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Universidad

PEDAGOGICA
NACIONAL
Trabajo de:
El sexenio de Lázaro Cárdenas

Asignatura:
Estado, Sociedad y Educación

Catedrático:
Álvaro Marín Marín

Alumno:
Jorge Armando Solís Villanueva

Grupo: 1PV5
Turno: Vespertino

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INDICE
1. Introducción……………………………………………….3
2. Objetivos…………………………………………..............4
2.1. Justificación……………………….4
2.2. Método……………………………4
3. Biografía……………………………………………...5
3.1 Infancia…….……………………..5
3.2 Adolescencia……………………....8
3.3 Su vida después de la presidencia..10
4. Vida de Revolucionario…………………………………11
5. Gobernante de Michoacán………………………….......12
6. Sexenio Presidencial……………………………………14
6.1 Reforma Agraria………………16
6.2 Expropiación Petrolera………...17
7. La educación en su sexenio……………………………19
8. Conclusiones……………………………………………21
9. Recomendaciones……………………………………22
10. Referencias…………………………………………22

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Lázaro Cárdenas Del Rio

1895 - 1970

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1. Introducción
El interés por investigar la trayectoria presidencial del General Lázaro
Cárdenas, surge al estudiar la época pos-revolucionaria, pues me resulta
sumamente interesante saber: ¿quién fue Lázaro Cárdenas?, ¿qué papel
desarrolló cómo presidente de México durante 1934 a 1940?, ¿cómo era su
pensamiento político-social?, y finalmente anexar mis reflexiones finales.

En la actualidad se cree que la expropiación petroleara fue de un día para otro,


pero el conflicto petrolero que origino la expropiación radica de muchos años
atrás. El general Lázaro Cárdenas saco del país a muchas empresas
petroleras y volvió el petróleo mexicano a los mexicanos.

La educación fue otra de sus grandes preocupaciones, tratando de que la


escuela fuera un medio real de preparación para la vida. Intentó que la
enseñanza fuera específicamente mejor y, en su aspecto cuantitativo
estableció la enseñanza gratuita, laica, libre y obligatoria hasta los 15 años.

Para mí es un orgullo hacer esta recopilación de datos y leer lo que el general


Cárdenas logro en su sexenio ya que en la educación tanto como nación hizo
muchas cosas exitosas.

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2. Objetivos
El objetivo de mi investigación es conocer más a profundidad la vida de unos
de los presidentes de México; su vida social y política.

Analizar y cuestionar cosas de su sexenio pero sobre todo reflexionar.

2.1 Justificación

Elegí este tema en particular ya que se me hace muy interesante y de mayor


importancia en la historia de México debido a que en su sexenio hubo muchas
cosas que destacar como la expropiación petrolera, la creación de
instituciones, la reforma agraria, la creación de los ejidos en el sector
agropecuario mexicano etc.

2.2 Método

Para la elaboración de este trabajo consulté diferentes fuentes bibliográficas,


considerando que las más apegadas a mi búsqueda de investigación, son las
siguientes y otras que cito al final del documento: El Cardenismo de Enrique Ávila
Carrillo, Historia de México de Josefina Zoraida Vázquez, Los días del presidente
Cárdenas de Luís González.

La presente investigación se encuentra integrada por cinco capítulos y algunas


reflexiones finales muy particulares, las cuales describiré en el desarrollo de esta.

Biográfica de Lázaro Cárdenas.

Vida Revolucionaria

Gobernante de Michoacán.

El cardenismo de 1934 a 1940.

La educación en su sexenio.

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3. Biografía

3.1 Infancia
Lázaro Cárdenas del Río nació el 21 de mayo
de 1895 en la antigua calle de san Francisco
de la población de Jiquilpan, Michoacán. Sus
progenitores fueron don Dámaso Cárdenas
Pinedo y doña Felicitas del Río Amezcua.
Ambos nativos de Michoacán, aunque hay que
señalar que el abuelo paterno de Lázaro, fue
don Francisco Cárdenas Pacheco, nativo de
Zapotlán el Grande, Jalisco aunque
avecindado en Jiquilpan. Siendo uno de los
hijos mayores de una familia de ocho hijos,
Lázaro resintió la ruda existencia de las
familias del bajío, que a comienzos del siglo
XX cifraban todas esperanzas e ingresos en el
producto de la tierra. Años en que la dureza
de un régimen despótico y ajeno al sufrimiento
de los más pobres se manifestó de manera
particular contra todo aquél que osara
desobedecer o reclamar algún hipotético
derecho.

La propiedad de don Francisco Cárdenas, escasamente alcanzaba dos hectáreas,


por lo que sus descendientes, como Dámaso, el padre de Lázaro, debieron
dedicarse a otras actividades para sufragar los gastos familiares. Don Dámaso fue
un padre ejemplar que practicó la recocería y el comercio en diversas empresas
propias de la época. En varias ocasiones instaló tiendas de abarrotes e incluso
abrió un billar con relativo éxito. Esto se deduce, si consideramos que la familia
Cárdenas del Río tenía especial empeño en enviar a sus hijos a las escuelas que
existían a la sazón en Jiquilpan, casi todas ellas funcionando por el pueblerino
método de la “cooperación”. Lázaro Cárdenas ha dejado escrito que sus padres
pagaban dos pesos mensuales por su colegiatura. La influencia ejercida por don
Dámaso Cárdenas en el niño Lázaro debió ser trascendente, sobre todo si
consideramos la atención especial que le dedicaba a los libros con el objeto de
aprender alguna materia.

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Lázaro Cárdenas mencionaba con mucha lucidez
el recuerdo de una Farmacopea, que consultaba
frecuentemente su padre, de quien dice que solía
incluso prescribir recetas para algunos pacientes
que hasta recuperaron la salud. Lo que nos habla
de que don Dámaso ejerció una suerte de
medicina práctica muy propia de aquellos años den
que medicina y médicos eran escasos. El liderazgo
de don Dámaso con sus cinco hijos varones fue
determinante, particularmente sobre el hijo que
llevaba el mismo nombre. Lázaro también admiró y
sintió un amoroso afecto por su padre, sin
embargo, él además tuvo cercanía con otro
personaje que habría de marcarle de manera
definitiva. Me refiero a su abuelo don Francisco
Cárdenas, a quien por largas temporadas
acostumbrara acompañar hasta el “ecuaro”,
pequeña propiedad de dos hectáreas para
ayudarle en las labores agrícolas. Basta imaginar
la presencia del viejo campesino tapatío orientando
al muchachito aprendiz de labriego, para percatarnos de cuán poderosa debió ser
la raíz cultural del afecto por la tierra y sus productos, y desde luego, el respeto
por el sagrado trabajo del hombre sobre la tierra.

La infancia de Lázaro Cárdenas transcurrió entre dos mundos, que aunque


próximos, ya se perfilaban en proceso de distinción: el mundo agrario y la
sociedad artesana y comercial. La escuela primaria que en aquellos años era el
equivalente actual de la primaria y la secundaria, fue toda la instrucción que
Lázaro habría de obtener. Y eso ya era bastante en aquel tiempo para una
modesta familia de la provincia mexicana, tomando en cuenta que todavía veinte
años después, aquella educación era suficiente para alcanzar el grado de maestro
rural. Los parroquianos del billar y tendejón “La reunión de los amigos”, propiedad
de don Dámaso y frecuentada por personajes a cual más curiosos, ejercieron una
marcad impresión en las primeras y muy formativas imágenes de la vida de quien
sería con el pasar de los años presidente de México.

El profesor Esteban de Jesús Fajardo, don Esteban Arteaga y don Modesto


Estrada; maravillosos personajes del Jiquilpan de comienzos del siglo XX dejaron
en la mente del niño Lázaro el amor por los árboles, la botánica y la historia de
México. Costumbre aún conservada en el bajío mexicano, todas las tares sostre la
banqueta se desparraman los equipales de varejón y cuero punteado y sobre ellos

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se da rienda suelta a la imaginación, el recuerdo, la anécdota y toda clase de
ilusiones. allí en esas generosas sesiones con sus mayores, el joven Lázaro
Cárdenas recibió sus mejores clases y el préstamo de las obras de Víctor Hugo,
del liberal Juan a. Mateos y algunos textos de historia de México. Que Lázaro
Cárdenas debió ser un lector voraz e inquieto autodidacta nos lo dice su recuerdo
de cuando compró la colección de aventuras de salgari a un comerciante
trashumante. Por supuesto, los vientos democratizadores del maderismo y el
barrunto de la violenta revolución llegaban cada tarde a las bocas de la tertulia al
curioso oído del joven Lázaro.

Lázaro Cárdenas del Río mostró desde joven cierta seriedad que ocasionalmente
sería interpretada como tendencia a la solemnidad.

Ello podría ser resultado de la costumbre de escuchar a sus mayores, y del efecto
que todas aquellas charlas de hombres maduros, celebradas en un México que
registraba los veloces cambios del proceso revolucionario, causaban en el joven.
Pero también es necesario tomar en cuenta el impacto que debió sufrir al mirar
cómo su padre, aun relativamente joven, al enfermar y morir consumió los pocos
ahorros de la familia. Siendo Jiquilpan una región económicamente determinada
por Jalisco, la crisis económica proveniente del cambio de la cera por la parafina
en la manufactura de las velas y cirios, consecuencia del desarrollo de la industria
petrolera mexicana, trajo consigo el cierre drástico de muchos pequeños negocios
y talleres dedicados a manufacturas como el tejido de rebozos, sombreros y la
fabricación de huaraches.
La crisis económica regional impactó profundamente al comercio y la agricultura.
Gracias a las conexiones de don Dámaso, el joven Lázaro fue iniciado como
meritorio en la burocracia municipal donde aprendió con especial esmero el oficio
secretarial de amanuense y los rudimentos básicos del contable, debido a que fue
adscrito a la oficina de Rentas.
En ésta última recibiría una de las más trascendentes lecciones acerca de la
injusticia que puede caer sobre cualquier ciudadano inocente. Obedientes de un
superior burocrático, quien les enviara a cobrar los tributos de un particular, el
dinero recaudado y entregado a dicho superior, no fue a dar finalmente a las arcas
correspondientes y cuando el asunto fue descubierto por la autoridad superior,
Lázaro y otro joven compañero fueron detenidos injustamente durante un par de
días hasta que el autor del fraude, el jefe de ambos, se presentó a reconocer el
ilícito. a la dura existencia de don Dámaso, debió agregarse la pena de la injusticia
que su hijo Lázaro sufrió. Este último recordaría como un momento inolvidable el
solidario abrazo que su padre le diera con la recomendación de no regresar más a
la oficina burocrática. También es fácilmente deducible la reacción de dignidad y
orgullo paterno ante lo que ambos consideraron una ofensa arbitraria y un acto
injusto. Pocos meses después habría de morir don Dámaso Cárdenas sin tener la
satisfacción de ver cómo su hijo Lázaro se convertiría en el gran reformador de la
justicia mexicana.

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La infancia y adolescencia de Lázaro Cárdenas transcurrió en una quieta provincia
que sufría los radicales cambios, no sólo del progreso del siglo XX, sino de la
primera revolución social de dicho siglo. Hijo de una familia esforzada, Lázaro
Cárdenas miró cómo sus progenitores y demás familiares hicieron hasta el límite
para poder proporcionarles a los ocho hermanos la mejor educación que el
pequeño Jiquilpan podía ofrecer. Muerto don Dámaso, la carga de la familia
Cárdenas del Río recayó sobre doña Felícitas quien, gracias a la solidaridad de
algún pariente, pudo comprarse una máquina de coser para allegarse algún
ingreso, merced a sus habilidades de costurera.

Por supuesto el joven Lázaro debió aplicarse en el oficio de impresor, el cual llegó
a dominar la perfección, para ayudar al sostenimiento de la familia.

3.2 Adolescencia.

Siendo Lázaro Cárdenas un joven orientado a las


artes gráficas, la Revolución mexicana lo encontró
metido en una empresa que, quizás de haberla
continuado, tarde o temprano le habría redituado
buenos éxitos. El año de 1913 fue inolvidable para
todos los mexicanos debido a los torvos
asesinatos del presidente Francisco I. Madero y
del vice presidente Pino Suárez, también desde
luego, por el golpe de Estado disfrazado que
encabezó el general Victoriano Huerta. a sus 18
años, Cárdenas ya era socio propietario de un
taller de imprenta ubicado en Jiquilpan, el cual le
fue comprado a crédito a su antiguo patrón. Quiso
el destino que una columna de revolucionarios
antihuertistas encabezada por el general Rentaría
Liviano llegara a la vecina población de Zamora,
Michoacán, para que uno de sus capitanes de
apellido Lemus le encomendara al impresor
Lázaro Cárdenas la elaboración de varios millares
de proclamas revolucionarias. Naturalmente el
joven impresor removió hasta el último rincón de
Jiquilpan para conseguir el papel necesario y así
lograr cumplir una orden de trabajo que, a él especialmente, le satisfizo
sobremanera, semanas después, la reacción del Ejército Federal no se hizo
esperar y la columna revolucionaria del general Rentaría Luviano abandonó la

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zona. Desde luego, las investigaciones de los federales pronto descubrieron que
desde el taller del joven Lázaro Cárdenas habían salido las proclamas impresas y
aquello bastó para que este último cambiara la carrera de impresor por la de
revolucionario.

La carrera revolucionaria y militar de Lázaro Cárdenas es muy consecuente con la


personalidad de éste. Hasta donde se sabe, Cárdenas ingresó a la lucha armada
revolucionaria con el grado de capitán segundo. No se conoce que hubiera sido
previamente teniente. Ello es comprensible, pues entre los mandos revolucionarios
bastaba con que dieran una ligera ojeada al aspirante para que, fundados en las
virtudes y habilidades del mismo, le otorgaran el grado correspondiente.
Concederla la capitanía al joven Lázaro, fue más debido a sus habilidades como
amanuense y especie de experto administrador que a cualesquier otro arte de
guerra. Confiesa Cárdenas en sus memorias que algún superior habiéndolo
adscrito al arma de caballería ni siquiera sabía si el joven Lázaro conocía cómo
montar o alimentar un caballo.
Empero para fortuna de Lázaro, él era un jinete experto y con el tiempo
demostraría que también era un magnífico tirador.
El capitán Cárdenas del Río tuvo la suerte de iniciarse en la lucha armada
revolucionaria al mando de antiguos generales formados en el agrarismo
zapatista. Fue precisamente el general Guillermo García Aragón quien lo incorporó
originalmente en su estado mayor con el grado de capitán segundo. García
Aragón era fuerte en una larga extensión del territorio caliéntense de Apatzingán,
desde donde se podía perder en las espesuras serranas del estado de Guerrero.
Compadre de Emiliano Zapata, el general García aragón se distanció de Zapata y
prefirió ponerse bajo el mando del Jefe del Ejército Constitucionalista Venustiano
Carranza; así que cuando este último designó al general Martín Castrejón, para
hacerse cargo de la gubernatura de Michoacán, García aragón recibió
instrucciones de entrar a Michoacán para apoyar al general Castrejón. Fue en la
propia tierra michoacana donde Lázaro Cárdenas se bautizó con el fuego de las
armas y donde aprendió los rudimentos básicos de la lucha armada. La
organización administrativa, el orden, la disciplina y el combate sin tregua los vino
a asimilar en su estado natal en medio de centenares de campesinos sin tierra que
se integraban a la lucha armada, y bajo el mando de generales otrora miembros
del Estado Mayor del Caudillo suriano. una serie de campañas por tierra caliente y
diversas poblaciones desde Michoacán a Jalisco, foguearon a Lázaro Cárdenas.
La evolución de los acontecimientos políticos y bélicos en las decisiones de los
jefes y dirigentes revolucionarios planteó tales condiciones, que inclusive muchos
revolucionarios debieron abandonar la lucha y retirarse a la vida privada. Tal fue el
caso de Cárdenas, quien en un momento de su carrera encontró laborando como
obrero en la planta de la compañía cervecera “La Perla”, ubicada en Guadalajara.
La situación era paradójica pues aunque una parte del grupo revolucionario
asentado en Michoacán se retiró rumbo al estado de Guerrero, la otra parte de

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disolvió dejando a muchos de los revolucionarios michoacanos en condiciones de
ser fácilmente señalados y perseguidos por los federales y por los adictos al
régimen usurpador de Huerta. El joven Lázaro Cárdenas no tuvo más alternativa
que continuar en su empeño revolucionario.

La invasión norteamericana al puerto de Tampico y luego el bombardeo al de


Veracruz, en marzo de 1914, provocó un viraje en las posiciones de los altos jefes
revolucionarios. La situación requirió de reflexiones serenas y firmeza en las
decisiones. Hubo un momento en que incluso se llegó a asegurar que tanto
Francisco Villa como Emiliano Zapata habían decidido apoyar al régimen espurio
de Victoriano Huerta, con tal de hacer un frente común contra el invasor
norteamericano. un agudo sentido de la oportunidad estratégica que siempre
acompañó a Cárdenas, le hizo regresar a Jiquilpan en donde a “salto de mata”
consiguió reincorporarse con una unidad revolucionaria que era dirigida por
Eugenio Zúñiga, un antiguo compañero de armas, miembro del estado mayor del
general García Aragón.

3.3 Su vida después de la Presidencia


Se ha dicho que en la sucesión presidencial de 1940, al irse perfilando como
probable ganador el principal candidato opositor Juan Andrew Almazán, Cárdenas
favoreció el triunfo del candidato del PRM, Manuel Ávila Camacho, y forzó así el

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resultado electoral, quién debía seguir con las políticas sociales. Contrariando a
Cárdenas, Ávila Camacho fundó el Partido Revolucionario Institucional, donde se
agruparían sectores de la derecha política.

Siendo Ávila Camacho presidente de la república, desempeñó el cargo de


Secretario de Defensa hasta el año 1945.

A menudo se dice que Lázaro Cárdenas fue el


único presidente asociado al PNR que no se
sirvió de su cargo para enriquecerse. Se retiró a
una modesta vivienda cerca del Lago Pátzcuaro y
trabajó el resto de su vida supervisando
proyectos de riego y promoviendo clínicas
gratuitas y educación para los más desposeídos.
Siguió comentando asuntos de política
internacional y abogando por los derechos
humanos y el fortalecimiento de la democracia en
Latinoamérica.

Durante los movimientos obrero de 1959 y


estudiantil de 1968, el "Tata" (como era conocido
entonces), fue estrictamente vigilado por el
mismo PRI y la CIA para prevención de apoyo y
simpatías por los movimientos izquierdistas que
se oponían al tan autoritario y represivo gobierno
priísta. Fue entonces invitado a Cuba por el
mismo Fidel Castro en 1960, con motivo de la
conmemoración de las revoluciones mexicana y
cubana. También por la fundación del Instituto
Lázaro Cárdenas para la Investigación de la
Universidad de La Habana.

Dos décadas después de dejar la Presidencia de la República, en 1961, Cárdenas


rememoraría:

“Yo no estuve en ninguna universidad. Cursé hasta el cuarto año de la escuela


primaria en Jiquilpan. Pero mi aprendizaje lo realicé en la universidad del campo
mexicano. Mi espíritu se templó en las enseñanzas que recibí del pueblo.”

4. Vida de Revolucionario
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Vio la aurora del maderismo y el ocaso estrepitoso del porfiriato. En la historia de
México su vida se extiende desde la muerte de Salvador de Iturbide y Marzán, a lo
largo de la guerra civil, los regímenes post revolucionarios, la contra revolución y
la consolidación del moderno Estado mexicano. Pertenece a la más extraordinaria
época de la historia de México, una que tiene en su nómina nombres como los de
Calles, Obregón, Zapata, Villa, Alvarado, Ángeles, Vasconcelos, Caso, Siqueiros y
muchos más que habrían sido gigantes en cualquier circunstancia. Una era de
grandes cambios y de grandes hombres que fue el sendero que lleva del México
semifeudal al México moderno.

En 1913 inicia su vida militar al lado del general


Guillermo García Aragón como encargado de la
correspondencia y escribiente de su estado mayor.
Como militar, es de convicciones firmes, leal a sí mismo,
generoso e incluso compasivo. No sigue la práctica
común de fusilar sin mayor trámite a todo prisionero.
Abundan los testimonios de que se mantuvo ajeno a los
excesos sanguinarios. En marzo de 1915 conoce a
Plutarco Elías Calles y entre ambos militares nace una
corriente de simpatía. El antiguo profesor de primaria,
siempre a la búsqueda de discípulos, apoda “Chamaco”
al teniente coronel necesitado de un reemplazo para su
padre muerto.

Calles habría de formar políticamente a Cárdenas y eventualmente le allanaría el


camino a la presidencia de la República. Terminada la etapa armada de la
Revolución, a mediados de 1920 regresa a Michoacán como jefe de operaciones
militares y durante unos días es gobernador sustituto. Entre fines de 1921 y
principios de 1925 ocupa las jefaturas militares del Istmo de Tehuantepec, del
Bajío, de nuevo en Michoacán y finalmente en las Huastecas, en donde conocerá
de primera mano el modus operandi de las empresas petroleras extranjeras
instaladas en la región. A lo largo de estos años vio diversas acciones militares y
fue herido de gravedad, salvando la vida gracias a su “buena estrella”.

5. Gobernante de Michoacán

El 1º de abril de 1928 fue nombrado general de división. Ese mismo año fue
postulado como candidato al gobierno del estado de Michoacán y emprendió una
intensa campaña pueblo por pueblo y rancho por rancho, a pesar de que era
aspirante único al cargo. Desde muy joven mostró una tendencia natural a conocer
personalmente los lugares y la gente, y a tejer redes de amistad, favores y
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protección en donde actuaba, esta conducta le sería de gran utilidad para sus
propósitos políticos; así se comportaría como gobernador, secretario de estado,
candidato presidencial, presidente y expresidente.

Ejerció el gobierno entre septiembre de 1928 y septiembre de 1932, con algunos


periodos de licencia para desempeñar temporalmente otros cargos políticos.

Como gobernador, a cambio de dejar las armas, ofreció amnistía a los cristeros
sublevados por la iglesia católica que pretendía impedir la aplicación de los
artículos 3º, 27 y 123 de la Constitución, lo que debilitó la rebelión cristera en
Michoacán.

Para obtener apoyo popular


activo para las reformas sociales
que se proponía realizar, se
dedicó a escuchar al pueblo, en
especial a los grupos más
pobres; estimuló la formación de
agrupaciones obreras y
campesinas; unificó y reorganizó
a las fuerzas políticas, e impulsó,
con el lema “Unión, Tierra,
Trabajo”, la creación de la
Confederación Regional
Michoacana del Trabajo, que
agrupó a la mayoría de
campesinos y obreros de la entidad en más de cuatro mil comités y cien mil
miembros; también promovió la organización de los maestros para que se
convirtieran en los agentes de la transformación social. Por otra parte, para dar
mayor fuerza a las comunidades frente a los grandes propietarios que se resistían
al fraccionamiento de las tierras, creó ocho nuevos municipios. Y decretó la Ley 75
de expropiación por causa de utilidad pública que luego fue anulada por el Poder
Legislativo federal a iniciativa del presidente Ortíz Rubio.

El 8 de diciembre de 1933, Cárdenas inició en Querétaro una exhaustiva campaña


que llegó a los lugares más apartados, nunca antes visitados por un candidato a la
presidencia: “Yo soy quien debe ir a ellos, ya que ellos no pueden venir a mí”. Casi
sin dormir recorrió casi 27,000 kilómetros escuchando a la gente para entender
sus problemas y obtener apoyo para las reformas que se proponía realizar, ahora
en el país. Viajó por todos los medios de transporte disponibles en la época, aun a
pié. Y usó todo tipo de propaganda para hacer llegar su mensaje, desde la radio y
el cine, hasta los botones, carteles y banderines. Su lema de campaña fue
"Trabajadores de México, uníos". Terminó su gira en Durango, desde donde dirigió
un mensaje la víspera de la jornada electoral por la XEFO, estación del PNR que
había cubierto toda su campaña.

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Al celebrarse las elecciones el 4 de julio de 1934, Cárdenas emitió su voto
personal a favor de Tomás Garrido Canabal. Los resultados electorales fueron de
2,225,000 votos para Cárdenas del PNR (98.19%); y para Antonio I. Villarreal de la
CRPI, sólo 24,395, el 1.07% de la votación. Cifras aun menores correspondieron a
Adalberto Tejeda del PSI con 16,037 votos y a Hernán Laborde del PCM con 569
votos. Los candidatos derrotados denunciaron fraudes e irregularidades cometidos
por el PNR, pero su protesta no tuvo mayor trascendencia

6. Sexenio Presidencial
El gobierno de Cárdenas se inició en un ambiente internacional marcado por la
depresión económica y la posibilidad de una nueva conflagración mundial. En
primer lugar, la depresión provocó, a nivel general, la intervención económica y
social del Estado a favor del bienestar social de las masas empobrecidas por la
crisis de 1929, intervención que coincidió con la ideología de la Revolución
Mexicana de que el Estado debía ser un instrumento de progreso y de justicia
social, con lo cual disminuyó la sospecha de que en México dominaba el
“bolcheviquismo”; además, la contracción de los mercados internacionales, obligó
a los países exportadores como el nuestro, a basar más su crecimiento económico
en la expansión de su mercado interno. En segundo lugar, la “política del buen
vecino” de los Estados Unidos que privilegiaba la negociación sobre la fuerza, así

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como la inminencia de una nueva guerra mundial permitió mayor libertad de
maniobra a los gobiernos nacionalistas que pretendían recuperar sus recursos
naturales para sus naciones, pues alejaba la posibilidad de una respuesta armada
de parte de las potencias afectadas, las cuales, en ese momento, estaban más
ocupadas en prepararse para un esfuerzo bélico de dimensiones mundiales. En
tercer lugar, la situación estratégica de México respecto a Estados Unidos, motivó
la injerencia del nazifascismo en los asuntos internos de México mediante el
patrocinio de movimientos de derecha que buscaban derrocar al gobierno
cardenista y sustituirlo por otro más afín a los intereses del Tercer Reich.

En lo interno, la población de 16
millones era predominantemente
rural y analfabeta y la propiedad de
la tierra había cambiado poco con
la revolución, pues de 131 millones
de hectáreas laborales, más de 70
millones correspondían a 2000
predios de 10,000 hectáreas, de
modo que un poco más de 13,000
hacendados, muchos de ellos
extranjeros, disponían de más del
83% de la tierra, que en grandes
extensiones no se cultivaba o
trabajaba primitivamente. El
crecimiento económico era
negativo, el desempleo se había
agravado por el regreso a México
de más de 70,000 trabajadores
despedidos en Estados Unidos por
la crisis de 1929. El descontento
social, la agitación obrera, las
huelgas y los frecuentes
levantamientos de campesinos que
demandaban la tierra,
encaminaban al país al desorden y
la violencia.

El 30 de noviembre de 1934, Cárdenas, vestido sencillamente (sin jacquet ni


sombrero de copa, como era costumbre), asumió el cargo de presidente de la
República, en su mensaje inicial señaló: “La revolución Mexicana ha seguido,
desde su origen y a través de su historia, un anhelo de justicia social…Tengo
presentes de una manera indeleble las impresiones que durante mi campaña
electoral pude recoger: profundas desigualdades e inicuas injusticias a que están
sometidas grandes masas de trabajadores y muy particularmente los núcleos
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indígenas… Nada puede justificar con más elocuencia la larga lucha de la
Revolución Mexicana, como la existencia de regiones enteras en las que los
hombres de México viven ajenos a toda civilización material y espiritual, hundidos
en la ignorancia y la pobreza más absoluta, sometidos a una alimentación, a una
indumentaria y a un alojamiento inferiores impropios de un país que, como el
nuestro, tiene los recursos materiales suficientes para asegurar una civilización
justa.”

Antes de terminar el año de 1934, reformó el Poder Judicial: suprimió la


inamovilidad de los magistrados y estableció que duraran en el cargo sólo seis
años.

En lugar de vivir en el castillo de Chapultepec (que hizo museo), acondicionó el


antiguo rancho de La Hormiga para convertirlo en la residencia presidencial de los
"Los Pinos". Abrió las puertas del Palacio Nacional a campesinos y obreros, e
instaló un telégrafo para que cualquier ciudadano pudiera comunicarse con el
presidente. Recorrió varias veces el país (más de 80 mil kilómetros): “Las jiras de
gobierno tienden a despertar el espíritu cívico de las masas y crear la acción
conjunta entre los núcleos sociales, autoridades municipales, locales y la
Federación para satisfacer las necesidades seculares”. Usó la radio para informar
de sus acciones; fue el primer presidente que leyó de pié y completo su informe de
gobierno ante el Congreso de la Unión y el primero también que dio el “Grito” en
Dolores, Guanajuato, el 15 de septiembre de 1940.

6.1 Reforma Agraria


En el norte, llevó a cabo la Reforma agraria, planeada originalmente por Emiliano
Zapata. Este reparto es considerado por muchos como el más grande del siglo en
la historia de México. Durante el sexenio del general Lázaro Cárdenas del Río
fueron repartidas 18 millones de hectáreas a las comunidades y ejidos. De esta
manera, aumentó a 25 millones de hectáreas la cantidad de tierras en el sector
social (es decir, las parcelas que se encontraban fuera del régimen de propiedad
privada). El objeto del reparto agrario lanzado durante el gobierno de Cárdenas
buscaba no sólo la satisfacción de una demanda popular plasmada en la
constitución de 1917, sino la formación de pequeñas unidades productivas, con
capacidad de autosuficiencia alimentaria.

La unidad básica del modelo de reforma era la conformación de ejidos. Se trata de


una dotación de tierras que eran entregadas a un núcleo de población para que
las aprovecharan de la manera que consideraran conveniente. Cada ejido estaba
regulado por un órgano interno llamado Comisaría Ejidal, integrada por los
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titulares de la dotación (generalmente hombres) que elegían a un presidente y una
mesa directiva. La Comisaría Ejidal tenía la facultad de representar a los
ejidatarios en los trámites gubernamentales. Dado que al final de la Revolución y
la guerra Cristera, la mayor parte del país estaba en la ruina económica, el
gobierno de Cárdenas creó el Banco Nacional de Crédito Ejidal (Banjidal)
destinado a capitalizar a los núcleos ejidales.

Además de la repartición de tierras y el financiamiento monetario, la reforma


agraria del Cardenato incluía el establecimiento de un sistema educativo que
permitiera la formación de profesionistas técnicos que ayudaran al desarrollo de
los ejidos. Por ello, asociados a los núcleos ejidales, se crearon escuelas donde
los niños y jóvenes debían adquirir conocimientos sobre agricultura, ganadería y
aquellas otras actividades específicas que permitiera el medio ecológico. En ese
sentido, la reforma agraria llevada a cabo durante el sexenio de 1934-1940 se
diferenciaba de la implementada por los gobiernos anteriores, para quienes todo
se limitó a la dotación de tierra a individuos dedicados a la agricultura a pequeña
escala. Lo que la Secretaría de Agricultura se planteaba en la segunda mitad de la
década de 1930 fue la creación de centros agrícolas competitivos.

Sin embargo, el plan de formación técnica, como el financiamiento, no pudieron


llegar a resarcir el rezago del campo mexicano totalmente. El plan del Cardenato
sólo funcionó en ciertas regiones, aquellas que como la Comarca Lagunera o el
valle del río Yaqui contaban con riego y tierras fértiles. Por otro lado, aunque el
reparto de tierras durante el gobierno de Cárdenas fue el mayor de la historia de
México, no disminuyó significativamente la dimensión de las tierras en pequeña y
mediana propiedad, y de los latifundios. Durante el siguiente período (1940-1946),
el reparto agrario fue frenado y se emprendió una "contrarreforma" agraria,
despojando nuevamente de las tierras recién obtenidas a algunos ejidos, para
enajenarlas.

6.2 Expropiación petrolera


La noche del viernes 18 de marzo de 1938, el general Lázaro Cárdenas comunicó
ante los medios de comunicación la expropiación petrolera, que consistía

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básicamente en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías
extranjeras para convertirse en propiedad de los mexicanos.

En aquel histórico decreto del general Cárdenas, se quitó la explotación del


petróleo a compañías como Mexican Petroleum Company of California, Compañía
Mexicana de Petróleo “El Águila” y la Compañía Exploradora de Petróleo la
Imperial SA.

Esto señalan los artículos del decreto:

Artículo 1. Se declaran expropiados por causa de utilidad pública y a favor de la


Nación, la maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de
almacenamiento, vías de comunicación, carrostanque, estaciones de distribución,
embarcaciones y todos los demás bienes muebles e inmuebles de propiedad de la
Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S.A., Compañía Naviera de San
Cristóbal, S.A., Compañía Naviera San Ricardo, S.A., Huasteca Petroleum
Company, Sinclair Pierce Oil Company, Mexican Sinclair Petroleum Corporation,
Stanford y Compañía, S. en C. Penn Mex Fuel Company, Richmond Petroleum
Company de Mexico, California Standard Oil Company of Mexico, Compañía
Petrolera el Agwi, S.A., Compañía de Gas y Combustible Imperio, Consolidated Oil
Company of Mexico, Compañía Mexicana de Vapores San Antonio, S.A., Sabalo
Transportation Company, Clarita, S.A. y Cacalilao, S.A., en cuanto sean
necesarios, a juicio de la Secretaría de la Economía Nacional para el
descubrimiento, captación, conducción, almacenamiento, refinación, y distribución
de los productos de la industria petrolera.

Artículo 2. La Secretaría de la Economía Nacional, con intervención de la


Secretaría de Hacienda como administradora de los bienes de la Nación,
procederá a la inmediata ocupación de los bienes materia de la expropiación y a
tramitar el expediente respectivo.

Artículo 3. La Secretaría de Hacienda pagará la indemnización correspondiente a


las Compañías expropiadas, de conformidad con lo que disponen los artículos 27
de la Constitución y 10 y 20 de la Ley de Expropiación, en efectivo y en un plazo
que no excederá de 10 años.

Los fondos para hacer el pago los tomará la propia Secretaría de Hacienda del
tanto por ciento que se determinará posteriormente de la producción del petróleo y
sus derivados, que provengan de los bienes expropiados y cuyo producto será
depositado mientras se siguen los trámites legales, en la Tesorería de la
Federación.

Artículo 4. Notifíquese personalmente a los representantes de las Compañías


expropiadas y publíquese en el Diario Oficial de la Federación (…).

19
La Expropiación Petrolera marcó la historia de México e inició una nueva forma de
administrar y suministrar el petróleo mexicano.

Sin embargo, después la iniciativa privada ganaría una batalla al ganar contratos
del gobierno.

En la ley reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, promulgada por Lázaro


Cárdenas en 1940, se establece que “podrá (n) celebrarse contratos con los
particulares, a fin de que estos lleven a cabo por cuenta del gobierno federal, los
trabajos de exploración y explotación, ya sea mediante compensaciones en
efectivo o equivalentes a un porcentaje de los productos que obtengan”.

Los denominados contratos de riesgo quedaron prohibidos en 1960 y se agregó


en la ley reglamentaria la prohibición expresa de los pagos con un porcentaje de la
producción.

7. La educación en su sexenio

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Respecto a la educación, los diputados y senadores del PNR, en cumplimiento de
los acuerdos de su convención, iniciaron la reforma
al Artículo 3º Constitucional para implantar la
educación socialista cuando ocupaba la
presidencia de la República Abelardo L. Rodríguez.
Cárdenas, al igual que otros revolucionarios,
pensaba que al desarrollarse el proyecto de la
Revolución a plenitud, se llegaría a un sistema y a
una sociedad socialistas, por eso puso en práctica
la reforma. Ya como presidente electo manifestó:
“El mismo hecho de que el clero y sus aliados
muestren inquietud y hagan oposición a la idea de
la escuela socialista, es la mejor prueba de que
satisface un ideal de la Revolución y de que
debemos apoyarla vigorosamente”.

Y así lo hizo para combatir el fanatismo, ya como


presidente en funciones, a pesar de la oposición del clero que estimuló a los
campesinos a agredir a los maestros, desorejándolos e inclusive matándolos como
sucedió en San Felipe, Guanajuato. También mediante la llamada educación
socialista promovió la formación de una conciencia nacionalista y progresista en la
niñez mexicana, así como poner a la educación al lado de las clases trabajadoras.

En 1936 la SEP distribuyó dos series de libros de lectura para los alumnos de
primaria: Simiente, para alumnos de escuelas rurales, y Serie SEP, para alumnos
de escuelas urbanas, ambos enfocados en valores científicos, de racionalidad,
laicismo, inconformidad, cambio social, nacionalismo y anticapitalismo, que
necesitaba la Revolución. Y que sustituyeron el libro Rosas de la infancia, con
tomos del segundo al sexto año, de María Enriqueta Camarillo (el “Ángel del
Hogar”), que enfilado a niños ricos y urbanos, que durante décadas ofrecía valores
centrados en la obediencia, en el catolicismo y en general, en el conservadurismo
social.

Además, fundó el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de


Antropología e Historia, la Escuela Nacional de Educación Física, el Consejo
Técnico de Educación Agrícola, el Departamento de Asuntos Indígenas, el
Departamento de Educación Obrera, las escuelas Artículo 123 y celebró el Primer
Congreso Indigenista Interamericano en Pátzcuaro.

21
8. Conclusiones

La vida en México en los años correspondientes al periodo gubernamental (1934-


1940) del presidente Cárdenas, cuyos momentos estelares fueron la expulsión del
Jefe Máximo, la distribución de las haciendas entre los peones de las mismas, la
expropiación de los bienes de las compañías petroleras y la inmigración masiva de
españoles, se caracterizó, en lo demográfico, por poblacionista; en lo económico,
por industrializador, nacionalista y bisectorial (público y privado); en lo social, por
agrarista, indigenista y obrerista; en la política interior, por un presidencialismo
puro y patriarcal; en la política exterior, por antiimperialista pro-aliado; en lo
cultural, por la educación socialista, la literatura y el arte populacheros y la ciencia
asumida con profesionalización y especialización sin antecedentes. Se distinguió
de sus inmediatos antecesores por haber suprimido la persecución religiosa… (el
pueblo) si bien fue incomodado en sus costumbres seculares, aceptó, coreó, se
hizo una con varias de las reformas propuestas por Tata Lázaro.

Para la izquierda, el cardenismo representa un legado de mucha importancia; de


hecho se identifica con lo que se ha caracterizado como ‘nacionalismo
revolucionario’, es decir, una política de defensa de la soberanía nacional y de las
tradiciones propias del pueblo mexicano, basada en una gran convergencia de
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fuerzas populares y nacionalistas, una alianza entre diversos sectores y clases de
la sociedad, que se suman a un combate por la defensa de la nación y por el
bienestar social y material de las distintas capas del pueblo.

Para su hijo Cuauhtémoc (Cárdenas por Cárdenas) el sexenio de su padre fue


“una vida de servicio a México, a las causas de la soberanía nacional, las
reivindicaciones agrarias y de los pueblos indígenas, la autodeterminación, la
equidad y el progreso, a un internacionalismo justo y fraterno, todo ello en el
marco de los principios avanzados de la Revolución Mexicana.... una vida de
enseñanzas en cuanto a cómo conducirse en todo momento y circunstancia con
apego a principios, cómo hacer política, cómo hacerla dentro y fuera del poder,
cómo comportarse frente a débiles y poderosos, manteniéndose siempre
congruente respecto a lo que se sostiene públicamente... además, que aportó una
gran riqueza ideológica sobre la que bien pudiera llamarse la doctrina avanzada
de la Revolución Mexicana... planteamientos no sólo para su época, sino también
fundamentales para las luchas emancipadoras, progresistas y democráticas de
hoy día y del mañana”.

Al término de su periodo, Cárdenas escribió en sus Apuntes: “Me esforcé por


servir a mi país y con mayor empeño al pueblo necesitado. Cancelé muchos
privilegios y distribuí una buena parte de la riqueza que estaba en pocas manos”.

9. Recomendaciones

En lo personal me intereso aún más el tema al ver varios videos sobre su vida
como es el de “Lázaro Cárdenas: Crónica de la Expropiación- Paco Ignacio Taibo
ll (Documental completo) Cual URL es:
https://www.youtube.com/watch?v=y1aoGC3RlEg

Y otro video que se titula Lázaro Cárdenas Entre el Pueblo y el Poder -- Sexenio --
Sexenios Enrique krauze –Completo cual URL es:
https://www.youtube.com/watch?v=6CgGalkkUsM

10. Referencias

23
- Mario Morales Mora. (2009). Lázaro Cárdenas Del Rio; Un mexicano de
tres siglos. 2009, de Cámara de Diputados Sitio web:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/muro/pdf/cardenas_perfil.pdf

- Marjorie Becker. (1995). Poniendo a la Virgen en el fuego: Lázaro


Cárdenas, campesinos de Michoacán y la Redención de la Revolución
Mexicana. De Berkeley: Prensa de la Universidad de California

- Adolfo Gilly. (2001). El cardenismo; Una utopia mexicana. Mexico: Era.

- Olivia Gall Sonabend. (2012). Trosky en Mexico y la vida politica en tiempos


de Lazaro Cardenas. UNAM: Itaca.

- Luis Gonzales y Gonzales. (2003). Los dias del precidente Cardenas .


Mexico: El Colegio de México.

- Doralicia Carmona Dávila. (2017). Lazaro Cardenas Del Rio. 2017, de


Memoria Politica de México Sitio web:
http://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/CRL95.html

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