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Vicios de la Voluntad – Parte 2

INDICE

Pág.

INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 4

VICIOS DE LA VOLUNTAD .......................................................................................... 5

CAPÍTULO I: EL DOLO ............................................................................................... 5

1.1. Definición conceptual.................................................................... .5

1.2. Características del Dolo ................................................................ 8

1.3. Requisitos para que el dolo sea causa de Anulación del Acto

Jurídico .......................................................................................... 8

1.4. Clases de Dolo .............................................................................. 9

1.4.1. Por sus efectos ................................................................... 9

A) Dolo causante ................................................................ 9

B) Dolo incidental ............................................................. 11

1.4.2. Por la forma de su realización ........................................... 13

A) Dolo positivo ................................................................ 13

B) Dolo negativo ............................................................... 13

1.4.3. Por la participación de los sujetos ..................................... 14

A) Dolo directo.................................................................. 14

B) Dolo indirecto o de tercero ........................................... 15

CAPÍTULO II: La Violencia .......................................................................................... 16

2.1. Violencia Física o Vis Absoluta ..................................................... 16

2.2. Violencia Moral o intimidación ....................................................... 18

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

2.2.1. Elementos de la intimidación ............................................. 20

A) La amenaza .................................................................. 20

B) El mal............................................................................ 21

C) El temor ........................................................................ 22

CAPÍTULO III: Criterios para calificar la violencia o intimidación ............................... 23

Comentario del artículo 216 ............................................................... 23

Comentario del artículo 217 ............................................................... 25

CAPÍTULO IV: Nulidad de renuncia ............................................................................ 28

Comentario del artículo 218 ............................................................... 28

CONCLUSIONES........................................................................................................ 30

RECOMENDACIONES ............................................................................................... 31

BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................... 32

ANEXOS ............................................................................................................. 33

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

INTRODUCCIÓN

Uno de los requisitos para que la manifestación de la voluntad produzca efectos


jurídicos, es que esta carezca de vicios; es decir, que no esté afectada de error,
dolo, violencia o intimidación, pues sea el caso que se produzca alguno de ellos
dentro del acto jurídico esté podría ser anulado por cualesquiera de dichas
causales. Es entonces que este trabajo de investigación constituye una
recopilación de información de juristas muy reconocidos en el ámbito jurídico
nacional e internacional, obras jurisprudenciales que se han constituido en una
fuente de consulta muy valiosa para nuestra formación profesional.

En vista de lo anteriormente expresado y conociendo en la actualidad la


importancia de conocer los llamados vicios de la voluntad, los cuales reciben esta
denominación porque se constituyen en factores perturbadores del normal proceso
formativo de la voluntad, motivo por el cual se toma en cuenta para su estudio en
las asignaturas de Derecho Civil II – Acto Jurídico. Nos ha parecido pertinente
desarrollar este trabajo monográfico de la siguiente manera: un primer capítulo
tomando en consideración, al dolo como vicio de la voluntad que significa engaño,
respecto a una delimitación conceptual del mismo, sus características, requisitos y
clases. Un segundo capítulo referente a la violencia o intimidación que colocan al
sujeto como frente a la alternativa de celebrar el acto jurídico en determinadas
condiciones o de sufrir un daño. En el desarrollo de ambos capítulos se pone en
evidencia las diferencias que existen entre ellos los cuales están debidamente
sustentados en el Código Civil Peruano, finalizando con las conclusiones
pertinentes al tema tratado.

Esperamos que sea de utilidad cuando algún estudiante se pregunte ¿Qué papel
juega los vicios de la voluntad en el ámbito jurídico?

Los Autores.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

VICIOS DE LA VOLUNTAD

CAPÍTULO I:

EL DOLO.
Dentro de nuestro código civil, la palabra dolo tiene distintas acepciones: en el
área de la responsabilidad contractual como la conducta de quien
deliberadamente inejecuta sus obligaciones causando daño a su acreedor (art.
1321); en el campo de la responsabilidad extraconceptual como causa de
responsabilidad subjetiva (art. 1969); y como un vicio de la voluntad (art. 210 al
212)1

1.1. Definición Conceptual.


El dolo, del latín “dolus” que significa fraude o engaño, implica la finalidad o
intención de producir un daño mediante una acción u omisión. Actúa con dolo
quién miente para sacar provecho de una situación, afectando los intereses de
un tercero.

En el derecho civil la palabra dolo tiene tres acepciones:2


a) Como elemento del incumplimiento de las obligaciones. El dolo es la
intención deliberada de inejecución de la prestación debida (art. 1318). Es
la conciencia y la voluntad del deudor, autor del ilícito, de dañar al
acreedor; genera la responsabilidad civil contractual (art. 1321)

b) Como factor de atribución de responsabilidad civil extracontractual por


acto ilícito. El dolo es la conciencia y voluntad de causar un daño; en tal
sentido se opone a la culpa que designa al actuar negligente del agente
que causa un daño (art. 1969)

c) El dolo como vicio de la voluntad significa engaño. Es el engaño que


induce a la otra parte a celebrar el acto jurídico, en ausencia del cual la
víctima no lo habría celebrado. De este significado de dolo nos
ocuparemos a continuación:

Según Albaladejo, el dolo se trata de un error provocado por un


comportamiento engañoso, para conseguir una declaración que se emite
debido a aquel. 3 Para Messineo, el dolo consiste en el uso, por obra de la
1
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 328 pp.
2
TORRES VASQUEZ, Aníbal. (2001). “Acto Jurídico”, 2da. Ed. Editorial Moreno S.A. Lima, 779 pp.
3
ALBALADEJO, Manuel. (1983) “Derecho Civil I. Introducción y Parte General”. Bosch. 199 pp.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

contraparte, de engaños, maquinaciones, artificios o mentiras respecto de una


persona con la finalidad de inducirla a emitir una declaración que, sin aquello,
no habría emitido.4

De Castro, manifiesta que hay dolo cuando, con palabras o maquinaciones


insidiosas de parte de uno de los contratantes, es inducido el otro a celebrar
un contrato que, sin ellas no hubiera hecho.

Para Rubén Reyna Mantilla, El dolo, como vicio de la voluntad, es toda


astucia, engaño, artificio o maquinación, que realiza una de las partes, aunque
también puede provenir de un tercero, orientada a provocar un error en el
declarante o a mantenerlo en el error en el que ha incurrido espontáneamente,
para inducirlo a celebrar un acto jurídico que de otro modo no habría
celebrado, o lo hubiera hecho en condiciones más beneficiosas para él 5.

Por ejemplo: Miluska le ofrece en venta a Jessica una sortija de bronce


bañada en oro, diciéndole que se trata de oro de 18 kilates, es más, le ha
colocado el sello de 18k, provocando de esta manera un error en Jessica,
induciéndola a celebrar la compraventa.

Según, Fernando Vidal Ramírez, La doctrina es unánime en conceptuar el


dolo como toda maniobra encaminada a provocar un engaño e inducir a error,
se trata de un error, pero constituido por el hecho de la otra parte pues es un
error provocado, un engaño: la víctima de dolo no sólo se engaña, sino que ha
sido engañada. Dolo es el error provocado mediante engaño y constituye una
causa por si suficiente para la anulación del acto jurídico, de modo que esta es
impugnable aun en los casos en que el error por sí solo no afectase a la
validez del negocio, ya que el error que no provocaría la ineficacia del acto la
provoca entonces porque ha tenido por causa el dolo, pues el dolo consiste en
el artificio utilizado para engañar a una persona provocando en ella un error o
aprovechando el error en que la misma se halla a fin de inducirla a realizar un
negocio jurídico.6

Para Compagnucci, el dolo es la actitud de un sujeto que mediante conductas,


palabras, gestos, maquinaciones o intrigas que pueden desarrollarse como
actos positivos o de omisión, induce a otro al error a fin de conseguir lo que le
beneficie.7

4
MESSINEO, Francesco. (1965) “Manual de Derecho Civil y Comercial”. T. II. Editorial Giuffré. 443 pp.
5
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 328 pp.
6
VIDAL RAMIREZ, Fernando. (1986) “Teoría General del El Acto Jurídico” Editores Cultural Cuzco S.A. Lima.211 pp.
7
COMPAGNUCCI, Rubén, (1996) “Manual de Obligaciones”. Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma. 274 pp.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

Para Biagio Brugi el dolo “es un acto ilícito mediante el cual, alguien induce a
error a otro, o se aprovecha del error ajeno, para inducirlo a un negocio
jurídico que no hubiese realizado (dolo determinante, causam dans) o a
convenirlo diversamente de cómo lo hubiera cerrado (dolo incidental,
incidens)8

Para Aníbal Torres Vásquez, el dolo es toda forma de engaño que se utiliza
para alterar la voluntad negocial de la otra parte, induciéndola a error a fin de
determinarla a celebrar un acto jurídico. Ejemplo: un vendedor de automóviles
hace creer a su cliente que su vehículo está fuera de uso y no se puede
reparar, determinándolo así a comprar otro.9

Lohmann Luca de Tena, define el dolo como la conducta de alguien ajeno al


declarante que causa error en este mediante artificios, astucias o mentiras
empleados para inducir a la celebración de un negocio o a su celebración de
una manera determinada (generalmente, en beneficio, ventaja o provecho del
contratante)10

Para Andrés Cusi Arredondo, el dolo es el vicio de la voluntad mediante el cual


se provoca deliberadamente el error. Se diferencia del error en que éste es
una percepción deformada de la realidad, debido a la actitud del sujeto;
mientras que en el dolo, el error es la consecuencia de la actitud maliciosa de
otra persona que ha provocado el error, o lo ha silenciado; es decir, no
advierte a la otra parte del error en que ha incurrido o contribuye a mantener el
error.11

En sentido amplio, el dolo es la realización consciente y voluntaria de un acto


antijurídico; desde este punto de vista se asimila a la mala fe.

Otros autores consideran que el dolo, viene a ser la trampa, engaño o


maniobra de uno de los contratantes para inducir o mantener en el error a la
otra parte al celebrar un acto jurídico. Es un hábito constante en determinada
sociedad que con el tiempo se convierte en obligatoriedad para ellos.
Sobrelleva la de originar injustamente un mal, de afectar al derecho de otro,

8
BRUGI, Biagio. (2000) INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL (CON APLICACIÓN ESPECIAL A TODO EL DERECHO
PRIVADO). Vol. 4. s n/ed. Oxford University Press. México. 69 pp.
9
TORRES VASQUEZ, Aníbal. (2001). “Acto Jurídico”, Editorial Moreno S.A. Lima, 779 pp.
10
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. (1987) “Negocio Jurídico” 2da. Ed. Lima. Óp. Cit. 493 – 494 pp.
11
CUSI ARREDONDO, Andrés. Vicios de la Voluntad. http://andrescusi.blogspot.pe/2014/07/vicios-de-la-voluntad-andres-
cusi.html

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

esto se hace impidiendo que una de las partes tenga plena conciencia de una
idea clara de la realidad.

De lo antes expuesto podemos expresar que se considera el dolo como la


astucia, el ardid, el engaño, las maquinaciones maliciosas o toda maniobra
que se vale una de las partes, para causar un mal o afectar a otro, destinadas
a provocar un engaño e inducir a error, en beneficio de ciertos intereses.
Consiste entonces, en inducir a error a otro sujeto mediante un engaño
intencional, con el objeto de que celebre un acto jurídico

1.2. Características del dolo.


El dolo como vicio de la voluntad reviste las siguientes características:
a) Es intencional.
b) Su empleo es un engaño para inducir a error.
c) Es contrario a las reglas de la buena fe.

1.3. Requisitos para que el dolo sea causa de Anulación del Acto Jurídico.

A) Una conducta insidiosa.


Es decir una acción u omisión deliberada, que está dirigida a engañar a
una de la partes (animus decipiendi) del acto jurídico, y por ende, provocar
un error en él, trayendo como consecuencia dar lugar a la formación de la
voluntad negocial, utilizando para ello artificios, palabras o intrigas
maliciosas.

Esta conducta puede ser realizada por una de las partes o por un tercero,
siempre y cuando la parte que obtenga un beneficio con el engaño a éste
último haya tenido conocimiento de ese ardid y por lo mismo hubiera
guardado silencio.

Rubén Reyna Mantilla manifiesta, que para que el dolo sea causa de
anulación del acto jurídico no es necesario que haya estado dirigido a
provocar un daño en el declarante, es más, podría hacer sido hecho en su
beneficio, lo único que interesa es que la voluntad haya sido viciada. No
sería necesario probar pues, haber sufrido daño alguno, salvo que a la
acción de anulabilidad se haya acumulado una de pago de indemnización
por daños y perjuicios.12

B) Que el dolo sea grave.

12
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 329 pp.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

Esto significa que se trata de una intención cualquiera, por más pequeña o
insignificante que sea. El dolo será grave cuando el engaño, ardid o
maquinación que se haya utilizado sea tal, que pueda inducir a un error al
declarante.

Ejemplo: El hecho de que en una propaganda comercial, se anuncie que


un detergente X quita las manchas por sí solo, o que la leche Z hará de su
hijo un campeón. Cualquier persona común y corriente sabe que esto no
es verdad, y que no se trata sino de exageraciones publicitarias de las
virtudes de dichos productos.13

C) Que sea determinante.


Esto significa que el dolo puede ser una causa real, directa y determinante
para conseguir la declaración de la otra parte contratante. Que no es sino
aquel que se establece en móvil primordial para que el engañado celebre
el acto.

Para Reyna Mantilla, la conducta insidiosa tiene que haberse constituido


en la causa de la formación de la voluntad negocial y de su manifestación,
para la celebración del acto jurídico.14

D) Que sea perjudicial.


Si el dolo se empleó para sacar la aceptación de un contrato, pero esa
conducta no llegó a causarle daños a la persona o bienes del otro
contratantes, es irrelevante en los efectos jurídicos del acto.

E) Qué no sea recíproco.


Es decir que no haya sido empleado por ambas partes.

1.4. Clases de Dolo.

1.4.1 Por sus efectos. El dolo puede ser:

A) Dolo causante o determinante.


Dolo determinante o principal es el que induce en forma directa a
una persona a realizar una declaración de voluntad que, de no
mediar dolo, se habría abstenido de realizar. Es el engaño utilizado

13
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 330 pp.
14
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 330 pp.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

para la formación de la voluntad interna de un sujeto, el cual, de no


habérsele provocado el error, no hubiera celebrado el acto jurídico.

Artículo 210.- Anulación por dolo: El dolo es causa de


anulación del acto jurídico cuando el engaño usado por una de
las partes haya sido tal que sin él la otra parte no hubiera
celebrado el acto.
Cuando el engaño sea empleado por un tercero, el acto es
anulable si fue conocido por la parte que obtuvo beneficio de
él.

El dolo es causante, cuando los artificios, engaños, maquinaciones


o astucias, son los que determinan la formación de la voluntad
negocial y su posterior manifestación. Es decir es aquel que resulta
determinante para la celebración del acto jurídico, ya que éste se
celebra como consecuencia de la conducta insidiosa, requiriéndose
para ello que el engaño sea grave. Este vicio de la voluntad produce
como efecto básico la anulación del acto jurídico, a solicitud de la
víctima del mismo, además ésta puede, si fuese el caso, solicitar el
pago de una indemnización por los daños y perjuicios sufridos

Ejemplo: A, vende a B, una casa de un piso, de material noble,


asegurándole que tiene bases y columnas para dos pisos más, ya
que la idea de B es construir habitaciones para arrendar,
advirtiéndose a simple vista que en varios puntos del techo
sobresalen los fierros de las supuestas columnas. Sin embargo
resulta, que la casa no tiene columnas, y que los fierros
simplemente han sido colocados de manera artificiosa para engañar
al comprador”15.

Vidal Ramírez, manifiesta que, el dolo causante, “es el dolo


determinante de la voluntad ajena, o sea aquel que de no haber
mediado no habría determinado la declaración de a voluntad de la
contraparte.16

Podemos afirmar entonces que este dolo causal tiene por objeto
inducir la voluntad de la otra parte hacia la celebración del acto
jurídico. Es causa de anulación del acto jurídico entonces, cuando el

15
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 332 pp.
16
VIDAL RAMIREZ, Fernando. (1986) “Teoría General del El Acto Jurídico” Editores Cultural Cuzco S.A. Lima. 694 pp.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

engaño usado por una de las partes ha sido tal que sin la otra parte
no hubiera celebrado el acto.

Ejemplo: Quien deseando compartir sus futuras confiadas ganancias


con un amigo, le induce con engaño a que le compre unas acciones
que cree que experimentarán fuerte alza en la bolsa. Le miente a su
amigo asegurándole que fuentes bien informadas le garantizan
seguras ganancias que a la postre no solo no se producen, sino que
además hay pérdidas.

B) Dolo incidental.
El dolo incidental no es determinante para la manifestación de
voluntad. La víctima la habría realizado de todas maneras pero en
condiciones menos onerosas.

No es el engaño determinante de la voluntad y, por tanto, es el que


no se constituye como causa eficiente de la celebración del acto
jurídico, puesto que con o sin su medición se hubiera celebrado de
todas maneras. Este dolo es el que se utiliza para obtener indebidas
ventajas, es por ello que es considerado un dolus incidens, pues el
engaño no es determinante de la manifestación de la voluntad.

Ejemplo: Un vendedor de libros se percata que hay un comprador


que busca ávidamente un determinado ejemplar que solo el
vendedor lo tiene. Ante tal situación éste eleva el precio de libro. El
interesado paga su precio existente. Esta circunstancia no da lugar
a pedir la nulidad de compra venta, sino solamente a la
indemnización por daños y perjuicios del comprador. Es decir la
compraventa siempre se habría producido pero en las condiciones
menos onerosas a las que se pagó por el libro.

Artículo 211.- Dolo incidental: Si el engaño no es de tal


naturaleza que haya determinado la voluntad, el acto será
válido, aunque sin él se hubiese concluido en condiciones
distintas; pero la parte que actuó de mala fe responderá de la
indemnización de daños y perjuicios.

Es aquel que no se constituye en la causa de la formación y


exteriorización de la voluntad negocial, pues el animus contrahendi
ya se había formado antes del engaño, sin embargo si afecta las
condiciones en que el acto jurídico se celebra, ya que de no haber
11
Vicios de la Voluntad – Parte 2

mediado el dolo, el acto seguramente se habría celebrado en


términos más favorables para el engañado.

De acuerdo con lo establecido en el artículo 211 del código civil el


dolo incidental no es causa de anulación del acto jurídico, pues
este de todas maneras se hubiera celebrado, aunque en
condiciones más favorables para la victima de engaño, es por ello
que ha si sean cuantificables económicamente, el pago de la
indemnización correspondientes constituirá la forma más adecuada
para sancionar la mala fe. Por ejemplo: A, ingresa a una tienda de
automóviles usados, ve uno que le gusta por su estado de
conservación, además lo prueba, lo hace revisar, quedando
conforme, decidiendo comprarlo, al preguntar al vendedor de que
año es, éste le manifiesta que es del 2001. La compraventa se
lleva a cabo por la suma de $7 000.00, sin embargo resulta que el
vehículo es del 2000. En este caso la voluntad de comprar ya se
había formado, pues lo que determino al comprado a realizar el
acto jurídico no fue el año del vehículo sino las características y
demás condiciones del mismo, pero de haber sabido que era un
año más antiguo, seguramente habría perseguido que el precio sea
menor.17

El Dr. Lohmnan Luca de Tena, manifiesta que como toda conducta


impropia, el dolo tiene sus graduaciones. Para él, el artículo, no
alude a la conducta en sí, sino a la naturaleza del engaño y más
específicamente a aquello sobre lo que recae el error que se
provoca.

En realidad todo error causado por maquinaciones de un tercero o


de la otra parte, determina la voluntad, es decir, la origina de una
manera. Es importante hacer esta anotación para la correcta
comprensión del artículo. Así es, la gravedad del engaño puede
hacer que el afectado decida: a) celebrar el negocio; b) celebrarlo
con ciertas estipulaciones sobre las cuales su voluntad ha sido
engañada, pero que no son trascendentales; c) celebrarlo con
ciertas condiciones que él creía que reposaban en la verdad, pero
sobre las cuales ha sido engañado. En las tres hipótesis la voluntad
ha estado determinada, pero la materia del engaño reviste mayor o
menor importancia según el caso.

17
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 333 pp.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

El dolo de que trata el artículo es el llamado incidental, que según


lo visto anteriormente no es causa de anulación sino solo de
indemnización, como lo precisa el ya acotado artículo. Este dolo no
afecta la voluntad de querer el negocio, sino el modo o manera que
quererlo. No es el determinante de la voluntad sino que solo induce
a error para que se manifieste en condiciones distintas a las que
debió ser exteriorizada. Se parte del supuesto que, a pesar de
haber habido engaño, el acto jurídico se hubiera celebrado de
todas formas.

1.4.2 Por la forma de su realización. El dolo puede ser:

A) Dolo positivo. (por acción)


Es la acción engañosa del agente, que induce a una persona a
realizar un acto contrario a su verdadera voluntad, consiste en el
uso por parte del contratante de engaños, maquinaciones, artificios
o mentiras hacia una persona con el fin de inducirla a concluir un
contrato que, sin aquellos no concluiría dicha persona.

Este dolo positivo, se presenta cuando la parte o un tercero, realizan


a través de actos, hechos o circunstancias, que se traduce en
artimañas o engaños, tendientes a alterar la realidad o que colocan
a la víctima en imposibilidad de apreciarla debidamente. Se trata
pues, de un hacer algo para provocar el error en el declarante Por
ejemplo, A vende a B un automóvil con 80 000 km. de recorrido
modificándole el kilometraje para hacerle creer que son 8 000 km.

B) Dolo negativo. (por omisión)


El dolo que vicia el consentimiento no solo puede materializarse por
un acto positivo del agente, dado que, igualmente, la Ley sanciona
el que proviene de una omisión o abstención. Se lo denomina
también Reticencia dolosa.

Artículo 212.- Omisión dolosa. La omisión dolosa produce los


mismos efectos que la acción dolosa.

“Existe dolo negativo cuando se desarrolla una conducta omisiva,


esto es cuando una de las partes, advirtiendo el error en que la otra
ha incurrido de manera espontánea, o, provocada por un tercero, no
la saca de su error sino que tenía la obligación de informar a la otra
13
Vicios de la Voluntad – Parte 2

sobre algún hecho o circunstancia relativa al acto jurídico que se


quiere celebrar, no lo hace, guardando de manera consciente un
silencio malicioso, violándose así el principio de la buena fe que
debe impregnar la celebración de todo acto jurídico.
Por ejemplo: Roberto, por error ingresa a la oficina del mediocre
abogado José Rodríguez, creyendo que se trataba del prestigioso
abogado Jorge Rodríguez, para contratar sus servicios. El abogado
José Rodríguez, no obstante haberse percatado del error de
Roberto, no le aclara las cosas, sino que por el contrario se
aprovecha de la situación para celebrar el contrato”18.

Es aquel engaño que consiste en ocultar, guardar silencio sobre


algún hecho o circunstancia que la otra parte necesita conocer para
formarse un juicio verdadero de la realidad. Lohman da una
definición más amplia a este artículo y lo entiende como “no
solamente el silencio entendido como no sacar a la parte de su
error, sino también es dolo omisivo el silencio que tiene como
intención hacer que el otro caiga en error, por no informarle de
aquellos hechos o circunstancias que la víctima no tenía manera de
enterarse por sus propios medios”.

1.4.3 Por la participación de los sujetos. De acuerdo a esto criterio, el dolo


puede ser directo o de terceros.

A) Dolo directo.
Cuando ha sido empleado por cualquiera de las partes o por ambas.
En consecuencia puede ser:
 Dolo unilateral: Cuando es empleado por una sola de las partes.
 Dolo bilateral o recíproco: Cuando es empleado por ambas
partes, que se engañan mutuamente.

Artículo 213.- Dolo recíproco o bilateral. Para que el dolo sea


causa de anulación del acto, no debe haber sido empleado por
las dos partes.

Este artículo trata sobre el dolo reciproco como no causal de


anulabilidad del acto jurídico, estamos ante un supuesto donde las
dos partes de un acto jurídico bilateral, por ejemplo un contrato,
actúan con la intención de engañarse mutuamente, en este

18
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 334 pp.

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Vicios de la Voluntad – Parte 2

supuesto y recordando el derecho romano podríamos decir que las


partes actúan con dolus malus, este es el dolo intolerable.

Según el artículo, el dolo no es causa de anulación del acto, pues


habiendo actuado ambas partes de mala fe opera la llamada
compensación del dolo.

En el dolo directo el sujeto actúa para provocar el daño, y son


atribuibles a esa forma de dolo todos los daños que aparezcan
necesariamente en su previsión al realizarlo; el dolo directo absorbe
la voluntad de todo lo que aparecía vinculado necesariamente con
la producción del daño previsto, como en el caso en que se arroja
una bomba para matar a cierta persona y se tiene por querida la
muerte de sus acompañantes, también producida por la expulsión.

B) Dolo indirecto o de tercero.


Es el engaño ejecutado por un tercero, hay dolo indirecto cuando el
sujeto no tiene la voluntad concreta de dañar, pero no descarta que
pueda producirse daño, y a pesar de ello, sigue adelante.

Artículo 210.- Cuando el engaño sea empleado por un tercero,


el acto es anulable si fue conocido por la parte que obtuvo
beneficio de él.

Según lo establece este artículo, la conducta insidiosa también


puede haber sido ejecutada por un tercero, de acuerdo o no con
alguna de las partes. En este caso el acto jurídico será anulable
solamente si la parte que se beneficia con el engaño, tuvo
conocimiento del mismo.19 Lohmann Luca de Tena, ante ello
manifiesta, que el tercero queda sujeto a la indemnización por los
daños y perjuicios que cause.20 Por ejemplo: A, ofrece en venta su
automóvil usado, a B, manifestándole que puede llevarlo a un
mecánico para que lo revise, éste manifiesta a B que dicho vehículo
está en perfectas condiciones, motivo por el cual B, compra el
automóvil, y luego resulta que el referido vehículo está en pésimas
condiciones. En este caso si A, conoció el engaño realizado por el
mecánico, el acto será anulable, en caso contrario no.

19
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 336 pp.
20
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. (1987) “Negocio Jurídico” 2da. Ed. Lima. Óp. Cit. 499 pp.

15
Vicios de la Voluntad – Parte 2

CAPÍTULO II:

LA VIOLENCIA.
El Dr. Reyna Mantilla nos da el siguiente alcance, hace hincapié a que cuando
hablamos de violencia en sentido genérico, nos estamos refiriendo tanto a la
violencia física o vis absoluta, como a la intimidación o violencia moral.21

Compagnucci, sostiene que la violencia es la coerción que se ejerce sobre una


persona para obligarla a la realización de un acto, bien utilizando la fuerza física o
bien bajo la amenaza de producir un daño, a él o a un tercero.22

Para Vidal Ramírez cuando hablamos de violencia se da comprensión tanto a la


violencia física, llamada simplemente violencia, como a la violencia moral, llamada
intimidación.23

Según Aníbal Torres, la violencia, sea física o moral, induce al sujeto a celebrar el
acto jurídico sobre la base de un cálculo de conveniencia, es decir, que concluye
el acto jurídico como un mal menor respecto a sufrir la violencia.24 Aun existiendo
violencia física en la mayoría de los casos, la voluntad no falta del todo, porque el
sujeto, pudiendo resistir a la presión, es obligado a celebrar el acto para
sustraerse al mal que se puede derivar de la violencia. La voluntad no está del
todo ausente, está simplemente viciada.

Podemos afirmar entonces que la violencia viene a ser la coacción física o moral
que una persona ejerce sobre otra desapareciendo por completo su voluntad o
viciándola, y de esta manera se le obliga a celebrar un acto jurídico que no quiere,
o que también se considera consecuencia de la declaración de una voluntad
negocial viciada.

2.1 Violencia Física o Vis Absoluta.


Es aquella fuerza física irresistible que una de las partes o un tercero ejerce
sobre la otra, para obtener de ésta una declaración de voluntad aparente y
consecuentemente la celebración de un acto jurídico determinado.

Lohmann señala, que la violencia o presión de la otra parte no se ha aplicado


sobre la voluntad, sino sobre el cuerpo.25

21
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 338 pp.
22
COMPAGNUCCI, Rubén, (1996) “Manual de Obligaciones”. Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma. 292 pp.
23
VIDAL RAMIREZ, Fernando. (1986) “Teoría General del El Acto Jurídico” Editores Cultural Cuzco S.A. Lima. 233 pp.
24
TORRES VASQUEZ, Aníbal. (2001). “Acto Jurídico”, Editorial Moreno S.A. Lima, 791 pp.
25
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. (1987) “Negocio Jurídico” 2da. Ed. Lima. Óp. Cit. 508 pp.

16
Vicios de la Voluntad – Parte 2

Reyna Mantilla, cita a Galgano, quien dice que se trata de un hecho realizado
por el otro contratante o por un tercero que da lugar a una declaración no
querida.

Puig Peña, conceptúa a la violencia física como la coacción física ejercida


sobre un individuo para realizar un negocio jurídico.26

Para Vidal Ramírez la violencia se da mediante el uso de la fuerza que


doblega al sujeto y se anula su voluntad.

Los romanos conocieron a la violencia física como vis absoluta, señalaban que
esta resultaba del empleo de una fuerza material que reducía a la víctima a un
estado pasivo, convertida en un verdadero instrumento de la voluntad de otro,
se destruía la voluntad, y por consiguiente, el acto realizado carecía de
existencia como acto jurídico.

La violencia física importa pues, la coerción corporal de una persona, por


efecto de una fuerza física superior que imposibilita su resistencia, para que
obre de determinada manera o forma.

Ejemplo: Coger la mano de una persona para obligarlo a firmar, aunque


personalmente considero que sería imposible obtener una firma aceptable por
este método. Sin embargo si podría darse el caso de obligar a alguien a
imprimir su huella digital, o hacerlo levantar el brazo para aceptar la oferta en
una subasta. Como podemos advertir de los ejemplos propuestos, el sujeto,
no actúa por decisión propia, sino que cumple un papel totalmente pasivo,
actúa como un instrumento a través del cual se expresa la voluntad de quien
ejerce la violencia física.27

Artículo 214.- Anulación por violencia o intimidación: La violencia o la


intimidación son causas de anulación del acto jurídico, aunque hayan
sido empleadas por un tercero que no intervenga en él.

Con relación al presente artículo Lohmann establece el siguiente comentario


publicado en el Código Civil Comentado:

El negocio jurídico es inválido cuando el agente no ha estado en aptitud de


adoptar una decisión y de expresarla de manera consciente y voluntaria. La
26
PUIG PEÑA, Tratado de Derecho Civil español. T.I. Vol. II. Pág. 489
27
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 339 pp.

17
Vicios de la Voluntad – Parte 2

decisión de voluntad y expresión voluntaria de la misma equivalen a libertad.


Libertad de intención de obtener un resultado, que se traduce en una
declaración sin coacción. La formación de voluntad y su expresión se estudian
desde dos ángulos diversos: uno interno, que es la conciencia donde se crean
las decisiones, y otro externo, que es la libertad de expresar lo decidido, o de
no expresar nada.

Voluntario es aquello espontáneo, sin nada superior que lo impela de manera


extraña al propio querer. El comportamiento humano no voluntario obedece
fundamentalmente a dos razones: o se actúa sin querer, sin darse cuenta, sin
percatarse de lo que se hace pero por razones atribuibles al propio sujeto; o
bien dándose cuenta y sabiendo lo que realiza, pero sin quererlo, luego es por
razones ajenas al sujeto o, lo que es igual, que no hay libertad. La decisión ha
sido extraída con violencia sobre los medios materiales de que todos hemos
de valernos para realizar el negocio, o sobre nuestro ánimo.

No puede hablarse de declaración de voluntad en su auténtico y genuino


significado: hay una apariencia de declaración, pero no hay voluntad de
declarar. Habrá a lo sumo un hecho jurídico, pero no un negocio jurídico. Falta
intención. Así, por ejemplo, si alguien ha sido forzado violentamente, por
presión física, a firmar un documento. El declarante, que ha sido constreñido,
es un simple instrumento pasivo del acto.

En relación al artículo 214 del Código Civil, podemos decir, que la anulación
del acto es por causa de la violencia y la intimidación, que son causales
anulatorias por sí mismas, el artículo mencionado deja claro que es así sea
que el tercero haya o no estado en conveniencia con una de las partes.

También podemos afirmar conforme a nuestro ordenamiento jurídico que la


violencia o la intimidación colocan al sujeto frente a la alternativa de celebrar el
acto jurídico en determinadas condiciones o de sufrir un daño. La violencia o la
intimidación usadas por una de las partes o por un tercero son causas de
anulabilidad del acto jurídico.

2.2 Violencia Moral o Intimidación.


Llamada también vis compulsiva, consiste en una amenaza injusta, de la que
es víctima una persona, de sufrir un mal inminente y grave, infundiéndole
temor, la misma que da lugar a la formación de una voluntad viciada, pues se
altera el normal proceso formativo de la misma.28

28
REYNA MANTILLA, Rubén Jhon (2015) “Acto Jurídico”. Editorial UCV S.A.C. Ob. Cit., 341 pp.

18
Vicios de la Voluntad – Parte 2

Para Vidal Ramírez la intimidación, consiste en infundir temor en un sujeto


para obtener por ese medio una manifestación de voluntad forzada, en cuanto
es consecuencia de haber cedido ante la amenaza que le infunde el temor y,
por eso, constituye un genuino vicio de la voluntad.29

Para Puig Peña la intimidación no destruye la libertad de querer, pero sí la


altera y, de ahí, el vicio del consentimiento.30

La doctrina distingue que hay intimidación por constreñimiento corporal e


intimidación por amenazas, ambas infunden miedo, temor; según Aguiar,
habría intimidación por constreñimiento cuando alguien obligase al agente a
practicar el acto, ya sea por medio de cualquier ofensa física en su persona y
malos tratamientos o también por medio de privación de su libertad, mediante
retención violenta y habría intimidación por amenazas cuando alguien obligase
al agente a practica el acto por amenazas injustas de hacerle un gran mal
inminente o verosímil en su persona, libertad, honra o bienes, en la persona o
vienes de su cónyuge, descendientes o ascendientes.

La intimidación es pues, un vicio que afecta la libertad del individuo para


decidir y la espontaneidad de la manifestación de la voluntad y por ello
además, se diferencia de los otros vicios de la voluntad, pues que el error y el
dolo afectan la función intelectual o cognoscitiva.

En la violencia moral se da el caso que la víctima no ha aceptado contratar


más que para librarse del mal que teme, pero ha aceptado, por lo que el
consentimiento existe pero está viciado.

Artículo 215.- Elementos de la Intimidación. Hay intimidación cuando se


inspira al agente el fundado temor de sufrir un mal inminente y grave en
su persona, su cónyuge, o sus parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad o en los bienes de unos u otros.
Tratándose de otras personas o bienes, corresponderá al juez decidir
sobre la anulación, según las circunstancias.

Con relación al artículo 215 del Código Civil, Lohman Luca de Tena establece
el siguiente comentario publicado en el Código Civil Comentado:

29
VIDAL RAMIREZ, Fernando. (1986) “Teoría General del El Acto Jurídico” Editores Cultural Cuzco S.A. Lima. 240 pp.
30
PUIG PEÑA, Tratado de Derecho Civil español. T.I. Vol. II. 490 pp.

19
Vicios de la Voluntad – Parte 2

La intimidación es una conducta antijurídica que consiste en influir sobre el


fuero interno del agente causándole miedo o temor, amenazándolo con un mal
futuro que deber ser inminente y grave. De esta manera, presionando la
voluntad o el ánimo del agente, se logra que declare algo de una manera
distinta de la querida, o al declarar que quiere, cuando nunca ha querido así ni
de otra manera.

2.2.1. Elementos de la intimidación.

De acuerdo al art. 215 del Código Civil, se infiere que la intimidación


requiere de los siguientes elementos:

A. La amenaza.
La intimidación es consecuencia de una amenaza, la cual debe estar
dirigida a obtener una manifestación de voluntad en un determinado
sentido, que viene a ser el impuesto por quien la utiliza. Se tiene en
cuenta que si no existe amenaza no se configura la intimidación. Por
ejemplo: El sujeto atemorizado sin que haya amenaza de alguien, si
celebra el acto jurídico no podrá alegar que su voluntad estaba
viciada.

El amenazado debe creer en el poder del amenazante y en el mal


que le puede producir. Así no sería amenaza que configure
intimidación que un sujeto le diga a un sujeto que “algún día se
morirá” pero sí lo sería si lo amenaza “con matarlo algún día.

La amenaza debe estar siempre en relación directa con el mal y


puede consistir en expresiones verbales o documentales y también
en hechos que pueden llegar a la agresión física.

La doctrina exige de la amenaza dos requisitos:

a. La amenaza debe ser grave.


La amenaza es grave cuando el mal produce serio temor en una
persona sensata, es decir, en una persona que no es de ánimo
heroico ni tampoco pusilánime, sino que es dotada de una
fortaleza común y ordinaria.

La amenaza puede estar dirigida tanto a la persona de quien se


requiere obtener la manifestación de voluntad, como a la persona
de su cónyuge, de sus parientes y demás personas con las que
20
Vicios de la Voluntad – Parte 2

se presume que guarda relaciones de afectividad o a sus bienes,


o a los bienes de estos.31

La gravedad de la amenaza radica en que ella deba ser


determinante de voluntad del sujeto intimidado.

b. La amenaza debe ser injusta o ilegítima.


Vidal Ramírez, cita a Betti diciendo que la amenaza es injusta
cuando se enlaza a la consecución de una ventaja
desproporcionada e injusta. Ejemplo: Un acreedor que amenaza
a su deudor con tomar represalias personales si no le paga o el
acreedor que entabla un proceso judicial no para obtener el
pago, sino para agravar de manera ilícita la condición del deudor,
haciéndole reconocer obligaciones mayores o el pago de
intereses usurarios. Teniendo en cuenta que la amenaza tiene
una finalidad intimidatoria, también sería injusta o ilegitima.

B. El mal.
El mal en que consiste la amenaza debe ser tal que coloque al
amenazado en una situación de violencia. Tiene que ser
considerable y grave, es decir, que comparado con la declaración
que se quiere arrancar implique mayor mal para la víctima, la cual,
escoge el mal menor, ósea la manifestación de la voluntad que se le
quiere arrancar.

La doctrina y la legislación califican de diversas maneras al mal que


es un elemento de la intimidación. Vidal Ramírez, se centra en el mal
inminente y grave:

a. El mal debe ser inminente.


Inminente, de acuerdo con el diccionario de la lengua española,
significa “que amenaza o está por acaecer muy pronto”.

La inminencia del mal se da cuando la ocurrencia no es remota,


no inmediata y que la víctima de la intimidación se sienta
imposibilitado de evitarlo. Si el mal no fuera inminente y no
siguiera a la amenaza, el amenazado se encontraría en situación
de prevenirlo y hasta de evitarlo, pero si el mal no es inmediato a

31
VIDAL RAMIREZ, Fernando. (1986) “Teoría General del El Acto Jurídico” Editores Cultural Cuzco S.A. Lima, 245 pp.

21
Vicios de la Voluntad – Parte 2

la amenaza y va a realizarse en un futuro remoto, el amenazado


no podría alegarlo como causa de impugnabilidad de su acto.

b. El mal debe ser grave.


La gravedad del mal consiste en que realmente pese en el ánimo
del amenazado y no debe ser una simple molestia o
contrariedad. El amenazado debe sentirse fuertemente
presionado por el mal que se cierne sobre su persona o bienes, o
sobre las personas y sus bienes, con los que guarda la más
estrecha vinculación afectiva.32

C. El temor.
El mal que conlleva la amenaza debe producir temor. El temor es
considerado el elemento subjetivo del miedo y se le define como una
conmoción del espíritu ante la presencia de un mal y al que con
dificultad se puede resistir. No cualquier temor establece a la
intimidación como vicio de la voluntad, sino que debe existir una
relación razonable entre el miedo y el mal posible.

32
VIDAL RAMIREZ, Fernando. (1986) “Teoría General del El Acto Jurídico” Editores Cultural Cuzco S.A. Lima, 248 pp.

22
Vicios de la Voluntad – Parte 2

CAPÍTULO III

Criterios para calificar la violencia o intimidación.

Artículo 216. Criterios para calificar la violencia o intimidación. Para calificar


la violencia o la intimidación debe atenderse a la edad, al sexo, a la
condición de la persona y a las demás circunstancias que puedan influir
sobre su gravedad.

Es preciso indicar aquí que deben tenerse en cuenta tanto las condiciones
personales del que intimida como de la víctima tales como por ejemplo: edad,
sexo carácter y las demás circunstancias que puedan influir sobre su gravedad
como los medios empleados etc.

Así pues lo que es suficiente para un inválido o un enfermo, puede no serlo para
una persona sana y fuerte; lo que es grave para el que carece de medios
económicos puede no serlo para un potentado; lo que es decisivo para un
ignorante puede no serlo para un instruido.33

Interpretando este artículo podemos concluir, coincidiendo con el trujillano Rubén


Reyna Mantilla, que será el juez quien deberá calificar, en cada caso específico y
considerando los factores antes mencionados, si la intimidación ha mediado en el
ánimo del sujeto viciando su voluntad y decidiendo su declaración.

La posición adoptada por nuestro Código Civil, nos parece la más justa, pues no
todas las personas reaccionan de la misma manera ante la misma amenaza.34

De este modo es evidente que es más difícil intimidar a un ciudadano de 30 años


que a un adolescente o un anciano; así mismo es más difícil infundir temor a un
hombre culto que a un ignaro. En relación a las circunstancias será mucho más
fácil infundir miedo en un lugar desolado que en una población; así como en
cuanto al tiempo, no causará el mismo temor una amenaza en la oscuridad de la
noche que a la luz del sol.

Así por ejemplo podemos citar al propietario ignaro de un terreno ubicado a la


rivera de un río, que es vilmente engañado por un sujeto interesado en los
terrenos, aduciendo que como gran conocedor de la ciencia predice que habrá un

33
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal, Acto Jurídico, Cuarta Edición, cit., 797 pp.
34
REYNA MANTILLA, Rubén, Acto Jurídico, cit., 347 pp.

23
Vicios de la Voluntad – Parte 2

fenómeno del niño que arrasará con todos los terrenos y que debe venderlos
inmediatamente.

Es preciso agregar también, aunque ninguno de los autores estudiados lo


menciona, que en nuestra actualidad podemos encontrar con bastante
ponderación a la intimidación cibernética o ciberintimidación, la misma que se
realiza a través de los medios tecnológicos y que podría causar un alto efecto de
temor o miedo en la víctima sobretodo con la publicación de información privada o
con el acoso permanente o amenaza constante a través de mensajes de texto,
correo electrónico u otros.

El artículo analizado tiene concordancia con el Artículo 277 inciso 6 del Código
Civil peruano, referido a las causales de nulidad del matrimonio:

Art. 277.
…Es anulable el matrimonio:
6) De quien lo contrae bajo amenaza de un mal grave e inminente, capaz de
producir en el amenazado un estado de temor, sin el cual no lo hubiera
contraído. El juez apreciará las circunstancias, sobre todo si la amenaza
hubiera sido dirigida contra terceras personas. La acción corresponde al
cónyuge perjudicado y sólo puede ser interpuesta dentro del plazo de dos
años de celebrado.

Como ejemplo podemos mencionar aquí a la novia ignara que contrae matrimonio
atemorizada por el novio médico que le hace creer que si no se casa y tiene
relaciones sexuales sus miomas le causarán un cáncer terminal que acabará con
su vida.

En lo anteriormente expuesto y ejemplificado encontramos, no obstante una cierta


contradicción o divergencia, la misma que a nuestro criterio se evidencia al leer la
opinión de los siguientes autores:

La violencia o intimidación deben ser de tal naturaleza que impresionen a una


persona sensata y que le hagan temer de exponerse o exponer a sus parientes
cercanos o a los bienes de unos y otros de sufrir un mal injusto y grave. La tutela
del sujeto constreñido físicamente o amenazado no se extiende a lo hipersensible
o a lo sugestionable.35

35
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal, Acto Jurídico, Cuarta Edición, cit., 798 pp.

24
Vicios de la Voluntad – Parte 2

El ordenamiento jurídico va a valorar la violencia o intimidación según un criterio


objetivo ponderado, que no toma en cuenta la reacción suscitada en concreto
sobre la víctima sino la reacción que puede suscitar en una persona normal que se
encontrase en la misma situación de la víctima.36

Estas opiniones resultan ciertamente un tanto contradictorias según nuestro


criterio porque estaría reñido con lo que expresa el artículo 116 donde expresa
que hay que atender la condición de la persona y las demás circunstancias.

Artículo 217. Supuestos de no intimidación.


La amenaza del ejercicio regular de un derecho y el simple temor reverencial
no anulan el acto.

La amenaza de ejercer un derecho no es injusta ni ilegítima y como tal no vicia la


voluntad.37

Como ejemplo claro podemos citar al prestamista de dinero que amenaza al


deudor con embargarle algún bien de su propiedad si no le cancela lo que le está
adeudando; aquí la amenaza de ejercer derecho no constituye injusticia alguna ni
puede ser tomada como pretexto para anular algún acto, como tampoco será si es
que tras la amenaza el embargo con orden judicial respectiva se lleva a cabo,
pues el prestamista hace uso legítimo de su derecho a cobrar lo que es suyo. Sin
embargo no toda amenaza de ejercer un derecho es justa y legítima, por ejemplo
si la amenaza implica un móvil antijurídico como amenazar de muerte para
obligarlo a pagar intereses usurarios o usar medios que no son los adecuados
como amenazar con destruir la puerta, se incurre en abuso de derecho que la ley
condena en el Artículo II del Título Preliminar: Ejercicio abusivo del derecho.

Siendo la amenaza justa, el autor estaría únicamente ejecutando su derecho,


pues tomando como referencia a la máxima o aforismo latino: Qui suo iure utitur,
neminem laedit, “quien ejercita su derecho, no perjudica a nadie” y como tal no
puede verse obligado a responder o indemnizar a otro.

Podemos citar también como ejemplo a la amenaza que A ejerce sobre B,


haciéndole saber que resolverá judicialmente un contrato de mutuo para obligarlo
a otorgar las garantías (carro, artefacto, hipoteca, etc.) a que se obligó. Aquí A
ejerce su derecho a asegurar el recupero de su crédito y nada más, no hay en tal
obrar razón para argumentar intimidación con fines de nulidad. Pero si A
aprovechando la crisis económica de B lo amenaza con la ejecución forzada de
36
SANTORO – PASSARELI, Dotrine generale del Diritto civile, cit., 167 pp.
37
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal, Acto Jurídico, Cuarta Edición, cit., 798 pp.

25
Vicios de la Voluntad – Parte 2

sus bienes si es que no le vende una casa que hasta el momento se había negado
a vender, si se considera una intimidación que causaría inevitablemente la
anulación del acto jurídico.

En cuanto al temor reverencial tenemos que este es considerado como sujeción


psicológica de un sujeto respecto a otro como consecuencia de las posiciones en
el contexto familiar, laboral, profesional, social, etc.

El simple temor reverencial no es causa de anulación del acto, así por ejemplo si
una persona realiza un negocio solo para agradar a otra persona por la cual tiene
un respeto ilimitada o ciega obediencia, dicho negocio no puede ser anulado por
intimidación porque no hay amenaza.

En cambio si la persona por quien se siente reverencia, aprovechando tal situación


intimida al reverenciante a realizar algún negocio que no es acorde con su
manifestación voluntaria, si habrá lugar a la anulación del acto.38

La sumisión o respeto que se debe a una persona no pueden ir hasta el extremo


de anular la voluntad propia. Resultaría así superflua la declaración del precepto.
¿Para qué indicar expresamente que el temor reverencial no hace ineficaz el
consentimiento, si es sabido que aquel no constituye violencia o intimidación? De
cualquier modo lo que interesa es discriminar entre el temor reverencial y la
violencia o intimidación. Cuando el declarante procede únicamente guiado por su
propio sentir respecto a la consideración que le merece la otra persona, sin que
medie presión de esta, se trata de temor reverencial; pero cuando obre bajo tal
presión, existe violencia o intimidación. La determinación autónoma o heterónoma
será, en suma la que distinga entre los dos supuestos. 39

Indubitablemente se puede afirmar que el temor reverencial tiene implícita una


cierta limitación a la libertad del sujeto pero el simple miedo de causar desagrado
o enojo a la persona por la cual se guarda reverencia no es suficiente para
considerarlo como intimidación, a menos que como ya se explicó anteriormente el
reverenciado aprovechando la condición de sumisión ejecute acciones de
intimidación para inducir a que el reverenciante realice un acto jurídico que no es
manifestación expresa de su voluntad, en tal caso este acto si es anulable.

Para culminar este aspecto, referido a la intimidación tenemos que, la prueba de la


intimidación corresponde a quien la alegue; Onus probandi incumbit actori - “La

38
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal, Acto Jurídico, Cuarta Edición, cit., 799 pp.
39
LEÓN BARABDARIAN, Comentarios al Código Civil Peruano, cit., T.I, 8 pp.1

26
Vicios de la Voluntad – Parte 2

carga de la prueba incumbe al actor”, es decir a quien alega tal o cual hecho
jurídico o material.

Para la prueba de la intimidación, orientada a producir certeza en el órgano


jurisdiccional, están autorizados todos los medios de prueba y, si bien, de manera
explícita el Código Civil no ha establecido presunciones para facilitar la prueba, se
considera que ellas existen, así como también un principio de distribución de la
carga de la prueba.40

Lo expresado anteriormente y con lo cual coincidimos, quiere decir que


habiéndose realizado acciones de violencia o intimidación, la carga de las pruebas
corresponde al autor es decir, es este quien va a encargarse de demostrar que
tales acciones ejecutadas en su contra generaron intimidación y que esta hizo que
obrara de modo contrario a su legítima expresión de voluntad y por ende
obviamente podrá solicitar la anulación del acto jurídico que se realizó bajo dicho
temor.

40
VIDAL RAMÍREZ, Fernando, El Acto Jurídico, Novena Edición, cit., p. 256.

27
Vicios de la Voluntad – Parte 2

CAPÍTULO IV

NULIDAD DE RENUNCIA.

ART. 218 “NULIDAD DE RENUNCIA”


Es nula la renuncia anticipada a la acción que se funde en error, dolo,
violencia o intimidación.

CONCORDANCIAS:

 ART. 201 “REQUISITOS DE ERROR”


El error es causa de anulación del acto jurídico cuando sea esencial y
conocible por la otra parte.

 ART. 210 “DOLO CAUSANTE”


El dolo es causa de anulación del acto jurídico cuando el engaño usado por
una de las partes haya sido tal que sin él la otra parte no hubiera celebrado
el acto.
Cuando el engaño sea empleado por un tercero, el acto es anulable si fue
conocido por la parte que obtuvo beneficio de él.

 ART. 214 “ANULACIÓN POR VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN”


La violencia o la intimidación son causas de anulación del acto jurídico,
aunque hayan sido empleadas por un tercero que no intervenga en él.

 ART. 215 “ELEMENTOS DE LA INTIMIDACIÓN”


Hay intimidación cuando se inspira a la gente el fundado temor de sufrir un
mal inminente y grave en su persona, su cónyuge, o sus parientes dentro
del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o en los bienes
de unos u otros.
Tratándose de otras personas o bienes, corresponderá al juez decidir sobre
la anulación, según las circunstancias.

 ART 2001 “PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN”


INC 4) A los dos años, la acción de anulabilidad, la acción revocatoria, la
que proviene de pensión alimenticia, la acción indemnizatoria por
responsabilidad extracontractual y la que corresponda contra los
representantes de incapaces derivadas del ejercicio del cargo.

28
Vicios de la Voluntad – Parte 2

Todo lo anteriormente prescrito por la ley, es comentado por muchos juristas,


dentro de los cuales citamos a:

Dr. Marcial Rubio Correa, el mismo que se adhiere al concepto de Giuseppe Stolfi,
quien considera que “es nulo el negocio al que le falte un requisito esencial, o bien
sea contrario al orden público o a las buenas costumbres, o bien infrinja una
norma imperativa”.41

Dr. Juan, Espinoza Espinoza, quien manifiesta, que la legitimidad para obrar es
la posición habilitante para ser parte en el proceso; en ese sentido, se habla
de legitimidad para obrar activa para referirse a la posición habilitante que se le
exige al demandante para poder plantear determinada pretensión; y se habla
de legitimidad para obrar pasiva para referirse a la posición habilitante que se le
exige al demandado para que la pretensión planteada en el proceso pueda
plantearse válidamente contra él.42

Dr. Aníbal Torres Vásquez, considera que según el Derecho Civil Peruano, las
causales de rescisión, al igual que las de nulidad y anulabilidad, existen en el
momento mismo en que se celebra el contrato, pero éste no es inválido sino
válido, pudiendo la parte perjudicada solicitar que judicialmente se lo declare
ineficaz ab initio.

Dr. Lohmann Luca de Tena, Juan Guillermo, nos hace ver que el hecho jurídico
debe ser entendido como ciertas situaciones jurídicas o derechos subjetivos que
no son hechos, ni transformaciones de la realidad, ni se hallan tampoco
especialmente circunscritas, pero que dan origen a consecuencias jurídicas y se
plasman en derechos y obligaciones exigibles una vez que se hacen presentes.

41
RUBIO CORREA, Marcial. (2008) "El Título Preliminar del Código Civil". Novena Edición. Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú.
42
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. "Los principios del Título Preliminar del Código Civil Peruano de 1984". Análisis doctrinario,
legislativo y jurisprudencial. Segunda Edición Mayo 2005. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

29
Vicios de la Voluntad – Parte 2

CONCLUSIONES.
Del presente trabajo, como grupo concluimos que:

 Es anulable un acto jurídico, cuando existe dolo en él, el cual constituye un


elemento perturbador del proceso formal de la manifestación de la voluntad
que afecta a la función cognitiva del declarante y, por tanto, deforma su
voluntad interna. El dolo como vicio de la voluntad, (conocido como toda
astucia, engaño, artificio o maquinación que realiza una de las partes o un
tercero) es una inducción al error, un ardid para provocar el error, y por eso se
caracteriza por la mala fe, por la intención de perjudicar a otro. Los efectos
jurídicos del dolo resultan de su discernimiento en dolo causante o
determinante de la voluntad, que puede conducir a la anulación del acto
jurídico, cuando sin el engaño la víctima no habría celebrado el acto jurídico, o
en dolo incidente, que sólo puede conducir a la reparación o indemnización de
los daños y perjuicios; ósea el engaño sin el cual la víctima habría concluido el
acto jurídico, pero en condiciones distintas.

 La violencia según inferimos, no constituye un vicio de la voluntad, pues lo que


determina es una ausencia de voluntad, es decir, que se actúa por coacción,
sin respetar la voluntad del sujeto.

 La violencia, es considerada como violencia física o violencia absoluta, que


viene a ser la fuerza irresistible, que no se puede contener, por la cual
físicamente se presiona al sujeto de manera que se eliminan sus voluntades,
por lo tanto podemos decir que la violencia física es la coacción física ejercida
sobre un individuo para realizar un acto jurídico. De la violencia resulta una
acción anulatoria a la que también se le puede acumular una acción de
indemnización. Si la violencia la realizó un tercero en conciliación con una de
las partes, la acción de nulidad y la de indemnización se dirigen contra ese
tercero y la parte. Si sólo la empleó el tercero, contra este se dirige la acción
indemnizatoria y contra la parte de la anulación.

 Concluimos también diciendo que la intimidación es el acto ilícito practicado


por un sujeto que atemoriza a otro mediante una serie de amenazas injustas
con la finalidad de hacerle sufrir un mal inminente y grave para obligarlo a
realizar un acto jurídico que no desea, que está en contra de su voluntad o
que lo desea en otra forma y condiciones. El sujeto que bajo amenazas es
presionado a concluir un acto jurídico en las condiciones que le señalan, no
tiene esa libre decisión que debe acompañar a la perfecta realización del acto
jurídico. La intimidación nos lleva a la anulabilidad del acto jurídico,
30
Vicios de la Voluntad – Parte 2

constituyéndose en una auténtica causal anulatoria como lo establece el Art.


214° del CC.

 La Ley no da la lista de los casos de nulidad. El método del legislador es


diferente: fija las condiciones de validez del acto o contrato. Se incurre en
nulidad cuando falta una de estos elementos. Sin embargo, hay que advertir
que el artículo 219º del Código Civil establece taxativamente los casos en que
el acto jurídico es considerado nulo, ello significa que aquellos no
contemplados en dicha norma, no serán considerados nulos para el ámbito
civil o privado.

RECOMENDACIONES.

 Se recomienda que antes de celebrar un acto jurídico, se debería de tomar las


medidas necesarias o el conocimiento sobre lo que se está realizando dentro
del acto jurídico a fin de evitar se de una causal de anulabilidad, y de esta
manera llegar a realizar un acto jurídico valido cumpliendo con los elementos y
requisitos necesarios para la conclusión del acto.

 Se recomienda a los profesionales del derecho, a quienes ha sido encargada


la gran y noble tarea de la enseñanza del Acto Jurídico, dentro del Derecho
Civil, centrado en los vicios de la Voluntad, hacer conciencia en sus
educandos sobre la importancia de saber distinguir, identificar y diferenciar los
vicios del negocio jurídico, en virtud que es necesario para su celebración, a
efectos de que el estudiante tenga la capacidad de inferir y aplicar las leyes en
su real significado.

31
Vicios de la Voluntad – Parte 2

BIBLIOGRAFÍA.

- ALBALADEJO, Manuel. Derecho Civil I. Introducción y


parte general. Bosch. 1983.

- BRUGI, Biagio. Instituciones de Derecho Civil


(CON APLICACIÓN ESPECIAL
A TODO EL DERECHO
PRIVADO). Vol. 4. sn/ed. Oxford
University Press. México. 2000

- COMPAGNUCCI, Rubén. Manual de Obligaciones. Editorial


Astrea de Alfredo y Ricardo
Depalma. 1996.

- ESPINOZA ESPINOZA, Juan. "Los principios del Título


Preliminar del Código Civil
Peruano de 1984". Análisis
doctrinario, legislativo y
jurisprudencial. Segunda Edición
Mayo 2005. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica
del Perú.

- LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. El Negocio Jurídico; Lima:


Editorial Jurídica Grijley E.I.R.L.,
2da. Edición. 1997.

- MESSINEO, Francesco Manual de Derecho Civil y


Comercial. Editorial Giuffré.
1965.

- REYNA MANTILLA, Rubén Jhon Acto Jurídico. Editorial U. César


Vallejo S.A.C. 2015.

- RUBIO CORREA, Marcial. "El Título Preliminar del Código


Civil". Novena Edición Enero
2008. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica
del Perú.

- TORRES VASQUEZ, Aníbal. Acto Jurídico. Editorial Moreno


S.A., Cuarta Edición. Lima. 2001.

32
Vicios de la Voluntad – Parte 2

- VIDAL RAMIREZ, Fernando. Teoría General del El Acto


Jurídico. Editorial Cultural Cuzco
S.A. Lima. 1986.

- VIDAL RAMIREZ, Fernando. El Acto Jurídico. Séptima


Edición., Gaceta Jurídica S.A.,
Lima., Setiembre 2007.

33
Vicios de la Voluntad – Parte 2

ANEXOS

EL DOLO

Es todo engaño, que se vale una de las partes, que


provoca la equivocación de la persona afectada,
Definición
para inducirlo a celebrar el acto jurídico, en
beneficio de ciertos intereses.

DOLO
Es intencional.

Su empleo es un engaño
Características para inducir a error.

Es contrario a las reglas de


la buena fe

Engañar y provocar error en


una de las partes (acción)
Una conducta insidiosa
Mantener a la otra parte en el
error en que ha incurrido
espontáneamente (omisión)

Capaz de vencer el cuidado


Gravedad del dolo normal de una persona
Requisitos para que sea diligente
causa de anulación del
acto jurídico
Causa de la formación y
Que sea determinante manifestación de la voluntad
negocial.

Que no haya sido empleado por


Que no sea recíproco ambas partes

34
Vicios de la Voluntad – Parte 2

Determinante para la
Causante
celebración del acto jurídico.

Por sus efectos

Incidental Con o sin engaño el Acto


Jurídico se habría celebrado

Conducta omisiva, un hacer


Positivo
algo.
Clases Por la forma de
su realización
Negativo Conducta omisiva, silencio
malicioso.

Directo Unilateral o bilateral

Por la
participación Indirecto
de los sujetos o de Engaño es ejecutado por un
terceros tercero.

LA VIOLENCIA

La Violencia Física

Un sujeto Ejerce una fuerza


física irresistible

Doblegando
Víctima completamente su
voluntad

No declara su voluntad sino


la de quien ejerce la
violencia
35
Vicios de la Voluntad – Parte 2

La Violencia Moral

Un sujeto

Realiza una En su persona


amenaza injusta o bienes

Victima De sufrir un mal Provocándole Viciando su


grave e inminente miedo o temor voluntad

A su cónyuge o parientes
hasta el 4to grado de
consanguinidad y 2do por
afinidad

Grave

La amenaza
Injusta o
ilegitima

Inminente
Elementos de la
Intimidación El mal

Grave

El temor

36

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