Está en la página 1de 10

Francesco Tonucci, pedagogo y

dibujante

"Muchas veces la
escuela no se relaciona
con la vida"
Hace más de 35 años, buscando un modo de
comunicar sus ideas de manera más directa a un
público más amplio, el pedago go italiano
Francesco Tonucci delineó sus primeras viñetas
disfrazado tras el seudónimo de Frato. De la mano
de la ironía, Tonucci / Frato pudo ingresar a la
escuela, provocándola para que se ría un poco de
sí misma.

En su última visita a la Argentina, Francesco Tonucci habló de sus principales preocupaciones en torno a la
niñez, que tienen que ver con la soledad y la falta de autonomía de movimiento de los niños, problemas que
desde hace más de diez años propone solucionar multiplicando por el mundo su proyecto "Ciudad de los Niños".

Su vocación por la infancia, que se despliega en una vasta serie de publicaciones, lo hizo merecedor del nombre
de "niñólogo". Y aunque afirme que con sus viñetas busca generar una "complicidad entre adultos", no puede
dejar de sentirse satisfecho al constatar que los niños y las niñas saben que él y sus dibujos están de su lado.

- ¿Cómo empezó a dibujar viñetas?

- Las viñetas son la herencia de una pasión que tengo desde siempre, no tanto de dibujante sino de pintor. Mis
primeros recuerdos de escuela son dibujos en una pizarra grande. Soy de un pueblo sobre el Adriático, Fano, y
hacía muchos dibujos sobre la playa. Los pintores de mi pueblo me regalaban tubos de óleo y yo los
aprovechaba para hacer pequeños grabados.

Después, mi camino no fue el arte sino los estudios universitarios. Y a fines de los 60, mientras en el movimiento
estudiantil buscábamos maneras más directas para comunicarnos con la gente - y pensábamos en formas de
autocrítica hacia el mundo de la investigación, que estaba muy encerrado en una actitud autorreferencial-, las
viñetas me parecieron un modo de abrir la comunicación a un público más amplio. Así, aproveché unos dibujos
que estaba haciendo para unos tests infantiles de psicología. Cuando empecé, pensaba que esto no era algo
tan digno de realizar ni por un artista ni por un investigador, por lo cual me disfracé detrás de un seudónimo:
Frato.

Quería señalar dos cosas. Por un lado, que las viñetas pudieron entrar en la escuela, que no es un mundo
abierto a la ironía y la sátira humorística. Este es un éxito raro, porque las viñetas se reconocen y la escuela
acepta reírse de sí misma. Por otro lado, las viñetas llegaron a ser un instrumento de formación profesional para
maestros y maestras. En España se adoptan casi como libros de texto de magisterio; muchos profesores han
usado y siguen usando mis viñetas para empezar cursos, para estimular a los estudiantes, hasta en los
exámenes.

- Usted dijo que la escuela no está acostumbrada a la ironía. ¿Cuál cree que es actualmente el lugar del
humor en la educación?

- Creo que cuando esto se consigue, estamos en un buen sitio. Hay una viñeta que dibujé hace much o s años
que describe esto: un maestro le dice a una colega: "Mira la última viñeta de Frato", y la maestra la observa y
dice: "Sí, ja, ja", empieza a reírse y dice: "A mí también... a mí también....¿a mí también? ¡Cómo se permite este
señor decir estas tonterías!". Lo que intenté fue develar un poco qué significa la ironía; nos suscita una sonrisa,
pero puede producir distintas reacciones, desde el enfado o el decir: "Es verdad, a mí también, lo reconozco,
tenemos que cambiar algo". Estas son distintas reacciones posibles, creo que todas son buenas, porque
provocar una reacción agresiva puede ser interesante.
-¿En qué se inspira al hacer las viñetas?

-Varias veces me preguntaron esto. Cuando contesto esta pregunta, normalmente invento algo, por honestidad.
Cuando una idea se ha hecho clara, puede producir una viñeta. Una viñeta es un resumen o una concentración,
en pocos trazos, de un concepto que a veces es muy complejo y que puede provenir de la investigación, de la
observación, de los comentarios de los maestros. Un ejemplo de esto es una de las viñetas más intensas que
dibujé, que comprime un concepto muy complejo, que es el tema de la evaluación: Hay ocho caras de niños y
niñas, y una cara de adulto; la maestra evalúa diciendo: "Ana es desordenada", "Pedro es tímido", etcétera. La
penúltima viñeta dice: "Solo Luis es normal. Firmado: la maestra", y Luis es la imagen especular de la maestra,
son idénticos. Esta es una síntesis gráfica que me parece bien solucionada y es el resultado de nuestras
investigaciones. Para nosotros, el normal es el que se nos parece más; el distinto es malo, preocupante y
tenemos que recuperarlo, ¿recuperarlo a qué? A la normalidad, es decir, hacerlo como nosotros. Yo siempre lo
digo: la viñeta es como una píldora, un concentrado. Produce una intuición, no ayuda a hacer un recorrido, pero
lo puede suscitar, movilizar, motivar. Muchas viñetas salen de anécdotas que me cuentan. La del sol, por
ejemplo, es otra viñeta que ha tenido bastante éxito porque resume una problemática muy compleja a nivel
educativo escolar. La madre le pregunta al niño: "¿Cuál es tu opinión: el Sol gira alrededor de la Tierra o la
Tierra gira alrededor del Sol?". El niño responde: "El Sol gira, la Tierra está quieta". La madre se enfada y le
dice: "¿Pero qué te explicaron en la escuela?". "En la escuela me explicaron que el Sol está quieto y la Tierra es
la que gira, pero ¿tú qué querías saber, lo que me han explicado en la escuela o lo que pienso yo?". Esto me lo
contó un amigo francés, y yo aproveché para hacer una viñeta que toca el tema del doble camino entre la
escuela y la vida. Muchas veces, la escuela no se relaciona con la vida y se queda en un camino paralelo. De
este modo, recibimos una cantidad de conocimientos que repetimos correctamente dentro de la escuela, pero
fuera de la escuela seguimos pensando otra cosa. Esto es muy grave, porque significa que la escuela no entra
en la personalidad del alumno sino que se superpone.

- ¿ Cuáles cree que son los problemas centrales vinculados con la infancia, en la actualidad?

-Son muchos. Una de las diferencias más fuertes entre ser niño hace 40 o 50 años y hoy, es que antes los niños
no sabían casi nada y hoy saben todo. Y frente a este enorme crecimiento de la capacidad de información, ha
descendido totalmente la autonomía de movimiento. Esto significa que los niños no saben hacer casi nada, no
tienen la experiencia de moverse, de practicar el espacio y el tiempo, de vivir la experiencia y la emoción de la
aventura, del descubrimiento, del riesgo y del placer. Todo el proyecto de la Ciudad de los Niños nace con la
preocupación de restituir la ciudad a las niñas y a los niños.

Por otro lado, un problema muy importante para los niños respecto de la formación escolar es que la escuela
sigue siendo una escuela para pocos. Si el tema de la autonomía de movimiento es un tema básico para los
niños más desarrollados, este es el tema básico para los niños más pobres y que tienen más problemas
socioculturales y socioeconómicos. Yo creo que en toda reflexión escolar debe estar la idea de que la escuela
sea para todos. Esto significa muchísimas cosas distintas: por ejemplo, los niños deberían ir a la escuela con
placer, cada uno debería reconocer la escuela como "su" propia escuela. Al contrario, creo que la mayoría de
los niños siguen pensando que la escuela adonde concurren es la escuela a la que tienen que ir. Tercero, esta
escuela sigue siendo una escuela para pocos, para los hijos "inteligentes" y que tienen buena familia. Los que
no tienen una motivación, los que no tienen una familia atrás, siguen fracasando. Es común escuchar frases
como "Lo siento, señora, pero su hijo no me sigue", "No está interesado, no tiene bases, tendría que recuperar".
Son todas frases impresionantes, que deberían constituir un delito porque, ¿qué significa "No me sigue"?,
¿quién tiene que seguir a quién? Yo creo que la escuela debería seguir a los niños y no los niños seguir a la
escuela. En pocas palabras, una escuela para todos debería reconocer a todos los niños el derecho a llevar
consigo todo lo que saben. La escuela debería empezar siempre con la escucha y no con la propuesta. Doy la
palabra porque estoy interesado en saber lo que piensan mis alumnos, y todo lo que piensan lo ponemos en la
mesa y empezamos a trabajar. Trabajamos sobre lo suyo, no sobre lo mío.

-¿Qué piensa como "niñólogo" acerca de las hipótesis del "fin de la infancia"? ¿Estos niños que saben
demasiado, que descolocan a los adultos, están diciendo que se acabó la infancia?

-En efecto, hoy los niños tienen dificultades para vivir la infancia porque, por un lado, acceden a conocimientos
adultos de una forma muy precoz; y por otro lado, se quedan inmaduros porque no desarrollan capacidades
autónomas de moverse, arreglarse; por lo cual llegan a la adolescencia con una cabeza enorme y con brazos y
piernas pequeñitas. Esto significa que la infancia ha cambiado; yo creo que hoy la infancia está presa, no
desaparecida. Si la dejamos, vuelve. Esta es la experiencia que siempre encontramos en el proyecto de la
Ciudad de los Niños. Nosotros proponemos que los niños vayan a la escuela sin ser acompañados por adultos.
El éxito es impresionante, porque esto produce bienestar social y seguridad en la ciudad. Los padres suelen
tener miedo de que los niños salgan a la calle porque hay inseguridad. Al contrario, si van afuera producen
seguridad. Por otro lado, los niños que se mueven solos recuperan también una manera de vivir la infancia. Dos
aspectos siempre me llamaron la atención. Los niños que van solos al colegio son más puntuales que los
demás, se hacen cargo. El otro aspecto divertido es que esta pequeña autonomía se transforma en un espacio
social que los niños disfrutan. Los niños de Roma se organizan para llegar un cuarto de hora antes a la escuela,
para jugar juntos enfrente. Cuando se les pregunta por qué les gusta tanto ir a la escuela solos, muchos
contestan: "Porque así podemos hablar entre nosotros". Por lo cual, yo creo que no es verdad que la infancia
está perdida, sino que está presa y tenemos que liberarla. La infancia vuelve si las condiciones lo permiten.

-Una última pregunta, ¿cuando dibuja se siente un poco niño?

-Cuando dibujo como pintor, con frecuencia me siento niño; pero cuando dibujo viñetas, al contrario, me siento
muy adulto. Me siento un adulto que se comunica con sus colegas adultos, buscando una manera más directa
para transmitir algo. Las viñetas son un hecho de complicidad entre adultos; yo confío a otros adultos algo que
he pensado, que he vivido. En varias oportunidades, la gente me ha dicho que estas viñetas, que son tan
simples, dibujadas apenas, sin color, les gustan mucho a los niños. Yo creo que aquí también ellos se dan
cuenta de una complicidad: se dan cuenta de que estos dibujos están de su parte, y esto, como siempre, les
gusta a los niños y a las niñas.

Ana Abramowski
Fotos: Roberto Azcárate

Número 11- Septiembre 2000

Francesco Tonucci
(1941 - )

Franceso Tonucci nació en Fano, Italia, en 1941. Se diplomó como


profesor en 1958 y, en 1963, se graduó en Pedagogía, en la Universidad
Católica de Milan. A los 28 años recibió su primera distinción en ese
campo y comenzó a satirizar la realidad de la escuela a través del
seudónimo "Frato".

Trabajó como maestro de escuela primaria y, en 1966, se convirtió en


investigador en el Instituto Psicológico del Consejo Nacional de
Investigación, del que -en 1982- presidió el Departamento de
Psicopedagogía, que lleva adelante el programa de educación ambiental,
cuyo objetivo es crear una base de datos para y por los niños.

El interés de sus investigaciones se centra en el desarrollo cognitivo de los chicos, el pensamiento infantil
y su comportamiento y la relación entre la congnición de los niños y la metodología educacional.

En 1991 desarrolló en su pueblo natal el proyecto de Ciudad de los Niños, considerado una nueva forma
de concebir la ciudad, con los niños como punto de referencia. El proyecto fue más que exitoso,
extendiéndose a diversos puntos del mundo.

En 1997 fue nombrado presidente del "Comité Italiano de Televisión y Menores", dedicado a la
protección de los niños.

Entre sus obras, se destacan: "Por una escuela alternativa", "Con ojos de niño", "Niño se nace", "Cómo
ser niño", "La Ciudad de los Niños", "¿Enseñar o aprender?" y "Con ojos de maestro", entre otros.

Citas
Parte I
 El nacimiento de las democracias occidentales y el desarrollo industrial exigen de la
escuela una formación elemental, una alfabetización masiva. Lo exigen porque, si la
democracia significa gestión popular del poder, cada ciudadano podrá participar en ella
en la medida en que se disponga de instrumentos para informarse, expresarse, discutir.

 La escuela no cambia, continúa siendo de complemento, permanece la selección aunque desplazada


hacia los niveles superiores, los institutos, las universidades y el trabajo; sube el porcentaje de
analfabetismo funcional, es decir, el número de los que nunca utilizan los instrumentos culturales más
elementales propuestos por la escuela: la lectura y la escritura.

 El problema es más profundo y continúa latente bajo las diversas formas estructurales y
metodológicas: la escuela fr todos no se ha convertido en la escuela para todos

 Ahora que todo el mundo va a la escuela son muchísimos menos los que pueden encontrar en su
familia las necesaria bases-modelos culturales.

 Una escuela que quiera ser realmente una escuela de todos y para todos, debe preocuparse por ofrecer
a todo el mundo aquellas bases, aquellas motivaciones, aquellos modelos culturales imprescindibles para
construirse un patrimonio de conocimientos, de habilidades, de competencias.

 Paradójicamente, podríamos afirmar que tiene éxito en la escuela los que no la necesitan. La esculea,
que debería contribuir a introducir la igualdad entre los ciudadanos, por el contrario alimenta las
diferencias.

 En la institución escolar no ha cambiafo nada porque se ha dejado completamente al margen de este


proceso de transformación a los profesores.

 Nuestra escuela hoy vive prácticamente en la "ilegalidad", en la incapacidad de aplicar sus propias
normativas y con el temor de que aparezcan otras nuevas, aún más avanzadas.

 Una reforma real de la escuela debería nacer de los que trabajan en ella, como exigencia de nuevos
niveles profesionales, para la construcción de los cuales deberían utilizarse todas las energías actualmente
disponibles.

 Un proyecto que mire hacia el futuro, hacia el siglo XXI, debería examinar tres aspectos: a) El papel
de la escuela y su relación con la realidad del exterior; b) El método escolar: relación enseñanza-
aprendizaje; c) El docente: su función y su formación.

 La escuela asume el papel de entidad educativa por antonomasia, amplía su duración y multiplica
objetivos y actuaciones. Las familias piden a la escuela que dé más y que compense las deficiencias
familiares y sociales. La escuela se convierte es un lugar de sociabilización, de recuperación, de terapia...

 El profesor no es el saber sino el mediador del saber.

 La escuela disfruta de la diversidad. Los puntos de vista distintos constituyen el motor indispensable
de la acción educativa: ponen de manifiesto contrastes o contradicciones, solicitan comparaciones
progresivas y profundizaciones posteriores.

- Citas Extraídas del libro "¿Enseñar o Aprender?", de Francesco Tonucci -

Indice Principal | Archivo | Correo de Lectores | Anuncios | Colaboraciones


Copyright 2000, Contexto Educativo™ y Nueva Alejandría Internet™
Todos los derechos reservados - Prohibida su reproducción total o parcial

Bienvenido Frato - Alfredo Piermattei


3 min 8 s - 26 Sep 2008
www.youtube.com

Página 11
Sección:

Indice

Año 1 - Nro. 3 - Ministerio de Cultura y Educación de la Nación


Sección Anterior: Próxima
Nota de Tapa Nota
FRANCESCO TONUCCI

El 2 y 3 de setiembre de 1995 un investigador italiano logró una


proeza sólo reservada para estrellas de rock: 13.000 personas llenaron
el estadio Delmi de Salta para escucharlo. Es italiano, se llama
Francesco Tonucci y tiene un álter ego, Frato, que con sus viñetas
hace reflexionar a los mayores "con ojos de niño". En esta charla,
algunas de sus ideas sobre los maestros, los alumnos y la educación.

ZE: Cuáles son los principales problemas que encuentra en los


docentes?

FT: Creo que el problema más fuerte que tiene la docencia en todo el mundo es la falta
de formación profesional. Es decir, no hay una formación específica para ser docente. Y
esto por el hecho de que nuestras sociedades tienen una consideración muy baja de la
escuela, que empeora a medida que baja la edad de los niños. Por lo menos en Italia,
más baja es la edad del niño, más baja es la formación del maestro. Y eso contrasta de
una manera paradójica y brutal con la exigencia de los niños, porque el desarrollo más
importante de toda la vida de un hombre es en los primeros años de vida. Yo creo que
esto es la raíz fundamental de todos los malestares de los maestros. Se encuentran sin un
profesionalismo que les dé seguridad suficiente para afrontar con serenidad una
profesión dura pero fascinante.

ZE: Qué no entienden los docentes de sus alumnos?

FT: No entienden a los alumnos pero no porque no sepan entenderlos, sino porque no
los escuchan. Es que la actitud de los enseñantes es de hablar, de explicar, de enseñar,
más que de escuchar. Como no se ponen en una actitud de escucha, no pueden vivir la
experiencia de entenderlos.

ZE: Y por qué no escuchan a sus alumnos?

FT: Bueno, porque la escuela que brindan y que ofrecen es una escuela de transmisión:
ellos son los que saben. Ésta es la defensa de un maestro con poca formación; se cierra
detrás de esa máscara del "que sabe todo", defiende con los dientes este rol paradójico y
la única manera para defenderlo es proponer siempre sin escuchar nunca. Se ponen en
una actitud de ataque, y condenan al niño a una actitud de
defensa, de recibir pasivamente, escuchar, repetir, sin
interrogantes. Ésta es la peor condición, la más característica
de una escuela que hay que cambiar porque no funciona. Si
no, queda una escuela para pocos alumnos, para los pocos
que coinciden con la cultura de la escuela. Es una escuela
buena para aquellos que están ya escolarizados. Todos los
demás fracasan.
ZE: Cómo reacciona el chico ante este no escuchar del docente?

FT: Los chicos se adaptan mucho. Hacen lo mismo en casa frente a la incapacidad de
entenderlos de los adultos: el niño se queda solo, se encierra y va buscando otros
medios para integrarse en el mundo.

ZE: Cuáles, por ejemplo?

FT: Por ejemplo los amigos, la televisión, los diarios, los videos. En la escuela lo que
ocurre es más o menos el mismo mecanismo de defensa: "La maestra quiere esto, a mí
no me interesa pero mi papel es de aprender, aprendo, me dan el título y después
empiezo mi vida". Esto es claro que funciona con una parte de los alumnos, como decía
antes, que están más dispuestos a esta contradicción de una enseñanza que no es para
ellos.

Vamos a la librería
ZE: La imagen del maestro que transmite sin escuchar puede ser el
complemento de otro de los temas que lo preocupan: maestros que
conminan a la lectura, pero que no leen.

FT: Lamentablemente los maestros italianos, que son los que mejor conozco, no leen.
Resulta de investigaciones que la de maestro es una de las profesiones que menos lee.
Yo frecuentemente me encuentro con maestros y maestras que me dicen: "No tengo
tiempo para leer". Es posible, pero si es verdad, cómo puede enseñar a los otros a leer?
Se sigue pensando que enseñar a leer es enseñar a descifrar palabras y es algo más,
mucho más. Es transmitir una pasión, una necesidad. El libro vive con nosotros, viaja
con nosotros, nos lo llevamos a la cocina, al baño... yo creo que un maestro que no lee
mucho es difícil que pueda pasar la necesidad y el amor de la lectura a sus alumnos.

ZE: Muchos docentes reemplazan el placer de la lectura por el análisis


de texto.

FT: Recuerdo experiencias terribles con "La Divina Comedia" que es una obra de las
que se consideran mayores de la literatura italiana. Esta obra de Dante Alighieri es del
1200 y tiene una estructura muy compleja, con un sistema de rima ternaria, con
endecasílabos... yo recuerdo que el interés más grande de los maestros era saber qué
hora era, cómo se a- lineaba la luna con las estrellas o de quién era hijo un personaje o si
tenía mujer regular o estaba conotras. La música y el ritmo se perdían. No importa si
nos perdemos algunas palabras, si no se comprende de quién era hijo tal personaje.
Antes de todos estos elementos históricos está el sonido, el ritmo, la poesía. Después
podemos analizar, trabajar. Pero después de haber gozado con lo oído.

"Cuando un niño tiene


4 o 5 cuadernos, seguro
que no puede ir buscando
cosas pasadas. Por otro
lado, no tiene interés
alguno en hacerlo".

ZE: Qué soluciones propone a la hora de trabajar con el libro en la


escuela?

FT: Salir del aula. Ir, por ejemplo, a una libreria. La librería como taller de la escuela.
A veces la librería es más sensible que ir a una biblioteca. Porque la biblioteca no
siempre comunica el placer de la lectura y, por el contrario, muchas veces los que
mandan una biblioteca son celosos de los libros: y presumen que mejor es encerrarlos
en un fichero. "El fichero es muy frío, yo no entiendo nada", dirá el niño, "Eco,
Umberto; ÔEl nombre de la rosa', puede ser un libro de botánica, de lingÆística, seguro
será feo". Al libro hay que tocarlo, tomarlo en la mano, si es necesario ensuciarlo o
romperlo. Por esto, un bibliotecario puede perder el sueño. Por el contrario, en una
buena librería yo puedo tomar un libro y leérmelo, cómo leértelo? Sí, nadie me dice
nada, no me dice: "O lo comprás o no lo toques". Y por qué un librero hace esto?,
porque se da cuenta de que está construyendo un lector y un lector es un cliente. Me
gustaría que las bibliotecas funcionaran como librerías, y por eso digo que por un lado
las escuelas deben tener una buena biblioteca y por otro lado considerar una librería
cerca, amiga, como un taller de la escuela e ir regularmente, cada mes, a hacer una
visita, a pasar una hora con el librero.

Todos los alumnos son iguales?


ZE: A qué se refiere cuando habla de "las dos escuelas"?

FT: Hay una concepción de la inteligencia muy particular, una inteligencia como un
vacío que se llena por la superposición de conocimientos. Es claro que en este caso la
escuela se funda sobre un criterio de igualdad: todos los alumnos son iguales. "Para mí
los niños son todos iguales", dicen algunos maestros, y si esto no queda claro, se pone el
guardapolvo para que cualquier duda quede borrada. Parte de un criterio de igualdad,
porque empiezan iguales y como la propuesta del maestro es de nuevo de igualdad, es
decir, propone a todos lo mismo, se espera que la llegada sea igual. Y por eso la
evaluación es medir cuánto se ha llenado el vacío. Esta idea de llenarse lleva a un
segundo aspecto importante de la escuela, es decir que esa escuela se preocupa mucho
de la gradualidad, de la secuencialidad.

ZE: Qué entiende por secuencialidad?

FT: Poner los elementos, los troncos de aprendizaje, uno detrás del otro. Del más
pequeño al más grande o mejor, del más simple al más complejo.
Recuerdo clases con biólogos que decían: tenemos que empezar por la célula, si no se
empieza por la célula no se puede enseñar. Claro que poniéndose desde el punto de vista
del experto, del especialista de la disciplina, no hay posibilidad de construir un
conocimiento científico alPurpleedor de la biología si no se da una idea de célula. Sería
suficiente darnos cuenta de que los científicos llegaron a la idea de conocimiento de la
célula muy recientemente. Durante muchos años estudiaron la naturaleza sin imaginar
que había una estructura básica.
Es claro que en una escuela como ésta, el maestro sabe para todos, porque tiene su
programa, donde está escrito todo lo que va a ocurrir, del primero al último día de
clases, por lo menos a grandes rasgos. El maestro es la memoria de la clase.

ZE: Cómo se desarrollaría este esquema en el modelo de "la otra


escuela"?

FT: La otra escuela parte de una idea totalmente distinta, que es que el niño sabe. Por
lo cual hay que cambiar todo, empezando porque los niños son todos diferentes, porque
llegan de experiencias diferentes. Cada uno tiene su historia, sus conocimientos, su
cultura, porque llegan de familias distintas. Por lo cual, si la escuela es coherente con
este principio, no puede ofrecer "algo a todos", sino que, como decíamos al comienzo,
hay que ponerse en actitud de escucha para conocer lo que los niños conocen. Hay que
aprovechar esta diversidad, que llega a ser el material básico del trabajo escolar. El
trabajo escolar comienza desde los conocimientos que los niños ya tienen. Esto es
interesante porque significa que la idea o el modelo de inteligencia que se trabaja en la
escuela no es más un vacío que se llena, sino que es un "lleno" que se modifica por
reestructuración.

Nuevos grupos, nuevos instrumentos


ZE: La nueva escuela demanda nuevos instrumentos?

FT: La primera escuela tiene necesidad de secuencialidad: del primero al último, de la


célula al organismo, de los fenicios al día de hoy, del número a la operación, de la
palabra al texto; ése es el programa. Si vamos a ver bien esta lógica, esta filosofía de
propuesta se corresponde con los instrumentos que se le brindan al alumno. El cuaderno
es una medida que se utiliza de la primera página a la última y todo lo que ya se ha
escrito, las páginas que se han dado vuelta, mueren. No se puede retomar una
información. Cuando un niño tiene 4 o 5 cuadernos seguro que no puede ir buscando
cosas pasadas. Por otro lado no tiene interés alguno en hacerlo. El libro de texto sigue la
misma lógica: sólo puede leerse de la primera página a la última. Claro que se puede
decir que todos los libros se leen de la primera a la última página, pero en este caso
podemos decir que no se puede hacer de otra manera. No se puede consultar, hay que
estudiarlo paso a paso, acompañando el curso del recorrido escolar.

ZE: Cómo se concibe el trabajo en grupo en este nuevo modelo?

FT: La otra escuela no puede seguir esta línea, y de hecho utiliza instrumentos,
herramientas, metodologías distintas que se acercan mucho a la metodología de la
investigación científica, que es un poco manejar todo junto. Que es mucho más
complejo, pero mucho más fascinante: las informaciones llegan de todos lados. Los
varios elementos del grupo y el grupo trabajan paralelamente. No tiene sentido esa
tontería de que todos leen lo mismo, al mismo tiempo. Porque tenemos que asumir
papeles, cada uno va buscando informaciones distintas y después juntamos todo. De
esta misma manera intentamos escuchar los conocimientos de cada uno. Y en esta clase
se pone una mesa imaginaria en donde apilamos todo lo recopilado, que es el material
de trabajo. Y va a haber elementos que se superponen, información que ya conocemos,
información nueva y seguramente va a surgir la necesidad de buscar otro material para
saber más. De nuevo esta idea de que el conocimiento va hacia la profundización y no
bajando por novedades. La idea del trabajo en grupo verdadero es que juntos vamos a
hacerlo mejor de lo que puede hacerlo el mejor del grupo.

Todo Tonucci

Para conocer más y mejor el pensamiento de Tonucci, ésta es su bibliografía en español:


• Por una escuela alternativa. Barcelona. GUX. 1978.
• Viaje alrededor de "El Mundo". Barcelona. Laia. 1981.
• La escuela como investigación. Buenos Aires. Miño y Dávila.
1988.
• A los tres años se investiga. Barcelona. Hogar del Libro.
1988.
• Los Materiales. Barcelona. Abril. 1990.
• El primer año de nuestro niño. Buenos Aires. Miño y Dávila.
1989
• Con ojos de niño. Buenos Aires. REI Argentina. 1988.
• Niño se nace. Buenos Aires. REI Argentina. 1988.
• Cuántas cosas se pueden hacer. Barcelona. Aliorna. 1989.
• L'infant nosaltres. Euma Editorial. 1990. En catalán.
• Cómo ser niño. Buenos Aires. REI Argentina. 1990.
• Las Olimpíadas '92 con ojos de niño. Buenos Aires. REI. 1991.
• Enseñar o aprender? Buenos Aires. REI Argentina. 1992.
• Si no os hacéis como yo! Madrid. PPC. 1995.

• Con ojos de maestro. Buenos Aires. Troquel. 1996.

Sección Anterior: Próxima


Nota de Tapa Nota

También podría gustarte