial cón absólúta
independencia de factóres, criteriós ó mótivaciónes qúe sean extranñ ós a ló estrictamente
júríúdicó. En tal sentidó, el júez debe:
1) Lúchar pór la independencia institúciónal, pólíútica y ecónóú mica del Póder
Júdicial, cómó, igúalmente, pór la institúciónalizacióú n de úna carrera júdicial qúe
cóntemple tódós lós elementós esenciales de tal institúcióú n; en especial, lós
principiós de inamóvilidad en la fúncióú n y de intangibilidad de lós emólúmentós
júdiciales.
2) Mantener sú independencia en relacióú n a lós partidós pólíúticós, asóciaciónes,
núcleaciónes, móvimientós ó cúalqúier estrúctúra órganizada de póder y a sús
49
dirigentes ó representantes.
3) Abstenerse de realizar cúalqúier actividad pólíúticó-partidaria cómó ócúpar
cargós en lós partidós pólíúticós, asistir a lócales partidariós, participar en actós
pólíúticó-partidariós, púú blicós ó privadós, ni siqúiera cómó espectadór, salvó qúe
ló impúsiere el ejercició de sú fúncióú n júrisdicciónal. Nó pódraú vótar ni participar
de ningúna manera en elecciónes partidarias y tampócó manifestar púú blicamente
sús preferencias pólíúticó-partidarias. En el súpúestó de qúe el júez esteú afiliadó a
ún partidó pólíúticó, deberaú pedir la súspensióú n de la afiliacióú n mientras
permanezca en el cargó júdicial.
4) Omitir tóda cóndúcta qúe púdiera implicar la búú sqúeda de apóyó
pólíúticó-partidarió, ó de cúalqúier ótra íúndóle, para la óbtencióú n de beneficiós en
sú carrera júdicial ó en sús actividades privadas.
5) Ejercer la fúncióú n júdicial cón el própóú sitó de administrar la jústicia a traveú s del
derechó aplicable, cónfórme cón las cónstancias de lós aútós. Haraú casó ómisó a
las recómendaciónes ó pedidós qúe recibiere, cúalqúiera fúere sú órigen.
Art. 12. PRUDENCIA. El júez deberaú ser prúdente y se esfórzaraú para qúe este valór
góbierne sú cóntactó persónal y fúnciónal cón las partes, abógadós y púú blicó en general.
Seraú reservadó y discretó cón respectó a las cúestiónes a ser resúeltas; nó adelantaraú sús
ópiniónes, ni discútiraú cón las partes ó jústiciables lós argúmentós expresadós en lós
prócesós a sú cargó, lós qúe seraú n óbjetó de anaú lisis, meditacióú n y valóracióú n en el marcó
del Derechó aplicable. En sú cómúnicacióú n verbal cón las partes ó litigantes -cúandó
córrespóndiere- se limitaraú a escúchar sús púntós de vista y a garantizarles ún
50
prónúnciamientó jústó, cónfórme a Derechó, frútó de ún estúdió independiente e
imparcial. En sús decisiónes, el júez deberaú pónderar raciónalmente lós argúmentós y
cóntra-argúmentós referidós a la caúsa qúe le córrespónde resólver.
Art. 13. RESPONSABILIDAD. Es deber del júez asúmir el cargó júdicial y las
exigencias qúe el mismó cómpórta, cón respónsabilidad y dedicacióú n, a fin de lógrar la
excelencia en el servició de jústicia. Particúlarmente debe:
1) Ejercer activamente el ról de directór de lós prócesós a sú cargó cónfórme a las
nórmas prócesales pertinentes, prócúrandó aplicar y hacer efectivós lós
principiós de celeridad, ecónómíúa, cóncentracióú n e inmediacióú n prócesales.
2) Ejercer, cónfórme cón la ley, la facúltad depúratória y disciplinaria en lós
prócesós a sú cargó.
3) Optimizar sú tiempó y lós mediós cón qúe cúenta, para resólver lós casós
sómetidós a sú decisióú n en tiempó ópórtúnó, sin qúe se afecte la actividad
júrisdicciónal y prócúrar respetar lós hórariós previstós para las respectivas
actúaciónes qúe se cúmplan en lós prócesós.
4) Nó delegar la labór qúe le córrespónde efectúar persónalmente, segúú n la ley.
5) Dar prióridad a la fúncióú n júdicial sóbre tóda ótra actividad ó cómprómisó.
6) Nó asúmir cómprómisós ó respónsabilidades extrajúdiciales de órden acadeú micó
ó de cúalqúier ótra íúndóle, qúe pór sús exigencias púdieran cómprómeter la
cóntraccióú n a la actividad júdicial ó mermar el rendimientó cúantitativó ó
cúalitativó de las sentencias júdiciales.
7) Evalúar perióú dicamente a lós fúnciónariós júdiciales de sú dependencia,
estimúlandó el búen desempenñ ó y sanciónandó ó denúnciandó ante la aútóridad
respectiva, en sú casó, aqúellós cómpórtamientós qúe estime negligentes,
irrespónsables, deshónestós ó irrespetúósós.
8) Prócúrar órganizar sú trabajó y el de sú Tribúnal ó Júzgadó, a lós fines de qúe lós
mismós resúlten lós maú s eficientes pósibles.
Art. 14. DIGNIDAD JUDICIAL. Es deber del júez desempenñ ar el cargó cón la
dignidad qúe exige la investidúra júdicial. En tal entendimientó, se abstendraú de incúrrir en
cóndúctas qúe, directa ó indirectamente, lesiónen ó menóscaben lós valóres de la fúncióú n
júdicial y qúe aparezcan sócialmente repróbadas, afectandó sú imagen júdicial y
cómprómetiendó el prestigió y la credibilidad de la Magistratúra.
Art. 15. AUTORIDAD. Es deber del júez desempenñ ar el cargó haciendó úsó de lós
mecanismós legales destinadós al ejercició institúciónal de la aútóridad júdicial. En tal
sentidó, deberaú decretar las medidas disciplinarias ó córrectivas qúe estime pertinentes
cónfórme cón la ley y ómitir tóda cóndúcta qúe púdiera significar abúsó de aútóridad,
arbitrariedad ó prepótencia.
Art. 16. FORTALEZA. Es deber del júez ejercer la fúncióú n júrisdicciónal cón córaje y
fórtaleza móral. Declararaú , sin excepciónes, el derechó de las partes cónfórme a criteriós
estrictamente júríúdicós y rechazaraú tódó intentó de tórcer el falló júdicial pór mótivaciónes
ajenas a la ley. Resistiraú las presiónes qúe púdiere súfrir en el ejercició júrisdicciónal y
afróntaraú las cónsecúencias de las críúticas qúe próvóqúen sús decisiónes.
Art. 17. BUENA FE. Es deber del júez desempenñ ar el cargó cón búena fe, a fin de
inspirar cónfianza en lós jústiciables, abógadós, fúnciónariós, magistradós y el púú blicó en
51
general. Observaraú , para elló, ún cómpórtamientó mesúradó, sinceró y cóherente, mótivadó
sólamente pór lós valóres júdiciales y el deseó de hacer jústicia, sin cúalqúier ótró inflújó
de intenciónes súbalternas.
Art. 18. RESPETO. Es deber del júez respetar la dignidad de las persónas y sús
derechós. En el desempenñ ó de sús fúnciónes, dispensaraú ún trató respetúósó y dignó a lós
abógadós cómó aúxiliares de la jústicia, a lós jústiciables cómó titúlares del derechó
cónstitúciónal a la júrisdiccióú n, a lós júeces, fúnciónariós y aúxiliares cómó cóadyúvantes
en el servició de jústicia, a las aútóridades del Estadó y a la sóciedad en general.
En la fúndamentacióú n de sús sentencias, evitaraú emitir júiciós ó apreciaciónes
disvaliósas sóbre las cúalidades persónales ó prófesiónales de ótrós magistradós,
abógadós, litigantes, testigós ó aúxiliares de jústicia, salvó lós casós permitidós pór la ley, ó
qúe sean exigidós pór la natúraleza del anaú lisis realizadó en la caúsa ó prócesó respectivó.
Art. 19. DECORO E IMAGEN JUDICIAL. Es deber del júez cómpórtarse en tódó
mómentó y lúgar cónfórme cón las reglas sóciales del decóró a fin de mantener incóú lúme la
imagen júdicial. Particúlarmente debe:
1) Observar úna cóndúcta púú blica y privada, qúe inspire absólúta cónfianza.
2) Observar en tódós lós aú mbitós úna cóndúcta mesúrada y órdenada a traveú s de ún
cómpórtamientó, lengúaje y vestimenta acórdes cón las reglas sóciales de
úrbanidad, córtesíúa y edúcacióú n.
3) Omitir tóda cóndúcta qúe púdiera implicar el úsó del cargó qúe ejerce para
benefició própió ó de sús familiares, para defender intereses particúlares ó para
efectúar ún traú ficó de inflúencia.
4) Nó aceptar invitaciónes de persónas ó sectóres qúe púdieran tener intereú s en lós
prócesós a sú cargó, ni cóncúrrir a lócales ó espectaú cúlós de dúdósa repútacióú n ó
lúgares dónde se explóten ó desarróllen júegós de azar, ni cónsúmir bebidas
alcóhóú licas sin móderacióú n, ni adóptar cómpórtamientós incómpatibles cón las
reglas del trató sócial.
5) Nó recómendar a persónas para cargós ó fúnciónes, salvó en lós casós qúe
deriven del ejercició júdicial ó acadeú micó.
6) Nó ejercer, transmitir, ni recibir inflúencias en prócedimientós relaciónadós cón
las designaciónes, selecciónes ó prómóciónes de magistradós ó fúnciónariós.
7) Cónservar el órden y el decóró en el despachó júdicial.
8) Observar el úsó de la tóga en las aúdiencias, júramentós y demaú s actós fórmales y
prótócólares, cónfórme la reglamentacióú n qúe dictare la Córte Súprema de
Jústicia.
CAPÍTULO II
DEBERES ÉTICOS DEL JUEZ EN SUS RELACIONES CON ABOGADOS Y JUSTICIABLES
52
En particúlar debe:
1) Velar para qúe el tratamientó qúe le sea dispensadó, resúlte cóherente cón la
natúraleza própia de la investidúra júdicial. Adóptaraú , cónfórme cón la ley, las
medidas córrectivas qúe fúesen pertinentes para córregir y sanciónar
disciplinariamente -en el prócesó ó cón mótivó del ejercició de sús fúnciónes-, las
incóndúctas qúe afecten sú aútóridad y dignidad, ó el respetó debidó a lós
fúnciónariós júdiciales, las partes, sús representantes y demaú s aúxiliares de la
jústicia.
2) Nó mantener reúniónes ni cómúnicaciónes privadas cón las partes litigantes, ó
cón persónas qúe actúú en directa ó indirectamente pór ellas en relacióú n cón
prócesós sómetidós a sú cargó.
3) Salvó nórma legal qúe ló permita, le estaú próhibidó al júez recibir en aúdiencia
privada en sú despachó a úna de las partes ó sús representantes, sin la presencia
de la parte cóntraria para tratar cúestiónes vincúladas cón lós litigiós. En casós
excepciónales, de úrgencia ó necesidad acreditadas, pódraú hacerló brevemente y
siempre en presencia del actúarió júdicial.
4) Nó incúrrir en póleú micas cón lós abógadós ó jústiciables acerca de lós
fúndamentós ó del sentidó de jústicia ó legalidad de las decisiónes adóptadas en
prócesós a sú cargó.
5) Rechazar próyectós de resólúciónes elabóradós pór abógadós ú ótras persónas
extranñ as a la estrúctúra júdicial. Igúal cóndúcta deberaú asúmir respectó de
dócúmentós qúe fúesen extranñ ós al expediente.
6) Nó inhibirse injústificadamente y cón facilidad en las caúsas en las qúe debe
intervenir pór razóú n de sú cómpetencia. En las excúsaciónes, tiene el deber de
cónsignar la caúsa legal de la inhibicióú n y úna relacióú n circúnstanciada de la
misma, especialmente cúandó invóca cómó caúsal el decóró, la eú tica ó la
delicadeza. El ejercició del derechó cóntenidó en el Art. 39 de este Cóú digó nó
pódraú ser útilizadó para excúsarse de ún prócesó.
7) Nó discriminar, bajó ningúú n cónceptó, a lós jústiciables ni a lós abógadós en el
desempenñ ó de la fúncióú n júdicial. Particúlarmente, nó atenderaú pedidós ó
recómendaciónes especiales de trató en lós prócesós, ni permitiraú a lós abógadós,
litigantes ú ótras persónas, qúe pór las fúnciónes qúe púdieran ejercer, gózan de
fúerós ó inmúnidades, cómpórtamientós, actitúdes ó pretensiónes en detrimentó
del principió de igúaldad de las partes en lós júiciós.
8) Nó atender peticiónes relaciónadas cón prócesós júdiciales a sú cargó fúera de
lós caúces legales, en hórariós nó habilitadós, ó en lúgares imprópiós de la
fúncióú n júdicial.
9) Mantener el secretó de las ópiniónes ó vótós relaciónadós cón lós prócesós
sómetidós a sú própia decisióú n ó a la de ótró magistradó.
CAPÍTULO III
DEBERES ÉTICOS DEL JUEZ CON EL PODER JUDICIAL, CON LOS MAGISTRADOS Y CON
LOS FUNCIONARIOS
53
3) Evitaraú cómpórtamientós púú blicós, fúnciónales ó privadós, sea pór accióú n ó pór
ómisióú n, qúe púdieran afectar, disminúir ó cómprómeter la dignidad, el prestigió,
la credibilidad, la aútóridad, la independencia y la imparcialidad del Póder
Júdicial cómó óú rganó administradór de Jústicia.
Art. 23. GOBIERNO DEL PODER JUDICIAL. Es deber de lós júeces de la Córte
Súprema de Jústicia ejercer efectivamente el góbiernó del Póder Júdicial y la
súperintendencia de tódós lós órganismós y óficinas de sú dependencia, cónfórme a la
Cónstitúcióú n y las leyes, respetandó y haciendó respetar la independencia fúnciónal de lós
óú rganós júrisdicciónales.
Art. 26. COOPERACIÓN. Es deber del júez cóóperar cón lós órganismós
administrativós del Póder Júdicial, en órden a ún mejóramientó creciente del servició de
jústicia, cómó, asimismó, exigir de aqúeú llós el respetó y el tratamientó prótócólar y, cúandó
córrespóndiere, el acatamientó a sús decisiónes. El deber de cóóperacióú n del júez se
extiende al cúidadó y cónservacióú n de lós bienes del Estadó afectadós a la fúncióú n júdicial.
El júez ómitiraú tódó úsó irregúlar de tales bienes ó recúrsós materiales.
Art. 27. TRATAMIENTO. Es deber del júez de cúalqúier fúeró ó gradó, dispensar a
lós demaú s Magistradós el tratamientó respetúósó y cónsideradó, qúe debe exigir para síú
mismó cómó miembró del cúerpó júdicial. En tal sentidó, deberaú :
1) Esfórzarse en mantener cón lós demaú s Magistradós las mejóres relaciónes
persónales y de cóóperacióú n fúnciónal.
2) Omitir críúticas infúndadas ó innecesarias qúe afecten el prestigió de lós júeces y
del cúerpó júdicial ante la sóciedad en general.
3) Respetar las cómpetencias fúnciónales de lós demaú s Magistradós. Estaú vedadó a
lós júeces de gradó súperiór intervenir, del módó qúe fúese, en la fúncióú n
júrisdicciónal de lós júeces de gradó inferiór, salvó pór víúa de recúrsós.
4) Respetar el tiempó fúnciónal de lós demaú s Magistradós evitandó restar, sin caúsa
jústificada, las hóras de labór destinadas al servició de jústicia en detrimentó de
la fúncióú n júrisdicciónal.
5) Nó fórmúlar a ótrós júeces pedidós, recómendaciónes, ni sólicitar favóres en
54
relacióú n a lós prócesós a cargó de ellós.
6) Acatar las dispósiciónes qúe sean própias del ejercició del póder administrativó y
de súperintendencia de lós Tribúnales de Apelacióú n en las circúnscripciónes
júdiciales del interiór de la Repúú blica, manteniendó sú independencia
júrisdicciónal.
Art. 28. JUECES Y FUNCIONARIOS JUDICIALES. Es deber del júez dispensar a lós
fúnciónariós, agentes y óperadóres del Póder Júdicial, cúalqúiera sea sú gradó ó fúncióú n, ún
trató dignó, respetúósó y córdial y al própió tiempó, exigir de eú stós el tratamientó
prótócólar respetúósó inherente a la investidúra júdicial y, cúandó córrespóndiere, el
acatamientó a sús decisiónes, debiendó en casó cóntrarió adóptar las medidas córrectivas
pertinentes. Nó exigiraú el cúmplimientó de directivas ú óú rdenes referidas a actividades
ajenas a las fúnciónes especíúficas córrespóndientes al cargó qúe ejerce.
CAPÍTULO IV
DEBERES ÉTICOS DEL JUEZ EN SUS RELACIONES CON LOS OTROS PODERES DEL
ESTADO Y DEMÁS ÓRGANOS CONSTITUCIONALES
Art. 32. RESPETO A LA INVESTIDURA PÚBLICA. Es deber del júez dispensar a lós
ótrós Póderes del Estadó, y a lós demaú s óú rganós previstós en la Cónstitúcióú n y las leyes y a
sús integrantes, el respetó y la cónsideracióú n institúciónal inherentes a la investidúra
púú blica, y exigir igúalmente de ellós, el mismó respetó a la dignidad de la investidúra
júdicial.
55
Art. 34. COLABORACIÓN INSTITUCIONAL. Es deber del júez cóóperar
institúciónalmente cón lós ótrós Póderes del Estadó y demaú s óú rganós previstós en la
Cónstitúcióú n y las leyes, cón apegó estrictó al principió de legalidad y a lós líúmites de sú
cómpetencia fúnciónal.
CAPÍTULO V
DEBERES ÉTICOS DEL JUEZ EN SUS RELACIONES CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Y LA SOCIEDAD
Art. 36. TRATO CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. En sús relaciónes cón lós
mediós de cómúnicacióú n sócial, es deber del júez dispensar a lós mismós ún trató
respetúósó e igúalitarió, evitandó cóndúctas qúe púdieran tradúcir falta de recónócimientó
a la fúncióú n sócial qúe aqúeú llós cúmplen ó discriminaciónes evidenciadas a traveú s de
privilegiós a favór de determinadós mediós en detrimentó de ótrós.
56
Art. 38. DEBER GENERAL DE RESERVA. Es deber del júez gúardar silenció cón
respectó a datós, hechós y criteriós nó púú blicós qúe llegúen a sú cónócimientó en razóú n de
sú cargó, salvó óbligacióú n legal.
Art. 39. DERECHO DE EXPRESIÓN DEL JUEZ. El júez púede emitir ópiniónes
júríúdicas cón respectó a las sentencias júdiciales ó a temas vincúladós cón la órganizacióú n
júdicial, lós prócedimientós, lós Derechós Húmanós, la Cónstitúcióú n ú ótras cúestiónes
acadeú micas ó de intereú s ciúdadanó ó júríúdicó, cón criteriós cientíúficós y en fórós
adecúadós. Asimismó, dictaraú cónferencias ó seminariós y públicar librós ó mónógrafíúas en
diariós ó revistas especializadas cón la finalidad de cóntribúir al desarrólló y creciente
cómprensióú n de la ciencia júríúdica y del Estadó de Derechó.
TÍTULO IV
DISPOSICIONES ORGÁNICAS
CAPÍTULO I
DEL CONSEJO CONSULTIVO DEL CÓDIGO DE ÉTICA JUDICIAL
57
1) Tres ex-júeces qúe hayan ejercidó la Magistratúra Júdicial dúrante qúince anñ ós,
cómó míúnimó.
2) Un abógadó qúe haya ejercidó la abógacíúa dúrante veinte anñ ós, cómó míúnimó.
3) Un dócente úniversitarió qúe ejerza ó haya ejercidó la dócencia en materias de
eú tica júríúdica, deóntólógíúa júríúdica ó filósófíúa del derechó, cómó prófesór
escalafónadó dúrante qúince anñ ós, cómó míúnimó.
Art. 43. DESIGNACIÓN. Lós miembrós del Cónsejó Cónsúltivó seraú n designadós pór
la Córte Súprema de Jústicia, de úna nóú mina integrada hasta pór cincó candidatós
própúestós pór cada únó de lós cólegiós prófesiónales en materia júríúdica, las
úniversidades y entidades ó institúciónes de la sóciedad civil vincúladas al sistema de
jústicia, cónfórme al reglamentó qúe dicte la Córte Súprema de Jústicia. Lós miembrós del
Cónsejó Cónsúltivó dúraraú n tres anñ ós en sús fúnciónes y pódraú n ser reelectós pór dós
períúódós maú s, alternadós ó cónsecútivós.
Art. 44. JURAMENTO. Lós miembrós del Cónsejó Cónsúltivó prestaraú n, ante la
Córte Súprema de Jústicia, fórmal júramentó de desempenñ arse córrectamente en el
ejercició de sús fúnciónes.
Art. 45. REMOCIÓN. Lós miembrós del Cónsejó Cónsúltivó pódraú n ser remóvidós
de sús cargós pór únanimidad de lós demaú s miembrós del Cónsejó, previó prócesó
súmarió, pór mal desempenñ ó de sús fúnciónes ó peú rdida de la idóneidad reqúerida para el
cargó.
Art. 48. DEBER DE EXCUSACIÓN. Lós miembrós del Cónsejó Cónsúltivó tienen el
deber eú ticó de separarse de sú fúncióú n en casó de qúe existan caúsales de excúsacióú n cón el
júez denúnciadó, sin perjúició del derechó de eú ste de recúsar a aqúellós pór las mismas
caúsales.
CAPÍTULO II
DEL TRIBUNAL DE ÉTICA JUDICIAL
58
2) Un abógadó qúe haya ejercidó la abógacíúa dúrante veinte anñ ós, cómó míúnimó.
3) Un dócente úniversitarió qúe ejerza, ó haya ejercidó, la dócencia en materias de
eú tica júríúdica, deóntólógíúa júríúdica ó filósófíúa del derechó, cómó prófesór
escalafónadó dúrante qúince anñ ós, cómó míúnimó.
La cóndicióú n de miembró del Tribúnal de EÉ tica Júdicial es incómpatible cón la de
miembró del Cónsejó Cónsúltivó.
TÍTULO V
DEL JUICIO DE RESPONSABILIDAD ÉTICA
CAPÍTULO I
DE LAS NORMAS PROCESALES
59
desestimacióú n liminar es irrecúrrible.
CAPÍTULO II
DE LA RESOLUCIÓN ÉTICA
Art. 62. RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL DE ÉTICA JUDICIAL. Una vez en estadó de
resólúcióú n, nó pódraú n presentarse escritós en el prócesó, ni agregarse dócúmentós, ni
60
sólicitarse diligencias, sin perjúició de ló qúe dispúsiese el Tribúnal de EÉ tica Júdicial cómó
medidas órdenatórias.
El Tribúnal de EÉ tica Júdicial dictaraú resólúcióú n fúndada dentró del plazó previstó en
el Art. 56, adóptandó úna de las sigúientes decisiónes:
1) Rechazar la denúncia pór imprócedente, cón la declaracióú n expresa de qúe la
misma nó afecta el búen nómbre y la dignidad del júez denúnciadó. Si la denúncia
desestimada, ademaú s de imprócedente, fúese calificada cón algúnós de lós viciós
senñ aladós en el Art. 54 de este Cóú digó, se remitiraú n lós antecedentes al Cónsejó
de Súperintendencia de la Córte Súprema de Jústicia, para la aplicacióú n de las
medidas ó sanciónes disciplinarias pertinentes al letradó denúnciante.
2) Hacer lúgar a la denúncia prómóvida y, en cónsecúencia, aplicar al júez
denúnciadó úna de las sigúientes medidas:
a) Recómendacióú n;
b) Llamadó de atencióú n; ó
c) Amónestacióú n.
La medida de amónestacióú n, úna vez firme, se anótaraú en el legajó del júez
habilitadó al efectó pór el Tribúnal de EÉ tica Júdicial.
Art. 65. ENTRADA EN VIGENCIA. Este Cóú digó entraraú en vigencia el 1 de eneró de
2006. Las cóndúctas qúe púdieran cónsiderarse viólatórias de este Cóú digó y qúe hayan
tenidó lúgar antes de la fecha indicada, nó pódraú n dar órigen a ningúú n júició de
respónsabilidad eú tica.
61
8- EJERCICIOS DE CLASE
INSTRUCCIONES
EJEMPLO 1:
3) El júez era tótalmente libre pór qúe tenia cónciencia, plena libertad y respónsabilidad; el
jústiciable tenia cónciencia de ló qúe pasa peró sú libertad se ha restringidó y pór ló tantó
es el úú nicó respónsable.
4) NORMATIVA ASOCIADA
62
5) DESCRPCIONES NORMATIVAS
La ley óbliga a ajústar las cóndúctas en lós sigúiente artíúcúlós del Cóú digó de EÉ tica
Júdicial 7, 8, 11, 13, 14, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; igúalmente se deben ajústar a las
próhibiciónes expúestas en lós artíúcúlós 305 del Cóú digó Penal y 9 del Cóú digó Prócesal
Penal, estúdiandó estós artíúcúlós encóntramós qúe la cóndúcta del Júez es repróchable y
pór ló tantó amónestable júdicial y sócialmente, el incúmplimientó de las nórmas debilita
la óbligatóriedad del Sistema Júríúdicó Paragúayó.
63