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El Evangelio de la Autoestima
“Nuestro problema no es el pecado, sino la mala
imagen que tenemos de nosotros mismos” dicen
los falsos profetas en complicidad con la mayoría de
psicólogos y psiquiatras. Enseñan que nuestra
mayor necesidad es edificar o levantar “nuestra
autoestima”
1. En el humanismo
2. La psicología
3. El misticismo
4. Filosofías
5. En dogmas
6. Rituales religiosos
2. El plan maestro de Dios gira en torno a las más profundas necesidades de los seres
humanos: la dignidad, el respeto propio, el valor propio y la autoestima (p. 71-72).
3. La teología clásica define el pecado como “rebelión contra Dios”. Esa definición no es tan
incorrecta como superficial e insultante hacia el ser humano (p. 65).
4. Por lo tanto, la autoestima, o “el orgullo de ser un ser humano”, es hoy la mayor y más
básica necesidad para la raza humana (p. 19).
5. Sí, lo que necesitamos en la iglesia cristiana mundial es nada menos que una nueva
reforma. Mientras que la Reforma del siglo XVI puso el foco en la biblia como única regla
de fe y práctica, la nueva reforma nos enfocará en el sagrado derecho de cada persona a su
autoestima (p. 38).
Autoestima Robert Schuller
1. El pecado es cualquier acto o pensamiento que me robe, o robe a algún
otro ser humano la autoestima (p. 14).
Un pastor psicólogo dijo: El pecado más grave es aquel que me lleva a decir: “Soy indigno.
Puede que no tenga derecho alguno a ser hijo de Dios, si examinas lo peor de mi persona” Porque en el
momento en que una persona cree que es un “pecador indigno”, es dudoso que pueda aceptar de una
manera realmente sincera la gracia salvadora que Dios ofrece en Jesucristo”
¿Qué somos ante Dios?
4
¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de
malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al
Por cuanto
Santo de Israel, se volvieron atrás.
todos
5
¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda
pecaron, y
cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie
están
hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y
destituidos
podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
de la gloria
Is. 1:4-6
de Dios.
Ro. 3:23
Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras
justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos
arrastran. Is. 64:6