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CAPACITACIÓN

FUTUROS ÉLDERES
Barrio Coyoacán

Por Guillermo
Los hombres dignos que tengan al menos
dieciocho años pueden recibir el Sacerdocio de
Melquisedec y ser ordenados al oficio de élder.
Un hombre ordenado a este oficio hace un
convenio sagrado de ayudar a Dios a llevar a
cabo Su obra. (véase Doctrina y Convenios 84:33-44.)

33 Porque quienes son afieles hasta obtener estos dos b


sacerdocios de los cuales he hablado, y magnifican su
llamamiento, son csantificados por el Espíritu para la
renovación de sus cuerpos.

34 Llegan a ser los hijos de Moisés y de Aarón, y la a


descendencia de bAbraham, y la iglesia y reino, y los celegidos
de Dios.
¿Quién es un
futuro élder?

“Un futuro élder es un


miembro varón de la Iglesia
que no ha recibido el
Sacerdocio de Melquisedec
y (1) tiene diecinueve años
o más; o (2) tiene menos de
diecinueve años y está
casado.
¿Qué es el Sacerdocio?
El sacerdocio es la autoridad y el poder que Dios ha concedido al hombre
sobre la tierra para actuar en Su nombre (véase TJS Génesis 14:28-
31). Cuando ejercemos la autoridad del sacerdocio en forma apropiada
hacemos lo que Él haría si estuviera presente.

Jesucristo ordena a sus apóstoles Pedro, Santiago y Juan ordenan al Sacerdocio de


Melquisedec a José Smith y Oliver Cowdery
¿Qué es el poder del Sacerdocio?
D y C 121:36

“…los derechos del sacerdocio están inseparablemente unidos a


los poderes del cielo, y… éstos no pueden ser gobernados ni
manejados sino conforme a los principios de la rectitud”.

El Señor ha dicho que el poder del saredocio no se puede ejercer sino en


rectitud.
Los oficios en el sacerdocio:
ORDENANZAS TEMPORALES ASUNTOS ESPIRITUALES

AARÓNICO MELQUISEDEC

Diácono Elder**
Maestro Sumo Sacerdote
Presbítero Patriarca
Obispo* Setenta
Apóstol

*El Obispo es el presidente del **Aparte de indicar un oficio específico


Sacerdocio Aarónico. Él posee las dentro del Sacerdocio de Melquisedec que
llaves que se le confirieron requiere ordenación, el título de "élder" se
cuando fue ordenado, pero delega utiliza para identificar a cualquiera que
responsabilidades a sus posea el sacerdocio mayor.
consejeros. Los tres forman el Por consiguiente, a los setenta y a los
obispado, que es una presidencia apóstoles se les puede llamar "élderes"
(véase DyC 107: 15-17). (véase DyC 20:38).
LOS QUÓRUMES

En la dispensación del cumplimiento de los tiempos, el Señor mandó que el sacerdocio debía ser organizado
en quórumes, lo cual significa asambleas selectas de hermanos a quienes se les ha dado la autoridad para que
se hagan responsables de que los asuntos de Su Iglesia se lleven a cabo y Su obra siga adelante.

Un quórum es una hermandad. Con excepción de los oficios de obispo y de patriarca, los varones ordenados
a los oficios del sacerdocio están organizados en quórumes. A pesar de que a un poseedor del sacerdocio se
le puede llamar y apartar para desempeñar asignaciones eclesiásticas y también se le puede relevar de ellas,
su condición de miembro en el quórum al cual pertenece permanece inalterable.

El ser parte de la organización de su quórum es el derecho de quien ha sido ordenado a un oficio dentro del
sacerdocio y el poseer el sacerdocio, incluso el asistir como miembro a su quórum, debe considerarse como
un privilegio sagrado.
Los quórumes del Sacerdocio de Melquisedec son:

La Primera Presidencia.
El Quórum de los Doce.
Los quórumes de los Setenta.
Los quórumes de los sumos sacerdotes.
Los quórumes de élderes.

Los quórumes del Sacerdocio Aarónico son:

Los quórumes de presbíteros.


Los quórumes de maestros.
Los quórumes de diáconos.
Las Llaves
del
Sacerdocio
Las llaves constituyen el derecho de presidencia, o sea, el poder que Dios da
al hombre para dirigir, controlar y gobernar el sacerdocio de Dios sobre la
tierra. Los poseedores del sacerdocio a quienes se les llama a ocupar cargos
de presidencia reciben las llaves de manos de los que tienen autoridad
sobre ellos. Los poseedores del sacerdocio solamente ejercen su sacerdocio
dentro de los límites designados por los que poseen las llaves. El Presidente
de la Iglesia es la única persona en la tierra que posee todas las llaves del
sacerdocio y él está autorizado para ejercerlas (DyC 107:65–67, 91–92;
132:7). Guía para el Estudio de las Escrituras, Llaves del Sacerdocio
Las llaves del sacerdocio no son llaves
que se puedan tocar o sostener en las Para abrir el cerrojo de una puerta
manos, como las lleves de un auto. Una necesitamos una llave; no podemos entrar
en una casa a menos que tengamos la llave “Estas llaves son el derecho
llave del sacerdocio es la autoridad o el
de la puerta o que el dueño nos permita de presidir; el poder y la
permiso de actuar en nombre del Padre
Celestial. Las llaves del sacerdocio entrar. Asimismo, con la excepción del autoridad para gobernar y
permiten que los líderes de la Iglesia derecho que tienen los esposos o padres de dirigir todos los asuntos del
dirijan la forma en que se utiliza el bendecir a su familia, un poseedor del Señor sobre la tierra.
sacerdocio en la Tierra. sacerdocio sólo puede usarlo cuando tiene Aquellos que las poseen
la autorización correspondiente. Por
ejemplo, un presbítero tiene la autoridad
tienen el poder para gobernar
Jesucristo tiene todas las llaves del para ordenar a otra persona a un oficio del y controlar la forma en que
sacerdocio. Cuando se restauró la Iglesia, Sacerdocio Aarónico, pero no puede hacerlo todos los demás pueden servir
Él dio las llaves del sacerdocio a José sin recibir el permiso del obispo o del en el sacerdocio. Todos
Smith para que fuera Su profeta. Hoy en presidente de rama para hacerlo. Este poder nosotros podemos poseer el
día, la Primera Presidencia y el Cuórum para dar permiso se denomina las llaves del sacerdocio, pero únicamente
de los Doce Apóstoles poseen esas llaves. sacerdocio. podemos ejercerlo cuando
aquellos que poseen las llaves
nos autorizan” (“Las llaves
eternas y el derecho de
¿Cuál es la diferencia que existe entre el sacerdocio y las llaves
presidir”, Liahona, marzo de 1973,
del sacerdocio? pág. 18).
El sacerdocio es el poder o autoridad de Dios. Las llaves son el
derecho de usar este poder o autoridad en una forma específica.
¿Quiénes tienen llaves del sacerdocio?

Jesucristo posee Las llaves de esta


todas las llaves del dispensación”, las
Las llaves del sacerdocio
sacerdocio cuales son
Actualmente, los miembros de la Primera también se confieren a la
necesarias para
Presidencia y del Quórum de los Doce Presidencia de los Setenta
dirigir la Iglesia, le
Apóstoles poseen esas llaves.
fueron conferidas al
profeta José Smith
(véase D. y C.
110:16).

PRESIDENTES PRESIDENTES PRESIDENTES OBISPOS Y PRESIDENTES PRESIDENTES


DE TEMPLO DE MISIÓN DE ESTACA Y PRESIDENTES DE QUÓRUM DE QUÓRUM
DISTRITO DE RAMA DE ÉLDERES DE
SACERDOCIO
AARÓNICO
Llaves restauradas
ELÍAS EL
MOISÉS ELÍAS PROFETA
DyC 110:11 DyC 110:12 DyC
110:13-16

LLAVES DEL (La


(las llaves del (Las llaves de
SACERDOCIO dispensación
recogimiento de esta
RESTAURADAS del evangelio de
Israel) dispensación)
Abraham)

(El poder de
(El matrimonio
sellar, incluso la
LO QUE ESTAS (La obra celestial y la
obra del templo
LLAVES ABREN misional) posteridad
y de historia
eterna)
familiar)
LAS LLAVES DEL SACERDOCIO

GUÍAN TANTO A LAS MUJERES COMO A


LOS HOMBRES, Y LAS ORDENANZAS Y
LA AUTRIDAD DEL SACERDOCIO
ATAÑEN TANTO A LAS MUJERES COMO
A LOS HOMBRES
Dallin H. Oaks
“Las llaves del sacerdocio son la autoridad para
dirigir el uso del sacerdocio a favor de los hijos de
Dios”.
El sacerdocio no es masculino, es la
autoridad de Dios.

(Ejemplo de la sombrilla)

Sombrilla = Sacerdocio

Cubre a todos los que se encuentran


debajo de ella, el poseedor del
sacerdocio solo la sostiene, esa es su
responsabilidad.
Juramento y Convenio del sacerdocio
D y C 84:33-40

33 Porque quienes son fieles hasta


obtener estos dos sacerdocios de 34 Llegan a ser los hijos de Moisés
35 Y también todos los que reciben
los cuales he hablado, y y de Aarón, y la descendencia de 36 porque el que recibe a mis
este sacerdocio, a mí me reciben,
magnifican su llamamiento, son Abraham, y la iglesia y reino, y los siervos, me recibe a mí;
dice el Señor;
santificados por el Espíritu para la elegidos de Dios.
renovación de sus cuerpos.

40 Así que, todos los que reciben el


38 y el que recibe a mi Padre,
39 Y esto va de acuerdo con el sacerdocio reciben este juramento
37 y el que me recibe a mí, recibe a recibe el reino de mi Padre; por
juramento y el convenio que y convenio de mi Padre, que él no
mi Padre; tanto, todo lo que mi Padre tiene le
corresponden a este sacerdocio. puede quebrantar, ni tampoco
será dado.
puede ser traspasado.
De todos los convenios que incumben al Evangelio de Jesucristo, pocos si los hay,
tienen mas importancia que el juramento y convenio del sacerdocio. Es
eminentemente sagrado por tratarse de un poder celestial dado al hombre y del
esfuerzo de este por lograr metas eternas. No podemos hacer caso omiso a las
condiciones de ese contrato; por esa ignorancia podríamos no cumplir nuestro deber,
con el resultado de la perdida de las bendiciones prometidas

Un convenio del evangelio es un contrato santo. "Dios dispone las


condiciones, y el hombre las acepta" (Bible Dictionary, pág. 651).

Las dos partes en el convenio del sacerdocio son el hombre y Dios. El hombre pacta
hacer ciertas cosas y cumplir ciertas condiciones; Dios por su parte promete
bendiciones.
El presidente Mario G. Romney dijo:

“Los hombres reciben el Sacerdocio de Melquisedec por medio de un juramento y


convenio.

“Un convenio es un acuerdo que se hace entre dos o más partes. Un juramento es un
testimonio de la inviolabilidad de las promesas que se encuentran en el acuerdo. En
el convenio del sacerdocio las partes son el Padre y el que recibe el sacerdocio, y
cada uno asume ciertas obligaciones”.
(Conferencia abril de 1962)
Marion G. Romney

Es decir, los hombres acuerdan observar los mandamientos y el Señor promete recompensarlos
debidamente. El Evangelio mismo es el Nuevo y Sempiterno Convenio, y abarca todos los
acuerdos, todas las promesas, y todas las recompensas que el Señor ofrece a su pueblo. Entonces,
cuando recibimos el Sacerdocio de Melquisedec, lo hacemos mediante un convenio. Prometemos
solemnemente recibir el sacerdocio, magnificar nuestros llamamientos dentro de él y vivir de
cada palabra que proceda de la boca de Dios. El Señor por su parte nos promete que si guardamos
este convenio, recibiremos todo lo que el Padre tiene, que es la Vida Eterna.
En este Juramento y Convenio hay 2 requisitos:
1.- El primero es la fidelidad, que indica obediencia a las leyes de Dios e implica verdadera observancia de todas
las normas del evangelio.

Para comprender mejor en que consiste el juramento y convenio del sacerdocio permítanme formular algunas
preguntas:

a) ¿Puede ser fiel un hombre que no planea y hace los arreglos para que en su hogar se lleven a cabo diariamente
oraciones familiares?
b) ¿Puede ser fiel un hombre que no enseña a sus hijos los verdaderos principios del Evangelio de Cristo y que no les
da el ejemplo de vivir según esas verdades?
c) ¿Puede ser fiel un hombre que no observa y que no cumple la Palabra de Sabiduría?
d) Puede ser fiel un hombre que no paga un diezmo íntegro y sus ofrendas de ayuno?
e) Puede ser fiel un hombre que no honra y obedece las leyes del país?

2. El segundo requisito del juramento y convenio del Santo Sacerdocio es el de magnificar nuestro propio
llamamiento.

¿Qué significa magnificar?


El presidente Thomas S. Monson explicó:

“Significa edificarlo en dignidad e importancia, hacerlo


honorable y digno de elogio a los ojos de todos los
hombres, aumentarlo y fortalecerlo para que la luz del
cielo brille a través de él a la vista de otros hombres. ¿Y
cómo se magnifica un llamamiento? Simplemente
llevando a cabo el servicio que le corresponde. Un élder
magnifica su llamamiento al aprender cuáles son sus
deberes como tal y cumplirlos. Y así como en el caso de un
élder, también lo es con un diácono, un maestro, un
presbítero, un obispo y con cada uno que tenga un oficio
Thomas S. en el sacerdocio.” (véase Thomas S. Monson, “El poder del sacerdocio”,
Monson Conferencia General, octubre de 1999).
Ahora bien, teniendo en cuenta esta definición, permítanme
hacer algunas preguntas para lograr una comprensión más
clara:
¿Puede magnificar su llamamiento
¿Puede un hombre magnificar su
¿Puede un hombre magnificar su el hombre que rehúsa aceptar
oficio y llamamiento en el
llamamiento sin darle a su oficio posiciones y responsabilidades de
sacerdocio sin honrar y vivir fiel y
esa dignidad de carácter espiritual confianza cuando su presidente de
dignamente como un verdadero
y humilde que le corresponde? estaca, su obispo u otra autoridad
siervo de Dios?
constituida lo llame a servir?

¿Puede magnificar su llamamiento


¿Puede magnificar su llamamiento
un hombre que no elimina toda la
un hombre que rehúsa a sostener
iniquidad de su alma, a fin de
mediante su fe, oraciones y actos
poder obtener la gracia de Dios y
a aquellos a quienes Dios ha
de esa forma gozar del poder que
llamado y ordenado para
viene de usar el sacerdocio para
presidirlo?
bendecir a los demás?
EL CONVENIO DEL HOMBRE

1. Recibir de buena fe el Sacerdocio de Melqisedec

2. Magnificar los llamamientos

3. Obedecer los mandamientos

4. Vivir de toda palabra de Dios


LA PROMESA Y EL JURAMENTO DE DIOS

Primera promesa. Seremos santificados por el Espíritu. Advirtamos estas palabras:


"Porque quienes son fieles hasta obtener estos dos sacerdocios de los cuales he hablado [el Sacerdocio Aarónico y
el de Melquisedec, y magnifican su llamamiento, son santificados por el Espíritu para la renovación de sus
cuerpos." (D. y C. 84:33.)

Segunda promesa: Seremos contados entre los elegidos de Dios. Se dice de aquellos que reciban el Santo
Sacerdocio y permanezcan fieles a sus convenios que:
"Llegan a ser los hijos de Moisés y de Aarón, y la descendencia de Abraham, y la iglesia y reino, y los elegidos de
Dios" (D. y C. 84:34).
"Esos son los miembros de la Iglesia que se esfuerzan de todo corazón por guardar la plenitud de la ley del
evangelio en esta vida para poder llegar a ser herederos de la plenitud de los galardones del evangelio en la vida
venidera." (Bruce R. McConkie, Mormon Doctrine, Bookcraft, 1966, pág. 217.)

Tercera promesa: Se nos dará todo lo que Dios tiene. Cristo pronunció esta promesa que lo engloba todo con las
siguientes palabras: "Todo lo que mi Padre tiene le será dado" (D. y C. 84:38). Aún la vida eterna.
No podemos obtener la perfección en un instante, sino que debemos
mejorar diligentemente y constantemente.

Mosía 4:27
“27 Y mirad que se hagan todas estas cosas con
prudencia y orden; porque no se exige que un
hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas
le permiten. Y además, conviene que sea
diligente, para que así gane el galardón; por
tanto, todas las cosas deben hacerse en orden.”
Propósito de Las ordenanzas del sacerdocio Los hermanos que efectúan las
las ordenanzas son actos sagrados dados por el
Señor y se efectúan por medio
ordenanzas y bendiciones deben
prepararse para ello por medio de
y bendiciones de la autoridad del sacerdocio. una vida que esté en armonía con
Las bendiciones del sacerdocio los principios del Evangelio y de
del sacerdocio se dan por medio de esta un esfuerzo sincero por obtener la
autoridad del sacerdocio y guía del Espíritu Santo. Deben
tienen el propósito de sanar, llevar a cabo toda ordenanza y
consolar y alentar a los demás. bendición de una manera
dignificante.

Las ordenanzas y bendiciones deben cumplir con los requisitos que se dan a
continuación; la ordenanza debe:

1.Efectuarse en el nombre de Jesucristo.


2.Efectuarse por la autoridad del sacerdocio.
3.Efectuarse siguiendo todas las pautas precisas; por ejemplo, seguir las palabras prefijadas
para la ordenanza o utilizar aceite consagrado para las bendiciones de salud.
4.Cuando sea necesario, debe ser autorizada por el líder del sacerdocio que posea las llaves
apropiadas.
Nota: Las ordenanzas que requieren autorización de los líderes del sacerdocio son las
siguientes: dar nombre y bendecir a los niños, realizar bautismos y confirmaciones, conferir el
sacerdocio y ordenar a un oficio del sacerdocio, bendecir y repartir la Santa Cena y dedicar
sepulcros.
Ordenanzas

BENDECIR Y REPARTIR LA SANTA


NOMBRE Y BENDICIÓN DE NIÑOS BAUTISMO CONFIRMACIÓN CENA

CONFERIR EL SACERDOCIO Y
CONSAGRACIÓN ACEITE BENDICIÓN DE LOS ENFERMOS ORDENAR A UN OFICIO DEDICACIÓN SEPULCRO
Dar un nombre y bendicion a los niños
D y C 20:70
Cuando se bendice a un bebé, los poseedores del Sacerdocio
de Melquisedec se colocan en círculo y colocan las manos
debajo de este. Cuando se bendice a un niño de mayor edad,
los hermanos colocan las manos levemente sobre la cabeza del
niño. La persona que pronuncia la bendición:

1. Se dirige al Padre Celestial.

2. Declara que la bendición se efectúa por la autoridad del


Sacerdocio de Melquisedec.

3. Da un nombre al niño.

4. Pronuncia palabras de bendición de acuerdo con lo que le


indique el Espíritu.

5. Termina en el nombre de Jesucristo


Bautismo y Confirmación La persona es confirmada miembro de la Iglesia y
recibe el don del Espíritu Santo después de ser
D y C 20:73 bautizada (véase Doctrina y Convenios 20:41). La
persona es miembro de la Iglesia únicamente después
Bajo la dirección de la autoridad que preside, un presbítero o un de que se hayan efectuado y registrado debidamente
poseedor del Sacerdocio de Melquisedec puede efectuar la las ordenanzas del bautismo y de la confirmación
ordenanza del bautismo. Para ello: (véanse Juan 3:5; Doctrina y Convenios 33:11).

Bajo la dirección del obispado, uno o más poseedores del Sacerdocio de


Melquisedec pueden participar en la confirmación. Estos colocan las
1. Se pone de pie en el agua junto con la persona que vaya a bautizar.
manos levemente sobre la cabeza de la persona. Luego, aquel que
efectúa la ordenanza:
2. Con la mano izquierda, toma la muñeca derecha de la persona (por comodidad y
seguridad). A su vez, la persona que se vaya a bautizar toma la muñeca izquierda del
1. Pronuncia el nombre completo de la persona.
poseedor del sacerdocio con la mano izquierda.
2. Declara que la ordenanza se efectúa por la autoridad del Sacerdocio
3. Quien efectúa el bautismo levanta el brazo derecho en forma de escuadra.
de Melquisedec.
4. Pronuncia el nombre completo de la persona y dice: “Habiendo sido comisionado por
3. Confirma a la persona miembro de La Iglesia de Jesucristo de los
Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Santos de los Últimos Días.
Amén” (Doctrina y Convenios 20:73).
4. Dice las palabras: “Recibe el Espíritu Santo” (no debe decir: “recibe el
5. Se asegura de que la persona se tape la nariz con la mano derecha (por comodidad);
don del Espíritu Santo”).
entonces el poseedor del sacerdocio coloca su mano derecha en la parte superior de
la espalda de la persona y la sumerge por completo, incluso las prendas que esta
5. Pronuncia palabras de bendición de acuerdo con lo que le indique el
viste.
Espíritu.
6. Ayuda a la persona a salir del agua.
6. Termina en el nombre de Jesucristo.
Santa Cena
D y C 30:77, 79; Moroni 4-5
Mientras la congregación canta el himno sacramental, los poseedores del sacerdocio que van a bendecir la Santa Cena se
ponen de pie con reverencia, retiran la parte del mantel que cubre las bandejas del pan y parten el pan en trozos peque ños. Al
terminar de partir el pan, se sientan y cantan el himno con la congregación.

A continuación del himno, la persona que vaya a bendecir el pan se arrodilla y ofrece la oración sacramental del pan. Las
oraciones sacramentales se recibieron por revelación del Señor (véanse Doctrina y Convenios 20:77, 79; Moroni 4–5). El
obispo se asegura de que se pronuncien de manera clara, precisa y con solemnidad. Si la persona que bendice la Santa Cena
comete un error en las palabras pero se corrige a sí misma, no es necesario hacer otra corrección; pero si la persona no
corrige el error, el obispo debe indicarle que tiene que repetir la oración de la forma correcta.

Después de la oración, los diáconos u otros poseedores del sacerdocio reparten el pan a la congregación de manera reverente
y ordenada. El oficial que preside es el primero en recibir la Santa Cena. El obispo (o en su ausencia, uno de sus consejeros)
preside la reunión sacramental, a menos que se halle en el estrado un miembro de la presidencia de estaca, un Setenta de
Área o una Autoridad General. Los miembros del sumo consejo no presiden ni se les ofrece la Santa Cena en primer lugar.

Tras la oración, los diáconos u otros poseedores del sacerdocio reparten el agua entre la congregación. Cuando terminan,
devuelven las bandejas a la mesa sacramental, esperan hasta que los que ofician cubran las bandejas y entonces vuelven con
reverencia a sus asientos.
Consagración del aceite
Uno o más poseedores del Sacerdocio de Melquisedec deben
consagrar aceite de oliva antes de utilizarlo para ungir a los
enfermos o afligidos. No puede utilizarse ningún otro aceite.
Para consagrar el aceite, el poseedor del sacerdocio:

1. Sostiene abierto el recipiente que contiene el aceite de


oliva.
2. Se dirige al Padre Celestial.
3. Declara que actúa por la autoridad del Sacerdocio de
Melquisedec.
4. Consagra el aceite (no consagra el recipiente), y lo aparta
para la unción y la bendición de los enfermos y afligidos.
5. Termina en el nombre de Jesucristo.

Los miembros no deben ingerir aceite consagrado ni aplicarlo


sobre ninguna parte del cuerpo afectada de alguna forma.
Bendecir a los enfermos
Solamente los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec pueden bendecir a los enfermos o afligidos. Por lo general, dos o
más poseedores del sacerdocio bendicen a los enfermos, aunque uno solo puede efectuar solo tanto la unción como el
sellamiento, si es necesario. Si no se dispone de aceite consagrado, se puede dar una bendición sin la unción en virtud de la
autoridad del sacerdocio.
Los padres que poseen el Sacerdocio de Melquisedec normalmente deben bendecir a los miembros de su familia que estén
enfermos.
Los hermanos deben bendecir a los enfermos a solicitud de la persona enferma o de aquellos a quienes les incumba
principalmente la salud de esta, a fin de que la bendición se reciba de acuerdo con su fe (véanse Doctrina y Convenios 24:13–
14; 42:43–44, 48–52).
Los poseedores del sacerdocio de Melquisedec que visiten hospitales no deben solicitar oportunidades de bendecir a los
enfermos.
Si una persona solicita más de una bendición para la misma enfermedad, el poseedor del sacerdocio no tiene que ungir con
aceite después de la primera bendición. En lugar de ello, da la bendición imponiendo las manos y por la autoridad del
sacerdocio.
La bendición de los enfermos consta de dos partes: la unción con aceite y el sellamiento de la unción.
Ungir con aceite (se efectúa en dos partes)
Primera parte: Unción
La unción la lleva a cabo un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec. El poseedor del sacerdocio:
1. Vierte una gota de aceite consagrado sobre la cabeza de la persona.
2. Pone las manos levemente sobre la cabeza de la persona y la llama por su nombre completo.
3. Declara que actúa por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec.
4. Declara que unge con aceite que ha sido consagrado para ungir y bendecir a los enfermos y afligidos.
5. Termina en el nombre de Jesucristo.

Segunda parte: Sellar la Unción


Normalmente, dos o más poseedores del Sacerdocio de Melquisedec ponen las manos levemente sobre la
cabeza de la persona. El que sella la unción:
1. Llama a la persona por su nombre completo.
2. Declara que sella la unción por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec.
3. Pronuncia palabras de bendición de acuerdo con lo que le indique el Espíritu.
4. Termina en el nombre de Jesucristo
Conferir el sacerdocio y ordenar a un oficio
Para efectuar esta ordenanza se requiere
la autorización de un líder del sacerdocio Para participar en una ordenación, la persona debe (1) ser
que posea las llaves correspondientes o presbítero o poseedor del Sacerdocio de Melquisedec y (2)
que actúe bajo la dirección de una tener la misma autoridad del sacerdocio o mayor a la que se
persona que posea dichas llaves. vaya a conferir en la ordenanza. Por ejemplo, un élder no debe
formar parte del círculo cuando se ordene a un sumo
Cuando se hayan realizado las entrevistas sacerdote, ni cuando se aparte a un hermano a un oficio que
y se hayan obtenido las aprobaciones requiera que sea sumo sacerdote.
necesarias:

1. El presidente de estaca (u otra persona bajo su dirección) puede ordenar a la persona al oficio de élder, o puede autorizar a otro poseedor del
Sacerdocio de Melquisedec para que lo haga. Solamente quienes sean poseedores del Sacerdocio de Melquisedec pueden formar parte del
círculo.
2. El presidente de estaca (u otra persona bajo su dirección) puede ordenar a la persona al oficio de sumo sacerdote, o puede autorizar a otro
sumo sacerdote para que lo haga. Solo quienes sean sumos sacerdotes pueden formar parte del círculo.
3. El obispo (u otra persona bajo su dirección) puede ordenar a la persona al oficio de diácono, maestro o presbítero. Solo los presbíteros y los
poseedores del Sacerdocio de Melquisedec pueden actuar como portavoces o formar parte del círculo.

Continúa…

Continúa

Para efectuar una ordenación en el sacerdocio, uno o más poseedores del


sacerdocio autorizados colocan las manos levemente sobre la cabeza de la Las ordenaciones son una
persona. Luego, el poseedor del sacerdocio que efectúa la ordenación: oportunidad para dar
bendiciones. Por lo
general, se proporciona
1. Llama a la persona por su nombre completo. consejo e instrucción
2. Declara la autoridad por la cual se efectúa la ordenación (el Sacerdocio detallados cuando se le
Aarónico o el de Melquisedec). enseñan sus deberes a la
persona, en vez de
3. Confiere el Sacerdocio Aarónico o el de Melquisedec, a menos que ya se
hacerlo durante la
haya conferido.
ordenación.
4. Ordena a la persona al oficio correspondiente del Sacerdocio Aarónico o de
La ordenación no debe
Melquisedec, y le otorga los derechos, los poderes y la autoridad de ese
extenderse hasta
oficio (no se entregan llaves del sacerdocio al conferir el sacerdocio ni al
convertirse en una
ordenar a uno de esos oficios).
reunión formal. No es
5. Pronuncia palabras de bendición de acuerdo con lo que le indique el necesario que haya
Espíritu. oraciones, testimonios ni
6. Termina en el nombre de Jesucristo. instrucción cuando se
vaya a ordenar a alguien.
Dedicación de sepulturas
Para efectuar esta ordenanza se requiere la autorización de un líder del sacerdocio que posea las llaves correspondientes o
que actúe bajo la dirección de una persona que posea dichas llaves.

La persona que dedique la sepultura debe poseer el Sacerdocio de Melquisedec y estar autorizada por el oficial del
sacerdocio que dirija el servicio. Para dedicar la sepultura, hace lo siguiente:

1. Se dirige al Padre Celestial.


2. Declara que actúa por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec.
3. Dedica y consagra la sepultura como un lugar de descanso para el cuerpo del fallecido.
4. Pide en oración que se bendiga y proteja el lugar hasta la resurrección (donde resulte apropiado).
5. Pide al Señor que consuele a la familia y expresa los pensamientos que le dicte el Espíritu.
6. Termina en el nombre de Jesucristo.
Si la familia lo prefiere, se puede ofrecer una oración al lado de la sepultura en lugar de una oración dedicatoria.

Si el cuerpo de un miembro de la Iglesia fuera cremado, el oficial que preside puede valerse de su criterio para determinar si se
ha de dedicar el lugar donde se preservarán las cenizas; deberá tomar en cuenta los deseos de la familia, así como las
costumbres y leyes locales. Si se dedicara tal lugar, el poseedor del sacerdocio puede adaptar las instrucciones para dedicar las
sepulturas.
La forma en que los hombres y mujeres trabajan juntos para llevar a cabo
la obra de Dios

Los hombres y las mujeres son iguales a los ojos de


Dios y a los ojos de la Iglesia, pero igual no significa
que sean lo mismo. Las responsabilidades y los dones
divinos de los hombres y las mujeres difieren en su
naturaleza, pero no en su importancia ni influencia.
Dios no considera a un sexo mejor o más importante
que el otro. Gordon B.
Hinckley
“nuestro Padre Eterno…
[siempre tuvo la] intención…
[de] que ustedes (las mujeres)
fueran la corona gloriosa de
Sus creaciones”.
Gordon B. Hinckley, véase “Permanezcan firmes frente
a las asechanzas del mundo”, Liahona, enero de 1996,
pág. 117.
“El don del sacerdocio es inestimable. Conlleva la autoridad de
actuar como siervos de Dios, de bendecir a los enfermos,
bendecir a nuestras familias y también a los demás. Su autoridad
puede extenderse más allá del velo de la muerte, hasta las
eternidades. “No hay nada que se le compare en todo el mundo;
protéjanlo, atesórenlo… y vivan de modo que sean dignos de él”

Mis queridos hermanos, que la rectitud guíe cada uno de nuestros


pasos al viajar por esta vida. Que hoy y siempre seamos dignos
receptores del divino poder del sacerdocio que poseemos. Que
bendiga nuestras vidas y que lo usemos para bendecir la vida de Thomas S.
los demás como lo hizo Él que vivió y murió por nosotros, Monson
Jesucristo, nuestro Señor y Salvador”.
Fin

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