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M A R G A I N
Sobretiro de
TEOTIHUACAN
ONCEA VA MESA REDONDA
México, D. F.
1966
/TV
SOBRÉ SIStMÁ'S Y JtfATrÉRIÁÜ6 DÉ
" TEOHHÜÁCÁN "
157
El punto B, Sobre materiales dé construcción se sdbdividé éa;
í; Tepetate. 2. Tezontle. 3. Basalto; 4. Adobé. 5; Madera-'G; Ce-
mentos: a) puzolan&s; b) rocas calizo-arcillosas. 7. Cal.
Los análisis antes especificados se efectuaron fundamental-
mente en la zona de Atetelco. El estudio sistemático que se haga
en el futuro, de acuerdo con los aspectos árülbá puntualizados, en
diversas y diferentes Apartes de£^tjtouaeán>; hervirá í>aía corro-
borar, ratificar o rectificar e indudablemente ampliar aún iñás
lo que nosotros exponemos; al igual que, eyentualmente,. podrá
presentar otros aspectos más, qué nosotros ño encontramos al
hacer nuestro estudio en Atetelco. ••'-• ; v '•'' i¡ :
158
>na capá del mismo
materiaj,desmenuzado y apisonado '(fi-g., 11, jiúm. 2¿, fi^-. 10¿
núm. 1). . . . ;,'..., . • . - - • - .,;•,'. ••-.;--/; Á*;^.^:;,Í ,.;.-.,:--,-
- JSn. otros; casos, cuando se trata de estructuras construidas
sobre;.restos <Je otras^.que,paya el ó&jéfo^ foeipn papalmente
demQ¡i|¡ajS:;(caso de las estructuras del- sistema ílaniadp del patio
Blanco con respecto a las superpuestas del llaroado Patio pin-
tado) ¿el terreno donde asentaron las estructuras por construir-
se, presentaba externamente el mismo aspecto ya que los restos
de éstirticturas subyacentes fueron cuidadosamente relléhados, de
tal rn^héra que, una vez hecho eso; la nueva construcción se
léváííiÉba, al ij^üal que en él caso anterior, sobre una superficie
f>lána^ «constituida por una capa superior de tepetate apisonado
(véasefig-, 10, ñum, 3).
ftyfafig. 11, el núm. 3 nos presenta lo que podemos considerar
cimiento de un muro. En la parte inferior la construcción de ése
mur,o «s un tanto tosca, los lados son irregulares; después de
cierta altura, determinada por el "espesor" de la plataforma so-
bre la rcual se asentarán los pisos de esa construcción, comienza
propiamente la edificación del muro; el cual ya entonces es cpbs-
truido.cpn más cuidado, dándole regularidad a sus ladoá (ifig¡'l'l,
núm.r 3Á):A Este muró posiblementefeólo\e al principio levan-
tado hasta corta altura (fig. 11, núm. SA) con respecto á la
que finalmente tendría. .
Una vez construidos de este modo fós cimientos y el árrancjue
dé lo que los arquitectos teotihuacaiiok consideraron cómo muros
principales, sé procedió a rellenar los espacios intermedios hasta
la altura deseada con piedra grande suelta> colocada irreg^ilar-
méñté,; liírada ligeramente con barró; EÍste relleáó (fig. 11, núm:
4; fig. ÍÓ, núm. 2) sé asentaba tambiéá ¿obre íá delgada capa de
tepetóté apisonado (íig1. 11, núm. 2; fíg. 10, núm. 1).
Por los lados dónde no había cimientos de muro que sirvieran
para contener y retener el relleno, se procedía a hacer una. espe-
cie <;le cara o paño de muro, un tanto tosca. Esta cara de muro
.irregujar perc^ bien determinada, podía ser vertical (fig. 11, üúm.
4A) o en forma de talud (fig. 11, núm. 4B). . :
Colocado todo el relleno (fig. 11, núm, 4; fig. 10, Miri. £) se
tenía así; lo que podemos considerar como cimentación tanto de
159
los -hiurós* principales, cuyos eíihiéntó^ quedaban Cubiertos por
el irélléno/eoriio !a totalidad del basamento dónde se erigiría el
resto dé la construcción; ^ /v. . - ; ^
2. Ajtoyos. Terminada la construccioá dé los ^asámeñtbá (e
iniciará á la veílaixíe uñó de' los ápdyós; Itóstíttiidfe^rl^ mi^^
ros i^tíipalé^ colobar una capa dé tepetate la
séá^is(Áafet> fiara darle suficiente fírmela (fi££-tl^útk 5;
. lOf íiúm. 3X. * >• ' - * • • ' -• f^^-•-'--: ~ ^-^>^-^'.
'-;. 2, a) Muros. El siguiente paso lo constituía lái factura de mu*
ros séíttiiíilarios (fig.,11, núm>é) que áescánsátón"sobré la capa
de tepetate bien apisonado. Estos muros se levantan, posiblémen^
té> eü Una primera etapa a poca altura/o sea a fe misma que
habían sido levantados los muros principales al hacer su eimen1-
tación.- . " . . ,.:'. ....- . . . / . ; " ; - .-:•.; -.. -.; V... ..;'--• v-: -• -
2. b) Apoyos adosados y 2. e) apoyos aislados. Terminada la
construcción parcial 4e los muros, se procedió, casi seguramente;$.
la factura de lo qué podemos llamar bases ó cimentaciones de los
apoybs adosados ^-pilastras y jambas--^ y,de los aislados ^pila-
r$s y otros que hemos llamado, por ibones que se explicarán;
"cc4uni¿as*-pilárés". En las figs. 11 y T&* marcaidQs con los nú-
rnéro^ 6A¿ se puede apreciar en qué consistían estas bases o
cimentaciones sobre las que descansaban los núcleos, tanto de
los apoyos aislados como los de los adosados: dentro del relleno
se procedía a facturar primero un espacio donde quedarían enca-
jados los núcleos constituidos por vigas\ morrillos; en el fondo
de estos espacios pe hacía un empedrado (a veces de una sola y
resistente piedra, de las "lajas" de andesita llamadas "itztapal-
tetes", utilizadas casi exclusivamente para la factura de las cor-
nisas de los típicos "tableros" de la arquitectura teotihuacana)•>
Tanto la base como los lados de estos espacios abiertos dentro
del reUenó, se construían con esmero regularizando en manipos-
tería? todos sus lados.
2f b\i) Pilastras y jambas. .La factura de pilastras, todas con
núcleo de maderajes una .característica exclusiva de las cóías-
trucciones del sistema del Patio Pintado. La construcción de las
jambas de las puertas con núcleos de madera también es algo que
sólo se encuentra en el sistema citado.
160
nHa fig. $A•; otro, en fe fig. 7B. (Véase: taiñbién fígu 11¿
núm. .7^-L) La .única diferencia consiste e4 la distinta forma <}e
los núc;fe¿ d i a f e "• > li;
'Có^^ las jambas deberíamos de verlo,
lo referente a las '^tie^tá^ de la¿/cónsjkru€T
por^ el hecho de- que^con^idéraaios ,que cons^.
tructívattirente fueron facturadas cuándo sé hicieron,las pilastras,
es^ que; ahora vemos lo referente a, dicho elemento.
Las jámMs .Qbseiyadas 'pajrecen nal)éf {éñicló la formi^ que
mostrarnos en la fíg. 7A (véase tambié¿ |i¿. ll/.nóm.- 7ÁK , \ ;. '¿fíi'..
?.^c>/i)i Pilares, El sistema del Patio ?BlaücoVsólo láeíierüna;
fqrmá dé filares r^^^^^^
postéríá (véase también fígs. 13A, 14A^ 13 y 14). i ^>rr&,
ÉKsjsteñía der Patio Pintado prtó^
rístieas:4Üe muestran las figs. 6a y Cíb. Los primeros qué tienen
núcleos de mampostería; tienen una base^ en f orina d0 pirámide
truncada. Lo^ segundos vienen casi a1 ser la mitad dé una cplumh
na; su núcleo está constituido por morrillo^; .-- V Y . tffv*í*
2/ c)Vii); "Columnás^pifer^
riacíph^e pilares, que para Hacerla más descriptiva héni6s;llamá?'
áo : "coiümnas-pilares", se la encuentra -también exclusivamente
en el sistema del Patio Pintado. Está formada por la fusión dé un
pilar rectangular y de otro en forma de semicircunf eréncia -^-a
sea de sección de columna, de aquí el ijioítibre qué le hemos d^do
de •'coluniíia-piiar": Ambas ÍJoreiones tienen núcleos de^ madera
-—morrillos^—, cómo sé puede ver en la fíg. 6a (yéáse taínbiétt
fíg. 12, 7A bis) . Curiosamente la base o cimentación áMería den-
tro dé} rellenó, en donde quedaban entíája'dós los nüclépk; rio pre->;
senta los naismós niveles en las partes que constituyen «ate apoyo
mslajdo; ía sección rectangular tiene su base a un niyer superior,
qué la otra porción de sección semicircular cuya cimentación se,
Átet^lco se definieron dos sistemas ó:conjuntos arquitectónicos
Sí; Uno, cuyas fachadas estaban recutiiertas de un aplanado ;<3e
estutítí a tíáse de caí, sin decorlabióh'pictórica alguna, por esto se le llamó
Patio Blanco. El otro, por el contrario, mostraba que todas las fachadas es-'
tuvieron policromadas, por esto se le designó • como el del Patio Pintado.
Croriológic^ y 'constructivamente el-Pintadlo es ^posterior al Blanco, toda
vez qué aquél está superpuesto al otro^ (fíjEfs. 1 y 2). :':.-'•
161
encuentra a un nivel más bajo como (áaramfente se, ye ?en las
ilustraciones.3; -: •••; - ;. . . '••-• .,. -¿ •, '¡ .• ¿,/, ; ,.-,_-.: .
,3. Pisos; Terminada la. factura de los nüécps de cimentación
délos apoyos adosados y dé los aislados, cuyos riücíéos dé madera
deben ¿ábét sido colocados una vez terniiliádos los? primeros, sé^
güraniente se procedió a la colocación dé una capá de" hormigón
o especié' dé ^onérétó ^-h'echó con cementantes naturales, posi-
blemente ptizolanas-— que constituye la base firme y consistente
de los pisos (véase figs. lí y 12, núm. 9). El acabado final de
los pisos lo constituía una delgada .capa de revestimiento a base
dé cal, perfectamente pulida.
Los pisos quedaban pues constituidos básicamente por tres
capas: a) la del tepetate apisonado, de un espesor de 15 a 25 j
cm, el cual descansaba sobré el relleno de piedras grandes,, sueltas
ligadas,parcialmente con barro; b) la del hormigón a base de j
tezontle" (roca volcánica, porosa, muy resistente, relativamente •%
fácil de labrar, de color rojizo o negro> qué Abunda cOíisideráble-
inente e^Teotihuacán), este material desmenuzado en grano
grueso —una especie de "grava" cíe tezontle— uñldó^ a algún
cementante natural; esta capa es de uDt espesor de 6 a 10 cm;
c) fitíáímelite, sobré éstas bases sólidas, firmes y- bastante bien
protegidas de la humedad interior, se colocaba la última capa,
delgada,, muy bien pulida a base de cal.4
162
< • ; 4, Techos/^erminadá la colocación-dé'las capas; dé
e indudablemente antes de que se colocara la última caí>a a base
decaí, se debe de Haber procedido a^ la factura de lo:que quedaba
por terminar de todos los muros de las coAstrucciones} é? posible
que los núcleos de madera: de los apoyos adosados y aislados hayan
servido, ya una vez colocados, para situar el andamiaje necesario
paia: poder elevar los muros a la altura que finalmente tendrían,
tina vez terminados los muros, y cuando se iniciaba 1¿ colo-
cación 3e las-vigas y morrillos utilizados en la construcción de
las cubiertas o techos, es muy posible que se haya también ini-
ciado la colocación del relleno de los taludes que algunos muros
poseen. Simultáneamente con esto es de pensarse que también
sé procedió á facturar el relleno de lo: qué :fí¿alínenté llegarían
a ser los tableros o parte inferior dé la facha'dá de los edificios
principales. En la figr lí, iñáróados con él núin. 8, sé pueden
apreciar gráficamente los rellenos a que se hace referencia; -; ">
De acuerdo con los datos encontrados,5 la factüra^de los .te-
chos,- propiamente dicha, coincide básicamente con la técnica
seguida al hacer los pisos. -• , ..*.-,"• ."
163
apreciar cómo, spbre
e morríHo? delgados -,(llamados, Kpjr en día, ij^lmen-
te, "cuilotes"), de 7 cm de diámetro en pronielío, que salvarán los
claroís siguiendo las distancias más cortas; se colocaba una capa
dé tepetate, similar a la usada en los píaos; El espesor dé esta capa
-^sólo imfirectanienté^ dedaclble^coincidía más*o menos, con el
dfrla 4eÍ;mismo material que se cplocatba coinjo. base ¿elost pisos.
Encima de ella venía, ají igual que en los pisos* la de hormigón
con espesor similar. Finalmente el acabado en cal peculiar en los
pisos y naTárqs. . /t \r.:" ' "J/_ , , .' ' ^¿'^í-- ^.^?-^ ..-
;^Ija capa inicial de mpírillos, colocados uno inmediato ;al otro,
eía Cubierta por su parte inferior con una capa, de barro, el;cuai,
para: dar.ler mayor cohesión y menos peso^ ya que estaba practicar
menté al aií^e, tenía una considerable proporción de pajai (fig. 2J.) *
Elste aplanado de barro recibía en su parte inferior o sea; la exte-
rior, una capa de pintura (en los casos observados, de color rojo).
En relación con los techos es de mencionarse que la unión del
techo con los muros de manipostería, no era directa. A lo largo
de ellos eran colocadas una serie de vigasj comparables por su
localización con las actuales dalas de concreto. Sobre esas vigas
descansaban los extremos o los costados de los morriflos que so-
portaban el techo, cuya conformación acabamos dé precisar. El
papel de estas vigas creemos nosotros qué era doble. Por una
parte facilitaban la nivelación: es más ^sencillo nivelar las vigas
al ser colocadas, que los muros al ser terininádos. Por otra parte
permitían ejecutar sin mayor dificultad una obra de manteni-
miento muy importante: cambiar aquellos morrillos que con el
usío y el tiempo lo requirieran, sin destruir el muro ni su aplanado
de hormigón y cal, el- cual, en la mayoría de los casos, estaba pín-
en forma por demás elaborada (véase figs. 13A, 14A, 13
14) ,8
exploración que abarc^ una superficie,; en nwneros redondos, de 4 CíOÓ.m
cuadrados. ¡Exactamente en dos meses y 10 días puso al descubierto parte
de tin complejo arquitectónico de 176 aposentos!
Es natural, por otra parte, que Linñé* cuya finalidad, según ho^ pa^eccrj
era principalmente enriquecer colecciones de museos, llegara por ejemplo»
por lo que hace a la arquitectura teotilmacana, a conclusiones por demás
infundadas, yt por necesidad erradas dado lo incompleto, aun; cuando, eso
sí "rápido", de sus exploraciones. ", .
6 Todos los datos relacionados con los techos de las estructuras descu-
biertas y reconstruidas en Atetelco, fueron localizados en relación con -Ijis
164
dé los patios,' así eii>niG ton los téfelios;:está lo ref eí^títe
'
Sobré ^te^pü^
f^^ enniniiehos de -los montículos "explorados:: son; e$ños
desculnertó
de pendiente muy fuerte y de sección rectangular; construidos .,de
piedra. y cubiertos por lajas. , :, ...
'$&•*"%{£,*&£?• O - " - •-•-••- .-•-• - _:, • ' f .'.. "-. -j:.:.'.-;-?. "'•„;'•' i '-'- -'-- '-".'--" - •'-' ' -í. C
: - • - - • • St -- .-.' - '-. - - • ... • . • -
• Esté arregló de laiciudad ^s la- mejor expresión material del
gíádtf dé civilización que tobía alcanzado éste pueblo, pues el
iáazó '¿eí^callés rectas de la extensión de la dé -los Muértos> el de
ángulos rectos^ la repartición de ejes a iguales .distatíciásv ¿isí
cptíió la nivelación que suíM>iie el trazó de los desagües y caños
encontrados, indicáii el cbnocimiénto dé prc^éáiiníéntos ;é instru-
méritos topográficos, si se quiere primitivos, pero qué sólo pueden
obtenerse después de una larga experiencia. . .'"*
, Ltas/iTüstracióiies (figs. 15 y 16) nos presentan gráficamente
lo encontrado en Atetelcó. Lo novedoso consiste en el hecho de
haber
•.••-..•..' . •"- . determinado
- • .-• - . .• con *precisión
. ••-. • - . - -lo• .referente- a unos
• adosamien-
'.-.-•
tos tó taludes y con una Hgérísjin& hóndóiiaxia o ^u-rvatura/éfi- su
^centro; respecto de los cuales hác$ tiempo/se sospechaba pudie-
ran ser "canales" '^-Hcasi sin canal^- de desagüe.; En Ateteleo
piüdo comprobarse «sto con toda exactitud;(fig.- 15). Además, tan-
to por lo observado allí como por un .verdadero canal, esto> es :
con paredes laterales bien determinadas, encontrado en perfecto
estado" del conservación por-Marquina en'Teotihuacán,;? nos; fue
posible deducir que el sistenia de desagüe de los techos era prác-
ticamente una repetición del utilizado ;para drenar los pisos. Y
sistema del Patio Blanco. Por esta razón las ilustraciones que incluyen
estos, datos, son /exclusivamente Ja^ pertenecientes, a. jese, sistema. Obsérvese
cómo erilas ilustraciones qué pertenecen al sistema del' Patío Pintado no
'•"séÉán; colocado :ctíbiértasi precisamente poJ: norhaberse obtenido ningún
: dató'^al: respecto. Claro está que no es ninguna Consideración inadecuada
ejl^ ^ejümir y ácentar que el sistema de techániient6 fue exactamente el
mismoénrlos dos sisíeinas estudiados; Sin embargó,:cbn objeto de presentar
:S€láitiiente: ilustraciones «jue váXaxl; de acuerdo ctm, los datos obtenidos en
las expjpraciones, nos ceñimos estrictamente:a ^íábprar y mostrar sólo aqué-
llas sofo las que sé obtuvieron los datos'necesarios para poder hacerlas.
T La población del Valle de Teotihuacán, fe; población prehispánica,
. . . . ..
8 Opaá cit., lámina 17, detalle 2.
166
esto concuerda perfectamente1 con lovdescubierto eB: Atetelco,
referente a quejas técnicas de techamiento no eran sino una re-
producción délas seguidas al facturar los pi?ps. .,,-,. .. ,
;Étrías' fi¿s.15 y 16V queda gráficamente expuesta*él sistema
utilizado para desaguar los techos y los patios. Se puede apreciar
que kstécñióas requeridas para drenar üiios y otros fueron exac-
tamente las mismas, , , ;
166
enrla; znisnia forma:r,.'q«e/la hadan las¿que^pertenecían- al Patio
Pintado (fig. 13>. ----- .--.^^'' i.>.->>* *--•:.'. *••: ;>/• -í >- - ^v*r-~>?.-
<1) Penalmente una Característica 'flüé 'sotó se encuentra en
lasfrescaleras^ d|l Patio BJ4?ícó, e§ jque, ellas se remetían .bastante
más^áentro ¿el piso del. pó|tico .de los ^templos? jnientras que; ^as
del Fafep jpintitdo, casi diesejpbocán en la arista del mismo (íigs.
lOrietras: fí %*; 11; 12y 14). I; ^, ^ V ;; '^
7;; incitas. Pórticos, Las puertas presentan diferencia?. cpns-
tructívá^ ea ]^s dos sísíéinas: el del £&$o Blán¿6 y el de) Patio
í>íira<fó¿J^ ei^sisíema del Patío Pintado no pudieron preéis^rse
sus proporciones exactas, pero se diferencian \con$truétiyaméñt€!
dériáá' o!él Patio^Blanco por tener sus jambas hechas con nú-
cleos de madera (figs. 7, letra C; 11 y 12, núm. 7Á). Las del
Patio Blanco son-de manipostería (fig. 14). En ambos casos los
dinteles deben haber sido de madera,, cosa, empero, que no fue
posible determinar. . • -
, En Un solo caso (el Templo "E>? del-Patio Blanco), se observó
uii esííalón para salvar desnivel, colocado en la puerta de. acceso
del pórtico al santuario (fíg, 17A)v En todas las demás construcr
cioiies (salvo en un caso dudoso en Ja parte sureste del sistema
del Patio Pintado) las puertas rio presentaban cambios de nivel
entré los aposentos qué comunicaban.;
Los pórticos eran similares en ambos sistemas.. Sus dif eren-
cias estriban en: el tipo de apoyos aislados tque tienen, así; como
en sus proporciones. En las eonstru<cci<)nes del Patio Blanco/,: Jos
apoyos aislados son siempre de sección rectangular^y,,en Jos del
Patio Pintado son de sección compuesta (véanse figs. 3, 4,11* 1?»
ISA, 14A, 13 y 14), ,, . " \
8.'Ventanas. No fue posible determinar la existencia de nin-
guna. JSs de presumirse, por varias razones, que ellas no abun-
daron.. En,elcaso de los santuarios^ es casi seguro qué no tuyie-
ron mnguna; su iluminación,: fuer^^ de la artificial que pudieran
habe^tenido, era solamente Ja perniitida por la puerta de acceso
del po^ica.La ^enüpenúmbra d.el Vitip, ib^_Aereemos, dé acuerdó
con el carácter religioso por excelencia del aposentó.
Por lo que hace a las partes destinadas a-habitaciones, ,es
posible que quizá hayan tenido algunas ventanas. Por ejemplo,
la üuim^aeióii did segu^
tremo noroeste del sistema del Patio Pintado . (f ig., 3 ;.. detalle
P), debe haber sido pr^iéamente: nula, si es /^ue^QÍo recibía luz
á través dete^pujeirja.^ii^-^*pó|ñum^.'^Q^'^*.i^c^er cuarto, ya
que éste Vsóíó ^ ^TSeibí^^-r^é íio íiaber íeiud^ ventanas como
es lo probable--^ ¿ |ráves de1 la pujerta qúfe le daba' acceso al pe-
queño patio situado áloesté (véase figs/1 y 3, letra P).
La co^tu^br^, ,j^n e^§ mp generalizaba en l^s cása% |iabita-
don de toda la región/^iEihuacana> al 'presente, de carecer casi
de accesos $¿ luz, por mé^io de ventanas, --y estp^;en cagfirS habi-
tációní pertenecientes a grupos de variados niveW gcono^dcó^-r-
puede ser eonsiderada como algo de prigelvtradicioiial, o s'ea conio
persistsencia de^ una costumbre bastante <antiguav : : ~ . ^.
Por otra parte, dadcr el espesor consjdéíable dé los
las construcciojies de Átetelcó; es de pensarse que con colocar
en ellos unas cuantas aberturas, por demás pequeñas, el cuarto
recibiría la suficiente luz para; las necesidades de sus moradores
en aquel entonces; en caso de, üuvia, el ímismo grosor de los mu-
ros, evitaría qué ella fáciliñénte peñerara al interior; y tales
aberturas podían ser, sin; irfa^ór dificultad, cubiertas5 para prote-
ger el interior !del paso de: agentes exteriores.
La probable pequenez de las aberturas, su relativamente con-
siderable altura con relación a los pisos, así como el hecho de
que, precisamente lo más destruido en las ruinas arqueológicas
son las partes superiores, da por resultado que hasta la fecha no
haya sido posible localizar la existencia de este posible tipo de
ventanas qué quizá utilizaron en Teotihuacán. T :..?: •
168
1. Tepetate. Ya se há.dichp- algo referente, aj t úsp dej tepetate
ortot)a volcánica qué sé encuentra eii el subsuelo deí vaíte ¡fe teo-
tihuacán. El ingeniero prdóííez,r al apprtar datos geológico^ refe-
rentes a áichá región,9 iheíieiona íá existencia de 'dos clases xlé
tépétaieV tino de\s -'este más arcilloso, más • pesado/ ; dé grano
ñü¿ fiiia; otro, ínás grueso^ más ligero y qué, por razones geolé-
gícas qué drdóñéz 'especifica,' se "carga" más fácilmente de cá*
liche o carbonató dé cal, lo cuál le da alguna mayor consistencia,
l mismo Qrdóñéz afirma ;que los te-
petates "Son muy, permeables",10 él ;misnio afima en ptra^arte,3,1
cita;dp por M^rquina, que las "capas, auxiliares, , , (de tepetate",
que se encuentrari, subyacentes a las del típico hormigón h^cho a
ba§e de tezontle en Ips pisos teotihuacanos, sirvieron para "evitar
la huniedad". Maquina misino citó a Ordóñez para afirmar su
creeijcia respecto a que la magnífica conservación de los pisos
teotihuacanos 'era debida á ésa su impermeabilidad, lograda entre
otros por eTuso de
Existe, pues, una aparente contradicción en el asuntó, ya que,
-si los tepetates son : "muy permeables" parece incongruente el
que; Chayan sido^ utüizados^ como capas subyacentes para "eyitar
lá^ núinédad"» L*á contradicción puede quedar explicada^de dos
maneras: tina, que de hecho el tepetate sea "muy permeable"
porque deje pasar por gravedad -^o sea de arriba hacia abajo —
la humedad, el agua, con toda facilidad ; pero que, no siendo hi-
groscópico o no permitiendo el paso de la humedad o del agua
por capilaridad ¿-ó sea de abajo hacia arriba—, sí sirva de ais-
lánte: impermeábflizante . . . a pesar dé ser "muy permeable"
en sí. - "
Otra manera de explicar ese aparente contrasentido puede ser
algo que podemos basar en dos hechos : a> por lo dicho por Ordó-
ñez respecto a la existencia en el Valle de Teotihuacán <Je dos
clases dé tepetates (una con caliche o sea de color más blanque-
cino que la otra) ; b) en observaciones nuestras hechas en Atetelco
en donde pudimos apreciar, en algunas ocasiones, el usó de dos
169
_ tóáiTW-íá
eanri
tepetate CGíl-calHÉié (O sea el de color ííiá# felánquééino
[uigf «égján OrdóñéSlr es áé*"fti^y6f ^^^[gtÉítíeí^'^
tenery debida a su contenido de eálichet, cuáli*-
dadeíi de veídltdei't? imperfiíeabilizafitd —tanto ptft graved&d
6ómó por eapilaFJdad* Él heShtf de qufe- éfeétivaínente los pik5fc
iéotihúacanós sé conserven tan estupendamente, "asB^ómo a la
qué (¡UiéSés Ida liieáéfmi hüíMétáfi lléf áda a tíono-
lfeí láá etiálidádéa dé M dtelültd^
llevar^ á ÜM ¿óñélü§íép áéblé; fe
áé íietóá la &pá!^t6 C^fitráálMÓBÉ ^ptié^lá p
í Ros haría y«p qtig los a?qitít6gtdNflfeníef d§ dé í
í fij6 soló áé V¿ÜériEJ& dé M
170
eft ;Ia región,
^^ a
trabajáis todo esto¿ ,
las
ei> el abundante
'«í l á t * " JJfl
*^
f enátó ^
s salientes de las construcciones, tales como los
arquitectura teotihüacana. También se Íes usó en
provwío de Jas
Ce^&.Goí-á qi|^ afta al n(J1¡e: el Váíle e
173
Tepetate^ V.^v^- •:K:W|tó'.': vfi 3ÍítÓÓ kg x
•tf
.»L
f^^ ¿
rfotói^
^Pl^
Í)-
174
de
v 70 kg
. . .
De aeiieríjQ cp|i ]g í i d: MQ.T. ^ ^ d o i i ^ e í l i — mp-
Vv==: distancia sí; la ^^má^s alejada de la
Tene-r
f x 70 — 41 000 küjoamos
resistente de tres vias — 41 §00 x 3 =
, Sil
esistente de S vig&s ^
l^^ h^
WíP^i^: 1Í3P00 ^ ^^ftr9;se^.J^^!|^ 1;
tres idgas que forman la trabe del pórtico del
empla "F^ í¿ Patio blanco, e&í^n ^lím^ B«r Jmás de dos
féí^ -y liledto. Ett otras palabras : la ^ibe $$ pórij^p en su
claro máximo podría resistir imá carga^ m^s 4e ijés^ veces y
medía superior a íá (&ÍQ efectivamente
2} Metates (leí górfeig© del Tem,pl§ "E" del Patio, El^nepj de 1.90
~ cm de diáiiieiyo (ver fif^j 4 y 1PÍ)
fje.xionaRte (Mo, f.) d© un .morrillo:
(W): -
Conéreto de té-
f ,.Q8 x ,Q7 x 1,00 == 7^0 fef x m
"'-
0,7 x ,07 s 1,00 = §>O
W — 25.70 k g x m
** En la exploración hecha en 1950. CB Atetelee pe se encpntjpa.yon iáatos
que permitieran pensar que, la cornisa con que rematamos l?is fachadas
(ver fígs. 4, 1?, i¿, II. ͧ» 2§r dgtftli§g a.? fe) f§g?a sSamgfttt te de las
dos qué tiene un tablero. Por está razón al nacejf ge g§tí>g cálculos sólo se
apunífó en la "carga por metro ¡Jng^V'i p¡t9 pQrnjsa ^g pieára; y ^pa ^mena
dé piedra, mas el peso propio der las vigas.
-
papalptí" en Teotihuacári, se encontró, por primera vez, el dató qué indicaba
gué la§ íaehad^^ fematabanf e.n su parte. §uperior en forma de tablero
' : "- '•' ' '' ' ' " "
-. .... - - . , . - . . . . - - - .
s ^°Fa QV?e en Áteteleo^ sügedíó^ le, niisme; las
ÓP Sísinc.^ yemg^baii también en tebl^rp (figs. Í3A, 14A»
;Jr l^A), Entsnceg, a -,|^g c^lcijlos gi&^s presenta^eg ^eliei^ps aña^i» «n
BUSO Í9&1 á&Be áel c;aigu}á^p: el de pfer§ cornisa de piedra más el peso
deí panel interior del tablero hecho de tezontle y hoiniigón. Si Ip hgcenvps
175
'íÍ) íiioinento f lexiojiánte (Mo, f;> coíi¡siderand<>; la pieza
libremente apoyada^ o sea en las coñdléióri€!s más jdésf a-
vorables. í)e ^acuerdo con; ^ :K
»- t, g ^ o ^ X Atenemos:
Mo. R - ~
. o sea : íloment& ñéxioñanté
176
En; consecuencia : et Momento fíexidnánte S;100 kg-cin, es, ma-
M^
cióñ de 8 100 -^ 2í 400, o sea de &£ a 1. Lo cuál indica que él factor
de seguridad, considerado al tomar una fatiga dé trabajo para la
mftcféí^ de 70 kilogramos por centímetro 'cuadrado, se reduce. Siíi
embargo, Jatifedéra; trabajó a un esfuerzo menor que el de la fati-
ga dé i^p»tür^ ya que él coeficiente de seguridad tomado fue dé
1 ^|¿<x sea mayor que el encontrado que es; de 1 a 3,4. •...-.,,,'/
En otras palabras : de acuerdo con los coeficientes dé Seguridad
róift <^é VÍioy día se hacen los cálculos para la fatiga dé trabajo
de la madera (ocote), los morrillos que sostenían el techo del
santuario del Templo "Ew del patio Blanco, trabajaron arriba
del f^eitor dé fatiga de trabajo líoy aceptado (70 kgx.cm2); pero
á 3 4) deritro del coeficiente dé segú-
llegad á la fatiga de ruptura de la
madera
- . ' " ' '- - . - , - - - -. • . •* - •' • •- - .•
Con toda intención hemos apuntado lo anterior con el mayor
detalle qué nos ha sido posible, adentrándonos para e]lo en terre-
nóá éspééializadbs, porqué, al hacérío, perseguimos unos objetivos
determinados, á saber: ;
: 9 Goñocer concretamente e? alcancé de los conocimientos
píricos que tü^íerdn los arquitéctós-íngeniéros constóictóres de
Atetélcó-Teótihúacán, por lo que hace a determinado uso de la
macera en sus edificaciones. J .
177
1), Q]5g|¡^§s^}^j^^
Mftjto ^
íf Á: si.-la ptafe <1§1
y íS'Ja SéJ ^íte "I1* tó Fatia
178
agítete® em. A
e la.
cpíisiá??ación 7 een^usip
que, de apugfde con lo. expuesto ^n lo^ gáí
t§et$s-ijig§nierp§ ge; Atgt^Jep; a) ütÉ?tó4
metro prornedip dg 7 cnii y
por püa.stras, podían h
m x el Lsrgg qu§ la^ yjga§4raib&-m^§tr§§ lo pemitt3Trór£&ro te
el dibujo anteg pr^sg?ítkl0§ñ su
?§ssJa gU€ A 7 B,
los morrillos, los claros parciales
yóres.
^ §« La ^ypiupién ¿e- 1^ téa?ifca§ co^tmgtívg.s,.p^a^tiMe @R Ja
fprnj?t cámo Utili?arpn la madeja en Atet^le^-Teot^u^eánj tiene
también en ptro^ agpgtPS p tteí»en& tentó
§u cQrr^spastíígRtg o j t t m d á d g
. Cemeiitp. Dn emitraposición e&n te
M§ta ho lian e§tudiadp cpn ^etfsniSíí^tp ^-^i i^ e se/-
gto nosotros en forma incompleta^- lo rela^ioriadó íon los nio:rf€i-
ros empleados en Teoiáitiácán (^a^Uíiía y OrdóñéZ en? ta pobla-
ción del Talle dé Téoíihüácán), consideramos que es evidente^ a
priori^que los tee*tijiüacános cónoeieroh y utiHzarón n>orteros hi-
^ v* • " ; •" -
• >';• VElhornngóñ es un material típico en las construcciones dé
Teotihuacán en todas las épocas (figs. 21 a 25). Nos hemos reí&
ridp repetidamente a él al especificar lo relacionadQircpn los sis-
temas y secuela cíe construcción iiícluidos en este estudio. Con-
sideramos que debió haber sido hecho con un mbrtéro hidráur
licb. Sus características físicas, evidentes, a la vista, ío demues-
fcan: '-^v.':"V-l^.: Y. .-:,'.^: 'V> : . ; ' ' : ' " :' • •--" •• : ^- '~'£i¡&
Las bases del : mortero hidráulico pudieron haber sido dos: üriá,
puzolanas; otra, calés arcillosas. ^ '.-•• - • • > -: ; ^í ^
6.; a) Puzolanas. Veamos algo de las características pecuhV
res de Jas ¿uzoianasi Spn unos productos naturales (hoy en ,oL^
ías hay artificiales), dé origen volcánico^ Reducidas a polvo y
mezcladas con cal (apagada) adquieren propiedades^ hidráulicas, p
sea que se endurecen bajo la acción del agua. Las puzoiarias se
encuentran en grandes yacimientos en la naturaleza.15 Se puede
aseverar que es posible encontrar puzolanas, más o menos activas
hidráulicamente, en lugares no muy alejados de volcanes apaga-
dos o en actividad. Por lo general se las encuentra al píe de estra-
tos o capas de lava o entre aquellas pertenecientes a erupciones
consecutivas. Las puzolanas son, concretamente, rocas escoriáceas,
algunas veces cavernosas, que presentan evidentes muestras de
Haber suf ridp _ elevadas temperaturas,; son deleznables, de baja
densidad ; su color varía dé gris amarillento a gris oscuro, pasán.-
do por el rojizo y el verdoso;16
, 13 El nombre les proviene de un Ijigar "Pozuoli", cerca, de Ñapóles, en
donde, desde, la Antigüedad, fueron localizados y utilizados unos yacimientos
de "tierras" de propiedades hidráulicas. : ',&'&&$*
*$; Los elementos esenciales de las puzolanas son el sílice y la alúmina.
Casi, siempre contienen hidróxido ,de hierro. Como elementos accidentales:
cal magnesia, álcalis fijos, etc. Según los expertps las puzolanas parece^que
fueron arcillas cuya sílice y alúminas se han hecho atacables por la cal
con la acción del - calor generado por las erupciones volcánicas (o sea lo
mismo que sueede cuando se "quema cal" utilizando al hacerlo rocas calizo-
arcillosas). Se atribuye el fraguado áe.los cementos á la formación de.hi-
drosilicaío - o hidrpaluminato calcicos.. Las .pastas puzolánicas contienen
todos los elementos necesarios para ello, lo que las convierte en verdaderos
180
Lo anterior pon.e de. manifiesto la evidente posibilidad geoló-
g^ca de que eii Teótihuacán pueden existir puzolanas. 151 gran
¿ordo"
*• • • • - ' - '
qué sirve de fondo al paisaje ¿1 norte
v!..-"". , . . . " - " - : , • • • \- .. „•- - "i • -'.,*: ••-;.-.• • - ;•* - -'i-
t
de larurbe
•' ;"- " ' •. ::- v ™ -;-
noes dtra' cosa que un Bojean apagado. Sus corneniSés
íe enc;íientran en el ¿rea niismsi dé Teótihuacán^ ^^olp^
el y^ie de Teptilíüacan es^éñ su tbtáMdací dé nátliraieáá
yolcánica (La, población del Vall^í de Teótihuacán, yol I¿ Datos
^•'•. '•. g®íí¿rÍ^icos, p. 8). :"...-..- ' ; . V ; -',.--:- ; - , - - . ? - . /.'£;•"..',-' • ; . . - - . ' . • _ ' • , ? - - p ; '
fcí "- • S¿i¿^&S^ tf|?n> como se ha í}ÍQÜO>k w^a dé'&á cosas; ín^JÜ£maatívas
^; eW^^nsii^c^ioii^ 30 Íé0tihuacáñ son los abundantes aplana-
dos ajobase de.hormigón de una notable," resisteiicia (fig, 25). Sin
aquellos que estudiaron con todo Uetalié tanto lo refe-
Ips recursos geo-iiaturales como lo concerniente a los íipr-
migóñes, no ojeen nada respectó de Ja existencia y utilización de
puzoíanas, muy al contrario. Después de.expresar, eso síj que "Los
aplanados y pisos de hormigón merecen una atención especial,
por el cuidado con que han sido hechos", dicen enfáticamente
que "Góñsisten en una mezcla de buen barro y de granza o arena
gruesa1 <Je tezontle en una proporción que parece ser constante
dentr<) efe ciertos;límites" (el subrayado es nuestro). Y concluyen
contráÉctóriamente: "Gomo es fácil suponer, un hormigón de
lapito o de Iodo no debió tener una gran consistencia y, sin em-
bargo; en lo que queda de los muros en las ruinas, se ha conser-
vado en bastante buen estado."17
181
a
üae.
: - - - - vi • - - • • - . - . -- v - : - , . - - . . ; . . : . -.
- jbX ;Roeas caJizo-arcilíósas. í*or otra ^£|ii0, aun suponiendo
que no, fuera posible dét^nnihar* A uso de piizoknas éii, T^ótífeüa-
cán, hay otra posibilidad de comprobar él, para nosotros índücía-
ble^ uso de morteros hidráulicos en los aplanados. Teórica y !£&¥&-
rialmcnte ¡es posible obtenerlos con soló utilizar cal proveniente
. Los
182
--—"•--: ---
rabilo Ñapóles
*• ir 'i"L _' • - - * - - ' ;- s _-" ' ji f*^ -
Kapojes
• _'j- ^ . í*;^
Ríiá,
Carbonato de_
44S
ife
M¿te^
riaáimer-
tV:¿l
3Ü.OO 7;§0 -8íSf
.48*00
umina 14*73 , 20;7Í "" Í8J5.
rr^vr.í^y-.-í-iv,; :
51OSSO-
Porcentaje 4e
6g.55
§f1 ííflirrilfitilfVti
dUiiil UllilUo ÍÍ3'id •-itfítffcaftfftlY
U UIli¿tiUiUlI ríf*
lie
38 Sin embargo, debemos de haper notar, con todo énfasis, que esto de
"conocer él cemento" (o sea simplemente morteros hidráulicos provenientes
de materiales de origen natural) a decir qué ellos conocieron cemento, del
tipo Portland, como públicamente lo expresó en repetidas ocasiones el genial
Diego Rivera, hay una enorme distancia. El cemento Portíánd requiere para
su factura, elevadas temperaturas, factibles de producir sólo en hornos
adecuados. Ahora bien; en primer lugar, hasta la fecha no han sido locali-
zados los restos de esos hornos arqueológicos. En segundo, por la canticlad
de construcciones en donde los teotihuacános utilizaron mortero hidíáulicO,
era necesario haber producido cantidades en extremo considerables de s ése
cemento Portland, o sea que deberían haber tenido hornos gi^des éúyos
restos, por su tamaño, ya hubiera sido posible localizar; o habrían existido
infinidad de hornos pequeños que, por su abundancia, también ya hubieran
podido ser descubiertos. Respecto de las técnicas de calcinación que los teo-
tihuacános deben haber utilizado, véase lo que exponemos en el párrafo que
trata de la cal.
19 Para una calcinación rápida, se requiere una temperatura <te 925 gra-
dos centígrado®. ? \4
PUib cuneo tu» i,—..i. SUPERPOSICIÓN SISTEMAS
FWTIOS BLANCO V PINTADO
FTTl/fl
PL HUTi
COETt 3-3*
PATIO PINTADO
1.
G G'feTt- 1-1'
n
o
i! I
fljSf i
A iMio'-storiR centr*L.
-k&$fá$mfa£fíLM..
8 - t e m p l o *(J*
C " templo "I" PATIO BLANCO
D i emplo *V
E p»tlo «etundarlo "N-W*
T ««cci¿n de »u x.
'E' *áT
"PATO PATIO
1:1
Fig. 5, ".. .los morrillos que sostenían el techo del santuario del Teinplo "E" del Patio
Blanco, trabajaron arriba del factor de 'fatiga de trabajo* hoy aceptado, pero no obs-
tante dentro del coeficiente de seguridad, puesto que la madera trabajó' a un es-
fuerzo menor que el de la 'fatiga de ruptura*,.." .
". ..mayor extensión de los claros cubiertos en una y en otra época: de unos S&.00 m*
en la más antigua (Patio Blanco —sin pilastras ni vigas trabe-r- y de unos 60.00 m2 en
la más reciente (Patio Pintado) —con pilastras y vigas trabe—..:" w
- -
hormiqón de tezontle,
relleno piedra chica""<j barro,
mador». • ^
PATÍO PINTADO
APOYOS ADOSADOS
fpjffl tepetate-
relleno pledr» grande.
x.
4-.-l
«I rf .
- tcp*t»t<
• atc****» cobr* U u» 4«
SECUELA CONSTRUCTIVA
»*f^* «<-»»*.« .
SISTEMAS CONSTRUCTIVOS
tlU CL»«Í.«í!t»» 4* »tWf»»T«tl» 9*rl> u» »!«,>«.».,.„.___ __
te peí ate
r*Ueno
PATIO PINTADO TEMPLO *S' RECONSTRUCCIÓN
DESAGÜE TECHOS
& X. JWLflOURAJÜVt.
. _i u
\d
TAT^^
i
W
Fig. 21. "...la capa inicial de morrillos, colocados uno inmediato al otro, era cubierta
por su parte inferior con una capa dfe barro, el cual,; para darle mayor cohesión y
menos pesó, ya qué estaba prácticamente al aire, tenía: una considerable proporción
de paja... En Atételco¿ por primera vez, fue posible (en, 1&50) encontrar toda eviden-
cia, todos los datos necesarios para conocer con exactitud el sistema utilizado por
~ ' : los teotihuacanos para techar sus construcciones..."
Figs. 22, 23, 24. "...en 1963 en el sistema del llamado Palacio de las Quetzalpapalotl
en Teótihuacán, se encontró, por primera vez, el dato que indicaba que las fachadas
remataban en su parte superior en forma de tablero..."
í--
t
Fig. 25. ".. -el hormigón es un material típico en las construcciones de Teotihuacán en
todas las épocas... hormigón de una notable resistencia. ¿. No- consideramos factible
que el hormigón haya sido hecho a base dé /buen barro' o sea 'lodo*.,. cualquiera
que haya tenido en sus manos diferentes fragmentos de ese hormigón considerará
la, imposibilidad de que haya sido hecho con 'buen barro*., . a menos qué con este
término se quiera indicar un *barro* nidráulicov.. Consideramos que debió haber sido
hecho con un mortero hidráulico. Sus característica;? físicas/evidentes, a la vista,
lo demuestran... las bases del mortero pudieron haber sido dos: una, puzolanas; otra,
cales arcillosas, .v"
Fig: 26. "...todas sus^ cons-
trucciones \n excepción es-
tuvieran, cubiertas de un en-
cidó a basé .de cal... posi-
blemente utilizaron morteros
hidráulicos también hechos á
base de cal procedente de; la
calcinación qé; jocas cálizo-
arcillosas, o; utilizaron mor-
térQs puzol4?ii?íos que tam-
bién requieren cal..... es per-
fectamente -factible estable-
cer una hipótesis que eyen-
tualmente probaría, nada me-'
•nos¿ que laical fue una de las
razones importantes que en
el curso del tiempo llegó a
contribuir poderósaíneñté a
la desaparición dé ten estu-
penda ciyilizftción..."
Figs. 27 y 28. -•?%. .madera
utilizada en techar constriífe- ..-r.-^.^^Ví,
,. .f.-',.- -.• '.t-
cionés, pofler riúcleós de ma-
dera en pilares, püastrásj-
jambas, dinteles... la; cáñ^l-
dad de madera utilizada, na-
da más en procesos aVqúiieé-
tónicos (no mencionamos si-
quiera los domésticos, tales
como el fuego dé los hogares,
que, absolutamente seguro,
se alimentaron con madera
también) fue una ten consi-
derable que, en el transcurro
del tiempo, llegó a producir
una fatal déforestación...
que pudo haber originado —y
los expertos lo podrían con-
firmar— si no cambios cli-
mático-pluviométricos, indu-
dablemente sí propició la eroj
sión, lo que, a su vez, llegó
a afectar la base económica
fundamental: la agricultu-
ra..:"