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El Purgatorio es el segundo de los tres cantos de La Divina Comedia de Dante Alighieri.

Lo
antecede el del Infierno y le sigue el del Paraíso. El Purgatorio de Dante se divide en
Antepurgatorio, Purgatorio y Paraíso terrestre. La estructura moral del Purgatorio sigue la
clasificación tomística de los vicios del amor mal dirigido, y no hace referencia a culpas
específicas. Se divide en siete giros, en las cuales se expían los siete pecados capitales:
soberbia, envidia, ira, pereza, avaricia, gula, lujuria. Al pie de la montaña se encuentra el
Antepurgatorio, y en la cima el Paraíso terrestre. Su estructura es especular a la del Infierno,
pues si aquel es un abismo este es una montaña, y el orden de las penas sufre un giro de
ciento ochenta grados: el camino de Dante va del pecado más grave al más leve (que es la
lujuria, o amor que se excede en la medida). Cada giro tiene un custodio angélico, y
precisamente los ángeles de la humildad, de la misericordia, de la mansedumbre, de la
solicitud, de la justicia, de la abstinencia y de la castidad; en cada giro, además, los que expían
las culpas tienen ante sí ejemplos del vicio castigado y de la virtud opuesta. En la entrada del
Paraíso terrestre, Virgilio debe separarse del poeta. Como guía en esta parte Dante tendrá al
poeta latino Estacio, quien lo conducirá al jardín celeste, donde lo acogerá Matelda, quien es
una anticipación de la aparición de Beatriz. Las almas del Purgatorio ya están salvadas, pero
antes de llegar al Paraíso, para expiar sus pecados deben subir la montaña como hacían en los
tiempos de Dante los peregrinos que se dirigían hacia Roma o Santiago de Compostela para
hacer penitencia. Cada alma debe por consiguiente recorrer todo el camino y purificarse en
cada giro del pecado correspondiente. Para facilitar su encuentro con determinados
personajes, el autor los coloca en el giro de su pecado más relevante. El Purgatorio tiene la
función específica de expiación, reflexión y arrepentimiento, y es solo a través del camino, es
decir de la peregrinación hacia Dios, que el alma puede aspirar a la redención. Esto también
vale para Dante, quien al principio tiene grabadas en la frente siete P, que simbolizan los siete
pecados capitales. Al final de cada giro el ala del ángel guardián borra una de ellas, indicando
que el pecado específico ha sido expiado. Tras sobrevivir a las profundidades del infierno
(descritas en el Infierno), Dante y Virgilio ascienden hacia la Montaña del Purgatorio en la zona
opuesta del mundo. Se trata de una isla, la única en el hemisferio sur. Dante sitúa el infierno
exactamente debajo de Jerusalén, en una apertura creada por la caída de Satán. El Monte
Purgatorio, exactamente en la zona opuesta del mundo, se creó por el desplazamiento de
tierra que siguió a ese evento.1 Dante anuncia su intención de describir el Purgatorio
invocando a las míticas Musas, como hizo en el Canto II del Infierno:

"y cantaré a aquel segundo Reino,

donde se purifica el espíritu humano,

y se hace digno subir al Cielo.

Resucite aquí, pues, la muerta poesía,

¡oh santas Musas!, pues que soy vuestro,"2

En un sentido alegórico el Purgatorio representa la vida penitente en la concepción cristiana.3


En contraste al barquero Caronte cruzando el Aqueronte en el Infierno, las almas de los
cristianos llegan al purgatorio escoltadas por un ángel, cantando In exitu Israel de Aegypto4
(Canto II). En sus Cartas para Cangrande, Dante explica que esto hace referencia a la salida de
Israel a Egipto referidas ambas acerca de la redención de Cristo y acerca de "la conversión del
alma desde la agonía y la miseria del pecado hacia el estado de gracia."5 Apropiadamente, es
el Domingo de Pascua cuando Dante y Virgilio llegan.6

EL Purgatorio es notable porque muestra el conocimiento medieval acerca de que la tierra era
esférica.7 8 Durante el poema, Dante discute las diferentes estrellas visibles en el hemisferio
sur, la posición alterada del Sol, y las diferentes zonas horarias de la tierra. En este momento
es cuando, según dice Dante, el sol se pone en Jerusalén, y es media noche en el río Ganges
(con la constelación Libra en el cielo occidental), y Aurora en el Purgatorio:

"Ya estaba el sol al horizonte junto

cuyo meridiano círculo cubre

a Jerusalén en su más alto punto,

y la noche, que opuesta a el sol gira,

salía del Ganges con las Balanzas,

de cuyas manos se cae cuando se alarga;

de modo que las blancas y rosadas mejillas

donde yo estaba, de la bella Aurora

por la mayor edad ya eran naranjas."9

AntePurgatorio[editar]

Pia de' Tolomei (La Pia) en una pintura de Stefano Ussi, Canto 5.

Dante y Virgilio se encuentran con Sordello, escultura de Cesare Zocchi, Canto 7.

La puerta del Purgatorio, pintura de William Blake, Canto 9.

En las orillas del Purgatorio, Dante y Virgilio encuentran a Catón, un pagano que ha sido
nombrado por Dios guardián del pie del monte. En la zona baja de la pendiente (llamada
"Antepurgatorio" por los comentadores), ellos llegan a conocer dos clases principales de almas
cuya penitente vida cristiana fue retardado o deficiente: Los excomulgados y los arrepentidos
de forma tardía. Los Primeros son detenidos aquí por un periodo treinta veces largo como su
periodo de contumacia o terquedad. Los segundos incluyen a los demasiado perezosos o
preocupados por su arrepentimiento, y aquellos que se arrepintieron en el último minuto sin
haber recibido formalmente la unción de los enfermos, como resultado de muertes violentas.
Estas almas serían aceptadas en el Purgatorio gracias a su genuino arrepentimiento, pero
tendrían que esperar ahí por un tiempo igual al tiempo que permanecieron en la tierra.

Entre los excomulgados se encuentra Manfredo de Sicilia (Canto III). Entre los perezosos se
encuentra Belacqua, con lo que Dante se encuentra aliviado de encontrarlo aquí y no en el
infierno(Canto IV):

"... Belacqua,

ya más de ti no me conduelo; ..."10

Entre los que no recibieron la última unción se encuentra Pia d'Tolomei de Siena, quien fue
asesinada por su esposo, Nello della Pietra de la Maremma (Canto V):

"Quizá recuerdes que soy La Pia;

Siena me hizo, y desechome Maremma :

saber tienes que quien, cuando casados fuimos, plegaria suya diome

y luego, como alianza nupcial una de sus gemas."11

En esta categoría también esta Sordello, quien como Virgilio, era de Mantua. Cuando Sordello
descubre la identidad del eminente poeta, llega a inclinarse en honor a él. Esto ayuda a
mantener a Virgilio en primer plano dentro del poema, ya que (como residente del Limbo)
Virgilio era el menos calificado como guía aquí que como lo era en el infierno.3 Como
residente del Purgatorio, Sordello está capacitado para explicar la Regla de la Montaña: que
luego de la puesta del sol las almas son literalmente incapaces de seguir escalando más peñas.
Alegóricamente, el Sol representa a Dios, significando que el progreso en la penitente vida
cristiana solo puede llegar a hacerse mediante la Gracia divina3 (del Cantos VI al VII).

Desde que el Sol se pone, Dante sus compañeros se detienen para pasar la noche en un
hermoso valle donde llegan a conocer a personas a quienes sus preocupaciones acerca de sus
deberes públicos y personales obstaculizaron su progreso espiritual, especialmente fallecidos
monarcas como Rodolfo I, Otakar, Felipe el Calvo, y Enrique III (Cantos VII y VIII).

A medida que se acerca la noche, las almas cantan las Completas Salve Regina y Te lucis ante
terminum (otro canto cristiano de aquella época). La hermosa descripción de Dante acerca de
la noche en el valle fue la inspiración de similares pasajes en la obra de Lord Byron Don
Juan:12
Purgatorio, Canto VIII, 1–6 (Longfellow) Don Juan, Canto 3, CVIII, 1–6

Era ya la hora cuando la nostalgia vuelve

a los navegantes y les enternece el corazón

el día que a los dulces amigos han dicho adiós;

y cuando del mar el nuevo peregrino de amor

se acongoja oyendo a lo lejos la esquila

como si el día llorara que se muere;

Dulce momento! tu que mueves los deseos y derrites el corazón

de aquellos que navegan el mar, en el primer día

cuando ellos de sus dulces amigos son alejados;

O cuando llenas de amor al peregrino en su camino

Tal como las camapanas vepertinas lo hacen comenzar,

Pareciendo que llorara la muerte del día que se va;

Caminando desde un sueño, Dante se da cuenta que había sido llevado a la puerta correcta del
purgatorio. Esta puerta tiene tres caminos: Blanco pulido (reflejando la pecaminosidad del
verdadero yo del penitente), Negro (el color del luto, con grietas en forma de Cruz), y Roja
(simbolizando la sangre de Cristo y la restauración de la vida plena o verdadera)13 14 (Canto
IX).

La puerta estaba custodiada por un ángel que usa la hoja de su espada para escribir la letra "p"
(significando peccatum, pecado) siete veces en la frente de Dante, ordenándole "Haz que lave,
cuando esté dentro, estas llagas."15 El ángel usa dos llaves, de plata (remordimiento) y de oro
(reconciliación) para abrir la puerta, siendo ambas necesarias.13

Las nueve gradas del Purgatorio[editar]

Desde la puerta del Purgatorio, Virgilio guía a Dante a través del peregrino sus nueve terrazas.
[17] También es elaborado principalmente a partir de La teología cristiana, y no de las fuentes
clásicas. [18] El núcleo de la clasificación se basa en el amor, con las primeras tres terrazas del
purgatorio en relación con el amor pervertido dirigido a los daños reales de los demás. La
terraza de la cuarta se refiere al amor deficiente (es decir, la pereza o acedia), mientras que las
últimas tres terrazas se relacionan con el amor excesivo o desordenado de las cosas buenas.
[16]
Cada terraza purga un pecado en particular de manera adecuada (aquellos en el purgatorio
pueden dejar voluntariamente su círculo, pero solo lo hará cuando se haya corregido el
defecto dentro de sí mismos que llevaron a cometer el pecado). La estructura de la descripción
poética de estas terrazas es más sistemática que la del Infierno, [19] y se asocia con cada
terraza son una oración apropiada, una bienaventuranza, y los ejemplos históricos y
mitológicos del pecado mortal pertinentes y de su virtud opuesta.

El primer ejemplo de humildad está dado por la Anunciacion. Relieve en la catedral de Auch,
Canto 10.

Primera Grada (La Soberbia)[editar]

Las tres primeras terrazas del Purgatorio están relacionadas con pecados causados por un mal
amor que de alguna forma llega a herir a la persona amada. El primero de estos es el Orgullo.
En la terraza hay almas orgullosas purgando sus culpas, Dante y Virgilio ven hermosas
esculturas expresando humildad, la virtud opuesta. El primer ejemplo es la Anunciación de la
Virgen María, donde ella responde al ángel Gabriel con las palabras Ecce ancilla Dei ("He aquí
la esclava del Señor," Lucas 1:3816 ). Un ejemplo de humildad de la historia clásica es cuando
el emperador Trajano, de acuerdo con una leyenda medieval, en una ocasión paró su jornada
para hacer justicia a una pobre viuda (Canto X).

También asociado con la humildad esta el Padre nuestro:Padre nuestro, que en el cielo
estás,no circunscrito, mas por el más amorque a los primeros efectos allá arriba has.Alabado
sea tu nombre y tu valor

de toda criatura, porque es digno

rendir gracias a tu dulce vapor.

Venga a nosotros la paz de tu reino,

que a ella por nosotros no podemos no,

si ella no viene, con todo nuestro ingenio.

Como de su querer los ángeles tuyos

te ofrecen sacrificio, cantando hosanna,

así también los hombres del suyo.

Danos hoy el cotidiano maná,

sin el cual por este áspero desierto

atrás se vuelve cuando más de ir se afana.


Y como nosotros el mal que hemos sufrido

perdonamos a cada uno, también tú perdona

benigno, y no mires nuestro merecido.

Nuestra virtud que fácilmente se rinde,

no pruebes con el antiguo adversario,

mas líbranos de él, que así la incita."17

La construcción de la Torre de Babel fue para Dante un ejemplo de orgullo. Obra de Pieter
Brueghel el Viejo, Canto 12.

Luego de haber sido introducidos en la humildad, Dante y Virgilio conocen las almas de los
orgullosos, quienes han sido doblados por el peso de enormes piedras en sus espaldas.
Mientras ellos caminan por la terraza, pueden llegar a ver y analizar los ejemplos de humildad
en las esculturas. La primera de estas almas es Omberto Aldobrandeschi, cuyo orgullo está
junto a él en su descenso ("Yo era un Italiano, hijo de un gran Toscano: / mi padre fue
Guiglielmo Aldobrandesco"18 ), aunque está aprendiendo a ser más humilde19 ("Yo / no sé si
habéis oído su nombre"20 ). Oderisi de Gubbio es un ejemplo de orgullo a causa de logros – él
era un reconocido artista por sus manuscritos iluminados.19 Provenzano Salvani, el líder de los
gibelinos sieneses, es un ejemplo del orgullo a causa del poder sobre otros19 (Canto XI).

En el Canto XIII, Dante señala, con "franca auntoconciencia"21 que el orgullo es un defecto en
el:

"yo sufro mucho más la pena debajo;

mi alma ansiosa está, en suspenso; preparada

siento el gran peso de la primera terraza"22

Luego de la conversación con el orgulloso, Dante ve algunas esculturas mucho más alejadas,
estas ilustraban el orgullo mismo. Estas mostraban a Satanás (Lucifer), la Torre de Babel, el rey
Saúl, a Aracne, el rey Roboam, y otros. Luego los poetas acienden a la siguiente terraza, Un
ángel cepilla con sus alas la frente de Dante, borrando la letra "P" (peccatum) correspondiente
al pecado del orgullo, y Dante oye la beatitud Beati pauperes spiritu ("Benditos son los pobres
en espíritu" Mateo 5:323 ) (Canto XII).

El ejemplo de generosidad clásica de Dante es la amistad entre Orestes y Pílades. De acuerdo


con Cicerón De Amicitia, Pilades pretendió ser Orestes para evitarle a este la ejecución que a
este le esperaba, Canto 13.

Segunda Grada (La Envidia)[editar]

La envidia era el pecado que "mira con deseo y repudio la fortuna y riquezas de otros,
tomando cualquier oportunidad para quitarles o privarles de su felicidad" Tal como una de las
almas envidiosas dice::

"Mi sangre estaba hirviendo con tanta envidia, que,

cuando llegaba a ver a un hombre ser feliz,

hubieras podido ver la livides que me invadia."24

Al entrar a la terraza de los envidiosos, Dante y Virgilio en un primer momento oyen voces
contando historias acerca de la generosidad, la virtud opuesta. Aquí, tal como en las otras
terrazas, hay un episodio de la vida de la Virgen María. Además, hay una historia clásica, la
amistad de Orestes y Pílades25 ), y Jesús predicando "Ama a tus enemigos."26 Las almas de los
envidiosos vestían túnicas grises de penitencia,25 y tenían sus ojos cosidos con alambre de
hierro, recordando la forma en cómo los cetreros cosían los ojos de sus halcones para lograr
entrenarlos25 – así se les hacía más necesario poder oír que poder ver, como en este ejemplo
(Canto XIII).

Caín celoso de su hermano Abel, ejemplo de Dante sobre la envidia, pintado por James Tissot,
Canto 14.

Las almas de los envidiosos incluyen a Guido del Duca, quien les habla amargamente sobre los
principios éticos de las personas que vivían a lo largo del río Arno:

"Entre brutos puercos, dignos más de bellotas

que de otro pasto propio del humano uso,

arrastra primero su pobre curso.

Perros encuentra luego, siguiendo abajo,


que gruñen más de lo que les toca,

y de ellos desdeñoso tuerce el morro.

Vase cayendo; y cuando más engorda,

tanto más halla perros hacerse lobos

la maldita y desventurada fosa.

Bajando luego por piélagos más hondos,

encuentra zorros tan llenos de fraude,

que no temen ingenio que los entrampe."27

Las voces en el aire también incluyen ejemplos de envidia. Uno clásico es el de Aglauros, quien
(según Ovidio) fue convertido en piedra porque estaba celosa del amor de Hermes por su
hermana, Herse. Un ejemplo bíblico es Caín,28 mencionado aquí no por su acto de fratricidio,
sino por los celos que lo llevaron a él (Canto XIV).

A medida que va saliendo de la terraza, la deslumbrante luz emitida por el ángel de la terraza
hace que Dante revele un poco de su conocimiento científico, pues observa que el ángulo de
incidencia de la luz es igual al ángulo de reflexión29 "tal como la teoría y los experimentos
habían demostrado"30 (Canto XV).

El apedreamiento de San Esteban brinda claro ejemplo de la ira, tanto como de mansedumbre
por parte del santo, siendo esta la virtud opuesta. Pintado por Rembrandt, Canto 15.

Tercera Grada (La Ira)[editar]

En la terraza de los iracundos, ejemplos de mansedumbre, la virtud opuesta, son mostrados a


Dante como visiones en su mente. Como ejemplo clásico tenemos a la esposa de Pisístrato
pidiendo por la ejecución de un hombre que había abrazado a su hija, a esto Pisístrato habría
respondido: "Que debieramos hacer a alguien que nos hiere / si alguien que nos ama aprende
(con el significado de temer) de nuestra condena?"31 San Esteban brinda un ejemplo bíblico,
señalado en Hechos de los Apóstoles 7:54–6032 (Canto XV):

"Después vi gente inflamadas en ira,

con piedras matar a un jovencito, unidos en

un solo y fuerte grito: ¡Mátalo, matalo, mátalo!


Y lo veía inclinarse, por la muerte

que ya le pesaba, hacia la tierra,

mas con los ojos siempre al cielo alzados,

orando al alto Sire, entre tanta guerra,

que perdonase a sus perseguidores,

con aquel semblante que a piedad lleva."33

Las almas de los llenos de ira caminaban en fumarolas de acre, esto simboliza el cegador
efecto del enojo:34

"Oscuridad de infierno y de noche priva

de todo planeta, bajo pobre cielo,

cuanto ser puede de nubes atenebrada,

no cubrió mi rostro de tan espeso velo,

como aquel humo que allí nos cubría,

ni nunca hubo más áspero pelo,

que el ojo abierto sufrir podría;"35

Marco Lombardo discute con Dante acerca del Libre albedrío – un tema relevante, ya que no
hay razones para discutir con alguien que no tiene control sobre sus acciones34 (Canto XVI).
Dante también tiene visiones con ejemplos de ira, tales como Procne, Amán y Lavinia. La
oración de esta terraza es el Agnus Dei: "Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis...
dona nobis pacem." ("Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros... danos la paz.") (Canto XVII).

En este punto Virgilio explica a Dante la organización del purgatorio y su relación con el amor
pervertido, deficiente o mal dirigido. Las terrazas que habían recorrido hasta el momento
habían borrado la soberbia ("Aquel que a través de la humillación de otros, / espera la
supremacía"36 ), la envidia ("Ese quien, cuando es superado, / teme la propia perdida de su
fama, de poder, de honor, y favor; / deseando con locura el infortunio de sus vecinos."37 ), y la
ira ("Aquel, sobre lastimado / recibido, resentido, por venganza codicioso / y, con enojo, busca
dañar a los otros."38 ). Todos ellos, amores mal direccionados. (Cantos XVII y XVIII).

Cuarta Grada (La Pereza)[editar]

En la cuarta terraza se podrían encontrar las almas de aquellos que pecaron por descuido lo
que sería la Pereza. Desde el momento en vida en que se falla al buscar el amor, aquí son
condenados a incesantes trabajos. Los ejemplos de entusiasmo o energía, las virtudes
opuestas, son clamados por las almas que recorren la terraza. Estos ejemplos incluyen
episodios de la vida de la Virgen María, Julio Cesar y Eneas. Esta actividad, además, remplaza
las oraciones verbales de esta terraza. Estos perezosos están demasiado ocupados siquiera
para conversar durante sus trabajos, por ello esta es una de las secciones más cortas del
poema.

Alegóricamente, la pereza espiritual y la falta de cuidado llevan a la tristeza,39 la


buenaventuranza de esta terraza es Beati qui lugent ("Benditos sean los que sufren, pues serán
reconfortados," Mateo 5:440 ) (Canto XVIII y XIX).

Al caer la segunda noche, con los poetas aún en la terraza, Dante sueña con una Sirena,
símbolo del amor desordenado o excesivo representado por la avaricia, la gula y la lujuria.
(Canto XIX).

Los espíritus de la quinta terraza yacen boca abajo, Canto 19.

Quinta Grada (La Avaricia)[editar]

En las tres últimas terrazas se encuentran los que pecaron por amar buenas cosas, pero
amándolas excesivamente o desordenadamente. En la quinta terraza, la excesiva preocupación
por los bienes terrenales, ya sea codiciosamente o extravagantemente, es castigada y
purificada, y los avaros y los adinerados yacen boca abajo al suelo, sin posibilidad de moverse.
Sus oraciones son Adhaesit pavimento anima mea, tomada de Salmos 119:25 ("Mi alma esta
adeherida al polvo, vivificame con Tu Palabra,"41 ), una oración que expresa el deseo de seguir
las Leyes de Dios(Canto XIX).

En esta terraza, Hugo el Grande se lamenta, en contraste, cómo la avaricia había motivado las
acciones de sus sucesores, y "profetiza" eventos que sucederían luego de la época en la que se
ubica al poema, pero antes de la época en que es escrito el poema:
Los Templarios siendo quemados por supuesta herejía, acusación motivada por Felipe IV de
Francia. Desde el punto de vista de Dante, esta fue una acción política motivada por la
avaricia,42 Canto 20.

"Al otro, que hasta salió preso en una nave,

veo vender a su hija pactando precio,

como los corsarios hacen de otras esclavas.

¡Oh avaricia! ¿qué más puedes hacer,

que así te has apropiado de mi sangre

que ni te cuidas de tu propia carne?

Para que menos se vea el mal futuro y pasado,

veo en Anagni entrar la flor de lis,

y en su vicario quedar Cristo encarcelado.

Véolo ser de nuevo burlado;

veo renovar el vinagre y la hiel,

y entre vivos ladrones ser occiso.

Veo al nuevo Pilato, una vez tan cruel,

que ni eso lo sacia, pues sin decreto

hasta el Temple lleva las codiciosas velas."43

Entre estos eventos se incluyen cómo Carlos II de Nápoles dio a su hija en matrimonio a un
anciano de mala fama,44 y cómo Felipe IV de Francia ("el hermoso") arrestó al Papa Bonifacio
VIII en 1303 (uno de los Papas destinados al infierno, de acuerdo con la narración en el Inferno,
pero aun así, según las ideas de Dante este era el Vicario de Cristo44 ). Dante también
comenta acerca de la destrucción de la Orden de los Templarios por deseos de Felipe en 1307,
lo que liberó a Felipe de las deudas que tenía con la orden (Canto XX).

En una escena, que Dante relaciona con el episodio en el que Jesús se aparece a dos discípulos
en el camino hacia Emaús,45 Dante y Virgilio son alcanzados por el poeta Estacio (aprox. 45-96
d.C), a quien Dante presenta, aunque no en bases obvias o entendibles, como un convertido al
Cristianismo.45 Acababa de finalizar su purificación en aquel círculo, y, como cristiano, su guía
sería apta para complementar la de Virgilio.45 (Canto XXI).
La Batalla entre Lápitas y Centauros es un ejemplo clásico de gula. Pintado por Piero di Cosimo,
Canto 24.

Sexta Grada (La Gula)[editar]

La sexta terraza purifica a los glotones, y en general, a todos aquellos que a pesar de estar
satisfechos insistían al comer, beber, saciar su cuerpo.46 En una evocadora escena del castigo
de Tántalo, los glotones mueren de hambre ante árboles llenos de frutos que nunca estarán a
su alcance.46 En este círculo los ejemplos son dados por voces que se escuchan entre los
árboles. Juan el Bautista, quien solamente vivía de langostas y miel (Mateo 3:447 ), es un
ejemplo de las virtudes opuestas, templanza o moderación;46 mientras que un ejemplo clásico
de gula es cuando los Centauros ebrios se enfrentan a los Lápitas.46

El rezo para esta terraza es los labios me dominan (el Salmo 51:15: " Oh Lord, abra mis labios, y
mi boca declarará su alabanza " 49) Estos son las palabras de apertura de la Liturgia diaria de la
horas.(los rezos para las quintas y séptimas terrazas también son tomados de la Liturgia de las
Horas) (Canto XXII a XXIV). Aquí Dante también encuentra a su amigo Forese Donati y su
precursor poético Bonagiunta Orbicciani. Bonagiunta tiene palabras amables para el poema
más temprano de Dante, La Vita Nuova, describiéndolo como el nuevo estilo dulce, y cotizando
la línea " las Damas que tienen la inteligencia de amor, " 51 escrito en la alabanza de Beatriz, a
quién él encontrará más tarde en el Purgatorio:

" Las damas que tienen la inteligencia de Amor,

yo de mi señora desean con usted hablar;

No, que yo pueda creer para terminar su alabanza,

Pero al discurso que puedo aliviar mi mente.

Digo que cuando pienso sobre su valor,

Tan dulce que se hace sentir en mí,

Que si yo entonces debería perder no la audacia,

la Oratoria, yo debería enamorar toda la humanidad. "48

Subiendo a la séptima terraza, Dante se pregunta como es posible para almas incorpóreas
tener el aspecto descarnado de las almas siendo privadas de comida aquí. En explicación,
Stacio habla de la naturaleza del alma y su relación al cuerpo (Canto XXV).
Virgil, Dante, and Statius beside the flames of the seventh terrace, Canto 25.

Séptima Grada (La Lujuria)[editar]

La terraza de la lujuria tiene una inmensa pared de llamas a través del cual todos deben pasar.
Almas arrepintiéndose de deseo mal dirigido sexual se ejecutan a través de las llamas gritando
ejemplos de la lujuria (Sodoma y Gomorra y Pasífae) y de la castidad y la fidelidad marital.
Como una oración, cantan el himno Sumas Deus Clementiae (Dios de la Suprema Clemencia)
de la Liturgia de las Horas (Cantos XXV y XXVI).

A medida que el círculo de la terraza, los dos grupos de penitentes se saludan de forma que
Dante se compara con las hormigas:

"Allí veo de todas partes apresurarse

cada sombra y besarse una con otra

sin quedarse, contentas con breve fiesta:

así por entre su hilera oscura

se hociquean una con otra las hormigas,

quizá para saber del camino o la fortuna."49

Dante sueña con Lea recogiendo flores, simbolizando la vida cristiana activa (no monástica),
Canto 27.

Entre las flamas, a las que no se atreve a entrar, están los poetas románticos Guido Guinizelli y
Arnaut Daniel, con quienes Dante conversa. Le recuerdan a Dante que a Beatriz puede
encontrarla al otro lado del Paraíso Terrenal, finalmente Virgilio persuade a Dante para que
pase entre las llamas (Cantos XXVI y XXVII).

En los escalones del paraíso terrenal, la noche cae por tercera vez, y Dante sueña con Lea y
Raquel, quienes simbolizan la vida cristiana activa y no monástica, y también la vida cristiana
de contemplación (monástica), ambas importantes50 (Canto XXVII):

"Joven y bella en sueños parecíame

ver una dama andando por una landa

cogiendo flores, y cantando decía:


Sepa quienquiera que mi nombre demanda

que soy Lía, y voy moviendo en torno

las bellas manos para hacerme una guirnalda.

Por placerme ante el espejo, me adorno;

pero mi hermana Raquel nunca se aparta

de su espejo, todo el día sentada.

Ella de ver sus bellos ojos está enamorada

como yo de adornarme con las manos;

a ella el mirar, y a mí el obrar nos aplaca."51

El Paraíso Terrenal[editar]

Dante encuentra a Matelda, Litografía de Cairoli (1889).

En la cima del Monte Purgatorio se encuentra el Paraíso Terrenal o el Jardín del Edén.52
Alegóricamente, representa la inocencia que existía antes de que Adán y Eva perdieran la
Gracia de Dios – el estado que el ascenso de Dante al purgatorio ha estado recuperando.52
Aquí Dante conoce a Matilda, una mujer cuya identidad literal y alegórica "es seguramente el
problema más tentador de la Comedia."52 De todas maneras, Matilda prepara a Dante para su
encuentro con Beatriz,52 la mujer a la que (históricamente) Dante dedicó sus anteriores
poesías, la mujer a cuyo pedido (en la historia) Virgilio fue ordenado traer a Dante en su
viaje,53 y la mujer que (alegoricamente) simboliza el camino a Dios54 (Canto XXVIII).

Con Matilda, Dante es testigo de una procesión que forma una alegoría dentro de la alegoría,
algo así como la obra de Shakespeare en una obra de teatro. Tiene un estilo muy diferente del
Purgatorio como un todo, tiene la forma de una máscara, donde los personajes están
caminando símbolos en lugar de personas reales. La procesión consiste (Canto XXIX):

"Veinticuatro ancianos"55 (referencia a Apocalipsis 4:456 ), que representan los 24 libros de la


Biblia Hebrea, tal y como los clasificó Jerome57

"Cuatro animales" con "seis alas de plumas"58 (referencia a Apocalipsis 4:6–859 ), como una
representación tradicional de los cuatro Evangelistas57

"Un carro triunfal en dos ruedas,"60 portando a Beatrice, que es arrastrado por...
Un Grifo,61 representando la divinidad y humanidad de Cristo57

"Tres mujeres en círculos" vestidas de rojo, verde y blanco,62 representando las tres virtudes
teologales: Caridad, Esperanza y Fe respectivamente57

"Otras cuatro mujeres"63 vestidas de púrpura,64 representando las cuatro virtudes cardinales:
Prudencia, Coraje, Justicia y Templanza57

"Dos ancianas, con vestidos diferentes,"65 representando los Hechos de los Apóstoles y las
Epístolas paulinas57

"Cuatro personas de aspecto humilde,"66 representando las Epístolas generales57

"Cuando todos los demás pasan, un solitario anciano,"67 representando el Apocalipsis57

Beatrice Addressing Dante, by William Blake, showing the "chariot triumphal" bearing Beatrice
and drawn by the Griffin, as well as four of the ladies representing virtues, Canto 29.

La apariencia de Beatrice,68 y una dramática escena de reconciliación entre Beatrice y Dante,


en el que ella reprocha su pecado (Cantos XXX and XXXI), ayuda a cubrir la desaparición de
Virgilio, que, como símbolo de la filosofía y humanidad no cristiana, no puede ayudarle más en
su acercamiento a Dios69 (Y en el resto de "Divina Comedia", Beatriz se convierte en la guía de
Dante):

"Pero Virgilio nos había privado de sí mismo, Virgilio, el más gentil padre, Virgilio, a quien me
dio a mi auto para mi salvación;

e incluso toda nuestra antigua madre perdida no era suficiente para mantener a mis mejillas, a
pesar de lava de rocío, el oscurecimiento de nuevo con lágrimas. "7170

Matilda ayuda a Dante a pasar por el río Lethe, Canto 31.

Dante pues pasa por el río Lethe, que le borra la memoria de sus anteriores pecados (Canto
XXXI),71 y ve una alegoría de la historia Bíblica y de la Iglesia, en la que el carruaje representa a
la Iglesia. Esta alegoría incluye una denuncia de los papados corruptos, y sus vínculos con la
monarquía Francesa72 (Canto XXXII):

"Tan segura como una fortaleza sobre una alta montaña,

vi sentada en el carro a una prostituta desenvuelta,

paseando sus miradas en torno suyo.

Y como para impedir que se la quitaran,


vi un gigante colocado en pie junto a ella,

y ambos se besaban de vez en cuando;"73

Finalmente, Dante bebe del río Eunoë, recuperando la memoria, y preparándose para su
ascenso al Paraíso (descrito en el Paraíso). Al igual que en las otras dos partes de la Divina
Comedia, el Purgatorio acaba con la palabra "estrellas" (Canto XXXIII):

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