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EXPERIENCIA CATECUMENAL

Sanación de
heridas interiores
MATAPALO
"El Señor dirigió esta palabra a Jeremías: baja enseguida a
la casa del alfarero: allí te comunicaré mi palabra. Bajé a la
casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. Si se
estropeaba la vasija que estaba haciendo mientras
moldeaba la arcilla con sus manos, volvía a hacer otra a su
gusto. Entonces el Señor me dijo: ¿Acaso no puedo yo
hacer con ustedes, pueblo de Israel, igual que hace el
alfarero? Oráculo del Señor. Como está la arcilla en manos
del alfarero, así están ustedes en mis manos, pueblo de
Israel". Jeremías 18, 1-6.
LAS HERIDAS INTERIORES,
ESCOLLOS EN EL CRECIMIENTO DE
LA PERSONA
Hay algunas personas que, habiendo iniciado, con un serio esfuerzo,
su itinerario de vida espiritual de repente se encuentran con heridas
interiores en su psicología: vacíos de amor, experiencias de abandono
o de rechazo, rencores, abusos sexuales o emocionales, temores,
angustias, obsesiones de diversos géneros, etc., que se convierten en
escollos que les impiden avanzar en el seguimiento de Cristo.
LAS HERIDAS INTERIORES, ESCOLLOS EN EL
CRECIMIENTO DE LA PERSONA

Este hecho no pocas veces les desconcierta, les desanima y hasta


les hace pensar que son "raras" y que es mejor ocultar sus heridas
y los sentimientos que les producen pues desconocen que existen
caminos de sanación interior. Para entenderlo mejor veamos un
ejemplo del mundo vegetal.
EL "MATAPALO".
Las selvas de la reserva de la biosfera de Kalakmul, en el sureste mexicano, son
el hábitat de un enorme árbol parásito que se desarrolla sobre otro hasta
paulatinamente cubrirlo, sofocarlo y llevarlo a la muerte, su nombre popular es
el "matapalo".
El proceso es el siguiente:
Sobre un árbol de la selva, inclusive sobre una ceiba
monumental, que es el árbol sagrado de los mayas, empieza a
germinar y establecerse como plántula, ingenuamente, una
semilla del matapalo. Generalmente a gran altura.
LA NECESIDAD DE EXISTIR Y LA
NECESIDAD DE SER RECONOCIDO.

Estos curiosos procesos que se dan en la flora nos sirven


para describir simbólicamente como las heridas
psicológicas que sofocan brutalmente la propia
identidad e impiden el crecimiento original de la
persona.
LA NECESIDAD DE EXISTIR
Cuando un niño nace, es rico en potencialidades de toda clase. Tiene
deseos de existir Desea ser él mismo. La necesidad de existir es la
necesidad más fundamental. Es semejante al primer árbol que tiene el
impulso para un desarrollo sano.

Precisemos primero algo importante sobre ese ser que tiene deseos de
existir.
Precisiones sobre el ser.
Llamamos el ser a la zona más profunda de nosotros mismos.
Todo lo que concierne a:

♦ nuestra identidad profunda, por tanto, a nuestros rasgos de personalidad


♦ nuestro actuar esencial, es decir, aquello para lo que hemos sido
hechos.
♦ nuestros lazos de ser, es decir, nuestros lazos fundamentales con otras
personas con las que tenemos convivencias de ser.
En el ser se pueden distinguir dos
zonas: el corazón y la periferia.

El corazón de sí mismo es
♦ en cuanto a nuestra identidad, los rasgos más esenciales de nuestra propia
personalidad, por ejemplo: la rectitud, la verdad, el amor, la justicia..
♦ en cuanto a nuestro actuar esencial, lo referente a la vocación profunda. en
cuanto a los lazos de ser, los que son esenciales, por ejemplo, lazo con la
madre, con el padre, lazo con Dios también.
La periferia es lo no esencial pero que, sin embargo, forma
parte de nosotros mismos, por ejemplo: dones intelectuales, de
relación, dones artísticos, de acción, de organización, etc...

El límite entre corazón de uno mismo y periferia es difícil de


fijar. Sólo el interesado puede juzgar Por ejemplo: un don para la
música puede ser periférico para uno y esencial para otro.
La necesidad de existir es muy poderosa en lo
que concierne al corazón de si mismo, y
disminuye de intensidad a medida que vamos
hacia la periferia del ser.
LA NECESIDAD DE SER RECONOCIDO.

Para poder existir en lo que él es, el niño tiene necesidad


de ser reconocido. Veremos sucesivamente.
- de qué está hecha la necesidad de ser reconocido,
- de quién necesita el niño ser reconocido,
- y qué ocurre cuando no lo es.
La necesidad de ser reconocido se puede desglosar así

♦ necesidad de ser visto y comprendido en lo que él es en el corazón de si mismo.


♦ necesidad de ser acogido así.
♦ necesidad de ser creído cuando comparte lo mejor de si mismo.
♦ necesidad de ser amado gratuitamente por lo que es y no por lo que y por las
satisfacciones que da.
♦ necesidad de que tengan fe en el.
♦ necesidad de que le dejen ocupar su lugar y jugar su rol en el universo donde vive
♦ necesidad de que estén contentos de verle existir tal como es.
♦ necesidad de sentirse en seguridad y en descanso interior en medio de los que son
importantes para el.
Detallamos esta necesidad de ser reconocido por varias razones:
♦ porque lleva consigo varios aspectos,
♦ porque algunos han sido heridos solamente en alguno de esos
aspectos, mientras otros se han sentido frustrados en todos.
♦y porque entrar en el detalle ayuda a detectar dónde hemos
podido ser heridos.
El niño espera ser reconocido sólo por las personas importantes para
él.
♦su madre, en primer lugar,
♦su padre,
♦sus hermanos y hermanas, sobre todo los más cercanos a él, por
ejemplo, el anterior y el que le sigue
♦un abuelo, una abuela,
♦más tarde, una maestra, un profesor,
♦etc…
¿Cómo se puede producir la herida?
Este sería el momento en que la semilla del matapalo cae en el primer árbol sano y que
posteriormente se desarrollará hasta engullirlo. Describámoslo.

Empecemos por la necesidad de ser reconocido.

♦ El niño puede no ser visto en el corazón de si mismo y no ser comprendido. Los


padres pueden no ocuparse más que de su cuerpo y no prestar atención, o muy poca, a
lo que él es en su identidad profunda y en sus aspiraciones esenciales.
♦ Puede no ser acogido en lo que él es porque decepciona o no corresponde a las
esperanzas que tienen en él.
♦El niño puede no ser creído en lo que dice y que es verdad para el.
♦Puede sentirse utilizado y no amado gratuitamente,
♦ Puede sentir el peso desconfianza, sentir una falta de confianza, duda, sospecha.
♦ Puede verse impedido en lo que él desearía ser y vivir, y verse obligado a no ser más que lo
que esperan de él.
♦ Puede sentirse no-deseado, que molesta. Pero aún se lo han podido decir.
♦ Puede sentirse inseguridad ambiente familiar, por ejemplo: si las relaciones están perturbadas,
si sus padres no están unidos.

Esas heridas pueden producirse de diferentes maneras

♦ Por una acción persona importante:


- Ha ironizado, burlado, se ha reído.
- Ha dominado el corazón de mí mismo, lo ha aplastado, lo ha utilizado para su provecho.
- Ha dudado, no ha tomado en serio, sospechó cosas que yo no vivía.
Por ejemplo: cuando infieren burlas, humillaciones delante otros, rechazos, falta de amor,
golpes, gritos, violaciones sexuales, desprecio de identidad sexual, etc.
♦ Por el ambiente.
Entonces, causa es el ambiente nocivo que lo rodea y no una persona en particular: sea
ambiente familiar, social, religioso, educativo.

-La muerte. En caso de morir la madre darle a luz. O en caso de haber perdido la salud
y morir mientras lo criaba. Basta con que el niño relacione su existencia con la muerte
de su madre para que se sienta herido en el corazón de sí mismo. Es peor cuando los
que le rodean se lo subrayan, o cuando la misma madre, para tener un poco paz, repite a
su niño lleno de vida: "¡me vas a matar!".

-La tristeza, es la depresión de las personas importantes, el divorcio o peleas de sus


padres. El niño puede sentirse culpable. Y, a veces, se lo dicen.
♦ Hemosencontrado también el caso alguno que, lleno de admiración por
hermano mayor o por su padre o madre, se había resguardado, vivía a su
sombra, y no se había atrevido a existir en algunos aspectos suyos.

♦ Algunos mayores han sido sobre-responsabilizados respecto a sus


hermanos menores. Debían "darles ejemplo", sentirse "responsables". Se
les asignó, de hecho, un lugar y un rol de adulto que no correspondía a lo
que eran: niños. Originaron en ellos un fenómeno de culpabilidad que
ató fuertemente su espontaneidad de existencia.
¿Y la necesidad de ternura?

Nuestras observaciones nos llevan a decir que la necesidad de


ternura, aun siendo muy importante, no es la necesidad fundamental.
La necesidad de ser reconocido es la primera.

Las caricias, las diversas expresiones de ternura son buenas, pero,


por desgracia, pueden existir e incluso prodigarse rehusando
reconocer al niño en lo que vive en el corazón de si mismo. En tal
caso, se producirá la herida de la no-existencia. Y, dirán más tarde
que al niño no le faltó afecto
EL FENOMENO DE NO-EXISTENCIA
El matapalo cubre con una personalidad sobrepuesta la identidad del
árbol original impidiéndole existir. Con el fenómeno de la no-
existencia la semilla del matapalo se instala en la personalidad del
niño, le hace dudar de si mismo, de la riqueza de su ser y de la
validez de su originalidad, esta duda le resta seguridad ante si mismo
y ante los demás; de esta manera el árbol parásito inicia cubriendo y
destruyendo su personalidad auténtica.
LA NO EXISTENCIA EN EL
NIÑO
La instauración de la no-existencia en el niño

No es un desacierto educativo ocasional el que crea la herida. Es un modo


habitual de relación con el niño el que origina la no-existencia. En el seno de
esa relación el niño luchará por existir, pero, cansado de luchar, un día
capitulará Como necesita formar un conjunto con esas personas importantes,
compensa la no-existencia en su corazón con una existencia en la periferia de
su personalidad Describamos esos puntos.
El tipo de relación crea la herida
La no-existencia se instala porque, de manera habitual, el niño ve que se le
rehusa el derecho a ser el mismo. No se le acepta como es.
La no aceptación puede concernir a
♦ el corazón de sí mismo, en todo o en un aspecto
♦o a la periferia.
Lo peor es cuando se rechaza al niño en su totalidad: corazón y periferia,
porque no era deseado y molesta. Por ejemplo, cuando se ha querido
abortar, o se le ha abandonado.
Señalemos que si la falta de reconocimiento sólo concierne a aspectos
periféricos, no se instala la herida de la no-existencia propiamente dicha. Es
cierto que con esos aspectos periféricos no vivirán, o vivirán mal, pero no
se ataca a lo esencial de la persona.
La lucha para ser reconocido y poder existir

El poder de la necesidad de existir en el niño es tan grande que no se dejará


de entrada anonadar, sobre todo, si está dotado de una personalidad rica y de
una fuerte vitalidad. El instinto de ser y el instinto de la vida dirigirán la
lucha que puede durar varios años.
Pero, ante la imposibilidad de ser reconocido, abandona poco a poco el
campo dejándose en cierto modo neutralizar y anonadar en lo que es en el
corazón de sí mismo.
Señalemos que algunos no se acuerdan de esa fase de hacha. Sus primeros
recuerdos son ya de no-existencia
La ruptura- La capitulación - La desesperanza
Se instala en la desesperanza. Se corta la relación. Se instala en el letargo.
Se levantan defensas para no sufrir.

Sobrevivir-Rebotar
En el momento de la capitulación se presentan dos salidas
♦deslizarse totalmente en la no-existencia y entonces se instalan las sicosis
de una vida "larvada".
♦o bien rebotar para sobrevivir Describamos ese segundo mecanismo.
Como tiene bastantes energías para sobrevivir y como tiene bastantes dones
periféricos susceptibles de responder a lo que esperan las personas importantes,
el niño puede rebotar.
Empieza a desarrollar lo que agrada a los que le rodean para ser reconocido. Lo
cual le permite ocupar un lugar y conseguir el afecto que necesita. De ese modo,
algunos comienzan a desarrollar su inteligencia y a conseguir éxitos en sus
estudios, otros se esfuerzan por brillar en los deportes, en la acción, otros utilizan
sus dones de relación para conseguirse un puesto en sociedad que les rodea.
Hemos encontrado a quien desarrollo sus dones de payaso y divertía a su entorno
mientras que él se ahogaba y atrofiaba
Esto equivale a la personalidad sobrepuesta del matapalo que asfixia la vida del
árbol original pero que le permite un aparente crecimiento.
LA NO EXISTENCIA EN EL ADULTO

El fenómeno de no-existencia en el adulto

Aunque el niño haya conseguido rebotar y, llegado a adulto consiga


un puesto importante en la vida, la necesidad de existir en el corazón
de si mismo permanece. El sufrimiento inicial continúa estando allí y
engendra comportamientos desarmoniosos que son los síntomas de
un mal profundo.
LA NO EXISTENCIA EN EL ADULTO

La duda sobre si mismo y los miedos crecen dando origen a una nueva personalidad
parásita como un recurso para poder sobrevivir como persona y ante los demás.
Puede ser una personalidad con buena apariencia como la de "servir tanto a los
demás que se olvida de sus propias necesidades" o una personalidad con apariencia
negativa: agresivo, alcohólico, depravado sexual, drogadicto, etc. El matapalo, o sea
la personalidad parásita, se ha instalado.
Detengámonos para describir estos dos puntos.
El vacío detrás de la fachada de éxito.
La evasión para sobrevivir y hacerse reconocer puede tomar la forma de correr tras
el dinero, tras el éxito social, profesional, político o sindical, los títulos, los goces
intelectuales o artísticos, tras los placeres de la vida, etc..
Si consigue tener éxito en esa evasión, puede tener la impresión de existir, de ser
feliz, de encontrarse bien en su pellejo. Pero, en esa carrera, los fracasos pueden
hacer tambalear la fachada. Entonces, viene la depresión. El árbol era sólido y bello
sólo en apariencia. En el corazón había vacío y muerte.
En esas personas coexiste una muy baja autoestima y una apariencia muy exitosa; la
baja autoestima aparece en sus depresiones o cuando se encuentra sólo frente a sí
mismo.
Los síntomas de la herida de no-existencia en el adulto.
Aunque la herida de la infancia haya sido olvidada, aunque haya sido compensada por
éxitos sociales, no por ello deja de estar incrustada en el sistema nervioso. Por eso, en
algunas situaciones, frente a ciertas personas o ciertos comportamientos se despierta y
engendra reacciones desproporcionadas.
- de tipo depresivo o agresivo
- de tipo atracción o rechazo hacia alguna persona.
Estas reacciones tienen la característica de ser repetitivas porque se producen
invariablemente en todas las situaciones análogas.
Examinemos algunas de esas reacciones, síntoma de una herida de no existencia
♦Los apegos excesivos
Cuando un ser humano no se ha visto nunca, ni visto, ni acogido en el
corazón de sí mismo y se encuentra con alguien que le escucha, le
comprende y lo acoge, inevitablemente el hambre de ser reconocido se
despierta.
Si esta relación dura, si se profundiza y se siente acogido siempre,
amado, respetado, animado a ser él mismo, entonces la necesidad
visceral de vivir y de existir crece. Todas las esperanzas se centran en esa
persona. Se crea un apego análogo al que se hubiera deseado vivir con
una verdadera madre, o un verdadero padre.
♦El miedo de no ser ya amado, el miedo al rechazo.
Quien no ha sido herido en el corazón de si mismo es sólido para vivir las inevitables
fluctuaciones de una relación Es bastante sólido para soportar incluso que alguien se
desvié o aleje de él.
Por el contrario, los que viven una herida de no-existencia
- tienen bastante dificultad en creer que son amados
- temen ser rechazados
- están siempre inquietos por saber si siguen amándolos, aunque se les dé muchos
signos.
Se creen no-interesantes, sin valor, y están siempre extrañados de ser amados, a la vez
que tienen una necesidad loca de ello.
♦La agresividad en las frustraciones
Hay frustraciones soportables. Es la herencia de la vida. Pero
algunas frustraciones despiertan la frustración inicial que causó
la herida de no existencia. Entonces, la reacción es
desproporcionada y puede tomar una forma violenta e incluso
agresiva.
Así pues, los apegos excesivos pueden ir acompañados de
agresividad cuando no se consigue lo que se esperaba
♦El sentimiento de culpabilidad

Lamentar algunos actos es normal. Pero culpabilizarse, y con frecuencia sin razón objetiva
válida, es indicio de que una herida del pasado se ha abierto.

La lista de las reacciones desproporcionadas que hemos dado no es limitativa. Hay otras
formas de las que algunas son sicosomáticas. Una tensión en la nuca, una crisis de hígado,
una sensación en el plexo son pruebas de que se ha tocado una herida escondida. También se
pueden clasificar entre las reacciones desproporcionadas: el recurso a la droga y a la bebida,
pasiones nobles como el activismo, el afán por el trabajo que, por ser exagerados, son
síntomas de una herida de no-existencia.
Ser consciente de la no-existencia en el corazón de sí mismo.

El ser consciente de mí no-existencia es un proceso doloroso. Las personas


que rebotaron y construyeron su solidez a partir de sus dones periféricos y
de éxito social tienen la impresión de existir. Los momentos de depresión
son a menudo de corta duración y no se les ocurre pensar que ese vacío
interior que sienten en algunos momentos pueda estar originado por su
infancia.
Es necesario que un día el espíritu esté alerta para prestar atención a esas reacciones
desproporcionadas e interrogarse:
-desde cuando tengo tales reacciones?
-¿quién me hizo daño en mi pasado?
-¿Quién ha sido dañado en mí?
-¿cuándo ocurrió?
En cualquier caso es importante que la persona no oculte sus heridas y sus sentimientos,
sino al contrario se atreva a hacer un diagnóstico de cómo ha reaccionado su sicologia
para defenderse y qué tipo de protección ha utilizado en su personalidad para vivir o
sobrevivir
Una trampa: creer que las carencias pueden ser colmadas.
Es importante señalar que, contentarse con buscar en alguien lo que antes nos
faltó, es una falsa pista.
Cerca de gente comprensiva y buena se ha podido creer encontrar el
apaciguamiento de la necesidad de ser reconocido. Pero, el apaciguamiento dura
poco tiempo. El vacío producido en nosotros por la herida original es como un
tonel agujereado. Saciado por un momento, vuelve a estar sediento poco después.
Las carencias no pueden colmarse. Por el contrario, se puede curar de ellas re
viviendo los sufrimientos que han producido esas carencias. Entonces, el hambre
enfermiza de ser reconocido y amado, se sacia y desaparece.
RELACIÓN CON MI META DE VIDA O IDEAL
PERSONAL.
Cuando necesito curación, toda mi energía la empleo en sanar, en la
medida en que voy sanando en mi psicología puedo aplicar mi energía a
mi crecimiento humano y espiritual y orientarla hacia la búsqueda y
realización de mi meta de vida o ideal personal.
ESCRIBO Y COMPARTO.
1.- ¿Que me llamo la atención del tema?
2.- ¿Qué llevo en mi mismo que me ha causado temor o inseguridad a lo largo
de mi vida, estoy dispuesto a reconocerlo, aceptarlo y a sanarlo?
3.- Describo los rasgos que tiene mi "personalidad de matapalo" y que me ha
servido para sobrevivir.
4.-. Describo mi personalidad auténtica que late y quiere vivir aunque esté
oprimida por las heridas y mis comportamientos que me protegen y ayudan a
sobrevivir.
¡MUCHAS
GRACIAS!

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