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ORGANIZACIÓN y DECISIÓN. :
AUTOPOIESIS, ACCIÓN y
ENTENDIMIENTO COMUNICATIVO ['
Introducción de
Daría Rodríguez Mansilla
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UNIVERSIDAD
IBEROAMERICANA
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jeto, sin embargo, requiere a su vez de una aclaración ulte- lo que acontece, hay siempre algo más de lo que puede pre-
rior. de ningún modo puede tomarse como dado que la uni- suponerse y, finalmente, el mundo se encuentra implicado y
dad de acción deba comprenderse como una «relación».No . comprometido en todo. A nivel de los sustratos presupues-
obstante ello, la acción se aproxima mucho al concepto de tos -y sólo recordaremos las investigacionesmás recientes
conocimiento.Aunque los conocedores de la filosofíatrascen- acerca de la importancia que han adquirido los campos
dental, por ejemplo, el gato Muzius (O.J. Hoffmann, 197 s.) magnéticos terrestres en los procesos orgánicos- los lími-
saben perfectamente, que la «facticidad" de la acción prece- tes de los sistemas pierden validez, Esto significa, entre
de a todo conocimiento. otras cosas, que los sistemas sólo pueden constituirse por
Las consideraciones siguientes toman una dirección di- diferenciación, distinguiéndoseasí de su entorno, lo cual es
ferente: la que nos lleva por el camino de la teoría general válido no sólo para sus estructuras, sino también para los
de los sistemas y su concepto de «elemento».Según el esta- elementos mismos que los conforman. Independientemente
do actual de la ciencia, este concepto debe liberarse de toda del sustrato supuesto y de su sensibilidad reactiva frente a
implicación acerca de lo «simple», lo «irresoluble»,lo onto- cualquier cambio, los elementos son formados por el siste-
lógicamente «último», o sea, que debe desprenderse de todo ma y, como tales, constituyen las unidades «últimas» e irre-
lo que conlleva la semántica tradicional de «átomo» o de solubles. Sólo esto y nada más que esto subyace al enuncia-
«individuo». El mundo «hacia abajo» aparece hoy igual- do, de que los sistemas materiales ESfÁN compuestos por
mente abierto y sin fin." Todo lo elemental puede descom- átomos, mientras que los sistemas sociales se constituyen
ponerse. Si la descomposición puede lograrse o no es sólo vía las «acciones». Siempre existe un entorno; hasta podría
cuestión de competencia cognitiva y de competencia técni- decirse: siempre hay un entorno interior como pre-condi-
ca. Esto nos obliga a revisar una multitud de conceptos. La ción de existencia.
«reducción», por ejemplo, no puede concebirse como una En el momento actual, una de las teorías de los sistemas
simplificación, sino sólo como una relación entre comple- que interpreta en forma más decidida esta perspectiva, fue
jos. El concepto de elemento, sobre todo, es una cuestión formulada por Maturana y Varel, bajo la etiqueta de auto-
muy discutible (Glanville, 1978)_ Debería relativizarse res- poíesis." Puede entendérsela mejor dentro de la teoría de SIS-
pecto al sistema (o tipo de sistema) para el cual éste es temas autorreferenciales, como un intento de partir de las
elemento. Esto obliga, por su parte, nuevamente, a plan- teorías clásicas de la conciencia (teorías de reflexión),tanto
tearse la cuestión de la unidad del elemento, con una preci- como de los conceptos sistémicos referidos a la «auto-orga-
sión hasta ahora desacostumbrada. Sólo como unidad de nización». La noción de autopoiesis comprende no sólo las
aplicación en un sistema, el elemento se autoconstruye por I relaciones más o menos consolidadas entre los elementos,
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el sistema, dentro del cual actúa como elemento. Esto, na-
turalmente, presupone la existencia de un universo de ma-
¡ sino también los elementosmismos, resultantes de la repro-
ducción correlativa del sistema. Un sistema autopoiético
teriales ~' energías que posibilitan este tipo de constitución. puede representarse entonces como algo «autónomo»,sobre
Ningún sistema es capaz de controlar por sí mismo todas la base de una «organización cerrada» de reproducción
las causas de su existencia. En todo lo que existe y en todo
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auto-referenciaF Clausura y auto-referencia se relacionan en La aplicación del concepto de autopoiesis de los sistemas
un nivel formado por la síntesis de elementos, y no niegan sociales sigue siendo una cuestión muy debatida.11 Todavía
en modo alguno la dependencia respecto al entorno a otros este concepto no ha sido lo suficientemente desarrollado en
níveles/' Queda claro, no obstante, que en el ámbito de los sus aspectos teóricos, y faltan aún aportes realizados desde
sistemas autopoiéticos, la clausura circular interna es condi- la misma socíología.P No obstante, corresponde interrogar a -.:" ......
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ción sine qua non para la continuidad de la auto-reproduc- la teoría de la acción acerca de la aplicabilidad de su con-
ción del sistema y que el cese de la misma significaria la cepto teórico fundamental. ¿Cuáles serían las ganancias y
muerte. cuáles los sacrificios al intentarse la conceptualización de los
Un supuesto de este concepto es que la VÍa de escape sistemas sociales como sistemas autopoiéticos, capaces por
usada por Parsons se encuentra bloqueada: salida a través sí mismos de generar sus elementos componentes, es decir,
de un significado «meramente analítico» del «sistema», los sus acciones? Una definición «oficialista» de la organización
límites del «sistema», la «unidad», unit act'' Pero, cuando autopoiétíca permitiría aclarar, en este sentido de qué se tra-
por diferenciación de la ciencia contemporánea ya dificil- ta: «The autopoietic organization is defined as unity by a
mente pueden trazarse límites «absolutos» para la capacidad network of productions of components which a) participate
de descomposición, tampoco pueden dejarse a la ciencia recursively in the same network of production of compo-
misma las condiciones de aplicabilidad de esta capacidad. El nents which produced these cornponents, and b) realizes the
concepto de autopoiesis marca en este punto un cambio, al network of productions as a unity in the space in which the
menos en el sentido de que la ciencia misma como sistema components exist» (Varela el al., 1974: 188). ¿Puede, en este
autopoiético debe respetar su objeto como sistema autopoié- sentido, conceptualízarse la acción como «componente»
tico, es decir, a la autopoiesis misma.l? (proferiríamos, no obstante, denominarla «elemento»)?
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consigo la carga de la acción durante un rato y luego resti- mo» sólo se produce, si la unidad de los elementos se consti-
tuir las posibilidades de conexión. tuye como unidad de Identidad y Diferencia.18 Un aconteci-
Sin embargo. el problema no sólo radica en la presencia miento único, debe incorporar, por 10 tanto, ambas cosas: la
de los otros y de los sustitutos que pueden desarrollarse con identidad consigo mismo y la diferencia respecto de sí mis-
tal finalidad. Debe preguntarse, con un grado de generalidad mo; solamente de este modo puede establecerse el Nexus.
mucho mayor y de modo mucho más radical, ¿cómo es que Una acción como la de «tocar el timbre de la puerta» no se
un elemento que no puede perdurar, puede asegurarse la traduce solamente en el sonar del timbre. Adquiere sentido, .
capacidad de conexión?, ¿lo puede hacer por sí mismo? ¿De- porque la puerta puede abrirse, momento en el cual el tim-
bido a un tipo particular de Energeia? ¿Gracias a una previ- bre dejará de sonar. A partir de entonces deja de tener senti-
sión particular de la creación? Éste es un problema sobre el do el seguir tocando el timbre o volver a tocarlo. Hacerlo no
cual la teoría de sistemas autopoiéticos deberá dar una res- importaría unidad diferenciable alguna. Es cierto que el
puesta. Un sistema produce los elementos que lo constitu- abrir de la puerta es una acción distinta, un acontecimiento
yen, con ayuda de los elementos que lo constituyen. Ésta es nuevo del cual se puede prescindir. Sea como fuere, tenga o
una exigencia del punto de vista según el cual se sintetizan no tenga lugar, la diferencia respecto de este acontecimiento
los elementos y se los utiliza corno unidades para la repro- y luego, respecto de todos los demás acontecimientos, man-
ducción autorreferencial. La unidad como garantía de apli- tiene un «ce-sentido» con el tocar el timbre. Sin la identidad
cabilidad, de la reproducción y de la capacidad de conexión, y sin la diferencia, no seria ningún acontecimiento. [Y nin-
sólo puede ser una unidad, que ha sido constituida, a su vez guna acción!
antorreierenciahnente. Partiendo de esta exigencia, hablare-
mos entonces, de autorreferencia basal, contraponiéndola a
la reflexión, por medio de la cual se alude a la auto-temati-
zaci6n de un sistema, a la introducción de la identidad del
sistema en el sistema.
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La cosmología de Alfred North Whitehead contiene,
exactamente, este pensamiento, el cual puede, en este senti-
do, vincularse con el concepto de autopoiesis.l'' Whitehead
dice claramente que la autorreferencia de acontecimientos
elementales es una pre-condición de su conexión (el concep-
to: Ne.'lIS) y, por ende, de su realidad. «Un individuo es real
cuando adquiere sentido para sí.» 17 Este «sentido de sí mis-
16. El enlace quiere decir que la -Autopo.csis- entra en el lugar que Whiicad
habla de proceso y los conceptos de Whitehead de «ser único» o «suceso» en el
lugar en que en !:t teoría de la auropoies.s se habla de «componente », Por el
momcnio éste es sólo J:¡ proposición de una maniobra teórica estratégica. Habría
que probar más cxactarncmc 10 que pasa con ellas en ambas teorías. I~. Cambio algo la formulad", [o la traducción alemana (Whilehcatl, 1979:
17. Así x.:xr 1.1 categoría de Explicación. cirada según la traducción alemana de 69) dice Identidad y diversidad. En "versión inglesa es nuis claro: scl¡:idcll/ilv aut!
\\11itehead, 1979: 69. scl¡:'/i''l'TsiIY.
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la teoría de la autopoiesis que no trata de frases, sino de operaciones idistinctions, 23. Requiere mayor fundamentación que se deba orientar por la alfabetización
iudications ).
22. Luhmann, 1981c. y no por la escritura en sí. Véase Havelock. 1976.
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con el concepto de racionalidad. No se debe tomar por co- v
nocimiento el puro hábito de pensar así. Un concepto de
racionalidad que en esta situación podría enriquecer nuestro
análisis, o sea, podría delimitarlo, no es aún visible- Dejare-
mos abierta, por lo tanto, esta pregunta_24
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30. Doy como dato sólo una cita algo extensa para, al mismo tiempo, dejar en
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ésta +-para asegurar la capacidad de conexión_ exige una )
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Lo que podemos entonces preguntamos es cómo dos sis- retórica,39 ha seguido un mecanismo de adquisición infor-
temas, mutuamente opacos (Mead hablaría de organismos, mativa completamente diferente: 10 psíquico se observa diri-
los cibernéticos de cajas negras), pueden generar un sistema gido por la diferencia novedosa entre el consciente e incons_
social con suficiente transparencia I no transparencia para sí ciente. Esta diferencia reacciona sobre y provoca una mayor
mismo. También aquí el siglo XVIII parece haber efectuado diferenciación, aún más intensa en el procesamiento de in-
un cambio notable: se trata de la comprensión del significa- fonnación psfquicO-individual. Proporciona parn eRo un es-
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do real de las fórmulas homme universel, de los patriotas, del quema observacional adecuado, del cual se excluye la POSibi-
"hombre en el hombre», etc. Parece que, hasta entonces la lidad de convertirse en un esquema autO-Observacional_Un
interpretación mutua del comportamiento, se llevó a cabo en sistema psíquico, a su vez, es Un sistema autopoiéticamente
alto grado sobre gestos corporales estandarizados cultural- cerrado; sólo puede tener conciencia de sí mismo, es decir,
I
mente, incluyendo los gestos verbalizados como correspon- sólo puede obsenrarse a sí mismo como una conciencia.
diente correlato mental. Léase, por ejemplo, Mol! Flanders de t)nicamen'elos obs_dores ex'e<uo, perciben la diferend,
Daniel Defoe (1721). Las situaciones (por ejemplo, del carte- entre los procesos conscientes e inconscientes en los demás.
lista) se desarrollan a través de gestos y el lector moderno se Este esquema de diferenciación consciente/inconsciente
pregunta, infructuosamente, cuáles son los procesos psicoló- no es «encarnable» corporalmente (lo que aún podría admi-
gicos y morales que ocurren realmente-" Pero el renovado
interés por la individualidad que resurge, ya no puede resca-
I tirse para el alma y hasta para la Sustancia racional de 10
mental); como di{erencia se ha independizado, se ha liberado
tarse acudiendo a estas formas, Paralelamente a esto, Ir; re- de 10 corporal y de sus Posibilidades expresivas (lo cual, na-
tórica también llega a su fin. La novela epistolar ofrece una turalmente, no excluye que 10 corporal pueda, a su vez, ser
forma de transición muy utilizada: aún hay gestos y ya.~s intelpretado dentro del esquema conSciente/inconsciente). Al
psicológicamente reveladora Y El h0111111e universal era la j- mismo tiempo la observación social orientada por esta dife-
gura sustituta: bueno y sensato, agradable y útil -todo esto rencia modifica las relaciones sociales, puesto que esta di- .\
más para los demás que para sí mismo- y muy reveladora. ferencia no puede, per delbzitionem, convertirse en un códi- )
Pero su individualidad ya no es más la del individuo; mues-
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go, adquirü- un código, adquirir un Contenido de entendi_ .7
tra, para los observadores sensibles, más un colectivismo ca- miento, no puede devenir un medio COmún.40 Aumen ta la a
muflado de individualismo.V ¿Debemos lamentarnos por distancia entre el actor y el observador y, Con ello, sanciona 1-
ello (con Theunissen, 1982); la experiencia de la incomurricabilidad.41
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36. Véase acerca de la cuestión de una ironía consecuente: Watt, 1957: 93 ss. 39. También
histó'icas. Véase, aquí los muchos intentos1980.
por ejemplO-f'erelman, de recuerdos Con pretenSiones más que se
37. Para ver el desarrollo podría compararse las Lettres portugaises de Guillera-
exactamente esto,
40. No desconozco que la /)';¡xis terapéutica del hacer conscientc flC"sigul'
gues (1669) con las Lettres de la Marqttise de M. all Conue de R (1/32). Ambas
obras viven aún de una codificación cultural de los gestos de lenguaje y al mismo
tiempo la pasan a llevar. ~ 41. Comp,i.-ese la aún 'o;jlida, pero no suficiente tesis del Conde de \'cr,5<lc: La
38. Véase el análisis de las nuevas unidades generales (Koselleck diría: sirrula- obse,yación supone modificacióll. y uno debclí;} esforzarse po,. agradar al OliO.
res colectivos) en Vinet, 1913. ' porque éste es más obsen.'llble (y más indefenso) en CStado de plaisir (Crébillon. 1: b
1961: ¡ 71 s.). Con esto aún no Se dice nada sobre el csquema de la ganancia de
in[olmaci6n, sobre la diferencia que flCmlile ver diferencias.
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Este conocimiento es también tradición europea asegura-
La
da. Evita «generalizaciones positivas» apresuradas.F
cuestión de cómo adquirir mayor comprensión no se vuelve vrr
obsoleta con esto, y la pregunta acerca de las formas de
comportamiento que mejor pueden absorber este interés por
la identidad y la diferencia, no pierde nada de su peso. Pero
los sistemas autopoiéticos son sistemas que se reproducen
continuamente y que, en cualquier momento, no sólo pue-
den cesar, sino que efectivamente lo hacen. ¿Quién saca, en-
tonces -y de dónde- el coraje de seguir, habiendo experi-
mentado que no puede haber comunicación acerca de sí
mismo? Ésta es, obviamente, la pregunta más candente tan-
to desde el punto ele vista práctico como teórico, ya que sin
continuidad en la comunicación, no habría ninguna maximi-
zación posible para sus oportunidades de compresión.
I mente
cos
¿Qué es 10 que se ganaría y qué se perdería al intentar la
traducción de la teoría de la praxis comunicativa, racional_
argumentadora, en una teoría de sistemas autopoiéti_
de comunicación?
Habennas intenta demostrar que existen fonnas específi_
Cas de acción por medio de las cuales los interlocutores ad-
Meren a l. comunkación orientada a la comprcn'ión, acel>
tanda razones lo suficientemente convincentes como para a
justificar la propia elección de sus acciones. Esto es trivial o
mientras se deja a los interlocutores la poSibilidad de definir a
exactamente, para su sistema particular, las condiciones ia
bajo las cuales las razones deberían resultar convincentes. J-
Deja de ser trivial y Se \'llelve una exigencia muy fuerte iU
(como 10 dice el Propio Habemlas, 1981, vol. 1: 198), si las o-
razones transmitidas deben tener validez general inherente, se
---_ es decir, validez aun para quienes no participan en la comu- na
nicación. El mismo l-Iabennas sólo intenta demostrar que ún
42. Ésta es un" expresión de Holland (1977) en relación con un an.ilisis de
sociología del conocimiento de teorías -auto. psicológicas y sociológicas. Holland otros teóricos lambién enfrentan problemas que sólo po-
explica la «generalización positiva» mediante la autorreferencia del teórico. Su drían resolverse en la medida en que Se pudiese satisfacer
propio sf mismo vuelve en el ámbito del objeto cuando investiga el «si mismo». esta exigencia. Puede ser, aunque no sirve de mucho cuando .1: la
10 que se quiere es conocer cómo CS1~1 «inflación))de lo ]lar-
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ticular a lo universal ocurre, en tal forma que todos los indi- tricciones de temporalidad, el dominio de la validez univer-
viduos de buena voluntad -y precisamente recurriendo a su sal se vuelve inalcanzable -salvo cuando se lo entiende
buena y comprensiva voluntad- se sienten forzados a con- como renuncia a la búsqueda de cualquier tipo de relevan-
sentir. Cuando nadie se atreve a trabajar directamente en el cia. Teniendo esto en cuenta, parecerá más atractivo buscar,
problema ¿no debería ser el observador quien saque sus pro- dentro del programa teórico, un equilibrio entre las exigen-
cias de la dimensión social y la dimensión temporal, lo cual
pias conclusiones?
La teoría de los sistemas autopoiéticos autorreferenciales significa -según todas las experiencias previas con progra-
descritos previamente43 deberla, en primer término, variar la mas de optimización de este tipo-- nada más ni nada menos
forma de plantear el problema. Sólo puede ofrecer como que renunciar a razones únicas-correctas para la elección de
«universal- su propio concepto de autopoiesis. La acción determinadas acciones,
debe poder reproducir la acción a base de autorreferencia Una teoría de los sistemas autorreferenciales deberla,
basal y de temporalidad de aconteciltÚentos. Si esta pro- efectivamente, mantenerse atenta a la posibilidad de cone-
puesta no funciona, entonces, no hay nada que hacer. Lo xión de acciones de consenso y de disenso. La implicación
que está en juego es mucho más que al mero postulado clá- universal de la comunicación significativa es solamente que
sico acerca del mantenimiento del estado, ya que toda la cualquiera sea su sentido, este apunta siempre a la conviven-
problemática ha sido llevada del nivel de las estructuras (in- cia C011 los demás. y no que esto deba implicar la expectativa
tercambiables) al nivel de los elementos. Así, por ejemplo, o el establecimiento de una comprensión.
debemos partir de una interdependencia de descomposición y Habermas piensa en una Praxis comunicativa, «la que
reproducción; el cese de una acción esla condición para las desde el fondo de un mundo de la vida se orientarla hacia la
acciones consecutivas y el sistema se reproduce sobre las obtención, mantenimiento y renovación del consenso, es de-
condiciones de posibilidad de esta interdependencia. Con cir, de un consenso que se basa en el reconocimiento inter-
esta operación, contrariamente a lo que ocurre cuando se subjetivo de pretensiones de validez criticable» lJ981, vol. 1:
buscan razones «generalizables» el tiempo, o sea, el tempo, 37). Una teoría de los sistemas autorreferencir.les deberla
se convierte en una variable crítica, obviamente, por razones formularse: «la obtención, el mantenimiento y la renovación
de temporalidad, los sistemas deben preocuparse en lo esen- del consenso o disenso». Lo que en Habermas se encuentra
cial ellos mismos por su propia reproducción. incluido, en forma moralmente conveniente, en el concepto
Cuando las restricciones temporales de este tipo son con- de «criticabilidad», sería llevado a la forma de una diferencia
diciones universales de reproducción de los sistemas socia- que define la dimensión social y como diferencia, generaría
les, no es de esperar que, ignomndo o poniendo entre parén- estructuras." Aunque pueda parecerlo, ésta no es, de ningu-
tesis estas condiciones, se alcanznran razones universalmente na manera, una propuesta irónica, que por inclusión de su
válidas; la validez de tales razones debería contradecirse con antítesis volvería absurda a la teoría de entendimiento co-
sus condiciones de reproducción. Esto significa que: si se municativo. Con la elección de la diferencia a la cual se
quiere maximizar el éxito del sentido en la dimensión social, orientan los procesos de comunicación, se ha tomado una
bajo la máxima de entendimiento por desprecio de las res- importante decisión estructural-genética. No se da de ningún
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modo por sobreentendido, que la diferencia consenso/disen- de todo esto plantearse la pregunta acerca de la diferencia,
so sea aceptada, sin más, como una diferencia conductora. por cuyo intermedio transcurre la obtención de información
La corrección que se aplica al principio de racionalidad, y la determinación del sentido. Probablemente, esto nos per-
orientada a la comprensión, tiene un alcance menor de lo mitiría, a más largo plazo, llegar a mejores conexiones, tanto
que podría suponerse de antemano. Pero, seguramente, tien- desde el punto de vista de la teoría de la información, como
de a incorporar formas con las que puede fijarse el disenso, de la teoría de la evolución (Luhmann, 1981d).
ya sea en el sentido de una línea orientadora, aplicable a El segundo punto nos remite a las «razones». Habermas
numerosas situaciones (Pettigrew, 1973: 76); ya sea por ra- ha definido este concepto, lo que es decisivo para la climati-
zones de temporalidad (Olsen, 1972); ya sea por razones zación de su teoría con una temperatura moralmente sopor-
morales que rigen el establecimiento de ciertas condiciones table, como la ejecución de una valoración que confiere sen-
de autoestima y de estima al prójimo.45 Finalmente, aluda- tido a las razones. «Las razones son de una sustancia tal,
mos al menos a sólo dos consecuencias: sobre la base de un que no se dejan describir desde una posición adoptada por
concepto de comunicación general y no esclarecido, Haber- una tercera persona, es decir, sin que se produzca una reac-
mas hace la distinción entre referencias especiales del uni- ción ya sea afirmativa, negativa o prescindente... La descrip-
verso y conceptos de acción especiales, los cuales, a suvez, ción de las razones requiere..eo ipso una valoración, aun
implican diversas actitudes con respecto a la comunicación. cuando aquel que proporciona la descripción, no está en
«Una acción comunicativa» es una forma especial de acción, condiciones, por el momento, de juzgar su validez» (1981,
pero al mismo tiempo, también una forma especial de ca- vol. I: 169)_ Un argumento de este tipo debería aplicarse con
municación. No toda acción que comunica es acción comu- cuidado, pues, si no, aparece como sectario (iel que no se
nícativa." Las relaciones conceptuales exactas y h arquitec- adhiere, no comprende nada!). La teoría sistémica constru-
tura de toda la teoría, permanecen no transparentes [por ye, dentro del concepto de autopoiesis, una idea semejante:
cuanto aparece también el acervo de la tradición, en vez de sólo los elementos que son producidos por el sistema pue-
una explicación conceptual]. Se pregunta uno, ent:,nces, si den participar en la reproducción del sistema (clausura).
no sería mejor suprimir por completo -a nivel de la con- Esta afirmación podría completarse y casi neutralizarse, por
ceptualización de la acción, o bien, a nivel de la conceptuali- medio de la tesis que sostiene que: todo el uso de distincio-
zación de la comunicación- la diferenciación de los distin- nes y toda la orientación por diferencias es una observación,
tos tipos y modos de acciones [comunicacionesj/? yen lugar o bien, una descripción, a las que corresponden, respectiva-
mente, las nociones de auto-observación y autodescripción.
Puede hablarse, entonces, de «razones» en el sentido de la
45. Sólo al margen indiqucmos los problemas políticos consecuentes de la op- generalización de la capacidad de conexión de operaciones:
ción teórica que aquí discutimos: es difícil comprende.', a partir de la posición
asumida por Habermas los conllictos, revoluciones y también el principio de ma- «mejores» razones tienen capacidades de conexión temporal,
yoría. Tampoco pueden tratarse adecuadamente las tendencias emergentes de no real y/o socialmente más complejas; luego, las razones pue-
aceptar más decisiones de mayoría y, en lugar de esto, de basarse en un disenso
estable, cuando no en el conflicto. Sólo tendrían cabida en el ámbito de las formas
den juzgarse, tal vez más exactamente, desde afuera, para lo
de acción imperfectas (por ejemplo, del comportamiento estratégico). cual un observador externo utilizaría las diferencias (por
46. Véase la anotación explícitamente defensiva, vol. 1: 150. ejemplo, consciente/inconsciente; manifiesto/latente), que no
47. Esto está dirigido tanto contra la diferencia de actos (Austin) : amo contra
la diferencia de funciones (Bühlcr) en el supuesto de que el efecto c<.:njuntode lo
están disponibles dentro del mismo sistema. Solamente co-
que aquí se distingue hace precisamente el ser de la comunicación. nectándose en la auto-reproducción del sistema, el elemento
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