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Desde hace siglos, músicos y filósofos procuran saber qué hace que notas y
acordes combinados en una melodía suenen bien o mal. Un profesor de
Princeton, Dmitri Tymoczko creó un modelo geométrico que permite ver y
entender la estructura de la composición musical. Se trata del primer trabajo de
música que ha publicado la prestigiosa revista Science en su historia. Expertos
argentinos opinan sobre el alcance del hallazgo.
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Axiomática musical
Tymoczko parte de que la música occidental se ha construido sobre dos pilares:
armonía y contrapunto (del latín punctus contra punctum, nota contra nota). La
primera está relacionada con los acordes (o notas simultáneas) y las secuencias
de éstos. El segundo es la técnica de conectar notas individuales con una serie de
acordes, para formar melodías simultáneas. Músicos y matemáticos han
estudiado este tema por casi 300 años. El círculo de quintas (Heinichen, 1728)
representa contrapuntos que suenan bien a lo largo de las doce escalas mayores
en un espacio geométrico imaginario, en forma de círculo. Y el Tonnetz (Euler,
1739), amplió ese modelo.
En esa línea, este trabajo plantea una forma diferente de graficar la música. "La
notación tradicional —el pentagrama— es muy buena para representar la
estructura de una melodía, porque muestra qué nota está cerca de otra —dice
Tymoczko, que compone música clásica, jazz y rock—. Pero no es muy útil para
representar una estructura armónica, porque ofrece muchas formas diferentes de
mostrar un acorde, por ejemplo, de do mayor. Lo que logré es representar ambas
estructuras al mismo tiempo".
El orbitfold puede tener dos, tres y hasta cuatro dimensiones, lo que dependerá de
la cantidad de notas que tengan los acordes allí representados. En un gráfico de
tres dimensiones, que es una suerte de triángulo en forma de prisma, las armonías
más populares, como los acordes mayores, se ubican cerca del centro del
triángulo, próximos a otros acordes comúnmente utilizados. Mientras que los
grupos más disonantes están más cerca de los bordes. "Los músicos en general se
manejan en una determinada región, sin saltar a otra demasiado rápido", dice
Tymoczko.
"Hasta hoy, ninguna teoría había logrado articular principios generales que logren
explicar cuándo y por qué determinadas combinaciones de acordes y
contrapuntos son posibles en forma eficiente", asegura el compositor, que tiene
38 años y nació en Northampton, Massachusetts.
Teoría y computadora
Tymoczko dice que el motor que lo llevó a buscar un enfoque diferente sobre la
teoría musical fue el modo en que se volvió más compleja la música en los dos
últimos siglos. Pero, ¿realmente la música se ha vuelto más compleja? ¿Acaso no
se repiten fórmulas desde hace siglos, y sin embargo el público las sigue
disfrutando como si fuesen novedosas?
Fuente: http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2007/05/12/u-01011.htm