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ARTICULACIÓN DE HISTORIAS Y DE SITUACIONES NARRATIVAS / TIPOS DE

RELACIÓN ENTRE HISTORIAS Y SITUACIONES NARRATIVAS

Aquello que reconocemos como un relato puede tener una estructura simple o bien presentar
una estructura compleja. Esta complejidad del relato puede presentarse en el nivel de la historia
o en el nivel de la situación narrativa: un relato puede implicar, entonces, o bien historias diversas
o bien situaciones narrativas diversas.

Una historia no es simplemente una serie de acontecimientos sino que comporta siempre
microhistorias o secuencias de funciones. Una historia puede comprender sólo una secuencia
elemental o bien puede incluir vanas que se combinan y forman secuencias complejas.

El modelo de la estructura lógica del relato elaborado por Bremond se propone dar cuenta de las
articulaciones posibles de acontecimientos en el interior de una historia. Asimismo en el nivel de
la sintaxis narrativa, se describe el encadenamiento de estados y transformaciones en términos
de programas narrativos que suponen fases diversas -manipulación, competencia, performance,
sanción- y que, a su vez, pueden establecer distintos tipos de relaciones; de ese modo, una
historia puede ser descrita como una articulación de programas narrativos.

Sin desconocer la forma compleja que pueden asumir los acontecimientos en el interior de una
historia, quisiéramos referirnos no a la configuración de las unidades narrativas en el interior de
una historia sino a la relación posible entre diferentes historias. En el nivel de la historia, dos
formas de articulación son posibles: a) relación por paralelismo (ya sea por analogía o contraste),
y b) relación por convergencia.

Pertenecen al primer tipo los relatos que articulan historias con una sintaxis narrativa
independiente: la secuencia lógica de una no incide en la organización lógica de la otra. Esta
relativa autonomía puede estar enfatizada por la presencia de universos temporales y/o
espaciales diferentes, y por actores diferentes. Las rupturas temporales y espaciales por sí solas,
así como la diversidad de actores, no bastan para marcar fronteras entre historias:
consideraremos que un relato articula historias diversas cuando éstas son, desde un punto de
vista lógico, relativamente autónomas unas de otras.

Hablaremos, entonces, de relación por paralelismo cuando las historias articuladas tienen una
relativa autonomía sintáctica y presentan semejanzas o contrastes en alguno o varios aspectos
(el de las acciones, de los actores o de las circunstancias espacio temporales). La relación por
convergencia se establece en los casos en que la historia principal se alimenta de otras historias
que confluyen en la principal, con la cual comparten acciones, actores y/o circunstancias espacio-
temporales.

La relación por convergencia implica un grado menor de autonomía de las historias relacionadas,
dado que hay una incidencia lógica (en algún momento del relato) de una historia sobre otra.
Ambos tipos de articulación, por paralelismo y por convergencia, pueden reunir tanto historias
pertenecientes a un mismo mundo posible, con el mismo estatuto de existencia, como historias
ubicadas en mundos posibles diferentes, con un estatuto de existencia diverso. Estos dos tipos
de articulación de historias considerados se refieren a relaciones entre historias enmarcadas en
la misma situación narrativa.

Pero un relato puede contener diversas situaciones de enunciación. En el nivel de la situación


narrativa, éstas pueden articularse según dos formas: a) por coordinación o yuxtaposición, y b)
por subordinación.

La relación por coordinación o yuxtaposición comprende, por una parte, aquellos casos en los
cuales diversas situaciones narrativas son presentadas sucesivamente para tomar a su cargo la
narración de una misma historia; y, por otra, aquéllos en los cuales diversas situaciones
narrativas conllevan diversas historias. Quiere decir entonces que no siempre la aparición de
nuevas situaciones narrativas implica la narración de historias diferentes; a menudo se emplea
esta modalidad de coordinar o yuxtaponer situaciones narrativas para narrar una misma historia.

La relación por subordinación implica siempre una transformación de papeles, pues el actor de
una historia primera se convierte en narrador de una historia segunda, lo cual puede reiterarse y
dar lugar a varios niveles narrativos

Tanto las relaciones por coordinación o yuxtaposición como las relaciones por subordinación, en
las que están involucradas siempre varias situaciones narrativas, implican un enclave, sea éste
explícito o implícito, es decir, una inserción en una situación comunicativa ubicada en un nivel
narrativo diferente. Para coordinar, yuxtaponer o subordinar situaciones narrativas es necesario
que éstas estén comprendidas en otra enunciación que las englobe.

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