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BIOGRAFÍA
Al contrario de lo que se piensa Luis Chuzig, no solo fue un simple picapedrero
o asistente de José del Rosario, fue además y por sus propios medios un indio
culto, que aprendió a leer gracias a la ayuda de Don Luis Benítez de la Torre,
Cura y Vicario de Cajamarca, quien, a escondidas, instruyó a Luis "Chuzig", ya
que en esa época era prohibido, que los indios sepan leer, y este en
agradecimiento utilizó el apellido "Benítez", mismo apellido con el que contrajo
matrimonio con Catalina Aldás. El origen de apellido "Santa Cruz y Espejo" no
está aún esclarecido, pero se cree, que fue impuesto por algún español, ya que,
en esa época, todos los indios evangelizados, se les asignó nombres y apellidos
cristianos.1 Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, aprendió sus
primeras letras en casa de sus padres y luego, supuestamente, en una escuela
católica para niños pobres.
Sin embargo, existe controversia sobre el origen del sabio quiteño, pues existen
documentos que comprueban que el nombre familiar de Espejo, lo llevaba ya el
padre de Eugenio, quiteño, e incluso su abuelo, español. Es más, la inscripción
de nacimiento de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, está dada como tal, y ubicada
en el libro de blancos, hecho imposible de consumar para un indígena, por
influyente que fuera, ya que el sistema de castas de la Colonia lo prohibía
explícitamente.
Pero también, podría existir evidencia que María Catalina Aldás Larraincar o
Larrinzar, no era mulata, sino de origen español hecho del que se valieron sus
padres para poder inscribirlo en uno de los más prestigiosos colegios de Quito
"El Colegio de San Luis" para el efecto, María Catalina Aldás, presentó su partida
de nacimiento.1 Por otro lado, una vez inscrito desde muy temprana edad en
colegios exclusivos de la aristocracia quiteña, llegó a ser electo representante de
sus compañeros en varias ocasiones. De esta época data su probable y único
retrato conocido, en compañía de su clase.
Hijo de un indio cajamarquino, que había llegado a Quito como paje de un fraile
y de una mula-ta cuya madre había sido esclava de otro reli-gioso. Ni siquiera
poseía apellidos propios. Los de sus padres, que él recibió, eran apelli-dos
adoptados. El indio se hacía llamar Luis de la Cruz Espejo. La mulata, Catalina
Aldas y Larraincar. Alguien que quiso denigrarlo, un cura del poblado de
Zámbiza, le echó en el rostro la humildad de tal origen, y dejó así es-te chisme
para la posteridad: "es constante que su padre, Luis Chuzhig por apellido y
mu-dado en el de Espejo, fue indio oriundo y na-tivo de dicha Cajamarca, que
vino sirviendo de paje de cámara al Padre Fray José del Ro-sario, descalzo de
pie y pierna, abrigado con un cotón de bayeta azul y un calzón de la misma tela".
El antiguo peón de Cajamarca puso todo empeño y apti-tud en convertirse en
cirujano de aquel centro de salud. De lo que hay que hablar con admiración es
más bien de la manera con que educó y formó a su hijo Eugenio Francisco
Xavier. Batallando con circunstan-cias desalentadoras, aflictivas, estimuló
tem-pranamente las facultades intelectuales de és-te. Alimentó su vocación
médica, originada sin duda en el ambiente del hospital, en don-de el pobre
vástago indio pasó los años de la niñez y la adolescencia. Y cuya culminación
no fue solamente la de un título de doctor en medicina, sino la de la forja de una
sólida per-sonalidad de investigador. Ella está explícita en el mejor de sus libros:
"Reflexiones acerca de las viruelas".
La leyenda carece de cierta lógica debido a que ningún indígena podía sacar
título en aquellos tiempos, es mucho más posible pensar que parte del origen de
Espejo sea más una historia inventada como leyenda que es, es más factible
creer que su padre no era indígena, ni su madre mulata, ya que todo esto se hizo
para exaltar el espíritu indígena.
Pensamiento
Fallecimiento
Murió en Quito, el 27 de diciembre de 1795, a los 48 años de edad, después de
estar en la cárcel acusado de conspiración; se le inculpó que en las cruces de
Quito amanecieron banderolas escarlatas con el lema que decía: "Al amparo de
la cruz, sed libres, conseguid la gloria y la felicidad".
UNIDAD EDUCATIVA “JUAN LEON MERA” LA SALLE
ASIGNATURA
LENGUA Y LITERATURA
Eugenio Espejo
2017 - 2018