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PROGRAMA No.

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SALMOS 2

Salmo 2:1-12

Continuamos hoy nuestro recorrido por el libro de los Salmos. Y consideramos de mucho valor el poder pasar algún
tiempo con estos primeros dos Salmos, ya que ellos son, por así decirlo, la introducción a este Libro, y como ya hemos dicho,
ellos tienen una conexión que los mantiene unidos; no están sin relación, y los Salmos están en general arreglados en cierto
orden definido. Creemos que esa es una de las cosas que más se nota en este Libro; tienen un orden sistemático, no han sido
colocados en un orden sin sentido. En el Primer Salmo tenemos en realidad al hombre perfecto, el hombre feliz. Lo
consideramos un Salmo Mesiánico, aunque no es citado como tal en el Nuevo Testamento.

Ahora, cuando llegamos al Salmo 2, vemos que éste es verdaderamente un Salmo Mesiánico; así es citado en el Nuevo
Testamento. Es citado en unos siete lugares diferentes en el Nuevo Testamento, y uno puede encontrar citas de este Salmo en
el libro de los Hechos de los apóstoles, capítulo 4; también en el capítulo 13 del mismo libro de los Hechos; allá en la epístola a

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los Hebreos, capítulo 1; y referencias al Salmo en el libro de Apocalipsis, capítulos 2, 12 y 19. Esas son siete referencias bien
definidas en el Nuevo Testamento a este Salmo 2. Así es que lo podemos llamar en verdad un Salmo Mesiánico. Es uno de
los 16 Salmos que son verdaderamente Mesiánicos. Pero como ya hemos indicado anteriormente, creemos que todos los
Salmos hablan de Él. Este Libro de Salmos es en realidad un himnario y todo es acerca de Cristo.

Así es que en el Salmo 1, tenemos al hombre perfecto, al hombre feliz. Pero en el Salmo 2 tenemos al hombre en rebelión.
Vemos a toda la humanidad en rebelión contra Dios. Qué cuadro del Libro de Génesis el que tenemos; y esta es la sección de
Génesis del Libro de los Salmos. El hombre fue creado perfecto, el primer Adán en el jardín del Edén, ¿y qué ocurrió? Él se
convirtió en un hombre rebelde, huyó de Dios. Ya no busca a Dios sino que trata de apartarse de Él. No tiene capacidad
para Él. Vemos ahora que los hijos de Adán, la humanidad, si se nos permite, se encuentra en este Salmo 2.

El Salmo 2 ha sido llamado el drama de las edades. No sólo ha sido llamado eso, sino que contiene una declaración
decisiva en cuanto al resultado de los hechos y las fuerzas que están en operación en la actualidad, en el mundo. Este Salmo
está separado aquí, no tanto como uno separaría un drama o una representación teatral, sino como un programa de televisión.
Aquí uno tiene una cámara en la tierra y otra cámara de televisión en el cielo; eso es algo bastante dramático, ¿verdad?
Porque en nuestros propios días hemos podido apreciar una cámara de televisión en la luna. Pudimos ver fotos de la luna y
eso es algo muy emocionante. Y también pudimos apreciar algunas fotos enviadas desde el planeta Marte, por un artefacto
mecánico que aparentemente está rotando alrededor de ese planeta. Eso también es muy emocionante. Pero aquí tenemos
una cámara de televisión en la tierra y otra en el cielo, y el programa se desarrolla de la siguiente manera.

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En primer lugar tenemos que el hombre, la humanidad, se presenta ante la cámara, y entonces podemos observar lo que
ocurre, a través de la cámara de televisión que está en la tierra. Tenemos a este pequeño hombre representando su parte,
como Shakespeare lo dijo: “Pequeño hombre que se pavonea en su diminuta actuación en el estrado de la vida, y luego
desaparece”. Aún las personas no permanecen aquí por mucho tiempo; setenta años es aparentemente un buen lapso para
cualquier persona en este mundo, y en realidad la humanidad no ha estado en este mundo, en esta tierra por mucho tiempo.
La humanidad es, podríamos decir, algo que ha llegado un poco tarde a la escena. El hombre realiza su pequeña
representación y la cámara de televisión en la tierra se apaga.

Se enciende ahora, la cámara de televisión en el cielo y Dios el Padre tiene algo que decir. Luego la cámara se mueve
hacia la derecha de Dios y allí enfoca al Hijo de Dios quien también dice algo. Luego la cámara de televisión en los cielos se
apaga y se enciende una vez más la cámara en la tierra, y la última palabra es dada de parte de Dios por el Espíritu Santo, en
la tierra. Y Él da una palabra de advertencia y de llamado a la humanidad aquí en este mundo.

Ahora, con esto en mente miremos este programa de televisión. Se enciende la cámara de televisión en la tierra y la
humanidad está en escena y es hora para que la humanidad represente su parte. Ahora, ¿llegará la humanidad a ser una
persona noble en su relación con Dios? Bueno, observemos. Leamos el primer versículo de este Salmo 2:

1
¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas? (Sal. 2:1)

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Vemos aquí que las naciones del mundo se reúnen, y sus gentes, las multitudes se están congregando, y ellos piensan cosas vanas.
En realidad esta palabra “vano” quiere decir “vacío”. Cualquier cosa que los haya reunido a ellos en este gran movimiento de
protesta, nunca llegará a cumplirse. Está completamente vacío. Todo es producto de un sueño que nunca será realidad. Pues bien,
veamos lo que es. Leamos el versículo 2 en su primera parte:

2
Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos (Sal. 2:2a)

Ahora, este es un movimiento de protesta bastante diferente. No es producto de algún grupo minoritario, sino que proviene de un
grupo ya establecido. Aquí se encuentran los reyes, los gobernantes políticos; y los príncipes que aquí se menciona, son los guías
religiosos. Todos ellos están aquí unidos, al unirse la política, la Iglesia, y la religión. Ahora, ¿qué es lo que los reúne a ellos en esta
ira y furor tan grandes y esta cosa vacía? Pues, lo alarmante es que se reúnen contra Jehová el Señor y contra su ungido. Ahora,
ellos están unidos contra Jehová y contra el Mesías, porque esa es la palabra aquí utilizada. Y esa palabra “Mesías” que se llevó al
Nuevo Testamento en el griego, es “Christas”, y nos llega en nuestro idioma castellano, como “Cristo”. Aquí, pues, tenemos un
gran movimiento, un movimiento mundial contra Dios y contra Cristo. La pregunta siempre ha sido: ¿cuándo comenzó este
movimiento?

Pues bien, este movimiento comenzó hace más de 2000 años, se nos dice allá en el capítulo 4, del libro de los Hechos de los
apóstoles. Allí se nos dice de la primera persecución que sufrió la Iglesia, y cuando los apóstoles fueron liberados ellos regresaron a
la Iglesia, y la Iglesia elevó entonces su voz y dio gracias a Dios, y luego mencionaron este Salmo: Que por boca de David tu siervo

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dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, y los príncipes se
juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo.

Ahora, ¿cuándo comenzó todo esto? Bien, no se nos deja que utilicemos nuestra imaginación en esto; el Espíritu de Dios nos da
la interpretación, y aquí la tenemos en el capítulo 4, del libro de los Hechos de los apóstoles, versículo 27, leamos: Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el
pueblo de Israel. Aquí vemos a los gentiles con sus guías; su religión con sus guías y los gobernantes políticos y religiosos; todos
reuniéndose contra Dios y contra Cristo.

Ahora, esto es algo que parece increíble y alguien quizá diga: “Bueno, es algo difícil para mí creer eso en este momento. Yo no
creo que el mundo esté contra Cristo”. Bueno, observemos esto, amigo oyente. Este movimiento comenzó cuando Herodes y
Poncio Pilato se hicieron amigos, y por primera vez los gobernantes religiosos y Pilato se pusieron de acuerdo, y Jesucristo fue
clavado en una cruz. Eso inició el movimiento que creció de tal manera que llegó a nosotros a través de los siglos, y que finalmente
culminará en un poderoso crescendo sobre esta tierra; una rebelión gigantesca de todo el mundo contra Dios y contra Cristo. Muchos
de nosotros creemos que encontrará su punto final durante el tiempo de la Gran Tribulación, después que la Iglesia haya sido llevada,
quitada de este mundo. Y eso es un poco difícil de creer para la gente en la actualidad.

Nosotros podemos decir gracias a la información que tenemos en este Libro, de la dirección que está siguiendo este mundo, que
debemos utilizar muchos detalles aquí para aclarar todo esto; pero quisiéramos añadir aquí que el mundo en la actualidad no está
opuesto a un Cristo, a un Jesús liberal. El Jesús del liberalismo nunca vivió, y creemos que eso lo podemos probar porque no

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tenemos ninguna información de él. El Jesús del liberalismo no nació de una virgen, no hizo ninguna clase de milagros, tampoco
murió por los pecados del mundo, y no resucitó de la tumba. El único Jesús que vivió está mencionado en la Palabra de Dios, y Él
tuvo un nacimiento virginal; Él hizo milagros; Él murió por los pecados del mundo y se levantó nuevamente de la tumba para nuestra
justificación.

Ahora, ese el único Jesús del cual tenemos documentación histórica. Pero el Jesús del liberalismo es un producto de la
imaginación. Él es el “Jesucristo Super Estrella”, y toda esa clase de cosas que agrada al hombre del mundo. Pero al Jesús de la
Biblia ellos no están preparados para aceptarlo aún. El día de hoy tenemos a grandes naciones que están edificadas bajo una política,
una filosofía de ateísmo que no es simplemente neutral, sino que es un ateísmo activo, una oposición contra Dios, y eso es fuera de lo
común. Y es algo que se desarrolló durante nuestra época, por lo menos, durante los días de muchos de nosotros, y son ateas. Las
grandes naciones del pasado nunca fueron ateas, ellas fueron naciones politeístas, es decir, adoraban a muchos dioses, pero nunca
fueron ateas. Existe ahora una oposición activa, contra Dios y contra Cristo. Ahora, usted me pregunta: “¿Y cómo es eso? ¿Cómo
lo podemos demostrar?” Bueno, aquí lo tenemos; leamos el versículo 3 de este Salmo 2:

3
Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas. (Sal. 2:3)

Bien, Dios ha puesto ciertas ligaduras sobre la humanidad. Quisiéramos mencionar algunas de ellas. El matrimonio es una. Los
hombres en la actualidad están tratando por todos los medios a su alcance de librarse del matrimonio. Dios no lo dio simplemente
para los creyentes, sino que Él dio el matrimonio para toda la humanidad, para el bien de ella. Él no lo dio simplemente para herir a

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la humanidad; fue Dios quien los hizo varón y mujer, y creó en ellos un amor del uno para con el otro. Cuando Dios creó a la mujer,
ella fue creada para ser una ayuda idónea para el hombre, y eso quiere decir, que ella es la otra mitad de él, para que respondiera al
hombre, para que este fuera completo. Fue Dios quien trajo esa relación maravillosa de amor a este mundo. Pero en la actualidad,
los hombres quieren librarse de esta obligación del matrimonio.

Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas, dicen. También en la actualidad quieren librarse de los Diez
Mandamientos, quieren quitarse de encima las leyes de Dios, leyes que protegen la vida humana y que protegen la humanidad y que
considera que hay algunas cosas que son sagradas. Dice que algunas cosas son correctas y que otras están equivocadas; están mal.
Contra eso es que los hombres se están rebelando. ¿Qué es lo que Dios va a hacer en cuanto a esto? Bueno, esa cámara de televisión
se apaga ahora. Esta es una cosa terrible la que está teniendo lugar en la tierra. Amigo oyente, este es un mundo malvado en el cual
usted y yo vivimos. ¿Qué es lo que sucede entonces? Leamos el versículo 4, de este Salmo 2:

4
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos. (Sal. 2:4)

Esa risa de Dios no es una risa de humor, aunque Dios tiene un sentido del humor. Lo que tenemos aquí es una risa causada al ver
lo ridículo que todo esto es. Pues, imagínese usted a este pequeño hombre osando rebelarse contra Dios, presentándose ante Él y
sacudiendo su puño contra el cielo y diciendo a Dios que salga a pelear contra él. Y Dios se ríe; es tan ridículo, amigo oyente, esta
pequeña e insignificante humanidad aquí abajo, no interesa quien sea, puede dárselas de muy importante y usar palabras grandes
tratando de inflarse y soplar para poder derribar la casa. Pues bien, hay muchos de esos seres inflados por todas partes en el presente;

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pequeños hombres que están hablando de su oposición contra Dios, y ellos están haciendo eso pero no van a durar mucho. Usted
probablemente recordará a alguno de esos personajes de fama mundial que acostumbraban a hablar mucho contra Dios; pero ya no los
oímos decir nada. Tenemos también en nuestras naciones a muchos políticos que hicieron grandes declaraciones en el pasado, y de los
cuales ya no oímos ni una palabra.

Debemos decir que este pequeño hombre ha representado su insignificante parte en el escenario de la vida y es algo ridículo que se
esté oponiendo a Dios. Dios se ríe de eso. ¿Y qué es lo que va a hacer con él? Pues Dios continuará con Su programa, y Su
programa es el de poner a este Rey sobre el monte santo. Dios tiene un gran propósito y Él lo va a realizar. El Señor Jesucristo
habla ahora y la cámara de televisión lo enfoca. Leamos el versículo 7, dice: Yo publicaré el decreto. Aquellos que me están
escuchando en este momento, y que están familiarizados con la teología, saben que el Señor Jesucristo es quien ejecuta todos los
decretos de Dios. Y aquí se nos dice: Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.

Quisiéramos que usted preste atención a esto, amigo oyente, y que escuche cuidadosamente, porque hay quienes dicen que Jesús es
un predicador, que Él nació como cualquier otra persona; pero eso no es lo que la Palabra de Dios está diciendo. El apóstol Pablo en
su gran sermón en Antioquía de Pisidia – y creemos que ese fue uno de los mejores sermones que Pablo predicó – dijo lo siguiente, y
aquí tenemos la interpretación del Espíritu Santo de lo que se quiere decir aquí por medio de esta declaración del Salmo 2; Pablo dijo:
la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús. Escuche atentamente, amigo oyente, esta es la
interpretación de la resurrección de Jesucristo, esto lo tenemos allá en el capítulo 13 del libro de los Hechos de los apóstoles,
versículo 33, escuche: resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy.
Ahora, ¿lo engendró en Su nacimiento en Belén? No, amigo oyente. Él no está hablando de eso. Lo engendró sacándolo de la

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tumba de José en la resurrección; de eso es de lo que está hablando aquí. No tiene ninguna otra referencia a lo demás. Y volviendo
ahora al Salmo 2, leemos en el versículo 8:

8
Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra. (Sal. 2:8)

Y este no es un texto misionero, a propósito. No tiene ninguna referencia al programa misionero de la actualidad porque nos
podemos dar clara cuenta de lo que Él está diciendo en realidad. ¿Cómo tomará Él posesión de las naciones del mundo? ¿Predicando
el evangelio? No, no, amigo oyente. Escuche lo que dice aquí el versículo 9:

9
Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás. (Sal. 2:9)

Esa es la manera en que Él regresará por segunda vez a la tierra, para apagar la rebelión. Ahora, a la gente no le gusta eso, pero
usted puede leer en el capítulo 19, del libro de Apocalipsis. Él vendrá a hacer la guerra. Ahora, alguien quizá diga: “Bueno, yo
pensaba que Él era el Príncipe de Paz”. Amigo oyente, para poder hacer paz en esta tierra hay que apagar toda la rebelión, y eso es lo
que Él va a hacer. Creemos que esto es algo práctico, es simple y básico, y lo podemos comprender muy bien ya que pone el dedo en
la llaga. De la única forma en que usted podrá apagar una rebelión en este mundo es que Él venga y se haga cargo de todo. Él los
castigará. Aquí dice que Él será quien haga eso. No me pida que yo presente disculpas por eso, amigo oyente. Ahora, el Espíritu
Santo es quien habla en el versículo 10, y dice:

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10
Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra. (Sal. 2:10)

Sus mensajes siempre han sido dirigidos a los gobernantes de este mundo. Al comienzo, con Faraón en Egipto; cuando José era
su Primer Ministro; Daniel fue el Primer Ministro de Nabucodonosor en Babilonia, y más tarde lo fue de Ciro, rey de Persia. Dios ha
presentado Sus mensajes a través de ellos a estos gobernantes, y Él tiene un mensaje para nosotros en la actualidad. En el versículo
12 podemos leer en su primera parte:

12a
Honrad al Hijo, para que no se enoje, (Sal. 2:12)

Un profesor de un Seminario teológico, el Dr. George Gill, acostumbraba a decir que esta era la forma del Antiguo Testamento de
decir: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, y eso es lo que el Espíritu de Dios está diciendo al hombre en la actualidad. Cree
en el Señor Jesucristo. Usted recuerda que alguien vino, y lo adoró, y le dio un beso al Señor Jesús aquí en la tierra; fue Judas. Y
usted recuerda que aun en el último momento el Señor Jesucristo le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Él le podía decir a Judas: “Tú has
cumplido con la profecía; quizá has sido predestinado a traicionarme, pero no has sido predestinado a perderte. Aún te puedo llamar
mi amigo, y tú puedes cambiar ese beso de traición por un beso de recepción. En el versículo 12 de este Salmo 2, leemos:

12
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.

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Bienaventurados todos los que en él confían. (Sal. 2:12)

Usted puede poner su confianza en Él, amigo oyente. Eso nos indica que usted tiene algo que hacer con el Señor Jesucristo, no
importa quien sea usted. O usted viene a Él y le recibe como su Salvador, o algún día usted tendrá que presentarse ante Él en Su
presencia para ser juzgado. Él, o bien es su Salvador, o bien será su Juez. No puede ser ambos. Él tiene que ser Uno solo. Usted
lo puede tener hoy como su Salvador. El Espíritu Santo en este mismo momento le está diciendo a usted: Honrad al Hijo, cree en el
Señor Jesucristo y serás salvo. Y aún se pronuncian estas palabras: Bienaventurados todos los que en él confían. Este es un plan
maravilloso, amigo oyente. Tiene su mirada puesta en la segunda venida de Cristo, y también mira hacia el pasado y observa la
primera llegada de Cristo. Dios le levantó a Él de entre los muertos y Él está sentado hoy a la diestra de Dios, y algún día vendrá a
establecer Su reino. ¡Este es un Salmo maravilloso!

Amigo oyente, estamos ya al final de este programa, pero no deseamos concluir sin antes invitarle una vez más a que usted tome el
paso decisivo de aceptar en este momento a Cristo Jesús como su Salvador personal. El Señor Jesucristo está esperándole con los
brazos abiertos; Él desea darle la salvación; Él ya ha tomado el paso inicial, pero usted tiene que tomar el paso decisivo, usted tiene
que acudir a Él, usted tiene que acercarse a Él y decirle: “Señor, ven a mi corazón, entra en él, sálvame”. Hágalo ahora, amigo
oyente, acuda al Señor Jesucristo y puedo asegurarle que no se verá defraudado; ábrale hoy las puertas de su corazón y sea salvo por
toda la eternidad. ¡Dios le ayude a hacerlo! Y así concluimos nuestro estudio de este Salmo 2. Dios mediante, en nuestro próximo
programa continuaremos nuestro recorrido por este libro de los Salmos y vamos a observar lo que nos dice el Salmo 3. Le invitamos
pues, a que nos acompañe. Será pues, hasta entonces, amigo oyente, ¡que Cristo sea desde hoy su amado Salvador, es nuestra
ferviente oración!

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