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ESPIRITUAL
ESTRATEGICA
GUERRA ESPIRITUAL
ESTRATEGICA
Es una verdad concreta; el Espíritu Santo está llevando a la Iglesia de Jesucristo a una verdadera
confrontación con Satanás. La lucha es frontal y pone vastos territorios; Dios está definitivamente a la
ofensiva. Estamos ganando la guerra.
Esta es una guerra estratégica; con estrategias militares, lugares y conceptos claves a tomar y manejar.
En esta guerra y en el nuevo lenguaje para el intercesor están los principados, mejor llamados espíritus
territoriales. Es pues esta guerra una guerra territorial estratégica.
Espíritus territoriales
El profeta apostólico Morris Cerullo declaró: Hay un nuevo poder divino desatado en la tierra; y es tan
grande, que hace que, los "gobernadores" de este mundo tiemblen. Esta expresión motivada por el Espíritu
denota que Dios ha soltado un poder y autoridad maravillosa sobre la Iglesia para desalojar a Satanás y sus
huestes de territorios ocupados por él. El poder divino en la iglesia es para poseer territorios donde el enemigo
hasta hoy tenía establecidas sus fortalezas..
Esta es una batalla contra principados de diversos niveles de influencia autoridad. Nuestra guerra no es contra
carne y sangre sino contra espíritus territoriales.
La territorialidad demoníaca está definida con claridad en la palabra. El antiguo testamento y sus historias
narradas asumen que los seres espirituales (ángeles) tienen dominio e influencia muy marcada sobre las
esferas geopolíticas de las naciones del mundo.
El nuevo testamento habla a través de Jesús y sus discípulos de cómo los principados y las potestades de las
tinieblas establecen su relación e influencia con los hombres, con los gobernantes y con las naciones.
Las mismas costumbres de culturas antiguas denotan que los espíritus territoriales (llamados deidades o
dioses por los paganos) eran y son parte aún de un fenómeno geográfico y tipográfico.
Las culturas indígenas de Norte, Centro y Sur América reconocían que sus dioses (espíritus satánicos) tenían
autoridad en determinados territorios y topografías.
Lamentablemente sobre esta área de enseñanza en la iglesia hay mucho desconocimiento; muy poco escrito y
mucho rechazo. Hoy a pesar de todo, el Señor está poniendo hambre en Su pueblo por las verdades profundas
de la intercesión.
Tanto el nuevo como el viejo testamento establecen que: espíritus del reino de Lucifer son asignados para
controlar y destruir áreas geográficas específicas; grupos culturales o étnicos y naciones o ciudades.
La Biblia establece una lamentable verdad: el destino; pasado; presente y futuro de las naciones ha sido y es
afectado por espíritus territoriales determinados. Ambientes, prácticas religiosas, económicas y negativas
realidades visibles de naciones enteras demuestran que poderes espirituales (principados) de alto nivel han
dejado en estas sus huellas devastadoras.
América, territorio donde Dios nos ha hecho vivir, tiene sus costumbres que nos evidencian que existía desde
tiempos atrás la idea de que los territorios tenían su propio dios o deidad; la cual ejercía un poder absoluto en
un área geográfica definida.
Nuestros indios americanos no se salían de sus territorios sin obtener el permiso o respaldo del espíritu
territorial o deidad donde ellos iban a entrar. Creían perder la protección de su dios si se movían de su
territorio. Ellos sabían que su dios no podía moverse con ellos fuera de su territorio asignado.
Estos conceptos son aun manejados por los pueblos del Africa donde para sus guerras (Zimbawe) utilizan
médiums espiritistas para invocar a los demonios que antes tuvieron control de jefes tribales, gobernando
vastos territorios. Estas fuerzas que controlaban esta nación eran denominadas "Espíritus provinciales"