Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Traducir es un acto de creación, es conducir un texto hacia miradas distintas de las que le
dieron la vida y, aunque la lozanía del nuevo original corra el riesgo de ser efímera, pues las
traducciones envejecen más rápido que las obras de origen, la actividad traductológica tiene
todo el sentido que le imprime su identidad utópica, como explicaré más adelante.
Una traducción es una reflexión en ambos sentidos. No es una copia del original. No
puede serlo porque no hay cultura ni lengua que sea copia de otra, por más que se tomen todas
las previsiones al respecto, por más que se crea a pie juntillas en la objetividad de la
Cada vez que escuchamos atentamente a alguien nos diponemos a traducir, pues la
traducción dentro de una lengua no es esencialmente distinta de la que se realiza entre dos
1
Texto apresentado na mesa “Português/Espanhol, Espanhol/Português: tradução e literatura” realizada pela
UFF em parceria com a FBN no dia 10/11/12 durante a Feira do Livro de Porto Alegre.
2
Octavio Paz, Traducción: literatura y literalidad, México, Tusquets, 1990, p. 9.
3
George Steiner, Después de Babel, México, FCE, 2a. ed., 1995 (1980), p. 13.
Si bien es cierto que “traducimos” a cada instante cuando hablamos o recibimos
indicaciones en nuestra propia lengua, continúa Steiner, es obvio que la traducción en estricto
sentido tiene lugar cuando dos idiomas se encuentran. En esta relación no cabe hablar de
y sus rasgos particulares; al traductor (ante todo un lector crítico y exhaustivo de dicha obra,
Dicho proceso, que va de una creación original a una nueva creación, puede pensarse como el
escenario de una traición y en los actores mencionados como en los autores intelectuales y
materiales de un crimen que no necesariamente es tal si la labor del traductor empieza a mirarse
desde una óptica distinta, si se ve a quien traduce no como quien ha sacrificado la pureza de un
original en aras de hacer cruzar ese navío sin importar demasiado cuán lastimada resulte la obra
en el camino, cuán desfigurada quede, cuánto de su “mensaje” se haya distorsionado hasta decir
otra cosa. Sin embargo, considero que lo que se procura con afán no es la comunicación a carta
cabal, por sí misma, como en la difusión de una noticia, sino la comunión, un acercamiento a un
nivel más íntimo entre quien configura un original y el lector de una obra traducida, que se
logra poniendo en juego todos los recursos sensibles e intelectuales de que dispone, antes del
como una realidad condenada a la inexistencia, una necia e ilusoria empresa, sino como ese no
lugar que deviene sitio tangible, cuya existencia será producto de la terquedad de quien se
términos periódicamente. La traducción, según entiendo, es una de las tareas más dialécticas
2
No obstante, por más fidelidad que se profese no a un texto sino a la profesión
con el lenguaje o, más específicamente, con las lenguas, se realiza en un terreno minado,
académica, la reflexión desarrollada sobre su profesión y los saberes de índole cultural (por
ejemplo, el conocimiento del contexto histórico y lingüístico en que la obra fue concebida) para
siquiera pensar en interpretar adecuadamente el texto a fin de hacerlo llegar al último lector.
Este “lector último” de ningún modo puede ser un ente pasivo, no podría serlo desde
que la comprensión en detalle y cabal de un texto entraña leer atentamente. Como se sabe, la
de puesta en marcha o actualización de todos los textos que conforman nuestro saber; es una
Interpretar un texto, dice Steiner, es “lo que da vida al lenguaje más allá del lugar y del
ser vivo que, como todos, fue concebido en y se nutrió de una época determinada. La lengua de
ese texto está cargada de sentidos, resonancias y referencias que es necesario conocer,
que con el paso del tiempo lo dicho en el texto adquirirá nuevos matices e incluso cambiará su
4
Steiner, “Entender es traducir” en op. cit., p- 49.
3
El lenguaje sólo entra en acción asociado al factor tiempo. Ninguna forma semántica es
atemporal. Y cuando usamos una palabra despertamos la resonancia de toda su historia previa.
Un texto está siempre incrustado en un tiempo histórico específico; posee lo que los lingüistas
llaman estructura diacrónica.5 Sin embargo, conviene aclarar que no es lo mismo hablar de un
texto original que de la traducción de ese original, aunque ambos involucren procesos de
creación o de mimesis:
frente a una “repetición original”. Dentro de los límites de una conciencia extraña, pero
musical, la recreación no puede ser más fecunda y radical. Cada ejecución musical es
una nueva poiesis. Difiere de todas las otras ejecuciones de la misma composición.6
distintos grados su reflejo; así sucede con la traducción, obra nacida como reflejo, que adquiere
vida propia; sin embargo, la lengua del primer original y la de la traducción no corren la misma
suerte.
Como lo señala Benjamin,7 mientras las palabras del texto original, aun sabiendo que
principalmente por ser la traducción una interpretación contextualizada, una mirada o imagen
5
Steiner, op. cit., p. 46.
6
Steiner, op. cit. p. 48.
7
Walter Benjamin, “La tarea del traductor”.
4
fija de la obra, siendo que ésta es susceptible de admitir casi todas las miradas de los lectores de
de un texto, en la posibilidad de que las miradas sobre ese texto se transformen en otras tantas
lecturas.
atención veremos palabras que quizá han caído en desuso y cuyo significado con frecuencia
desconocemos; estas palabras podrían ser clave para la comprensión cabal del texto. Enseguida
nos preguntamos cuántas de estas palabras fueron comprendidas por sus contemporáneos y
cuántos de ellos comprendieron a fondo el texto. Esto es motivo de duda para los hablantes
precisamos de sensibilidad para olfatear todas las posibles referencias e intertextos, alusiones y
de otros discursos y se relaciona con ellos al poner de manifiesto una deuda hacia la autoridad
Considero que, aun cuando las distintas lenguas son producto de otras tantas formas de
segmentación de la realidad, suelen referir más o menos las mismas cosas. El más o menos
obedece a que no todos habitamos en espacios físicos similares, con los mismos objetos, ni las
relaciones entre los humanos se dan en los mismos términos ni bajo la misma forma siempre.
5
Ese espacio que compartimos es lo traducible por vía directa; lo que hay de
circunlocución, en fin, de búsqueda de la vía de llegada. Tarea que también requiere de una gran
Después de esta búsqueda, viene la otra: cómo decirlo en la lengua de llegada. Además
de la equivalencia léxica, lo primero es considerar que una oración lo mismo que el conjunto de
ellas que integran el gran texto, posee fuerza ilocucionaria, es decir, todo aquello que bulle
comunicativo de una traducción, como dice Mason, puede atribuirse a la adecuada o fallida
representación de los actos de habla.8 Tema medular cuando se escriben y traducen textos
El lector de la traducción no tiene los mismos elementos con que contó el lector del
evocado para el lector del texto original puede no serlo para el lector de la versión.
sentido y la salvaguarda de la fuerza ilocucionaria el traductor propone una lectura de una obra
de lector consiste, por tanto, en construir un modelo del significado pretendido del original y en
elaborar hipótesis acerca del probable impacto en sus receptores pretendidos; mientras que, en
trata de reproducir su interpretación del “significado del hablante” para alcanzar los efectos
restitución habrá de echar mano de lo que Nida llama “redundancia cultural”. Puede sentir la
intertextualidad como de intencionalidad no tan evidente y tan sutil como suele ser la ironía; el
éxito de una traducción dependerá de que “los lectores de la versión alcancen la interpretación
incluso neologismos. En el intento por hacer llegar un texto, todo lo que no vaya en menoscabo
de lo dicho por el autor del original y su obra vale. Todo lo relevante cabe.
Llevar el texto hacia los lectores no tiene por qué significar una pérdida y llevar a éstos
al texto no tiene por qué ser un viaje a mundos pesadillescos. Casi todos sabemos que existen
otras culturas y tenemos noción de lo que ser diferentes significa. Entonces no hay por qué
pensarlo mucho al momento de traducir para ir en uno y otro sentido. Habrá tiempos en que
llevaremos el texto a los lectores, porque no queda más remedio y habrá tiempos en que
consideremos que al lector no le haría ningún mal adentrarse en la experiencia que encierra la
expresión Je est un autre. Lo que sobran son discursos radicales sobre la posible y la imposible
traducción. Pocos son los trabajos que emprenden la labor de analizar seriamente por dónde
traducción, los planos de la utopía, sino como textos animados por una voluntad humanista
incluyente de la diferencia.
10
Mason, “La traducción de un texto como acción...”, p.131.
7
Bibliografía citada
BENJAMIN, Walter, “La tarea del traductor” en Ensayos escogidos, Buenos Aires, Sur, 1967.
MASON, Ian, Una aproximación al discurso, caps. 5, 6 y 7, Ariel, 1995.
STEINER, George, Después de Babel (After Babel), traducción al español de Adolfo Castañón
y Aurelio Major, México, FCE, 1995, 2ª ed.
Bibliografía consultada
BENVENISTE, Émile, Problemas de lingüística general II, trad. de Juan Almela, México,
Siglo XXI, 1979.
PAZ, Octavio, Traducción: literatura y literalidad, México, Tusquets, 1990.
ZASLAVSKY, Danièlle y Françoise Neff, “Entre decir y repetir” en la revista Cuicuilco, pp.
13-22.