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PRECURSORES DEL

PENSAMIENTO
ECONÓMICO
ESCUELAS Y TEORÍAS ECONÓMICAS
El que en Economía haya diversas teorías o
diferentes interpretaciones de la realidad
económica se debe a las condiciones particulares
de cada situación y de cada época; asimismo, las
reflexiones de los teóricos también difiere, y las
variables que intervienen en el desarrollo de un
fenómeno no siempre son de igual naturaleza, ni
se desenvuelven de la misma manera. Veamos
ahora las diferencias entre las teorías que te
proponemos estudiar y que, por supuesto, tienen
su propia metodología
LOS PRECURSORES

La realidad económica, así como su interpretación,


se ha modificado a lo largo de la historia de la
humanidad, las diferentes escuelas y teorías
plantean una realidad particular, un momento
histórico determinado, de tal suerte que para quien
estudia esta asignatura es muy importante
comprender tanto el planteamiento como la
interpretación que hacen las distintas teorías sobre
diferentes fenómenos, a la luz de su propia
metodología de análisis.
En Grecia (época esclavista) los precursores fueron
el comediógrafo Aristóteles, el poeta Hesiodo, el
economista Jenofonte, Pláton y Aristóteles, entre
otros.

Los griegos de los siglos V y VI hicieron una


aproximación racional a la economía fundamentada
en principios éticos y en teorías antropocéntricas
(donde el hombre es el centro del Universo)
Como se podrá observar, los griegos
discutieron ideas que hoy
reconocemos como muy modernas;
la misma palabra economía surge de
los antiguos griegos y significaba
refiriéndose a los asuntos
domésticos.
Por esta razón nos parecerán muy familiares el
cálculo hedonístico, el valor subjetivo, la utilidad
marginal decreciente, la eficiencia, la
asignación de recursos, la especialización y
división del trabajo como la fuente de la
eficiencia y productividad, la función reguladora
y redistribuidora del Estado, la discusión sobre
el aporte del individualismo y las funciones del
dinero. En resumen, no obstante que economía
griega era predominantemente agrícola, los
griegos se aproximaron a lo que hoy llamamos
ciencia económica.
Estos personajes, independientemente de su
actividad, hicieron aportaciones sobre la
desigualdad social, así como la primera
aproximación a la Ley de Greshman: la moneda
mala (de mala calidad) desplaza a la buena.
Particularmente; tampoco se olvida de la
importancia de la participación de la mujer en
Grecia, considerada ser inferior, en La asamblea
de las mujeres.
Por su parte, Hesiodo logra generar y acrecentar
en la población infantil griega el amor al trabajo, a
través de su poema Los trabajos y los días, que
contribuyo enormemente a lograr la grandeza
artística y cultural de ese pueblo. De igual forma, la
trascendencia de la agricultura se capta en El
económico de Jenofonte; Platón hizo alusión a la
importancia de la división del trabajo y Aristóteles
habló de la importancia suprema del Estado sobre
el interés individual en La República y La Política,
respectivamente
"La economía es la manera de
satisfacer todas las necesidades,
incluso las de los esclavos, lo que
genera justicia social y crea armonía
que cultiva la virtud" Jenofonte,
Oikonomikus
En la Roma esclavista Columela y Varrón
realizaron aportaciones sobre problemas como
la necesidad de la pequeña propiedad, en lugar
de latifundios, así como cuestiones del trabajo
asalariado. De los romanos lo que más se
conoce es su legislación en la que plasmaron la
forma como percibían sus ideas sobre la
economía. Por otra parte Roma le heredó a
Europa las relaciones señoriales que
caracterizaron el feudalismo, la filosofía
cristiana y el derecho canónico, todos los
cuales influyeron en el desenvolvimiento de los
“Los hebreos, a través de sus ideas
religiosas y La Biblia establecieron el diezmo,
las primicias y el préstamo con interés,
iniciando el sistema tributario que,
perfeccionado, todos conocemos. Los
hebreos también contribuyeron a legislar
sobre la tierra y su reparto, además de
mostrarse inconformes con la distribución de
la riqueza”.
La Edad Media, identificamos el pensamiento
económico en los escolásticos en Europa

Si alguna labor se le puede reconocer a


los escolásticos es la de establecer un
puente entre los antiguos griegos y
romanos y los europeos del momento en
que se dinamiza la construcción de los
mercados en la Europa medieval y abre el
camino al mercantilismo
Los escolásticos, es decir los profesores de las
universidades dominicas, tuvieron como fuentes de
sus ideas, primero, los textos de Aristóteles que
habían sido traducidos en el siglo XIII por Averroes,
un filósofo cordobés que además había hecho
análisis crítico de las tesis económicas de
Aristóteles; segundo, el derecho romano que había
sido recuperado y propagado desde Italia; tercero, la
Biblia, la patrística (los escritos de los primeros
padres de la Iglesia) y el derecho canónico
(elaborado entre los siglos VI y XII). Todas estas
fuentes respaldaban la visión aristotélica sobre la
familia patriarcal y la percepción negativa respecto al
La tesis de Aristóteles respecto a que la finalidad
del ingreso era el consumo indujo a las clases altas
una fuerte tendencia al gasto, al mismo tiempo que
su rechazo al cobro por los préstamos y a las
ganancias derivadas de los intercambios indujo en
los escolásticos una fuerte prevención contra las
actividades comerciales, la usura y los monopolios.
No obstante los escolásticos intentaron conciliar la
doctrina de la Iglesia con la propiedad privada y el
mercado, en gran medida respaldados por el
derecho romano que regulaba los contratos,
legitimaba el comercio, el derecho a la propiedad
privada hereditaria, al igual que el trato justo en los
intercambios voluntarios.
Al respecto tuvieron enfrentamientos
con los franciscanos, quienes siguiendo
a Jesús y a los primeros cristianos
defendían la propiedad colectiva y
rechazaban la propiedad privada por
considerarla ajena al ideal de renuncia y
pobreza.
El interés central de los escolásticos se
inició, primero, con la inquietud de cómo
determinar el precio justo (la aristotélica
justicia correctiva o conmutativa), que
para ellos era una de las reglas de
justicia que debían regular las
relaciones sociales; segundo, con el
rechazo a la usura por considerar que el
dinero por sí mismo no podía generar
valor pues esta era una capacidad que
sólo se le podía atribuir a las personas.
Siguiendo a Aristóteles, la Iglesia
consideraba que la riqueza se derivaba
del trabajo, que el dinero sólo servía
para realizar intercambios y por eso no
podía dar derecho a obtener beneficios;
tampoco el interés podía ser asociado
con el tiempo de duración del préstamo
pues el tiempo era otorgado por Dios a
todos los hombres y nadie tenía derecho
sobre él.
En este contexto para la Iglesia usura e
interés eran equivalentes, algo que
parecía lógico cuando era predominante
el préstamo al consumo y créditos en
especie; posteriormente con el
desarrollo del comercio y la asimilación
del derecho romano los escolásticos
flexibilizaron esa posición respecto a los
créditos para la producción y el
comercio.
Después los escolásticos incorporaron
otros temas como el salario justo, la
inflación (envilecimiento de la moneda),
la justicia en los impuestos, la deuda
pública, el monopolio, la tasa de cambio,
las sociedades, y los contratos. A éstos
últimos le daban gran importancia dada
su marcada subordinación al derecho
canónico; al respecto su principal interés
era determinar si existía cualquier
sombra de usura.
Por otra parte Santo Tomás de Aquino
estuvo ligado a la revolución intelectual del
siglo XIII, y por su gran influencia aristotélica
logró formar combinaciones increíbles entre
la fe y la razón. Para él era lícito el préstamo
con interés y el comercio. Encontró
diferencias entre el precio y el valor, a la vez
que señalaba que “el emplear el fraude para
vender algo en más de lo que vale es
absolutamente pecado, en cuanto se engaña
al prójimo en perjuicio suyo”, estableciendo
así su teoría del “justo precio”.
Como se ve, la iglesia se actualizó gracias
a las ideas de Santo Tomás de Aquino de
otros escolásticos, recuperando su
significación ante la sociedad.
Con movimientos como el renacentista, la
reforma religiosa y los grandes
descubrimientos geográficos, se dan
nuevas condiciones económicas y nuevas
ideas.
A fines del siglo XVI, cuando los mercaderes
londinenses sabían que podía venderse más
de lo que se compraba al exterior se inicia la
gestión del Mercantilismo, considerada por
muchos como la primera doctrina económica,
y que influye desde principios del siglo XVII
hasta el XVIII, primero a Italia, luego España,
Portugal, Países Bajos, y finalmente,
Inglaterra, que logró ser el más importante
país mercantilista.
Supervivencia temporal más allá de la
crisis bajomedieval, se extendió durante el
Antiguo Régimen, en que fueron
apareciendo nuevas escuelas de
pensamiento económico, como el
mercantilismo, que no obstante, en
algunos casos, mantuvieron cierta
continuidad con el pensamiento medieval.
Otro de los pensadores en la época
medieval fue Nicolás de Oresme, que
consideraba al comercio beneficioso y
fuente lícita para la obtención de
ganancias, pero lo subordinaba al interés
del Estado y de los gobernantes, y a la
moral. Lo mismo ocurría con la moneda.
Condenó su falsificación para obtener
ganancias.
Contemporáneamente, en otros contextos geográficos,
sociales, económicos y culturales, como fue el caso
del Islam medieval, se desarrollaron otras formas de
pensamiento económico, con notables autores
(ejemplo: Ibn Jaldún). fue un economista pródigo, el
cual consideró aspectos como el trabajo y el valor, la
demanda, el costo, los precios y su independencia, la
riqueza como producto social y no individual, el dinero
no como sinónimo de riqueza, las clases de
ocupaciones, las fases del desarrollo económico, las
relaciones de dependencia entre campo y ciudad, las
artes y los oficios, la importancia del Estado dentro de
la economía y las consecuencias de la falta de este el
lujo, necesidades naturales y normales.
También consideró aspectos de finanzas
públicas, como las tarifas de los impuestos, la
distribución de estos, los gastos sociales de
los servicios estatales, un gobierno como
comprador de bienes y servicios, y los efectos
de los gastos del Estado sobre el ingreso y
las entradas de impuestos. Algunos de estos
aspectos tomaron años hasta que fueron
redescubiertos, por ejemplo por Adam Smith o
Karl Marx. Ibn Jaldun consideró que la
economía era un determinante para los
pueblos
La edad media, dominada por formas de
organización política feudal y un sistema
económico señorial, autárquico y de escaso
avance científico, empieza a romperse con la
apertura de las rutas comerciales con el
extremo oriente y con la intensa acumulación
de metales preciosos de las naciones
europeas con ocasión de la conquista de
América. La concepción mercantilista empieza
en el siglo XVI, pero toma fuerza en el siglo
XVII y tiene características particulares en
cada una de las naciones.
La característica principal del mercantilismo
es la de ser el pensamiento económico de la
época en que se construyeron los mercados
nacionales europeos aprovechando el
impulso que daba el incremento de la
demanda externa generada por las nuevas
rutas comerciales. El mercantilismo aporta
entonces los fundamentos teóricos que
soportan la construcción y el fortalecimiento
del mercado interno, hecho que supone la
regulación del comercio internacional para
ponerlo en función del desarrollo nacional
Los mercantilistas se ocuparon
fundamentalmente del comercio entre países;
se les distingue por la importancia que
concedieron al capital comercial, por lo que la
industria apenas ocupó un segundo lugar en la
vida económica; sus objetivos se identificaban
con:
1. Acumulación de metales preciosos, pues en
su cuantía se fundamentaba el poder de la
nación.
2. Libre cambio interno y protección frente al
De esta manera, el Mercantilismo se dirige
hacia el capitalismo comercial, con dos
etapas en su desarrollo.
a) La del balance monetario, que explica la
necesidad de incrementar el ahorro del dinero
mediante la disminución de gastos.
b) La de la balanza comercial, que daba gran
importancia al impulso del comercio
exterior, siempre y cuando el dinero por las
ventas fuese más cuantioso que el de las
compras realizadas.
En fin, para los mercantilistas la riqueza
era posible sólo a través de la circulación,
es decir, del comercio. Además trataron
de fortalecer a su país a través del
comercio exterior, obteniendo una balanza
comercial superavitaria, e incrementando
el caudal de dinero y metales preciosos,
con lo que impulsaron a todas luces el
nacionalismo económico, por lo que la
participación del Estado en la vida
económica era fundamental para ellos.
Entre los mercantilistas encontramos al
inglés John Gells, quién vivió en el siglo
XVI e hizo aportaciones a la teoría del
balance monetario; Thomas Mun señalaba
que el trabajo es fuente de riqueza a través
del comercio exterior. En Francia aparece
Juan Bautista Colbert, quien implantó
industrias exportadoras, así como
mecanismos de protección para la
economía nacional

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