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del Movimiento Encuentros de Promoción Juvenil
ASE-001-2006
Punto de partida
“En una Iglesia - comunión los tres estados de vida: sacerdocio, vida
consagrada, fieles laicos están relacionados y ordenados el uno al otro. Son
modalidades según las cuales se vive la igual dignidad cristiana y la universal
vocación a la santidad en la perfección del amor.
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pues todos ellos son quienes perciben su necesidad y quienes
reconocen la utilidad de su servicio.
Triple ministerio:
Ministerio profético
El asesor es quien proclama jubilosamente y con poder el amor del
Padre que nos quiere felices y nos quiere salvar y el amor a los
hermanos. Es lo fundamental cristiano (el kerigma). También es quien
lee y enseña a leer los signos de los tiempos a la luz de la fe para
responder a los desafíos de hoy. además es quien señala al joven laico
los derroteros a seguir en la actual coyuntura de su realidad y de su
ambiente, abriendo procesos que generen realmente un cambio
transformador y de crecimiento. El asesor anima y propone caminos
de conversión a Cristo y compromete en la edificación de su Reino,
como testigo. El asesor compromete a los jóvenes en la fermentación
evangélica de los ambientes. El asesor opta por la opción de una
Iglesia con más rostro laical y femenino para el Nuevo Milenio, su
opción es una respuesta al Padre, quien reclama de nosotros una
entrega incondicional. Finalmente el asesor denuncia el pecado social,
la injusticia, la desigualdad y la cultura de la violencia y de muerte.
Ministerio sacerdotal
El asesor es un hombre de Dios, abierto al Espíritu Santo. Hombre de fe
y de oración. Que escucha la Palabra y la sabe poner en práctica. Es
un enamorado de Dios, experto en la lectura orante de la Biblia. Por
eso es que es animador constante de la vida de oración, invitando y
enseñando a orar, pues dice el asesor: ‘Cristo es el modelo de santidad,
como camino verdad y vida’. Además el asesor es quien celebra festiva
y comunitariamente la vida y los sacramentos, sobre todo, el de la
Eucaristía, sacramento de fe y vínculo de unidad fraterna, y el de la
Reconciliación. Finalmente el asesor es quien trata de ser coherente
con su opción y proyecto de vida, procurando integrar la fe y la vida en
todas las dimensiones de la existencia.
Ministerio pastoral
El texto de Ezequiel 34, 11-16 que te invito a leer en este momento…
define muy bien el ejercicio de caridad pastoral de un asesor. Para San
Agustín este ejercicio era tarea de amor. Es la misma misión que Jesús
encomienda a Pedro: “¿Pedro, me amas más que estos? - Si, tu sabes
que te amo. - Apacienta mis ovejas”. Ser pastor en un grupo cristiano
exige del asesor realizar el servicio de la comunión (Koinonía) y el
servicio a los hermanos (Diakonía). El asesor es sobre todo Pastor,
servidor de la comunidad eclesial entre el Obispo y el MEPJ, y tambien
dentro del Comité Promotor Diocesano, y en el Centro guías, y en cada
uno de los Equipos promotores. La manera de ejercer estas tareas será
al estilo de Jesús: invitando, acogiendo, animando y acompañando.
La acogida
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Los asesores preferimos más predicar, enseñar, celebrar, que acoger.
Sin embargo hemos de poner en marcha el ministerio de la acogida.
Jesús es acogedor. Acoge a la Magdalena y a Zaqueo, a la Samaritana y
a Pedro, a los marginados y a los jóvenes y niños. También se deja
acoger en Betania, por la mujer que lo unge antes de su muerte, por la
Verónica que enjuga su rostro.
Abrir el corazón es dejarse acoger, confortar y amar por Dios y por los
demás. La acogida es una de las actitudes más nobles del ser humano.
El asesor acoge a los Coordinadores en un clima de fe y de confianza.
No impone nada, cree en las personas y abre espacios de acogida y
calidez.
La animación
¿Qué es ser asesor, ser sacerdote? Es ser profeta, hombre de altar, que
preside la Eucaristía y otorga el perdón, pero sobre todo ser pastor al
estilo de Jesús. es alguien que sabe alentar a los que están
abandonados, animar a los agobiados , y consolar a los tristes. Jesús es
quien enseña este ministerio con sus gestos, palabras y acciones.
“Animo tus pecados están perdonados”, le dice al paralítico. “Animo, tu
fe te ha salvado”, a la mujer con flujos de sangre. “Animo, no temáis,
soy yo”, a los apóstoles. “Suspira hondo, impone las manos, mira con
cariño”. Cada palabra las acompaña con gestos. “Vengan a mi, todos
los que estáis rendidos y agobiados, que yo os aliviaré” (Mt 11, 25-30).
El acompañamiento
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labor de pasillo. Acompañar es saber poner en las manos del Señor
a las personas y comunidades que acompañamos.
Identidad humana
El asesor del MEPJ posee una adulta “madurez humana por su estabilidad
afectiva, por su facultad de tomar decisiones ponderadas y por el recto modo de
juzgar acontecimientos y personas” (Optatam Totius 11); pero sobre todo por
saber comportarse con autonomía y libertad personal.
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El asesor está encarnado en la realidad social. Es un actor social en la
transformación de los signos de muerte por signos de vida.
Niveles de asesoría
El centro Guías
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El asesor ha de ser una persona integradora y dialogante que sirva a la
comunión de los emproístas para que asuman su responsabilidad de
guías de otros jóvenes en la Iglesia y en sus ambientes.
El Pre Encuentro
El Encuentro
Las confesiones, las ejerce el asesor imitando al Buen Pastor que busca
la oveja perdida; al Buen Samaritano que venda las heridas; el del
Padre que espera al hijo perdido y lo acoge a su vuelta. El asesor es el
encargado de abrir espacios para recibir en el sacramento de la
reconciliación con libertad. Todo el tiempo del Encuentro ha de ser
como una gran liturgia penitencial: pues los mensajes conscientizan, la
oración dispone y el sacramento reconcilia con Dios y con los
hermanos.
El Post Encuentro
Dirección espiritual
Actitudes necesarias
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