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¿CÓMO MANTENER EL FUEGO ENCENDIDO?

Levítico 6:10-13.

INTRODUCCIÓN:
Dios me ha permitido estar en muchos lugares y ver una manifestación
gloriosa de su poder; y en una de esas visitas, cuando venía de regreso,
venía tan agradecido e impactado de ver todo lo que Dios había hecho en
ese lugar, y le decía a Dios: Señor gracias, me gozo de ver lo que tú haces
en esa iglesia pero ¿qué pasa con la casa? Y una de las cosas que Dios me
hablo fue “han dejado de adorarme”.

Uno de los grandes errores del pueblo de Israel en medio del desierto fue
que dejaron de adorar, de admirar la grandeza de Dios, y eso los llevo a que
el deseo de ser libres se apagara y se convirtieron en personas que de todo
se quejaban.

Uno de mis clamores delante de Dios es que mientras mi espíritu


dure dentro de mi yo le voy a adorar y alabar con gratitud. Nosotros
tenemos que cultivar el hambre y la sed por la presencia de Dios, estar
desesperados, volvernos desesperados por él.

Dios está buscando esa generación hambrienta, sedienta, desesperada por


su presencia. Dios está esperando que usted sea alguien desesperado, y le
diga: Señor yo quiero ser esa persona en la cual tú puedas encontrar el
fuego ardiendo.

Levítico 6:10-13.
La primera vez que los israelitas ofrecieron sacrificio a Dios, dice la escritura
que descendió fuego del cielo y consumió el altar y desde ese momento en
el altar había fuego. Pero la demanda de Dios fue como que dijera, “yo traje
la primera manifestación de fuego pero ahora la tarea de ustedes es que ese
fuego se mantenga ardiendo, encendido”.

Ahora bien, dice la escritura que el sacerdote debía hacer un ritual todos los
días para que el fuego no se apagara. Usted y yo ahora somos esos
sacerdotes. Dice la escritura que ahora usted y yo somos ese altar. En
aquel tiempo el altar se encontraba solamente en el templo. Pero la Biblia
dice, en 1ª. Corintios 3:16-17, que el fuego sobre el altar representa
nuestras vidas, somos esos altares vivientes. Usted es un altar viviente,
pero en este altar tiene que haber fuego, y el fuego representa dos cosas:
1. La presencia del Espíritu Santo
2. Y la pasión por Dios.

Este tipo de fuego se tiene que mantener ardiendo en tu vida, las 24 horas,
que ese fuego no se apague en tu vida, nosotros somos responsables de
mantener la presencia de Dios en nuestras vidas.

ORACION TRANSICIONAL:
Como podemos mantener este fuego encendido:

1.- EN PRIMER LUGAR TOMAREMOS LAS MISMAS OBLIGACIONES


QUE TENÍA EL SACERDOTE. Para que el fuego se mantenga encendido en
tu vida tienes que mantener vestiduras limpias; Cuando hablamos de
vestiduras limpias… estamos hablando de santidad… que la santidad sea
vista por fuera pero que también se vea internamente.

EL LINO: representa las obras puras, las obras santas de Dios. La limpieza
externa representa lo que es visible, como son nuestras actitudes, acciones,
hechos.

Hay cosas que nosotros creemos que son tan encubiertas que nadie las
puede conocer, porque lo hemos hecho a puertas cerradas donde nadie
puede ver y saber, pero la Biblia dice que no hay nada encubierto delante de
Dios, dice que el hará que se manifieste aquello que encubiertamente se
haya realizado, y todo esto porque Dios quiere arrancar de nosotros toda
raíz de pecado.

CUANDO HABLAMOS DE SANTIDAD INTERNA estamos hablando de


aquello que no se puede ver, como es los pensamientos, intenciones del
corazón, motivaciones.

Una de las manifestaciones que comienza a suceder es cuando el fuego se


apaga es que ya no quieres congregarte, te da lo mismo venir al culto como
no venir… pierdes la pasión, se enfría el deseo de estar en la presencia de
Dios. El fuego representa la pasión por Dios y la pasión es el deseo
ferviente, es ese motor que te hace levantarte contra la fatiga y dolor.

Cuando tú eres un apasionado no entiendes, ni puedes explicar de dónde


sacas la fuerza para hacer lo que naturalmente tú no podrías hacer.
Cuando el fuego se está apagando te vuelves pasivo, te sientes perdido,
pierdes el sentido de vivir y comienzas a sufrir una crisis existencial, es allí
donde pierdes tu propósito de la vida.

2.- LO SEGUNDO QUE SE TIENE QUE HACER ES MANTENER EL ALTAR


SIN CENIZAS. Representan todo aquellos que en su momento te sirvió pero
que ahora ya no te funciona…
Las cenizas son los residuos que se van acumulando de la leña que se usa.

En el Salmo 102:9, el salmista nos está hablando de dolor y sufrimiento.


Cuando sientes que el dolor es tan grande en tu vida y sientes que tu vida
está pasando por un tiempo de lucha, angustia; esto indica que tienes que
estar más en la presencia de Dios, porque si no aprendes a depender de
Dios, fácilmente puedes dejar de ver a Dios y comenzar a ver tu
circunstancia, y comienzas a verte como una víctima, y comienzas a ver que
tu dolor es tan grande y te olvidas que tienes un Dios que está para
ayudarte, entonces eso se convierte en cenizas.

Las cenizas también representan cualquier experiencia pasada que tú


viviste. Isaías 61:3

3.- LO TERCERO QUE SE TIENE QUE HACER ES TENER LA LEÑA LISTA


PARA PONERLA EN EL ALTAR, ASÍ EL FUEGO NO SE APAGABA.
LA LEÑA para nosotros en este tiempo representa la ADORACIÓN. Esa
leña representa nuestra devoción.

Y mira lo que dice la palabra de Dios, cada mañana debía llevar la leña al
altar. Allí hay un gran misterio, cuando tu dedicas todos los días a tener
tiempos de comunión con Dios por muy cansado que llegues a casa lo que
va a pasar es que siempre va a estar encendido el fuego de Dios en tu vida.

La única manera de cómo ese fuego no se va a apagar, es que tú te


mantengas continuamente trayendo leña delante de Dios, de esa manera
arderá tu holocausto. Y holocausto quiere decir quemado, o sea que cada
vez que nosotros vamos delante de Dios y ofrecemos sacrificio vivo, nos
presentamos nosotros mismos como esos sacrificios vivos, como ese
holocausto y vamos a permitir que el Espíritu de Dios venga sobre nuestras
vidas hasta convertirnos en un verdadero holocausto.

Solo cuando el fuego está encendido en tu corazón tú puedes vencer a tus


enemigos y puedes vencer la tentación, puedes decirle a satanás: no quiero
nada contigo, no quiero nada con el pecado, yo fui apartado para vivir en
santidad, para vivir permanentemente en la presencia de Dios.
Cuando comienzas a convertirte en una persona deseosa de buscar de Dios,
te conviertes en un vaso de su presencia, tú vas y te llenas hoy y mañana
estarás más lleno, querrás más, pero esto pasa solamente cuando tú
cultivas la disciplina de la intimidad.

Determínate a convertirte en un verdadero adorador extravagante.

Un adorador extravagante es aquel que dice: yo quiero mantener el


fuego Dios encendido en mi vida.

PERO QUIERO QUE VEAMOS, ¿QUÉ NOS HACE PERDER ESE FUEGO?

1.- LOS EXCESOS. EFESIOS 5:18.


Los excesos en todas las cosas naturales, siempre vendrán a ser un
instrumento que apagará el fuego en tu vida.
Por ejemplo: Los excesos de la televisión, cine, de las pláticas carnales y
mundanas, los excesos de internet; todo eso apagará el fuego en tu vida.
Hay muchas más razones que impiden que el fuego se apague pero quise
hablar solo de los excesos.

¿Qué excesos hay en tu vida que hoy tienes que decir no más?
Es impresionante como hay gente que ha dejado que el fuego se apague en
su vida por los excesos.

No dejes que nadie te apague el fuego. Si quieres que el fuego de


Dios se mantenga encendido en tu vida, debes hoy tomar una actitud
de arrepentimiento y todos los días de tu vida, pero un
arrepentimiento genuino.

Una vez que Sansón pecó y olvidó lo que Dios había puesto en su vida; el
fuego de Dios en la vida de Sansón se apagó, porque el fuego se apaga a
causa del pecado, y una vez que tu comienzas a consentir el pecado,
aquellas cosas que antes te molestaban comienzas a darte cuenta que de
pronto no te molestan; primero empiezas consintiéndolas y finalmente
comienzas haciéndolas, si fallaste, arrepiéntete. 1ª. Juan 1:9.

CONCLUSIÓN:
Te he predicado bajo el tema ¿Cómo mantener el fuego encendido?

Dios te bendiga:
José Luis Ramírez López.

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