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embarazo.
DR. CARLOS VASQUEZ
SEPTIEMBRE DE 2023
¿Por qué es importante la atención prenatal?
La atención prenatal es la atención médica que recibe una mujer mientras está embarazada.
Recibir atención prenatal pronto y con regularidad puede ayudar, tanto a las futuras madres
como a sus bebés, a mantenerse sanos. Las visitas regulares permiten que los médicos
detecten y traten cualquier problema lo antes posible.
Las mujeres embarazadas sanas y de quienes no se esperan problemas durante el embarazo o el parto
suelen recibir atención de los siguientes profesionales:
Si usted está en buen estado de salud y no tiene factores de riesgo, lo más probable es que
vea al profesional del cuidado de la salud:
Durante una o más de las visitas, llevará una muestra de orina (pis) para analizar la
presencia de azúcar (glucosa) y proteínas en sangre.
Pruebas prenatales
Las pruebas prenatales pueden ayudar a los profesionales del cuidado de la salud a detectar
cosas como una anomalía congénita o un problema cromosómico en el feto. También
permiten diagnosticar afecciones en la mujer embarazada que podrían afectar la salud del
bebé, como diabetes gestacional, anemia o infecciones. Las pruebas prenatales se hacen en
el primer, segundo y tercer trimestre del embarazo.
Algunas de estas pruebas prenatales son pruebas de cribado que solo pueden revelar la
posibilidad de un problema. Otras pruebas prenatales son pruebas de diagnóstico que
permiten detectar con precisión si un feto tiene un problema específico. A veces, después
de una prueba de cribado se hace una prueba diagnóstica. Entre estas, se incluyen los
análisis de sangre, la amniocentesis, el análisis de las vellosidades coriónicas y las
ecografías .
¿Qué son las pruebas prenatales?
Las pruebas prenatales son pruebas de cribado o pruebas de diagnóstico que ayudan a
identificar problemas de salud que pueden afectar a la madre embarazada y/o al bebé antes
del nacimiento. Algunas de las afecciones que permiten detectar se pueden tratar, por eso
es muy importante detectarlas lo antes posible.
¿Por qué se hacen las pruebas prenatales?
su grupo sanguíneo
si padece una diabetes del embarazo o diabetes gestacional, una anemia u otras
afecciones médicas
su inmunidad ante determinadas enfermedades
si tiene una enfermedad de transmisión sexual (ETS) o cáncer de cuello de útero (o
cervical)
En un bebé en proceso de desarrollo, las pruebas prenatales pueden identificar:
Algunas pruebas prenatales se hacen de forma sistemática, es decir, se someten a ellas casi todas las mujeres embarazas que
reciben cuidados prenatales. Estas pruebas incluyen cosas como un análisis de orina, donde se determinan las proteínas, el azúcar
o se buscan posibles signos de infección.
Hay otras pruebas que no se hacen de forma sistemática, de modo que solo son recomendables para algunas mujeres, sobre todo
en los embarazos de alto riesgo. Estos embarazos incluyen a mujeres con las siguientes características:
de 35 años en adelante
adolescentes
que hayan tenido un bebé prematuro
que hayan tenido un bebé con defectos de nacimiento (sobre todo, con problemas de corazón y/o de tipo genético)
que están embarazadas de más de un bebé
que tienen la tensión arterial elevada, diabetes, lupus, enfermedades cardíacas, problemas renales, cáncer, una ETS, asma, o un
trastorno convulsivo.
disponen de antecedentes étnicos donde los trastornos genéticos son frecuentes (o tienen un cónyuge con estas características)
¿Qué más debería saber?
Recuerde que estas pruebas se le ofrecen, pero que es usted quien decide si se las hace o
no.
Para decidir qué pruebas prenatales son adecuadas para usted, hable detenidamente con el
profesional de la salud que atiende su embarazo sobre por qué le recomienda cada prueba,
sus ventajas y sus inconvenientes y qué información le pueden aportar sus resultados.
Preocupaciones más frecuentes durante el
embarazo
Algunas mujeres se preocupan por enfermedades que ya padecían antes de quedar
embarazadas, como la diabetes, y cómo estas podrían afectar a su embarazo. Es importante
que hable con su médico, quien le puede recomendar un cambio en los medicamentos o
tratamientos que la podrían tranquilizar.
Entre otras afecciones relacionadas con el
embarazo, se incluyen las siguientes:
Preeclampsia (también llamada toxemia del embarazo): se trata de hipertensión arterial que
aparece en la segunda mitad del embarazo o poco después del parto. Las mujeres con
preeclampsia tal vez tengan problemas con los riñones (que generan la aparición de proteínas en
la orina), el hígado, los ojos, los pulmones y otros órganos, lo cual provoca muchos síntomas
diferentes. O, tal vez, la mujer no tenga ningún síntoma. Si esto afecta al encéfalo, puede causar
convulsiones o un coma. Esto recibe el nombre de eclampsia. A veces, la eclampsia ocurre sin
signos previos de preeclampsia. Si no recibe tratamiento, esta afección puede poner en riesgo la
vida, pero es muy poco frecuente.
Incompatibilidad de Rh (Madre con Rh negativo/feto con Rh positivo): la mayoría de las
personas tienen el factor Rh en los glóbulos rojos de la sangre (son Rh positivas). Las personas
que no lo tienen son Rh negativas. Un simple análisis de sangre puede determinar su factor Rh. Si
su bebé es Rh positivo y usted es Rh negativa, pueden surgir problemas cuando los glóbulos rojos
de su bebé entran en el torrente sanguíneo materno. Su cuerpo tal vez reaccione fabricando
anticuerpos que podrían entrar en el torrente sanguíneo del bebé y destruir sus glóbulos rojos.
Dieta y aumento de peso durante el embarazo
En general, las mujeres con un peso normal que quedan embarazadas de un bebé deben
aumentar entre 25 y 35 libras (11 y 16 kg) durante el embarazo. Las mujeres que tengan
sobrepeso antes de quedar embarazadas, deben aumentar entre 15 y 25 libras (7 y 11 kg) en
total. Aquellas que tengan un peso por debajo de lo normal deberían aumentar entre 28 y
40 libras (13 y 18 kg). Las mujeres embarazadas de más de un bebé deben aumentar más
de peso.
Controlar el aumento de peso es más difícil hacia el final del embarazo; por eso, trate de
no subir mucho de peso durante los primeros meses. De todos modos, no aumentar de peso
lo suficiente también puede causar problemas, como escaso crecimiento fetal y parto
prematuro.
El embarazo no es un buen momento para iniciar una dieta, pero es un gran momento para
disfrutar de los alimentos saludables. Los médicos recomiendan que una mujer
embarazada de un solo bebé sume entre 300 y 400 calorías a su ingesta diaria en el
segundo trimestre y un poco más en el tercer trimestre, para ayudar a alimentar al bebé en
desarrollo. Las proteínas deberían proporcionar la mayoría de las calorías, pero su dieta
también debería incluir abundante cantidad de frutas frescas, cereales y verduras. Las
buenas opciones de tentempiés incluyen un vaso de leche descremada y medio
emparedado o una taza de yogur con nueces y un trozo de fruta. Algunas mujeres, como
las adolescentes embarazadas de más de un bebé, tal vez necesiten más calorías.
El profesional del cuidado de la salud que controla su embarazo le puede recetar vitaminas
prenatales para asegurarse de que ingiera suficiente cantidad de hierro, calcio y ácido
fólico. También es un buen momento para hacer ejercicio de bajo impacto con regularidad.
¿Qué más debería saber?
Es posible que se sienta incómoda al hacer estas y otras preguntas, pero es importante que
las haga; recuerde que el profesional del cuidado de la salud ya habrá escuchado antes
todas esas preguntas. Escriba las preguntas que le surjan y llévelas a cada visita.
Así mismo, llame a su médico de inmediato si tuviera:
un sangrado abundante
una pérdida repentina de líquido
una marcada falta de movimientos del bebé
más de tres contracciones por hora
GRACIAS