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Comunicacion de Un Caso de Paranoia Contrario A La Teoria Psicoanalitica
Comunicacion de Un Caso de Paranoia Contrario A La Teoria Psicoanalitica
SIGMUND FREUD
1915
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La paciente, a la que conoc� poco despu�s, era una mujer de treinta a�os,
dotada de
una belleza y un atractivo nada vulgares. Parec�a mucho m�s joven de lo que
reconoc�a ser
y se mostraba delicadamente femenina. Con respecto al m�dico, adoptaba una actitud
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Medio desnuda sobre el div�n y tendida al lado del amado, oye de repente
la sujeto
un ruido semejante a un chasquido, una percusi�n o un latido, cuya causa no
conoce,
imagin�ndola luego, al encontrar en la escalera de la casa a dos hombres, uno de
los cuales
lleva algo como una cajita cuidadosamente empaquetada. Adquiere entonces la
convicci�n
de que su amigo la ha hecho espiar y fotografiar durante su amoroso t�te-�-t�te.
Naturalmente, estamos muy lejos de pensar que si aquel desdichado ruido no se
hubiera
producido tampoco hubiera surgido el delirio paranoico. Por lo contrario,
reconocemos en
este accidente casual algo necesario que hab�a de imponerse tan obsesivamente como
la
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En el examen de los accidentes casuales del caso podemos avanzar a�n algo
m�s,
aunque sin exigir que el lector nos acompa�e, pues la falta de m�s profunda
investigaci�n
anal�tica nos impide abandonar aqu� el terreno de las probabilidades. La enferma
hab�a
afirmado en nuestra primera entrevista que en el acto de advertir el ruido hab�a
inquirido
sus causas y que su amigo lo hab�a atribuido a un peque�o reloj colocado encima de
la
mesa. Por mi parte, me tomo la libertad de considerar esta parte del relato de la
paciente
como un error mn�mico. Me parece mucho m�s probable que no manifestara reacci�n
alguna a la percepci�n del ruido, el cual s�lo adquiri� para ella un sentido
despu�s de su
encuentro con los dos desconocidos en la escalera. La tentativa de explicaci�n
referente al
reloj debi� de ser arriesgada m�s tarde por el amigo, que quiz� no hab�a advertido
el tal
ruidito, al ser atormentado por las sospechas de la joven. �No s� lo que puedes
haber o�do;
quiz� el reloj de la mesa, que hace a veces un ruido como el que me indicas.� Esta
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satisfacci�n.
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algunos instintos con las impresiones del sujeto y con los objetos en ellas dados: