Antonio Torres El español y los criollos de Centroamérica
En la costa atlántica de Centroamérica,
desde Belice hasta el canal de Panamá, se hallan distintos criollos basados en el inglés que utilizan poblaciones de origen caribeño. Los criollohablantes, al igual que los usuarios de lenguas indígenas, se encuentran en posición de desventaja frente al español, la lengua dominante, en una situación de diglosia y de bilingüismo. El español y los criollos de Centroamérica
Estos criollos se originaron con la llegada
al territorio de esclavos africanos desde el siglo XVI. A finales del XIX tiene lugar una segunda oleada migratoria: – se trata de afrocaribeños de Jamaica, Barbados, Trinidad y otras islas que fueron a trabajar en compañías estadounidenses. El español y los criollos de Centroamérica
Desde mediados del siglo XX ha
habido políticas de aculturación para incorporar al español a los hablantes de criollos, a pesar de lo cual aún mantienen sus idiomas, junto al español. El español y los criollos de Centroamérica
Se usan los siguientes criollos en la zona:
– 1. El criollo panameño, hablado por afrocaribeños que llegaron a Panamá hace aproximadamente un siglo, todos bilingües. – 2. El criollo limonense de Costa Rica (conocido popularmente como mekatelyu, a partir de la pronunciación en esa variedad lingüística de la frase inglesa May I tell you), que se origina en poblaciones llegadas en la segunda mitad del siglo XIX desde Jamaica, y que está perdiendo ámbitos de uso: casi todos los afrolimonenses son bilingües o usan solo el español. El español y los criollos de Centroamérica
– 3. El criollo inglés de la Costa Mosquitia
de Nicaragua, que resultó del contacto de indígenas y africanos con el inglés hablado allí desde 1630. – 4. El criollo rama cay, también en Nicaragua. – 5. El inglés de las Islas de la Bahía, que pertenecen a Honduras desde 1861, del que no se determina si es propiamente un criollo o una variedad dialectal del inglés — para algunos, se trata de un “semicriollo”. El español y los criollos de Centroamérica
Se puede decir que el español de la
región posee los rasgos de una segunda lengua adquirida. No obstante, son escasos los estudios sobre la influencia de los criollos en el español de Centroamérica. El español y las lenguas africanas
El contacto del español con diversas
lenguas de África fue posible por: – el comercio de esclavos africanos negros, – y también por el conocimiento que muchos navegantes españoles tuvieron del área atlántica del África ecuatorial. El español y las lenguas africanas A lo largo de cuatro siglos se importaron esclavos africanos a América, concentrados los primeros 200 años especialmente en las minas de Bolivia, Perú, Colombia, Honduras y México. Se calcula que entre 1521 y 1713 fueron trasladados unos 700 000, y que de 1714 a 1807 llegará cerca de un cuarto de millón, de los que casi la mitad se quedará en Cuba; no obstante, también se manejan cifras más contundentes. La ley que abolía la esclavitud se promulgó el 13 de enero de 1880, pero no se hizo del todo efectiva hasta 1886. El español y las lenguas africanas La influencia que esas variedades pudieron ejercer sobre el español fue poco significativa, dado que eran múltiples las habladas por los esclavos, entre quienes no existía una lengua general. A pesar de ello, el contacto entre distintas lenguas africanas y el español se plasmó en el desarrollo en todo el mundo hispánico de un español africanizado, con conocidas representaciones literarias. El español y las lenguas africanas
Ese español africanizado parece haber
sobrevivido en el habla bozal de Cuba hasta mediados del siglo XX. Se le da el nombre de bozal a la persona que habla mal una lengua, porque no la ha adquirido adecuadamente, o a la variedad derivada de este uso limitado. El español y las lenguas africanas
Distintos investigadores, como Humberto
López Morales, han negado la existencia de un pretendido criollo antillano: “Imposible pensar en un código criollo que se implantara y se transmitiera de padres a hijos: los testimonios desmienten tal hipótesis. A pesar de los textos de que disponemos, no ha podido llegarse a descubrir en ellos una gramática criolla… El español y las lenguas africanas
… Se trata de procesos individuales
(aunque con rasgos coincidentes, claro está) de castellanización, en los que se observan múltiples fenómenos agramaticales. En la mayoría de los hablantes se dan fenómenos polimórficos, en los que no faltan formas muy cercanas a las canónicas españolas. No se trata de casos de descriollización, como en los palenqueros, sino de adquisición progresiva de estructuras españolas”. El español y las lenguas africanas Enguita Utrilla y Navarro Gala: “Ninguna innovación importante en la fonética, la morfología o la sintaxis del español americano se debe exclusivamente a la presencia de africanos. Muchas de las peculiaridades fonéticas que se observan en las hablas bozales, como por ejemplo, la reducción consonántica, las nasalizaciones vocálicas, la supresión de /-s implosiva/, la confusión y trueque de /-r/ y /-l/, la anteposición del sujeto en las interrogativas, etc., ya existían previamente en el español que aprendieron, por lo que, a lo sumo, los africanos reforzarían esos procesos ya en marcha en las variantes regionales americanas del español”. El español y otras lenguas europeas
En Hispanoamérica el español está en contacto
también con las lenguas de los grupos inmigrantes que han llegado a esos territorios desde el siglo XIX. Esa inmigración se ha concentrado particularmente en la Argentina, país que en el período de 1830-1932 ocupó el segundo puesto mundial en la recepción de inmigrantes, después de los Estados Unidos y por delante de Canadá, Brasil y Australia. El español y otras lenguas europeas
Gran número de estos inmigrantes no
tenía el español como lengua materna: había hablantes de italiano, alemán, yiddish, francés e inglés, que se asentaron especialmente en Buenos Aires y el litoral. Todos ellos se han ido asimilando. El español y otras lenguas europeas Dentro del conjunto, los italianos revisten una importancia especial. Los inmigrantes de ese origen supusieron más del 60 % del total, y se establecieron fundamentalmente en la región metropolitana de Buenos Aires. Francisco Moreno Fernández sostiene que “Sevilla fue el gran laboratorio lingüístico del español del 1600; México, del 1700; Cuba, del 1800; y Buenos Aires, del 1900”. El español y otras lenguas europeas Las variedades híbridas de italiano y español se conocen como cocoliche, “un continuo lingüístico, cuyos polos son el español bonaerense y el italiano, aunque la variación es aún más compleja, ya que no existe un único eje del continuo, sino que al ser múltiples las variedades dialectales que poseían como lengua materna los inmigrantes italianos se puede hablar de una especie de abanico en que el español bonaerense constituye un polo único y los otros extremos están dados por las distintas variedades de italiano” (Fontanella). El español y otras lenguas europeas
Existen discrepancias entre los lingüistas
en torno a la clasificación del cocoliche: “unos lo catalogan entre los pidgins y los criollos, otros prefieren hablar de un continuum pidgin, no faltan quienes lo consideren un proceso de hibridación secundario y no como un verdadero pidgin, a los que acompañan los que se oponen frontalmente a la categoría de pidgin y prefieren hablar de interlingua” (López Morales). El español y otras lenguas europeas
Hay que distinguir entre el cocoliche
recreado, inventado, que se usó en obras literarias para burlarse de los inmigrantes italianos, y el realmente utilizado a diario por esos inmigrantes. Ejemplos: – straniero (italiano) > estraniero (cocoliche) ‘extranjero’ (adición de e-). El español y otras lenguas europeas
– intellettuale > inteletuale
‘intelectual’. – penisola > penínsola ‘península’. – disgrazie > desgrazie ‘desgracias’. – dopo aver messo > dopo di metere ‘después de meter’. El español y otras lenguas europeas
Era una modalidad de transición
hablada por los italianos. Muchas voces del cocoliche pasaron al lunfardo, como laburar ‘trabajar’, fiaca ‘flaqueza, pereza’, gamba ‘pierna’, cuore ‘corazón’, yira ‘giro, vuelta’, etc. El español y otras lenguas europeas
Aparte de italianos, también se
dirigieron a la Argentina otros inmigrantes europeos, como los galeses, que llegaron de manera constante desde 1865 hasta 1914 y se asentaron en la Patagonia. Con el paso del tiempo, el galés ha ido desapareciendo de esa región. El español y otras lenguas europeas
En la segunda mitad del siglo XIX emigró la
colonia de alemanes “del Volga”, una comunidad que había vivido más de un siglo en Rusia, y se distribuyó en varias provincias alrededor de Buenos Aires. Aunque el alemán se mantiene cada vez menos entre los jóvenes, no ha desaparecido, y está en el origen de construcciones en español como “Juan hoy tiene cumpleaños” (‘Hoy es el cumpleaños de Juan’). El español y el portugués Existen paralelismos en la historia externa del español y del portugués en América, que se van implantando de norte a sur y entran en contacto con distintas lenguas indígenas, así como con lenguas africanas llevadas por los esclavos. Además, España y Portugal se enzarzaron en numerosas disputas por las fronteras de sus posesiones en América, que continuaron después en el marco de los nuevos estados independientes. El español y el portugués Sin embargo, las poblaciones fronterizas han mantenido unas relaciones fluidas, de integración. El carácter abierto de la divisoria entre el Uruguay y Brasil ha propiciado el contacto de poblaciones y la aparición de variedades mezcladas de español y portugués, conocidas como fronterizo o fronteiriço o portuñol. Ángel López García entiende estas variedades como un “dialecto poroso”.