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DERECHO
LA POSESIÓN
LA POSESIÓN
• De conformidad con el artículo 715 del Código Civil, la posesión es la "tenencia de una cosa
determinada con el ánimo de señor y dueño", es decir, la suma de la tenencia y la creencia de ser
dueño de una cosa determinada constituye la posesión.
• Previamente a analizar en detalle el concepto, es necesario, por una parte establecer la diferencia
con el dominio; y, por otra, razonar sobre lo que en sí mismo constituye la relación de una persona
con una cosa.
• La sola observación de la relación entre un sujeto y un objeto nos lleva a determinar que la misma
puede hallarse en tres niveles distintos y ascendentes: la tenencia, la posesión y el dominio.
LA POSESIÓN
• La tenencia supone que la persona ejerce sobre la cosa el poder' de, a su arbitrio, determinar en qué
lugar ha de estar la cosa, para qué debe servir la misma, qué provecho obtener de la cosa. Así,
cuando decimos que "tenemos" una cosa, expresamos que dicha cosa está en nuestro poder y
sometida a nuestra voluntad. Pero esta relación, o este nivel de la relación de la persona con la cosa
no va mas allá de un vínculo material y objetivo y no implica que la misma contenga pretensiones
de otra índole, como la creencia de ser dueño de la cosa o realmente tener el dominio sobre ella,
pues el tenedor puede ser también poseedor, o ser quizás dueño o simplemente ser simple tenedor.
LA POSESIÓN
• La tenencia supone que la persona ejerce sobre la cosa el poder' de, a su arbitrio, determinar en qué
lugar ha de estar la cosa, para qué debe servir la misma, qué provecho obtener de la cosa. Así,
cuando decimos que "tenemos" una cosa, expresamos que dicha cosa está en nuestro poder y
sometida a nuestra voluntad. Pero esta relación, o este nivel de la relación de la persona con la cosa
no va mas allá de un vínculo material y objetivo y no implica que la misma contenga pretensiones
de otra índole, como la creencia de ser dueño de la cosa o realmente tener el dominio sobre ella,
pues el tenedor puede ser también poseedor, o ser quizás dueño o simplemente ser simple tenedor.
• Si a la tenencia se agrega la creencia de quien la tiene de ser dueño de la cosa, es decir, el ánimo de
señor y dueño de la misma, 2 sin duda que la relación ya es diferente a la anterior, a la simple
vinculación material de sujeto y objeto, pues esa relación supone que aquella tenencia obedece a
una cierta legitimación del poder del sujeto sobre el objeto, legitimación que autoriza a la persona
ya no solo a tenerla sino a que ninguna otra persona tenga pretensión alguna sobre la cosa.
LA POSESIÓN
• Ahora bien, si la persona tiene la cosa y además se cree dueña de ella, es decir es
poseedora, eso no asegura que su creencia y su ánimo sea verdadero y cierto, pues,
puede ser dueño o puede que no sea dueño, al fin el concepto de posesión claramente
nos dice que ella es la tenencia con el ánimo, con la creencia de ser dueño, mas no
siendo necesariamente dueño de la cosa. Si a la relación posesoria, a la relación de
sujeto y objeto en este nivel se agrega que el ánimo y la creencia de ser dueño, es cierta
y verdadera, es decir, que efectivamente el que se cree dueño de la cosa es el dueño de
la misma, por haber adquirido el dominio por alguno de los modos previstos por la ley,
esa relación se encuentra en otro nivel, evidentemente superior a los anteriores ya que
implica que la ley ha reconocido la legitimidad, la validez, la legalidad de aquel poder
que las relaciones anteriores se supone tiene el sujeto sobre el objeto.
LA POSESIÓN
• Parece entonces que en la relación de una persona con una cosa se advierten tres niveles,
siendo el segundo superior al primero y el tercero superior al segundo, ya que hay una especie
de agregación de elementos que califica a un estado de la relación para pasar a otro: la
tenencia, por sí sola no es sino el primer nivel, si a este se le agrega el ánimo de dueño, se llega
al segundo nivel, al posesorio; y, si a este se le agrega la certeza de que ese ánimo de dueño es
real y tiene el sustento, el respaldo y la legitimación que proviene de la ley, pasa a un tercer y
más alto nivel de la relación sujeto-objeto: el derecho de dominio.
• Por otro lado, la tenencia no pasa de ser un hecho material que vincula a una persona con una
cosa, la posesión, aunque agrega a la tenencia el ánimo, la creencia de además ser dueño, es
decir, de tener un derecho sobre la cosa, no llega a ser un derecho, corno sí los es el dominio.
Baste recordar los conceptos de una y otra: la posesión es "la tenencia ... con el ánimo"; el
dominio es "un derecho real sobre una cosa...".
LA POSESIÓN
• Esta doctrina llamada subjetiva, por considerar que el animus es un elemento intencional, ha
sido duramente criticada; frente a ella Ihering sostiene que el animus se exterioriza en el
corpus, y que la posesión está protegida, porque con ella se protege la propiedad.
• Así se explica la extensión del concepto de posesión en el Derecho moderno y también la
necesidad de la autonomía del corpus, para que la posesión sea realmente un señorío de hecho
así lo que revela el art. 715 del Código Civil Ecuatoriano, pero con esto no se agota la
explicación de todo el sistema posesorio, es preciso volver a la idea de animus, ahora bien, el
animus no puede consistir en la mera intención, sino en el concepto en que se posee, así resulta
al relacionar el art. 715 con el 729 del Código Civil Ecuatoriano, lo que confirma al establecer
la presunción de continuidad de concepto posesorio.
LA POSESIÓN
• Por otra parte, la virtualidad del animus se manifiesta en la gradación de posesión (superior e
inferior, en concepto de dueño o en concepto distinto) que pueden ser compatibles sobre una
misma cosa y en la posibilidad de acoger en el Derecho español la distinción entre posesión
mediata (la del propietario, por ejemplo.) e inmediata (arrendatario, por ejemplo),
• En conformidad al art. 715 del Código Civil se desprenden los siguientes elementos que
configuran la posesión:
• • Un elemento objetivo “corpus”.
• • Un elemento subjetivo “animus”
LA POSESIÓN
• es decir, en su concepto se hallan dos elementos uno material, objetivo, la tenencia y otro
espiritual, subjetivo, volitivo, elánimo, la creencia de ser dueño de la cosa que se tiene.
• Por cierto, si no existen los dos elementos no habrá posesión, sin perjuicio de que el poseedor,
el que tiene el ánimo de dueño no tenga la cosa personalmente en su poder, pues se entiende
que la tiene cuando otra persona la tiene en su lugar y a su nombre, como lo expresa el propio
artículo 715 del Código, pues no se opone a la posesión el que el poseedor tenga la cosa por
medio de otra persona, con tal que esa otra persona la tenga en su lugar, en el lugar del
poseedor y a su nombre, por su cuenta
LA POSESIÓN
• UTILIDAD DE LA POSESIÓN
• La posesión, como hecho, ya hemos dicho, puede generar derechos y si la ley se ocupa de este
hecho, es precisamente porque lo reconoce como generador de derechos, como antesala de los
derechos y por ende digno de ser tratado, reconocido y protegido. En este sentido, la ley
confiere al poseedor algunas ventajas o utilidades en función y razón de la posesión,
independientemente de si el poseedor es o no dueño de la cosa como se cree. Estas utilidades
que proceden del hecho posesorio son cuatro: presunción de dominio, accesión de frutos,
prescripción y acciones posesorias.
LA POSESIÓN
• LA PRESUNCIÓN DE DOMINIO
• El segundo inciso del artículo 715 del Código Civil dispone que el poseedor "es
reputado dueño mientras otra persona no justifique serlo", es decir, se considera que el
poseedor es el dueño de la cosa hasta que se pruebe lo contrario.
• Esta presunción –tener por cierto algo sin necesidad de probarlo– constituye
evidentemente una ventaja para el poseedor, especialmente para aquel que no es dueño
de la cosa, pues le permite actuar como tal; e incluso para el poseedor que es dueño de
la cosa, pues lo exonera de probar su derecho de dominio.
LA POSESIÓN
• Esta presunción no solo que tiene carácter legal sino que además tiene sustento en la conducta
de las personas, por ejemplo, si queremos comprar un bien mueble, ropa, comida, etc., y
ciertamente que no lo haríamos a quien no es dueño, nos basta observar que una persona es
poseedora de tales cosas para que presumamos, para que la consideremos dueña de esas cosas y
teniéndola por tal hagamos el negocio con ella, sin necesidad de pedir pruebas de dominio, de
asegurarnos que real y efectivamente tiene el derecho de dominio.
LA POSESIÓN
• LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA
• El poseedor puede o no ser dueño de la cosa que posee. Si el poseedor es dueño de la cosa, eso
significa que una sola persona (dueño y poseedor) tiene pretensiones (de dominio) sobre la
cosa, en este caso, no existe conflicto y bien podemos decir que es el estado normal de la
relación de las personas con las cosas, relación singular (un sujeto, un objeto) no amerita mayor
atención de la ley.
• Sin embargo, si el poseedor no es dueño de la cosa que posee, eso significa que otra persona es
la dueña de la cosa, habiendo por tanto dos personas con pretensiones de dominio sobre la
misma cosa, una que se cree dueña y otra que es dueña de la cosa. Ahí sí hay conflicto y a
solucionarlo acude presta la ley con una fórmula, única posible en esta clase de conflictos, y
que consiste en eliminar a uno de los pretendientes, a una de las pretensiones sobre la cosa.
LA POSESIÓN
• Esta solución tiene dos caminos: eliminar al poseedor, o a la pretensión posesoria; o, eliminar
• LA ADQUISICIÓN DE FRUTOS
• Al tratar de la Accesión se vio que por regla general el dueño de una cosa principal se hace dueño
de las cosas accesorias, ya porque estas se originan en la principal como los frutos, ya porque se
junten a la principal. Pero esta regla tiene sus excepciones y una de ellas era la de los frutos
percibidos por el poseedor de buena fe, respecto de los cuales no es el dueño de la cosa principal,
de la cosa productiva el que se hace dueño sino el poseedor si es de buena fe. El poseedor,
entonces, si es de buena fe, aunque no sea dueño de la cosa de la que se cree dueño, se hace
dueño de los frutos de la cosa poseída, lo que sin duda constituye una ventaja y una utilidad para
el poseedor.
LA POSESIÓN
• LA MERA TENENCIA
• Según el art. 729 del Código Civil Ecuatoriano: “Se llama mera tenencia la que se ejerce
sobre una cosa, no como dueño, sino en lugar o a nombre del dueño”.
• El acreedor prendario, el secuestre, el usufructuario, el usuario, el que tiene el derecho de
habitación, son meros tenedores de la cosa empeñada, secuestrada, o cuyo usufructo, uso o
habitación les pertenecen. Lo dicho se aplica generalmente a todo el que tiene una cosa
reconociendo dominio ajeno
LA POSESIÓN
• Los que detentan un derecho personal como es el caso del acreedor prendario, el usufructuario,
el usuario, el secuestre, lo vincula mediante un nexo obligacional, en el mismo artículo en su
segundo parágrafo hace extensiva los meros tenedores a otras personas que revisten muchos
derechos reales como el arrendatario, el anticresista, el depositario.
LA POSESIÓN
• CLASES DE POSESIÓN
• En conformidad con el art. 717 del Código Civil, la posesión puede ser:
1) Regular e irregular.
2) Mediante la prescripción se puede clasificar en posesión útil (posesión
regular e irregular) y posesión inútil (posesión violenta y la posesión
clandestina)
LA POSESIÓN
• LA POSESIÓN REGULAR
• El art. 717 del Código Civil Ecuatoriano establece que, cuando el poseedor dispone de justo
título y la ha adquirido de buena fe, aunque la buena fe no subsista después de adquirida la
posesión, así mismo agrega también en su inciso segundo que si el título es traslativo de
dominio es también necesaria la tradición, se ha desmembrado lo siguientes requisitos de la
posesión regular de la siguiente manera:
a. El justo título posesorio.
b. Título Injusto
c. La buena fe del poseedor
d. La tradición.
LA POSESIÓN
• Para hablar del título justo es menester precisar que siendo la posesión un hecho o
actitud de una persona respecto de una cosa y que consiste en la tenencia de una cosa
con el ánimo de dueño, ánimo que debe tener una causa, un motivo, es decir un título. Es
obvio que quien tiene una cosa creyéndose dueño de ella debe tener una causa para creer
aquello y esa causa o título tiene que ser de aquellos que confieren dominio, que se
refieren al dominio.
• Así, si una persona se cree dueña de una cosa porque la compró o porque se la donaron o
porque la ocupó, ese entonces es el título, el motivo por el que se cree dueña de la cosa.
Los títulos, en materia posesoria, es decir, los motivos por los que una persona puede
creerse dueña de una cosa son de tres clases: constitutivos de dominio, traslativos de
dominio y declarativos de dominio.
LA POSESIÓN
• Los títulos declarativos de dominio son aquellos que lo esclarecen, que lo declaran y establecen
cuando a consecuencia de algún conflicto más de una persona se cree dueña de una cosa.
• Por ejemplo, si dos vecinos consideran suya un área en el lindero, será el juez quien determine
el lindero y la parte disputada será declarada de propiedad de aquel de los vecinos que esté
asistido de la razón, pues bien, esa sentencia del juez declara el dominio del área en disputa y a
base de esa sentencia el vecino vencedor puede creerse dueño de esa área. También sería título
declarativo de dominio la Ley, que en cuanto modo de adquirir el dominio determina que el
estado o alguna otra persona sea dueña de alguna cosa, disposición legal que constituye
suficiente título para que una persona se crea dueña de una cosa
LA POSESIÓN
• TÍTULOS INJUSTOS
• Son aquellos que no reúne los requisitos necesarios exigidos por la ley, pues estos adolecen de
un vicio o anomalía, son títulos injustos según el art. 719 del Código Civil Ecuatoriano los
siguientes: “No es justo título:
• 1. El falsificado, esto es, no otorgado realmente por la persona que aparece como otorgante;
• 2. El conferido por una persona como mandatario o representante legal de otra, sin serlo;
LA POSESIÓN
• El que adolece de un vicio de nulidad, como la enajenación que, debiendo ser autorizada por un
representante legal o por el juez, no lo ha sido; y
• El meramente putativo, como el del heredero aparente que no es en realidad heredero; el del
legatario cuyo legado ha sido revocado por acto testamentario posterior, etc.” Sin embargo, al
heredero putativo a quien, por disposición judicial, se haya dado la posesión efectiva, servirá
aquella de justo título, como al legatario putativo el correspondiente acto testamentario que
haya sido judicialmente reconocido.
LA POSESIÓN
• El FALSO, es decir aquel cuyo contenido difiere de la verdad o de la realidad, así, un título
traslativo como la compraventa si en su texto se afirma que es otorgado en la ciudad de Quito y
en la realidad no fue celebrado en esta ciudad, sería falso, como también sería falso y por lo
tanto injusto, si en el se declara comparecer una persona que nunca compareció. El otorgado
por
• FALSO MANDATARIO, aquel que ha sido conferido por una persona como mandatario de
otro sin serlo en realidad.
LA POSESIÓN
• El NULO, es decir aquel contrario a la Ley, aquel que la viola o incumple, como lo sería la
compra venta de una calle que como bien nacional de uso público está fuera del comercio y no
puede ser vendido, siendo su venta nula por contrariar la ley.
• El PUTATIVO, que es el otorgado por una persona putativa, es decir aquella que cree tener una
calidad o condición que en realidad no la tiene, como el heredero que creyendo tener tal calidad
vende un bien hereditario sin ser en realidad heredero
LA POSESIÓN
• En resumen, para que la posesión se califique de regular, la creencia de ser dueño de una cosa
tiene que proceder de un justo título, es decir originarse en un título de aquellos que
constituyen, trasladan o declaran el dominio sin que se halle viciado o afectado por alguna de
• BUENA FE
• El art. 721 del Código Civil Ecuatoriano establece con respecto a la buena fe: “La buena fe es
la conciencia de haber adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos, exentos de
fraude y de cualquier otro vicio. Así, en los títulos traslativos de dominio la buena fe supone
la persuasión de haberse recibido la cosa de quien tenía la facultad de enajenarla, y de no
haber habido fraude ni otro vicio en el acto o contrato.”.
• Esta buena fe a la que se refiere, nace de la conciencia del poseedor de haber adquirido el bien
de una manera honesta, legal, y de acuerdo a ley, por lo que no ha existido en la misma ninguna
irregularidad ni vicio en la cosa.
LA POSESIÓN
• Es necesario también para que la posesión sea regular que al iniciarse la misma la persona del
poseedor actúe de buena fe, aunque la buena fe no subsista.
• Este requisito se lo requiere al momento de empezarse a poseer la cosa, y aunque luego
desaparezca o se posea de mala fe. Así, dice el artículo 717 del Código Civil, se puede ser
poseedor regular y de mala fe o irregular de buena fe.
• Para saber qué es la buena fe, previamente es necesario advertir que hablar de buena fe implica
calificar de buena a la fe, es decir, emitir un juicio de valor por el cual a un sustantivo como la
fe se la califica de buena, como también se la puede calificar de mala, por ello, es preciso
empezar por definir qué es la fe para luego calificarla de buena distinguiéndola de la mala.
LA POSESIÓN
• La fe es la conciencia de la certeza de una verdad, en otras palabras, saber que algo es cierto,
que existe, que es real. La persona que está consciente, es decir, que sabe y conoce y está
convencido y persuadido de un hecho o de una cosa a la que tiene por verdadera, tiene fe en
ella.
• Quizás el mejor ejemplo es la vida y la muerte: toda persona sabe que está viva y que por ello
algún día tendrá que morir, pues bien, esa persona tiene "fe" en la vida y "fe" en la muerte.
• Cuando una persona sabe que es dueña de una cosa, ese conocimiento bien puede calificarse de
"fe", tiene fe, cree en la propiedad de su persona sobre aquella cosa. Del mismo modo, cuando
una persona cree que fue creada por un ser superior, por Dios, se dice que tiene fe en Dios, que
sabe de su existencia y cree que ello es cierto y verdadero.
LA POSESIÓN
• De los primeros nadie duda que actúen de buena fe, que tienen buena fe; a los
segundos, a despecho de los resultados que obtengan, sin duda su creencia se la
califica de mala, de mala fe.
• Como se observa en tan elementales ejemplos, la fe, la creencia en que algo es
cierto y verdadero, puede calificarse de buena o de mala y esta valoración
responde a un juicio de valor que no es unánime, pero que mayoritariamente
adquiere un sentido, ya sea como bueno o como malo.
LA POSESIÓN
• La norma exige, entonces, que el poseedor para que se califique de buena fe debe estar convencido, debe
creer que la cosa que posee con el ánimo de dueño la adquirió por "pos medios legítimos", es decir,
aquellos medios que según la ley permiten adquirir el dominio y que no son otros que la propia ley, la
ocupación, la accesión, la tradición, la prescripción y la sucesión por causa de muerte.
• A más de la legitimidad, el medio o modo de adquirir debe estar exento de fraude o dolo (o sea del ánimo
de perjudicar a otra persona o de actuar al margen de la ley y la moral) y de cualquier otro vicio, es decir,
de la fuerza, del error injustificado o del error de derecho.
• Precisa además que cuando el modo es la tradición, en el cual debe existir un título traslativo, el poseedor
debe estar persuadido, convencido, de haber recibido la cosa de quien era verdadero dueño de ella que es el
único que tiene la facultad de enajenarla, además de la conciencia de que el título, acto o contrato por el
cual se recibe la cosa, no adolecía de dolo ni vicio. Las personas solo pueden tener la persuasión de
adquirir legítimamente una cosa cuando lo hacen recibiéndola de quien es objetivamente el dueño, a base
de presunciones racionales.
LA POSESIÓN
• Así, cuando una persona adquiere repuestos para un vehículo en un almacén del representante
o distribuidor del fabricante, puede deducir que está adquiriéndolo a quien es el dueño y por
tanto puede enajenarlos, pero si la misma persona adquiere los mismos repuestos, porque son
más baratos, en un lugar conocido por servir para la venta de cosas robadas, mal puede tener la
persuasión de estar adquiriendo al dueño y por tanto su fe no puede calificarse de buena.
• Así mismo, cuando una persona es abordada por un desconocido que ocultándose de los demás
le ofrece en venta un reloj de una marca famosa a un precio efectivamente muy bajo y acepta
esa oferta, si bien puede creer haber adquirido el reloj, mal puede creer que lo adquirió a quien
era verdadero dueño del mismo, pues es obvio que el dueño no se vale de esos medios para
vender sus cosas ni lo hace por precios demasiado bajos
LA POSESIÓN
• TRADICIÓN
• Es el requisito de la posesión regular solamente cuando el título que invoca el poseedor es
traslaticio de dominio. El art. 717 del Código Civil Ecuatoriano establece: “Si el título es
traslativo de dominio, es también necesaria la tradición”. Debemos tomar en cuenta que la
tradición es la entrega que el dueño de una cosa hace a otro pero existiendo por una parte la
facultad e intención de transferir el dominio, y por otra la capacidad e intención de adquirirlo,
este dominio y los derechos reales sobre inmuebles debe realizarse mediante la inscripción del
bien en el registro de la propiedad para perfeccionar este derecho.
LA POSESIÓN
• LA POSESIÓN IRREGULAR
• De acuerdo al art. 723 del Código Civil Ecuatoriano se denomina posesión irregular: “Posesión
irregular es la que carece de uno o más de los requisitos señalados en el Art. 717”.
• En conclusión, se denomina posesión irregular aquella que carece de justo título posesorio, la
buena fe del poseedor, y la tradición cuando se trate de títulos traslativos de dominio, pues
cuando falte alguno de estos requisitos, la posesión es irregular
LA POSESIÓN
• POSESIONES VICIOSAS
• Es importante hacer notar que las posesiones viciosas, son algunas, como: el
fraude, violencia, clandestinidad, discontinuidad, equivocidad en fin, todas
aquellas que inmersa una ruptura ordinaria y corriente en que por ley debe
desplegarse la posesión.
• Por último el Código Civil Ecuatoriano en su art. 724 clasifica a las posesiones
viciosas en: la posesión violenta y la posesión clandestina:
LA POSESIÓN
• LA POSESIÓN VIOLENTA
• El art. 725 del Código Civil Ecuatoriano dice que la posesión violenta es: “la que se adquiere
por la fuerza” y a renglón seguido expresa que “La fuerza puede ser actual o inminente”.
• La posesión adquirida por fuerza puede ser física o moral, la fuerza se entiende por aquello
que se ejerce sobre la integridad de las personas, es decir como vías materiales o vía de hecho,
como golpes, disparos de armas, destrucción de bienes, la fuerza moral, es vicio de los actos
jurídicos, consistente en la amenaza, siempre y cuando produzca un daño psicológico, o un mal
grave e irreparable.
LA POSESIÓN
• Una clase de posesión inútil (para prescribir) es la que se adquiere o mantiene por la fuerza, es
decir, la posesión violenta.
• La Ley ha reconocido esta clase de posesión, más que para darle efectos jurídicos, para
descalificar su idoneidad para la prescripción. La fuerza es el elemento característico de esta
clase de posesión.
• La fuerza, como vicio del consentimiento, puede definirse como la presencia de cualquier
elemento extraño o exógeno que conduce a que una persona exprese una voluntad distinta de la
genuina y auténtica de esa persona.
LA POSESIÓN
• El que roba, es decir, el que se apropia indebidamente de una cosa, usa la fuerza para
apoderarse de la cosa, contra la voluntad del dueño.
• El que hurta, así mismo, se apropia de una cosa ajena, sí bien sin violencia sobre la cosa, sí con
violencia contra la voluntad del dueño. No se puede negar que uno y otro, el que roba y el que
hurta, adquiere la posesión material de la cosa robada o hurtada, pues la tiene en su poder y se
cree dueño de ella. Pero esa posesión, por ser violenta, no sirve para prescribir.
LA POSESIÓN
• LA POSESIÓN CLANDESTINA
• Es aquella la que se ejerce “ocultándola a los que tienen derecho para oponerse a ella”,
• así lo determina el Código Civil Ecuatoriano en su art. 728, esta se basa simplemente en el que
el poseedor posee el bien ocultándose de la ley, es decir sin publicidad, y sin llevar a cabo los
negocios jurídicos necesarios que la ley prescribe en estos actos, además, la clandestinidad
dura, lo que el ocultamiento de la cosa o su posesión, únicamente este se da con respecto al
propietario, por ejemplo si el poseedor disimula ante los demás pero no la oculta ante el
propietario, la posesión no presenta este vicio.
LA POSESIÓN
• La otra clase de posesión inútil para prescribir es la clandestina, es decir, aquella que se mantiene ocultándola
de quien puede oponerse a dicha posesión.
• La posesión clandestina, al contrario de la posesión pública, evidencia el temor del poseedor de perder la
posesión porque otra persona (legítimo poseedor o dueño) puede oponerse y recuperar dicha posesión.
• Ese temor, así mismo, delata la ilegitimidad de la posesión, volviéndola inútil para prescribir.
• El ánimo de dueño que supone la posesión incluye la publicidad del derecho que se cree tener sobre la cosa.
Solo quien se cree verdadero dueño de una cosa no tiene temor de que sea pública y conocida por todos la
relación entre él y la cosa, pues siendo un derecho el que se tiene sobre la cosa, nadie puede oponerse a esa
relación y si una persona teme que al conocerse su "derecho" alguien se oponga a él o lo contradiga, es,
ciertamente, porque no lo considera legítimo o porque reconoce que otro puede ser el verdadero dueño de la
cosa, desvaneciéndose así el elemento básico de la posesión, que es la creencia de ser dueño de la cosa.
LA POSESIÓN
• Ese temor, así mismo, delata la ilegitimidad de la posesión, volviéndola inútil para prescribir.
• El ánimo de dueño que supone la posesión incluye la publicidad del derecho que se cree tener
sobre la cosa. Solo quien se cree verdadero dueño de una cosa no tiene temor de que sea
pública y conocida por todos la relación entre él y la cosa, pues siendo un derecho el que se
tiene sobre la cosa, nadie puede oponerse a esa relación y si una persona teme que al conocerse
su "derecho" alguien se oponga a él o lo contradiga, es, ciertamente, porque no lo considera
legítimo o porque reconoce que otro puede ser el verdadero dueño de la cosa, desvaneciéndose
así el elemento básico de la posesión, que es la creencia de ser dueño de la cosa.
LA POSESIÓN
• PÉRDIDA DE LA POSESIÓN
• En el art. 736 parágrafo segundo del Código Civil Ecuatoriano, nos habla únicamente de una
manera general, la forma de adquirir y perder la posesión, nosotros hablaremos de una manera
rápida, con respecto ha como se pierde la posesión tanto en los bienes muebles como en los
inmuebles:
• PERDIDA DE LA POSESIÓN EN BIENES MUEBLES
• La posesión de los bienes muebles, se pierde primeramente, cuando desaparece sus dos elementos
(el corpus y el animus), lo que ocurre si el poseedor deja la cosa (abandona) para que otro lo haga
suyo. En consecuencia si desaparece el animus también se pierde la posesión, o si en la cosa ha
subsistido una fuerza de la naturaleza que es irreversible ya no sirve el bien, como el caso de una
inundación.
• PÉRDIDA DE LA POSESIÓN DE BIENES INMUEBLES
• En el caso de los inmuebles no inscritos, al perder los elementos de la posesión (corpus y
animus), se pierde la posesión. Al hablar de muebles inscritos, para que cese la misma, la
inscripción debe ser cancelada, esta puede ser por la voluntad entre las partes, por una nueva
inscripción, o por una decisión judicial, el apoderamiento de una cosa puede poner fin la
posesión.
LA POSESIÓN
• ACCIONES POSESORIAS
• Las acciones posesorias, son aquellas que tienen por objeto conservar o recuperar la
posesión de los bienes raíces o de derechos reales constituidos en ellas, según el
concepto que nos entrega el artículo 960 del Código Civil Ecuatoriano, en si, las
acciones posesorias están concebidas para defender una posesión que se encuentra
amenazada en el hecho, o para recuperarla cuando se ha perdido.
• La defensa o recuperación se puede producir incluso contra el actuar ilícito del dueño
que intenta recuperar la posesión por propia manera (sin perjuicio de su acción
reivindicatoria).
LA POSESIÓN
• Primeramente hay que establecer una diferencia entre las acciones posesorias y el despojo
violento, las acciones posesorias únicamente competen al poseedor en cambio el despojo
violento compete también al mero tenedor, sin embargo, una de sus principales características
es que las acciones posesorias protegen al poseedor, como lo dice el Código Civil Ecuatoriano,
quien tiene la posesión puede proponer las acciones posesorias, aun en contra del dueño.
• Las acciones posesorias son de dos clases: destinadas a proteger la conservación de la actual
posesión, o bien, a reintegrar en la posesión que se perdió, una acción especialísima la de
despojo violento
LA POSESIÓN
• Sin embargo, se puede interrumpir la posesión natural o civilmente, como lo dispone el art.
2402 del Código Civil Ecuatoriano la posesión natural puede ser: “La interrupción es natural:
1. Cuando sin haber pasado la posesión a otras manos, se ha hecho imposible el ejercicio de
actos posesorios, como cuando una heredad ha sido permanentemente inundada;
2. Cuando se ha perdido la posesión por haber entrado en ella otra persona.
• La interrupción natural de la primera especie no surte otro efecto que el de descontarse su
duración; pero la interrupción natural de la segunda especie hace perder todo el tiempo de la
posesión anterior; a menos que se haya recobrado legalmente la posesión, conforme a lo
dispuesto en el Título De las acciones posesorias.
• En tal caso, no se entenderá haber habido interrupción para el desposeído”
LA POSESIÓN
• La interrupción civil, es una de las causas en que hace perder toda la posesión anterior, el art.
2403 del Código Civil Ecuatoriano establece que “Interrupción civil es todo recurso judicial
intentado por el que se pretende verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor.
LA POSESIÓN
• Sólo el que ha intentado este recurso podrá alegar la interrupción; y ni aún él en los casos
siguientes:
1) Si la citación de la demanda no ha sido hecha en forma legal;
2) Si el recurrente desistió expresamente de la demanda o cesó en la persecución por más de
tres años;
3) Si el demandado obtuvo sentencia de absolución.
• En estos tres casos se entenderá no haber sido interrumpida la prescripción por la demanda”.
LA POSESIÓN