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1- Introducción.

Doctrinariamente se define al Derecho Procesal Penal como la rama del orden


jurídico interno del Estado, cuyas normas instituyen y organizan los órganos
públicos que cumplen la función judicial penal de aquel y disciplinan los actos
que integran el procedimiento necesario para imponer y actuar una sanción.

Del proceso penal se ha dicho que su finalidad es la de comprobar o desvirtuar


la existencia de un delito, siempre que la acción penal no haya prescrito, así
como determinar la responsabilidad del incoado, en aras de la averiguación de
la verdad y la justicia, teniendo como fin mediato la defensa social y la inmediata
aplicación de la pena al caso concreto. En ese sentido, el proceso penal es el
marco normativo para conseguir dicha finalidad.

Empero el Derecho Procesal Penal, no solo se ocupa de regular el proceso penal


como herramienta de la que se vale el juez para dictar sentencia, sino
también, regula la actividad investigativa que busca obtener fuentes de
prueba para encausar una hipótesis criminal en dicho proceso. En ese sentido,
la investigación criminal es entendida como el proceso lógico o actividad
metodológica, encaminada al descubrimiento de la verdad real de los hechos
delictivos.

En ese sentido, tanto la investigación criminal, como el proceso penal, son


herramientas que al final de cuentas, hacen posible el ius puniendi del Estado,
en tanto sin los mismos no es posible obtener una sanción penal.

No es antojadizo, por lo tanto, que nuestro proceso penal recurra a ciertas


medidas, probatorias o precautorias, que resultan ser restrictivas de otros
derechos fundamentales, por lo que se exige el respeto de ciertos límites legales.

Hay que recordar que el reconocimiento de los derechos fundamentales de la


persona a nivel constitucional, es el resultado de la lucha misma de la
humanidad, que hereda a la modernidad su legado humanista, del cual se
posibilita la libertad en sociedad. En ese sentido, el Estado peruano se presenta
con un perfil antropocentrista.

Empero resulta imposible sostener la absolutización de los derechos


fundamentales, los cuales, ponderados racionalmente, deben ser limitados en
ocasiones, para el goce de otros derechos fundamentales o posibilitando ciertos
bienes jurídicos de igual importancia.

De esa manera surge a nivel doctrinal, la polémica discusión sobre las medidas
restrictivas a derechos fundamentales en procesos de diferente naturaleza
general, y en materia penal en particular, en los cuales se restringen derechos
fundamentales por el interés público de la correcta aplicación de la ley y la
reparación de derechos violentados.

Entre tales medidas nuestra legislación regula las intervenciones corporales, que
no son más que medidas heterogéneas que afectan al imputado o a terceras
personas en el marco de la investigación penal.

2- CONCEPTO

Las intervenciones corporales son todos aquellos actos de investigación de


conductas delictivas que afectan al cuerpo de las personas sobre las que se
ejercen y cuyo objetivo inmediato puede ser diverso, como por ejemplo
comprobar una identificación, la ingestión de bebidas o de sustancias, o
averiguar si ocultan elementos que pueden servir para la prueba de un delito.

Según GONZÁLEZ CUÉLLAR las define como “aquellas medidas de


investigación que dentro del proceso tienen por objeto el cuerpo de una persona,
y cuya finalidad puede ser tanto la búsqueda del cuerpo del delito como concretar
aspectos relativos a la salud física o psíquica de una persona”.

Según MORENO CATENA, sostiene que “las intervenciones corporales


trascienden del examen externo del sujeto, que era constitutivo de una simple
inspección corporal.”
Las intervenciones corporales pueden en consecuencia ser definidas como
aquellas diligencias de investigación penal que se practican sobre el cuerpo de
la persona viva (pues en otro caso estaríamos hablando de autopsias), y que
inciden (o pueden incidir) de modo grave en sus derechos fundamentales,
especialmente los derechos a la integridad física y a la intimidad.

En un sentido amplio, también hacerse extensivas a los casos en que los que no
se persigue una finalidad investigadora, sino para la vida mediante el suministro
forzoso de alimentos o transfusiones de sangre. Comprende por lo tanto,
cualquier tipo de intervención en el cuerpo humano que no cuente con el
consentimiento de la persona afectada, siempre que se pueda realizar sin riesgo
para su salud o integridad física y que responde a razones de gravedad y
proporcionalidad. Entre dichas intervenciones, suelen mencionarse los análisis
de sangre, los cacheos policiales, la espiración de aire en tés de alcoholemia,
los reconocimientos médicos, los registros anales o vaginales, las recogidas de
muestras con el objetivo de obtener el ADN o comprobar la adicción a drogas,
etc.

Del concepto, podemos distinguir lo siguiente:

a) Investigaciones corporales, que serían las que se practican investigando el


cuerpo mismo, como ocurre cuando se analiza el contenido de alcohol de sangre
o los marcadores de ADN.

b) Registros corporales, para describir la búsqueda en la superficie, cavidades


naturales o ropas de la persona, de efectos ocultos. No obstante, la distinción no
pasa de tener una utilidad puramente teórica, pues desde el punto de vista
jurídico práctico, ambos supuestos de incidencias corporales están sometidos a
idéntico régimen jurídico, con las tenues modulaciones que se verán en el
presente estudio.
2.1- CLASES DE INTERVENCIONES CORPORALES

Según estudio realizado el tribunal constitucional de España en la sentencia de


207/1996 hizo un análisis minucioso de estas intervenciones manifestando que
las mismas se clasifican en:

2.1.1- INSPECCIONES O REGISTROS CORPORALES.

Se caracterizan por el derecho fundamental que puede verse afectado por su


práctica: “en principio no resulta afectado el derecho a la integridad física, al no
producirse, por lo general, lesión o menoscabo del cuerpo, pero sí puede verse
afectado el derecho fundamental a la intimidad corporal si recaen sobre partes
íntimas del cuerpo o inciden en la privacidad”. Dentro de ellas pueden
establecerse diversos apartados, según la finalidad perseguida en cada caso:

1.- La determinación del imputado o de su identidad: diligencias de


reconocimiento en rueda, exámenes dactiloscópicos o antropomórficos, etc.

2.- La averiguación de circunstancias relativas al hecho punible:


electrocardiogramas, exámenes ginecológicos, etc.
3.- El descubrimiento del objeto del delito: inspecciones anales o vaginales, etc.

2.1.2 INTERVENCIONES CORPORALES EN STRICTO SENSU.

En ellas el derecho fundamental que se verá afectado por regla general será la
integridad física en tanto implican una lesión o menoscabo del cuerpo, aunque
sea mínima o afecte tan solo a su apariencia externa. Pueden consistir en:
1.- Extracción del cuerpo de determinados elementos externos o internos para
ser sometidos a informe pericial: análisis de sangre, orina, pelos, uñas, biopsias,
etc.

2.- Exposición del cuerpo humano a radiaciones: rayos X, T.A.C., resonancias


magnéticas, etc.

Estas a su vez se subdividen en dos tipos, según el grado de sacrificio que


imponen al derecho a la integridad física:
Leves, cuando a la vista de todas las circunstancias concurrentes no puedan
considerarse objetivamente susceptibles de poner en peligro el derecho a la
salud ni de ocasionar sufrimientos a la persona afectada. Así ocurrirá, por lo
general, en el caso de extracción de elementos externos del cuerpo (como pelo
o uñas), o incluso de algunos internos (como los análisis de sangre).

Graves, en caso contrario, como ejemplos las punciones lumbares o la


extracción de líquido cefalorraquídeo, siguiendo los ejemplos dados por el fallo
antes aludido.

3- LOS DERECHOS FUNDAMENTALES RESTRINGIBLES EN LAS


INTERVENCIONES CORPORALES.

La esencia de las intervenciones corporales es la afectación de los derechos


fundamentales de las personas que son sus destinatarios; al respecto, se ha
entendido que principalmente se limitaran el derecho a la intimidad corporal, a la
integridad corporal, la libertad personal entre otros. Las cuales se debe tener en
cuenta supuestos fundamentales como:

La dignidad de la persona humana.- nuestra actual constitución política, en su


artículo 1, establece que la defensa de la persona humana y el respeto de su
dignidad son el fin supremo de la sociedad y del estado, este articulo constituye
la piedra angular de los derechos fundamentales de las personas y por ellos es
el soporte estructural de todo edificio constitucional.

La intimidad personal.- es un derecho fundamental que se encuentra


consagrado en nuestra constitución política en su artículo 2 inciso 7; se ha
sometido que el concepto de intimidad en las últimas décadas se ha ido
ampliando, dadas las nuevas formas con las que se puede vulnerar en la
actualidad.
La integridad física.-las intervenciones corporales pueden ser de diferente
intensidad, según el grado de afectación de integridad física del sujeto, pues no
es lo mismo obtener saliva, extraer un cabello o cortar una parte de una uña o
incluso unas gotas de sangre, que practicar una punción lumbar más agresiva.

4- Regulación

El Código Procesal Penal regula la intervención corporal de la siguiente manera:

Artículo 211: Examen corporal del imputado.-

1. El Juez de la Investigación Preparatoria, a solicitud del Ministerio Público,


puede ordenar un examen corporal del imputado para establecer hechos
significativos de la investigación, siempre que el delito esté sancionado con pena
privativa de libertad mayor de cuatro años. Con esta finalidad, aún sin el
consentimiento del imputado, pueden realizarse pruebas de análisis sanguíneos,
pruebas genético-moleculares u otras intervenciones corporales, así como
exploraciones radiológicas, siempre efectuadas por un médico u otro profesional
especializado. La diligencia está condicionada a que no se tema fundadamente
un daño grave para la salud del imputado, para lo cual si resulta necesario se
contará con un previo dictamen pericial.

2. Si el examen corporal de una mujer puede ofender el pudor, sin perjuicio que
el examen lo realice un médico u otro profesional especializado, a petición suya
debe ser admitida otra mujer o un familiar.

3. El Fiscal podrá ordenar la realización de ese examen si el mismo debe


realizarse con urgencia o hay peligro por la demora, y no puede esperar la orden
judicial. En ese caso, el Fiscal instará inmediatamente la confirmación judicial.

4. La diligencia se asentará en acta. En esta diligencia estará presente el


Abogado Defensor del imputado, salvo que no concurra pese a la citación
correspondiente o que exista fundado peligro de que la prueba se perjudique si
no se realiza inmediatamente, en cuyo caso podrá estar presente una persona
de la confianza del intervenido siempre que pueda ser ubicada en ese acto. En
el acta se dejará constancia de la causal invocada para prescindir de la
intervención del Abogado Defensor y de la intervención de la persona de
confianza del intervenido.

5. El Ministerio Público, o la Policía Nacional con conocimiento del Fiscal, sin


orden judicial, podrán disponer mínimas intervenciones para observación, como
pequeñas extracciones de sangre, piel o cabello que no provoquen ningún
perjuicio para su salud, siempre que el experto que lleve a cabo la intervención
no la considere riesgosa. En caso contrario, se pedirá la orden judicial, para lo
cual se contará con un previo dictamen pericial que establezca la ausencia de
peligro de realizarse la intervención.

3.- Derechos fundamentales lesionados.

La intervención corporal no puede nunca ser un trato inhumano o degradante

La mismas medidas entran en colisión con los derechos de intimidad, integridad


física o psíquica e intimidad de la persona a intervenir; y que, dependiendo del
grado de invasión de que se trate, pueden ser calificadas como leves o graves,
siendo las primeras cuando no sean objetivamente consideradas susceptibles
de poner en peligro el derecho a la salud, ni de ocasionar sufrimientos a la
persona afectada (extracción de pelo, uñas y sangre), y las segundas cuando
acontezcan otras circunstancias más extremas (extracción de líquido
cefalorraquídeo.

No obstante ello, las intervenciones corporales encuentran su fundamento en


que solo es válida la realización de pesquisas a la persona para la prevención o
averiguación de delitos.

Lo cual no opera automáticamente, ya que existen ciertos requisitos, que opera


para toda medida que restrinja derechos fundamentales, en particular para la
intervención corporal, no sea arbitraria; a saber:
 el respeto a la estricta legalidad, es decir que dicha medida esté prevista

en la ley;

 autorización jurisdiccional para su práctica;

 la motivación de la resolución que la ordene; y

 la estricta observancia del principio de proporcionalidad. Esta última

exigencia, exige que debe ser utilizada exclusivamente para casos de

delitos graves, exigiendo proporción entre la medida a utilizar y el medio

a emplear.

Referencias:

MAIER, Julio, Derecho Procesal Penal. Tomo I. Editores del Puerto. Buenos Aires
1996 Pág.75 y ss.

Ver BINDER, Alberto, Introducción al Derecho Procesal Penal, Ad Hoc, Buenos Aires,
1993, Pág. 37 y ss.

LIZAMA, Samuel, “Las intervenciones corporales en el proceso penal”, en A.A. V.V.


Ventana Jurídica No. 3, Consejo Nacional de la Judicatura, San Salvador, 2004, Pag.
69-71.

Material otorgado por el profesor Ramiro Bermejor Ríos, para el curso de Derecho

Procesal Penal en la Escuela de Derecho y Ciencias Políticas-UNJBG

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