Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
hongo
nombre masculino
Chytridiomycota
Zygomycota
Glomeromycota
Microsporidia
Ascomycota
Basidiomycota
Blastocladiomycota
Neocallimastigomycota
Myxomycota
Etimología
El término «Fungi» procede del latín fungus, hongo, y era ya empleado por el poeta Horacio y el naturalista Plinio el Viejo.[3] El término en
inglés que designa al grupo, fungus, procede del latín. En cambio, en otros idiomas la raíz es el vocablo de griego antiguo σφογγος (esponja),
que hace referencia a las estructuras macroscópicas de mohos y setas; de ésta han derivado los términos alemanes Schwamm (esponja),
Schimmel (moho), el francés champignon y el español «champiñón».[4] La disciplina que estudia los hongos, la Micología, deriva del griego
mykes/μύκης (hongo) y logos/λόγος (discurso);[5] se cree que fue creada por el naturalista inglés Miles Joseph Berkeley en su publicación
de 1836 The English Flora of Sir James Edward Smith, Vol. 5..[4]
Características
Vista de un hongo Coniophara también conocido como "hongo oreja" pudriendo un tronco de madera.
Antes del desarrollo de los análisis moleculares de ARN y su aplicación en la dilucidación de la filogenia del
grupo, los taxónomos clasificaban a los hongos en el grupo de las plantas debido a la semejanza entre sus
formas de vida (fundamentalmente, la ausencia de locomoción y una morfología y ecología similares). Como
ellas, los hongos crecen en el suelo y, en el caso de las setas, forman cuerpos fructíferos que en algunos casos
guardan parecido con ejemplares de plantas, como los musgos. No obstante, los estudios filogenéticos
indicaron que forman parte de un reino separado del de los animales y plantas, de los cuales se separó hace
aproximadamente mil millones de años.[6] [7]
Algunas de las características morfológicas, bioquímicas y genéticas de los hongos son comunes a otros
organismos; no obstante, otras son diferentes, lo que permite su separación de otros organismos vivos.
Aspectos comunes
Como otros eucariotas, los hongos poseen células delimitadas por una membrana plasmática rica en esteroles y que contienen un núcleo
que alberga el material genético en forma de cromosomas. Este material genético contiene genes y otros elementos codificantes así como
elementos no codificantes, como los intrones. Poseen orgánulos celulares, como las mitocondrias y los ribosomas de tipo 80S.[8] Como
compuestos de reserva y glúcidos solubles poseen polialcoholes (p.e. el manitol), disacáridos (como la trehalosa) y polisacáridos (como el
glucógeno, que, además, se encuentra presente en animales). [9]
Al igual que los animales, los hongos carecen de cloroplastos. Esto se debe a su carácter heterotrófico, que exige que obtengan como fuente
de carbono, energía y poder reductor compuestos orgánicos.[10]
[11] [12]
A semejanza de las plantas, los hongos poseen pared celular y vacuolas. Se reproducen de forma sexual y asexual, y, como los
helechos y musgos, producen esporas. Debido a su ciclo vital, poseen núcleos haploides habitualmente, al igual que los musgos y las
algas.[13]
Los hongos guardan parecido con euglenoides y bacterias. Todos ellos producen el aminoácido L-lisina mediante la vía de biosíntesis del
ácido alfa-aminoadípico.[14] [15]
Las células de los hongos suelen poseer un aspecto filamentoso, siendo tubulares y alargadas. En su interior, es común que se encuentren
varios núcleos; en sus extremos, zonas de crecimiento, se da una agregación de vesículas que contienen proteínas, lípidos y moléculas
orgánicas llamadas Spitzenkörper.[16] Hongos y oomicetos poseen un tipo de crecimiento basado en hifas.[17] Este hecho es distintivo porque
otros organismos filamentosos, las algas verdes, forman cadenas de células uninucleadas mediante procesos de división celular
continuados.[9]
Al igual que otras especies de bacterias, animales y plantas, más de sesenta especies de hongos son bioluminiscentes (es decir, que
producen luz).[18]
Partes de un hongo: (1) Hifa, (2) Conidióforo, (3) Fiálide, (4) Conidia, y (5) Septos.
Morfología
Estructuras microscópicas
La mayoría de los hongos crecen como hifas, estructuras cilíndricas y filiformes de 2 a 10
micrómetros de diámetro y hasta varios centímetros de longitud. Las hifas crecen en sus ápices; las hifas nuevas se forman típicamente por
la aparición de nuevos ápices a lo largo de hifas preexistentes por un proceso llamado de ramificación, o —en ocasiones— el extremo apical
de las hifas se bifurca, dando lugar a dos hifas con crecimiento paralelo. [27]
Diversidad
Los hongos poseen una distribución cosmopolita y poseen un amplio rango de hábitats, que incluyen ambientes extremos como los desiertos,
áreas de extremada salinidad. [28] expuestas a radiación ionizante, o en los sedimentos de los fondos marinos.[29] Algunos líquenes son
resistentes a la radiación UV y cósmica presente en los viajes espaciales.[30] La mayoría son terrestres, aunque algunos, como
Batrachochytrium dendrobatidis son estrictamente acuáticos. Este quítrido es responsable del declive en las poblaciones de anfibios; una
de sus fases vitales, la zoóspora, le permite dispersarse en el agua y acceder a los anfibios, a los que parasita.[31] Existen especies acuáticas
propias de las áreas hidrotermales del océano.[32]
Se han descrito unas 100,000 especies de hongos, aunque la diversidad global no ha sido totalmente catalogada por los taxónomos. [34]
[33]
Empleando como herramienta de análisis el ratio entre el número de especies de hongos respecto al de plantas en hábitats seleccionados,
se ha realizado una estima de una diversidad total de 1,5 millones de especies. [35] La Micología ha empleado diversas características para
configurar el concepto de especie. La clasificación morfológica, basada en aspectos como el tamaño y forma de las estructuras de
fructificación y las esporas, ha sido predominante en la taxonomía tradicional.[36] También se han empleado caracteres bioquímicos y
fisiológicos, como la reacción ante determinados metabolitos. Se ha empleado la compatibilidad para la reproducción sexual mediante
isogamia. Los métodos de taxonomía molecular, como el uso de marcadores moleculares y los análisis filogenéticos han permitido aumentar
la discriminación entre variantes genéticas; esto ha aumentado la resolución a la hora de separar especies. [
Reproducción
Los hongos se reproducen sobre todo por medio de esporas, las cuales se dispersan en un estado latente, que se interrumpe sólo cuando
se hallan condiciones favorables para su germinación. Cuando estas condiciones se dan, la espora germina, surgiendo de ella una primera
hifa, por cuya extensión y ramificación se va constituyendo un micelio. La velocidad de crecimiento de las hifas de un hongo es
verdaderamente espectacular: en un hongo tropical llega hasta los 5 mm por minuto. Se puede decir, sin exagerar, que algunos hongos se
pueden ver crecer bajo los propios ojos.
Las esporas de los hongos se producen en esporangios, ya sea asexualmente o como resultado de un proceso de reproducción sexual. En
este último caso la producción de esporas es precedida por la meiosis de las células, de la cual se originan las esporas mismas. Las esporas
producidas a continuación de la meiosis se denominan meiosporas. Como la misma especie del hongo es capaz de reproducirse tanto
asexual como sexualmente, las meiosporas tienen una capacidad de resistencia que les permite sobrevivir en las condiciones más adversas,
mientras que las esporas producidas asexualmente cumplen sobre todo con el objetivo de propagar el hongo con la máxima rapidez y
extensión posible.
El micelio vegetativo de los hongos, o sea el que no cumple con las funciones reproductivas, tiene un aspecto muy simple, porque no es
más que un conjunto de hifas dispuestas sin orden. La fantasía creativa de los hongos se manifiesta sólo en la construcción de cuerpos
fructíferos, los cuales, como indica el nombre, sirven para portar los esporangios que producen las esporas.
Orden de caracteres para la identificación en hongos
Aspecto macroscópico de la colonia
Tipo de hifa
Colocación del o los esporóforos
Presencia de esterigmatas o conidióforo) y el orden que presentan
Forma tamaño y distribución de las esporas
Presencia o no de rizoides. Sólo se presentan en hongos de hifa no septada. Por ejemplo: Rihizopus, Rhizomucor, Absidia
Practicar pruebas de identificación bioquímica.
A los hongos se les trata desde la antigüedad como vegetales, por la inmovilidad y la presencia de pared celular, a pesar de que son
heterótrofos. Esto significa que son incapaces de fijar carbono a través de la fotosíntesis, pero usan el carbono fijado por otros organismos
para su metabolismo. Actualmente se sabe que los hongos son más cercanos al reino animal (Animalia) que al reino vegetal (Plantae), y se
sitúan junto con los primeros en un taxón monofilético, dentro del grupo de los opistocontos.
Durante la mayor parte de la era paleozoica, los hongos al parecer fueron acuáticos. El primer hongo terrestre apareció, probablemente, en
el período silúrico, justo después de la aparición de las primeras plantas terrestres, aunque sus fósiles son fragmentarios. Los hongos de
mayor altura que se conocen se desarrollaron hace 350 millones de años, es decir, en el período devónico y correspondían a los llamados
protaxites, que alcanzaban los 6 m de altura. Quizás la aparición, poco tiempo después, de los primeros árboles provocó por competencia
evolutiva la desaparición de los hongos altos.
A diferencia de los animales, que ingieren el alimento, los hongos lo absorben, y sus células tienen pared celular. Debido a estas razones,
estos organismos están situados en su propio reino biológico, llamado Fungi.
Los hongos forman un grupo monofilético, lo que significa que todas las variedades de hongos provienen de un ancestro común. El origen
monofilético de los hongos se ha confirmado mediante múltiples experimentos de filogenética molecular; los rasgos ancestrales que
comparten incluyen la pared celular quitinosa y la heterotrofia por absorción, así como otras características compartidas.
La taxonomía de los hongos está en un estado de rápida modificación, especialmente debido a artículos recientes basados en
comparaciones de ADN, que a menudo traslocan las asunciones de los antiguos sistemas de clasificación.[38] No hay un sistema único
plenamente aceptado en los niveles taxonómicos más elevados y hay cambios de nombres constantes en cada nivel, desde el nivel de
especie hacia arriba y, según el grupo, también a nivel de especie y niveles inferiores. Hay sitios en Internet como Index Fungorum, ITIS y
Wikispecies que registran los nombres preferidos actualizados (con referencias cruzadas a sinónimos antiguos), pero no siempre concuerdan
entre sí o con los nombres en la Wikipedia o en cada variante idiomática.
Pese al carácter monofilético o de un ancestro común, los hongos presentan una sorprendente variabilidad morfológica, dada no sólo por el
aspecto sino por las dimensiones y características. Así, son hongos los protaxites de 6 m de altura, también lo son los mohos y levaduras,
las setas (nombre que se da con precisión a los hongos macroscópicos comestibles que crecen sobre el suelo), las subterráneas trufas o
los casi microscópicos, como el oidio o los de la tiña u otras micosis (ptiriasis), la roya, etcétera.
La asociación simbiótica de hongos con algas da lugar a los líquenes. Clasificación clásica de los hongos
Flammulina velutipes.
Hongos ameboides o mucilaginosos
o Mixomicotes (división Myxomycota)
o Plasmodioforomicotes (división Plasmodiophoromycota)
Hongos lisotróficos o absorbotróficos:
o Pseudohongos u oomicotes (división Oomycota)
o Quitridios (división Chytridiomycota)
o Hongos verdaderos o eumicotes (división Eumycota):
o Zigomicetes (clase Zygomycetes)
o Ascomicetes (clase Ascomycetes)
o Hongos imperfectos (clase Deuteromycetes)[39]
o Basidiomicetes (clase Basidiomycetes)
Los grupos de la enumeración anterior hasta Oomycota (incluido) no son verdaderos hongos, sino
protistas con distintos parentescos cuyas adaptaciones
hicieron confundirlos con hongos.
Clasificación actual del reino de los hongos
Quitridiomicetes (división Chytridiomycota).
Zigomicetos (división Zygomycota).
Glomeromicetes (división Glomeromycota).
Basidiomicetes (división Basidiomycota).
Ascomicetes (división Ascomycota).
Uso
] Hongos ornamentales
Por la belleza que guardan los hongos, muchos se han usado con un fin estético y ornamental, incluyéndoselos en ofrendas que,
acompañados con flores y ramas, son ofrecidas en diversas ceremonias. En la actualidad todavía es fácil encontrar esta costumbre en
algunos grupos étnicos de México, como son la náhuatl en la sierra de Puebla-Tlaxcala; los zapotecas en Oaxaca y los tzotziles y tojalabale
en Chiapas. Los hongos que destacan entre los más empleados con este fin son los hongos psilocibios y la Amanita muscaria; esta última
se ha convertido en el estereotipo de seta por lo altamente llamativa que es, ya que está compuesta por un talo blanco y una sombrilla
(basidiocarpo) roja, moteada de color blanco.
Hongos alimenticios
Quizás el primer empleo directo que se les dio a los hongos es el de alimento. Mucho se ha discutido sobre el valor nutritivo de ellos, si bien
es cierto a la mayoría se les puede considerar con elevada calidad porque contienen una buena proporción de proteínas y vitaminas y
escasa cantidad de carbohidratos y lípidos. Dentro de los más consumidos tenemos: Boletus edulis, Lactarius deliciosus, Russula brevipes
y Amanita caesarea. Otros hongos que se consumen notablemente son: Agaricus campestris y A. bisporus, comúnmente conocidos como
"champiñones" u "hongos de París"; la importancia de éstos se debe a que son de las pocas especies que pueden cultivarse artificialmente
y de manera industrial.
Los hongos microscópicos también han invertido directa o indirectamente para la creación de fuentes alimenticias y representan una
expectativa de apoyo para el futuro; en este campo cabe citar los trabajos de obtención de biomasa, a partir de levaduras como Candida
utilis, que se usa para mejorar el alimento forrajero.
El crecimiento de diversos hongos incluidos sobre algunos alimentos pueden elevar el nivel nutricional de éstos; por ejemplo, en los estados
mexicanos de Chiapas y Tabasco, se consume una bebida fermentada a base de maíz molido, que se le conoce popularmente con el
nombre de "pozol", hay estudios realizados que indican que al aumentar los días de fermentación de éste, se incrementa la forma micrológica,
proporcionando principalmente sobre todo aminoácidos y proteínas.
[editar] Hongos enteógenos (alucinógenos)
Los hongos enteógenos cobran particular importancia en Mesoamérica, debido a que se encuentran ampliamente distribuidos. Al igual que
con los individuos del género Claviceps, los hongos alucinógenos como los hongos psilocibios han sido utilizados últimamente por la industria
farmacéutica para la extracción de productos con fines psicoterapéuticos (psilocibinas y psilocinas) y también algunas especies del género
Monera. Algunos hongos reportados como tóxicos son en realidad enteógenos.
Hongos medicinales
Desde el descubrimiento por Fleming de la penicilina como un metabolito del mecanismo antagónico que tienen los hongos contra otros
microorganismos, se ha desarrollado una gran industria para el descubrimiento, separación y comercialización de nuevos antibióticos. Entre
los hongos medicinales más importantes destacan varias especies del género Penicillium, como el Penicillium notatum y Penicillium
chrysogenicum, de los que se extrae la penicilina,[40] Ganoderma lucidum, Trametes versicolor (o Coriolus v.), Agaricus blazei, Cordyceps
sinensis y Grifola frondosa, entre muchos otros.
Hongos contaminantes
Los hongos contaminantes resultan un grave problema para el hombre; dentro de las setas cabe mencionar las que parasitan y pudren la
madera, como Coniophara o las comúnmente denominadas "orejas". Sin embargo, el mayor perjuicio se obtiene de los hongos
microscópicos, sobresaliendo los mohos que pueden atacar y degradar tanto materiales como alimentos. Los hongos y mohos que parasitan
materiales de construcción y alimentos producen sustancias que, en ciertas concentraciones, pueden resultar tóxicas para animales y el
hombre.[41]
[editar] Hongos venenosos
Artículo principal: Hongos venenosos.
En la naturaleza, sólo ciertas variedades de hongos son comestibles, el resto son tóxicos por ingestión pudiendo causar severos daños
multisistémicos e incluso la muerte. La Micología tiene estudios detallados sobre estas variedades de hongos. Especies como la Amanita
phalloides, Cortinarius orellanus, Amanita muscaria, Chlorophyllum molybdites, Galerina marginata o la Lepiota helveola debido a sus
enzimas tóxicas para el ser humano causan síntomas como: taquicardias, vómitos y cólicos dolorosos, sudor frío, exceso de sed y caídas
bruscas de la presión arterial, excreciones sanguinolentas. La víctima contrae graves lesiones necróticas en todos los órganos especialmente
en el hígado y el riñón. Estos daños son muchas veces irreparables y se requiere trasplante de órganos por lo general.
La identificación de las diferentes especies de hongos venenosos requiere el conocimiento visual de su morfología específica. No existe
ninguna regla general válida para su reconocimiento.