Está en la página 1de 6

Seminario de Estudios Hispánicos – Prof.

María Eugenia Alcatena


ISP. Joaquín V. González
Primer TP – Poema De Mio Cid - Facundo Barisani

La mesura como elemento central de la configuración del héroe cidiano y como patrón
constructivo seguido por el poeta en la elaboración poética del cantar de gesta.

La mesura en el Poema de Mio Cid, es tanto principio constructivo del relato como

singularidad y desviación del modelo épico, en el cual se inscribe para fundar un nuevo tipo de

heroicidad. La instauración de una nueva virtud dentro de la configuración del héroe épico

organiza la materia de la narración a partir de una nueva forma de disponer las acciones, desde

la cual se pueden leer diferentes operaciones valorativas que ponen en relación al cantar de

gesta con su contienda de producción. No me interesa acá proponer una lectura que haga foco

en las zonas en donde la caracterización del héroe cidiano se aparta de la norma –basta con leer

la disquisición que hace Montaner al respecto (1993: 240) – sino, más bien, comprendiendo

que “el PMC acepta el esquema, pero lo subvierte para que el género pueda ponerse al servicio

de unos principios de organización social y éticos nuevos” (Catalán, 2002: 126), analizar sus

consecuencias narratológicas.

La materia con la que trabaja el poema implica en su interior el problema de la

prudencia. En la defensa de la práctica del derecho público, frente al derecho privado, y en este

sentido, la exaltación de una prolijidad jurídica (tanto en la repartición de los botines de guerra

como en la resolución en cortes de un acto de violencia), se puede leer un problema de mesura.

Funes esclarece:

El conflicto surge, entonces, no como derivado de un sistema injusto


que se aborrece sino, por el contrario, como resultado de individuos
concretos que no cumplen con su deber estamental dentro de un
sistema cuyo funcionamiento ideal se celebra continuamente (Funes,
2013: LXVI–LXVII).

La violencia ejercida por la casta de la antigua nobleza del interior, sin la regulación de un rey-

árbitro (como el que se configura a partir del desenlace del tercer cantar), resulta desmedida y

atenta contra la armonía entre las clases nobiliarias, y más aún, contra el buen funcionamiento
Seminario de Estudios Hispánicos – Prof. María Eugenia Alcatena
ISP. Joaquín V. González
Primer TP – Poema De Mio Cid - Facundo Barisani
del vínculo vasallático, a quien, en última instancia, le canta el poema. De todas formas, el

problema de la mesura traspasa los límites de la historia y el referente a partir del cual el

narrador-juglar compone el cantar, y en el proceso de narración ingresa a la lógica del relato,

imprimiéndole un dinamismo singular a su forma1.

Resulta interesante detenerse en los momentos en los cuales aquello que se narra se

desvía del progreso lineal de lo que acontece, el destierro y la afrenta de Corpes, para

comprender de qué manera la configuración de la mesura actúa en el relato, tanto para apoyar

la construcción de un contraste, como para habilitar la concatenación de los eventos del poema.

A pesar de que el cantar nos llega in media res, por la ausencia del primer folio, es de todas

formas notable su inicio a partir de una descripción física de la tristeza:

De los sos ojos tan fuertemientre llorando,


tornava la cabeça e estávalos catando. (vv. 1-2)

En los primeros versos nos encontramos con la mayor expresión del dolor en carne del Cid en

todo el poema2. El héroe es presentado por un llanto angustioso a causa del destierro, y es

apreciable la diferencia que se presenta en la expresión de lamento por la otra pérdida de la

honra, luego de la afrenta de Corpes. Aquí el héroe “una grand ora pensó e comidió” (v. 2828)

para luego tomarse las barbas y, con ellas, cartas en el asunto. No debe leerse en la desigualdad

de la respuesta del Cid algún tipo de desbalance frente al tipo de deshonra –el poema da los

elementos necesarios como para comprender que la segunda pérdida es mayor que la primera–

1
Asumo las nociones de historia, narración y relato, que Genette elaboró en su Discurso del relato (1972):
“distingue tres instancias: la de la historia o diégesis, o sea el conjunto de acontecimientos que son objeto del
discurso narrativo; la narración, o situación narrativa, que comprende el acto por el cual el narrador se dirige al
narratario y el relato o discurso narrativo que, tanto oral o escrito, nos permite conocer la historia como la
narración que la sostiene (…) En los textos narrativos, la historia tiene una existencia previa; es la narración el
acto que produce un ser histórico concreto y que transforma esa historia en un relato o texto narrativo construido
por palabras (Klein, 2007: 41).
2
Quizá solamente equiparable con la despedida del Cid de sus hijas en el monasterio de San Pedro de Cardeña.
En este caso “tan fuertemientre sospira” (v. 277).
Seminario de Estudios Hispánicos – Prof. María Eugenia Alcatena
ISP. Joaquín V. González
Primer TP – Poema De Mio Cid - Facundo Barisani
sino, en todo caso, poner en relación aquello que desencadena el primer llanto, y aquello que

habilita la recepción mesurada y reflexiva del tercer cantar.

Solo tres versos después de que se presenta al héroe llorando, mientras observa las

tierras que debe abandonar, el poema hace alusión a su forma mesurada de hablar, que es al

mismo tiempo una forma prudente de actuar3. Hablar y hacer en el Cid son acciones análogas:

desde el momento en el que agradece a Dios y abandona la mirada angustiosa sobre Vivar,

todos los acontecimientos que lo tienen como protagonista serán auspiciosos. En relación a

esto, es provechoso, poner en articulación la virtud de la prudencia del Cid con otra, de

naturaleza muy distinta: su gran fortuna. La estructura paradojal del cantar (a mayor pérdida

del honor, mayor restitución) es puesta en abismo desde el comienzo del poema en voz del

héroe: “Albriçia Álbar Fáñez, ca echados somos de tierra!” (v. 14), como también en el

optimismo de Álvar Fáñez cuando exclama: “Aun todos estos duelos en gozo se tornarán” (v.

381). Lo que acompaña este optimismo es la lectura favorable de distintos augurios 4, evento

que se va a repetir con variaciones en diferentes momentos del relato5, y que será un elemento

clave a través del cual el poeta le va a imprimir dinamismo a la narración. Al respecto desarrolla

Montaner:

la interpretación de auspicios no es en el Cantar una mera


reminiscencia de la fama de agorero del Campeador, sino que
cumple un papel estructural, dado que se sitúa siempre al principio
de un viaje y marca una transición (Montaner, 2007: 101).

La relación entre lo afortunado del Cid y su prudencia es retroactiva: si la buena lectura

de las señales de las aves es producto de su prudencia y responsabilidad como líder, será al

3
Sospiró mio Çid, ca mucho avié grandes cuidados
fabló mio Çid, bien e tan mesurado (vv. 5-6)
4
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra (vv. 11-12)
5
Además de la visión en sueños del Arcángel Gabriel, que es un elemento clave en la resolución optimista del
Cid, nos encontramos a la salida de Alcocer con otra lectura auspiciosa: “al exir de Salón, mucho ovo buenas
aves (v. 859)” y previo a la afrenta de Corpes, en este caso en sentido negativo: “Violo en los avueros el que en
buen ora çinxó espada” (v. 2615).
Seminario de Estudios Hispánicos – Prof. María Eugenia Alcatena
ISP. Joaquín V. González
Primer TP – Poema De Mio Cid - Facundo Barisani
mismo tiempo lo que le va a permitir actuar de forma mesurada, pensando “a grand ora” antes

de decidir sus acciones. Al mismo nivel, va a funcionar la relación entre los dos epítetos épicos

que recibe el Cid: por un lado el astrológico (“el que en buen ora nasco”), relacionado con su

buena fortuna; por otro lado, el que se relaciona con su vida de guerrero (“el que en buen ora

cinxo espada”), que se articula con su prudencia y templanza.

La afrenta de Corpes irrumpe en el poema a partir, no solo del acontecimiento que se

narra, sino por la descripción del lugar en donde ese acontecimiento es posible. Si se tienen en

cuenta los otros espacios descriptos en el cantar, el detalle con el que se narra el robledal resulta

desmesurado. En las descripciones de Vivar y de Valencia, a pesar de que estas funcionen

como un par contrastivo, hay alusión a la ausencia/presencia del hombre. En un caso para

mostrar la desolación del espacio que tiene que ser abandonado, en el otro para mostrar la

ganancia “cómo es buena e grand” (v. 1617). La descripción del robledo de Corpes, por su

parte, focaliza en lo salvaje e indómito del paisaje y sus habitantes: las fieras. Lo desmesurado

de la descripción del poeta –la iteración en “fieros montes” (v. 2715), “monte espesso” (v.

2769); también sobre “las bestias fieras que andan aderredor” (v. 2699), “bestias de la fiera

guisa” (v. 2751), “ganados fieros” (v. 2789) – resulta a la vez que espejo de la acción desmedida

y brutal de los Infantes de Carrión a las hijas del cid, contrastiva con el tipo de venganza que

efectuará el héroe. El poeta se sale de su cauce, del tono sobrio, con pocos adjetivos y

metáforas, para entrar en un fragmento en el cual desarrolla un tipo de escritura que había

limitado en otras secciones del poema, y obtiene como efecto el contraste con la mesura y el

realce de esta virtud brindada por el Cid en el desarrollo del tercer cantar.

En esta breve relectura de la configuración de la virtud singular del héroe cidiano,

pretendí encontrar en el poema aquellos lugares en donde la mesura no sólo aparezca como

elemento de la historia, es decir como material a partir del cual se configura el relato, sino, en

todo caso, como elemento que estructura la forma en la cual se articula el relato en el Poema
Seminario de Estudios Hispánicos – Prof. María Eugenia Alcatena
ISP. Joaquín V. González
Primer TP – Poema De Mio Cid - Facundo Barisani
de Mio Cid. En el primer caso, la mesura del héroe en relación con su buena fortuna, son

elementos estructurales que funcionan como piedra angular para el dinamismo de la narración,

articulando los diferentes episodios y empujando la concatenación de acontecimientos. En el

caso de la afrenta de Corpes, pretendí mostrar cómo la forma de narrar y describir un episodio

del poema, de forma desmesurada, repercute para realzar y configurar las virtudes del héroe

épico.
Seminario de Estudios Hispánicos – Prof. María Eugenia Alcatena
ISP. Joaquín V. González
Primer TP – Poema De Mio Cid - Facundo Barisani

Bibliografía:

- Catalán, Diego. “El Mio Cid y su intencionalidad histórica”, en su El Cid en la historia

y sus inventores. Madrid: Fundación Ramón Menéndez Pidal, 2002, pp. 123-77.

- Funes, Leonardo, “Introducción” en Poema de Mio Cid. Buenos Aires: Colihue, 213.

- González, A. “Los sentimientos del Cid”, Olivar Nº 10 (2007), 107-118.

- Klein, I. La narración, Buenos Aires, Enciclopedia Semiológica, Eudeba, 2007.

- Montaner, A. “Estudio preliminar del Cantar de Mio Cid”, en Cantar de Mio Cid.

Barcelona: Crítica, 1993.

- Montaner, A. “Tal es la su auze: El héroe afortunado del Cantar de mio Cid”, Génesis

y evolución de la materia cidiana en la Edad Media y el Siglo de Oro, Olivar Nº 10 (2007),

89-105.

También podría gustarte