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SISTEMA CASUAL LATINO

Distinción entre casos sintácticos y casos léxicos desde el punto de vista de la gramática
estructural

PLANTEAMIENTO PRINCIPAL DE LA SINTÁXIS ESTRUCTURAL RESPECTO A LA SINTAXIS


FUNCIONAL

La distinción entre los casos gramaticales o sintácticos y los casos léxicos o semánticos
es un punto importante en la gramática moderna. La encontramos en la llamada gramática
estructural y también en la gramática funcional o semantista.

La gramática estructural se plantea si los casos, desde el punto de vista semántico,


añaden algún matiz al significado de la palabra o si, por el contrario, su función es
exclusivamente sintáctica o relacional, es decir, si un nombre, por el mero hecho de ir en un
caso (nominativo, acusativo, etc.), recibe algún significado o matiz semántico nuevo que no
figura en el diccionario. Este planteamiento surge del hecho de que toda lengua tiene
categorías léxicas, que son las llamadas clases de palabras (nombre, pronombre, adverbio,
etc.), que cuentan con funciones gramaticales o sintácticas propias (sujeto, complemento
directo, etc.), de manera que la cuestión principal está en determinar si los casos son
categorías léxicas, funciones sintácticas o ambas cosas a la vez.

Entre los propios estructuralistas las fronteras no están claras: algunos (como Hjemslev
y Jakobson ) pensaban tajantemente que todos los casos son de naturaleza semántica. Otros,
como De Groot y Lisardo Rubio, piensan que unos casos son semánticos, otros léxicos y otros
ambas cosas a la vez. De Groot, en efecto, adopta una actitud intermedia: para él todos los
casos tienen función sintáctica, excepto el vocativo; en cuanto al resto, algunos sólo tienen
función sintáctica (nominativo, acusativo y genitivo) y otros, tienen tanto valores semánticos
como función sintáctica (dativo y ablativo). Lisardo Rubio, partiendo del criterio de las
transferencias funcionales y transferencias semánticas, viene a concluir de manera similar: el
nominativo y el acusativo no suponen ni transferencia funcional ni transferencia semántica; el
genitivo supone transferencia funcional -en tanto que el nombre se convierte funcionalmente
en adjetivo-, pero no transferencia semántica; el dativo y el ablativo suponen transferencia
funcional -ya que los nombres en estos casos se convierten, por el mero hecho de ir en ellos,
en complementos indirectos o circunstanciales- y suponen también transferencia semántica -
ya que los nombres en dativo y en ablativo designan al destinatario y la circunstancia externa
respectivamente-.

En definitiva, los estudios modernos de gramática (estructurales y funcionales), en su


análisis de los constituyentes de la oración, han distinguido claramente entre funciones
sintácticas y funciones semánticas. La gramática funcional ha intentado separar unas de otras:
una cosa es la función sintáctica de sujeto, objeto y complemento, y otra cosa es la función
semántica de Agente, Paciente, Destinatario, etc. La gramática estructural también distinguió
entre sintaxis y semántica, pero aplicando esta distinción a los casos en los que pueden
aparecer los nombres (nominativo, acusativo y genitivo): hay casos que son sintácticos y casos
que, aparte de su función sintáctica, tienen también valores semánticos, es decir, casos que
significan algo por el mero hecho de ser tal caso: el dativo, interés; el ablativo, circunstancia
externa, etc.

Los casos puramente gramaticales o sintácticos dependen más de la construcción y del


tipo del verbo; los casos que tienen significado por sí mismos, son más independientes y
pueden unirse a cualquier verbo u oración, ya que no necesitan de una construcción
determinada para tener el valor que tienen por sí mismos.

Por consiguiente, vemos que el objeto de la sintaxis estructural es el estudio de la frase


como un conjunto organizado, cuyos elementos constitutivos son las palabras. Toda palabra
que forma parte de una frase deja de estar aislada como en el diccionario; entre ella y sus
vecinas el espíritu percibe conexiones, cuyo conjunto constituye el armazón de la frase.
Construir una frase es establecer un conjunto de conexiones y comprender una frase es
percibir el conjunto de conexiones que en ella operan. De esta manera, la noción de conexión
constituye la base de toda sintaxis estructural.

Por último, debemos recordar que las conexiones estructurales establecen entre las
palabras relaciones de dependencia. Cada conexión une, en principio, un término superior y
uno inferior. El término superior recibe el nombre de regente o subordinante . El inferior el de
regido o subordinado. Por ejemplo, en la frase Caesar pugnat, Caesar es el elemento
subordinado y pugnat el subordinante.

Una palabra puede ser a la vez subordinada de un término superior y regente de uno
inferior. En la frase Meus amicus pugnat, amicus es elemento subordinado de pugnat y
subordinante de meus.

Así pues, el conjunto de palabras de una frase constituye una jerarquía , y el estudio
de una frase es esencialmente el estudio de la jerarquía de sus conexiones, es decir, de su
estructura.

En principio, un término subordinado sólo puede depender de un solo término


regente. AI contrario, un término subordinante puede regir a varios términos subordinados.
Por ejemplo, meus amicus pugnat strenue.

Por consiguiente, el orden estructural es aquel según el cual se establecen las


conexiones. Estas son múltiples, puesto que cada regente puede regir varios subordinados.

BIBLIOGRAFÍA

De Groot, W. (1939) "Les oppositions dans les systèmes de la syntaxe et des cas", en Mélanges
de Linguistique offerts à F. De Saussure, Ginebra.

(1948) "Structural linguistics and word-classes", Lingua, I, pp.427-500.


Dik, S.C. (1978) Functional Grammar, Amsterdam.

Pinkster, H. (1995) Sintaxis y semántica del latín, Madrid.

Sánchez Salor, E. (2001) "Casos sintácticos y casos léxicos. Tradición gramatical", Revista de
Estudios Latinos (RELat), 1, pp.55-75.

Rubio, L. (1966) Introducción a la sintaxis estructural del latín, 2 vols., Barcelona.

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