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FRANCISCO RAMÍREZ FUEYO

LA DIVERSIDAD TEOLÓGICA
EN EL NUEVO TESTAMENTO

El Nuevo Testamento muestra una gran diversidad teológica, tanto en


el modo en que cada autor recogió e interpretó la tradición oral o sus
fuentes escritas, como en la visión de los grandes misterios de la fe y
de sus consecuencias prácticas. Esta diversidad se prolongó en el pro-
ceso de transmisión textual posterior. En este artículo se ponen ejem-
plos de este pluralismo y se dan algunos criterios para valorarlo.

Sal Terrae 102 (2014) 271-284

Introducción: ¿con nosotros zanpor hacer el bien? ¿Debemos


o contra nosotros? apreciarlos o, más bien, debemos
oponernos a su actuación, pues po-
El evangelio según san Marcos nen en peligro el que nuestra Igle-
nos ha transmitido el dicho de Je- sia sea la única portadora de ver-
sús (Mc 9,40): «Pues el que no es- dad y de bien? Según qué versión
tá contra nosotros está por noso- escojamos, parece que desembo-
tros» (similar en Lc 9,50). En la camos en dos iglesias muy distin-
que hoy conocemos como fuente tas: una dialogante, que trabaja
Q se hallaba una segunda versión: mano a mano con todo aquel que
«El que no está conmigo está con- busque el bien, sea de la confesión
tra mí, y el que no recoge conmi- que sea; y otra sectaria y descon-
go desparrama» (Mt 12,30 // Lc fiada de todo aquel que no sea «de
11,23). El problema es que ambas los nuestros». Cambia también
versiones, la de Mc // Lc y la de Mt nuestra cristología y pneumatolo-
// Lc (Q), no son coincidentes; más gía: en una, el nombre de Jesús es
bien, parecen ir en sentido opues- patrimonio exclusivo de los cre-
to. ¿Son dichos contradictorios? Si yentes; en la otra, el Espíritu del
lo son, ¿hemos de elegir entre am- Señor actúa también en los no cre-
bos enunciados? A Lucas no de- yentes.
bieron de parecerle contradicto-
rios, dado que incluyó ambos
dichos en lugares distintos de su La diversidad en los Evangelios
evangelio. Sinópticos
Pensando practicamente, ¿qué
actitud debemos tener ante quie- Los cuatro evangelios son lite-
nes, no siendo cristianos, se esfuer- rariamente distintos y, además, di-
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fieren en su contenido. La biogra- paralelo (Lc 21,29-33). Por su par-
fía de Jesús se inicia en Marcos te, los manuscritos más fiables del
con su bautismo por Juan. En cam- evangelio de Mateo conservan
bio, Mateo y Lucas abren con sen- sustancialmente la versión marca-
dos relatos de la infancia con no- na.
tables divergencias: no coinciden El Jesús de Marcos condena sin
ni las genealogías respectivas, ni paliativos el repudio: «Cualquiera
los lugares de procedencia (en Ma- que repudie a su mujer y se case
teo, Jesús nace en su pueblo, en con otra comete adulterio contra
Belén; en Lucas, María y José vi- su esposa» (Mc 10,10). Mateo co-
ven en Nazaret y se desplazan a rrige a Marcos introduciendo una
Belén). El resto de los relatos no motivación suficiente para el repu-
son compartidos: Lucas nada sabe dio: «cualquiera que repudie a su
de los «magos» de Oriente; Mateo mujer –si no es por inmoralidad–
no ha oído hablar del parentesco y se case con otra comete adulte-
de Jesús con Juan el Bautista ni de rio» (Mt 19,9; igualmente en Mt
sus padres. En Mateo es el padre 5,32). Esta tendencia a elaborar una
de Jesús, José, el protagonista del moral que podríamos llamar más
relato: es a él a quien se dirige el realista, o casuística, es continua-
ángel para anunciarle que el hijo da por los escribas posteriores. Por
de María proviene del Espíritu; a ejemplo, en el sermón del monte
él se le indica que huya a Egipto y Jesús prohíbe irritarse contra el
que retorne; es José quien decide hermano (Mt 5,22). Esto les pare-
prudentemente instalarse en Gali- ció algo excesivo a muchos cristia-
lea. Lucas, en cambio, pone a la nos, por lo que una parte notable
madre de Jesús en el centro: a Ma- de la tradición manuscrita indica a
ría se dirige el ángel, ella decide no ser que sea “sin causa”; es de-
visitar a su prima, y es ella quien cir, que la cólera o enfado podría
entona el cántico que conocemos estar justificado.
como Magnificat.
Evito extenderme, por ejemplo,
Los primeros que fueron cons- con los relatos de la resurrección
cientes de esta diversidad fueron y las apariciones del Señor; sí me
los propios evangelistas. Tanto detendré algo más en tres ejemplos
Marcos como Mateo o Lucas mos- significativos de cómo Mateo y
traron una gran libertad para mo- Lucas han modificado ampliamen-
dificar, adaptar e interpretar la tra- te sus fuentes para adaptarlas a su
dición recibida. En ocasiones, teología y a sus respectivas comu-
basta una omisión para indicar una nidades: el bautismo de Jesús y las
divergencia teológica: Lucas se ha parábolas de los invitados al ban-
sentido probablemente incómodo quete y de la «oveja perdida».
con la ignorancia de Jesús sobre
la cronología del fin que hallamos
en Mc 13,32, y lo suprime en su
292  Francisco Ramírez Fueyo
El bautismo de Jesús (Mc 1,9- todo lo que la Ley mandaba.
13 // Mt 3,13-17 // Lc 3,21-22)
Lucas narra el bautismo de Je-
sús de un modo elíptico: «Sucedió
Marcos comienza su evangelio que, mientras se estaba bautizando
diciéndonos que va a hablar de Je- todo el pueblo, también fue Jesús
sús, el Cristo, el Mesías, el Hijo de bautizado»; es decir, no narra el
Dios, e inmediatamente nos des- momento preciso en el que Jesús
cribe la figura del Bautista, quien se bautiza, ni siquiera dice que sea
anuncia que llega uno más fuerte bautizado por Juan. Lo importan-
que él. La voz del cielo, «Tú eres te es que Jesús se bautiza junto con
mi hijo, el amado, en ti me com- todo el pueblo. De este modo, Lu-
plazco», nos dice quién es Jesús: el cas salva el problema teológico de
Hijo de Dios, el Rey que viene a Mateo ya que Jesús se bautiza con
gobernar (Sal 2,7); el Hijo amado todo el pueblo para asumir el pe-
que, como Isaac (Gn 22,2), está cado de todo el pueblo, elevarlo a
dispuesto a entregar su vida; y el Dios y obtener de Él no solo el per-
siervo manso y humilde que viene dón, sino también el Espíritu que
a restaurar la presencia de Dios en hará posible la vida nueva de redi-
el mundo (Is 42,1-6). midos (Lc 3,6).
Mateo se muestra más preocu-
pado por el problema teológico del
bautismo de Jesús: ¿por qué recibe Las parábolas de los invitados
Jesús un bautismo que, según Mar- al banquete y de la «oveja
cos (1,4), era para perdón de los perdida»
pecados? Para aclarar esta cues-
tión, Mateo (3,2) suprime la afir- De un modo más sintético me
mación de que el bautismo de Juan referiré a otros dos pasajes parale-
era para perdón de los pecados, los de Mateo y Lucas. Pasajes am-
transformándolo en un signo de bos que provienen quizá de la lla-
conversión. Para mayor claridad, mada fuente Q, pero que cada
Mateo introduce un diálogo entre evangelista ha modificado profun-
Juan y Jesús, ausente en los otros damente para transmitir un men-
evangelios, en el que Juan deja cla- saje teológico distinto.
ro que Jesús no necesita bautizar-
se (Mt 3,14-15). La respuesta de En la parábola de los invitados
Jesús nos recuerda que, para Ma- al banquete en Mateo (22,1-10), se
teo, cumplir la justicia es dar ple- trata de un Rey que celebra las bo-
nitud a lo que el Antiguo Testa- das de su hijo. Seguramente, se re-
m ent o había p r ofet i z a do y fiere Mateo al envío de Jesús, el
prescrito. De este modo, Jesús se Hijo, usando la imagen del banque-
bautiza para asumir en su bautis- te mesiánico de Isaías (25,6; 55,1-
mo todas las expectativas proféti- 2) o del banquete de la Sabiduría
cas (como Marcos), pero también (Prov 9,1-6). Los siervos que envía
La diversidad teológica en el Nuevo Testamento   293
y que son maltratados y asesina- una segunda llamada, que es tam-
dos son en realidad los profetas bién teología lucana: el evangelio
(véase Mt 23,30). El castigo de la es proclamado primero a Jerusalén
ciudad es alusión a la destrucción (misión judía) y, como en círculos
de Jerusalén por los romanos. Ma- concéntricos, en segundo lugar a
teo anuncia un nuevo pueblo, en el los gentiles. De este modo, la pa-
que entran malos y buenos, a la es- rábola en Lucas explica el hecho
pera del retorno del Rey y del jui- histórico de que el Evangelio de
cio final. Jesús esté alcanzando ante todo a
Lucas (14,16-24) tiene una pers- los humildes y a los gentiles.
pectiva distinta. Una de sus gran- Aún más brevemente aludiré a
des preguntas es qué hacer con las la parábola de la «oveja perdida»,
riquezas, cómo deben gestionarlas conservada por la doble tradición
aquellos que se hacen cristianos (Mt 18,12-14 // Lc 15,4-7). En am-
(Hch 4,32; Lc 8,3). Solo en su evan- bas versiones se trata de una oveja
gelio hallamos la parábola del rico perdida y buscada, cuyo hallazgo
y el pobre (16,19-31). La respuesta provoca alegría. La verdadera di-
de Lucas será la disposición a com- ferencia es cómo Lucas insiste en
partir lo que se posee: la primera que la búsqueda no ceja hasta que
comunidad pone todo en común lo perdido es hallado. Mateo, en
(Hch 4,32). Donde Pedro le dice a cambio, solo menciona la búsque-
Jesús: «mira, nosotros lo hemos de- da: el que sea encontrada la oveja
jado todo y te hemos seguido» (Mc es más una posibilidad que una
10,28), Lucas realiza un pequeño certeza.
pero importante cambio: «noso-
tros, dejando las cosas propias, te Lucas habla, en la conclusión,
seguimos» (Lc 18,28). No se trata de los pecadores y los justos: Jesús
tanto de dejar todo cuanto de dejar ha venido a buscar y salvar a los
lo propio, dejar de pensar en las pecadores (Lc 19,10) y no está dis-
cosas como solo mías, para consi- puesto a renunciar a esta misión.
derarlas nuestras. En Mateo, en cambio, la conclu-
sión es extraña: lo mejor es que no
Volviendo a la parábola del se pierda ninguna oveja. Mateo no
banquete en Lucas, tenemos que el habla de los pecadores, sino de los
evangelio es proclamado, pero, co- miembros débiles de la comuni-
mo es frecuente, las ocupaciones dad, que deben ser protegidos pa-
del mundo, las riquezas, distraen a ra que no se pierdan (Mt 18,1-35).
los invitados y les impiden parti-
cipar del banquete. De ahí que se
produzcan dos nuevas llamadas: la Otros ejemplos de teologías
primera, a los pobres (cumplién- distintas en el conjunto del NT
dose lo anunciado en las bienaven-
turanzas y lo mandado por el mis-
mo Jesús en Lc 14,12-14). Sigue Podemos, pues, ver cómo las
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divergencias teológicas entre los maldición sobre el Templo. El mis-
libros del Nuevo Testamento al- mo Lucas, cuya tendencia armoni-
canzan a muchos otros campos. La zadora es clara, nos presenta, por
relación de la Iglesia cristiana con un lado, a los primeros cristianos
el judaísmo es uno de ellos. Para participando en las oraciones y sa-
Pablo es claro que la comunidad crificios en el Templo (2,46) y, por
cristiana es una rama injertada en otro, a Esteban arremetiendo con
el tronco que es Israel (Rm 11,17). un radicalismo superior al de Je-
Para Hebreos, en cambio, la Nue- sús contra la misma institución
va Alianza anula la primera: «Al (Hch 7,48).
decir “nueva” dejó anticuada la
Pero la diferencia no siempre
primera; y lo que se vuelve anti-
supone un contraste, ya que en mu-
cuado y envejece está próximo a
chas ocasiones, lo que nos ofrece
desaparecer» (9,13).
son perspectivas distintas para
A pesar de ello, Pablo cree que comprender teológicamente el
los cristianos están libres de la Ley; misterio. Baste mencionar, por
libres especialmente de aquellos ejemplo, los numerosos términos
preceptos más caracterizadores del con que los primeros cristianos
judaísmo, como la circuncisión o describieron la salvación acaecida
la distinción entre alimentos puros en la muerte y resurrección de Je-
e impuros. El autor del Apocalip- sús: expiación, reconciliación, sa-
sis, en cambio, reprocha a la igle- crificio, perdón de los pecados, jus-
sia de Pérgamo esa misma libertad tificación, redención, salvación,
que Pablo defiende (Ap 2,14); y, etc. Son términos tomados de dis-
respecto de la Ley, Mateo no tiene tintos ámbitos. Cada uno de ellos
nada claro el hecho de que Cristo ofrece una interpretación propia de
nos haya liberado de su cumpli- por qué la muerte de uno ha podi-
miento (Mt 5,17-19). do ser causa de bien para muchos
o para todos. No se oponen; se
La perspectiva con que se con-
complementan.
templa uno de los símbolos centra-
les del judaísmo, su Templo, es
también distinta. El episodio de la
La diversidad en la tradición
higuera estéril en Mc 11 enmarca
textual:signo de una Iglesia
la visita de Jesús al Templo: pri-
viva y animada por el Espíritu
mero maldice la higuera; sigue la
expulsión del Templo de los mer-
caderes; y concluye con la visión Al proceso de composición o
de la higuera seca. El Templo no redacción del Nuevo Testamento
ha producido los frutos esperados siguen muchos siglos de transmi-
y ha sido maldecido. Mateo, al su- sión o copia de manuscritos que
primir la disposición en «bocadi- dio lugar a un enorme número de
llo» de Marcos, elimina el aspecto variaciones textuales. Los escribas
simbólico de la higuera y rebaja la cristianos a veces realizaron una
La diversidad teológica en el Nuevo Testamento   295
interpretación o adaptación ecle- evangelio); otros, en cambio, dicen:
sial de los textos que copiaban. «y si entrego mi cuerpo para ar-
der...» (¿martirio?). ¿Cuál de las
En el episodio de Jesús ense- dos versiones es la original? Des-
ñando a los doctores en el Templo, de el punto de vista científico, es
en Lc 2,41-43, se menciona dos ve- más probable que lo sea la prime-
ces a los «padres» de Jesús. En nu- ra; pero la tradición eclesial, por
merosos e importantes manuscri- influencia de la Vulgata, prefirió la
tos antiguos, se sustituye «padres» segunda. Algo similar ocurre con
por «José y María» (v.41), o «José el texto de 1 Co 15,51: «Mirad, os
y la madre» (v.43). En Mt 6,4, a la revelo un misterio: no todos mori-
frase de Jesús «... tu Padre, que ve remos, pero todos seremos trans-
en lo oculto, te recompensará» se formados»; este misterio tiene al
añade: «te recompensará... en lo menos cuatro versiones distintas
visible», indicando que ya en esta sobre la relación entre la muerte y
vida se obtiene algún fruto de la la transformación escatológica.
generosidad que mostremos. Igual-
mente, en Mt 5,47 («si saludáis so- La polémica actuación de Jesús
lamente a vuestros hermanos, ¿qué y sus discípulos recogiendo espi-
premio tenéis?»), a numerosos ma- gas y comiendo el grano en sába-
nuscritos les resulta extraño que do, y su justificación apelando a
alguien salude tan solo a sus «her- David (Lc 6,14), es complementa-
manos», y lo sustituyen por «ami- da en la tradición occidental por
gos». un largo texto que gozó de gran
prestigio en algunas iglesias de la
Los dos hijos de Mt 21,28 son antigüedad.
presentados, según la tradición
manuscrita, en diferente orden. La tradición de los manuscri-
Los manuscritos que ponen prime- tos occidentales de los Hechos de
ro al que contesta «voy, Señor», los Apóstoles es notablemente más
pero no va, probablemente piensan larga que la tradición manuscrita
en una interpretación histórica de oriental; y aunque nuestras traduc-
la parábola: Israel recibió primero ciones tomen como base la versión
la llamada y pareció aceptar en un oriental o breve, nadie ha afirma-
principio, pero luego rechazó al do con autoridad magisterial que
Mesías; en cambio, los gentiles, en la otra tenga menos valor como
principio reacios a obedecer al texto inspirado. Tenemos también
Dios verdadero, han acabado sien- el ejemplo opuesto: en nuestras tra-
do los verdaderos hijos obedientes. ducciones se incluye como parte
del evangelio de Juan un episodio
En 1 Co 13,3 unos manuscritos que, desde el punto de vista cien-
dicen: «y si pongo mi orgullo en tífico, es claramente tardío y no
entregar mi cuerpo, pero no tengo original: el de la mujer adúltera a
amor, no soy nada» (es decir, po- la que Jesús libra de la lapidación
ner toda su vida al servicio del (Jn 7,53-11). La tradición eclesial
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ha aceptado un texto que científi- do a otros); pero no ha definido qué
camente es claramente tardío. versión concreta de esos libros es
la inspirada frente a otras. Por ello
La tradición magisterial habla
hemos de acoger esa diversidad
en ocasiones de los «textos origi-
que la tradición manuscrita nos ha
nales» (DV 22) e incluso de los
legado, ya que durante muchos si-
«textos originales inspirados». El
glos una parte de la Iglesia ha ora-
problema reside en que no dispo-
do, rezado y escrito teología con
nemos de esos textos originales.
esos textos.
La Iglesia, ha definido qué libros
forman parte del canon (excluyen-

CUATRO CRITERIOS HERMENÉUTICOS PARA ACOGER


LA DIVERSIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO

La diversidad como riqueza puso la resurrección (DV 19).


en un mundo rico, complejo
y en cambio Un ejemplo de cómo la re-
flexión teológica y ética de la Igle-
sia primitiva fue adaptando e in-
En ocasiones, hablamos como terpretando las palabras de Jesús
si Dios hubiera inspirado a los au- puede ser la cuestión del ayuno.
tores del NT a pesar de sus limi- Esta es una práctica valorada muy
taciones humanas. Pero la encar- positivamente en la tradición judía;
nación de la Palabra es también no, en cambio, en el mundo paga-
riqueza. Cuando el Espíritu habla no. El evangelio de Marcos nos
a través de los seres humanos, su transmite la respuesta de Jesús a la
fuerza rescata toda la gracia crea- pregunta de por qué sus discípulos
da que es la diversidad lingüísti- no ayunan (Mc 2,18). En las cartas
ca, cultural, de costumbres, de paulinas el ayuno no aparece co-
perspectivas: esa diversidad que- mo algo buscado, sino como un pa-
rida por Dios en un deseo creador decimiento indeseado, junto con
que es continuo. La diversidad es otros, que el apóstol acepta por su
un elemento necesario y divino dedicación al evangelio (2 Co 6,5;
que brota y habla a un mundo di- 11,27). Sin embargo, Mateo (4,2;
verso. 6,16) y Lucas asumen con natura-
Los autores evangélicos obra- lidad la práctica del ayuno asocia-
ron como «verdaderos autores» da a la oración, tanto para judíos
(DV 11) al recoger, seleccionar y (Lc 2,37; 18,12) como para cristia-
adaptar la tradición recibida a las nos (Hch 13,2-3; 14,23; 27,9). El
circunstancias de sus comunida- mismo texto marcano revela hue-
des, asistidos por el Espíritu Santo llas de haber sido adaptado a los
y la «crecida inteligencia» que su- tiempos en que la Iglesia comen-
La diversidad teológica en el Nuevo Testamento   297
zaba a adoptar como propia la cos- fueron despreciadas por no ser «de
tumbre del ayuno: en Mc 2,20 an- los nuestros» fue el mismo Jesús:
te la ausencia del esposo; y todavía sus obras fueron atribuidas por sus
en el mismo versículo 20 se habla enemigos al mismo Beelzebul/Sa-
de un día en que se ayunará (qui- tanás (Mc 3,22-27: no hay mayor
zás el día de la celebración de la pecado que atribuir al Maligno las
Pasión del Señor). acciones del Espíritu Santo [Mc
3,29]). De hecho, ya el dicho de Q
La primera pregunta que de-
(Mt 12,30 // Lc 11,23) estaba situa-
bemos hacernos, pues, ante un
do tras el episodio en que Jesús es
texto del Nuevo Testamento es por
acusado de trabajar para Satanás
la intención del autor inspirado
(Lc 11,14-22), dándonos así una
(DV 11-12) en el tiempo, la cultu-
clave de interpretación: quienes
ra y las circunstancias de su co-
desparraman o están contra Jesús
munidad. Y la segunda: ¿cómo
no son los que no le siguen, sino
vamos a entender y vivir lo que
quienes atribuyen la fuerza del
ese autor quiso decir en nuestras
evangelio al poder de Satanás (Mc
circunstancias actuales? La rique-
3,28 // Mt 12,32 // Lc 12,10).
za de entonces mantendrá así su
valor para hoy.
Recurrir siempre al ejemplo
de Jesús
Leer la Escritura en su
conjunto
Como señala el documento de
la Pontificia Comisión Bíblica, Bi-
Ya decía san Buenaventura (In
blia y Moral (2008), uno de los dos
Hexaemeron, 19, 7) que cada ver-
criterios fundamentales que ayu-
sículo de la Escritura está en de-
dan a tomar como referencia la Sa-
pendencia de otro. Más reciente-
grada Escritura para cuestiones
mente, consagró esta doctrina el
morales es la «conformidad con el
Concilio Vaticano II al indicar que
ejemplo de Jesús», quien, en el Ser-
para entender la Escritura hay que
món del Monte, pasaje clave para
entrar en una especie de diálogo
comprender su figura y su propues-
con ella, con su multiplicidad y su
ta, nos habló de una «justicia su-
variedad, con su riqueza no exen-
perior» (Mt 5,20) que anuncia la
ta de contraste. La revelación es un
irrupción del Reino de Dios: la re-
diálogo de Dios con nosotros (Ex-
conciliación y el amor incluso a los
hortación Verbum Domini 6).
enemigos. El Concilio Vaticano II
Los dos dichos de Jesús sobre ya indicó que Dios no solo nos ha
los que están o no con nosotros de- revelado verdades o «doctrina», si-
berán leerse junto con otros mu- nó que se ha revelado a sí mismo
chos pasajes del Nuevo Testamen- de modo definitivo en Cristo (DV
to. El primero cuyas buenas obras § 2; cf. DV § 4).
298  Francisco Ramírez Fueyo
Fijarse en el género literario el estar con o contra nosotros, po-
demos hallarnos ante el género li-
No es legítimo usar textos bí- terario «apotegma» o chreia: di-
blicos sin atender al género litera- chos breves con un sucinto marco
rio que emplean, pues la verdad narrativo, no filosóficos. La chreia
que un texto bíblico transmite está nos devuelve al criterio de la Pon-
unida al género literario escogido tificia Comisión Bíblica tratado
por el autor para expresarse (ya que más arriba: es a Jesús y a su men-
no es igual un texto narrativo, poe- saje en su conjunto, conservado,
ma, paràbola o una bienaventuran- transmitido e interpretado por la
za). Esta es la postura oficial de la Iglesia a la luz del Espíritu Santo,
Iglesia, al menos desde la encícli- a quien hemos de mirar para res-
ca de Pío XII Divino Afflante Spi- ponder a las preguntas acerca de
ritu (1943), confirmada por otros cómo interpretar la riqueza que
documentos que claramente han muestran los textos del Nuevo Tes-
rechazado una lectura literalista o tamento y, consecuentemente, el
fundamentalista de la Escritura. «¿qué hemos de hacer?» de Lc
3,10-14 o Hch 2,37.
En el caso de los dichos sobre

Condensó: JOSEP ANTONI GARÍ

La diversidad teológica en el Nuevo Testamento   299

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