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Las sustancias antioxidantes frenan el daño oxidativo del organismo, implicado en más de 100
enfermedades diferentes, entre las que se encuentran distintos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas y
vasculares, diabetes y desórdenes neurovegetativos.
El daño oxidativo —causado por el estrés oxidativo— es provocado por un exceso de radicales libres,
unas moléculas que atacan los componentes de la célula, dañan los lípidos, proteínas y ADN e inician una
cadena de eventos que dan como resultado lesiones celulares.
Los radicales libres se producen continuamente en el cuerpo humano por medio de reacciones
bioquímicas. Para inhibir la acción de esas moléculas hay antioxidantes naturales, presentes en el
organismo, y otros sintéticos. El estrés oxidativo afecta por igual a jóvenes y adultos.
La contribución uruguaya
Los resultados fueron cotejados con individuos de la misma franja etaria que hacen dieta y ejercicio en la
Asociación Cristiana de Jóvenes y AEBU, grupos que habían sido tomados como referencia antes de la
investigación por carecer de estrés oxidativo. "Las comparaciones fueron muy buenas pero debemos
seguir trabajando para ampliar y confirmar los datos preliminares", sostuvo el científico.
El descubrimiento de esta propiedad del ácido acetil salicílico permitirá su utilización como "droga
coadyuvante para combatir el estrés oxidativo en casos como la hipertensión o infarto de miocardio",
agregó.
Noticia publicada en El Observador el 30 de mayo de 2001
Detalles de la investigación.
El estrés oxidativo se produce cuando existe un disbalance entre la producción de especies radicalarias del oxígeno y las
defensas naturales contra ellas. La utilización del oxígeno a nivel mitocondrial resulta en la formación de agua y enegía
esencial para la vida. En los procesos biológicos habituales algunas moléculas de oxígeno no llegan a completar este proceso
y pasan al medio extramitocondrial como formas moleculares del oxígeno con un electrón desapareado, llamados radicales
libres. El ión superóxido, y el radical hidroxilo son algunos de estas especies radicalarias. El esquema siguiente ilustra
sintéticamente este proceso.
Los radicales hidroxilo son de las especies más reactivas. Una vez producidos, reaccionan con membranas celulares pudiendo
llevar a la muerte celular, con el DNA (promoción de procesos cancerígenos), con enzimas intracelulares como proteasas etc..
Este proceso inicia reacciones en cadena que se relacionan con las patologías antes mencionadas. Por la extrema brevedad
de su vida media, los radicales hidroxilo son difíciles de detectar a pesar de su importancia como agentes de daño celular.
A pesar del reconocimiento general de la participación de los radicales libres en la patología humana, son escasos los trabajos
clínicos que efectivamente corroboran la hipótesis del rol del estrés oxidativo en la evolución de las enfermedades
mencionadas a partir de la lectura directa de los radicales libres del oxígeno . Existen, sin embargo trabajos que han
evaluado la producción de DHBA en infarto miocárdico y diabetes, detectando el aumento del estrés oxidativo en estas
patologías (Tubaro y cols., 1992; Grootveld y Halliwell, 1988).
El DHBA es estable y puede ser detectado por cromatografía líquida con detección electroquímica (Powell, 1994) . De los
lugares posibles de hidroxilación del salicilato, la realizada en posición 5 se reconoce como metabólica, fruto de la acción
enzimática en el hígado. La hidroxilación en posición 3 es oxidativa, fruto de la captación de radicales hidroxilos
Se dispone, entonces, de un método práctico y económico para evaluar directamente la producción de iones hidroxilo, como un
reflejo del estrés oxidativo.
El EQUIPO DE TRABAJO
El enrolamiento de pacientes en el estudio se comenzó en Agosto de 1999 y se finalizó, en su primera etapa, en Marzo de
2001. Con variaciones a lo largo de estos años, el equipo de trabajo fue el siguiente:
Clínica:
Dra. Miriam Ceppi, Dra. Alejandra Ferrari, Prof. Dr. Alvaro Pintos
Las primeros son especialistas en Geriatría, con entrenamiento en ensayos clínicos. El Prof. Pintos está al frente de la Clínica
de Geriatría del Hospital de Clínicas.
Colaboró también el Dr. C. Bermúdez, cardiólogo, Jefe del Depto. Médico del Instituto Universitario (Asociación Cristiana de
Jóvenes).
Bioquímica:
Br. Aníbal Martínez, Br. Margot Ferreira en el Depto. de Neuroquímica del Instituto C.Estable
• Fundación PROCARDIAS
Referencias Bibliográficas
1. Russel J. Reiter. “Oxidative processes and antioxidative defense mechanisms in the aging brain”. The FASEB Jr., Vol. 9,
pp. 526-533, 1995.
2. Marco Tubaro, Giovanni Cavallo, Valter Pensa, Maria A. Chessa, Enrico Natale, Roberto Ricci, Filippo Milazzotto and Ezio
Tubaro. “Demonstration of the formation of hydroxyl radicals in acute myocardial infarction in man using salicylate as probe”.
Cardiology, Vol. 80, pp. 246-251, 1992.
3. Martin Grootveld and Barry Halliwell. “2,3-dihydroxybenzoic acid is a product of human aspirin metabolism”. Biochemical
Pharmacology, Vol. 37, Nº 2, pp. 271-280, 1988.
4. Charles Courday, Majid Talla, Serge Martin, Marc Fatome and Alain Favier. Analytical Biochemistry, Vol. 227, pp. 101-111,
1995.
5. Saul R. Powell. “Commentary salicylate trapping of ·OH as a tool for studying post-ischemic oxidative injury in the isolated rat
heart”. Free Rad. Res., Vol. 21, Nº 6, pp. 355-370, 1994.
6. Barry Halliwell and John M.C. Gutteridge. “Oxygen radicals and the nervous system”. TINS, January, pp. 22-26, 1985.
7. Robert A. Floyd. “Role of oxygen free radicals in carcinogenesis and brain ischemia”. The FASEB Jr., Vol. 4, pp. 2587-2597.
8. Manuchair Ebadi, Shashi K. Srinivasan and Mayur D. Baxi. “Oxidative stress and antioxidant therapy in Parkinson’s
disease”. Progress in Neurobiology, Vol. 48, pp. 1-19, 1996.
Los radicales libres son fragmentos moleculares extremadamente reactivos. Reaccionan agresivamente
con otras moléculas y crean compuestos anormales. Los malos efectos de una radiación iónica muy
enérgica están causados por radicales libres producidos en tejidos vivos. Los radicales libres en las
membranas celulares en los peróxidos de lípidos, productos oxiaraquidónico y oxicolesterol. El colesterol
oxidado es tóxico y contribuye a la arteriosclerosis. Los peróxidos lípidos pueden provocar reacciones en
cadena y acelerar una cascada de reacciones de radicales libres. La protección contra sus efectos nos la
dan una alimentación equilibrada, los suplementos y antioxidantes endógenos. Las reacciones químicas
de los radicales libres se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo y son necesarias para la
salud. Pero, el proceso debe ser controlado con una adecuada protección antioxidante.
Para prevenir una creación descontrolada de radicales libres, las células tienen una docena o más de
sistemas de control antioxidante que regulan las reacciones deseadas y necesarias de los radicales libres.
Casi todas las vitaminas, incluyendo el grupo de vitaminas B, son muy importantes en la protección
antioxidante. Cuando funciona como debe, el metabolismo oxidativo de la energía ocurre sin dañar las
células o las moléculas. Cuando estos sistemas de control están debilitados, los radicales libres se
multiplican fuera de control, de forma muy parecida a una reacción nuclear en cadena, rompiendo las
membranas celulares, dañando enzimas, interfiriendo con el transporte activo y pasivo y provocando
daños mutagénicos al ADN. Esta es una de las causas del cáncer.
La concentración de la enzima que controla los radicales libres, superóxido dismutasa, en mamíferos es
directamente proporcional a la longevidad y es la quinta proteína más importante del cuerpo humano. Así,
la esperanza de vida parece ser altamente dependiente de la eficaz regulación de los radicales libres. Las
enzimas involucradas en la protección necesitan de nutrientes como cofactores. Decenas de miles de
diferentes enzimas en el cuerpo dependen, para su correcto funcionamiento, completamente de las
vitaminas, los oligoelementos y los minerales. Por lo tanto es absolutamente necesario tener una dieta
óptima para protegerse contra la acción de los radicales libres. Los últimos datos epidemiológicos dicen
que es difícil o imposible recibir óptimas cantidades simplemente de la comida, sin suplemento alguno.
Las uniones entre las moléculas, el colágeno dañado, los peróxidos lípidos, el oxiaraquidónico, el
colesterol oxidado, la lipofucsina, y el incremento de pigmento pueden ser el resultado de los daños de las
reacciones de los radicales libres. Estas sustancias se pueden medir fácilmente, examinando el desarreglo
molecular que han dejado en la estela del radical libre de oxígeno, por lo que es posible estimar
indirectamente el tipo y la extensión de las reacciones de radicales libres. Por ejemplo, el daño que
pueden producir al cerebro o al sistema nervioso central se puede valorar por el grado de desaparición de
colesterol; de cualquier modo, el colesterol no es metabolizado en el sistema nervioso. La única forma de
hacer que disminuya el colesterol del sistema nervioso es a través de la oxidación que provocan los
radicales libres.