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Eugenio Espejo

Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo nació en Quito, en 1747, y murió
encarcelado en la misma ciudad en 1795. Fue un prominente investigador científico,
médico, escritor, abogado, periodista, pensador quiteño, ideólogo político, considerado
en Ecuador prócer de la independencia.

Según la leyenda romántica, fue hijo de un indígena quichua, Luis De La Cruz Chuzhig,
procedente de Cajamarca, que se instaló en Quito como asistente del sacerdote y médico
José del Rosario. Su madre, Catalina Aldaz, era una mulata nacida en Quito.1 Aprendió
sus primeras letras en casa de sus padres y luego, supuestamente, en una escuela católica
para niños pobres. Sin embargo, existe controversia sobre el origen del sabio quiteño,
pues existen documentos que comprueban que el nombre familiar de Espejo, lo llevaba
ya el padre de Eugenio, quiteño, e incluso su abuelo, español. Es más, la inscripción de
nacimiento de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, está dada como tal, y ubicada en el libro
de blancos, hecho imposible de consumar para un indígena, por influyente que fuera, ya
que el sistema de castas de la Colonia lo prohibía explícitamente. Por otro lado, Espejo
está inscrito desde muy temprana edad en colegios exclusivos de la aristocracia quiteña,
llegando a ser electo representante de sus compañeros en varias ocasiones. De esta época
data su probable y único retrato conocido, en compañía de su clase. Espejo es uno de los
pensadores más importantes de América Latina de finales del siglo XVIII, influido por
las ideas ilustradas, que adaptó a la realidad social de su entorno. Según algunos
historiadores que defienden la historia romántica de Espejo, a él le fue muy difícil abrirse
paso dentro la clasista sociedad colonial, pero consiguió doctorarse en medicina en 1767
y poco después también en jurisprudencia y derecho canónico. Dentro la sociedad
quiteña se convirtió en el eje de la vida cultural y propagador de ideas progresistas, con
un considerable apoyo por parte de la aristocracia criolla. En 1779 publica su primera
gran obra, El Nuevo Luciano de Quito una crítica terrible a todos los problemas y
deficiencias de la vida cultural en la Real Audiencia de Quito. Fue acusado de ser el
autor de un texto que aplaudía el levantamiento de Túpac Amaru y Tupac Catari. Su
activismo cultural acabó enfrentándolo a las autoridades, que lo procesaron en la capital
del virreinato, Bogotá, pero este hecho contribuyó a aumentar aún más su prestigio; ya
que salió libre de todo cargo.
Política y actividades literarias
Fue nombrado primer director de la biblioteca pública, compuesta por más de 40.000
volúmenes procedentes de los fondos de los jesuitas, recientemente expulsados. También
publicó importantes trabajos de medicina, como las Reflexiones acerca de las viruelas
(1785), el cual se convertiría en el primer texto científico que refería la existencia de
microorganismos (inclusive antes que Louis Pasteur) y que definiría como política de
salud conceptos básicos en la actualidad como la asepsia y antisepsia de lugares y
personas. Más adelante colaboró en la creación de la Sociedad Patriótica de Amigos del
País a semblanza de las otras que comenzaban a surgir en España y en las colonias y,
sobre todo, editó el primer diario de la ciudad: Primicias de la Cultura de Quito (1792).
Por su actividad de denuncia continua fue nuevamente encarcelado, situación en la cual
acabó muriendo el 27 de diciembre de 1795 (a causa de una trágica disentería).

Pensamiento
Su pensamiento es una adaptación de ideas ilustradas en el entorno colonial de la
Audiencia. Sus ideas promovían la igualdad de todos los ciudadanos y nacionalización
de las propiedades eclesiásticas. En su ideario aparecía por primera vez la igualdad de los
indígenas con los criollos (ideal que quedó eliminado en los procesos de independencia)
y también por primera vez planteaba los derechos de la mujer.

En Ecuador se considera que fue el primero en afirmar la necesidad de una emancipación


de España y en proclamar la individualidad del país y, en general, de toda América; y
que sus ideas, si bien modificadas en algunos aspectos importantes, inspiraron a los
revolucionarios del 10 de agosto de 1809.

En cambio, autores como Efren Aviles Pino indican que Siempre se ha dicho que Espejo
es el precursor de la independencia, pero no es así. Espejo Pero sí fue un revolucionario
ya que a través de sus escritos y publicaciones procuró reformar las estructuras sociales
y políticas de esa época.1 CONTRADICCIÓN: espejo si fue el precursor de la libertad
pues el lleno la ideas del 10 de Agosto de 1809, que luego sirvió para las revoluciones de
toda america

Obras [editar]
• Nuevo Luciano de Quito (1779)
• Marco Porcio Catón o Memorias para la impugnación del nuevo Luciano de
Quito (1780)
• Carta al Padre la Graña sobre indulgencias (1780)
• Sermón de San Pedro (1780)
• La Ciencia Blancardina (1781)
• El Retrato de Golilla (1781)
• Cartas teológicas (Atribuidas, 1780-1792)
• Discurso sobre la necesidad de establecer una sociedad patriótica con el nombre
de "Escuela de la Concordia" (1789)
• Memorias sobre el corte de quinas (1792)

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