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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

PONENCIA DE BRANDOM
JORGE ALEXANDER BURGOS A.
432816

RAZONAMIENTO PRACTICO: PASO INFERENCIAL DE COMPROMISOS


DOXÁSTICOS A COMPROMISOS PRÁCTICOS

En este ensayo intentaré exponer los pasos que Brandom sigue en la Sec. IV Cap. V del
libro Hacerlo explicito, para mostrar el paso inferencial que realiza de compromisos
doxásticos a compromisos prácticos, y el papel normativo que cumple el razonamiento
práctico en este proceso.
Brandom inicia afirmando que el juego de dar y pedir razones de acciones sólo es
posible en el contexto de las prácticas de hacer y defender afirmaciones, y el papel que
cumple el razonamiento práctico en este paso inferencial aparece, por un lado en el de
las circunstancias de la adquisición de compromisos normativos prácticos (en el que se
requieren compromisos doxásticos como premisas), y por otro lado en el de las
consecuencias de adquisición de compromisos normativos prácticos. Brandom sostiene
que demostrar la legitimación que forma parte de la aceptación de un compromiso de
actuar es mostrar una justificación, esto quiere decir, formular una cadena o secuencia
adecuada de un razonamiento práctico en el que el compromiso figura como conclusión.
Este dar y pedir razones de acciones significa hacer inteligible tanto nuestra conducta
como la de los demás, así como mostrar que esa conducta es racional a partir de
inferencias prácticas. Según Brandom, una realización deberá ser considerada como
acción al ser tratada en principio como algo de lo que es posible pedir una razón, pues
no todo lo que realiza un actor es una acción, como se verá más adelante. Brandom
sostiene que las acciones son lo que los actores hacen intencionalmente, por lo que
actuar intencionalmente debe ser entendido como realizar algo de manera no inferencial,
que representa el reconocimiento de un compromiso práctico (este reconocimiento de
un compromiso práctico puede ser entendido como la intención con la que se realiza una
acción). Según Brandom, se puede actuar con una razón pero no intencionalmente, y
sólo es posible actuar intencionalmente si se actúa por una razón, si bien, también es
posible actuar intencionalmente sin una razón.
Por otro lado, Brandom afirma que sólo los seres racionales pueden ser actores, aún
cuando existan también acciones irracionales (por ejemplo, cuando se actúa sólo por
impulsos). Según Brandom, en su contexto normativo, las acciones irracionales son
intencionales cuando se asumen compromisos prácticos y las acciones son sólo
irracionales cuando el actor no está legitimado para el compromiso práctico, ya sea
porque tiene una razón más fuerte para realizar algo que no es compatible con el
compromiso o porque simplemente no tiene razones para actuar. Y puesto que estar
legitimado para un compromiso práctico requiere tener una razón para realizar un
acción, sólo se atribuyen compromisos prácticos a seres que son tratados como
racionales.
Brandom considera que para cualquier compromiso discursivo se requiere una
responsabilidad condicional de demostrar la legitimación de tal compromiso, y en el
caso específico de los compromisos prácticos se adopta la forma de una responsabilidad
de justificación, pues sólo a partir de la comprensión y el entendimiento de esta
responsabilidad de justificación las acciones pueden tener la significación de expresar
una intención o el reconocimiento de un compromiso práctico.
Brandom considera tres patrones de razonamiento práctico, y para ello propone tres
secuencias del mismo, las cuales son:

) Sólo abriendo mi paraguas no me mojaré, por lo tanto voy a abrir mi paraguas.


) Soy un empleado del banco y voy al trabajo, por lo tanto voy a ponerme una
corbata.
) Repetir la habladuría podría perjudicar a alguien sin que haya motivo, por lo
tanto no voy a repetir la habladuría.

Brandom se remite al enfoque tradicional de Davidson para concebir este tipo de


inferencias, que van de premisas doxásticas a conclusiones prácticas. Davidson sostiene
en su propuesta que para comprender cómo una razón de cualquier tipo hace racional
una acción, es necesario y suficiente ver cómo se construye una razón primaria, esto es,
que para saber cómo un compromiso doxástico puede racionalizar un compromiso
práctico debemos poder entender cómo se construye una razón primaria, que él define
como una pareja que está por compuesta por una convicción y por lo que él que llama
una pro-actitud. Davidson considera que las inferencias como () () y () son
entimemas en los que se ha omitido alguna premisa para la posible corrección de la
inferencia. Así, las premisas omitidas para cada inferencia serían, respectivamente:

a) No he de mojarme (o no deseo mojarme),


b) Los empleados del banco están obligados a llevar corbata, y
c) Es incorrecto perjudicar a alguien sin motivo.

Según Davidson, las pro-actitudes deben estar incluidas en las razones primarias para
superar la distancia entre lo que uno cree y lo que decide hacer.
Brandom frente a esto, dice que la relación entre () () y () por un lado, y entre a, b y
c por el otro, no debe concebirse como entimemas y sus respectivas premisas omitidas,
sino como la relación entre inferencias materialmente correctas y sus condicionales,
cuya adición como premisas a las inferencias las convertirían en formalmente correctas.
Así los condicionales deben tratarse como premisas que hacen explícito lo que se
encuentra implícito en la afirmación de las inferencias. La afirmación a, b y c lo mismo
que p  q podría entenderse como la codificación de compromisos inferenciales de tipo
práctico material. Brandom sostiene que las inferencias prácticas ejemplificadas con ()
() y () no requieren de un complemento para ser correctas, pues los compromisos
inferenciales implícitos en la aprobación de tales inferencias pueden hacerse explícitos
en forma de afirmaciones.
Brandom pone un caso en el que alguien enjuicia la corrección de la inferencia práctica
de () en un lenguaje primitivo que no permite formular (a). Supone que el controlador
de la puntuación que enjuicia el razonamiento práctico atribuye a alguien un
compromiso con la premisa de () con una legitimación para dicho compromiso (y no
sólo una motivación). El punto al que Brandom quiere llegar es si el compromiso
doxástico que sirve como premisa es inferencialmente atribuible al compromiso práctico
que sirve como conclusión. Y si es así, esto significa atribuirle implícitamente a un
interlocutor en particular un deseo (específicamente, el deseo no mojarse). Lo cual
quiere decir, que si el compromiso inferencial que apoya esta cadena de razonamiento
práctico es tal como lo expresa (a), entonces () es simplemente una parte de toda una
secuencia de inferencias que se sostienen así mismas o se caen juntas. Por ejemplo, si
alguien considerara () como preservación de una legitimación, también debería
conceder el mismo estatus a:
(¨) Sólo si me pongo debajo del toldo no me mojaré, por tanto, voy a ponerme
debajo del toldo.
(¨¨) Sólo si me quedo dentro del coche no me mojaré, por tanto, voy a
quedarme dentro del coche.

La atribución implícita de un deseo (en este caso el de no mojarse) es considerar a este


tipo de inferencias como preservadoras de la legitimación para un individuo. No
obstante, pueden haber inferencias preservadoras de legitimación que se disputen entre
sí, dado que estas inferencias, ya sean doxásticas o prácticas, pueden legitimar a alguien
para conclusiones incompatibles (si bien después de que un interlocutor se haya
comprometido con una de ellas, la aceptación del compromiso elimina cualquier
legitimación que pueda haber tenido para formular afirmaciones incompatibles). Por lo
cual, la aprobación de este tipo de inferencias como preservadora de la legitimación
para un individuo, no requiere la atribución de un compromiso práctico expresado en la
conclusión, en el caso en que se le atribuye un compromiso con una premisa de la forma
correspondiente. Según Brandom, esta es otra manera de decir que incluso en presencia
del deseo, una convicción no debe llevar a la formulación de una intención, pues puede
haber, como se ha mencionado, deseos incompatibles u otras consideraciones en juego
que impiden la atribución de un compromiso práctico. El punto central que se juzga
aquí, es que un entimema puede ser una inferencia motivada pero no legitimada, esto es,
puede ser un patrón de razonamiento práctico para una acción con una razón pero no
por una razón.

Por último, Brandom termina sosteniendo que entender una inferencia práctica como
conservadora de una legitimación es asumir las premisas doxásticas como razones para
conclusiones prácticas, y que si se presenta una secuencia de razonamiento práctico
correcto en el cual la conclusión es una intención, se muestra que la intención y la
eventual acción que se produce, son racionales. Así, si las correcciones de las
inferencias prácticas que articulan el espacio de dar y pedir razones se hacen explícitas
como afirmaciones, entonces estas inferencias prácticas adoptan la forma de normas, es
decir, del “debe” racional, ya sea prudencial, social o incondicional, pues el propósito de
Brandom es mostrar que en el contexto de control de puntuación se pueden coordinar
diversos tipos de normas de forma coherente con diversos patrones de aprobación de
inferencias prácticas.

Hasta el momento intenté exponer algunos de los pasos que sigue Brandom, intentando
parafrasearlos, para explicar el paso inferencial de los compromisos doxásticos a los
compromisos prácticos y la influencia del razonamiento práctico en este proceso
inferencial. Sin embargo, es probable que haya omitido pasos en la línea argumentativa
debido a la incomprensión de algunas partes y la dificultad que tuve para hallar una
conexión rigurosa entre algunos argumentos, si bien creo que algunas de estas
omisiones o imprecisiones de parte mía pueden dar pié para algunas discusiones.

Bibliografía

* Brandom, Robert. Hacerlo explícito, Cap. IV, Sec. V. Ed. Herder.

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