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La parábola de los dos hijos contrasta la actitud de los recaudadores de impuestos y las prostitutas, que aceptaron el mensaje de Juan el Bautista, con la de los dirigentes religiosos judíos que no lo hicieron. Jesús compara a las autoridades judías con un hijo que promete obediencia pero no actúa, sugiriendo que los publicanos y las meretrices entrarán en el Reino de Dios antes que las autoridades religiosas. Según un académico, esta parábola guarda semejanza
La parábola de los dos hijos contrasta la actitud de los recaudadores de impuestos y las prostitutas, que aceptaron el mensaje de Juan el Bautista, con la de los dirigentes religiosos judíos que no lo hicieron. Jesús compara a las autoridades judías con un hijo que promete obediencia pero no actúa, sugiriendo que los publicanos y las meretrices entrarán en el Reino de Dios antes que las autoridades religiosas. Según un académico, esta parábola guarda semejanza
La parábola de los dos hijos contrasta la actitud de los recaudadores de impuestos y las prostitutas, que aceptaron el mensaje de Juan el Bautista, con la de los dirigentes religiosos judíos que no lo hicieron. Jesús compara a las autoridades judías con un hijo que promete obediencia pero no actúa, sugiriendo que los publicanos y las meretrices entrarán en el Reino de Dios antes que las autoridades religiosas. Según un académico, esta parábola guarda semejanza
Jess encuentra a Juan el Bautista. Annimo del siglo XV.
La parbola de los dos hijos es una comparacin (mashal) que se encuentra
nicamente en el Evangelio de Mateo (21:28-32), que pone esta enseanza en labios de Jess de Nazaret. El evangelista la ubica junto con otras dos, la parbola de los viadores homicidas (Mateo 21:33-46) y la parbola de la fiesta de bodas (Mateo 22:1-14). Las tres parbolas tienen como tema el juicio y como destinatarios los lderes religiosos de Israel, a los que se condena con severidad.1 Esto se pone de manifiesto por las palabras del propio evangelista quien comenta que, cuando los sumos sacerdotes y los fariseos oyeron sus parbolas, comprendieron que estaba refirindose a ellos (Mateo 21:45).2
En la parbola de los dos hijos, Jess contrasta la actitud de los recaudadores de
impuestos y las prostitutas, que aceptaron el mensaje de Juan el Bautista, con la de los dirigentes religiosos que no lo hicieron. Jess, al comparar a las autoridades judas con un hijo que promete obediencia pero que nada hace, formula un contraste altamente polmico: los publicanos y las meretrices, que creyeron en Juan el Bautista, entrarn en el Reino de Dios antes que las autoridades.3
Segn el acadmico Robert Horton Gundry, esta parbola perteneciente al
Evangelio de Mateo guarda cierta semejanza con la parbola del hijo prdigo, propia del Evangelio de Lucas.4 5