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ZACARÍAS.

Samuel Acevedo

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de
Abdías. Su mujer era de las hijas de Aarón y se llamaba Elizabeth. Ambos eran justos y
andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor, pero no
tenían hijos, porque Elizabeth era estéril y ambos eran ya de edad avanzada.

Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su


clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso
entrando en el santuario del Señor, y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la
hora del incienso. Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar
del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor, pero el ángel le dijo
‘Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída y tu mujer, Elizabeth, te dará a luz un
hijo, y llamarás su nombre, Juan. Y Zacarías tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán
de su nacimiento porque será grande delante de Dios. No beberá vino, ni sidra y será lleno
del espíritu santo aún desde el vientre de su madre.

Hermanos, nos pasamos al versículo 18, vemos cómo Zacarías responde al ángel. Esto es
muy clave aquí. “Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto?, porque yo soy viejo y mi
mujer es de edad avanzada”

Si me permiten leerles el versículo en la traducción de la nueva versión internacional que


me gusta como ellos lo traducen. “Zacarías dice ¿Cómo podré estar seguro de esto?
¿Cómo podré estar seguro de esto?, preguntó Zacarías al ángel. Yo soy anciano y mi
esposa también es de edad avanzada. Respondiendo el ángel le dijo ‘ Yo soy Gabriel, que
estoy delante de Dios y he sido enviado a hablarte y darte estas buenas nuevas y ahora
quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día que esto se haga por cuanto no creíste mis
palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo”.

Y pasemos, hermanos, al versículo 24. “Después de aquellos días concibió su mujer


Elizabeth y se recluyó en casa por cinco meses diciendo ‘Así ha hecho conmigo el Señor en
los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.”

Ahora en los próximos versículos, en los versículos del 26 al 38, este mismo ser, este
mismo ángel se presenta a María y el pastor trajo este mensaje, el mensaje navideño que
más quizás nosotros conocemos. El ángel le dice a María que “....también el Señor ha de
abrir tu vientre y el espíritu del Señor te cubrirá y darás a luz al Mesías, darás a luz al
Emmanuel, darás a luz al cordero inmolado de Dios que quitará el pecado del mundo, y
como señal, su familiar Elizabeth, también en su vejez está esperando un niño y aún lleva
6 meses de embarazo”.
En el versículo 39 “En aquellos días, levantándose María, fue deprisa a la montaña a una
ciudad de Judá y entró en casa de Zacarías y saludó a Elizabeth. Y aconteció que cuando
oyó Elizabeth la salutación de María, la criatura saltó en su vientre y Elizabeth fue llena del
espíritu santo y exclamó a gran voz y dijo ¡Bendita tu, entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre! ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mi?,
porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de
alegría en mi vientre, y bienaventurada la que creyó porque se cumplirá lo que fue dicho
de parte del Señor. Bienaventurada la que creyó porque se cumplirá lo que fue dicho de
parte del Señor.”

Hermanos, una de las primeras cosas que podemos aprender de esta historia, la historia
de Zacarías y Elizabeth, es esto: Aún los justos experimentan esterilidad. Aún los justos
experimentan esterilidad. Zacarías y Elizabeth eran justos delante del Señor, declara la
palabra, lo amaban, lo servían, pero aún así, por más que anhelaban un hijo, por más que
pidieron un hijo de parte del Señor, era una pareja sin hijos, era una pareja estéril.

Ahora, hermanos, hoy día hay muchas parejas que desean hijos y no los tienen por más
que le han pedido al Señor, y por más que desean abrazar un bebé, el Señor no le ha
permitido que esta pareja reciba la bendición de un bebé. Pero, hermanos, créanme que
en el tiempo bíblico, la esterilidad bíblica era muy distinta a la esterilidad hoy día. No
estamos meramente hablando de una pareja que no puede concebir hijos físicos. En el
tiempo bíblico, especialmente en el primer siglo, el estado de esterilidad, el no tener hijos,
era una amenaza a su propia existencia. No había seguro social, no había plan de retiros.
El tener hijos era su seguridad financiera. El tener hijos, especialmente en la cultura del
antiguo Medio este era lo que garantizaba de su legado seguiría, que alguien se iba a
preocupar de compartir tu historia, la historia de tu vida, tu biografía, de generación a
generación.

El no tener hijos, en este primer siglo, en particular varones, el no tenerlos era, no


solamente una amenaza a su futuro, pero también a su pasado. Te quedas sin futuro, te
quedas sin pasado, te quedas sin alguien que diga ‘la vida de ese viejo valió algo’. ‘La vida
de esa pareja era algo significante’, ‘para algo nacieron ellos’. El no tener hijos significaba
no tener alguien que dijera tu historia y te cubriera en tu vejez, en el primer siglo.

Con razón el salmista escribe ‘como saetas en manos de valiente, así son los hijos habidos
en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos.’

Tan fuerte era la idea de la esterilidad en la era bíblica, que muchos asumían que así como
muchas enfermedades, la esterilidad era una indicación de una maldición divina, que Dios
había maldecido a esta familia. Entonces encima de todas la amenazas que confrontaba la
pareja estéril, estaba la vergüenza de no tener hijos, estaba el estigma de no tener hijos,
de sufrir la esterilidad.
Ahora, hoy día nosotros no confrontamos, una pareja sin hijos no confronta la esterilidad
así. Y la esterilidad bíblica, la esterilidad espiritual en el siglo XXI es muy distinta a la
esterilidad del siglo I. Pero es igualmente peligrosa. Hoy una pareja puede estar llena de
hijos y experimentar esterilidad espiritual. Como también puede una pareja, tal vez no
tenga hijos físicos, pero tampoco conozcan la esterilidad espiritual.

Hoy la esterilidad espiritual se basa en esto: en no vivir la vida que esperabas, que
anhelabas, que una y otra vez le pediste a Dios. Tal vez en un tiempo tenías sueños, tal vez
ambiciones, tal vez alguien te profetizó algo cuando niño y no se ha realizado. Tal vez
llegaste a los EEUU con una agenda y unas ideas: entre dos años voy a poner mi empresa,
entre 5 años voy a terminar mis estudios universitarios, entre tanto tiempo me voy a
encontrar con mi príncipe azul y me voy a casar y voy a tener 2 y 3 hijos, y tiene que ser
antes de los 35 años. Muchos sueños, muchas ambiciones, cosas que le ha pedido al Señor
y esos sueños los guardaste en el sótano o tal vez los has dejado morir.

La esterilidad espiritual de hoy día, en otras palabras, tiene que ver con la manera en que
uno ve su futuro. La manera en que uno ve las promesas del Señor. Y tal vez, si se han
tardado las promesas en cumplir, si se han tardado estos sueños en realizarse, si hace
años que le ha pedido algo al Señor, en vez de seguir pidiéndoselo al Señor, en vez de
seguir esperando que el Señor realice estos sueños, en vez de esperar en Jehová, tal vez te
conformas. Te has conformado, te has conformado con la vida que tienes y te has dado
por vencido. Sí, es el mismo trabajo, el mismo lugar, la misma gente, los mismos chistes, el
mismo día, después del break navideño llega el trabajo. Allí está la misma recepcionista
que te mira mal, allí está el mismo jefe que está mirando el reloj, allí están los mismos
clientes, y siempre hay un cliente que el Señor envía meramente para estirarnos la
paciencia y bendecirnos de esa manera.

Quizás es la factoría, quizás es la manera en que usted lleva su ministerio. No se, pero
usted se ha conformado con la vida que tiene. Y ni siquiera se atreve a orar las oraciones
de su juventud. Ni siquiera se atreve a visitar de nuevo esas promesas. Te has
conformado. No es lo que querías. Quizás pensabas que naciste para otra cosa, para algo
mayor, quizás. Pero ya, dejémonos de cuentos, como dicen los boricua, no hay más na....
esto es lo que trajo el barco, esto es..... ¿De qué vale sino conformarnos?

Ahora, viene a la escena el ángel de Jehová para destruir tu conformidad. Qué incomodo
es eso. Usted pasa, trae su petición delante del Señor, el pastor Omar dice, ‘este es
tiempo de intimidad con Jehová’, se acerca al altar, minding your own business,
pidiéndole algo de parte del Señor, se te acerca alguien, la misma hermana profetiza, de
nuevo ella pone su mano sobre ti y dice ‘Señor, viene para ti tremenda promesa’. ¿Cómo
usted recibe eso?

Cuando te .... ese alboroto a tu conformidad. Qué si el Señor te dice que hay más, en vez
de decirte que no hay más na... te dice el Señor, ‘no, no, no, hay mucho más’. Qué si el
Señor te dijera que sus planes para ti son mayores que la vida con la cual te has
conformado. Y eso es lo que le dice a Zacarías. Le dice a Zacarías, ‘Zacarías, Yo no me he
olvidado de tus oraciones. Tus oraciones están, -la palabra me encanta Apocalipsis
Capítulo 5, creo que los Capítulos 4 y 5, uno de mis pasajes favoritos de la Biblia, y dice allí
que las oraciones de los santos, hermanos, esa oración que usted acaba de elevar al
Señor, esa adoración que usted acaba de subir delante del Señor es lo más precioso
delante del Señor.

En el Reino de Dios no hay dinero, usan el oro como el ladrillo del piso. Qué vale el oro en
el cielo, qué vale la plata en el cielo. Con las perlas hacen puertas y ventanas. Nada de eso
vale nada en reino de los cielos. ¿saben lo que vale en el Reino de los Cielos? Sus
oraciones. ¿Saben lo que cuidan en vasos de oro en el Reino de los Cielos? Las oraciones
de los santos, en vasos de oro, como incienso. El Señor cuida sus oraciones. El dice ‘Yo no
me olvidaba de tus oraciones, Zacarías, todo lo contrario, no me he olvidado de mis
promesas. No he echado al lado tus sueños, quizás tu guardaste tus sueños, pero Yo fui el
que inspiré esos sueños. Yo te los di y Yo se precisamente donde los guardaste, hombre, y
es tiempo que saques esos sueños ya, porque Yo te los di.’ Y entonces Zacarías brinca y
salta y dice ‘gloria a Dios que el Señor se ha recordado de su siervo’. Eso es lo que hace.

Sabe, el Señor ha puesto a Zacarías en un tremendo lío, porque Zacarías se ha conformado


con su vida. Zacarías ha entrado al templo para prender el incienso delante del Señor por
primera vez en su vida, aún como anciano. Esta es la primera vez en la vida de Zacarías
que él entra vestido de sacerdote para ministrar delante del templo de Jehová y prenderle
el incienso. ¿Lo saben?

Otra cosa, nunca más de acuerdo a las leyes sacerdotales, él lo volverá a hacer. Él lo hace
una vez y una última vez. Había aproximadamente, alguien escribió que había
aproximadamente 18.000 sacerdotes en el servicio de Jehová, en Israel en el Primer Siglo.
El era de la clase de Abdías, y habían 24 clases de sacerdotes, 24. Cada clase se encargaba
dos veces al año de ministrar delante del Señor y eran tantos sacerdotes, y solamente
había un templo, cómo íbamos a decidir quién iba a entrar a prender el incienso y
derramar ofrenda delante del Señor, bueno, es una lotería. Echemos a suerte.

Y dice la palabra del Señor, que en ese día, ese sábado la suerte cayó sobre Zacarías.
Hermanos, usted se imagina la emoción de este hombre. ¡Guau, me tocó! Llega él a
ponerse su...... ya no es un ensayo, ya .... this is the real thing. Ya él se pone su mitra, se
pone su vestido de sacerdote, se prepara, se consagra toda una semana para este
momento. Entra él y todo este tiempo yo me imagino Zacarías pensando ‘sabe quizás
Elizabeth y yo no tenemos hijos, pero yo soy un sacerdote de Jehová y esta es la cumbre
de mi vida. Para esto yo nací. This is it. Este es mi fin. Pero Señor qué fin. Gloria a Dios.
Gracias, Padre por esta oportunidad. Ahora despide a tu siervo en paz.

Entra él para despedirse del sacerdocio, para despedirse de su carrera, despedirse,


digamos, de sus sueños y de sus emociones, y aún allí, mientras él está prendiendo el
incienso el ángel de Jehová se le presenta y dice: ‘Zacarías, lo siento, pero esto no es la
cumbre de tu vida. Esto no es tu fin. Zacarías te queda más. Te queda mucho más. El Señor
tiene para ti mucho más. Esto no es la cumbre de tu vida, no, mi hermano, este es el
comienzo de tu bendición. El Señor te promete gozo, Zacarías, no amargura. El Señor te
promete alegría, algo para qué vivir. El Señor ha oído tus oraciones, Zacarías y está listo
para realizar tus sueños más ambiciosos. Felicidades, siervo de Dios.’

Y ¿saben? Zacarías no está preparado para esto. ¿Estarías tu preparado para esto?
Francamente ¿estaríamos preparados para esto? Saben la reacción de Zacarías es muy
típica de la reacción de los que recibían la misma promesa. El Señor, siervo de Dios, abrirá
su vientre, el vientre de su esposa y el Señor ha de remover su esterilidad y ustedes se van
a gozar de un niño. ¿Cómo es que una y otra vez en la Biblia todos reaccionan más o
menos como Zacarías?

A Abraham, el Señor le tuvo que indicar una y otra vez, no, no, no, es cierto, yo se que tu
estás prácticamente muerto. Yo se que Sara está prácticamente muerta, pero tendrán un
hijo. Cuenta las estrellas. ¿Las puedes contar? No. Cuenta tu la arena. ¿La puedes contar?
No. Hello, Abraham, no me cambié de mente, sí, el miércoles pasado dije que te iba a
bendecir. Este miércoles te digo que te voy a bendecir, el sábado te digo que te voy a
bendecir. ¿Me cambié yo de idea? No. Le tuvo que decir, una y otra vez, a Abraham, Sara,
era tan ridícula la idea, que Sara ¿qué hace ella? Se ríe. Y al pobre Isaac, le pusieron ‘risa’.
Se ríe. No solo eso pero ¿cómo termina esto? Sara y Abraham dicen, mira esto es tan loco,
esto es tan imposible, Dios es Dios y sabrá lo que está haciendo, pero vamos a darle a Dios
una mano y vamos a crear un ¿qué? Un Ismael.

Ellos no reaccionaron tan distinto como Zacarías. La mujer Sunamita, ¿ustedes se acuerda
de ella? En Segunda de Reyes. El profeta Eliseo le dice, ‘para este tiempo, el año que
viene, abrazarás un niño’, y ¿qué dice ella? Gloria a Dios, eso es lo que le pedí al Señor.
¿Eso fue lo que le dijo? Le dice ‘No, Señor mío. Varón de Dios, no hagas burla de tu sierva.
No hagas burla de mi. No me digas esas cosas. Por favor no me levantes los ánimos. Por
favor Jehová, no me diga algo que me va a animar tanto y me va a animar a soñar de
nuevo, me va a animar a abrazar estas promesas de nuevo, a visitar esa caja de sueños de
nuevo, esa caja de promesas. No me animes a eso.

¿No es eso lo que dice Zacarías? Ahora, se antoja y Jehová de darme hijos. Ahora, ahora
que tengo mi tarjeta de AARP, ahora que en Dennis me están dando un descuento del
50%. Ahora, ahora, se antoja Dios de darme hijos. Saben yo no quiero salir herido de esto,
Dios. Yo no quiero soñar de nuevo. ¿Cómo puedo estar seguro? ¿Cómo puedo estar
seguro?

Y usted, mi hermano, ¿cómo respondes a la promesa del Señor, especialmente cuando se


trata de algo que has anhelado por mucho tiempo. Cuando el Señor te dice a ti ‘No, te voy
a bendecir. Es para bendición que te he hecho’.
Saben, el escritor de la película famosísima, bueno él escribió el libro que inspiró la
película Crónicas de Narnia, C S Lewis, una vez escribió ‘saben, no son nuestras ambiciones
que ofenden a Dios, nuestros sueños ante Dios no son demasiado ambiciosos, todo lo
contrario, son demasiado fáciles. El dice que nosotros como niños, dice él, nosotros como
niños queremos jugar con lodo cuando Dios tiene para ti unas vacaciones en el
Mediterráneo. Así dice él. ¿Y no es así? Nosotros nos conformamos con jugar con lodo y
Dios tiene para ti viajes, sueños, cosas que nunca esperabas.

Ahora, qué hacemos cuando nosotros recibimos promesas así. Bueno, depende de qué es
lo que piensas de Dios. Depende de su relación con Dios. Depende del intercambio que
has tenido con Dios. Sabe, si piensas que otros están en control de su destino o si duda
que hay un Dios benigno, quizás tu crees que Dios existe. No te estoy llamando un ateo.

¿Saben qué la gran mayoría de los estadounidenses creen en Dios? La gran mayoría de los
norteamericanos creen que existe un Dios. El ochentipico, 90% creen en Dios. Ahora, que
crean que Dios es un Dios activo en su vida diaria, eso es otra cosa. Y si usted duda que
hay un Dios benigno, que te ama, que te desea bendecir, que te desea proteger, que
desea derramar provisión sobre tu vida, que desea que eches para adelante, que tengas la
victoria. Si usted duda de eso, entonces lo que les va a faltar es la esperanza y Satanás es
experto en quitarnos la esperanza.

Satanás es experto en echar en tela de juicio las promesas del Señor, desde las primeras
palabra que Satanás usó al ser humano. Estas son sus primeras palabras, de acuerdo a la
nueva versión internacional, lo primero que él le dijo a Eva, ser humano, es ¿es verdad
que Dios les dijo? ¿es verdad que Dios les dijo? ¿Es verdad que Dios les dijo que te va a
bendecir a ti, a usted, a su familia, a esos locos?

¿Cómo fue su navidad, mi hermano? No tiene usted un tío o dos o tres, o una tía o un
primo que te pesa un poco, pero te pesa un poco quizás porque te parece a ti un poco,
¿verdad? Y es un poco incómodo, ¿a esa familia el Señor va a bendecir? ¿Está loco?

Y dice el Señor, ¿cómo es la respuesta del Señor? El Señor le envía a Gabriel, a Gabriel. El
pastor predicó acerca de quién era este ser y Gabriel lo único que le dice a Zacarías acerca
de este respeto, es esto: ‘Mira, yo soy Gabriel, estoy delante de la presencia del Señor.
Hello, yo lo oí, yo fui testigo que Dios lo dijo. Yo lo escuché esta mañana decir ‘voy a
bendecir a Zacarías y a Elizabeth’. ¿Qué más quiere? Dios es fiel a su promesa. Dios no
miente. Dios no se cambia de idea. El es fiel a su palabra. Y El te ama. El te ama, Zacarías.
Si estoy aquí y si te comparto esta promesa, es porque eres altamente favorecido delante
del Señor.

O tal vez le quiere dar a Dios la mano, como hizo Abraham y Sara. Crear un Ismael.
¿Conocen tal vez un Ismael o dos, hermanos? Esto viene siendo quizás, una iglesia que
nace prematuramente, un ministerio que se levanta prematuramente, una empresa, un
negocio que se planta sin que el Señor lo guíe, sin la cobertura de Jehová, antes de
tiempo.

Saben en el Libro de los Hecho, Priscila y Aquila se encontraron con un Ismael llamado
Apolo, un joven dinámico y lleno de una palabra dinámica, pero le faltaba algo y ellos
vieron. Mira, este muchacho, tiene un tremendo potencial y le falta algo y lo separaron, lo
echaron de lado, le dieron mentoría, lo cubrieron, le dieron bendición y él llegó a ser una
columna en la iglesia primitiva. Pero comenzó como un Ismael.

Y el Señor le responde a Zacarías, a través de Gabriel, y le dice ‘sabe, Yo te amo tanto, que
te vas a quedar mudo por un tiempo. Por un tiempo te vas a quedar mudo porque Yo no
quiero que tu dañes esto, hombre, Yo no quiero que tu dañes lo que Yo deseo para ti,
tanto te amo que ni una palabra voy a permitir que salga de esa boca incrédula hasta que
Yo cumpla las promesas que tengo para ti. Y las sendas del Señor son algo serio. Porque el
Señor le dice, a través del ángel, de colmo el Señor le dice ‘y estas palabras, estas
promesas se cumplirán, esas tres palabras tan duras...... a su tiempo. A su tiempo.... en el
tiempo perfecto de Dios.

Ahora, quizás esto es lo más difícil que podemos digerir de parte del Señor, a su tiempo.
Las sendas del Señor son así. Me encanta.... ¿ustedes han visto los anuncios de los SUVs.,
estos camiones grandes. Me encantan. Y los caminos del Señor son algo así como estos
anuncios. Quizás tu estás en una carrera con otros automóviles, otros carros y ¿no es
lógico ir por el camino liso, abierto, directo, la que lleva directamente a la meta? ¿No es
eso lo lógico? Pero el Señor te dice a ti ‘no, no, no’, y te monta en su jeep y te dice ‘no es
por aquí, es por acá’. Y uno va y es un camino rocoso y pum... por el riachuelo y piensa
que las llantas se van a explotar y ¡guau! ¿a dónde me está llevando el Señor? ¿Por donde
vamos? Está cruzando un bosque, y le dice ‘Padre, pero dejamos unos carros por allá...’
‘No, es por aquí muchachos.... Yo se lo que estoy haciendo... bum, bum. Bum’.

Pero también los hombres en la congregación se están emocionando ¿verdad? Se están


emocionando ¿verdad? Oh, si, es un camino emocionante. Y al final, cuando te das
cuenta, no era una pérdida de tiempo, no era una locura, todo lo contrario era un a...... No
solamente llegaste a la meta, pero llegaste adelante. Ahí estás tu esperándolos, porque las
sendas del Señor son así.

Y el Señor llevó al pobre David por esa senda, lo montó en su jeepeta. ¿Se acuerdan de
David? En su juventud, como niño, el Señor lo unge como rey, pero se tarda 30 años para
que David sea coronado como rey de Israel y Judá. Y en esos 30 años fue perseguido por
Saúl, conoció la traición, conoció el hambre, conoció la persecución, durmió debajo de las
estrellas, durmió en cuevas, tuvo que tomarle prestado al templo, aún para comer. Esta
era la vida de David en ese entonces, pero en esos 30 años el Señor estaba cumpliendo en
cada una de esas experiencias, su promesa en David, sin que él mismo se diera cuenta.
Fueron en esos 30 años, fue en ese desierto que nacieron los salmos, los salmos, salmos
que aún ahora nosotros cantamos.
Con mi Dios saltaré los muros, con mi Dios ejércitos derribaré, El adiestra mis manos para
la batalla, puedo doblarle mis manos en algo de bronce. El es escudo, mi roca eterna, El es
la roca de mi salvación, mi alto refugio, mi...... El es mi libertador. Gloria a Dios. Ese es tu
Dios.

Ahora cuando David escribió ese salmo, él lo escribió con su espada húmeda de sangre,
durmiendo en tierra, en una cueva, rodeado de hombres de poca reputación que a través
de este proceso el Señor estaba formando esos hombres en un ejército y estaba formando
en David un rey. Pero allí nacen esos salmos.

Entonces, hermanos, ¿qué hacemos? ¿qué hacemos cuando se tarda la promesa del
Señor? Pero el Señor ha prometido que abrazaremos un hijo, ¿qué hacemos? ¿saben? Dos
cosas: 1. Lo que dijo el pastor en la víspera de Año Nuevo, regocíjate. Regocíjate. Sabe
quizás todavía no tienes un bebé en tus manos, pero si el Señor te prometió que tendrás
un bebé, prepárate para gemelos, prepárate. Si el Señor te lo prometió, hermano,
regocíjate desde ya, porque el Señor es fiel a su palabra. Desde ya te puedes regocijar aún
en la promesa del Señor.

La pobre Elizabeth cuando oyó, es más ni siquiera lo oyó, ella sintió porque Zacarías
estaba ¿en qué condición estaba el pobre Zacarías? Mudo, no le podía decir nada a ella.
Pero de momento ella siente algo moverse en su vientre y siente, pero espérate.... eso es
un poco raro.... y siente que esto no desaparece, sino que crece, y crece, y crece, y crece y
ella dice: ‘pero Señor estoy embarazada’ y quizás de temor o de asombro ¿qué hace ella?
Ella glorifica al Señor, pero ¿qué hace? Se recluye, se encierra porque quién sabe si Dios
cambia de mente.

En eso llega María, en el momento que María saluda a Elizabeth, el poder de Dios baja en
ese lugar. El espíritu del Señor cubre a las dos, lo que hay en el vientre de estas mujeres
comienza a saltar y a alabar al Señor. El espíritu de Dios, el espíritu de vida los bendice a
los dos. Y María sale cantando, ‘bienaventurado, dice Elizabeth, la que creyó que se
cumplirá lo que fue dicho de parte del Señor’. Y entonces María dijo ‘engrandece mi alma
el Señor, y mi espíritu se regocija en Dios, mi salvador, porque a mi lado la bajeza de su
sierva pues he aquí, desde ahora, no desde que nazca el niño, desde el momento de la
promesa, desde el momento que el Señor promete que tendrás su bendición, desde ahora
me dirán bienaventurada todas las generaciones.

¿Te prometió algo el Señor, hermanos, 10 años atrás, 20 años atrás? Bienaventurado eres,
porque el Señor lo cumplirá y aquí hay, hermanos, el principio, en toda esta historia esta
corriendo el principio que anunció el pastor, que compartió el pastor. El poder majestuoso
de la estéril que se regocija en su esterilidad.

Lo que se encuentra en Isaías Capítulo 54. ¿Se acuerdan hermanos? ‘....regocíjate, oh


estéril, la que no daba a luz. Levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de
parto porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.’
Pero va más allá, no solamente nos regocijamos, pero abramos lugar a la bendición. Saben
en parte este mensaje es inspirado porque en HERC, (HERC está experimentando una era
de fertilidad). ................. acaba de dar a luz a un bebé, Joy (gozo). Gloria a Dios. Dentro de
poco Nidia ..............., nuestra directora de operaciones dará a luz a un bebé ahora en
marzo, que están esperando ellos al bebé. ¿Cómo caben ellas dos en esa oficina era algo
serio? Ver a las dos acomodándose. Pero era algo serio, hermanos, el bebé sabe lo que
necesita y te lo pide. ¿Qué te pide el bebe? Yo no lo he experimentado, he hablado con
algunos varones, pero si tu esposa te pide una ensalada de bacalao y zanahoria a las dos
de la mañana, si de eso se antojó el bebé, usted va a salir a un Star Market de 24 horas a
buscar el bacalao, porque eso es lo que pide el bebé. ¿Qué te pide el bebé? Qué libros?
¿Qué actitudes? ¿Cómo puedes planificar que llegue este bebé?

Nidia los otros días....., nosotros en esta semana aprovechamos a pasarle un barniz al
tercer piso. Bello, eso parece una cancha de basketball, pero yo no me di cuenta, nadie
más se dio cuenta, Nidia que está esperando un bebé, que está en medio de su embarazo,
se dio cuenta que hay ciertos vapores que le incomodaban. Y ella me dice: ‘Samuel, yo no
puedo trabajar aquí’, ‘pero ¿por qué?’, ‘No puedo trabajar aquí porque es un peligro para
mi bebé, es un peligro para el niño que estoy cargando’.

Hermanos ¿cuáles ambientes son peligrosos para su bebé? ¿Cuáles ambientes pueden
envenenar la visión que el Señor te tiene a ti? ¿Y cuáles actitudes? El Señor en este
momento, El se aprovecha en estos días, para formar el bebé en ti. Y con cada clase que
usted toma de discipulado crece más ese bebé. Con cada tentación que usted vence, crece
más ese bebé. Con cada vez que le pide al Señor por esta visión, crece más ese bebé. Cada
vez que tu compartes esta visión loca con otros, crece más ese bebé, porque ya la vida de
Dios está en ti, ya el poder de Dios está en ti, ya está creciendo la promesa de Dios en ti
desde ya puedes celebrar. Desde ya puedes recibir, desde ya le puedes dar nombre y
desde ya puedes esperar que el Señor lo va a usar para la gloria de su nombre. Amen,
hermanos.

Pongámonos de pie. ¡Qué lindo! La música que el Señor nos tiene es el sonido del agua
corriendo. Sabe, en la esterilidad, en términos de la esterilidad y fertilidad espiritual,
varones nosotros tenemos vientres también. Vamos a hacer algo. Pongámonos nuestras
manos en los vientres. Hay una promesa que el Señor ha depositado en el vientre de cada
uno de ustedes y solo tú y Dios lo saben. Solo tú y Dios lo saben. Solo tu sabes para qué el
Señor te hizo. Solo tu sabes para qué naciste. Solo tú sabes lo que Dios está haciendo en ti,
pero Dios es fiel a su promesa y vamos a bendecir la promesa de Dios en ti, en el nombre
de Jesús.

Señor, te damos gracias por tu fidelidad. Te damos gracias porque en tu palabra hay vida.
Te damos gracias porque declaramos en el nombre de Jesús que tú estás fecundando tu
obra. Tú estás llenando nuestros vientres de vida. Señor sueños, Padre, que quizás se han
guardado, o se han olvidado, tú los estás resaltando de nuevo. Tú no dejarás que nos
olvidemos de tus palabras. Tu no dejarás, Señor que nos olvidemos de tus promesas, todo
lo contrario, Padre, asómbranos. Asómbranos. Sorpréndenos, Padre, con tu fidelidad.
Padre declaramos, Señor, ministerios, dones, empresas, visiones. Padre, cargas, cargas.
Señor que desde ahora sientan la carga de la vida en su vientre. Sientan, Maestro, que
sintamos todos la carga que nace en nosotros, no podemos evitar la vida que tu has
puesto en nosotros. No lo podemos ignorar ya. Padre, lo sentimos, que sintamos que da
patadas contra nuestro vientre esta visión, Señor. En el nombre de Jesús. Nos regocijamos
en ti, en lo que Tú has de hacer en nuestras vidas. Gloria a Dios. Bendice a Jehová con sus
promesas, porque El es fiel y para siempre su misericordia.

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