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Energías para vivir

Por Luis Alberto Cervera Novo (*)

El origen

El FUEGO, primera fuente de energía utilizada por el ser humano, le permitió al hombre
socializarse al asentarse en comunidades; desarrollando la agricultura, domesticando animales
e incorporando la carne a su dieta.

Con estos pasos, alcanza un salto cualitativo en el desarrollo de su cerebro; entonces aparece
la creación de herramientas de trabajo, junto al constante desarrollo cultural y espiritual.

Desde las remotas cavernas a la actualidad, el consumo de energía fue creciendo


constantemente como sostén de ese avance imparable del crecimiento humano.

Luego del fuego, el AGUA y el VIENTO se convirtieron en fuentes generadoras de energías


renovables, los molinos hídricos y los barcos a vela, crearon los cimientos energéticos de la era
industrial. Pero esta nueva etapa requería más y más energía. Se sumó entonces el CARBON
y posteriormente el PETROLEO. Tiempo después el GAS y con ello comenzamos a explotar
nuevos y poderosos recursos, pero con una característica totalmente distinta a los existentes:
no ser renovables. Sin embargo, jamás, se pensó en su agotamiento.

De aquí a la fecha se sucedieron las usinas generadoras de energía eléctrica, a carbón,


petróleo o gas, los motores a explosión, las grandes represas hídricas, la energía atómica,
eólica y solar. Y todo ello no alcanza a cubrir la voraz demanda energética que sostiene un
modelo de consumo, que, tampoco se cuestiona.

El problema

Esta inmensa producción y derroche de energía, generó el llamado "efecto invernadero“ debido
al aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera generado por la
utilización de combustibles fósiles (petróleo y carbón).

Con su consecuente e inexorable cambio climático que no solo modificará climas y geografías,
también pondrá en riesgo la existencia misma de la vida en todas sus manifestaciones.

Este consumo y despilfarro de energía del mundo desarrollado, que solo suma un tercio de la
población mundial, afecta a los 6500 millones de habitantes del planeta y a las lógicas
aspiraciones de los países mas débiles y mas poblados a querer también desarrollarse y
alcanzar los niveles de confort que ofrece el crecimiento económico.

Este es el gran interrogante, cómo resolver esta encrucijada: un mundo confortable para todos.
Pero, para los países desarrollados el conflicto es otro: como proveerse de la energía que le
demanda su nivel de vida sin proponerse modificar su matriz de consumo energético.

De esta manera arrastran a todo el planeta hacia el abismo del recalentamiento.

Su única propuesta es buscar reemplazo al petróleo que se acaba. Así nace la "quimera" de los
BIOCOMBUSTIBLE. Transformar cereales en Biodiesel y caña de azúcar en Alcohol, a escala
masiva, en las fértiles tierras del subdesarrollo.

En esta propuesta se une el entusiasmo de honestos innovadores y el accionar de ejercitados


gerentes de Agronegocios. Nuevamente no pensamos en el agotamiento de la fuente.

La tierra fértil, también puede ser no renovable, si se la somete al monocultivo intensivo y a los
pesticidas que destruyen la biodiversidad. La erosión y la desertificación ya afectan a millones
de hectáreas en el mundo.

El suelo, desde el inicio de la agricultura fue, es y debería ser fuente de alimentos, oxigeno y
agua para ésta y futuras generaciones.

Recordemos que el planeta es un sistema, prácticamente cerrado. El único ingreso del exterior
es la energía solar, todos nuestros recursos para la vida están dentro del mismo.

El modelo Biocombustible nos propone transformar alimentos en naftas, sin que ello reduzca
significativamente el efecto invernadero y generando nuevas complicaciones. Según la revista
Environmental Science and Technology, científicos de la Universidad de Stanford (EE.UU.)
afirman que: "los resultados de su investigación, muestran que una alta mezcla de etanol
plantea un riesgo igual o mayor para la salud pública que la gasolina, ya que causa un daño
significativo al incrementar la presencia de Ozono en el ambiente. Estiman un incremento de
las muertes anuales por problemas respiratorios.

Como generamos energía hoy

En la actualidad la producción de energía eléctrica mundial se genera, aproximadamente, de la


siguiente manera: (1)

• 40% proviene de la quema de carbón.


• 19% de represas hidroeléctricas.
• 15% de usinas a gas natural.
• 10% de usinas a petróleo.
• 15% de energía nuclear.

Por lo tanto el 65% de la generación eléctrica depende de combustibles fósiles, generadores de


CO2 y próximos a agotarse. Si a esto le sumamos el 20% que generan las centrales
hidroeléctricas, en momentos que las proyecciones del cambio climático (IPCC- ONU) le
auguran dificultades operativas, por reducción del caudal de los ríos, el panorama es más que
preocupante.

Dependemos de la energía, provocamos el recalentamiento del planeta para resolver esta


necesidad. Pero la energía que generamos no es suficiente y en lugar de buscar una solución a
más energía y menos contaminación, solo buscamos más de lo mismo. Parece que no
podemos plantearnos un cambio que sea más equitativo. Nos condenamos a desaparecer si no
frenamos esta carrera.

Vale buscar soluciones urgentes, pero repetimos, no hipotecando la tierra fértil que nos
garantiza alimentos, bosques, oxigeno y biodiversidad.
Hay otros caminos para lograr ENERGIAS PARA VIVIR.

Los otros caminos

Cuando hablamos de otros caminos para la producción de energía, nos referimos a caminos
sustentables, basados en "energías limpias” que no generan efecto invernadero y son
inagotables. Para ello contamos con el sol, el viento, el agua y la radiactividad.

Cada una de ellas tiene ventajas y limitaciones.

Energía solar: el Sol, centro de nuestra galaxia, recurso inagotable y único ingreso externo en
nuestro planeta tierra aporta, precisamente, la energía que genera y sostiene las formas de
vidas que se desarrollan en el mismo. Capturar en paneles los rayos solares, para utilizarlos
como radiadores de calor y acumulando su energía en baterías, es la base de este sistema.

Es un aporte importante para sostener, por ejemplo, el funcionamiento básico de una vivienda
familiar; pequeños vehículos de transporte, etc.

Tiene limitaciones de acuerdo a las zonas geográficas que se trate.

Sus ventajas son su autonomía y no requerir de tendidos de redes, transformadores y demás


implementos del transporte eléctrico clásico. Ante una demanda mayor, este sistema puede
actuar perfectamente como complemento de las fuentes de energía clásicas.

Actualmente, los paneles solares se comercializan a un precio elevado, reduciendo su


utilización masiva. La producción eléctrica actual por este sistema es poco relevante.

Energía eólica: es la utilización de la energía que nos proporciona otro recurso inagotable, el
Viento. El mismo impulsa los molinos de viento, que a través de sus turbinas generan
electricidad. Alemania tiene un gran desarrollo en molinos de estas características, pues posee
también, corredores, donde predominan corrientes adecuadas y constantes de vientos. Esta es
su garantía de funcionamiento. En nuestra geografía la zona patagónica reúne condiciones
óptimas para desarrollar este recurso. Aun hay ciertas dificultades para su retransmisión a
zonas alejadas de las turbinas y para sostener demandas muy elevadas. Se esta
experimentando en la utilización de esta fuente de energía en el funcionamiento de equipos, in
situ, para elaborar Nitrógeno, otro combustible alternativo.

Los especialistas estiman que desarrollando al máximo el sistema de energía eólica, se podría
cubrir entre el 15 y 20 % de la demanda actual de energía.

Energía hidráulica: como ya dijimos, junto al fuego y el viento, el Agua es un antiguo recurso
energético. Los primeros molinos harineros giraron en base al impulso de agua.

En la actualidad funcionan cientos de represas en todo el mundo y se proyectan nuevas.

Las mismas embalsan aguas de ríos o deshielos, para luego regular su utilización como
impulsoras de las turbinas generadoras de electricidad.

Las mayores dificultades del sistema de represas son:

• El daño ambiental, discutido o ignorado, existe y no es menor. Impacta en el clima y el


hábitat del hombre, la flora y la fauna.
• Los cambios climáticos por el recalentamiento del planeta generarán menor caudal de
ríos y lagos, consecuencia de una mayor evaporación y derretimiento de hielos. Las
estimaciones para nuestro país son de una reducción del 20% en la producción de las
represas.
Energía nuclear: en la actualidad son alrededor de 470 las centrales nucleares en actividad y
construcción en el mundo. Dos de ellas se encuentran en nuestro país - Atucha 1 y Embalse -
proporcionando alrededor de un 8% de la energía distribuida por nuestro sistema
interconectado nacional (*). Está en construcción la tercera central, Atucha II, es ésta una de
las alternativas más eficientes para garantizar la escasez de energía que se viene.

Estas centrales atómicas generadoras de energías limpias y todo lo referente al desarrollo


nuclear, es cuestionado por diversos actores, por ejemplo, las actuales potencias nucleares que
intentan hegemonizar el manejo de la energía atómica, alegando razones de seguridad militar y
como reaseguro de su predominio y fortaleza económica.

Otro plano es la opinión publica, que, alentada por informaciones periodísticas basadas sólo
sobre el mal manejo de este recurso, logran instalar el fantasma del peligro nuclear; generando
en muchas ocasiones una fuerte oposición social a este desarrollo.

Algunas precisiones nucleares

Se omite en esas informaciones un dato básico. La radiactividad esta presente en el planeta en


forma natural desde su origen. Se produce por la existencia de átomos que no son estables y
se desintegran espontáneamente emitiendo energía pura. Por ejemplo los átomos de Uranio,
que se utilizan en la generación de energía eléctrica. No fue un invento del hombre del siglo
XX, aunque sí lo fue su descubrimiento.

Nuestro organismo, también es radiactivo, componentes básicos de nuestro cuerpo como el


potasio y el carbono 14, lo son.

Se suele omitir también, que, gran parte de los avances en medicina que han logrado día a día
mejorar y prolongar nuestras vidas, tienen su origen en la utilización de materiales radiactivos.
Radiografías, tomografías, radioterapia y medicamentos; son algunos de los usos claves para
preservar la vida.

También se suele omitir o desconocer, que el manejo de la emergía atómica por parte de
nuestro país, es una de sus grandes fortalezas que nos ubica como los primeros en América,
sin contar a EE.UU. y entre los más avanzados del mundo.

Argentina tiene grandes riquezas naturales. Cereales y carnes encabezan nuestras


exportaciones, pero si no se tiene ciencia y tecnología estas riquezas se pueden perder
rápidamente.

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CENEA), produce el 95% de los radioisótopos


utilizados en la medicina de nuestro país; desde el año 2002 exporta Radioisótopos y Radio
fármacos. Somos el primer productor regional y tercero en el mundo de Cobalto 60- Molibdeno
99 e Yodo. Son millones los pacientes tratados anualmente, sólo en nuestro país con estos
medicamentos y aparatos de producción nacional.

El INVAP, sociedad del estado, es una empresa radicada en la ciudad de San Carlos de
Bariloche, que con 30 años de experiencia produce y exporta equipos de radioterapia, satélites
y reactores nucleares, entre otras creaciones tecnológicas.

Hace pocos días se puso en funcionamiento una Central Nuclear en Australia, construida por el
INVAP, luego de superar en calidad y diseño a los pocos países como Canadá o Francia que
están en condiciones de ofrecer este tipo de centrales. En su inauguración los Ministros
Australianos presentes destacaron que a partir de ese momento el país contaba con una 3er.
maravilla, luego del Puente de Sydney y el Centro de Convenciones Melbourne, característico
de su paisaje. El costo de esta Central Nuclear producida por Argentina es de 200 millones de
dólares.
Hay diversos convenios con un conjunto amplio de países para colocar estos productos de
máxima tecnología, ya son tres los satélites funcionando en la órbita terrestre fabricados por
argentina. Como también la venta de equipos de medicina nuclear a países vecinos y otros
lejanos como los asiáticos y africanos.

El estigma de Chernobyl

Este fue el accidente nuclear más importante generado por una central atómica.

Se produjo en la Unión Soviética en abril de 1986, afecto 150 Km2 de territorio obligando a la
evacuación de 6 millones de personas.

Dicha central atómica contaba con una tecnología precaria, típica del subdesarrollo y en un
país que se desvanecía.

Un sólo ejemplo de su precariedad en Chernobyl fue que la única protección era prácticamente
un tinglado de cemento.

En cambio en Argentina, las centrales atómicas cuentan con cúpulas de protección que resisten
el impacto de un Boing 707 sobre sus instalaciones vitales. Este trágico acontecimiento, que
ocurrió en Rusia por las causas destacadas, se sumó la falta de legislaciones y controles
internacionales adecuados, que sí existe hoy.

El accidente de Chernobyl lleva a no registrar ejemplos como el de Francia, que le lleva


décadas de ventaja a EE.UU. en el manejo nuclear; ello le permitió ser autónoma
energéticamente, ya que el 80% de su producción eléctrica, proviene de centrales nucleares.
Cuenta con una planta de tratamiento de los residuos nucleares, generados por estas centrales
y también reciclan hasta siete veces el Plutonio, uno de los materiales radiactivos con mayor
período de vida actividad.

Conclusión

Una tonelada de Uranio equivale a 8000 toneladas de petróleo o a 12.000 toneladas de carbón,
sin generar Anhídrido Carbónico, causante del efecto invernadero.

Anualmente se consume en el mundo 10 mil millones de toneladas de combustible fósil, que a


la naturaleza le llevó un millón de años crear. En la actualidad, estos yacimientos tienen fecha
de agotamiento irreversible.

Con la seguridad de que nadie de nosotros desea volver a vivir en las cavernas, las opciones
no parecen ser muchas más que:

o Optimizar la eficiencia eléctrica de las maquinarias que nos permiten vivir


confortablemente. Se estima que logrando actualizar el parque de heladeras de
todo el país, podríamos ahorrar anualmente la producción eléctrica generada
por una represa hidroeléctrica.
o Reducir todo tipo de derroche de energía, repensando nuestros sistemas de
transporte, de iluminación, la arquitectura y la construcción de las viviendas y
ciudades. En síntesis, repensar nuestra relación con la naturaleza.

En definitiva un cambio cultural que nos permita adaptarnos y encontrar las energías
para seguir viviendo, antes que sea tarde.

Nota:
(1) Revista "Algo en Común" - Agosto 2006
(*) Licenciado en Gestión Ambiental Urbana (UNLa)

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