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El documento describe la relación entre la nación y las regiones en México. Explica que desde la colonia, la ciudad de México ha sido el centro político y económico del país. Aunque hubo algunos movimientos regionalistas durante la independencia y la revolución, el porfiriato del siglo XIX centralizó el poder en la nación y debilitó la autonomía regional. La revolución mexicana de 1910 destruyó el sistema político porfirista y abrió espacio para nuevas fuerzas regionales.
El documento describe la relación entre la nación y las regiones en México. Explica que desde la colonia, la ciudad de México ha sido el centro político y económico del país. Aunque hubo algunos movimientos regionalistas durante la independencia y la revolución, el porfiriato del siglo XIX centralizó el poder en la nación y debilitó la autonomía regional. La revolución mexicana de 1910 destruyó el sistema político porfirista y abrió espacio para nuevas fuerzas regionales.
El documento describe la relación entre la nación y las regiones en México. Explica que desde la colonia, la ciudad de México ha sido el centro político y económico del país. Aunque hubo algunos movimientos regionalistas durante la independencia y la revolución, el porfiriato del siglo XIX centralizó el poder en la nación y debilitó la autonomía regional. La revolución mexicana de 1910 destruyó el sistema político porfirista y abrió espacio para nuevas fuerzas regionales.
ZUBIZRRETA, G., Armando F. El resumen de un libro, La resea crtica, El estado de la cuestin, y La Monografa o artculo cientfico
LA NACIN VS. LAS REGIONES
Uno de los componentes de la llamada crisis de la sociedad mexicana es el deterioro del papel del Estado como conductor de la vida nacional. Este cuestionamiento ha llegado a adquirir en algunas zonas del pas en una zona geogrfica y, en esa medida, a convertirse en una verdadera cultura poltica regional, sustentada en una impugnacin generalizada y sistemtica a lo procedente de la sociedad nacional. En el norte del pas el PAN ha logrado avances sustanciales para convertir esta cultura poltica en base de apoyo a un programa electoral. En realidad dicho apoyo dista mucho de constituir una base orgnica o el proyecto regional acabado. No obstante, revela hasta que punto la accin de pertenencia territorial puede ser un activo en las contiendas nacionales. Lo que origina como un rechazo al centralismo es susceptible de evolucionar hacia modalidades de identidad con base territorial. Aunque existan delegaciones en las capitales de provincia, la verdadera capital reside en Mxico. Los gobernantes estatales son cnsules enviados por la federacin y la poltica econmica que rige los dineros y penurias de la poblacin se dicta desde las razones y las obras del ejecutivo federal. Es claro que no podemos hablar de regionalismo como una contradiccin de la sociedad mexicana. Por lo menos no con la vigencia que ha adquirido en algunos pases europeos. Y no obstante la provincia ha sido un protagonista central en los grandes procesos nacionales. La Independencia, la Reforma y la Revolucin, tres momentos constitutivos de la nacin mexicana, tuvieron su origen en la provincia y, en cierta manera, constituyeron una irrupcin de regionalizad en la capital del pas.
Las identidades territoriales constituyen un factor poltico en Mxico.
No el nico ni el ms importante, pero susceptible de ser potenciado por otros conflictos centrales que cruzan a la sociedad mexicana.
Creemos que la existencia de una sociedad regional constituye un marco y casi un instrumento que diversas clases sociales han podido utilizar sucesivamente para sus fines polticos. En tales reivindicaciones se entrelazan regionalismos burgueses y conservadurismos populares, pero tambin manifestaciones de autodefensa que en determinadas ocasiones dan lugar a expresiones sociales y polticas de profunda radicalidad.
Historia de un ombligo
En Mxico la formacin de regiones es producto de la historia nacional, Esto es as porque el centro poltico naci antes que su territorio. A diferencia de los casos europeos en que las regiones plenamente conformadas preexistan a la nacin.
El pas no naci de la convergencia de una serie de regiones que poco a poco se fueron dotando de un centro hegemnico y una unidad poltica mayor. Por el contrario, la preeminencia de la ciudad de Mxico ha sido una constante desde el principio.
En el principio va el centro
La explotacin y el control de la poblacin indgena requiri del establecimiento de una vasta organizacin tcnica y poltica. La eleccin de Tenochtitlan como cimiento de la nueva sociedad responde a esta necesidad. El sitio, adems de una ubicacin estratgica en el centro del mundo indgena, gozaba de una estructura preexistente de tributacin que, en un primer momento, los espaoles aprovecharon del viejo imperio azteca. La corona se adecu a este hecho y se benefici con l, pero en lugar de un inmenso paisaje rural y tributario, cre bajo el mismo centro hegemnico, una estructura piramidal de centros urbanos provinciales capaz de organizar no slo el tributo, sino tambin una utilizacin productiva del territorio.
Los orgenes del regionalismo
Sin embargo, la colonizacin y la ocupacin del territorio durante la colonia comenzara a gestar grupos de inters regional. Las reformas borbnicas alentaron la conformacin de estos grupos y su enfrentamiento con la burocracia civil, religiosa y militar de la capital. El trabajo de Eric Wolf sobre el Bajo, ilustra en qu medida el desarrollo de una conciencia regional entre diversos grupos sociales del Bajo, constituy un elemento central para explicar las luchas insurgentes. El resultado fue una permanente guerra civil apenas interrumpida por el inicio de un nuevo gobierno. La incapacidad de la oligarqua para encontrar una frmula viable de alianza poltica signific en la prctica la carencia de un Estado reemplazante de la administracin colonial. La ausencia de un eje ordenador propici la fragmentacin de la vida econmica, social y poltica del pas.
El porfiriato constituye una forma de resolucin a este conflicto entre fuerzas centrfugas y centrpetas de la sociedad mexicana. Finalmente los actores polticos se fueron decantando por obra y gracia de las intervenciones, los levantamientos y las purgas entre correligionarios. Los que sobrevivieron pudieron imponer al resto de la nacin mecanismos institucionales para ventilar los conflictos y administrar el poder.
Don Porfirio y las elites
Dicen de Porfirio Daz que no sabas vestir ni mucho menos hablar y estar entre la gente. Escupa en las alfombras y alguna vez en cierta recepcin estuvo a punto de salir por el espejo (Luis Gonzlez, 1976, p. 197). En cambio al poder entr con el pie derecho, y ah se qued durante tres dcadas haciendo trizas rcords pasados y futuros. Sus dos competidores ms cercanos en el saln de la fama de la lucha por el poder en Mxico, Santa Anna y Obregn, no pudieron conservarlo aun cuando dejaron pierna y brazo en el intento. Aunque quiz con menos vocacin para el poder que los anteriores, Porfirio Daz tuvo la virtud de patentizarlo y la satisfaccin de ir a su entierro de cuerpo entero.
El ltimo cuarto siglo experimenta la feliz coincidencia de dos procesos cuya confluencia dar solidez al rgimen, Por una parte la creciente complejidad de la formacin mexicana y las necesidades de acumulacin y no de expansin, demandaron cada vez ms apremiante la unificacin poltica y econmica nacional. Por otra parte, la expansin capitalista de los pases metropolitanos y la conformacin de un mercado mundial, implicaron la necesidad de institucionalizar la vida econmica y poltica de los pases perifricos, para hacer posible la explotacin y transferencia eficiente de los recursos naturales desde nuestros pases. Ambos procesos coinciden en una misma necesidad; la formacin de un estado y un espacio econmico unificado.
La organizacin del territorio en regiones ms o menos consolidadas no acento el regionalismo poltico militante que caracteriz al periodo anterior. De hecho, el porfiriato naci como una forma de solucin del conflicto entre oligarquas regionales y dirigentes nacionales. Quiz por ello, las lites locales no se vieron en la necesidad de apelar al regionalismo y movilizar sus fuerzas contra el centro, como lo haban hecho antes.
La centralizacin de la sociedad mexicana fue un proceso lento conflictivo, no exento de choques frontales. La creacin de un espacio poltico y econmico unificado requiri, entre otras cosas, de la supresin de aduanas interiores y del debilitamiento de ejrcitos autnomos regionales, ambas fuentes de sustentacin del poder regional. Pero a medida que la lgica del estado nacional se fue imponiendo, las dirigencias nacionales comenzaron a adquirir una autonoma creciente con respecto a la constelacin de alianzas que las haban engendrado. Apoyado en el mercado y los capitales externos, as como en la fiscalizacin de una economa en expansin, el rgimen porfirista transform el rostro del pas. La profesionalizacin y manutencin la conformacin de una burocracia regular, identificada con el Estado, los subsidios a los ferrocarriles o la importante obra pblica de carcter urbano, forman parte de este proceso. Regiones Revolucionadas
La revolucin de 1910-1917 destruy el sistema poltico porfirista central disolviendo las redes de articulacin que definan las relaciones entre los poderes locales y el estado nacional. Pero no slo eso. Tambin sent las bases para el resquebrajamiento de las hegemonas terratenientes en muchas regiones del pas, abriendo la posibilidad de la irrupcin al escenario poltico de una multitud de fuerzas sociales y proyectos de sociedad, en busca de una redefinicin del sistema poltico nacional.
En las zonas protagonistas del conflicto las relaciones ente la nueva dirigencia nacional y los grupos de poder regionales se resolvieron en forma clara y contundente. En el norte la situacin fue muy diferente. Los ejrcitos norteos barrieron con la estructura poltica porfirista y con las cabezas ms conspicuas de la oligarqua regional. Pero en general las fracciones revolucionarias no confrontaron directamente a los grupos econmicos. En parte porque se necesitaban mutuamente y aprendieron a convivir desde pocas muy tempranas; en parte, porque los orgenes de algunas de estas fracciones responda al inters de ncleos de poder local descontentos con el orden porfirista.
Mtodos para el estudio de lo regional
Presenta la forma en que la geografa moderna propone a que se lleven a cabo estudios regionales. As, seala cinco elementos fundamentales que deben ser considerados como parte del objeto de estudio: poblacin recursos, consumo, relaciones con el exterior y estructura geogrfica, mismos que permiten delimitar la regin que se estudiar.
Expone los mtodos de anlisis existentes y la manera en que otras ciencias auxiliares como la demografa, la sociologa y la economa contribuyen al conocimiento de las regiones, aportando puntos de vista diversos a una visin interdisciplinaria. Considera que en el desigual desarrollo de una regin nos puede ayudar a genera metodologa y tratamientos diferenciados para cada regin, que respondan a sus dinmicas histricas. Desde su posicin. Pierre afirma que no se puede concluir que existan regiones homogneas, sino ms bien disparidades regionales que obedecen a la influencia de factores de diversa ndole. Si bien el auto sostiene una postura metodolgica francesa, sta bien puede ser adaptada a investigaciones geogrficas locales. Pero que habra de considerar que an cuando muestra ejemplos de pases como Francia, Gran Bretaa y Espaa, slo pueden ser tomados como tales.
Finaliza con un pequeo apartado acerca de lo que se ha denominado subdesarrollo regional
La reflexin del profesor, alumno sobre los problemas de mtodo que presenta el estudio de la regin se enriquece con los elementos que aporta Eric Van Young en su articulo Haciendo historia regional, consideraciones metodolgicas y tericas en el que presenta las concepciones tericas y metodolgicas que han influenciado los estudios histrico-regionales en Mxico y lo que esto ha representado para su desarrollo. Desde hace algunos aos, los economistas han revalorizado el estudio regional, que responde, indudablemente, a una necesidad profunda de nuestro tiempo. Para llevarlo a cabo, han utilizado, parcialmente, unos medios muy familiares a los gegrafos, al mismo tiempo que lo enriquecan con una lnea de pensamiento, con un vocabulario y con un modo de presentacin original y frtil.
HACIENDO HISTORIA REGIONAL: CONSIDERACIONES METODOLGICAS Y TERICAS
En este ensayo el autor presenta las concepciones tericas y metodolgicas que han influenciado los estudios histrico-regionales en Mxico y lo que esto ha representado para su desarrollo. La preocupacin principal se centra en la relacin que se establece entre el espacio geogrfico y la estructura social en los estudios histrico- regionales sobre Mxico.
MICROHISTORIA EN MXICO
En nuestro pas se han desarrollado algunas ideas que pueden servir de aliciente a otros para iniciar o proseguir una investigacin como la que hemos ido haciendo en estos ltimos aos, con el objeto de volver a dar vida a muchos antepasados cuya memoria se haba perdido casi totalmente para la generacin actual.
Nuestra poca es testigo de un resumir del inters por esta tarea cultural de primera magnitud. Una persona que no tiene inters por conocer quines fueron sus antepasados, dnde vivan, qu tipo de vida llevaban, etc., pierde la memoria de su pasado y, con ello, un gran tesoro de valores y realidades humanas que trasmitir a sus sucesores.
La microhistoria, no es historia crtica o monumental. Su cometido es mucho ms humilde y sencillo. Como afirma Luis Gonzlez y Gonzlez es la versin popular de la historia, obra de aficionados de tiempo parcial. La mueve una intencin piadosa. Salvar del olvido aquella parte del pasado propio que ya est fuera de ejercicio. Busca mantener al rbol ligado a sus races. Es la historia que nos cuenta el pasado de nuestra propia existencia, nuestra familia, nuestro terruo, de la pequea comunidad (cfr. Hacia una teora de la microhistoria. Discurso de recepcin del doctor Luis Gonzlez y Gonzlez en la Academia Mexicana de la Historia, ledo en la sesin solemne del 27 de marzo de 1973).
En cuando a qu tipo de gente sea la que se dedican a esta tarea, Don Luis Gonzlez dice lo siguiente: a la mies microhistrica acuden operarios de muy desigual condicin. Unos son abogados, sacerdotes, mdicos, poetas, polticos o personas que apenas saben leer y escribir. Y sin embargo es posible rastrear en ellos algunos rasgos comunes. Quiz el ms notorio sea el ego emocional, la actitud romntica.
No es un impulso racionalizante el que mueve al microhistoriador, es un amor (a veces ferocidad amorosa) a las races, un amor melanclico, como aquel de Manuel Machado: Me siento a ves triste/ Mi pensamiento entonces / Vaga junto a las tumbas de los muertos, / Y en torno a los cipreses y los sauces / que abatidos se inclinan y me acuerdo.
El que hace la microhistoria de sus antepasados, de su terruo, de un grupo de familias ligadas por el tiempo y el espacio muy a menudo tiende a acumular todo tipo de vestigios, movido por el afn de ver a los ancestros en toda su redondez (L. Gonzlez). Aunque la microhistoria sea un saber humilde y sencillo de lo cotidiano y familiar no por eso carece de rigor cientfico. Todo microhistoriador busca afanosamente los datos reales en archivos tras una paciente investigacin, porque lo que pretende es reconstruir lo ms exacta posible la verdad. Las fuentes ms frecuentadas por el microhistoriador son los archivos parroquiales, los libros de notarios, los vestigios arqueolgicos, los cementerios, las crnicas de viaje, los censos, los informes de municipios y gobernadores, estatuos reglamentos, leyes, peridicos y tradicin oral.
La labor del microhistoriador es ardua. Se ve necesitado muchas veces de hacerla de detective, con escasas y borrosas huellas, sin medios para descubrir lo que busca penosamente. Para encontrar la verdad sobre las personas que vivieron hace dos o tres siglos tiene que obtener datos y despus intentar relacionarlos entre s. Esta es la tarea ms difcil, pero la ms importante: la resurreccin de nuestros difuntos requiere recubrir sus huesos de carne y espritu.
BLOQUE II FLORES, Gonzlez Sergio. El concepto de regin y su relacin con los nuevos escenarios internacionales NUEVOS PARADIGMAS DEL DESARROLLO REGIONAL EN MXICO Apuntes para la comprensin de otros enfoques en su estudio EL CONCEPTO DE REGIN Y SU RELACIN CON LOS NUEVOS ESCENARIOS INTERNACIONALES
Consideraciones tericas acerca del sistema urbano y el concepto de regin
Si se hace una breve revisin del fenmeno de la explosin demogrfica ocurrido a escala mundial a partir de la segunda mitad de este siglo,, es fcil explicar que una de las determinaciones centrales de la urbanizacin est referida no slo al crecimiento de la poblacin humana, sino tambin a los preocupantes efectos derivados de la migracin a las ciudades (Garza, 1988).
Otro factor determinante de la acelerada urbanizacin se refiere a la industrializacin y los efectos que se han desencadenado en la estructura econmica de las ciudades. Aunque los pases altamente desarrollados iniciaron sus procesos de industrializacin desde el siglo XVIII, la atencin concentrada en la segunda guerra mundial genera adopcin de un modelo de industrializacin tarda en los pases en vas de desarrollo (Velasco, 1985). Ha sido abundante el debate acerca de la relacin entre desarrollo econmico y urbanizacin, e incluso recientemente se ha sealado, por ejemplo, que el fenmeno de globalizacin se refiere a la internacionalizacin de capital, produccin, servicios y cultura, y que todo esto encuentra expresin en la ciudad (Mc Carney, 1996).
Simultneamente a la aparicin de los fenmenos socioeconmicos sealados y a su expresin territorial, varios analistas han contribuido a la generacin de interpretaciones sobre las cusas y lo efectos de la problemtica en torno a las ciudades. En las ltimas dos dcadas la categora sistema se ha empleado para identificar, en trminos funcionales, la integracin de un conjunto de procesos y relaciones que tienen lugar en el espacio urbanizado. Se ha definido al sistema como una interconexin de elementos organizada de forma tal que se dirige hacia un objetivo definido (Gibson, 1981).
En general, se acepta que desde el punto de vista sociolgico el sistema urbano es un complejo proceso que pasa del estudio del espacio al anlisis de la ciudad y que integra al menos elementos de consumo, produccin, intercambio., gestin y simblica (Castells, 1983).
Para el caso de Amrica Latina se dice que a partir de la dcada de los cincuenta el fenmeno de urbanizacin adquiere un dinamismo excepcional que adopta, a partir de entonces, un carcter metropolitano este sistema integrar para el ao 2000 a cuando menos cuarenta y seis centros de esta naturaleza (Olave, 1990). Cada una de estas unidades de anlisis son reas conexas y no discontinuas y para fines de estudio se les define como regiones polarizadas o nodales, en ellas se localizan diversas complementadas entre s, que tienen un nodo o foco central (ILPES-CEPAL, 1976). La caracterstica de tales regiones es que la ciudad central ejerce efectos multiplicadores en la economa y el territorio del rea sobre la que guarda fuerte influencia. Algunas grandes regiones urbanas incluso han adquirido, desde finales de la dcada de los sesenta, una naturaleza magalopolitana.
A medida que avanz el fenmeno de urbanizacin y se expres espacialmente en nuevas y grandes regiones, se diversifico la integracin de sus componentes. En el anlisis regional contemporneo, se integran ahora los avances ambientales y se demanda una participacin directas de la sociedad a travs del enfoque de la planeacin estratgica (Altrows, 1993).
La globalizacin y sus efectos en el territorio
En trminos generales; en el campo de los estudios socio-econmicos se ha sealado que despus de la segunda guerra mundial se definieron tres grandes grupos de pases que se conjuntaron segn su grado de desarrollo y sus sistemas econmico y de gobierno.
En el caso de Amrica Latina, el lapso comprendido entre 1940 y 1970 esta referido al inicio y desarrollo de acelerados procesos de industrializacin, al incesante aumento de la poblacin humana; a la conformacin de grandes reas urbanas y al fortalecimiento del liderazgo de los Estados nacionales a partir del predominio de sistemas polticos dominantes y economas estatales que mantienen una fuerte relacin con los principales centros mundiales de decisin.
Durante la segunda mitad de los aos sesenta el neoliberalismo se convirti en la tendencia dominante en la poltica econmica internacional y la nocin de desarrollo sustentable reciba atencin a partir de finales de los aos ochenta (Jaakonkari, 1994). La globalizacin de los mercados mundiales es el eje de la poltica seguida por las grandes corporaciones multinacionales, pero tambin una lnea de accin de los Estados nacionales de los pases centrales.
El libre juego de los fuerzas del mercado determina la participacin de los organismos o privados; el Estado estar descartado de toda actividad econmica y su papel se limitar a vigilar y regular la correcta marcha del mercado. A finales de la dcada de los ochenta el mundo presenci la estrepitosa cada del sistema socialista y a partir de entonces el mercado se convirti en el eje unimodal en torno al cual giraran todas las acciones y la marcha del sistema econmico mundial . las innovaciones tecnolgicas, la modernalizacin de las cadenas productivas y la implantacin de la informtica, la ciberntica y la robtica, estn fuertemente condicionadas por la globalizacin.
Los centros financieros mundiales se han convertido en un gran mercado apoyado por medios de comunicacin electrnica y telecomunicaciones, va satlites artificiales, lo que refuerza las actividades comerciales, financieras, polticas y culturales (Flores, 1995).
En trminos territoriales es posible identificar - a partir de los efectos de la globalizacin- tres grandes magarregiones Amrica, Asa y Europa. En todas ellas hay pases con economas muy avanzadas y reas con desarrollo intermedio. En Amrica y Asia existen naciones con desarrollo rezagado: en el caso de Europa, la existencia de una historia general comn y el predominio de un desarrollo socioeconmico relativamente homognea han sido factores determinantes para la promocin de una gran regin que, en el corto plazo, tendr mayores niveles de integracin interna.
Por la existencia de esas diferencias intrarregionales es preciso que los gobiernos atiendan una poltica de promocin diferenciada y diversificada al desarrollo econmico. Esta poltica deber tener un enfoque multimensional (Garza y Rivera, 1994) que ubique en sus justos trminos los efectos territoriales de lo que fue el proceso de industrializacin- urbanizacin y de lo que han sido los impactos territoriales de la terciarizacin econmica. Este nuevo enfoque procurar no slo la promocin del crecimiento econmico y el aminoramiento de la brecha de desigualdades regionales, sino tambin la preservacin de los ecosistemas, el mejoramiento del ambiente y la adopcin de medidas de una poltica social de beneficio a los grupos econmicos.