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Ironia y Fe
Ironia y Fe
Ironía y Fe:
Kierkegaard 1841-1843
Baudelaire
tensión entre los ámbitos estético y ético. Volviendo una y otra vez al mito es como
accedemos a nuestra naturaleza fragmentaria,xv atisbamos nuestra facultad para
la pseudonimia cuando reflejados en las peripecias de los héroes componemos
nuestra apariencia.
moverse (es, ante todo, una paradoja), el suelo sobre el que nos apoyamos para
caminar las coordenadas del sinsentido.
saber con seguridad que frente a Dios siempre se está en el error, al mismo
tiempo que somos libres de pensar que podemos estar en lo correcto.
Bibliografía
-, Faith and Knowledge, USA, State University of New York Press, 1977
Kierkegaard, Soren, “De los papeles de alguien que todavía vive. Sobre el concepto de ironía”,
en Escritos de Soren Kierkegaard, edición de Rafael Larrañeta, Darío González y Begonya
Saez ajafuerce, traducción del danés de Darío González y Begonza Saez Tajafuerce, vol. 1,
Madrid, Editorial Trotta, 2006.
-, La repetición, introducción de Jorge del Palacio, traducción directa del danés y notas de
Demetrio Gutiérrez Rivero, Madrid, Alianza Editorial, 2009.
Torres Garza, Elia, Kierkegaard dramaturgo: la estética, el teatro y las mujeres, México, UNAM,
2010.
10
Notas:
i
Aristóteles, Poética, 1459ª
ii
Torres Garza, E., Kierkegaard dramaturgo: la estética, el teatro y las mujeres, p. 50
iii
De acuerdo con la edición crítica danesa de las obras reunidas
(http://spanien.um.dk/es/cultura-danesa/conoce-la-cultura-danesa/literatura/soren-
kirkegaard/ )
iv
Kierkegaard, Temor y temblor, p. 3
v
Kierkegaard, Sobre el concepto de ironía, p. 77 ; <<Tesis 1. La semejanza entre Cristo y
Sócrates consiste ante todo en la desemejanza>.>
vi
Kierkegaard, Sobre el concepto de Ironía, p. 84; <<Si decimos que la ironía constituía lo
sustancial en su existencia (esto es, por cierto, una contradicción, pero es que así debe
ser), postulamos con ello que la ironía es un concepto negativo.>>
vii
Torres Garza, E., Kierkegaard dramaturgo: la estética, el teatro y las mujeres, p. 26
viii
Kierkegaard, Temor y Temblor, p. 95; <<Pero da la casualidad de que Hegel entendía
muy poco de ironía y además le guardaba rencor…>>
ix
Kierkegaard, Sobre el concepto de ironía, p. 255
x
Ibíd., p. 199. <<Al conducir permanentemente el fenómeno hacia la idea (la actividad
dialéctica), el individuo es repelido o huy de vuelta hacia la realidad; pero la realidad
misma no tiene otra validez que la de ser permanentemente ocasión del hecho de que se
quiera ir más allá de la realidad, sin que esto suceda sin embargo, mientras que el
individuo, en cambio, recupera para sí estas molimina [afanes] de la subjetividad, las
recoge dentro de sí para su satisfacción personal; pues bien, precisamente esa posición es
la ironía.>>
xi
Kierkegaard, Sobre el concepto de Ironía, p. 277; <<Pero goza de esa satisfacción en una
total soledad, y de él depende que nadie descubra su impostura…>>
xii
Torres Garza, E., Kierkegaard dramaturgo: la estética, el teatro y las mujeres, p. 25
xiii
El término danés resignera equivale a “renuncia”, cf. Kierkegaard, Temor y Temblor,
nota de la p. 38
11
xiv
Kierkegaard, Sobre el concepto de ironía, p. 153-4; <<[lo mítico] no tanto como una
exposición de segundo orden, destinada a los niños o los oyentes menos dotados, sino
como el presentimiento de algo superior.>>
xv
La naturaleza fragmentaria nos distingue de la absoluta coherencia de la naturaleza,
otorgándonos nuestra peculiaridad en nuestra facultad de errar. En el soneto 99,
Shakespeare increpa a las flores por robarse la belleza de su amada; la ética hegeliana no
otorga belleza al paisaje natural sino solo a su representación por mano humana; y en el
epitafio de Rafael leemos “Aquí yace Rafael, por el que en vida temió ser vencida la
naturaleza, y al morir él, temió morir ella.” La idea de lo humano como separación de la
naturaleza distingue a Kierkegaard de Spinoza, y muestra una de las facetas más
interesantes de su obra.
xvi
Aristóteles, Poética, 1450a
xvii
Kierkegaard, El Reflejo de lo trágico antiguo en lo trágico moderno, p. 163
xviii
Ibíd., p. 174
xix
Ibíd., pp. 166; 172. En Siluetas, Kierkegaard también llama al dolor “pena reflexiva”.
xx
Ibíd., p. 164. <<nuestro tiempo pierde lo trágico y gana la desesperación.>>
xxi
Kierkegaard, Temor y Temblor, p. 88
xxii
Kierkegaard, El Reflejo de lo trágico antiguo en lo trágico moderno, p. 160; <<Las
determinaciones [de Aristóteles en la Poética] son de índole general…>>
xxiii
Aspectos que le incumben al poeta, cf. Kierkegaard, La Repetición, p. 216
xxiv
Kierkegaard, Sobre el concepto de ironía, p. 81; <<El observador debe ser un erotista;
ningún gesto, ningún detalle debe serle indiferente…>>
xxv
Kierkegaard, Temor y Temblor, p. 37; <<La cultura es el camino que ha de recorrer un
individuo para llegar al conocimiento de sí mismo>>
xxvi
Kierkegaard, La Repetición, p. 156
xxvii
Hegel, Fenomenología del Espíritu, p. 48; <<Como, por lo demás, vivimos en una época
en que la universalidad del espíritu se ha fortalecido tanto y la singularidad, como debe
ser, se ha tornado tan indiferente, en la que aquélla se atiene a su plena extensión y a su
riqueza cultivada y las exige, tenemos que la actividad que al individuo le corresponde en
la obra total del espíritu sólo puede ser mínima, razón por la cual el individuo, como ya de
suyo lo exige la naturaleza misma de la ciencia, debe olvidarse tanto más y llegar a ser lo
12
que puede y hacer lo que le sea posible, pero, a cambio de ello, debe exigirse tanto menos
de él cuanto que él mismo no puede esperar mucho de sí ni reclamarlo.>> Contrastar las
declaraciones hegelianas con la idea tras las declaraciones de Mao Tse, respecto a la
guerra nuclear: “significaría apenas algo para el universo, aunque puede ser un evento
importante para el sistema solar” (El pueblo Chino no puede ser intimidad por la bomba
atómica, 1955).
xxviii
Kierkegaard, Sobre el concepto de ironía, p. 98; <<Por un lado, podríamos decir que es
la palabra la que crea; por el otro, que es el silencio el que da a luz y cría al individuo.>>
xxix
Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos, I, 9
xxx
Ibíd., VI, 54; <<Cuando a Platón le preguntaron: ‘¿Qué te parece Diógenes?’, respondió:
‘Un Sócrates enloquecido’>>
xxxi
Sófocles, Antígona, 850
xxxii
Kierkegaard, Temor y Temblor, p. 29; <<El último estadio que pierde de vista es el de
la resignación infinita.>>
xxxiii
Ibíd., p. 12; <<Hubo quien triunfó de todo gracias a las propias fuerzas y hubo quien
prevaleció sobre Dios a causa de la propia debilidad”
xxxiv
Kierkegaard, La Repetición, p. 26
xxxv
Ibíd., pp. 63-64
xxxvi
Kierkegaard, Temor y Temblor, p. 58.
xxxvii
Ibid, p. 67
xxxviii
Ibid, p. 203
xxxix
Ibid, p. 44
xl
Ibíd., p. 57
xli
Ibíd., p. 69
xlii
Ibíd., p. 50; <<El héroe trágico no establece una relación privada con la divinidad, sino
que para él lo ético es lo divino>>
xliii
Ibíd., p. 50
13
xliv
Génesis, XXII, 12
xlv
Kierkegaard, La Repetición, p. 180; <<Dios no es un legislador moral, ni sufrimos a causa
de nuestros propios pecados…>>
xlvi
Kierkegaard, Temor y Temblor, p. 15
xlvii
Kierkegaard, La Repetición, p. 138; <<Det Vindunderliges Graendse = La frontera de
Dios>>. En Génesis, XIX, 5, se encuentra que querer “conocer” lo que corresponde a la fe,
está prohibido.
xlviii
Confrontar con lo dicho por Hegel en Fe y Saber “Civilization has raised this latest era
so far above the ancient antithesis of Reason and faith, of philosophy and positive religion
that this opposition of faith and knowledge has acquired quite a different sense and has
now been transferred into the field of philosophy itself.” Pero Kierkegaard se adelanta y
declara que él no es un filósofo (Temor y Temblor, p. 5).
xlix
Kierkegaard, Ultimátum, p. 315
l
Hegel, Fenomenología del espíritu, p. 11
li
Kierkegaard, Ultimátum, p. 316
lii
Mateo, X, 34 <<No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la
paz, sino la espada>>