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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA OPERACION CESAREA EN

HUANCAYO

Por MG. Julio Enrique Huamán Berríos


Profesor Principal de la Facultad de Medicina Humana de la UNCP
E-mail jehb@correo.dnet.com.pe

“El análisis de la evolución del pensamiento científico en el transcurso del


tiempo, nos permite recoger provechosas lecciones, estudiando con sentido
crítico la vida de los hombres que a través de la historia, supieron impulsar
con esfuerzo el progreso de la ciencia médica. A ellos nuestro más sincero
homenaje por haber hecho posible con la lectura de sus obras conocer parte
de la verdad de nuestro pasado histórico y que hoy son los cimientos sobre
los que seguiremos construyendo los hechos que en el futuro serán parte de
la historia.” E Huamán 2003.

La cesárea operación con la que se solucionan la gran mayoría de los problemas


obstétricos tiene un origen que se remonta en el tiempo hasta los albores de la
medicina y aunque existe algún acuerdo respecto a la definición de la operación,
el origen del nombre es todavía incierto. En el libro de Skinner sobre el origen de
los términos médicos, se incluye la siguiente afirmación: "Se ha dicho que Julio
César nació de esta manera, de aquí el nombre de Operación Cesárea" (57). Plinio
el Viejo en su Historia Natural al referirse al primero de los Césares refiere que
lleva su nombre por el útero escindido de su madre y hace derivar el nombre de de
cesárea de la palabra caesus que quiere decir cortado. J. A. Young (1944) dice:
"No es en modo alguno probable la popular creencia de que Julio César llegó a
este mundo por operación cesárea, ya que Aurelia -su madre- aún vivía cuando el
emperador llevó a cabo la invasión de Gran Bretaña; tal recuperación en un
tiempo en que la anatomía y la cirugía estaban en sus albores, apenas puede
creerse" (34), (63).
La palabra Cesárea viene del latín "Caedere" (cortar) y en Roma se llamaban
"Caesones" a los nacidos por cesárea. Esto nos demuestra que aunque fuese post-
mortem, en Roma se practicaba con cierta frecuencia (17), (18), (34). Sin embargo el
verdadero creador de la del nombre de la operación cesárea fue el médico francés
Francois Rousset (1530 – 1603) que en 1581 escribe una monografía sobre dicha
intervención quirúrgica.

Si bien existen problemas con el origen del nombre de la intervención, las


dificultades son mayores si tratamos de descubrir cuando fue ejecutada la primera
operación Cesárea, no cabe duda que la operación es muy antigua, ya que se
practicó entre los Hindúes primitivos, como refiere el Rig – Veda, libro antiguo de
la cultura hindú, donde relata que el supremo Dios védico Indra, se niega a nacer
por “la vía antigua ya probada y lo hace saliendo oblicuamente por el lado” a
pesar de las consecuencias que esto traía aparejado a la madre. En al mitología
griega también se encuentran dioses nacidos por cesárea: Esculapio el dios de la
medicina hijo de Apolo y la bella virgen Coronis quien le fue infiel con Isquis.
Enterado Apolo por su vigía el cuervo, da muerte a Isquis y Artemisa hermana
gemela de Apolo, mata con una flecha a Coronis. Cuando Apolo se disponía a
quemar el cuerpo de su amante, se compadeció de su hijo que todavía estaba por
nacer, lo extrajo del vientre de Coronis y lo llevo al monte Pelión donde lo entrega
al viejo centauro Quirón que educó a Esculapio enseñándole los conocimientos de
la medicina. Otro dios que nación de cesárea post- mortem según la mitología
griega fue Dionisos dios del vino. Plinio el Viejo menciona además de de Cesar a
Escipion el Africano (235 – 183) vencedor de Cartago, como nacido por cesárea
lo mismo que Rustem héroe de la epopeya nacional persa según el libro de los
Reyes de Abul – Qasim Firdawsi y el héroe de Islandia Worsung según las
tradiciones nórdicas.

La operación cesárea juega un papel importante en las tradiciones de los pueblos


primitivos como los de las islas Palau en la Micrnosia, los nubas y tsachambas en
Africa, los de las islas Marquesas del archipiélago de Santa Cruz y Nueva
Zelanda en la Polinesia, los Wyots en California central y los Bororos en Brasil y
es muy probable que se la practicara en la prehistoria, edad de Piedra como opina
el historiador médico y ginecólogo Reinhard Hofchlager (1871-1951) y entre los
Egipcios y en el Imperio Romano, por lo que es imposible averiguar cuando se
lleva acabo por primera vez y, si se ejecutó en una mujer viva o después de su
muerte (34).

Operación cesárea en mujer muerta:

Al rededor del año 1500 a.C. aparecen los que se podría llamar “Obstetricia
Antigua con las primeras prácticas sensatas especialmente higiénicas realizadas
por egipcios y judíos (primeras exploraciones genitales y operaciones
obstétricas). Estos pueblos adquieren algunos conocimientos sobre las
presentaciones fetales, realizan exploraciones genitales y operaciones obstétricas
como la Versión Interna, embriotomías inclusive la cesárea después de la muerte
de la embarazada. Los romanos en 715 a.C. practicaban la cesárea post-mortem.
Es sabido que la Lex Regia de Numa Pompilio que reinó en Roma desde 715 a
673 a.C obligaba a extraer el feto a toda mujer embarazada muerta o durante el
parto si los cual no podía dársele sepultura.

En la edad media se encuentran pocas disposiciones según las cuales, al morir


una embarazada debía abrírsele en todo caso el vientre para bautizar al niño, una
de ellas está contenida en el estatuto de Canterbury de 1236 que dice “Si muere
una mujer durante el parto y se cree que el niño vive debe ser incidido el vientre
y se debe abrir su boca” consideración que se mantuvo en estricto cumplimiento
durante muchos siglos

En 1745 en Palermo Francisco Emanuello Cangiamila escribe el Tratado


Embriología Sacra Ovvero del Uffizio de´ Sacerdoti, Medici e Superiori, Circa I´
Eterna Salute de´ Bambina Raccchiusi Nell Utero, en cuatro tomos que fue
traducido al latín, francés y español donde se refiere a la operación cesárea en
mujer viva o muerta y sus recomendaciones estaban destinadas a que los
cirujanos y parteras tuvieran, más posibilidades de obtener fetos vivos. Este
tratado impresionó al rey Carlos de Sicilia, más tarde rey Carlos III de España,
quien expidió una orden en 1749 que a la letra dice: “El rey Carlos por la gracia
de Dios, rey de las dos Sicilias, Jerusalén, Infante de España Duque de Parma,
de Placencia, etc... al Virrey y Capitán General de este reino, a aquellos
venerables cristianos, padres, Arzobispos, Obispos Abades, Priores, Sacerdotes
de Parroquias Vicarios y sus Asistentes, a los Jueces que presiden la Corte Real,
a los Príncipes, Duques, Salud: sin ninguna duda es preocupante que en varias
ciudades y lugares de este reino, mujeres embarazadas han fallecido sin que
nadie hubiera realizado esfuerzos para retirar la criatura de su vientre, con la
posibilidad de salvarle de una muerte segura y bautizarle para que ingrese al
reino de los cielos. Han fallecido embarazadas y enterradas con sus hijos en sus
vientres sin que nadie hiciera algo por estas desamparadas criaturas. Movidos
por esta situación y alentados por las partes interesadas hemos establecido una
comisión para que examine el asunto y esta comisión ha establecido que
publicáramos esta orden con carácter de ley: “Cualquier mujer de cualquier clase
o condición que expire y que su esposo, parientes y sirvientes sepan que está
embarazada, cada uno de ellos están obligados después de asegurarse que
verdaderamente está muerta, de extraer a la criatura para ser bautizada. Están
notificados el cirujano u otra persona entrenada para realizar la operación y si
por alguna razón no se realizara la operación inmediatamente se mantendrá el
abdomen de la muerta con paños caliente. Finalmente ordenamos que si alguien
viola esta orden que será perpetuamente válida y si el esposo, parientes, por
impostor o negligencia o por alguna otra razón interfiriera o impidiera la
operación y pusiera en peligro la vida del feto o maliciosamente promoviera el
aborto será considerado homicida y tratado como un criminal. Todos tengan
conocimiento de esto, se publique y cumpla de acuerdo a ley.” (11). Palermo 9 de
agosto de 1749.
La orden de realizar la operación cesárea post-mortem fue introducida en Nueva
España por el Virrey Fray Antonio María de Bucareli y Ursa, obligándose a
realizar la operación cuando era requerido, bajo la pena de 500 pesos de multa si
ésta no se realizaba. La orden del Virrey fue acompañada de un edicto del 4 de
diciembre de 1772 por el Arzobispo de México, Alonso Núñez de Haro y
Peralta: “a todos los priostes y vicarios de la arquidiócesis que cuando hallen una
mujer embarazada en peligro de muerte avisen de inmediato al cirujano y si la
madre está muerta realizar la operación y bautizar a la criatura”. (11)

Una segunda orden fue publicada por el rey Carlos IV en 1804 aunque no tan
prolija ni detallada como la de Carlos III; indicaba que después de una discusión
con la Corte de las Indias y el Secretario de Estado el 25 de diciembre de 1802
ordenó al colegio de San Carlos preparar instrucciones que aprobados por la
Corte de Cirujanos da el Decreto Real con el deseo que sean cumplidas por el
Virrey, las Cortes y Gobernadores e imploro y mando a los Arzobispos y
Obispos en mis dominios de las Indias y Filipinas cumplir y hacer cumplir las
instrucciones que acompaño, en todos los distritos y diócesis. Dado en Aranjuez
el 3 de abril de 1804. (11)

A pesar de que también en muchos países de Europa decretaron sus Cortes la


obligatoriedad de practicar la operación cesárea post-mortem, esto no se llevaba
a cabo siempre y se conocen casos en que se prohibió su realización como al
célebre obstetra francés del siglo XVII Francois Mauriceau (1637-1709) y al
cirujano alemán del XVIII Lorenz Heister (1683-1758), a quienes se les acusó e
insultó además, al decirles que ni siquiera en el momento de la muerte dejaban
reposar en paz el cuerpo de personas que ya en vida habían frecuentemente
atormentado.

El cirujano y obstetra alemán Leopold Sokrates von Rieke (1790-1876) que


estudió profundamente la bibliografía sobre cesáreas post-mortem, quedó
sorprendido de que existieran tan pocos casos seguros de niños que debieron su
vida a la ley de su obligatoriedad y propuso en 1829 que el Estado concediera un
premio a las operaciones cesáreas practicadas con éxito en la mujer muerta, de
un modo semejante a los conferidos por la salvación de vidas.

A partir del siglo XIV los médicos se venían preocupando de mejorar la técnica
quirúrgica de la cesárea y así, el famoso cirujano francés Guy de Chauliac
(1290-1368) fue el primero dar indicaciones acerca de la posición y sentido de la
incisión y recomendó la parte izquierda con el propósito de no herir el hígado y
en la centuria siguiente Pietro d' Argellata (¿ -1423), profesor de la Universidad
de Bolonia, Italia, fue propuso la incisión en la línea alba y la practicó por sí
mismo. Pero no fue hasta el siglo XIX que se concedió mayor atención a las
bases científicas de la operación cesárea en la mujer muerta, formulándose la
pregunta de cuánto tiempo podía vivir el niño después de la muerte de la madre,
a la que se dio respuesta con los más disímiles criterios, en su mayoría absurdos,
lo que explica por qué tal práctica arrojaba hace algo más de ciento cincuenta
años, una mortalidad infantil de 90 a 99% y que estas cifras no cambiaran hasta
que se reconoció que la operación cesárea debía realizarse inmediatamente
después de la muerte de la madre y que se aprendiera a conservar la vida del
recién nacido, por lo general asfíctico, con ayuda de acertadas medidas.

La primera operación cesárea en Alta California (América) fue realizada por los
curas Josef Viñals y José Viader en la Misión Santa clara de Asís el 26 de
enero de 1799. Se tienen referencias que entre 1769 a 1833 se realizaron 14
operaciones cesáreas, 13 de ellas en nativas y una sola en española; todas las
cesáreas se hallan anotadas en los libros de registro de entierros. Estas
intervenciones no eran cesáreas como se conocen actualmente sino extracciones
del feto del vientre después de muerta la madre. No se conoce con exactitud los
detalles de la operación. Se presume que fueron hechas con la técnica
recomendada por el cura Josef Manuel Rodríguez. (11)

TÉCNICA DE REALIZAR LA OPERACIÓN CESÁREA POSTMORTEM:


No es fácil realizar una operación cesárea después de muerta la embarazada por
una persona que no tenga conocimientos de Anatomía, porque se requiere los
mismos conocimientos para ejecutar la operación en una embarazada viva. Para
que las personas no profesionales puedan realizar la operación se dan las
siguientes recomendaciones:

1.- Antes de abrir el abdomen comprobar si la mujer está viva o muerta. Para
este propósito se colocará espíritu de amoniaco en la boca, ventanas de la nariz y
ojos; además se introducirá un alfiler debajo de las uñas de cualquier dedo o se
utilizará cualquier estimulante. Si con estos procedimientos no se percibe algún
signo de vida se procederá a la operación.
2.- Si el feto está normal extraerlo rápidamente.
3.- Para ejecutar la operación deben de haber transcurrido algunas horas.
4.- También se ejecutará la operación con el embarazo temprano, también para
ser bautizado. Suponiendo que el embarazo está adelantado a mitad del abdomen
o está a nivel de las costillas la operación se ejecutará como sigue:

Lo único que se requiere es una navaja filuda para la incisión de la pared y otra
con punta roma para la incisión en el útero, también puede utilizarse una navaja
de afeitar o un corta plumas. Colocar el cadáver en la cama u objeto plano,
ligeramente sobre un lado, sin exponer más de lo necesario; comprimir
ligeramente el abdomen y realizar una incisión de más de 6 pulgadas de
longitud, equivalente a la tercera parte de la vara de Castilla. Esta incisión
abarcará piel, músculo y peritoneo. Una vez hecha la incisión se introduce dos
dedos para ampliar la incisión y evitar la lesión de los intestinos y la vejiga. La
incisión se iniciará a dos traveces de dedo debajo de las costillas y a cuatro
traveces de dedo sobre el ombligo. Una vez completada la incisión se realiza una
similar en le útero y la bolsa que envuelve al feto. Se removerá la sangre con
esponjas o telas y proceda como sigue: si el feto no tiene signos de vida, no lo
extraiga hasta que tenga su bautismo condicional; si tiene signos de vida
extráigalo por los pies o de cualquier manera, rápido y bautizarle rociándoles la
cabeza con agua. Una vez extraído y bautizado ate el cordón a uno o dos
traveces de dedo de la placenta que se extraerá jalando lentamente del cordón.
Es mejor no suturar pero si colocar una toalla alrededor del abdomen. (11)

Operación cesárea en mujer viva

Se dice que en Europa, la primera cesárea en una mujer viva, fue hecha en el año
250 por el Obispo Paulo de Mérida, en Emérida Augusta, aún bajo la dominación
romana; ningún dato más que la tradición, permite sostener este hecho (18).

No se sabe exactamente quien fue el primer operador que se atrevió a practicarla


por primera vez en una mujer viva y se acepta, aunque con naturales reservas, la
opinión de Caspar Bauhin (1560-1624) quien la da por realizada hacia el año 1500
por el matarife de cerdos Jacob Nufer, de Sigershausen, en el cantón de
Thurgovia, Suiza. Bauhin refiere que ante la imposibilidad de la prosecución del
parto: "...el marido, después de implorado el auxilio divino y de cerrada
cuidadosamente la puerta, coloca a su mujer encima de una mesa, y le abre el
abdomen, como se hace para los cerdos. Y supo hacerlo con tanta destreza que ya
al primer corte se pudo extraer el niño sin ninguna lesión. Once comadronas que
estaban cerca de la entrada, sintiendo los vagidos del niño, intentaban entrar con
todos los medios; pero no fueron admitidas antes de que se limpiase al niño, y se
suturase la herida abdominal, según costumbre veterinaria...".(10)

Bauhin afirmaba que la madre y el niño vivieron, pero como este informe no fue
dado a conocer hasta pasado un siglo, son numerosos los historiadores que acogen
el caso con cierta reserva. De mucho más crédito es la cesárea en mujer viva
realizada en 1540 por el cirujano italiano Christophorus Bainus recogida por su
contemporáneo Marcello Donati (1538-1602).

Por los datos tan precisos comunicados por Jacques Guillemeau (1550-1613) hoy
se admite que la operación cesárea en la mujer viva fue intentada por primera vez
en el siglo XVI. Sin embargo, todas las intervenciones llevadas a cabo en aquella
época siempre terminaban en el fracaso, lo que hizo que tanto Guillemeau como
su maestro Ambrosio Paré (1510-1590) se pronunciaran en contra de la misma.

El primer informe de la ejecución de una cesárea en mujer viva fue publicado en


París en 1581 por Francois Rousset, que en su libro Nuevo tratado de la
histerectomía o parto cesariano, afirma que el castrador de animales Alespachin
realizó la cesárea en su esposa en la localidad de Siegenhausen en 1500 (Page y
col. 1976). Rousset avalaba sus opiniones con una extensa casuística, sin embargo
nunca ejecutó una cesárea ni mucho menos asistió a esta operación como
observador por lo que asombra tremendamente que la obra de un teórico haya
adquirido tal importancia, en su época, pese a grandes errores como el de no
suturar el útero, con el argumento de que la fuerza de retracción era tan grande
que una sutura sólo causaría trastornos, esta falsa observación que fue aceptada
como verdad indiscutible y perduró por más de tres siglos para ser abandonada
definitivamente. Pero la primera cesárea histórica de que se tiene noticias exactas,
fue practicada por Tautmann, el 21 de Abril de 1610; la madre murió 25 días
después de la operación (8), (18), (34). Los médicos franceses Andre Levret (1730 –
1780) y Francois – Ange Deleurye contribuyen al desarrollo de la técnica de
operación cesárea, el primero con la incisión lateral que lleva su nombre y el
segundo con la incisión en la línea alba.

El 1796 el cirujano francés Lebas de Moulleron en contra la opinión de su tiempo


se atreve a practicar la sutura del útero con tres hilos. Otto Küsner (1849 – 1931)
opina de la operación cesárea como un desastroso fracaso, tomando en cuenta que
la causa de la gran mortalidad de la operación cesárea residía en la hemorragia y
sobretodo en la peritonitis que partía casi exclusivamente del útero.

La primera cesárea en la Gran Bretaña, fue ejecutada el 29 de Junio de 1737 por


Smith, un cirujano de Edimburgo, en una paciente con Osteomalacia y un parto
prolongado de siete días. El niño nació muerto y la madre murió dieciocho horas
después (34). El siguiente caso registrado con resultados satisfactorios fue
ejecutado en 1738. La paciente se llamaba Alice O'Neale, de 33 años, y la
comadrona que la ejecutó fue Mary Donelly, quien utilizó una navaja y suturó la
pared del abdomen con seda y aguja de sastre. La herida fue curada con clara de
huevo y la mujer se recuperó con una gran hernia ventral. La primera cesárea en
los Estados Unidos, se dice que fue una operación auto infligida el 29 de Enero de
1822, en una niña de 14 años, embarazada ilegítimamente de dos gemelos, el
primero nació por vías naturales y el segundo, cuando la madre abrió su abdomen
con una navaja. Los doctores Basset y Mc Clellan acudieron en la emergencia y
cerraron la herida abdominal, sobreviviendo la paciente (34).

En 1811 nace James Young Simpson, descubridor del Cloroformo; Ignatz


Semmelweis, nacido en 1818; Louis Pasteur en 1822 y Joseph Lister en 1827, a
quienes debemos la reducción del número de muertes por cesárea, causadas por la
infección. La incapacidad de controlar la infección intraperitoneal indujo al
profesor Porro de Pavia (1876) a postular una nueva técnica que consistía en la
cesárea y la extirpación del útero y sus apéndices, incluidos los ovarios, dejando
tan solo la porción cervical del útero, que redujo la gran mortalidad materna (18),

operación que fue publicada en Milan con el título “De la amputación útero-
ovárica como complemento de la operación cesárea” (34). Esta operación fue
sustituida por las operaciones de Kehrer en 1881 y Sanger en 1882, quienes
lograron desvanecer el desprestigio en el que había caído la operación cesárea,
gracias a una medida muy importante que consistió en cerrar la herida uterina
utilizando hilos de plata y seda, convirtiendo a la cesárea en una intervención
nada peligrosa

Cesárea transperitoneal segmentaria con sutura del músculo uterino en un


solo plano

En busca del futuro perfeccionamiento de la técnica operatoria, así como para


disminuir la mortalidad, se prestó posteriormente mayor atención no solamente a
la asepsia y a la técnica de sutura, sino a la dirección de la incisión y este campo
sólo mencionaremos los nombres de algunos de sus más eminentes autores: Isidor
Cohnstein (1841-1894), Oskar Polano (1873-1934), Henrich Fritsch (1844--1915),
Peter Müller (1836-1922), Fritz Frank, Albert Doderlein (1860-1941), Sidmund
Gottschalk (1860-1914), Ernest Solms (1878-? ) y Henrich Doerfler (1864-1938).
Pero al éxito de la operación cesárea han contribuido muchas conquistas
científicas del siglo pasado, la introducción de los quimioterápicos, antibióticos y
el perfeccionamiento de la anestesia,(15) por lo que debemos recordar a William
Thomas Morton (1819-1868), Louis Pasteur (1802-1895), Joseph Lister (1827-
1912), Paul Ehrlich (1854-1915), Gerhard Domagk (1895-1964) y Alexander
Fleming (1881-1955), creadores de la anestesia, antisepsia, asepsia, quimioterapia
y antibioticoterapia.

En Inglaterra, la incisión transversal del útero goza de cierto favor, ya que en el


Tratado de Eden y Holland, se hacía referencia únicamente a aquella; en 1826,
Munro Kerr y Hendry declararon que no les agradaba la incisión longitudinal
porque interesa a menudo la porción activa del útero y, es capaz de originar
lesiones vesicales (34). En el libro de Williams, 1932, se habla de la cesárea
segmentaria con abertura transversal del segmento uterino. H. Fuchs preconiza la
Incisión Arciforme de Concavidad Superior (39). En la Clínica Elíseo Cantón de
Buenos Aires se realiza la primera Cesárea Segmentaria con Incisión Arciforme,
siguiendo la técnica de Fuchs, el 20 de Junio de 1935, practicada por Juan León y
colaboradores, comentándose esta observación el 27 de Junio en la Sociedad de
Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (38), (39).

En 1965, en el Instituto de Maternidad y Ginecología "Nuestra Señora de las


Mercedes" de San Miguel de Tucumán, Argentina; la técnica adoptada como
protocolo de cesáreas fue la cesárea transperitoneal segmentaria con incisión
arciforme de concavidad superior, sutura continua a punto pasado en un
plano del músculo del segmento uterino más peritonización visceral, técnica
que implantamos en el Departamento de Gineco-Obstetricia del Hospital El
Carmen de Huancayo, desde Junio de 1968. En 1981 se deja sin suturar el
peritoneo visceral o se lo sutura en un solo plano junto con el músculo del
segmento uterino y la incisión en piel de mediana infraumbilical que se realizaba
de rutina, fue remplazada por la incisión Phanestiel modificada.

Analgesia epidural

Considerada como una Anestesia Troncular de bloqueo, tiene sus inicios en el


siglo pasado -1885- con Corning (23), neuropatólogo quien logra anestesiar perros
inyectándoles soluciones anestésicas de cocaína, sin llegar a pasar la duramadre,
con la idea de que este producto, inyectado dentro del canal medular, podía ser
absorbido por los abundantes plexos vasculares, y dirigirse hacia la sustancia de la
m‚dula espinal. Se dice que de su experiencia es evidente que ni pretendió ni
consiguió una inyección epidural auténtica, no obstante, resulta irónico que la
hipótesis de Corning respecto a la absorción por la médula espinal fuese
desacreditada y descartada por poco científica. Transcurridos cerca de 100 años,
esta idea original parece actualmente muy cerca de la verdad, ya que todos los
datos disponibles señalan a la médula como punto importante de acción de la
anestesia epidural (12), (14), (56).

En 1903, Cathelin publica un tratado en el que hace un informe de 80 casos,


revelando el uso de su m‚todo en Cirugía Obstétrica y Terapéutica, usando como
anestesia una solución de cocaína (20), (21) que, aún siendo muy tóxica, permitía una
analgesia quirúrgica satisfactoria. Con el descubrimiento de la Novocaína, Stokel
pone en práctica las ideas de Cathelin sobre el estudio de la Analgesia Epidural en
Obstetricia, y Lawen en -1911- la aplica a la Cirugía (37). En 1920, Pages (45)

consigue analgesias altas al alcanzar el espacio epidural en vía de la columna


lumbar y dorsal, su trabajo fue publicado en la Revista Española de Cirugía en
1921, pero por describir una técnica que requiere de una gran sensibilidad táctil
para sentir el pasaje del ligamento amarillo, no alcanzó el éxito esperado.
Dogliotti, cirujano italiano (26), (27), practicando investigaciones anatómicas,
elabora su técnica de punción en la que destaca el signo de la falta de resistencia
para alcanzar el espacio epidural. Casi simultáneamente, el argentino Gutiérrez
(30), (31), (32), describe el signo de la Gota Colgante. De aquí en adelante, la
característica fundamental fue perfeccionar la técnica y descubrir dispositivos que
permitan ubicar el espacio, basados en la revelación de la presión negativa, al
penetrar el espacio epidural. Así tenemos el indicador Odom (1936), el Globito de
Masintosh (1950), siempre tratando de disminuir el número de fracasos de la
técnica; Otros como Bromagge y Bonica se ocupan de esta técnica basándose en
estudios estadísticos. La analgesia epidural cobra posteriormente gran auge, y en
1938 Graffagnino y Seyler aplican la dosis única para lograrla.

En 1948, Juan León hace referencia a una serie de observaciones realizadas por
Tuner y León en el Servicio de Obstetricia del Hospital Argerich, donde al igual
que otros autores, elogian a la analgesia epidural prefiriéndola a la de caudal
continua (38). En 1965, en el Instituto de Maternidad y Ginecología de "Nuestra
Señora de las Mercedes" de San Miguel de Tucumán-Argentina, a iniciativa de
Pérez M.A., Párraga J.C. y Huamán J.E. se utiliza este método en las
intervenciones de Cirugía Obstétrica (cesáreas) y Ginecológica, utilizando una
solución de Lidocaina al 2% en una sola dosis de 20 cc. Posteriormente
obtuvimos mayor tiempo de analgesia quirúrgica al utilizar Lidocaina (Xilocaina)
al 2% con Epinefrina al 1/80,000 y luego al 1/100,000.

En 1968 se practica la primera anestesia Epidural en la operación de cesárea en el


Hospital El Carmen de Huancayo con equipos traídos desde Tucumán - Argentina
por el actual Jefe de Departamento de Gineco-obstetricia Julio Enrique Huamán
Berriós

La cesárea en el Perú.

Mientras esto sucedía en el mundo en el Perú. En el tiempo de las culturas pre


incaicas y en la época incaica la medicina vernacular ya había alcanzado un
desarrollo sorprendente no obstante de su concepción mágico-religiosa como lo
demuestran las trepanaciones craneanas realizadas par que puedan salir los
demonios. En el virreinato la medicina autóctona sufre la influencia de la
civilización hispánica y árabe y se instala el Tribunal del Protomedicato
encargada del ejercicio de la actividad médica. Durante el virreynato destacaron
varios médicos como Gaspar de Meneses, Pedro Peralta en el siglo XVI
Francisco de Rua y Collazos, Gabriel Moreno en el siglo XVII y a las finales
Hipólito Unanue y los fundadores del Colegio de Medicina y Cirugía de San
Fernando. En esa época todavía conservaba muchos de los prejuicios
medievales, la cirugía la ejercían los barberos y charlatanes, la mortalidad
infantil era muy elevada y lo mismo ocurría con los partos que eran atendidos
por comadronas o empíricas y la ciencia médica dejaba mucho que desear el
estudiante era abrumado por ideas filosóficas y el aprendizaje de intrincados
textos en latín. Unanue crea con el apoyo de virrey Gil de Taboada y Lemos El
Real anfiteatro anatómico de San Andrés en 1792 en el hospital del mismo
nombre y posteriormente estableció las llamadas Conferencias Clínicas y con el
plan de enseñanza Cuadro Sinóptico comienza la era de la Escuela Medica
Peruana. Posteriormente el 1 de octubre de 1811 se inaugura el Colegio de San
Fernando

A la generación de Unanue le sigue la de Cayetano Heredia que en 1834 fue


nombrado rector del Colegio Independencia autentico educador ya que con su
propio peculio envío a Europa a José Casimiro Ulloa, Rafael Benavides, y otros
y logro incorporar profesores extranjeros de la talla como Antonio Raymondi,
Manuel Solari, Jose Eboli y Sebastián Lorente.

Generación de Ulloa entre los años 1815-1830 fue la mas brillante de la Escuela
Médica Peruana con médicos que sobresalieron en la diferentes ramas de la
medicina entre ellos y en lo que se refiere a la especialidad el nombre de José
Jacinto Corpancho fundador de la cátedra de Clínica Médica de Mujeres de la
facultad de San Fernando y Camilo Segura Director del Hospicio de la
Maternidad

Generación de Lino Alarco entre 1831 a 1845 donde destaca Ignacio Acuña
pionero de la obstetricia y profesor del curso de Partos, Lino Larco pionero de la
cirugía. Posteriormente José Antonio Morales Alpaca inventor de un fórceps
precursor al de Tarnier, fue pionero de la obstetricia y ginecología en Arequipa

Generación de Francisco Almenara 1850 pionero de la pediatría en el Perú y


Constantino Carvallo pionero de la ginecología y fundador de la Escuela de
Ginecología Peruana introdujo los rayos X. Nestor J. El Dr Camilo Segura
practicó la primera cesárea en una paciente fallecida. Corpancho iniciador de la
cirugía ginecológica en 1869 y Belisario Sosa Pelaes catedrático de Obstetricia.

Generación de Ernesto Odriozola 1872 con Miguel C. Aljovin en la cátedra de


Ginecología, Eduardo Bello cirujano ginecólogo director del Hospital Loayza y
Wenceslao f. Molina construye el Hospital de Maternidad.

Generación de Carlos Monge 1884 con Alejandro Busalleu y Constantino


Carvallo que crea el instituto de Radioterapia que después se convertiría en el
Hospital de Enfermedades Neoplásicas. Enrique Febres Odriozola profesor de
patologías obstétrica y fundador de la primera clínica obstétrica de Lima
Generación de Honorio Delgado 1891 con Rolando Colareta profesor de la
Escuela de Obstetricia de la Maternidad.

El 31 de mayo de 1931 el Dr. Alberto Barton practicó una cesárea y obtuvo un


recién nacido vivo aunque la madre murió 3 horas después, la primera cesárea
segmentaria en el Perú fue practicada en la Maternidad de Lima por el Dr. Víctor
Bazul Fonseca en 1937 y en 1939 se hizo la cesárea a la niña Lina Medina de 5 y
medio años de edad en la Maternidad de Lima obteniéndose un recién nacido
vivo de 2700gr.
La cesárea en Huancayo:

El Hospital El Carmen se fundó con trece camas de hospitalización y el primer


jefe del Servicio de Gineco-obstetricia fue el Dr. Lisandro Lizárraga, que el año
1936 junto con la obstetriz Sra. Agripina Chávez de Tovar se encargaron de
manejar el servicio, siempre se caracterizó por ser el pionero en marcar hitos en
la Historia de la Medicina y la Obstetricia en Huancayo, ya que en el año 1948 el
Dr. Horacio Gutiérrez Tordoya realiza la primera cesárea en Huancayo, ésta fue
una cesárea corporal. En el año 1951 se practica en Huancayo la primera cesárea
segmentaria transversa realizada por los médicos, Jorge Leiva Valdivia y Genaro
Arriola.

En 1968 se realiza la primera cesárea segmentaria arciforme con sutura del


músculo uterino en un solo plano y por primera vez en Huancayo se utiliza la
analgesia epidural como método anestésico en cirugía obstétrica, técnica traída
desde Argentina por el actual Jefe del Departamento, Mg. Enrique Huamán.

En 1981 se deja sin suturar el peritoneo visceral o se lo sutura en un solo plano


junto con el músculo del segmento uterino y la incisión en piel de mediana
infraumbilical realizada de rutina, fue remplazada por la incisión Pfannenstiel
modificada por el Servicio, técnica utilizada en la actualidad con un mínimo de
complicaciones como pueden verse en las estadísticas del Servicio de Obstetricia
del Hospital El Carmen

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