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EL ENANITO PAQUITO

En un bosque muy, muy, muy lejano; viva un enanito que se llamaba Paquito.
Se haba construido una casa muy linda en el hueco que un pjaro carpintero
haba hecho para l. Todos sabemos que el pjaro carpintero hace agujeros en los
rboles.
Todos los animales del bosque eran amiguitos suyos.
Una preciosa maana de primavera llamo a todos los animalitos y les dijo:
- Je, je, je! Los invito a todos porque quiero ensearles muchos ruidos que
los enanitos sabemos hacer con nuestro propio cuerpo.
Todos los animalitos se pusieron muy contentos y, pidiendo al enanito que empezara
cuanto antes, se sentaron a su alrededor. El enano Paquito comenz su exhibicin:
- Ustedes, como no tienen manos, -porque solo tienen alitas o patas y algunos,
como la serpiente, ni siquiera eso- no pueden hacer estos ruidos. Por ejemplo,
dar palmas con las manos, o tocar los platillos, o golpear los labios con los
dedos.
Todos los animalitos lo intentaban, pero claro, era imposible. La paloma mova sus
alitas, el mono trataba de aplaudir, el len no poda ni llevar su melena hasta la boca.
Contentos y orgullosos de la habilidad de su amiguito, le pidieron que hiciera algo con
los piecitos. El enano Paquito, muy contento y orgulloso, comenz a caminar y luego a
correr. Los ruidos que el enanito haca volvan locos de contento a todos los animales.
- Bueno, Bueno! Qu quieren que ahora haga algo con la garganta?
Todos contestaron rpidamente que s. El enanito cada vez ms orgulloso comenz a
rer, a toser, a carraspear. Con la boca y con la nariz les enseo a soplar, a suspirar, a
silbar y a bostezar.
Todos estaban muy contentos, lo aplaudan. Pero, de pronto, el Len dijo al enanito:
- Paquito, y con los ojos no pods hacer nada?
Todos quedaron expectantes. El enano se qued pensativo. Pero como se crea muy listo
contest:
- Ya est! Claro que s. Puedo llorar. Y el enanito se puso a llorar.
- Qu les parece?, pregunt.
Pero, sorpresa! La alegra de sus amigos los animales se haba convertido en tristeza, y
empezaron todos a irse y a dejarlo solito. La tristeza y el llanto no les gusta a los
animales.
Ante la posibilidad de quedarse solo, el enano Paquito comenz a reir.
- Vuelvan, Vuelvan! Ya no voy a llorar ms.
Y as fue, todos los animalitos volvieron a jugar con Paquito y nunca, nunca ms el
enanito volvi a llorar.

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