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TEXTO LIBRO DE BUEN AMOR (Libro de texto)

Nos encontramos ante un poema narrativo perteneciente al Libro de Buen Amor del
Arcipreste de Hita. Nos cuenta cómo reta Doña Cuaresma a D. Carnal a una batalla
mediante una carta. Para ello utiliza un tono alegórico, ya que sus participantes
representan las ideas en las que se debate la sociedad del momento. La función del
lenguaje predominante es la expresiva (por su contenido) debido a la metáfora que
protagoniza el texto y por los calificativos que se emplea para definir a los
contendientes (D. Carnal, goloso y D. Cuaresma, alguacil de las almas), por lo que dota
al texto de un tono subjetivo. Por otro lado aparece la función poética porque el texto
además tiene finalidad estética (utiliza un tipo de estrofa que más adelante detallaremos)
La idea principal del fragmento es el reto de D. Cuaresma a D. Carnal a una batalla en
7 días. Se lo comunica a través de una carta cuyas primeras líneas aparecen reflejadas en
el texto. Lo podemos dividir en dos partes: la 1º estrofa presenta el asunto: a Don Carnal
le dan una carta sellada con un elemento decorativo representativo: una concha colgada.
En la 2º y 3º estrofa se leen las primeras líneas de esa carta, presenta y define a los dos
participantes y se anuncia el emplazamiento a una batalla en siete días, hasta el Sábado
Santo. Le avisa para que prepare y se presente con su ejército.
El poema por lo tanto, está compuesto de 3 estrofas que responden a un mismo
esquema métrico fijo: la cuaderna vía. Se compone cada estrofa de 4 versos monorrimos
(AAAA) de 14 sílabas (aunque realmente no todos miden 14 sino 12 y 13). Poseen las
estrofas rima consonante.
El narrador externo omnisciente cuenta el inicio de la batalla de los dos personajes
alegóricos: D. Carnal y D. Cuaresma. La narración se produce en distintos tiempos
verbales: El pretérito imperfecto indicativo (traía, era) para la 1º estrofa, momento en el
que se cuenta la recepción de la carta (en pasado). Y el presente y el futuro para el
momento en el que se lee la misiva y se produce el desafío. El uso de adjetivos como
goloso, sellada y epítetos épicos: justicia de la mar, alguacil de las almas, aportan al
texto un tono subjetivo. Estos calificativos realmente son metáforas.
Se combina la narración con el estilo directo: la lectura de la carta, y utiliza
generalmente un estilo cuidado y arcaizante (desque, e, fasta, non…) (de ahí que
pertenezca la obra a la poesía culta del Mester de Clerecía).
Finalmente, por el uso de la cuaderna vía, el contenido religioso y el lenguaje culto
pero sencillo, hablamos de un texto perteneciente al Mester de Clerecía. El autor, Juan
Ruiz, parodia además al Mester de Juglaría, a la poesía narrativa popular, ya que utiliza
los mismos elementos (héroe, batalla, epíteto épico, versos de arte mayor) pero con un
tono jocoso. El texto es del s. XIV y refleja la ambigüedad que se vive en los últimos
siglos de la Edad Media. Utiliza personajes metafóricos para representar el amor carnal,
la pasión, frente al sosiego, amor a Dios y el sacrificio.

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