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EN LO PRINCIPAL: Contesta demanda; EN EL PRIMER OTROSÍ: Medios

de prueba; EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Objeta documento.

S. J. L. EN LO CIVIL DE RANCAGUA (2º)

JORGE TAGLE ORTIZ, Abogado, por los demandados en autos


ordinarios caratulados, “Banco Santander con Sociedad Agrícola”, Rol C-
17.958-2016, a SS. respetuosamente digo:

En virtud de lo resuelto por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de


Rancagua con fecha 20 de noviembre de 2017, y en atención al cúmplase
dictado por SS. con fecha 21 de diciembre de 2017, vengo en contestar la
demanda de autos, solicitando su más absoluto rechazo en virtud de las
consideraciones de hecho y derecho que paso a exponer:

1.- Prescripción de la acción ordinaria de cobro y de la deuda:

1.- La demandante señala que mis representados serían deudores de


$ 119.663.004. Deuda que constaría en el pagaré número 420007764021
suscrito con fecha 23 de agosto de 2007, por Sociedad Agrícola y Comercial
La Consentida Ltda., en su calidad de deudor principal y por Fernando
Rodrigo Gattas Beher, en su calidad de avalista y codeudor solidario, por la
suma de UF. 10.571,5.

2.- De igual forma, la demandante señala que la citada deuda se


pactó en 4 cuotas anuales, sucesivas e iguales de UF. 11 2.517,7006.-, con
vencimiento los días 15 de julio de cada año, a contar del 15 de julio de 2008
y una última cuota de UF. 2.517,7004.- con vencimiento el día 15 de julio de
2012.
3.- Expuesto lo anterior, la contraria señala que mis representados
dejaron de cancelar las cuotas con vencimiento los días 15 de julio de 2011
y 15 de julio de 2012. En consecuencia, una de las cuotas adeudadas
(15/07/2011) se habría hecho exigible hace más de 6 años; y, la cuota con
vencimiento se julio de 2012, se hizo exigible hace más de 5 años.

4.- En atención a los hechos expuesto, resulta inconcuso que la acción


ordinaria de cobro de pesos se encuentra indefectiblemente prescrita. Así,
el artículo 2514 del Código Civil señala que:

“La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige


solamente cierto lapso de tiempo, durante el cual no se hayan ejercido
dichas acciones.
Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho
exigible”
5.- A su turno, y en lo referente al plazo que debe transcurrir para que
opere la prescripción, el artículo 2515, dispone:
“Este tiempo es en general de tres años para las acciones ejecutivas
y de cinco para las ordinarias.
La acción ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de tres años,
y convertida en ordinaria durará solamente otros dos”
6.- De igual forma, e invocando nuevamente el ya citado artículo
2514 del Código Civil, la deuda que reclama la contraria, al igual que la
acción, se encontraría definitivamente prescrita.

7.- Resulta necesario destacar que en el presente caso no ha operado


ninguna interrupción de la prescripción, desde que según la resolución de
la Ilustrísima corte de Apelaciones de Rancagua, de fecha 20 de noviembre
de 2017, en el actual proceso se anuló todo lo obrado hasta la notificación
de la demanda, ordenando que esta parte debe entenderse notificada
desde que SS. dictara el cúmplase de la señalada resolución. Hecho que
ocurrió el día 21 de diciembre de 2017. Habiendo transcurrido, de esta
forma, sobradamente los plazos exigidos por el artículo 2515 del Código Civil.

8.- En definitiva, solicitamos a SS. declare que tanto la acción como la


deuda se encuentra prescritas.

II.- En subsidio de lo anterior, negamos absolutamente la deuda


demandada:

1.- AL respecto debemos señalar expresamente que, no obstante


haber existido relaciones comerciales entre mis representados y la
demandada, éstas jamás ascendieron a las sumas que ahora se pretenden
cobrar. Por lo cual, los montos que figuran en la demanda y que serían
producto de un supuesto mutuo son falsos y no dicen relación con la
realidad.

2.- Como señale, efectivamente mis representados mantuvieron


relaciones comerciales con la demandante, y en ese contexto, don
Fernando Gattas firmó una serie de pagarés en blanco los cuales serían
posteriormente llenados por la contraria en caso de ser necesarios. Pero
jamás autorizó ni a su nombre ni a nombre de la demandada principal,
llenados por los montos señalados. Y no los autorizó pues jamás existió con
la contraria algún mutuo por tales cifras.

3.- De esta forma, negamos absolutamente la supuesta deuda que se


está cobrando a través del presente proceso.

POR LO TANTO,

RUEGO A SS. se sirva tener por contestada la demanda, solicitando su


más absoluto rechazo, con expresa condena en costas.
EN EL PRIMER OTROSÍ: Solicito a SS. se sirva tener presente que durante
la tramitación de la presente causa esta parte se valdrá de todos los medios
de prueba que nos franquea nuestro ordenamiento jurídico.

EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Por medio del presente escrito vengo en


objetar el documento acompañado por la demandante consistente en el
pagaré Nº 420007764021, por falsedad, en los términos del artículo 346 Nº 3
del Código de Procedimiento Civil.

1.- En primer lugar, sabido es que la falsedad consiste en no haberse


otorgado el instrumento por las personas y de la manera que en él se
expresa. Así, el segundo inciso del artículo 17 del Código Civil indica, en
cuanto a la autenticidad, que esta consiste en el “hecho de haber sido
realmente otorgados y autorizados por la personas y de la manera que en
los tales instrumentos se exprese.

2.- Pues bien, en el presente caso nos encontramos ante la


denominada falsedad ideológica, por cuanto el instrumento acompañado
es mendaz en sus declaraciones. No se ajusta al contenido real de la
relación comercial que antaño existió entre la demandante y esta parte.

3.- En efecto, habiendo existido relaciones comerciales con la


demandada, éstas jamás ascendieron a las sumas que ahora se pretenden
cobrar, por lo cual, los montos que figuran en el pagaré acompañado por
la contraria (en el primer otrosí de su demanda) son falsos y no dicen relación
con la realidad.

4.- Como señale, efectivamente mis representados mantuvieron


relaciones comerciales con la demandante, y en ese contexto, don
Fernando Gattas firmó una serie de pagarés en blanco los cuales serían
posteriormente llenados por la contraria en caso de ser necesarios. Pero
jamás autorizó ni a su nombre ni a nombre de la demandada principal,
llenados por los montos señalados. Y no los autorizó pues jamás existió con
la contraria algún mutuo por tales cifras.

5.- De esta forma, la contraria llenó a su antojo el pagare objetado.


Consignando fechas, intereses y montos antojadizos y falsos que no dicen
relación con la realidad. En este afán confeccionó un instrumento
ideológicamente falso, es decir, no se otorgó de la manera que en él se
expresa.

6.- En palabras de nuestra Corte Suprema:

“la falsedad ideológica surge cuando hay pugna entre los


contenidos debidos y aquéllos expresados en el instrumento,
afectando de manera inmediata y exclusiva su animus. En todo
documento escrito, se puede distinguir entre un contenido ideal, o
debido, y un contenido real o expreso. El primero es el mensaje que el
documento está llamado a registrar o expresar, lo que su creador
debe consignar en él. El segundo, el mensaje manifiesto o
efectivamente incorporado. La conformidad entre el texto expreso o
real y el ideal o debido constituye la verdad o autenticidad intrínseca
del documento. La falta de correspondencia entre esos contenidos -
se consigna en el escrito algo diferente de lo que se debería
manifestar- se identifica con la denominada falsedad ideológica”1

7.- Así las cosas, sostenemos derechamente que las declaraciones


contenidas en el instrumento objetado, en cuanto a los montos, intereses y
plazos, son falsos pues no se corresponden con la voluntad real de los
otorgantes. Pues entre mis representados jamás han pactado con la
demandante algún mutuo por tales cifras.

1
Corte Suprema, 197-2010, Casación en el Fondo.
8.- Como ha sostenido importante doctrina, “cuando se impugna la
verdad de las declaraciones recogidas en los instrumentos, no se pretende
sostener que no se formularon, sino que no corresponden a la voluntad real
de los otorgantes sea por error, dolo o simulación”2. Y es precisamente lo
ocurrido en el presente caso, pues la demandante de forma dolosa falseo
el impugnado documento.

POR LO TANTO,

RUEGO A SS. se sirva tener por objetado el señalado instrumentos,


acogiéndola, con costas

2
Andrés Bordalí, Gonzalo Cortez, Diego Palomo, “Proceso Civil”, Thosom Reuters, 2ª ed. Santiago, 2014, p.
311.

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