El Nuevo Testamento muestra una gran diversidad teológica, tanto en
el modo en que cada autor recogió e interpretó la tradición oral o sus fuentes escritas, como en la visión de los grandes misterios de la fe y de sus consecuencias prácticas. Esta diversidad se prolongó en el pro- ceso de transmisión textual posterior. En este artículo se ponen ejem- plos de este pluralismo y se dan algunos criterios para valorarlo.
Sal Terrae 102 (2014) 271-284
Introducción: ¿con nosotros zanpor hacer el bien? ¿Debemos
o contra nosotros? apreciarlos o, más bien, debemos oponernos a su actuación, pues po- El evangelio según san Marcos nen en peligro el que nuestra Igle- nos ha transmitido el dicho de Je- sia sea la única portadora de ver- sús (Mc 9,40): «Pues el que no es- dad y de bien? Según qué versión tá contra nosotros está por noso- escojamos, parece que desembo- tros» (similar en Lc 9,50). En la camos en dos iglesias muy distin- que hoy conocemos como fuente tas: una dialogante, que trabaja Q se hallaba una segunda versión: mano a mano con todo aquel que «El que no está conmigo está con- busque el bien, sea de la confesión tra mí, y el que no recoge conmi- que sea; y otra sectaria y descon- go desparrama» (Mt 12,30 // Lc fiada de todo aquel que no sea «de 11,23). El problema es que ambas los nuestros». Cambia también versiones, la de Mc // Lc y la de Mt nuestra cristología y pneumatolo- // Lc (Q), no son coincidentes; más gía: en una, el nombre de Jesús es bien, parecen ir en sentido opues- patrimonio exclusivo de los cre- to. ¿Son dichos contradictorios? Si yentes; en la otra, el Espíritu del lo son, ¿hemos de elegir entre am- Señor actúa también en los no cre- bos enunciados? A Lucas no de- yentes. bieron de parecerle contradicto- rios, dado que incluyó ambos dichos en lugares distintos de su La diversidad en los Evangelios evangelio. Sinópticos Pensando practicamente, ¿qué actitud debemos tener ante quie- Los cuatro evangelios son lite- nes, no siendo cristianos, se esfuer- rariamente distintos y, además, di- 291 fieren en su contenido. La biogra- paralelo (Lc 21,29-33). Por su par- fía de Jesús se inicia en Marcos te, los manuscritos más fiables del con su bautismo por Juan. En cam- evangelio de Mateo conservan bio, Mateo y Lucas abren con sen- sustancialmente la versión marca- dos relatos de la infancia con no- na. tables divergencias: no coinciden El Jesús de Marcos condena sin ni las genealogías respectivas, ni paliativos el repudio: «Cualquiera los lugares de procedencia (en Ma- que repudie a su mujer y se case teo, Jesús nace en su pueblo, en con otra comete adulterio contra Belén; en Lucas, María y José vi- su esposa» (Mc 10,10). Mateo co- ven en Nazaret y se desplazan a rrige a Marcos introduciendo una Belén). El resto de los relatos no motivación suficiente para el repu- son compartidos: Lucas nada sabe dio: «cualquiera que repudie a su de los «magos» de Oriente; Mateo mujer –si no es por inmoralidad– no ha oído hablar del parentesco y se case con otra comete adulte- de Jesús con Juan el Bautista ni de rio» (Mt 19,9; igualmente en Mt sus padres. En Mateo es el padre 5,32). Esta tendencia a elaborar una de Jesús, José, el protagonista del moral que podríamos llamar más relato: es a él a quien se dirige el realista, o casuística, es continua- ángel para anunciarle que el hijo da por los escribas posteriores. Por de María proviene del Espíritu; a ejemplo, en el sermón del monte él se le indica que huya a Egipto y Jesús prohíbe irritarse contra el que retorne; es José quien decide hermano (Mt 5,22). Esto les pare- prudentemente instalarse en Gali- ció algo excesivo a muchos cristia- lea. Lucas, en cambio, pone a la nos, por lo que una parte notable madre de Jesús en el centro: a Ma- de la tradición manuscrita indica a ría se dirige el ángel, ella decide no ser que sea “sin causa”; es de- visitar a su prima, y es ella quien cir, que la cólera o enfado podría entona el cántico que conocemos estar justificado. como Magnificat. Evito extenderme, por ejemplo, Los primeros que fueron cons- con los relatos de la resurrección cientes de esta diversidad fueron y las apariciones del Señor; sí me los propios evangelistas. Tanto detendré algo más en tres ejemplos Marcos como Mateo o Lucas mos- significativos de cómo Mateo y traron una gran libertad para mo- Lucas han modificado ampliamen- dificar, adaptar e interpretar la tra- te sus fuentes para adaptarlas a su dición recibida. En ocasiones, teología y a sus respectivas comu- basta una omisión para indicar una nidades: el bautismo de Jesús y las divergencia teológica: Lucas se ha parábolas de los invitados al ban- sentido probablemente incómodo quete y de la «oveja perdida». con la ignorancia de Jesús sobre la cronología del fin que hallamos en Mc 13,32, y lo suprime en su 292 Francisco Ramírez Fueyo El bautismo de Jesús (Mc 1,9- todo lo que la Ley mandaba. 13 // Mt 3,13-17 // Lc 3,21-22) Lucas narra el bautismo de Je- sús de un modo elíptico: «Sucedió Marcos comienza su evangelio que, mientras se estaba bautizando diciéndonos que va a hablar de Je- todo el pueblo, también fue Jesús sús, el Cristo, el Mesías, el Hijo de bautizado»; es decir, no narra el Dios, e inmediatamente nos des- momento preciso en el que Jesús cribe la figura del Bautista, quien se bautiza, ni siquiera dice que sea anuncia que llega uno más fuerte bautizado por Juan. Lo importan- que él. La voz del cielo, «Tú eres te es que Jesús se bautiza junto con mi hijo, el amado, en ti me com- todo el pueblo. De este modo, Lu- plazco», nos dice quién es Jesús: el cas salva el problema teológico de Hijo de Dios, el Rey que viene a Mateo ya que Jesús se bautiza con gobernar (Sal 2,7); el Hijo amado todo el pueblo para asumir el pe- que, como Isaac (Gn 22,2), está cado de todo el pueblo, elevarlo a dispuesto a entregar su vida; y el Dios y obtener de Él no solo el per- siervo manso y humilde que viene dón, sino también el Espíritu que a restaurar la presencia de Dios en hará posible la vida nueva de redi- el mundo (Is 42,1-6). midos (Lc 3,6). Mateo se muestra más preocu- pado por el problema teológico del bautismo de Jesús: ¿por qué recibe Las parábolas de los invitados Jesús un bautismo que, según Mar- al banquete y de la «oveja cos (1,4), era para perdón de los perdida» pecados? Para aclarar esta cues- tión, Mateo (3,2) suprime la afir- De un modo más sintético me mación de que el bautismo de Juan referiré a otros dos pasajes parale- era para perdón de los pecados, los de Mateo y Lucas. Pasajes am- transformándolo en un signo de bos que provienen quizá de la lla- conversión. Para mayor claridad, mada fuente Q, pero que cada Mateo introduce un diálogo entre evangelista ha modificado profun- Juan y Jesús, ausente en los otros damente para transmitir un men- evangelios, en el que Juan deja cla- saje teológico distinto. ro que Jesús no necesita bautizar- se (Mt 3,14-15). La respuesta de En la parábola de los invitados Jesús nos recuerda que, para Ma- al banquete en Mateo (22,1-10), se teo, cumplir la justicia es dar ple- trata de un Rey que celebra las bo- nitud a lo que el Antiguo Testa- das de su hijo. Seguramente, se re- m ent o había p r ofet i z a do y fiere Mateo al envío de Jesús, el prescrito. De este modo, Jesús se Hijo, usando la imagen del banque- bautiza para asumir en su bautis- te mesiánico de Isaías (25,6; 55,1- mo todas las expectativas proféti- 2) o del banquete de la Sabiduría cas (como Marcos), pero también (Prov 9,1-6). Los siervos que envía La diversidad teológica en el Nuevo Testamento 293 y que son maltratados y asesina- una segunda llamada, que es tam- dos son en realidad los profetas bién teología lucana: el evangelio (véase Mt 23,30). El castigo de la es proclamado primero a Jerusalén ciudad es alusión a la destrucción (misión judía) y, como en círculos de Jerusalén por los romanos. Ma- concéntricos, en segundo lugar a teo anuncia un nuevo pueblo, en el los gentiles. De este modo, la pa- que entran malos y buenos, a la es- rábola en Lucas explica el hecho pera del retorno del Rey y del jui- histórico de que el Evangelio de cio final. Jesús esté alcanzando ante todo a Lucas (14,16-24) tiene una pers- los humildes y a los gentiles. pectiva distinta. Una de sus gran- Aún más brevemente aludiré a des preguntas es qué hacer con las la parábola de la «oveja perdida», riquezas, cómo deben gestionarlas conservada por la doble tradición aquellos que se hacen cristianos (Mt 18,12-14 // Lc 15,4-7). En am- (Hch 4,32; Lc 8,3). Solo en su evan- bas versiones se trata de una oveja gelio hallamos la parábola del rico perdida y buscada, cuyo hallazgo y el pobre (16,19-31). La respuesta provoca alegría. La verdadera di- de Lucas será la disposición a com- ferencia es cómo Lucas insiste en partir lo que se posee: la primera que la búsqueda no ceja hasta que comunidad pone todo en común lo perdido es hallado. Mateo, en (Hch 4,32). Donde Pedro le dice a cambio, solo menciona la búsque- Jesús: «mira, nosotros lo hemos de- da: el que sea encontrada la oveja jado todo y te hemos seguido» (Mc es más una posibilidad que una 10,28), Lucas realiza un pequeño certeza. pero importante cambio: «noso- tros, dejando las cosas propias, te Lucas habla, en la conclusión, seguimos» (Lc 18,28). No se trata de los pecadores y los justos: Jesús tanto de dejar todo cuanto de dejar ha venido a buscar y salvar a los lo propio, dejar de pensar en las pecadores (Lc 19,10) y no está dis- cosas como solo mías, para consi- puesto a renunciar a esta misión. derarlas nuestras. En Mateo, en cambio, la conclu- sión es extraña: lo mejor es que no Volviendo a la parábola del se pierda ninguna oveja. Mateo no banquete en Lucas, tenemos que el habla de los pecadores, sino de los evangelio es proclamado, pero, co- miembros débiles de la comuni- mo es frecuente, las ocupaciones dad, que deben ser protegidos pa- del mundo, las riquezas, distraen a ra que no se pierdan (Mt 18,1-35). los invitados y les impiden parti- cipar del banquete. De ahí que se produzcan dos nuevas llamadas: la Otros ejemplos de teologías primera, a los pobres (cumplién- distintas en el conjunto del NT dose lo anunciado en las bienaven- turanzas y lo mandado por el mis- mo Jesús en Lc 14,12-14). Sigue Podemos, pues, ver cómo las 294 Francisco Ramírez Fueyo divergencias teológicas entre los maldición sobre el Templo. El mis- libros del Nuevo Testamento al- mo Lucas, cuya tendencia armoni- canzan a muchos otros campos. La zadora es clara, nos presenta, por relación de la Iglesia cristiana con un lado, a los primeros cristianos el judaísmo es uno de ellos. Para participando en las oraciones y sa- Pablo es claro que la comunidad crificios en el Templo (2,46) y, por cristiana es una rama injertada en otro, a Esteban arremetiendo con el tronco que es Israel (Rm 11,17). un radicalismo superior al de Je- Para Hebreos, en cambio, la Nue- sús contra la misma institución va Alianza anula la primera: «Al (Hch 7,48). decir “nueva” dejó anticuada la Pero la diferencia no siempre primera; y lo que se vuelve anti- supone un contraste, ya que en mu- cuado y envejece está próximo a chas ocasiones, lo que nos ofrece desaparecer» (9,13). son perspectivas distintas para A pesar de ello, Pablo cree que comprender teológicamente el los cristianos están libres de la Ley; misterio. Baste mencionar, por libres especialmente de aquellos ejemplo, los numerosos términos preceptos más caracterizadores del con que los primeros cristianos judaísmo, como la circuncisión o describieron la salvación acaecida la distinción entre alimentos puros en la muerte y resurrección de Je- e impuros. El autor del Apocalip- sús: expiación, reconciliación, sa- sis, en cambio, reprocha a la igle- crificio, perdón de los pecados, jus- sia de Pérgamo esa misma libertad tificación, redención, salvación, que Pablo defiende (Ap 2,14); y, etc. Son términos tomados de dis- respecto de la Ley, Mateo no tiene tintos ámbitos. Cada uno de ellos nada claro el hecho de que Cristo ofrece una interpretación propia de nos haya liberado de su cumpli- por qué la muerte de uno ha podi- miento (Mt 5,17-19). do ser causa de bien para muchos o para todos. No se oponen; se La perspectiva con que se con- complementan. templa uno de los símbolos centra- les del judaísmo, su Templo, es también distinta. El episodio de la La diversidad en la tradición higuera estéril en Mc 11 enmarca textual:signo de una Iglesia la visita de Jesús al Templo: pri- viva y animada por el Espíritu mero maldice la higuera; sigue la expulsión del Templo de los mer- caderes; y concluye con la visión Al proceso de composición o de la higuera seca. El Templo no redacción del Nuevo Testamento ha producido los frutos esperados siguen muchos siglos de transmi- y ha sido maldecido. Mateo, al su- sión o copia de manuscritos que primir la disposición en «bocadi- dio lugar a un enorme número de llo» de Marcos, elimina el aspecto variaciones textuales. Los escribas simbólico de la higuera y rebaja la cristianos a veces realizaron una La diversidad teológica en el Nuevo Testamento 295 interpretación o adaptación ecle- evangelio); otros, en cambio, dicen: sial de los textos que copiaban. «y si entrego mi cuerpo para ar- der...» (¿martirio?). ¿Cuál de las En el episodio de Jesús ense- dos versiones es la original? Des- ñando a los doctores en el Templo, de el punto de vista científico, es en Lc 2,41-43, se menciona dos ve- más probable que lo sea la prime- ces a los «padres» de Jesús. En nu- ra; pero la tradición eclesial, por merosos e importantes manuscri- influencia de la Vulgata, prefirió la tos antiguos, se sustituye «padres» segunda. Algo similar ocurre con por «José y María» (v.41), o «José el texto de 1 Co 15,51: «Mirad, os y la madre» (v.43). En Mt 6,4, a la revelo un misterio: no todos mori- frase de Jesús «... tu Padre, que ve remos, pero todos seremos trans- en lo oculto, te recompensará» se formados»; este misterio tiene al añade: «te recompensará... en lo menos cuatro versiones distintas visible», indicando que ya en esta sobre la relación entre la muerte y vida se obtiene algún fruto de la la transformación escatológica. generosidad que mostremos. Igual- mente, en Mt 5,47 («si saludáis so- La polémica actuación de Jesús lamente a vuestros hermanos, ¿qué y sus discípulos recogiendo espi- premio tenéis?»), a numerosos ma- gas y comiendo el grano en sába- nuscritos les resulta extraño que do, y su justificación apelando a alguien salude tan solo a sus «her- David (Lc 6,14), es complementa- manos», y lo sustituyen por «ami- da en la tradición occidental por gos». un largo texto que gozó de gran prestigio en algunas iglesias de la Los dos hijos de Mt 21,28 son antigüedad. presentados, según la tradición manuscrita, en diferente orden. La tradición de los manuscri- Los manuscritos que ponen prime- tos occidentales de los Hechos de ro al que contesta «voy, Señor», los Apóstoles es notablemente más pero no va, probablemente piensan larga que la tradición manuscrita en una interpretación histórica de oriental; y aunque nuestras traduc- la parábola: Israel recibió primero ciones tomen como base la versión la llamada y pareció aceptar en un oriental o breve, nadie ha afirma- principio, pero luego rechazó al do con autoridad magisterial que Mesías; en cambio, los gentiles, en la otra tenga menos valor como principio reacios a obedecer al texto inspirado. Tenemos también Dios verdadero, han acabado sien- el ejemplo opuesto: en nuestras tra- do los verdaderos hijos obedientes. ducciones se incluye como parte del evangelio de Juan un episodio En 1 Co 13,3 unos manuscritos que, desde el punto de vista cien- dicen: «y si pongo mi orgullo en tífico, es claramente tardío y no entregar mi cuerpo, pero no tengo original: el de la mujer adúltera a amor, no soy nada» (es decir, po- la que Jesús libra de la lapidación ner toda su vida al servicio del (Jn 7,53-11). La tradición eclesial 296 Francisco Ramírez Fueyo ha aceptado un texto que científi- do a otros); pero no ha definido qué camente es claramente tardío. versión concreta de esos libros es la inspirada frente a otras. Por ello La tradición magisterial habla hemos de acoger esa diversidad en ocasiones de los «textos origi- que la tradición manuscrita nos ha nales» (DV 22) e incluso de los legado, ya que durante muchos si- «textos originales inspirados». El glos una parte de la Iglesia ha ora- problema reside en que no dispo- do, rezado y escrito teología con nemos de esos textos originales. esos textos. La Iglesia, ha definido qué libros forman parte del canon (excluyen-
CUATRO CRITERIOS HERMENÉUTICOS PARA ACOGER
LA DIVERSIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO
La diversidad como riqueza puso la resurrección (DV 19).
en un mundo rico, complejo y en cambio Un ejemplo de cómo la re- flexión teológica y ética de la Igle- sia primitiva fue adaptando e in- En ocasiones, hablamos como terpretando las palabras de Jesús si Dios hubiera inspirado a los au- puede ser la cuestión del ayuno. tores del NT a pesar de sus limi- Esta es una práctica valorada muy taciones humanas. Pero la encar- positivamente en la tradición judía; nación de la Palabra es también no, en cambio, en el mundo paga- riqueza. Cuando el Espíritu habla no. El evangelio de Marcos nos a través de los seres humanos, su transmite la respuesta de Jesús a la fuerza rescata toda la gracia crea- pregunta de por qué sus discípulos da que es la diversidad lingüísti- no ayunan (Mc 2,18). En las cartas ca, cultural, de costumbres, de paulinas el ayuno no aparece co- perspectivas: esa diversidad que- mo algo buscado, sino como un pa- rida por Dios en un deseo creador decimiento indeseado, junto con que es continuo. La diversidad es otros, que el apóstol acepta por su un elemento necesario y divino dedicación al evangelio (2 Co 6,5; que brota y habla a un mundo di- 11,27). Sin embargo, Mateo (4,2; verso. 6,16) y Lucas asumen con natura- Los autores evangélicos obra- lidad la práctica del ayuno asocia- ron como «verdaderos autores» da a la oración, tanto para judíos (DV 11) al recoger, seleccionar y (Lc 2,37; 18,12) como para cristia- adaptar la tradición recibida a las nos (Hch 13,2-3; 14,23; 27,9). El circunstancias de sus comunida- mismo texto marcano revela hue- des, asistidos por el Espíritu Santo llas de haber sido adaptado a los y la «crecida inteligencia» que su- tiempos en que la Iglesia comen- La diversidad teológica en el Nuevo Testamento 297 zaba a adoptar como propia la cos- fueron despreciadas por no ser «de tumbre del ayuno: en Mc 2,20 an- los nuestros» fue el mismo Jesús: te la ausencia del esposo; y todavía sus obras fueron atribuidas por sus en el mismo versículo 20 se habla enemigos al mismo Beelzebul/Sa- de un día en que se ayunará (qui- tanás (Mc 3,22-27: no hay mayor zás el día de la celebración de la pecado que atribuir al Maligno las Pasión del Señor). acciones del Espíritu Santo [Mc 3,29]). De hecho, ya el dicho de Q La primera pregunta que de- (Mt 12,30 // Lc 11,23) estaba situa- bemos hacernos, pues, ante un do tras el episodio en que Jesús es texto del Nuevo Testamento es por acusado de trabajar para Satanás la intención del autor inspirado (Lc 11,14-22), dándonos así una (DV 11-12) en el tiempo, la cultu- clave de interpretación: quienes ra y las circunstancias de su co- desparraman o están contra Jesús munidad. Y la segunda: ¿cómo no son los que no le siguen, sino vamos a entender y vivir lo que quienes atribuyen la fuerza del ese autor quiso decir en nuestras evangelio al poder de Satanás (Mc circunstancias actuales? La rique- 3,28 // Mt 12,32 // Lc 12,10). za de entonces mantendrá así su valor para hoy. Recurrir siempre al ejemplo de Jesús Leer la Escritura en su conjunto Como señala el documento de la Pontificia Comisión Bíblica, Bi- Ya decía san Buenaventura (In blia y Moral (2008), uno de los dos Hexaemeron, 19, 7) que cada ver- criterios fundamentales que ayu- sículo de la Escritura está en de- dan a tomar como referencia la Sa- pendencia de otro. Más reciente- grada Escritura para cuestiones mente, consagró esta doctrina el morales es la «conformidad con el Concilio Vaticano II al indicar que ejemplo de Jesús», quien, en el Ser- para entender la Escritura hay que món del Monte, pasaje clave para entrar en una especie de diálogo comprender su figura y su propues- con ella, con su multiplicidad y su ta, nos habló de una «justicia su- variedad, con su riqueza no exen- perior» (Mt 5,20) que anuncia la ta de contraste. La revelación es un irrupción del Reino de Dios: la re- diálogo de Dios con nosotros (Ex- conciliación y el amor incluso a los hortación Verbum Domini 6). enemigos. El Concilio Vaticano II Los dos dichos de Jesús sobre ya indicó que Dios no solo nos ha los que están o no con nosotros de- revelado verdades o «doctrina», si- berán leerse junto con otros mu- nó que se ha revelado a sí mismo chos pasajes del Nuevo Testamen- de modo definitivo en Cristo (DV to. El primero cuyas buenas obras § 2; cf. DV § 4). 298 Francisco Ramírez Fueyo Fijarse en el género literario el estar con o contra nosotros, po- demos hallarnos ante el género li- No es legítimo usar textos bí- terario «apotegma» o chreia: di- blicos sin atender al género litera- chos breves con un sucinto marco rio que emplean, pues la verdad narrativo, no filosóficos. La chreia que un texto bíblico transmite está nos devuelve al criterio de la Pon- unida al género literario escogido tificia Comisión Bíblica tratado por el autor para expresarse (ya que más arriba: es a Jesús y a su men- no es igual un texto narrativo, poe- saje en su conjunto, conservado, ma, paràbola o una bienaventuran- transmitido e interpretado por la za). Esta es la postura oficial de la Iglesia a la luz del Espíritu Santo, Iglesia, al menos desde la encícli- a quien hemos de mirar para res- ca de Pío XII Divino Afflante Spi- ponder a las preguntas acerca de ritu (1943), confirmada por otros cómo interpretar la riqueza que documentos que claramente han muestran los textos del Nuevo Tes- rechazado una lectura literalista o tamento y, consecuentemente, el fundamentalista de la Escritura. «¿qué hemos de hacer?» de Lc 3,10-14 o Hch 2,37. En el caso de los dichos sobre
Condensó: JOSEP ANTONI GARÍ
La diversidad teológica en el Nuevo Testamento 299