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Tema 15 - Sanaciòn de Heridas Interiores
Tema 15 - Sanaciòn de Heridas Interiores
Sanación de
heridas interiores
MATAPALO
"El Señor dirigió esta palabra a Jeremías: baja enseguida a
la casa del alfarero: allí te comunicaré mi palabra. Bajé a la
casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. Si se
estropeaba la vasija que estaba haciendo mientras
moldeaba la arcilla con sus manos, volvía a hacer otra a su
gusto. Entonces el Señor me dijo: ¿Acaso no puedo yo
hacer con ustedes, pueblo de Israel, igual que hace el
alfarero? Oráculo del Señor. Como está la arcilla en manos
del alfarero, así están ustedes en mis manos, pueblo de
Israel". Jeremías 18, 1-6.
LAS HERIDAS INTERIORES,
ESCOLLOS EN EL CRECIMIENTO DE
LA PERSONA
Hay algunas personas que, habiendo iniciado, con un serio esfuerzo,
su itinerario de vida espiritual de repente se encuentran con heridas
interiores en su psicología: vacíos de amor, experiencias de abandono
o de rechazo, rencores, abusos sexuales o emocionales, temores,
angustias, obsesiones de diversos géneros, etc., que se convierten en
escollos que les impiden avanzar en el seguimiento de Cristo.
LAS HERIDAS INTERIORES, ESCOLLOS EN EL
CRECIMIENTO DE LA PERSONA
Precisemos primero algo importante sobre ese ser que tiene deseos de
existir.
Precisiones sobre el ser.
Llamamos el ser a la zona más profunda de nosotros mismos.
Todo lo que concierne a:
El corazón de sí mismo es
♦ en cuanto a nuestra identidad, los rasgos más esenciales de nuestra propia
personalidad, por ejemplo: la rectitud, la verdad, el amor, la justicia..
♦ en cuanto a nuestro actuar esencial, lo referente a la vocación profunda. en
cuanto a los lazos de ser, los que son esenciales, por ejemplo, lazo con la
madre, con el padre, lazo con Dios también.
La periferia es lo no esencial pero que, sin embargo, forma
parte de nosotros mismos, por ejemplo: dones intelectuales, de
relación, dones artísticos, de acción, de organización, etc...
-La muerte. En caso de morir la madre darle a luz. O en caso de haber perdido la salud
y morir mientras lo criaba. Basta con que el niño relacione su existencia con la muerte
de su madre para que se sienta herido en el corazón de sí mismo. Es peor cuando los
que le rodean se lo subrayan, o cuando la misma madre, para tener un poco paz, repite a
su niño lleno de vida: "¡me vas a matar!".
Sobrevivir-Rebotar
En el momento de la capitulación se presentan dos salidas
♦deslizarse totalmente en la no-existencia y entonces se instalan las sicosis
de una vida "larvada".
♦o bien rebotar para sobrevivir Describamos ese segundo mecanismo.
Como tiene bastantes energías para sobrevivir y como tiene bastantes dones
periféricos susceptibles de responder a lo que esperan las personas importantes,
el niño puede rebotar.
Empieza a desarrollar lo que agrada a los que le rodean para ser reconocido. Lo
cual le permite ocupar un lugar y conseguir el afecto que necesita. De ese modo,
algunos comienzan a desarrollar su inteligencia y a conseguir éxitos en sus
estudios, otros se esfuerzan por brillar en los deportes, en la acción, otros utilizan
sus dones de relación para conseguirse un puesto en sociedad que les rodea.
Hemos encontrado a quien desarrollo sus dones de payaso y divertía a su entorno
mientras que él se ahogaba y atrofiaba
Esto equivale a la personalidad sobrepuesta del matapalo que asfixia la vida del
árbol original pero que le permite un aparente crecimiento.
LA NO EXISTENCIA EN EL ADULTO
La duda sobre si mismo y los miedos crecen dando origen a una nueva personalidad
parásita como un recurso para poder sobrevivir como persona y ante los demás.
Puede ser una personalidad con buena apariencia como la de "servir tanto a los
demás que se olvida de sus propias necesidades" o una personalidad con apariencia
negativa: agresivo, alcohólico, depravado sexual, drogadicto, etc. El matapalo, o sea
la personalidad parásita, se ha instalado.
Detengámonos para describir estos dos puntos.
El vacío detrás de la fachada de éxito.
La evasión para sobrevivir y hacerse reconocer puede tomar la forma de correr tras
el dinero, tras el éxito social, profesional, político o sindical, los títulos, los goces
intelectuales o artísticos, tras los placeres de la vida, etc..
Si consigue tener éxito en esa evasión, puede tener la impresión de existir, de ser
feliz, de encontrarse bien en su pellejo. Pero, en esa carrera, los fracasos pueden
hacer tambalear la fachada. Entonces, viene la depresión. El árbol era sólido y bello
sólo en apariencia. En el corazón había vacío y muerte.
En esas personas coexiste una muy baja autoestima y una apariencia muy exitosa; la
baja autoestima aparece en sus depresiones o cuando se encuentra sólo frente a sí
mismo.
Los síntomas de la herida de no-existencia en el adulto.
Aunque la herida de la infancia haya sido olvidada, aunque haya sido compensada por
éxitos sociales, no por ello deja de estar incrustada en el sistema nervioso. Por eso, en
algunas situaciones, frente a ciertas personas o ciertos comportamientos se despierta y
engendra reacciones desproporcionadas.
- de tipo depresivo o agresivo
- de tipo atracción o rechazo hacia alguna persona.
Estas reacciones tienen la característica de ser repetitivas porque se producen
invariablemente en todas las situaciones análogas.
Examinemos algunas de esas reacciones, síntoma de una herida de no existencia
♦Los apegos excesivos
Cuando un ser humano no se ha visto nunca, ni visto, ni acogido en el
corazón de sí mismo y se encuentra con alguien que le escucha, le
comprende y lo acoge, inevitablemente el hambre de ser reconocido se
despierta.
Si esta relación dura, si se profundiza y se siente acogido siempre,
amado, respetado, animado a ser él mismo, entonces la necesidad
visceral de vivir y de existir crece. Todas las esperanzas se centran en esa
persona. Se crea un apego análogo al que se hubiera deseado vivir con
una verdadera madre, o un verdadero padre.
♦El miedo de no ser ya amado, el miedo al rechazo.
Quien no ha sido herido en el corazón de si mismo es sólido para vivir las inevitables
fluctuaciones de una relación Es bastante sólido para soportar incluso que alguien se
desvié o aleje de él.
Por el contrario, los que viven una herida de no-existencia
- tienen bastante dificultad en creer que son amados
- temen ser rechazados
- están siempre inquietos por saber si siguen amándolos, aunque se les dé muchos
signos.
Se creen no-interesantes, sin valor, y están siempre extrañados de ser amados, a la vez
que tienen una necesidad loca de ello.
♦La agresividad en las frustraciones
Hay frustraciones soportables. Es la herencia de la vida. Pero
algunas frustraciones despiertan la frustración inicial que causó
la herida de no existencia. Entonces, la reacción es
desproporcionada y puede tomar una forma violenta e incluso
agresiva.
Así pues, los apegos excesivos pueden ir acompañados de
agresividad cuando no se consigue lo que se esperaba
♦El sentimiento de culpabilidad
Lamentar algunos actos es normal. Pero culpabilizarse, y con frecuencia sin razón objetiva
válida, es indicio de que una herida del pasado se ha abierto.
La lista de las reacciones desproporcionadas que hemos dado no es limitativa. Hay otras
formas de las que algunas son sicosomáticas. Una tensión en la nuca, una crisis de hígado,
una sensación en el plexo son pruebas de que se ha tocado una herida escondida. También se
pueden clasificar entre las reacciones desproporcionadas: el recurso a la droga y a la bebida,
pasiones nobles como el activismo, el afán por el trabajo que, por ser exagerados, son
síntomas de una herida de no-existencia.
Ser consciente de la no-existencia en el corazón de sí mismo.