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Anatomia Espiritual: El cuerpo Invisible

Para una mejor comprensión de lo que estamos viendo cuando


hacemos un registro o ceremonia o cuando vamos a ejecutar una
curación, es preciso que se entienda la Anatomía invisible del ser
humano. Todo el conjunto "Anatómico" espiritual del hombre es
llamado "Tìkara-Eni". La palabra Tìkara es una combinación de Ti,
que significa "de", Ika, que significa "envolver" "Mundo", y Ara, que
significa "cuerpo físico" (Fatunmbi, 1994). La palabra Eni, es
"quien". Entonces, el concepto de Tìkara-eni podría traducirse
como "De Quien Envuelve el Cuerpo", en contraste con lo que
asegura Fa'lokun Fatunmbi que lo describe como todo el conjunto
de la persona incluyendo el cuerpo. Obviamente este Tikara eni, es
lo que llamamos el Psiplasma o Aura de la persona y del que te
hablé en el primer tomo. Claro que en Ifá el concepto que existe
sobre el ser humano incluye al ser físico, pero también al ser
emocional, al ser mental y al ser espiritual.

Como pudiste ver en el libro La “Magia” en la Práctica de Ifá for


Dunkies®, espíritu, cuerpo, mente y emoción, deben estar
alineados para que prosperemos. En términos simples, vivir en
balance total, se traduce en vivir la vida en armonía con nuestro
destino, lo cual nos hace evolucionar dentro del plano terrenal y de
esta forma ganar Orun Rere. En otras palabras, el balance
completo de la salud.

Debo aclararte los términos mente y emociones, ya que muchas


veces se confunden, los estados mentales con los estados
emocionales, debido a que percibimos que uno genera al otro. Por
ejemplo, no se puede sentir miedo (Una emoción), si la mente no
registra un peligro (una percepción). Es en ese momento que el
cerebro envía las señales al cuerpo y este comienza a tomar las
acciones adecuadas para prepararlo, ya sea para el enfrentamiento
o a para la huída. Pero en el concepto yoruba, se trata de dos
"órganos espirituales" diferentes. La mente obviamente está
regida por el cerebro, pero las emociones están regidas por Egbe,
o sea el corazón y así son tratadas en Ifá. Ahora que estás más
claro en estos conceptos, podremos comenzar a describirte cada
parte del "cuerpo espiritual" y su importancia dentro de la salud
integral y holista que tanto buscamos para nuestro bienestar:

Èmí

Es la hija que Olodumare nos regaló a los seres humanos. Es


nuestro aliento vital por lo que es descrita como nuestra alma y que
se representa como nuestro corazón y sangre. Es aquí donde
debemos comprender que no solo el corazón (Okan/Egbe) sino la
sangre, son los que representan a Èmí (Alma) en el plano físico.
Que a Èmí, se le considere sangre y corazón y además se concluya
la importancia de la sangre como representación del alma en el
plano físico, se puede ver en el viejo adagio yoruba que dice que la
vida del hombre está en su sangre. Esto refuerza el hecho, que Èmí
es la generadora de nuestro Psiplasma, mejor conocido como
Aura.

Egbe:

Egbè es una palabra que se traduce como "corazón", pero no es el


órgano físico. El órgano físico que bombea sangre a través del
cuerpo es llamado "Okàn". Dentro del Okàn existe un centro que
regula el flujo de las Emociones, el cual es llamado "Ègbè". Debido
a que la lengua castellana no tiene palabras para hacer esta
distinción, ambas palabras son generalmente traducidas como
"Corazón"(Fatunmbi, 1994).
El concepto de Ègbè está también basado en la creencia de que las
energías en todas sus formas (Geoplasma+Circaplasma), son
atraídas hacia dentro del cuerpo por medio de varios centros
energéticos que regulan el flujo de fuerzas vitales entre el ser
humano y el Mundo. Estos centros energéticos son llamados Awùjè
y como te dije, tienen cierta similitud con los Chakras. En Ifá, estos
centros energéticos se alimentan de una forma de energía que
llamamos Ashé, la cual debes recordar que también es dual. En
otras palabras, desde el punto de vista cosmológico, Ashé es el
principio dinámico que lleva la creación y que está compuesto de
energías tanto positivas como negativas.
Ifá nos dice que el Ashé entra al cuerpo a través de la cabeza,
boca, garganta, hombros, manos, pecho, los costados de las
costillas, los genitales, la parte inferior de los muslos y los pies, lo
cual es muy diferente al concepto oriental del Prana que entra por
el séptimo Chakra localizado en el Ano y va ascendiendo hasta
llegar al primero. A esto se debe que equiparar el funcionamiento
(fisiología) de los Chakras con el de los Awùjè, es un error, ya que
en Ifá el tipo de Ashé que es atraído a cada lugar es afectado por el
Odù que controla una parte específica del cuerpo, pero además la
energía entra y fluye por todos ellos. Cada Odù representa una
forma originaria de energía con sus propias características únicas.

Todo esto te deja ver claramente que Èmí, por medio de Egbe se
pone en contacto con los Awùjè, que a su vez son parte
"anatómica" de Èmí, y representan sus canales de alimentación
energética, que es de donde obtenemos nuestra energía vital, pero
por donde precisamente podemos obtener las curas o que se
"envenenen" las energías de las cuales obtenemos nuestra energía
vital.

Orí Inu

Si Orí es la conciencia, entonces Orí-Inù es como un misterio


dentro de un misterio. Ifá enseña que aún después que hemos
accedido a ese punto central de nuestro ser, o mejor dicho a
nuestra conciencia, existe un misterio interior más profundo
que continúa eludiéndonos. Es lo que podríamos llamar
nuestro subconsciente. Es precisamente la iniciación en
Ocha/Ifá lo que nos revela orì-inù (subconsciente) a nuestro Orí
(conciencia). Lo que nos deja saber quienes somos y cual es
nuestro destino (Fatunmbi, 1994).
Según Fatunmbi, los antiguos sabios de Ifá, han hecho un
estudio muy concienzudo de los elementos que forman los
fundamentos del ser y han distinguido los diversos elementos
que se unen para formar a Orí-Inù, o subconsciente que está en
el fundamento de la percepción de sí. Los componentes de Orí-
inù son àpárí-inú y Orí Àpeere.

Apárí-inù se compone de la palabra Apá, que significa "marca"


o "señal", la palabra Orí que significa "conciencia", y de la
palabra inù que significa "interior". La más clara traducción
sería "señal del Ser interior". Esta es como una referencia a la
disposición de Orí: Buena o Mala. Ifá enseña que algunos Orí
llegan al mundo con una buena disposición y que algunos Orí
vienen al mundo incapaces de captar la importancia del bien
(Fatunmbi, 1994).

Aquellos que pueden abrir la fuente de la necesidad de


construir el bien por medio de sus propios recursos
desarrollan lo que se llama "èrí-okàn", que significa
"testimoniar el corazón". En el lenguaje de Ifá, testimoniar el
corazón es tener una buena conciencia. Los que tienen
dificultad en desarrollar èrí-okàn reciben tanto guía como
limpiezas rituales para desarrollar esta conciencia. (Fatunmbi,
1994)

Ambas tendencias emergen del àpárí-inù que está en el mismo


núcleo de la conciencia de cada persona.

Orí-Àpeerè se traduce bien como el patrón, el ejemplo, o el signo


de la conciencia. Ifá enseña que todas las cosas son creadas por
patrones de energía llamados Odù. Los patrones de los Odù
reaparecen a través de toda la Creación. Esto sugiere que patrones
similares de energía en diferentes dimensiones de la Evolución
tienen afinidad. Por ejemplo, el fuego en el centro del sol, el fuego
en el centro de la Tierra, y el fuego en el fondo del horno del
herrero, todos representan patrones de energía similares en
diferentes dominios de la Creación. Ifá diría que el mismo Espíritu
ha renacido en diferentes hogares. (Fatunmbi, 1994)

Cuando cada individuo elige un destino, en realidad está eligiendo


un patrón específico de energía para guiar su conciencia a través
de un destino en particular. Este patrón de energía es lo que
llamamos Odu y este a su vez nos da un camino (Itá/Itan). En ese
momento es que llega entra en juego el Orisha tutelar, quien
también es guía de esa persona para su camino en la vida. Para los
yoruba, este Orisha tutelar cambia en nuestras diferentes
reencarnaciones y esto es lo que nos da profundidad de conciencia
en nuestra evolución, ya que cada uno irá dándole características
particulares nuestro Orí Àpeerè (Fatunmbi, 1994).

Iponri

Iponri es asociado a ese ser que nos enlaza con nuestro doble
espiritual que vive en Orun. Este enlace es trascendental a la hora
en que hacemos nuestras ceremonias más importantes. Esto se
debe a que nuestro destino y por consiguiente toda nuestra salud,
consiste en alinear nuestro Orí (conciencia propia) con ese destino
(Conciencia Espiritual). Iponri vive en el dedo gordo de nuestro
pie y establece la conexión a través de la tierra (Aiyé) mediante el
vínculo comunicador que es el Coco, tal como lo establece
Eyiogbe. Al estar Ìpònrí enraizado a los Odù, y los Odù a su vez
enraizados a la Fuente de la Creación, lo que hace que todas las
cosas estén interconectadas, lógicamente Ìpònrí es nuestra
conexión con el Geoplasma, algo que encontrarás en el libro La
“Magia” en la práctica de Ifá for Dunkies®.
Estos aspectos son importantes, porque en ellos están contenidos
los patrones con los que venimos del cielo a la tierra y encierran los
secretos más profundos de la persona. En ellos vemos cuales son
las enfermedades a las que la persona es más propensa, cuales
son sus tabúes, cuales son sus puntos fuertes y cuales los débiles,
o si se trata de un registro a una persona, estos patrones se
encuentran con ella al momento de verle un Odu y así poder tomar
las medidas correctivas. Además vemos cuales son los animales y
plantas compatibles en ese momento con la persona, o sea, todo lo
relacionado con la salud integral del individuo en ese momento. En
otras palabras, vemos lo que está pasando en términos de salud
integral con esa persona en ese momento y para ello Ifá nos
muestra los tres órganos espirituales de la persona y nos dice que
es lo que sucede con ellos: Cuerpo (Ara) y cual es la enfermedad
manifiesta, Facultad vital o nuestro "Psiplasma" (Èmí) y como está
afectado y Cabeza o destino (Ori), lo que nos dice porque fue
afectado.

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