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en Latinoamérica
Por: Pbro. Luis Enrique Valle
¿Qué es Magisterio?
Esto repercute sobre la misma Iglesia y le exige una postura frente a esta situación.
La Iglesia Latinoamericana debe expresar su testimonio y su servicio en este
continente, enfrentando con problemas tan angustiosos como los de la integración,
desarrollo, profundos cambios y miseria.
Por otra parte, frente a los múltiples problemas de tipo estrictamente religiosos, la
Iglesia se encuentra con un numero cada vez más escaso de sacerdotes, con
estructuras ministeriales insuficientes, y a veces inadecuados para la eficaz labor
apostólica.
En este contexto ubicamos la formación del Clero, que
debe ser instrumento fundamental de renovación de
nuestra Iglesia y respuestas a las exigencias religiosas
y humanas de nuestro continente.
- Discurso del Papa San Juan Pablo II en sus viajes: Centro América y Haití (1983);
Santo Domingo y Puerto Rico (1984); Venezuela, Ecuador y Perú (1985); Colombia
y Santa Lucía (1986); Uruguay, Chile y Argentina (1987); Bolivia, Perú y Paraguay
(1988)
- Discurso del Papa San Juan Pablo II al CELAM en Puerto Príncipe (1983), allí hace
oficialmente el lanzamiento de la Nueva Evangelización (en Latinoamérica)
- Homilía del Papa San Juan Pablo II en Viedma, Argentina (1987) y Salto,
Uruguay (1988)
- Instrucciones sobre la Teología de la Liberación publicadas por la Congregación
para la Doctrina de la Fe (1984, 1986)
- Encíclica “Sollicitudo Rei Socialis” (1987) y la Exhortación Apostólica
“Christifideles Laici” (1988)
Aparte de esto, tenemos las “Conferencias
episcopales” en Latinoamérica, que fueron, en cierto
modo, parecido a los concilios. Las Conferencias
Episcopales han constituido un verdadero testimonio
del caminar de la Iglesia en Latinoamérica. El estudio
de sus documentos permiten reconocer el paso de
Dios por nuestra historia, y las luces y esperanzas y la
injusticia.
La Conferencia abordó con especial cuidado el problema de las misiones entre los
indios, los negros y los campesinos, (cfr. N°26,27, 39), como también los medios de
comunicación (Título VI), los inmigrantes (Título X), la educación y la Cultura.
II Conferencia General del Episcopado en Medellín (1968)
La situación del Continente distaba mucho de ser tranquila. Son los años de la
“Revolución en libertad” de Eduardo Frei en Chile, del triunfo de la Revolución
Cubana, de los primeros golpes militares (Brasil 1964), de la guerra de Vietnam
(1968), del Mayo Francés y del fracaso de la Alianza por el Progreso del gobierno
estadounidense. A nivel más interno, se enfrentaba la Iglesia Latinoamericana a la
tensión entre los conservadores que se resistían a la renovación del Concilio Vaticano
II.
Sus principales aportes:
- Denuncia de la pobreza y “violencia institucionalizada”. Promoción humana: justicia, paz, familia, educación.
- Evangelización y crecimiento en la fe
- Señala los límites de una transformación de la realidad. Si los cambios sociales y políticos no van acompañados de
una conversión de corazón y un cambio de mentalidad, nunca podrá alcanzar una liberación verdadera.
- Acogida y legitimación de las Comunidades Eclesiales de Base como “la célula inicial de estructuración
eclesiástica.
III Conferencia General del Episcopado en Puebla (1979)
La ocasión y el lugar tenían una clara intención: celebrar el V centenario del inicio de
la evangelización e impulsar desde allí una nueva evangelización.
1. “Miramos a nuestros Pueblos a la luz del Proyecto del Padre”: la iglesia está
preocupada de como a los pueblos americanos les está afectando los fenómenos de
globalización, los factores económicos y científicos. También, las familias están
entrando en crisis y nos se les da la importancia que tienen para la sociedad,
tenemos que ver el papel de la Iglesia.
2. “Jesucristo fuente de vida digna y plena”: se refiere a que tenemos que tener
presente que Jesucristo es fuente de vida nueva más en la vida del misionera,
debemos seguir anunciando que Jesús es la vida nueva a todo el mundo y sus
enseñanzas.
3. “El espíritu nos impulso a ser
discípulos y misioneros”: este capítulo
habla sobre la crisis que sufren las
familias de Latinoamérica y que
tenemos que reconstruir el Reino de
Dios desde el ámbito personal,
familiar, social y cultural.