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HELMUT JANTRA cupula HORTALIZA: EN EL JARDIN Zanahorias, tomates o lechugas siempre saben mejor cuando proceden de nuestro propio huerto del jardi Y no es necesaria mucha quimica para obtener buenas cosechas. Este libro ofrece los conocimientos necesarios para cultivar con éxito diversas hortalizas y muchas sugerencias para el trabajo practico en el huerto de la casa. Entre otras cosas, el lector hallaré: * Indicaciones sobre el cultivo de més de 60 especies de hortalizas. * Consejos sobre cuidados especiales y datos sobre la cosecha. * Cuadro general con los tiempos de siembra y plantaci6n, la mejor distancia entre hileras y la duracién del cultivo de todas las hortalizas. * Informaci6n sobre planificaci6n de cultivos, preparaci6n de bancales, y cultivo de plantas en semilleros. A oFasesztvi9701 Nose pemie le rep lpr tr ie git om ems ifr Tine ip cage aga tas deur md eed ‘Erman posi ln prac nda cpm peasy pot Seidler Asesoramiento: Lluis Abad, ténico especalista en jardineria Diseo de cubicrta: Victor Vane ‘Titulo orginal: Gesumder Gomibe. Aus dem eigenen Garten “Traduecin: Lluis Miralles de Imperial © by Falken Verlag Gabi, 65527 Niederahausea/Ts. © Grupo Editorial Ceac, S.A, 1999. Para a presente versiny edicin en lengua castelana Libros Capula es marca registrada por Grupo Editorial Cese, SA ISBN: 84-529-1970-5 Depisito legal B. 218-1999 Biga, Industria Grdfica Impreso en Espa ~ Printed in Spin Grupo Editorial Cec, S.A. Perd, 164 ~ 08020 Barcelona Interact: hts ceacedit.com 109, La prictica del cultivo. 29 Preparacién del bancal . . . . 29 Galtivo de plantas de semillero. ... 30 ‘Abonado y mejora del suelo 4 ‘Compost y cobertera . . . . 38 Proteccién de las hortalizas ..... 43 sic ‘Una fuente de salud en el jardin. 8 Pardsitos frecuentes de las hortalizas . 44 idad y sabor . 8 ‘Venajas einconvenientes del huerto . 10 Condiciones para el cultivo delhuerto......-.. u La superficie u Lasituacién . . . 2 El suelo y su cuidado . - 2 Planificacién de cultivos 14 Formas especiales de cutive... . 20 Enfermedades més commes de las Elbancal encolina . .. .. 20° hortalizas. ss ee eee - 47 Etbancal elevado ..-. 2... B Verduras de invernadero . 24 Almacenaje y conservacin. .... 50 Séranos y otros locales de almacenaje . 50 Silo enterrado y pozo de almacenaje . 50 Fermentacién con dcido lictico ... 51 Cultivo de especies de hortalizas individuales. 2 Lechugas y hortalizas dehoja .... 52 Lechuga ....... 33 Lechuga francesa, Be ESS Lechuga de hoja redonda . sa Lechuga deensalada........ 54 Lechuga romana... 0.20... 54 ae ee 54 Achicoria.. . es 86 Radicchio. ..... 56 Achicoria de pilén . a7 Diente de leén 37 Milamores . . se Ben «<2 ae + 38 Espinaca . . . - 59 Espinaca de Nueva Zelanda... 60 Acelga. os 6s ee eee + 60 Legumbres Anmuelle ... 2.0... 61 Judia de mata Coles sesss 61 Judia de enrame Repollo........- 62 “Haba Collombarda............ 63 — Habadesoja.... Col rizada. 63 Guisante ..... Col comin seeee++ 63 Hortalizas de fruto . . Coliflor. . + 64 Tomate Brocoli... 2... 2.4... 64 — Pimiento Col de Bruselas. 65 Berenjena Colchina... 2... esse... 66 Pepino . Pak Choi. . +++ 66 Calabaza Colinabo.. se... eee eee + 66 Calabacfn Hlortalizas con Grganos de reserva... 67 Melén. - Rabanito.......- 22. 67 Maizdulee Ribano 68 Zamaboria.. 2 8 Chirivia a) Perejil de raiz. . . . . 70 Apio de tubérculo ail Hinojo de tubérculo 2 Escorzonera et Remolacha colorada . - 4 bo blanco y ent ypinambo. .. 6... « 5 Pataca temprana....... 76 Hortalizas de bulbo.......... 77 Cebolla de cocina ......... 77 Ghalots..|. 27 OE. 8 Puerro .. 5. . Gague 7a io, «= 1 ot Cebollino. .. 6... eee eee 80 Ajo cebollino 81 Hortalizas plurianuales Aleachofa.... . . Esparrago Ruibarbo Acedera . Rabano picante. . « ‘Tabla de cultivos mixtos indice Cuadro de cultivo de hortalizas . . 82 2 83 84 85 86 87 87 89 90 91 92 92 93 94 95 95 96. 99. 100 100 102 104 106 En €pocas pasadas, sobre todo en zonas rurales donde la agricultura tenia un peso importante, el huerto era la despensa de la campesina, indispensable como, suminis- trador adicional de alimentos y comple~ mento de lo que se obtenia del campo. ‘Naturalmente, hoy en dia, en la parte del jardin dedicada a huerto uno tambi quiere cultivar tomates jugosos, delicados inabos crujientes repollos para la co- ina, pero, junto a esta utilidad puramente prictica, existe Ia del jardin puramente decorativo: la satisfaccién que produce el trabajo en el jardin. ‘Aunque uno no habla tanto de sus ra- bbanitos y remolachas, o de sus judias ver- des y sus brécolis, como de las plantas dle flor, cuando ve que las hortalizas crecen vigorosas en los bancales y que puede ir recolectando continuamente lo que antes ha sembrado o plantado, es posible que el hhuerto llegue a producirle incluso mas sa~ tisfacciones que el cultivo de plantas de- corativas. En el cuidado del jardin y del huerto ‘ocurre como en todo en la vida: para tener Giito, se necesitan determinados conoci mientos. En nuestro caso, no hace falta co- nocer un niimero extract de cosas ¥, desde luego, no es necesario poseer los, ‘conocimientos detallados de un experto en Ja materia, pero hay que tener algunas no- ciones basicas sobre la vida de las plantas para que todo vaya bien en los bancales, se teviten los errores y se utilicen las posibil dades existentes. En el mercado no faltan elementos de ayuda que nos facilitan las tareas de jardi- ‘Aungne las alcachofas tienen fama de ser plantas muy exigentes,en lugares ‘medianamente buena, pueden crcer cjemparesepléndidas neria y que permiten que los todavia in- expertos puedan superar los obsticulos iniciales. Las cantidades millonarias que mueve el mercado de la jardineriay la hor- ticultura demuestran que la gente sabe uti- lizarlos. Es posible que las exigencias de las es- pecies individuales de hortalizas que se ‘mencionan en este libro hagan que, sobre todo los nedfitos, se desalienten antes de haber llegado a colocar el primer grano de semilla en el surco. Lo cierto es que los suelos que se describen aqui especialmer te adecuados para el cultivo, con frecue cia corresponden mas a los deseos que @ Ia realidad. Pero la cosa no es tan grave. Aunque la aleachofa, por ejemplo, prefiere un suelo nutritivo, rico en humus, permeable y cé- lido, no significa que las matas sélo pue- dan crecer bien con este tipo de condicio- nes. Una vez tuve una aleachofa en el jar din delantero de mi casa, donde la tierra ‘era pesada, hiimeda y bastante compacta- da y, a pesar de todo, aquel magnifico ejemplar florecié alli durante aiios, aun que no lo aprovechabamos para cocinar, porque las aleachofas, dicho sea de paso, son también unas plantas muy decorativas ‘con una floracién y una fronda impresio- nantes. Con esto quiero decir que las plantas son adaptables y que las indicaciones sobre sus necesidades siempre describen un esta- do ideal; a partir de aqui, usted podré de- ducir y ponderar los requerimientos de la planta para ver si las condiciones, tal vez menos apropiadas, de su jardin son, de to- dos modos, suficientes. Bs posible que la produccién no sea maxima, pero segura- ‘mente esto no es tan importante cuando se trata del consumo privado. Las indicaciones sobre Ia duracién de ceultivo, desde la siembra-plantacién hasta la cosecha, son valores medios. Los tiem- pos pueden acortarse o alargarse, segtin la regidn, las condiciones de crecimiento, los caprichos del verano 0 sus propias costum- bres alimenticias: quien prefiera recoger sus judias cuando todavia son pequefias y finas 0 sacar el colinabo de la tierra cuando ain es un minitubérculo, naturalmente acabard de recolectar antes. Finalmente, hay que contar con que las plantas del huerto son seres vivos y, por lo tanto, a menudo nos encontraremos con sorpresas, buenas y malas. En caso de duda, el humor es siempre el mejor jardi- Helmut Jantra Desde que las plantas empiczan a brotar (bancal izquierdo) basta el momento de recager una abundante cosecha (derecha), el cultivo de bortalizas proporciona pequciias satisfaciones En las zonas rurales, es tradicional el cultivo de hortalizas en el jardin, aunque ya hace tiempo que las viejas casas de la- branza se han modernizado y miran a un mundo distinto desde grandes ventanas panoramicas. Como en otros tiempos, uno encuentra alli coles y apios, a veces inclu- so en los jardines delanteros, en compafifa de plantas de flor. En cambio, los jardines de la ciudad o de las afueras son_ més dis- tinguidos, y si se cultivan hortalizas, los bancales con las verduras se destierran a algan lugar donde apenas puedan verse o, si es posible, donde no puedan verse en absoluto. Calidad y sabor Naturalmente, también hay jardines, tal vez muchos, en los que la utilidad para la cocina se reduce a algunas especies, porque los supermercados y las grandes superficies, con su gigantesca oferta de productos frescos, satisfacen todas las exi- gencias. Sin embargo, al mismo tiempo, ‘estos templos del consumo nos ofrecen también la otra cara de la moneda: el pro- ducto es fresco —y eso puede atribuirse en parte a la moderna tecnologia frigorifi- ca. Pero zqué puede decirse de la calidad? El concepto de «calidad» se puede definir, pero sobre la cuestién del sabor las opi- niones difieren, y también hay diversos crtiterios sobre la medicién y la importan- cia que hay que dar a otras caracteristicas de calidad. dero, cultivados sin tierra con un procedi- miento de cultivo répido y cosechados verdes, no tengan ningin sabor, puede provocar nuestra irritacién, pero no nos hharin enfermar. Sin embargo, las lechu- as verdes de aspecto apetitoso envueltas en Kimina de plistico, que también han pasado su corta juventud en una jaula de vidrio, y que posiblemente almacenen ni- tratos perjudiciales para la salud, ya dan més que pensar. 2Y quién sabe cudntas pulverizaciones y de que tipo tuvieron que soportar todos estos productos tan seduc~ toramente dispuestos en los largos mos- tradores? Nosotros, como consumidores finales, no lo sabemos; no estabamos alli durante su cultivo. Lo que uno ha cultivado sabe mejor El caso es diferente cuando se trata de las hortalizas de nuestro jardin. Hemos presenciado su crecimiento y han recibi- do nuestros cuidados, hemos seguido su camino desde la plantula hasta la planta madura para la recoleccién y nosotros mismos hemos decidido lo que se debia hacer en las diferentes estaciones. Sabe- mos cémo se aboné, si la planta sufrié al- ‘guna enfermedad o la atacé algiin parisi- to, y, si fue asi, cuiles fueron y ecémo nos libramos de ellos. En el huerto de una casa no existe la produccién en masa, no se busca el maximo rendimiento a cual- quier precio, pero su propietario se vuel- ca.en el trabajo y esta satisfecho cuando todo ha salido bien. Es una verdad de Pe- rogrullo: lo que procede del propio huer- to siempre sabe mejor, 0, al menos, ésta es la impresin subjetiva. Existen, pues, buenas razones para no re- ‘munciar del todo a tener hortalizas en el jar- din, Sobre todo en primavera, uno deberia poder recoger verdura fresca directamente del bancal, aunque también en los meses si- uientes si hace una planificacién de culti- Un buerto com tradicién: algunos buertos de casas de campo hoy en dia nos parecen idilices, pero‘en tiempos mis dificiles tenian tena importancia vital en la alimentaciém de la poblacién campesina. 9 vos bien estudiada. De todos modos, sélo ‘unos pocos se atreverin a intentar un auto~ suministro completo con los productos del hhuerto, ya que para ello nuestros jardines son demasiado pequefios y el tiempo para trabajarlos demasiado escaso, ‘Ventajas ¢ inconvenientes del huerto Exist todavia otro argumento a favor de cultivar las propias hortalizas: la satisfaccién del cultivador, la alegria que proporciona la cexperimentacién y el interés por los pro- duetos novedosos y curiosos que no se ven den en las tiendas de comestibles y slo por casualidad se pueden encontrar en los mer- cados semanales. Cada vez. mas, se pueden comprar paquetes de especies de hortalizas exétieas para el cultivo propio, como ar- ruelle, habas de soja, pak cboi, diente de le6n o acedera, con las que vale la pena ha- cer ensayos. A esto hay que aftadir las varie dades que existen dentro de las especies in- dividoales; basta con pensar, por ejemplo, en Ia enorme cantidad de tipos de tomate que hay en el mercado, ‘Mientras que el cultivo comercial se li- mira a algunos cultivos seleccionados, que luego encontraremos sin nombre en los es- tantes de los supermercados, también la oferta de plantas de semillero en las tien- das y en los centros de jardineria esti cen- trada en una gama de clases corta. Quien disponga de un terreno para cultivar hor talizas puede comprar en el mercado semi- Ilas 0 encargar por catélogo las semillas es peciales y los cultivos menos conocidos que mas le gusten. El huerto requiere espacio y euidados Naturalmente, también existen argu- mentos en contra del cultivo de hortalizas 10 cn el jardin de a casa; si no fuera asf, no seria tan frecuente el «jardin decorativo puro». A veces esto tiene relacién con el tamaiio del terreno. Si la superficie dispo- nible es muy pequefia, lo normal es que ‘uno no se sienta inclinado a cubrir ese es- pacio con bancales de hortalizas. Esta pe- queiia superficie debe ser decorativa para que los visitantes contemplen las flores. Otro motivo para renunciar al huerto 0 limitarlo a unas pocas especies es que, en comparacién con los arbustos, las matas decorativas y las flores de temporada, las hortalizas necesitan més cuidados. Si en Jos macizos de flores y en los arriates en easiones se puede dejar el trabajo para otro dia, esa misma negligencia en el caso de las hortalizas conduce indefectible- mente a la pérdida de la cosecha y hace que resulte imitil todo el trabajo de siem- bray plantacién. Finalmente, alguien puede opinar que los colinabos, los rabanitos, las lechugas, los tomates y los pepinos son un obsticulo para el disfrute estético del jardin. En ese caso, el cultivo propio no tiene sentido, porque la oferta comercial cubre perfecta- ‘mente las necesidades diarias de verduras. Uno utiliza entonces el jardin como un re- fugio para cl tiempo libre; quiere un espa- cio verde y con flores, y hace lo necesario para conseguir este objetivo, pero encon- traria pesado escardar, regar, abonar y ‘ocuparse de luchar contra parisitos y en- fermedades en el huerto. ‘Todos estos argumentos son muy res- petables, pero, como contrapartida, las hhortalizas en el jardin no comportan nece~ sariamente un cultivo intensivo demasiado cexigente. No se trata, como ya hemos di- cho, de autosuministrarse durante todo el aio, sino de obtener alimentos frescos y ‘anos como productos adicionales, como uun «extra», sin olvidar las satisfacciones que da el trabajo en el huerto, La primera pregunta que se plantea es ecunto espacio hay que dedicar a huerto en el jardin? Si, como hemos comentado en el capitulo introductorio, no se preven- de el autosuministro completo sino pa y-se busca el placer de cultivar y cosechar las propias hortalizas, los célculos que se uti acho. sentido. La respuesta siempre estara rela cionada con la superficie de jardin dispo- nible, 10 habitwalmente no tienen Al elegr tn lugar para el buerto, la divi debe ser mucho sole, U La superficie Las estadisticas nos ofrecen datos sobre los kilos de tomates, pepinos, zanahorias, etc. que se consumen anualmente. A partir del consumo de hortalizas, se puede dedu- cir cuéntos metros cuadrados habria que dedicar, por especie y persona, al huerto del jardin. Sin embargo, estos cfleulos ma- temaéticos, que pueden tener sentido para los estadisticos, no tienen nada que ver con la realidad, tal como la vive el propietario de un jardin. En la prictica, &te se orientari en pri- mer lugar por el tamafo total del terreno, tendré en cuenta sus preferencias e inclina- ciones en cuanto a las plantas que quiere cultivar, pensari también en los gustos de |a familia, y s6lo después caleulari cuanto espacio va a destinar a huerto. bonito enrejado cubierto de plantas trepadoras delimnita el buertoy proporciona, ademas, proteccién contra el viento u Si nos orientamos s6lo por las estadisti- as, para el suministro parcial de hortalizas deberfamos disponer de una superficie de bancales de 30-40 m? por persona; es dle- ir, 120-160 m? de tierra de cultivo para una familia de cuatro miembros. ‘Cuanto menor sea el espacio disponible para el huerto, mas cuidadosos debersin ser 1a planificacién y el trabajo para aprove~ char al maximo los pequefios bancales. Si se quieren conseguir cosechas satisfacto- rias y resultados dignos en cuanto a cali- dad, se necesitarén algunos conocimientos biisicos sobre las plantas y la préctica del cultivo. En wlkimo término, también se trata de que el principiante consiga éxitos que le animen a realizar otros ensayos y le convenzan de que vale la pena trabajar en. el huerto. La situacién La gran mayorfa de las hortalizas nece- sitan todo el sol que podamos proporcio- narles. La frialdad de la sombra retrasa el crecimiento, debilita a las plantas —y con. ello las hace menos resistentes a los paré- sitos y a las enfermedades—, eleva el con- tenido de nitratos y reduce la produccién. Los lugares expuestos al viento y los ban- cales préximos a calles muy transitadas no son apropiados, porque las plantas se ve~ rian afectadas por los contaminantes del ‘Ademés, deberian evitarse los espacios alos que no llega ni un soplo de aire; por ejemplo, éreas cerradas entre paredes 0 setos muy tupidos. En este caso, después de llover, las plantas mantienen la hume~ dad durante més tiempo, lo que favorece la proliferacién de organismos perjudi- ciales. Ademés, a finales de invierno y prineipios de primavera, el viento frio no 2 de jar- din, Esto significa que el suelo debe ser arenoso-limoso, para que pueda retener el agua y las sustancias nutritivas, y tener una buena proporcién de humus, para ue los pequerios seres vivos de la tierra puedan desarrollarse; éstos, con su activi- ad, se encargarin de la captacién de las sstancias orginicas y de su transforma- cin en nutrientes que la planta pueda asimilar. Ademés, el suelo del jardin debe ser suficientemente permeable para que no se produzcan encharcamientos que dafien las rafces y el aire pueda Hegar a tas. La estructura general de la tierra se pue- El.suelo arenoso se desliza enore las dedos. — Con el suelo arcills, se puede formar tna masa compacta: la tierra tiene un tact fino y untuase, ——— ee Ores) EL suelo limoso también permite formar una ‘masa, pero, al abrir el puta, el terrén se desmoroa, de determinar mediante una prueba llama dda prueba de los dedos: * Suelo arenoso: se desliza entre los de~ dos y se notan las particulas granulosas. Los suelos de este tipo contienen pocas sustancias nutritivas, el agua y los abo- nos se escurren con rapidez y son lava dos enseguida. Mejora: incorporar mucho compost para elevar el nivel de humus, sembrar abono verde y afiadirlo después, y colocar una bastante el bancal. Por eso, es ‘mejor que al ao siguiente en el baneal de pepinos se coloquen pequeiios consumi- dores a los que, al menos al principio, les bastard con los restos de sustancias nutri- tivas. Naturalmente, esto s6lo es teoria para que se comprendan con claridad las rela~ ciones. En la prictica, los bancales, inc dos los previstos para pequefios consumi: dores, no se dejan como estan, sino que se les aportan nuevos nutrientes en forma de ‘compost, una capa de cobertera o con la siembra de abono verde. Pero si durante aiios se cultivan en el mismo baneal s6lo grandes consumidores, el abono orginico de este tipo ya no seré suficiente y la trans- resin de estas reglas del cultivo se ten- dra que pagar, como minimo, con un au- mento de los gastos para la compra de abonos. Los tomates son grandes consuamidores de mutrientes, que toman del suelo para la formacion cde la masa de boja y de ls ramilletes de frutos. ” Serie de cultivos La serie de cultivos es diferente a la su- cesién y la rotacidn de cultivos. En este caso, nos referimos al cultivo sucesivo en tun mismo baneal de diferentes especi durante un periodo vegetativo. Esta serie de cultivos se divide en precultivo, culti- vo principal y postcultivo. Un ejemplo seria: rabanitos tempranos como preculti~ la coliflor, que tiene un largo perfodo arrollo, como cultivo principal, y el milamores, que puede pasar el invierno n el bancal, como postcultivo. De este modo, teéricamente, se podria cosechar tres veces al aio en el mismo ban- ‘al. Pero como esto requiere un conoci- miento preciso de la especie apropiada y de los periodos de siembra y de plantacién y, 18 Un eultivo mixto cldsco:cebollas y zanaborias. ademés, mucha suerte con el tiempo, por regla general en el huerto del jardin se combina sélo el cultivo principal con un precultivo 0 un posteultivo y se obtienen dos cosechas. tes especies de hortalizas en un bancal o una superficie comin en hileras alternadas o in- cluso dentro de una misma hilera. Este sis- tema no estan sencillo como parece, pues se debe saber previamente que determinadas plantas se influyen mutuamente de forma positiva en cuanto a produe- i6n e incluso sabor, y que en cambio otras son poco compatibles. Ademés, hay que afadir que aproximadamente Ia mitad de ruestras especies de hortalizas se compor- tan de forma neutral (véase también Tabla de cultivos mixtos en paginas 104-105). Las plantas se ayudan 'No se sabe mucho todavia sobre la in- Auencia mutua (alelopatia) de las plantas, pero se ha demostrado que determinadas excreciones de raices y aromas de hojas 0 flores pueden provocar ciertos efectos en los cultivos vecinos y, sobre todo, y eso es lo realmente decisivo en el cultivo mixto, mantienen alejados a los pardsitos y hacen que remitan determinadas enfermedades. Un ejemplo que siempre se menciona es lh proteccién que ofrece el olor de las plantas de cebolla contra la mosca de la zanahoria, mientras que el aroma de las zanahorias, a su vez, repele a las moscas dela cebolla. Las malas compaiieros Es més ficil recordar las combinaciones menos adecuadas que las apropiadas o in- cluso neutrales, que son mucho mis fre= ‘euentes. No combinan bien, por ejemplo: * Cebollas y judias de mata. * Lechuga y perejil. * Hinojo y judias. * Coles y ajos. * Pepinos y rabanitos. Contradieciones Noes extrafio que no se deban cultivar juntos patatas y tomates, porque estas dos solandceas son. propensas a la podredum- bre de las hojas y la podredumbre marron. Pero, por ejemplo, en cuanto ala combi- nacién de pepinos y tomates, la literatura cspecializada ofrece tres versiones distin- tas: neutrales, incompatibles y compati- bles. Este tipo de contradicciones son muy frecuentes cuando se trata del cultivo mixto, 1 valor de la experiencia Con esto no pretendo en absoluto res- tar importancia a este método de cultivo, sino que trato de aclarar que estamos ha- blando ante todo de valores de experiencia ¥ raramente de conocimientos cientifica- mente probados. Pues, incluso lo que en el caso de un jardinero aficionado parece de- mostrado por afios de préctica de cultivo, posiblemente no dé buen resultado en unos- jardines més alla. El cultivo mixto no fun- ciona de forma automética cuando uno siembra y planta las hortalizas que supues- tamente combinan: hay que elegir, sobre todo, especies y clases que no interfieran ‘mutamente, vigilar que las que crecen ‘menos no tengan que estar agazapadas a la sombra de las més grandes antes de estar maduras para la recoleccién. Por eso hay que prestar especial atencién a que las distancias entre plantas e hileras sean co- rrectas. Dado que con especies diferentes situadas unas junto a otras no se puede se- guir la sucesi6n de cultivo de grandes y equefios consumidores, el suelo debe ‘mantenerse siempre rico en humus y Fertil ys si hace falta, los grandes consumidores se abonarsn separadamente con abono li- guido. Quien utilice este método debe saber, por tanto, algunas cosas —caracteristicas de crecimiento, exigencias y duracién del ccultivo— sobre las plantas que quiere cul- tivar en estrecha vecindad. Si esto se tiene ‘en cuenta, el cultivo mixto posee toda una serie de aspectos positivos que, al me- nos, deberfan animar a realizar algunos * Influencia beneficiosa en el suelo por la diversidad de plantas. *+ Cubrimiento permanente del bancal gue frena el crecimiento de las malas hiierbas, mantiene la humedad y favore- ‘ce que la tierra permanezca esponjada, * Menos parisitos por la reciproca auto- proteccién de las plantas. * Con un cultivo bien estudiado, se obtic~ nne una produccién relativamente gran~ de en un espacio pequefio. 19 Reflexiones précticas, necesidades cli- iticas 0, sencillamente, el gusto por la experimentacién han conducido a formas de cultivo que difieren del bancal plano corriente. Se sabe que el cultivo en colina ‘era practicado ya hace muchos cientos de afios en China, pero no sabemos cusndo y donde la no es mas que un montén de com- post muy grande, Cuando, algunos aiios después de la Segunda Guerra Mundial, se retom6 y se desarrollé esta idea, se publica- ron finalmente los resultados positivos y se transmitieron a los aficionados a la jardine~ ia amantes de la experimentacién. Fl ban- cal en colina coseché gran éxito, se conside- +6 como la solucién a todos los problemas de cultivo y pronto conquisté muchos jardi- nes. Actualmente, la euforia se ha reducido a ‘un bancal en colina con 6 afios de vida y ha dado paso a un tratamiento prictico de este concepto de cultivo. Realizacién del bancal en colina El momento més adecuado para hacer el montaje del bancal en colina es el otoio, porque entonces se puede obtener mucho ‘material orgénico del jardin que se necesi- taré después para el nicleo «duro» del bancal. En primer lugar, se abre una zanja con Ja profundidad de una laya, 1,50 a 1,60 m de anchura y la longitud que se desee, aun- que la experiencia aconseja que no sea in- ferior a 4m. En algunos casos, las plant se aprietan demasiado en la zona de unin de los costados y las caras estrechas, y la fancién del bancal —produccién elevada ‘con una superficie de base pequefia— se pierde. Las capas ‘A continuacién, esta zanja se lena con ‘material orginico grueso que se pudre con Aificultad, como recortes de lefa y del seto, partes lefiosas de las matas y ramas secas, todo cortado con una longitud de 40 em aproximadamente. Se debe trabajar de ‘modo que entre este micleo y el borde del hoyo todavia queden 50 cm libres, ya que el {grosor del monticulo aumentaré con cada nueva capa. Cuando se ha aleanzado una al- tura de 40 a 50 em, se apisona todo bien y se ccoloca la siguiente capa, constituida por pa- ines de césped con las raices hacia arriba. ‘Como alternativa —jquién tiene siem- pre panes de césped a punto!— se puede utilizar hierba cortada, paja cortada o dese- cchos de jardin con tierra mezclada de unos 15 em de grosor. El siguiente paso consiste en colocar una capa de 20 em de follaje huimedo; también en este caso existe un material sustitutivo: paja bien humedecida. Llegado a este pun- to, la forma semicircular de la colina ya de- beria ser reconocible. Sino es si se tendrn ue realizar correcciones en la pila. ‘La construccién interior del bancal con- cluye con una capa de 15 em de grosor de ‘compost grueso no cribado. El conjunto se cubre con una mezcla de buena tierra de jardin y compost maduro, también de 15 ‘em de grosor, que forma, junto con el com- post que se encuentra debajo, el suelo don- de crecerdn las races de los cultivos. Duracién limitada Debido al proceso de putrefaccién que, segiin la temperatura exterior existente, se pone en marcha de forma paulatina en el in- tetior del bancal, surge calor, que favorece el crecimiento de las plantas y permite un inicio algo més temprano en primavera de Jo que es posible en un bancal normal CCuanto mis se descompone el material en 1 curso del tiempo, mas plana se hace la curva de temperatura y més se desploma el monticulo sobre si mismo, hasta que, apro- ximadamente después de 6 afios, casi ha de~ saparecido por completo. Lo que queda es tuna capa gruesa de tierra rica en humus. Utilidad del baneal en colina ‘Como se puede sembrar y plantar en todo el contomno del monticulo, la superficie productiva es mayor que la superficie de ‘base, lo que supone un ahorro de espacio, Debido al desarrollo de calor ya la bue- Surco para riego Representaciin esquematica de un bancal en colina. La tela metlica lo protege de los tops, pero slo basta cierto punto, ya que éstes pueden penetrar también por los laterales. a ra permeabilidad del suelo, que al mismo tiempo permite que el oxigeno Megue a las raices en proporciones generosas, los culti- vos se desarrollan especialmente bien y cre- ‘cen muy sanos, lo que, tal como resaltan los practicantes del bancal en colina, también repercute positivamente en el sabor. ‘Ademés, los periodos frios de lluvia en verano no causan tantos problemas a las plantas del monticulo como a las de los bancales planos. En resumen, los bancales en colina tienen las siguientes ventajas inconvenientes. Ventajas ‘+ Empleo 6ptimo de la superficie total de cultivo con ahorro de espacio. * Adelanto del cultivo, y de la cosecha, de- bido al calor que desarrolla.. 2 EL bancal en colina es apropiado para la plantacién de cultivas mites. * Elcrecimiento rapido faci ccién de una serie de cultivos con una cleccién correcta de las clases. * Apenas necesita abonado. * Elevada produccién en relacién con la superficie de base. © Trabajo cémodo en la zona superior. * No hace falta remover la tierra ni espon- jarla en profundidad. Incontvenientes: * Elevado excedente de nutrientes debido a Ja putrefaccién en los dos primeros aos. Por eso, en ese periodo es conveniente cultivar grandes consumidores, como to- mates, pepinos, calabacines, apios y pue- ros, y evitar las especies de hortalizas que tienen tendencia a concentrar nitratos, por ejemplo, las lechugas, espinacas, pe- rejily remolachas coloradas. * Lavado de la simiente ocasionado por las uvias; en los dos primeros aos, has- ta que el bancal se ha hundido un poco y las capas se han estabilizado, es preferi- ble utilizar plantulas. * Peligro de desecacién ripida, porque el agua de Iluvia y de riego se escurre hacia abajo, pero la humedad del suelo no puede ascender a través del material poco apretado del miicleo; una regata que recorra horizontalmente el centro de la eresta ayuda a solucionar este pro- blema, y el riego por goteo lo elimina por completo. * Hlataque de ratones y topos através de los flancos desprotegidos es casi inevitable. El bancal elevado Basicamente se trata de un baneal en colina con una construccién que lo en- marca. Pero para la eapa inferior que se coloca en el hoyo de 40 a 50 cm de pro- fundidad, se emplea un material ain mis grueso que en el bancal en colina, hasta troncos y maderos cortados con la sierra y, si se desea, se pueden echar también periddicos viejos y trozos de carton. A continuacién, sobre una base de restos de plantas de 20 em de grasor se coloca una capa de 15-20 cm de altura de compost semimaduro, follaje o paja. La cubierta fi- nal esti formada por una mezcla de tierra de jardin y tierra de compost de unos 15 cm de altura. Medidas Como en el caso del bancal en colina, la longitud del bancal elevado también es ili- mitada, pero la anchura deberia ser la de un bancal plano convencional (1,20 m de ‘medida interna) para que se pueda alcanzar con comodidad el centro desde ambos la- dos. La altura recomendable es de 80 em. El material del revestimiento ‘Cualquier material que sea suficiente- mente estable para proporcionar un mar- co firme para el contenido dispuesto en capas es apropiado para el revestimiento del baneal: barras de madera tratadas contra la humedad, maderos, traviesas de ferrocarril, ladrillos 0 bloques huecos para la construccién, traviesas de hormi~ ‘g6n, ete. Segiin la longitud del bancal y el material de revestimiento, se tendrin que colocar refuerzos 0 postes de soporte cionales. El baneal elevado ‘como invernadero Gracias a su forma de construccién, es- table y rectangular, el bancal elevado se puede transformar en un invernadero mé- vil con un poco de habilidad manual, do- tindolo de una eubierta de lamina de plis- tico que se pueda retirar con rapidez. Entonces, se podrin cultivar hortalizas tiempo y madurar totalmente. La proteccién contra los ratones Alcontrario que los bancales en colina, el bancal elevado se puede proteger de tuna forma muy efectiva contra la visita de los ratones de campo y los topos. En pri- mer lugar, hay que tapar bien las grietas para evitar una entrada desde los latera- les, y en segundo, una tela metilica de ‘mala fina servirs como proteccién frente a los visitantes indeseables si, después de abrir el hoyo en el bancal, se coloca sobre la base y se estira hacia arriba hasta el ini- cio del revestimiento que delimita el ban- cal. Esta protecciGn contra los ratones es muy recomendable, porque los animales, una vez. se han instalado en el cdlido y confortable baneal y tienen ante sus nari- ces la mesa puesta, pueden acabar con todo el esfuerzo de construccién del ban- cal y con la esperada cosecha 23 Verduras de invernadero ‘Antes, la alciga se calentaba con abo- no de los establos para hacer mas ficil el cultivo de las hortalizas. Este sistema, am- pliamente utilizado por los horticultores, sigue siendo stil hoy, aunque la «cama de estiércol> ha dado paso a la calefaccién de suelo. Gracias a la técnica moderna, los in- vernaderos han experimentado tantas me- joras para facilitar el cultivo, que el jardi- nero aficionado ya puede cultivar verduras en él casi como un profesional. A esto hay que afadir la aparicién de los productos de la industria del plistico, liminas de plisti- ‘co de todo tipo y para toda clase de funcio- nes, pesos ligeros finisimos de fibra artfi- ial con ventajas especiales. La almaciga Existen almécigas en distintas versio- nes, con diferentes medidas y precios, pero la construccidn personal de un ban- cal més grande siempre resultaré. més econémica y no es demasiado complica- da, especialmente si se pueden utilizar ventanas procedentes de la rehabilitacién de una casa antigua. Incluso si el bancal se emplea slo como una «cama frfa», es de- cir, sin calefaccién, se pueden cultivar verduras poco sensibles al frfo hasta 4 se- ‘manas antes de lo que seria posible al aire libre. ¥ del mismo modo se alarga el cul- tivo hasta finales de otofio. Una cubierta de Kimina no tejida —tipo geotextil— adicional, que deje pasar la luz y el agua, alargars el periodo de empleo o protege- 4 frente a la irrupci6n inesperada del fro. ‘La alméciga tiene una importancia es- pecial para el cultivo de verduras que nece- sitan calor, como pepinos, melones, beren- jenas, pimientos y tomates. En las especies que crecen muy altas, hay que retirar las 4 Para el cultion de plintulas, un pequeiio ‘nvernadero ofrece muchas posibilidades. ventanas en cuanto las plantas tropiezan ccon el cristal 0 colocarlas levantadas sobre listones fuertes hincados en el suclo. Ad ‘més, un bancal de este tipo es particular- ‘mente apropiado para el cultivo de plintu- las, y en otofio ¢ invierno, puede utilizarse como almacén para coles y hortalizas de raiz. carosa si se amontonan hojas en los lados y se tapan las ventanas con esteras de cafia 0 de paja. El invernadere En este sector, la variedad de modelos es enorme, pero dentro de esa. gama, las construcciones de marcos metilicos lige- ros con tejado a dos aguas s6lo presentan diferencias en los detalles. Junto a los no tan usuales, y en especial para el cultivo de verduras mis bien poco pricticos, pabello- nes poligonales, se pueden encontrar tam- bién invernaderos adosados con techo de tuna sola vertiente. Estas instalaciones es- ttin pensadas para el cultivo junto a una de las paredes del edificio, y son absoluta- mente recomendables debido al ahorro de calefacci6n, en particular cuando ademas falta espacio en el jardin. El tipo de cubierta generalmente pue- de ser elegido por el cliente. Hay que dis- tinguir entre: * Vidrio brillante de jardin totalmente ‘transparente. * Vidrio claro de jardin con superficie tra- ‘mada, que no permite que se vea a través pero produce una luz difusa favorable para el cultivo de plantas. * Acristalado aislante de doble vidrio, que no es barato y tiene un peso considera ble; sise rompe una de estas lunas, susti- tuirla sale caro. * Placas de doble o triple cémara, forma- das por placas de plexiglés unidas me- diante traviesas; permiten una aporta- cién de luz. suficiente, proporcionan tun buen aislamiento térmico y pesan poco. ‘+ Acristalado combinado, en el que se eli- gen materiales distintos para la cons- truccién del techo y los laterales. Hay que tener en cuenta que como en ‘nuestro pais la cantidad de luz para cultivar hortalizas es més que suficiente, incluso excesiva, son preferibles los materiales transhicidos a los transparentes, para no tener que afiadir un sombreado. EX imvernadero de limina de plistco Desde hace muchos afios, se utiliza una forma especial de invernadero de limina de plistico muy adecuado para el cultivo de hortalizas. Los fabricantes dan cuatro aftos de garantia para sus modelos de limi- nna de plistico para jardineria de polietileno estabilizada para los rayos ultravioletas, pero calculan una duracién de 6 a 8 afios. La construccién de sostén esti constituida por tubos de acero galvanizados, lo que no sélo proporciona ligereza a los invernade- ros, sino también una gran estabilidad. Y en las primeras semanas de la primavera y del otofio, se puede conseguir un aisla- miento adicional mediante la colocacién de la llamada lémina de cojin de aire, que también se puede instalar como material aislante en los invernaderos. ‘También los invernaderos de limina deben tener vemtilaciin. ‘Sugerencias ‘Unos breves consejos para el cultivo de hortalizas en invernaderos de vidrio 0 de lamina de phistico: © El lugar debe ser tan soleado como sea posible y no ha de estar demasiado aleja- do de la vivienda; hay que dar preferen- cia a la orientacin norte-sur, ya que roporciona un aprovechamiento 6pti- ‘mo de la huz. * Es indispensable que existan posibilida- des de aireacién suficientes, como ven- tanas laterales en el techo, pero se pue~ de prescindir de las instalaciones de sombreado para empleo exclusive en el caltivo de hortalizas; también se puede ‘montar un elevador automatico de ven- tanas muy prictico. 25 26 elinvernadero debe tener calefaccién, ces necesario que el aislamiento térmico sea el mejor posible. iNo compre ningtin minimodelo! Una vez en funcionamiento y después de las primeras experiencias, cualquier invernadero le parecera demasiado p quefio para todo lo que querri colocar en él En el exterior, todo esta pelado todavia; pero en el inrvernadero, las lechugasy ls espinacas ya prometen tna cosecha inmediata + Todos los fabricantes ofrecen como ex- tras estantes encajables y colgantes, site mas de riego y de aireacién o ventilacion, calefacciones para invernadero, aparatos suplementarios controlados cléctrica 0 ¢lectrénicamente y muchas otras cosas. Al empezar a trabajar en el invernadero, es preferible que adquiera slo lo que le pa- rezca realmente necesario. Con el tiem- po, descubriré sin dificultad por s{ mismo qué tipo de complementos téenicos le pueden ser de bortalizas como los rabanites, Limina de plistico Estes materiales se aplicaron primero en la agricultura y muy pronto se introdu- jeron también en los jardines domésticos. Si se busca un adelanto de las cosechas y proteccién contra el frio, los huertos del jardin resultan ya inconcebibles sin estas iminas de polietileno (PE), que, debido a la radiaci6n solar ultravioleta, tienen una duracién limitada. De todos modos, se puede prolongar su empleo si, una vez usa dos, los rollos se guardan limpios en una habitacién escura, ‘Tiineles de limina Los tiineles de kimina, que, segtin las necesidades, se montan en cualquier lugar del jardin o se sian sobre cultivos ya exis- tentes, han demostrado ser muy practicos, Existen diferentes modelos ala venta, pero en cualquier lugar del jardin. tampoco el montaje personal, con algunos cones de madera sobre las que se tensa la émina, plantea ningin problema. Lo tini- co importante es que la construccién se realice de tal modo que en todo momento quede garantizada una ventilacién sufi- ciente. Entonces, el tinel puede permane- cer sobre las plantas a lo largo de toda la duracién del cultivo, Cubierta plana Al contrario que los tineles, las cubiertas de plistico planas deben ser retiradas de los caltivos cuando las temperaturas.diurnas ‘empiezan a ser més elevadas. Aunque las épocas de siembra 0 plantacién se corres- pponden con las del cultivo no protegido, la Tiineles de limina de distintos tamartos se pueden instalar con faclidad 27 temperatura més elevada del suelo bajo lacu- bierta,unida a la humedad del aire, favorece Ja germinacién y araigue de ls plantas. Esta hhumedad del aire elevada impide que las de- Jicadas planttas de semillero puedan resultar datiadas por la radiacién solar y, por ese mo- tivo, en primavera hay que procurar, me~ diante un riego suficiente, que el suelo siem- pre esté Inimedo. Retire los rollos sélo cuando el cielo esté cubierto, para que los caltivos no sufran ningiin sbock solar. Las léeminasy sus funciones En las tiendas se pueden adquirir las si- guientes Miminas de plistico especiales para jardinerfa, que son las vnieas que de~ berin utilizarse en el huerto: ‘Lamina transparente agujereada, de PE, con 500 agujeros por m aproximada- mente. Como no es suficientemente per- ‘meable para la Ilwvia y el agua de riego, se debe recoger el rollo para que reciba el agua. ‘Lamina de crecimiento, también de PE, con 30.000 ranuras por m’. La kimina es empujada hacia arriba por las plantas ‘que crecen, con lo que las ranuras se van ensanchando y cada vez dejan pasar més luz y més agua. Por eso este material pue- de permanecer més tiempo sobre los culti- vos que la limina agujereada, Lamina de cobertera, de PE tefiido de negro. Sirve como cubrimiento del suelo en los culkivos de fresas, pepinos, calabacines, berenjenas, pimientos y tomates; asi la tie- sa situada por debajo se calienta mas depri- say no se embarra, la humedad permanece durante mis tiempo y se reduce la aparicién de malas hierbas. Para plantar, se hacen en Ja Kimina, en los lugares prevists, cortes en cruz a través de los cuales se riega y se abo- na; si es necesario, con abono liquido. La ki- ‘mina de cobertera permite un adelanto de a cosecha y, en ocasiones, un aumento consi- derable de la produccién. 28 Lamina no tejida de fibra ‘Ya nos hemos referido anteriormente a las caracteristicas de este tejido plistico: permeabilidad al agua, a la luz. al aire, y peso extraordinariamente reducido. A esto hay que afiadir su resistencia a las incle- ‘mencias del tiempo y a la putrefaccién, que contribuye de forma sustancial a una ma- yor duracién del material. La. influencia ‘beneficiosa para los cultivos de hortalizas que crecen bajo este material iguala a la de la limina de plistico, pero tiene una venta- ja decisiva con respecto a ésta: cuando hie~ la, la humedad que se encuentra en el teji- do se congela y se forma una finfsima pelicula protectora que resguarda a las plantas del frio; de este modo, pueden s0- ortar temperaturas de hasta siete grados bajo cero. Debido a su ligereza y a su per- meabilidad, dicho material puede perma necer més tiempo sobre los cultivos, yen ‘especies bajas, como las lechugas y los ra- banitos, incluso hasta la recoleccién, La limina no tejida tiene la gran ventaja de que dja pase el agua yo aire; ademas, free cera protein contra ls beled. ‘Cuando se hojean viejos libros y revis~ cosas. Aunque sf es cierto que algunas se hhan hecho més sencilla, ya que el merca- do ofrece actualmente una amplia gama de recursos y aparatos que antes no exis- tia. Tampoco la adquisicion de semillas y plantas de semillero, que en otros tiem= pos era un auténtico problema que slo se resolvia, hasta cierto punto, mediante el intercambio con los vecinos 0 con la pro- pia cosecha de semillas, plantea hoy difi- cultades. Y a esto hay que afiadir los éxi- tos de la seleccidn de cultivos, que nos proporciona clases cada ver. mas resis- tentes a las enfermedades y una gran va- riedad de novedad=> 0 de viejos cultivos mejorados. Preparacién del bancal Si te6ricamente el bancal de verduras puede tener cualquier forma que se desee —oval, poligonal, cuadrado, en forma de estrella o con cualquier disefio que pueda encontrarse dentro de un jardin orna- ‘mental—, en la préctica se han manteni- do los rectangulares, con bancales sepa- rados entre sf por un sendero de 30 cm de ancho. La longitud depende del espa- cio disponible y de la distribucién pla- nada, y la anchura no deberia superar los 1,20 m, porque el centro del bancal debe ser accesible a las manos desde ambos la- dos. Para que los bordes no sean sinuo- s0s y oblicuos, y como orientacién es mejor tender un cordel al apisonar el sendero. El efecto de las heladas ‘Mientras que los bancales se preparan en primavera, inmediatamente antes del primer cultivo, el trabajo en los suelos pe- sados se debe realizar ya en el otofio. En esta época, hay que remover la tierra profundidad de la laya como sinica posil lidad de conseguir un suelo esponjado y ‘desmenuzable apto para el cultivo de hor- talizas, y, en este sentido, las heladas pro- porcionan una ayuda valiosa provocando 1a rotura de los terrones gruesos que han ftedo temcesn El cendido debe ue se plantea a veces sobre la necesidad de remover la tierra no tiene, por consi- guiente, razén de ser cuando se trata de suelos pesados con gran proporcién de ar- «ila. ‘Como este tema a menudo se discute ids bien de forma emocional en lugar de ‘ofrecer una exposicién fundamentada, a alrespecto. El suelo vive Un jardinero que cuide su suelo ¢ intente transformarlo, mediante un tra- bajo al principio duro y laborioso, en un suelo fértil, rico en humus, desmenuza- ble y bien aireado, a largo plazo obtendré mis ‘con sus verduras que el vecino que trabaja con cémodos abo- nos minerales, No les falta razén a los jardineros biol6gicos y naturales cuando ‘ven al suelo como un organismo vivo, cu- yas funciones y estados hay que preser- var. Pues, cada puftado de buena tierra de jardin acoge millones de seres vivos en forma de microorganisms, a los que se unen todavia en el bancal fértil del huer- to otros mis organizados, como ciem- cee NeiRan te ements loro da coledpteros y, naturalmente, lombrices. 29 Por regla general, silo esimprescindible Tevantar la tierra en sueas pesados y mary compactos; en este caso, las beladas som una ‘ayuda para el trabajo del bortculto. Todos ellos contribuyen a su manera a que las materias orgénicas que se encuen- tran en la capa superior de Ia tierra se descompongan y se transformen en sus tancias nutrtivas para las plantas. Este tipo de suelos fértiles, ricos en hu- rus, son también necesariamente espon- josos y permeables. , cen que las sustancias nuttitivas se presen- tan combinadas en forma natural. Aparte del compost de jardin y del estiércol de es- tablo o el estiércol liquido, también exis- ten otros abonos comercializados de este tipo, como Ia harina de sangre, de huesos ‘ode cuerno, el auténtico guano proceden- te de los depositos de excrementos de pii- jaros marinos, ricino triturado, estiércol seco de vacuno o de aves de corral, yalgu- nos otros. (Com cada casecha, se retiran sustancias mutriticas del suelo; pores, a largo plazo, el abonado 34 resulta imprescindible para mantener el nivel de nutrients. El abono verde también se incluye den- tro de este concepto y, en sentido amplio, también la cobertera, porque el cubri- rmiento con materiales orgénicos, al. pa- drirse, cede sustancias nutritivas al suelo. Por regla general, los abonos orgénicos aumentan de forma paulatina, pero luego se mantienen durante mucho tiempo, porque antes deben ser transformados en sustan- cias que, previamente elaboradas por los seres vivos del suelo, sean asimilables para las plantas. Como desde los microorganis- ‘mos que viven en la tierra, y la hacen des- ‘menuzable y fértil, hasta Ia lombriz de tie- ra necesitan un aporte constante de sustancias orgénicas para entrar en activi- dad y mantenerse activos, el abonado na- tural supone también un tratamiento de mejora del suelo. Debido a que la proporcién de nitrége- no, fsforo y potasio presente en las sus- tancias de base orgénicas individuales no es homogénea, los abonos naturales comer- cializados suelen ser mezclas que aseguran ‘un suministro de todos los componentes necesarios. Las viruras de sangre y de cuer- no, por ejemplo, son muy ricas en nitrége- no, pero no contienen fésforo ni potasio, mientras que la harina de huesos tiene un contenido de nitrgeno relativamente bajo y, en cambio, presenta un porcentaje ele~ ‘ado de Fosforo. La afirmacién de que las sobredosifica- ciones en la aportacién de abono son pric- ticamente imposibles con sustancias orga- nicas puras es vilida para el compost ‘maduro y los abonos comercializados, pero no para el estiércol animal fresco. En este caso, se pueden producir perfectamente so bredosificaciones, y sobre todo, dafios por especialmente con el estiércol de gallina, con un gran contenido de nitré- geno, fésforo, potasio y calcio. Con los productos secos comercializados no existe tanto riesgo. El eamino més seguro para aprovechar el estiércol de establo es el compostaje. Abonos orgénico-minerales Se trata de una mezcla de abonos orgi~ nicos y de sales fertilizantes minerales, so- bre todo de potasio, que falta en los abonos orginicos puros. Como el abono basado exclusivamente en sustancias naturales sélo empieza a actuar cuando el suelo, con los microorganismos que viven en él, se ha calentado, las combinaciones de sustancias nutrientes orginico-minerales pueden ser ‘entajosas particularmente para los culti- vos tempranos. La funcién de las sales fer- tilizantes solubles en agua, que las plantas utilizan enseguida, es asumida y continua- amis tarde por los componentes orgi «0s del producto, Abonos minerales Estas sales de abonado fabricadas in- dustrialmente y solubles en agua ofrecen la ventaja de que no tienen que ser transfor~ madas primero, como las sustancias orgié- nicas, en sustancias nutritivas que puedan ser asimiladas por las plantas, sino que in- ‘mediatamente después de aportarlas estén a disposicién de las raices. Sin embargo, sto también implica que se deben seguir de forma bastante estricta las indicaciones del fabricante para evitar un abonado ex- cesivo, En el hucrto, se utilizarén sobre todo abonos completos, que contienen, tuna mezela equilibrada de N, P y K, y ge- neralmente también de magnesio (Mg) y oligoelementos, por eso se designan por el nombre de abonos NPK. Para trabajar con abonos individuales que contienen s6lo nitrégeno, potasio 0 fésforo, se nece- sita un buen conocimiento de Ia alimenta- ci6n de las plantas, de sus posibilidades de asimilaci6n y de sus necesidades de nu- trientes; pero, sobre todo, debe realizarse un andlisis preciso del suelo que permita ver cuales son los déficit o los excesos de nutrientes. 35 El efecto de los nutrientes individuales La importancia del efecto combinado de los principales nutrientes individuales para 1a vida de las plantas se pone de manifiesto cuando se conoce su forma de actuar. E1 ni- se necesita para el crecimiento de las hojas y del talo y para la formacién de tuniones proteinicas. Un exceso de nitrége- ‘no esponja los tejidos; ls plantas pierden es- tabilidad y son propensas a ser atacadas por las enfermedades y los parisitos. El fésforo, en cambio, es decisivo para la formacién de flores y frutos, y por eso predomina en los abonos completos para flores. El potasio, finalmente, regula el contenido de agua de las plantas, refuerza el tejido y esta involucrado en la forma- ibn de hidratos de carbono, Como la ne- cesidad que tienen las plantas de los tres fertilizantes individuales no es uniforme, al jardinero aficionado le resultaria exce- aivamente complicado preparar bien las ‘mezclas. Plantas y suelo Si tenemos a nuestra disposicién una gran variedad de abonos minerales prepa- rados en los que s6lo varfan las proporcio- nes de las principales sustancias mutrientes, epara qué necesitamos la preparacién del compost, el abono verde 0 la cobertera? para qué queremos utilizar abonos liqui- dos de plantas y abonos orginicos comer ciales? La respuesta a estas preguntas tiene que ver con el medio ambiente y la ecologia, la proteccién de la naturaleza y la propia sa- ud. Lejos de condenar en bloque los abo- znos minerales como si fueran obra del de- monio», tal como ocasionalmente hacen algunos jardineros bioldgicos, debemos convencernos, sin embargo, de que la apor- tacién regular y exclusiva de sales de abo- nado conduce ala larga, a través del empo- 36 brecimiento del suelo, a la disminucién de muestros jardines y huertos. ‘Ademis, debemos dedicar unas palabras al nitrégeno, que es asimilado predomi- znantemente por las plantas en forma de ni- ‘rato. Dado que este nitrato se puede trans- formar en nuestro cuerpo en nitrito 0 en nitrosamina, perjudiciales para la salud, de~ beriamos evitar un abonado excesivo con nitrégeno. Hay que tener en cuenta que tuna situacién de oscuridad excesiva pro- rmueve, especialmente en las hortalizas de hoja, la concentracién de nitratos, por eso hay que ser precavido en el cultivo de le- ‘chugas bajo vidrio, que crecen con una aportacién més baja de luz. Para mantener bajos los niveles de nitratos, se debe pres- cindir de un abonado muy nitrogenado a partir de la cuarta semana antes de la cose- ‘cha. Y para que el nitrato se pueda des- ‘componer a lo largo del dia, es recomenda- ble cosechar las verduras, en general, sélo en las iltimas horas de la tarde. ‘Mantener la vida del suelo ‘Tanto si son rabanitos y lechugas como pepinos y tomates, bésicamente es indife- rente la forma en que se les ofrezca el ni- ‘trégeno, el fésforo el potasio. Pero el sue~ lo en tomo a sus raices esté animado por ‘una vida muy variada y es sensible a todas las acciones y omisiones del horticultor. Esta vida debe mantenerse, y esto, sen- cillamente, no se consigue con las sustan- para dife- rentes males. En este aspecto no ha cam- biado nada, y hoy en dia se venden pastillas, {que contienen las sustancias de este bulbo. Otros bulbos —s6lo hay que pensar en el cebollino o el puerro—, se cuentan entre las plantas aromiéticas u hortalizas més co- rrientes del huerto del jardin, En el cultivo biolégico se considera que las cebollas y Gebollas puestas a secar después de la cesecha. los ajos proporcionan defensas contra en- fermedades y parisitos. Desde el punto de vista botinico, las hortalizas de bulbo pertenecen a la familia de has iliéceas. Cebolla de cocina (Allium cepa var. cepa) Las cebollas se pueden cultivar de dis- tintas maneras y, con un cultivo escalona- do, podemos disponer de ellas durante casi todo el afio. Exigencias: Las mejores condiciones para 1 cultivo de cebollas son una situacién a pleno sol y un suelo més bien ligero, per- meable, esponjado a suficiente profundi- dad y alimentado con abonos orgénices. ‘No es apropiada una tierra fra lodoso-ar- ” cillosa que tienda a encharcarse. No nece- sita mucha agua, pero en el periodo seco es necesario regar de modo que el agua pene tre bien en la tierra Cultivo de plintulas: siembra bajo vidrio oven el alféizar de la ventana en febrero; plantacién al aire libre, en abril. Siembra ‘temprana: a partir de finales de marzo con ‘una distancia de 25 cm entre hileras; entre- sacar en la hilera a 25 em. Cebollas de invierno: siembra en la segun- dda mitad de agosto en hileras a 25 cm; en- tresacar en la hilera a 25 cm sélo en prima- vera, més o menos a partir de mediados de ‘marzo, a 8-10 cm. Cebollas de plantacién: plantacién en la segunda mitad de agosto en hileras separadas entre si 25 em, y en la hile- 1a, 8-10 om. Las cebollas de plantacién de- ben tener aproximadamente el tamaiio de ‘una avellana; los ejemplares mayores tien- den a espigarse. Si slo se dispone de ejem- plares grandes, éstos deberin someterse a tun tratamiento de calor a 30°C una semana antes de la plantacién, para reducir esta ten- dencia. También puede cultivar uno mismo sus cebollas de plantacién. Para ello tiene que sembrar en el bancal a mediados de ‘marzo, con una separacién entre hileras de 15 em, y cosechar a principios de junio. En- tonces, as pequeiias cebollas, que se han co- Jocado unas junto a otras sin abonado, se ha- brn desarrollado y se podrin conservar hasta la primavera en un lugar frio y seco. De las cebollas tardias de invierno sélo se aprovecha el aromético follaje. Siembra al aire libre en abril © agosto en hileras a 25 em; en la hilera, a 10 em. Co- secha a partir de junio-julio 0, en las siem= bras tardias que pasan el invierno, a partir del inicio de la primavera. Si se corta con moderacién, de modo que las plantas pue- dan seguir creciendo sin. problemas, se puede cosechar de una forma continuada. Recoleccién: de siembras tempranas, en 78 agosto-septiembre. No es recomendable, en contra de lo que a veces se dice, apisonar Ia parte de hoja de la cebolla para conseguir tuna cosecha més temprana, porque esto perjudica su capacidad de almacenamiento, Es preferible esperar a que el follae se mar- chite por si mismo para Las cebollas de plantacién de cultivo en primavera estin maduras a partir de ju- nio aproximadamente; las primeras cebo~ as de invierno, en ocasiones, ya se pue~ den utilizar en la cocina en abril Para completar este panorama, hablare- ‘mos atin de las eebollas de plantacién de invierno, de aparicién bastante reciente. Este cultivo, sin embargo, resulta caro, de~ bido a la necesidad de una proteccién para el invierno y tiene, ademés, un cierto riesgo. Se planta el bulbo hacia finales de septiem- brea una distancia de 26 x 6 em; antes de las primeras heladas hay que aporcar. Adicio- rnalmente, es recomendable una proteccién ‘con lefia menuda y, a principios de la pri- ‘mavera, con una cubierta de lamina no teji- dda, Cosecha a partir de mediados de mayo. Chases de cebollas de siembra de prima vera: Stuttgarter Riesen, Bimenféirmige, Juwarund; cebollas de invierno: Express Yellow, Weisse Frihlingszwiebel Senshya Yellow; cebollas de plantaci6n: Stuttgarter Riesen, Bimnenférmige, Juwarund; cebollas de plantacién de invierno: Presto, Romy. Chalota (Allium cepa var. ascalonicum) ‘Las chalotas no forman cebolla, sino un tallo engrosado, que, como las hojas, gene- ralmente se utiliza como un ingrediente para mejorar el gusto de los platos. Exigencias:iguales a las de lacebolla comin, Cultivo: habitualmente, se plantan bulbi tos de reproduccién en marzo-abril a una distancia de 15 x 15 cm. Una segunda po- sibilidad del cultivo es la siembra directa al aire libre, igualmente en marzo-abril, en hileras con la distancia final que ya hemos ‘mencionado después de hacer un acarado de las plantitas. Recoleccién: la cosecha se inicia en julio con el marchitamiento de las hojas, pero el follaje verde también se puede cortar antes cen pequeiias cantidades para utilizar como condimento. Clases: no hay oferta de clases especiales de bulbos de reproduecién; semillas bajo el nombre Hibrides Creation Fi hij Puerros Herbstriesen. Puerro (Alin porrum var. porrum) Se distingue entre puerros de verano, de ‘rofio y de invierno con distintas épocas de Exigencias: para el cultivo de puerros es importante un lugar soleado y un suelo profundo, esponjado, rico en humus y que retenga bien el agua sin encharcamiento. EB] abonado deberia ser orgénico, bien con el estiércol de establo incorporado en otofio o con abundante compost en pri- mavera. Debido al largo tiempo de culti- vo, pueden ser necesarios abonados pos- teriores con abono liquido de plantas 0 estiéreol seco disuelto en agua, y también aportaciones de harinas de cuerno, sangre y huesos. Cultivo: los puerros de verano se siem- bran en almaciga o en tineles hacia media- dos de febrero, y se plantan en el bancal a mediados de marzo; en ocasiones, se nece~ sita un cubrimiento con kimina de plistico ‘© Kamina no tejida, y en todo caso siempre sera mas seguro, La distancia entre plantas es de 30 x 15 cm. El puerro de otoiio se siembra a principios de abril directamente cen el bancal con una distancia entre hileras Com la aporcadtra de los puerro, se consigue que étos. permanezcan blanco. 7” de 30 em, y se entresaca a 15 em. El pue~ rro de invierno se siembra en junio al aire libre y luego se planta desde finales de ju- lio hasta mediados de agosto. Las plantas se deben aporcar antes de que empiecen las heladas y adicionalmente se deben cubrir con lefia menuda 0 una lémina no tejida. Recoleccién: los puerros de verano se cosechan a partir de junio, y los puerros de oto, « partir de septiembre y hasta diciembre; los puerros de invierno se pueden cosechar hasta la primavera Clases de puerros de verano: Bavaria, Titan, Tropita; puerros de otoio: Herbstriesen, Elefant, Carentan; puerros de invierno: Blaugriiner Winter, Genita, Winterriesen. Ajo (Allium saticum var. sativum) Esta hortaliza de bulbo con dientes aro- miticos y medicinales, no apreciada por todo el mundo, alcanza I'm de altura con el tallo de floracién. Exigencias: para que el ajo vegete bien necesita un lugar cilido, soleado y prote~ ‘gido, y un suelo nutritivo y permeable; la tierra compactada conduce ficilmente a fracasos. Cultivo: los dientes se plantan en febrero ‘en septiembre-octubre en hilerasa 20 cm de distancia, y a 10-15 om, en Ia hilera Para la plantacién tardia que pasa el invier- no en el bancal es mas seguro colocar una proteccién de lefia menuda. Recoleccién: a partir de finales de junio, cuando el follaje amarillea, se pueden sacar has plantas del suelo. Los ajos se conservan en un lugar aireado y seco, reservando tam- bign algunos dientes para el cultivo propio. El ajo de cultivo tardio (plantacién de oto- maduira un poco antes. 80 Clases: no se ofrecen clases con nombre; por eso se deberian reservar dientes de es- pecial calidad de las plantas propias para el caltivo sucesivo. Cebollino (Allium schoenoprastem) El cebollino también se podria incluir perfectamente en el apartado «Hortalizas plurianuales», pues la mata ofrece buenas ccosechas durante dos o tres afios y después se puede rejuvenecer por divisidn. Exigencias: las plantas vegetan en cual- «quier buen suelo de jardin bien esponjado cen profundidad, también a media sombra Como las necesidades de nutrientes son bastante elevadas, se deberia incorporar abundante compost en primavera. Cultivo: la siembra al aire libre eon una proteccién de limina no tejida para conse- guir una germinaciGn ripida— se puede realizar ya en febrero; luego, las plantitas bien desarrolladas se recogen formando ‘manojos de 10-2 20 unidades y se plantan con una distancia de 25 x 25 em en su en plazamiento definitivo. En marzo, también se pueden dividir los cebollinos que ya cexistan y plantarlos de nuevo a la distancia indicada. Recoleccién: segtin la fecha de la siem- bra, a lo largo del verano, cuando las plantas ya son vigorosas y han desarrolla- do suficientes hojitas. El cebollino para brote de invierno no se ha de cosechar y debe cuidarse especialmente bien, es d cir, ha de regarse cuando esti seco y vol- ver a abonar ocasionalmente; Inego, las plantas se sacan del suelo antes de que lle- guen las heladas y se dejan en el bancal hasta que estin completamente heladas. En casa, el montén se coloca durante unas horas en un baiio de agua a 30-40 °C, lue- 0 se meten en potes y se sittan en un In- gar templado y con buena luz. Clases: Hilds Polycross, Sperlings Gro- lau, Wagners Fero. Cebullino. Ajo cebollino (Allium tuberosum) Esta planta aromitica plurianual de 40- 50 cm de altura tiene hojas tubulares apla- nadas con aroma a ajo, y puede aprove~ charse como el cebollino, Exigencias: iguales a las del cebollino, Cultivo: se siembra de marzo a mayo en pequerios hoyos al aire libre, con una dis- tancia de 20x 20 em, Mediante un precul- tivo en un espacio protegido, se puede ace- lerar su desarrollo, Recoleccién: la primera cosecha se reali- za, segiin las fechas de plantacién o de iembra, en los meses de verano hasta cl fi nal de éste; en los afios siguientes, se puede cosechar antes que las plantas ya exis- tentes. Clases: Sperlings Knolau. Ajo cebolino Legumbres Las leguminosas o papilioniceas y, sobre todo, las judias, son una de las plantas co- mestibles més importantes en la alimen- taci6n humana. Las lentejas, que hoy en dia ya no se encuentran en los huertos familiares, se cultivaban en el antiguo Egipto hacia el 3000 antes de Cristo. La judia aparece entre nosotros como planta de cultivo en la Edad Media, pero ha siglos que era conocida entre los indios sudamericanos. Los guisantes probable~ mente se extendieron a Occidente proce- dentes de Oriente Préximo, donde parece que eran conocidos desde tiempos inme- moriales. Los guisantes y las judias son importan- tes para la alimentacién por su clevado contenido de proteinas e hidratos de car- bono. El hecho de que las judias de mata, de enrame y escarlatas, se consuman excli- sivamente cocidas, no es sdlo cuestién de _gusto: las semillas crudas contienen el ve- neno fasin, que sélo se destruye con la coc- cién. Las leguminosas pueden fijar el nitré- ‘geno del aire con ayuda de unas bacterias «que viven en sus raices y lo ceden al suelo. De algin modo, podemos decir que las legumbres se abonan a sf mismas, y por eso se incluyen entre las pequeiias consu- midoras; un abonado abundante con ni- trégeno produciria incluso un efecto ne- gativo, ya que perjudica a las bacterias. Como el nitrégeno acumulado y no con- sumido tiene un efecto beneficioso sobre los cultivos posteriores a través de la tie- 1a, las leguminosas como el trébol, el al- tramuz.o la arveja son muy valiosas para el abonado verde y el mejoramiento del suelo. 82 Judia de mata (Phaseolus vulgaris var. nanus) Las judas de mata son menos exigentes que las de enrame, y no necesitan soporte para trepar; sin embargo, las cosechas son ims modestas. Exigencias: las judias de mata también ve- getan bien a media sombra y en cualquier suelo de jardin, siempre que no sea extrema- ddamente seco 0 hiimedo. Debido a la exten- sién que alcanzan las rafces, la tierra deberfa ser esponjada y permeable. Para la aporta- ci6n de nutrients, es suficiente con el com- post 0 abonos comerciales orgénicos; no debe emplearse estiércol de establo, Duran- te el cultivo, hay que tener en cuenta la sen- sibilidad de las plantas alas heladas; éstas no soportan las temperaturas bajo cero. Cultivo: como la siembra directa slo es po- sible evando el suelo ya se ha calentado un poco, es decir, no antes de mediados-finales de abril, el cultivo de pléntulas supone una alternativa ala época tardia de siembra. Esto 6 vilido especialmente para lugares que no son muy apropiados para elcultivo. Para ello a mediados-finales de marzo se colocan 4 sgranos de judia en pequefias macetas y se de- jan germinar en el alféizar de la ventana, Luego, a partir de mediados de abril, se He- Fudias de mata a punto de recleciin. ‘van las plantas precultivadas al bancal al aire libre. Para la siembra directa existen dos al- ternativas:siembra en hileras con una sepa- racién de 40 cm y 6-8 cm en la hilera, 0 siembra en hoyo, 0 nid, en la que se colo- ‘ean siempre de 42.6 granos en un hoyo, con ‘una separacién de 40 em. La profundidad de la siembra debe ser siempre de unos 2 em. Para las primeras judias es conveniente tener siempre 2 punto limina no tejida o tineles. La siembra en series sucesivas es posible hnasta la primera semana de junio. Recoleccién: hasta la primera cosecha trans- curren unas 8 semanas. Las judias que se van aconsumirfrescas se han de cosechar pronto, para que sean tiernas y gustosas; por eso hay que ir cosechando de todas las. plantas. ‘Clases: Adanta Guia seca), Duftis, Annabel, Delinel, Montana, Pergousa (todas de vaina verde y sin hilos Greta, Golddukat, Hildo- 1 (Cerosa sin hilos); Admires (ensiforme); Purple King, Purpiat, Purple Teepe (in hilos, de vaina azulada, julia para cocer) Judia de enrame (Phaseolus vulgaris var. eulgaris) Las judias esearlata, que presentare- mos brevemente al final de este apartado, son muy parecidas alas judias de enrame y tienen ademés, con su vistosa floracién, un valor decorativo que puede aprovecharse para camuflar el armazin de soporte. ‘Exigencias: en comparacién con las judias cde mata, las judias de enrame proporcio- nan rendimientos superiores, pero tam- bign son més exigentes que sus parientes no trepadoras. Los suelos pesados no son apropiados; las condiciones para conseguir buenas cosechas son una tierra esponjada, profunda y rica en humus y un lugar eatido y protegido. No se deberia ahorrar en el ‘compost y, sobre todo durante la loracién, hay que procurar que el suelo se mantenga Soporte para juiias de enrame. siempre suficientemente hiimedo. La sen- sibilidad al frio es semejante a la de las ju- dias de mata. Cultivo: las judias trepadoras necesitan tun soporte en forma de barras de madera © metalicas, 0 bien con cafias, que se hin- ca verticalmente en el suelo, se monta en posicién oblicua con los extremos entre- cruzados y un listén horizontal de estabi- lizacién, 0 se coloca en forma de tienda y se atan las barras juntas arriba. No deje que las judias erezcan demasiado trepan- do por soportes muy altos, ya que dificul- ta los trabajos de recoleccién. Se colocan alrededor de 6 a8 granos en el suelo por vara; la distancia entre hoyos 0 entre s0- portes debe ser de 80 x 60 cm. Tiempos de siembra en series sucesivas como las judias de maa. Recoleccién: las judias de enrame necesi- tan un tiempo de desarrollo de 12 a 16 se ‘manas;a partir del inicio de la maduracién se cosechan continuadamente. Los dltimos grupos, sembrados a primeros de junio, se cosechan ya entrado el otofio. Clases: Neckarkinigin, Hiltrud, Hilda, Rakker (todas de vaina verde y sin hilos); Ju- wagold, Wachs Neckargold, Wachs Gold- hilde Gudias cerosas sn hilos); Blauhilde (sin hilos, de vaina azulada, judia de enrame para cover). Las judias escarlata (Phaseolus cocci- neus) son més robustas que las judias de enrame y no son tan exigentes en cuanto al suelo, pero deberian sembrarse slo hasta principios de junio, porque tienen tun tiempo de desarrollo de 2 a 3 semanas ids largo que las judias de enrame. Estas judias exteriormente dsperas, si se cose~ chan j6venes, tienen un aroma especial mente intenso. Clases: Butler (flores rojas), Desiree (flo- res blancas, ambas sin hilos). 84 Haba Vicia faba En comparacién con las otras legum- bres, el haba resulta excepcionalmente fuerte, tanto en sabor como en robustez de la planta. Sin embargo, es atacada con fre- ‘euencia por los pulgones negros de la ju- dia, Exigencias: esta hortaliza que soporta bien el frio se contenta con casi cualquier suelo y sélo es sensible a la sequedad en suelos ligeros. Debido a la época temprana de cultivo, el bancal para las habas ya se tiene que preparar en otofio ¢ incorporar el compost, de modo que en primavera s6lo hace falta esponjarlo. Cultivo: como pueden soportar las hela- das, se siembra tan pronto como sea posi- ble; en lugares apropiadas, ya a mediados de febrero y, si no, en marzo. Sélo en z0- nas con un clima muy duro seré conve~ niente decidirse por una fecha mas avanza- da, En el precultivo se colocan, en la segunda mitad de febrero, dos granos por maceta, y después de que hayan salido se dejan s6lo las plantas més fuertes; la plan= tacidn se realiza 3 semanas mas tarde apro- ximadamente a una distancia de 60 x20 em. Siembra directa al aire libre en bileras a 660 cm de distancia, en la hilera, 20.em. En 1h siembra en hoyo, se colocan dos judias ‘con las distancias ya mencionadas y des- pués de que hayan salido se eliminan las {que sobran. Con el inicio de la floracién, se puede aporcar, porque las matas crecen hhasta una altura de 70 em y entonees pue~ den perder estabilidad. Debido a las nece~ sidades elevadas de nutrientes de las plan- tas, es recomendable un abonado posterior en abril o mayo; en caso de sequedad, hay aque regar. Recoleccién: con una duracién del eultivo de 10 a 12 semanas, generalmente se pue~ de cosechar a partir de finales de mayo. Se ‘cosechan varias veces todas las plantas para ‘que las vainas siempre sean tiernas y verdes ‘con granos todavia semimaduros, blandos y jugosos. Clases: Dreifach Weisse, Bianka, Hedosa, Con Amore. Haba de soja (Gycine max) Esta planta procedente de Asia oriental vegeta bien en nuestras latitudes siempre que esté en un lugar protegido. Exigencias: esta leguminosa, que necesi- ta calor, exige un emplazamiento a pleno sol protegidio del viento y un suclo poroso rico en humus no abonado con estiércol de establo. En caso de sequedad, hay que regar. Cultivo: las habas de soja no aguantan las heladas, y por lo tanto, no se puede sem- brar antes de finales de marzo, o cuando el riesgo de heladas haya desaparecido, hasta finales de mayo. Se siembran 4 granos a 3 cm de profundidad con una distancia de 30 x40 cm y luego se dejan s6lo 2 plantas. Es recomendable el cultivo bajo limina de plistico negra. El cultivo propio de plintu- las se puede empezar entre el 15 y el 20 de 85 marzo, después de que los granos hayan permanecido 24 horas hinchindose en agua tibia. Se colocan dos en cada maceta peqqueiia, y las plantitas se llevan al bancal al aire libre a finales de mayo, Recoleccién: el tiempo de cultivo es de 8 a 12 semanas. Como verdura fresca, se cose- ccha cuando las vainas todavia son verdes y se pueden notar los granos dentro engrosades. ara cosecharlas como judas secas, ls vai- nas deben estar secas y apergaminadas. Clases: Caloria, Fisheby V, Guisante (Pisum satioum) Estas legumbres forman matas frondo- sas y necesitan bastante espacio. Sus tallos trepadores pueden interferir de una forma importante con otras plantas de guisante © ‘con otras especies en los cultives mixtos. Exigencias: los guisantes vegetan bien en ‘cualquier suelo de jardin rico en humus y profundo; slo hay que evitar los encharca~ mientos, y por eso la tierra pesada se debe cesponjar y mejorar adecuadamente. Para la aportacién de nutrientes, es suficiente con abonos naturales como el compost. Cultivo: se distinguen tres variedades: gui- santes de vaina, de los que se utilizan los granos redondos atin inmaduros 0 secos, son los menos sensibles al frio y se pueden sembrar ya a finales de febrero; guisantes de pulpa, que tienen granos especialmente tiernos y arrugados y debido a su mayor sensibilidad al frio, se han de sembrar des- pués de los guisantes de vaina, hacia media- dos de marzo, y los guisantes dulces, que son los que con més frecuencia se cultivan en el huerto del jardin porque, debido a la falta de la piel apergaminada, también se pueden comer las vainas jvenes y verdes junto con el grano que todavia no ha acaba- 86 do de madurar. Siembra a partir de finales cde marzo; se siembran en hileras con uni paracidn de 40 cm, una distancia de Sem en Ia hilera, y a una profundidad también de 5 cm para proteger al cultivo de los pajaros. Otra posibilidad, sobre todo en las clases que crecen més altas, es el cultivo en hileras dobles separadas por 10 em con una distan- cia de 80-100 em entre hileras. Todas las clases trepadoras necesitan soportes en for- ma de ramas que formen un entramado 0 construcciones de tela metilica colocados directamente junto a las dobles hileras o en tre elas Recoleceién: con una duracién del culti~ vo de 8 a 12 semanas, la cosecha se inicia, segiin la fecha de siembra, a finales de abril. Se va cosechando ininterrumpida- ‘mente para poder recoger guisantes jéve~ nes tiernos. Clases de guisantes de vaina: Rheinper- le, Maibote, Feldham First; de guisantes de pulpa: Ator, Markana, Nova (todas se aguantan por si solas, generalmente no se necesitan soportes), Progress Nr. 9; de guisantes dulces: Denise, Nofila, Rhei- nische Zucker, Zags. Hortalizas de fruto Este grupo de hortalizas estd representa- do sobre todo por plantas solandceas y ‘cucurbitaceas; s6lo una planta se sale de la norma: el maiz, que pertenece a la familia de las gramineas. En el caso de los tomates, ‘existe una gran variedad donde el horticul- tor puede elegir: desde tomates carnosos de mayor tamafio que un puiio hasta frutos pequefios como una cereza, de frutos de un rojo intenso, redondos, ovals, alargacios 0 acanalados, pasando por clases de color amarillo brillante con forma de bola o de pera. Existen cultivos especiales no sélo para el aire libre, sino para invernadero, para las cubetas del balcén o para maceta. Existe también una amplia oferta de pi- ‘mientos y berenjenas, aunque estas tltimas son de escaso interés, porque un cultivo sin riesgos slo es posible bajo vidro. La exética familia de las cucurbiticeas esti representada por los calabacines, los calabacines squash, patisson, espagueti y rondini, los melones de agua y dulees, y la lisica y enorme calabaza Gelber Zentner. Naturalmente, también debemos incluir Tomates de clase amarilla los pepinos, que se han hecho todavia mas apreciados ¢ interesantes para el cultivo en el huerto del jardin gracias a la aparicién de clases resistentes a las enfermedades, no amargas, asf como femeninas puras, y por consiguiente, més productivas. Tomate (Lycopersicon esculentum var. esculentum) ‘Como ya hemos dicho, la oferta de for- mas y cultivos es amplisima. De todos mo- dos, quien tenga interés por las especiali- dades y las curiosidades tends que cultivar Jos tomates por sf mismo a partir de semi- lias, porque, por regla general, en el mer- cado sélo se pueden comprar plintulas de Jas clases corrientes. ‘Exigencias: como los tomates son sensi- bles a las heladas, necesitan un lugar cili- do, protegido y soleado. Si el clima no es el més apropiado, es mejor colocarlos ante ‘una pared o un muro que reflee el calor y tener a punto para la primavera y finales del verano una capucha para tomates de ki- mina de plistico. En lugares muy poco apropiados con inviernos largos, veranos frescos y un otofio temprano, deberfa pre~ verse la necesidad de un invernadero. Los requerimientos son menores por lo que hace al suelo. Es preferible que sea permea- ble, rico en humus, nutritivo y eilido. Las necesidades de agua y nutrientes son rela- tivamente altas. Cultivo: si las plintulas no se adquieren en el mercado, las puede cultivar uno mismo partir de semillas que se siembran, en ma- cetas, cajones 0 bandejas, en febrero, con ‘una temperatura del suelo y del aire de ‘unos 20°C. A partir de mediados de abril, ‘cuando ya no hay riesgo de heladas y el sue- lo ya se ha calentado un poco, se trasplan- tan con una distancia de 60 x 60 cm, incor- 87 porando antes abundante compost y hari- nas de cuerno, sangre o huesos como ayuda inicial. Los tomates de enrame necesitan ademas un rodrigén espiral 0 una estaca fuerte; en los tomates de mata también es recomendable un soporte de este tipo, aun- «que las indicaciones de las bolsitas de semi- llas digan lo contrario. Hay que plantar ofundo, tranquilamente hasta Ia inser- cién de la hoja, para que se formen abun- dantes races laterales (raices adventicias), Tomates de céctel que no slo aumentarin la estabilidad, sino que, ademés, llevarén nutrientes adiciona- lesa la planta. Las dems medidas consisten en repeti- dos abonados posteriores —minerales 0 en forma de abono liquido de plantas, guano o abono seco diluido. En los toma- tes de enrame, ademds, se tienen que eli- minar regularmente los tallos laterales que surgen en las axilas de las hojas («) Foenicuben vulgare var. de ensalada, $4, 55,102 Pellizeado, 88, 89 scoricum, 72 de hojaredonda, $4, 55,102 Pepino, 15, 16,28, 91-92, 91, Fosforo, 36 francesa, 53, 3, 102 103 romana, 54,55, 102, para encurtr, 91 Gin mas, 85 Leguminosas, 82-86, 103 para ensalada, 91, 91 Grado de acidez, 14 Lepidium sacra, 58 para vinagreta, 91 Guisantes, 16, 86, 86,103 Lycopersicon eculentum var. eel duloes, 86 ‘ecient, 87 de hoja, 70, 71 de pulps, 86 de rai, 70, 71,102 de vaina, 86 Mate dulce, 94, 4, 103 Petreselinum crspuon var. Mariposa blanca dela col, 46. radium, 70 Haba, 84-85, 85, 103, Mejoradores del suelo, 13,34, pH, 14 de Soja, 85-86, 85, 103 38 Phaseolus Helianthus tuberous, 75 ‘Mejoramiento del suelo, 13, coinew, 84 Hernia dela col, 38,47, 47 34,38 ‘vulgaris var. menus, 82 Hinojo de tubéreulo, 72, 73, Melén, 93-94, 94,103 ‘ulgeris var. aris, 83 103 de agua, 93 Pimiento, 15,28, 89-90 Horsalizas dulce, 93 de Cayena, 90 (Con érganos de reserva), 67- Milamores, 58, 58, 102 para especia, 90, 90 76,102 Mild, 48, 48 para verdura, 89-90, 103, de bulbo, 16, 77-81, 103 Moseas Pisum stioum, 86 107 Panificacin de culivos, 14-19 Planficacién de necesdades, 1415 Plantacin, 33, 102-103 en asociacin, 33 enbilers, 33 Plantas de dias largos, 54 Podredumbre de las hojas, 19, 47-48, 47 aris, 47 marréo, 19,47-48, 47 Porasio, 36 Pozo de almacenaie, 50-51 Precultvo, 102-103 Preparacin de bancales, 29-30 Produccion, 15 Proteccién dels plantas, 43-48 Prucha de los dedos, 13, 13 Puerro, 79, 79, 108 Pulgas de la tierra, 45 ulgones, 44 Quick Sick, 33, 33 Rabanito, 16, 67-68, 68, 102 Rébano, 15, 16, 68, 69, 102 blanco, 74 piicante, 100-101, 107 Radicchio, $6, 57, 102 Raphanus ‘sativus var, niger, 68 satious var. satus, 67 Ratones, 23, 108 Red de proteccién contra insects, 45,45 Remolacha colorada, 15, 74, 75,103 Remover la tierra, 29, 30 Repicado, 31, 31 Repollo, 62, 62, 102 Resistencia, 82 Rebuom rhapoticam, 99 Riego, 33,42 Rotacin de cultvos, 16-17 Ruibarbo, 16,99, 99 Rumex rugesss, 100 Sabor, 8 Sauerkraut, 51 ‘Scorzonera bspanica, 72 Serie de cultivos, 18 Semillero, 30-31 Siembra, 30-32 directa, 32-33, 102-103 cen hilera, 33 ‘en hoyo 0 nido, 32, 32 ‘profundidad, 32 Silo, 50-51 Simiente calibrada, 32 cen alfombra, 32 cen cintas, 32 cencapsulads, 32 presentaciones de la 32-33, ‘SituaciGn del huerto, 12 Solanum smelangena, 90 ‘uberasum, 76 Sombra, 12 ‘Spinacia oleracea, 9 Sucesidn de cultivos, 16 Suelo, 12-14 arcilloso, 13, arenoso, 13 de jardin, 12-14 Jimoso, 13-14 pantanoso, 14 Superfcie de bancal, 12 de cultivo, 12 Sustancias nutritivas, 34, 36 ‘Tamafo del huerto, 11-12 ‘Taraxacum officinale, 57 Tetragoniatetragonioides, 60 ‘Tomate, 15, 16, 17, 87-88, 87, 103 de céctel, 88, 89 de enrame, 88 de mata, 88 Topo, 23, 46, 46 ‘Trasplante, 33 Tiinel de limina, 27, 27 ‘Tupinambo, 75, 75, 103, Vaerianla cut, 58 Vicia faba, 84 Zanahoria, 15, 16, 69, 69, 102 , 19 Zea mays var, sacharata, 9

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