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I. LA POSESIÓN:
1. Definición legal de posesión:
Concepto: de posesión: El artículo 700 del código civil nos dice que la posesión es la tenencia de una cosa determinada
con ánimo de señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la
tenga en lugar y a nombre de él.
El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifica serlo.
2. Elementos de la posesión:
De la propia definición dada anteriormente podemos deducir los elementos propios de la posesión, y que son, la tenencia
de una cosa y el ánimo de dueño, sin embargo, se ha agregado por la doctrina un tercer elemento, que es que debe recaer
en una cosa determinada:
1) La tenencia de la cosa (corpus): El corpus tiene un significado amplio, y no se restringe sólo a la concepción
corpórea de la cosa. En efecto, la tenencia de la cosa es sin duda el aspecto material de la posesión, lo que no significa
que se reduzca sólo al poder físico ejercido sobre la cosa sino que también comprende la potestad que sobre la cosa se
tiene. En efecto, la expresión "tenencia" significa tanto apoderamiento material, aprehensión física, corpórea, como
también la posibilidad de disponer de ella inmediatamente. De ahí que cuando hablemos de tenencia de una cosa nos
debemos imaginar tanto a una persona que tenga un contacto físico y directo con una cosa como también a aquella
que manifiesta un poder de dominación el cual se traducirá en la posibilidad física de disponer de la cosa
inmediatamente, por cuanto, obviamente respecto de un bien corporal mueble el contacto físico con la cosa es mucho
más fácil de apreciar que por ejemplo, respecto de un bien inmueble, lo cual obviamente por la capacidad física del
hombre es dificultoso que podamos apreciar una tenencia en términos muy materializados.
2) Ánimo o intención de tener la cosa como señor o dueño, o como titular del respectivo derecho real : Este es un
elemento intelectual, psicológico, interno, subjetivo de la posesión, que consiste en la intención del poseedor de actuar
respecto de la cosa como si fuera su dueño.
¿Dónde se manifiesta jurídicamente este ánimo?
R- Este ánimo (comportarse como señor o dueño) se manifiesta principalmente a través del título, en la medida que
sea un título traslaticio de dominio, por cuanto, en tal caso, con posterioridad al título vino la tradición y esta última,
por definición, involucra la intención de adquirir el dominio. Por ello, es que si el título es de mera tenencia el sujeto
no puede jurídicamente tener posibilidad de tener ánimo de dueño, y por ende no puede poseer de acuerdo al Art. 700
del código civil, ya que en los títulos de mera tenencia siempre se reconoce dominio ajeno.
¿Qué otra importancia tiene el ánimo como elemento de la posesión?
R- Además de ser un elemento de la posesión, a tal punto que sin él no se pueda llegar a tener la calidad de poseedor,
tiene otra importancia, y es que el legislador en virtud de él ha establecido ciertas presunciones de posesión de
carácter legal, así tenemos, que si se ha empezado a poseer a nombre propio, se presume que esta posesión ha
continuado hasta el momento en que se alega, si se ha empezado a poseer a nombre ajeno, se presume igualmente la
continuación del mismo orden de cosas y si alguien prueba haber poseído anteriormente y posee actualmente, se
presume la posesión en el tiempo intermedio.
¿Qué sucede si sólo hay tenencia material (corpus) y no ánimo?
R- Si una persona sólo tiene la tenencia material de una cosa pero no tiene el ánimo de dueño, habrá una mera
tenencia de la cosa, todo en la medida que el sujeto reconozca dominio ajeno. Eje. El arrendatario, el depositario, el
comodatario, el acreedor prendario, el secuestre, el usufructuario, el usuario, el que tiene el derecho de habitación,
son meros tenedores de la cosa empeñada, secuestrada, o cuyo usufructo, uso o habitación le pertenece. Lo dicho se
aplica generalmente a todo el que tiene una cosa reconociendo dominio ajeno.
3) La posesión recae en una cosa determinada: Esto significa que la cosa objeto de la posesión debe estar
singularizada o individualizada como especie o cuerpo cierto, por tanto, no hay posesión respecto de géneros. Ahora
bien, digamos que como se emplea el término "cosa", la posesión puede recaer obviamente sobre los bienes
corporales (muebles o inmuebles) como también sobre bienes incorporales, esto es, los derechos, así por ejemplo, una
persona puede ser poseedora del derecho real de servidumbre en caso de que realice los actos a los cuales faculta la
servidumbre, sin que importe para estos efectos si es o no titular del derecho real de servidumbre. Esto es así porque
hay posesión con o sin derecho.
1. Posesión con derecho: La posesión con derecho es la situación normal, porque todo el que tiene un derecho real
posee las facultades que éste confiere (poseedor y dueño), de ahí que estemos ante la presencia del "ius possidendi".
2. Posesión sin derecho: Consiste en que una persona posee, vale decir, que tiene la cosa bajo su poder con ánimo de
señor y dueño, pero no tiene derecho a poseer, por cuanto, hay otra persona que es el titular del derecho, en este
caso estaremos ante la presencia del "ius possessionis", y sólo en este caso se puede adquirir el dominio de la cosa
por prescripción adquisitiva.
6. Clases de posesión:
1. Posesión Regular: El artículo 702 inciso 2º y 3º del código civil nos dice que, la posesión regular es la que procede de
justo título, se adquiere de buena fe y previa tradición si el título es traslaticio de dominio.
Como podemos observar, para que estemos ante la presencia de la posesión regular es menester que concurran tres
requisitos, siendo estos el justo título, la buena fe y la tradición, y en tal caso, el poseedor tendrá una mayor apariencia
de dominio. En efecto, el poseedor -en este escenario- se presenta al mundo exterior con mayor apariencia de ser
dueño de la cosa que en aquellos casos en que faltan uno o más de estos requisitos, siendo este el fundamento del por
qué el legislador le reconoce más ventajas al poseedor regular que al irregular, sin perjuicio de que ambas sean
posesiones, y como tales concurran a la adquisición del derecho por prescripción, con algunas diferencias, pero
persiguiendo idéntico objetivo.
Lo importante es que la posesión regular conduce a la prescripción adquisitiva ordinaria, el cual es de 2 años para los
bienes muebles y de 5 años para los bienes inmuebles.
Digamos que los títulos que legitiman la posesión son aquellos que habilitan para adquirir el dominio u otro
derecho real, y en el peor de los casos otorga la posesión. En cambio los títulos que no legitiman la posesión, son
aquellos que no son aptos para poseer y tiene tal calidad los títulos declarativos.
Clases de justos títulos: Para el código civil existen 2 clases de justos títulos, siendo estos el título constitutivo de
dominio y el título traslaticio de dominio. Ahora bien, la doctrina ha agregado un tercer título, el denominado
título declarativo, el cual no es apto para poseer.
a) Título constitutivo de dominio: El código civil llama así a los modos originarios de adquirir el dominio,
siendo estos la ocupación, la accesión y la prescripción adquisitiva. Lo que sucede es que, como en nuestra
legislación la dualidad título y modo es fundamental para adquirir el dominio, la exigencia del título debe
serlo respecto de todos los modos de adquirir postura mayoritaria-, y no sólo reducirlo a la tradición. De ahí
que, como obviamente es imposible que los modos de adquirir -como la ocupación y accesión- vayan
precedidos por un título traslaticio de dominio, no significa que no deban de todas maneras ir precedidos por
un título, aquello producto de la exigencia de dualidad “título y modo”. Ahora bien, como la postura
mayoritaria considera indispensable la concurrencia previa de un título independiente del modo de adquirir, es
que se ha estimado que los modos de adquirir de la ocupación y accesión, constituyen en si mismo título y
modo de adquirir, por lo que inevitablemente será constitutivo y no traslaticio. Respecto de la prescripción
adquisitiva, digamos que merece un comentario aparte.
Ahora bien, hay ocasiones en que las instituciones de la ocupación o accesión no sirven para adquirir el
dominio, sea por ejemplo, porque -en la ocupación- la cosa tenía dueño, o porque -en la accesión- quien tenía
la cosa principal, no era dueño sino poseedor de ella, en cualquier caso, el modo no operó para adquirir el
dominio, pero sirve como título constitutivo de posesión.
No cabe duda que lo dicho anteriormente puede dar pie a fervientes discusiones, ya que para algunos será
absurdo decir que la ocupación puede servir de título para poseer, ya que si la definición de título es el hecho
o acto en que se funda la posesión, la respuesta a la pregunta del por qué poseo, se torna absurda. Eje. Ocupo
un bien mueble cualquiera, sin embargo, dicho bien tiene dueño, de ahí que la ocupación no sirva para
adquirir el dominio, pero servirá como título para poseer, por ello es que si me preguntarán ¿por qué poseo? la
respuesta sería por mi título, que en este caso es la ocupación, en síntesis, debería responder que POSEO
porque OCUPO, lo que en la práctica se traduciría en decir que poseo porque poseo.
Por ello sostienen que sería mucho más saludable decir derechamente que se puede llegar a poseer sin título,
como también se podría llegar a adquirir el dominio sin título, bastando sólo el modo de adquirir, por lo
menos en algunos casos, como en la ocupación.
¿Qué sucede con la prescripción adquisitiva?
R- Generalmente se nombra como título constitutivo de dominio la prescripción adquisitiva, y como puede
constituir dominio también podría constituir posesión, sin embargo, ello ha sido bastante discutido por la
doctrina, por cuanto, se ha dicho que no es posible que la prescripción sirva de título para poseer -posesión sin
derecho-, y esto por la lógica razón de que para ganar por prescripción adquisitiva es necesario poseer, de ahí
que se diga que lo que es un efecto, no puede ser causa.
b) Título traslaticio de dominio: Es aquel que por su naturaleza sirve para transferir el dominio.
En efecto, si observamos la definición, de ésta se deduce claramente que este título no tiene por objeto
transferir el derecho, sino que "sirve" para trasferirlo. Entre estas clases de título podemos mencionar a modo
de ejemplo, la compraventa, permuta, donación entre vivos, mutuo, aportes a una sociedad, el cuasiusufructo,
etc.
Digamos que estos títulos son simplemente los actos o contratos que generan para una de las partes la
obligación de transferir el dominio, o constituir un derecho real, de ahí que se diga que el modo de adquirir
que viene después de este título (y que es la tradición) sea una convención -no contractual- que venga a
extinguir la obligación emanada del título (contrato fuente de las obligaciones).
Como el título traslaticio de dominio sirve para transferir el dominio también sirve como título para poseer, y
en este caso, decimos que el título es justo, por cuanto, si seguida de la tradición finalmente no se adquiere el
dominio, si por lo menos se entrará en posesión, no por culpa del título sino por factores externos, como los
sería por ejemplo que el tradente no sea dueño de la cosa que transfiere.
c) Título declarativo: Son aquellos que se limitan a reconocer o ha declarar un derecho, o una situación ya
existente.
Tengamos presente que si bien el código civil hace alusión a estos títulos dentro de los denominados justos
títulos, la verdad es que se ha discutido bastante si son o no justos títulos, por cuanto, éstos no vienen a
atribuir dominio alguno, sino que lo único que hacen es reconocer o declarar un derecho ya existente, derecho
que ya fue adquirido por otro título distinto del título declarativo, de ahí que se diga que este tipo de títulos no
sean aptos para legitimar la posesión, por ello es que se ha sostenido que para saber que tan legítima es la
posesión de un individuo, deberemos retroceder hasta el momento del hecho o acto con el cual entró a poseer
(el título que le concedió el derecho o la posesión) y que está siendo reconocida o declarada por este nuevo
título.
Como ejemplo de títulos declarativos tenemos, la sentencia de adjudicación en juicio divisorio, las
sentencias judiciales sobre derechos litigiosos, los actos legales de partición, los contratos de transacción
sobre cosas disputadas, etc. En síntesis, estos son títulos declarativos del derecho porque reconocen o declaran
en favor de una de las partes un derecho ya adquirido por otro título distinto, el cual legítima posesión. Así
por ejemplo, si en una transacción se reconoce a una de las partes el dominio sobre un bien litigioso, la
transacción es un contrato, luego, es un título, pero un título que se limita a reconocer el dominio que ya
había sido adquirido por un título anterior, el cual es el que legítima la posesión. Sin embargo, esta regla tiene
una excepción, consistente en que tratándose de sentencias de adjudicación en juicios divisorios en partición
entre herederos u otros comuneros o de actos legales de partición entre comuneros, en que estos títulos a
pesar de ser declarativos, por excepción legitiman la posesión exclusiva que en virtud de la adjudicación
adquiere el adjudicatario sobre la cosa que le ha sido adjudicada.
Título de mera tenencia: Dentro de los títulos que no legitiman posesión están los títulos de mera tenencia. En
efecto, cuando hay mera tenencia, también nos encontramos ante una persona que tiene una cosa en su poder,
pero, a diferencia de lo que sucede en la posesión, no lo tiene con ánimo de señor o dueño (falta el elemento
subjetivo de la posesión (ánimo)", sino que por el contrario, reconoce dominio ajeno. De ahí que a la persona
que tenga la cosa en su poder se le denomine "tenedor" y no "poseedor", y esto es así, por cuanto sólo tiene la
cosa en lugar y a nombre del titular del derecho de dominio de ella. Por ello es que el título de mera tenencia
no legitima posesión, y por ende jamás podrá ganar el dominio por prescripción adquisitiva.
Injustos títulos: Este tema es interesante de analizar, por cuanto gracias a ella deducimos los títulos que son
justos, y esto es porque nuestro legislador no nos dijo lo que debíamos entender por justo título, tampoco nos
definió lo que debíamos entender por títulos injustos, procediendo únicamente a enumerar taxativamente los
títulos injustos. Sin embargo, debemos dejar en claro que dicha enumeración a pesar de ser taxativa es genérica,
por ejemplo, en uno de sus numerándos nos dice que es título injusto aquel que adolece de un vicio de nulidad, y
da como ejemplo aquella enajenación que debiendo ser autorizada por un representante legal o por decreto
judicial, no lo ha sido. Como podemos observar, este caso a pesar de estar establecido dentro de una enumeración
taxativa, el caso en si mismo es genérico, por cuanto, quedan comprendidos en él, todos los títulos nulos,
cualquiera sea el requisito de validez del acto jurídico que falte. Eje. falta de objeto, un error, dolo, falta de causa,
etc.
2) Buena fe: Antes de dar una definición de buena fe, digamos que esta puede ser de dos clases, una buena fe
objetiva y subjetiva.
a) Buena fe objetiva: Es aquella que se ve reflejada hacia el mundo exterior en virtud del comportamiento del
sujeto, vale decir, que si queremos saber si hay o no buena fe "objetiva" tendremos que comparar el
comportamiento del sujeto con lo que ordinaria y comúnmente se tiene por buena fe de acuerdo a los
parámetros sociales, esto es con el comportamiento normal, medio que un hombre corriente tiene en la
sociedad. Digamos que esta buena fe está teniendo cada vez mayor cabida en materia de contrato.
b) Buena fe subjetiva: Es la que sigue nuestra legislación, sobre todo en materia posesoria, así el Código Civil
en su Art. 706 inc 1° la define, diciendo que la buena fe “es la conciencia de haberse adquirido el dominio de
la cosa por medios legítimos, exento de fraudes o de todo otro vicio”.
Como podemos observar, en este caso, la buen fe es una convicción interna, íntima del sujeto de actuar
lícitamente, de conformidad a la ley, no haciendo daño a nadie, de ahí que por el carácter subjetivo y personal
que tiene es que ella es propia de cada individuo, no pudiendo transferirse ni transmitirse a otras personas, por
todo ello su análisis debe ser caso a caso.
Ahora bien, que el sujeto esté de buena fe al adquirir el dominio u otro derecho real, no significa que su
convicción interna coincida con la realidad, esto es, que creer tener el dominio cuando en realidad sólo tiene
posesión, en tal caso, obviamente el sujeto habrá caído en un error. Ahora bien, para que estemos ante la
presencia de la buena fe como requisito de la posesión regular es menester que este error, sea un error de
hecho y excusable (justificable), por ejemplo, el sujeto concurrió a una automotora a comprar un automóvil y
la empresa no era la dueña del vehículo. ¿Qué sucede si el error es de derecho? R- Si el sujeto dice que
incurrió en un error y este es de derecho, jurídicamente se presume la mala fe del sujeto, por cuanto nadie
puede alegar ignorancia de la ley.
Prueba de la buena fe: Sabemos que la buena fe se presume, excepto en los casos recién señalados donde lo
que se presume es la mala fe. Ahora bien, respecto de esta presunción, digamos que es simplemente legal, es
decir, que admite prueba en contrario. Por ello es que si la hipótesis es estar frente a una presunción de buena
fe, quien diga que está de mala fe tendrá que probarla, por el contrario si la presunción es de mala fe, la
persona imputable de ella podrá probar que está de buena fe.
¿Desde qué momento debe existir la buena fe para que la posesión sea regular?
R- Nuestro Código Civil en forma muy clara establece que para la existencia de la posesión regular es
suficiente que haya buena fe al momento de iniciarse la posesión, no siendo necesario que posteriormente
subsista.
3) La Tradición cuando el título es traslaticio de dominio: De partida digamos que si se trata de un título
constitutivo, ocupación, accesión, no se requiere de tradición porque el título es a la vez modo de adquirir, por lo
que en estos casos, sólo será necesario justo título y la buena fe para que estemos ante la presencia de la posesión
regular. Una situación similar sucede respecto de la sucesión por causa de muerte, donde la doctrina ha sostenido
que si bien es un modo de adquirir el título que faltaría está presente en la propia sucesión por causa de muerte,
título denominado de transmisión o de tráfico, vale decir, la sucesión por causa de muerte será título y modo de
adquirir.
Ahora bien, en el caso del título traslaticio de dominio, sucede que éste por sí sólo no produce la adquisición del
derecho, falta el modo de adquirir el dominio, el cual debe obligatoriamente ser la tradición y no otro, de ahí que
si falta uno u otro sencillamente no puede haber posesión regular.
2. Posesión irregular: Es aquella que carece de uno o más requisitos de la posesión regular.
Aquí cuando dice que pueden faltar uno o más requisitos de la posesión regular, no debemos considerarlo respecto de
la tenencia (corpus) y el ánimo, obviamente ellos deben concurrir, ya que de lo contrario simplemente no hay
posesión. De ahí que se diga que en cada caso deberá analizarse qué elementos o requisitos de la posesión regular
pueden faltar, para concluir si procede o no la posesión irregular, así por ejemplo, si hay título traslaticio de dominio y
falta la buena fe, podríamos caer en la inmediata tentación de creer que ya se puede poseer irregularmente, lo cual no
es cierto, por cuanto, al haber título traslaticio de dominio, será además necesario la tradición, ya que sin ella no hay
tenencia (corpus) y por lo mismo la posesión sería inexistente. Por ello, es que respecto de los bienes inmuebles se
exija como prueba de la posesión la inscripción en el Conservador de Bienes Raíces, de ahí que en este caso, sólo es
posible la ausencia de buena fe para que la posesión sea irregular, cualquier otro elemento que falte hará inexistente la
posesión, y por lo mismo jamás se podrá ganar el dominio de ella por prescripción adquisitiva.
¿En qué se diferencia y en qué se parecen la posesión irregular de la regular? R- De partida la posesión irregular
no es tan favorable como la posesión regular, por cuanto, el plazo que se requiere de posesión es más largo, siendo
éste de 10 años, de ahí que la prescripción que le será aplicable, es la adquisitiva extraordinaria. Digamos que el
poseedor regular goza de la acción reivindicatoria que aquí se llama acción publiciana no así el poseedor irregular. Por
otro lado en ambas se aplica la presunción de tradición y los interdictos posesorios pueden hacerse valer tanto por el
poseedor regular como el irregular.
1. Respecto de los bienes muebles: Digamos que todos los incapaces pueden adquirir la posesión de estos bienes, el
punto está en el cómo lo logran. En efecto, los incapaces relativos (disipador y menor adulto) y los incapaces
absolutos como el sordo o sordomudo que no pueden darse a entender claramente y el impúber que no es infante
pueden adquirir la posesión por sí mismos, esto es que no requieren que otra persona (como un representante legal)
adquiera a nombre de ellos, como tampoco necesitan que dichos representantes los autoricen para adquirir la posesión
de estos bienes. En cambio los infantes y los dementes, pueden adquirir la posesión de estos bienes, pero NO por sí
mismos, sino que siempre por medio de un representante legal.
¿Pueden los incapaces ejercer actos de posesión, como sería por ejemplo, arrendar la cosa o prestarla
(comodato)?
R- Digamos que si bien los incapaces relativos como algunos de los absolutos pueden adquirir la posesión de estos
bienes, esto no significa que puedan libremente ejercer actos de posesión, para ello requieren de autorización.
2. Respecto de los bienes inmuebles: En este caso, sólo los incapaces relativos (menor adulto y disipador) pueden
adquirir la posesión, el punto está en que no pueden hacerlo por sí mismos, sino que necesariamente requieren de un
representante legal que adquiera la posesión por ellos, o bien que los incapaces la adquieran pero autorizados por el
representante legal. Los incapaces absolutos no pueden ni siquiera por medio de representantes legales adquirir la
posesión de estos bienes.
2) En segundo lugar, respecto de la adquisición de la posesión del derecho real de herencia: Digamos que la
posesión de la herencia se adquiere desde el momento en que la herencia es deferida, a pesar de que el heredero sea
incapaz o bien la ignore.
¿Cuándo entendemos que la herencia está deferida?
R- La herencia se defiere al momento de la delación, siendo ésta, el llamamiento que hace la ley para aceptar o
repudiar una asignación hereditaria, el punto está en que este llamamiento se puede efectuar en dos momentos, si la
asignación es pura y simple, el llamamiento se produce al morir el causante, pero si es condicional (condición
suspensiva) el llamamiento se producirá al momento de cumplirse la condición suspensiva. Ahora bien, como el
derecho real de herencia es un bien incorporal consistente en una universalidad jurídica, la posesión que se adquiere
no es la del Art. 700 por cuanto, obviamente no puede haber corpus ni tampoco ánimo, de ahí que la posesión que se
adquiera sea la denominada posesión legal de la herencia.
¿Qué importancia tiene la posesión legal de la herencia? R-
1. Faculta a quien recibe la asignación hereditaria a efectuar actos de heredero, por Eje. Tomar posesión material de
los bienes hereditarios.
2. Confiere al heredero ciertos derechos, entre los cuales encontramos las acciones posesorias, que tienen por objeto
proteger las cosas que posee.
3. El heredero queda sometido a las acciones que terceros pudieran intentar en su contra.
4. El efecto más importante que produce es que en virtud de la posesión legal de la herencia, si el heredero es
putativo puede llegar a ganar el derecho real de herencia por prescripción.
1) Bienes muebles:
¿Cómo se ADQUIERE la posesión de los bienes corporales muebles?
R- Se adquiere la posesión desde el momento que el sujeto aprehende materialmente (físicamente) el bien corporal mueble
con ánimo de señor o dueño, vale decir, que concurren el corpus y el ánimo.
Respecto de los incapaces, sabemos que todos ellos pueden llegar a adquirir la posesión de los bienes corporales muebles,
claro que, con el distingo de que los incapaces relativos como los absolutos que no sean infantes ni dementes puede
adquirirla por sí mismo, en cambio si se trata de dementes o infantes estos pueden adquirir la posesión de estos bienes por
medio de otra persona.
Ahora bien, es importante señalar que ninguno de los incapaces puede ejercer actos de posesión por sí mismos, (arrendar
o dar en comodato el bien mueble) por lo que para ejercerlos requieren de autorización.
2) Bienes inmuebles:
El tema de la adquisición, conservación y pérdida de la posesión de los bienes corporales inmuebles es lo que en doctrina
se conoce con el nombre de "teoría de la posesión inscrita".
En primer lugar, digamos que en nuestro país los registros conservatorios que existen no cubren la totalidad de los predios
existentes en nuestra larga y angosta franja de tierra, lo cual, es importante tener presente, ya que si queremos comprender
perfectamente el tema de la adquisición, conservación y pérdida de la posesión de los bienes corporales inmuebles,
deberemos estudiar aquello respecto de los inmuebles que están registrados (inscritos) y los que no lo están.
INMUEBLES NO INSCRITOS:
Sabemos ya, que en nuestro país no todos los bienes inmuebles están inscritos en los registros de propiedad del
conservador de bienes raíces que le corresponderían de acuerdo a su ubicación, de ahí el problema que se presenta
respecto del dominio de ellos como también de la posesión. Imagínense a una persona que dice ser el dueño de un
inmueble que no está inscrito en el Conservador de Bienes Raíces, ¿cómo prueba que es dueño? ¿Cómo prueba una
persona que es poseedor de dicho bien? Todas estas preguntas serán respondidas en el desarrollo del tema.
¿Cómo se ADQUIERE la posesión de un bien inmueble que no está inscrito?
R- Para entender el tema, digamos en primer lugar que la posesión que se adquiere acá, según lo dice la mayoría de la
doctrina puede ser la regular como la irregular, y para determinar como se adquiere la posesión de estos bienes inmuebles
no inscritos, debemos previamente considerar el antecedente (título) que el poseedor invoca. De ahí, que debamos
distinguir si el poseedor invoca un título constitutivo de dominio o uno traslaticio de dominio.
1. El poseedor invoca título constitutivo de dominio: Sabemos que los títulos constitutivos de dominio, son la
ocupación, accesión, y la prescripción adquisitiva. De ahí que debamos observar cual de estos títulos invoca.
a) El poseedor invoca ocupación como título: De partida, digamos que jurídicamente la ocupación es un modo de
adquirir el dominio de bienes MUEBLES que no tengan dueño, de ahí que no proceda este modo de adquirir el
dominio respecto de los bienes inmuebles (estén o no inscritos) ya que siempre tienen dueño, en último término lo
será el Fisco, en tal caso serán bienes nacionales. Por ello es que no debemos concebir el término ocupación como
modo de adquirir, sin embargo, en el lenguaje corriente podríamos sí emplear el término ocupación como simple
apoderamiento material del inmueble, esto es, llegar e instalarse en la propiedad. De ahí es que la pregunta que
nos haremos será si por el simple apoderamiento material del inmueble (no inscrito) ¿se puede llegar a adquirir la
posesión de él? R- La doctrina ha considerado que en este caso, es perfectamente posible adquirir la posesión del
inmueble no inscrito mediante el apoderamiento material de él, el punto de discordia radica en que algunos dicen
que es necesario que el bien inmueble se inscriba a nombre del poseedor (como dueño), en tal caso sostienen, que
el sujeto no adquirirá el dominio del inmueble en virtud de la inscripción, pero sí lo convertirá en poseedor. Ahora
bien, como en el conservador es necesario inscribir un título ¿Qué título inscribirá? R- Obviamente la ocupación
no le servirá como título constitutivo de dominio por cuanto se aplica sólo a los bienes muebles (ya que sólo estos
pueden no tener dueño), sin embargo, desde el punto de vista positivo, en el lenguaje del código el apoderamiento
material al ser corrientemente una ocupación, serviría como título para poseer. Otros en cambio sostienen que no
es necesario la inscripción para adquirir la posesión, ya que tal exigencia es sólo obligatoria respecto de los bienes
inmuebles que ya estén inscritos, y aducen como argumento lo dispuesto por el Art. 726 del Código Civil que
sostiene que "Se deja de poseer una cosa desde que otro se apodera de ella con ánimo de hacerla suya; menos en
los casos que las leyes expresamente exceptúan".
En síntesis, si llegase a proceder posesión, sería una posesión irregular por cuanto se estaría de mala fe, ya que en
virtud de que la ley se presume conocida por todos, al poseedor se le reputa que sabe, que todo bien inmueble
tiene dueño, siendo en último término el Fisco.
b) El poseedor invoca accesión como título: En este caso, si se es dueño de un inmueble, lo que acceda a él
también pasa a formar parte del dominio del inmueble, en virtud de que lo accesorio sigue la suerte de lo
principal, y del modo de adquirir de la accesión, y en ese caso no es necesaria la inscripción, ya que lo normal es
que el inmueble principal esté inscrito, lo mismo ocurre respecto de la posesión, vale decir, que si una persona es
poseedora de un inmueble, y otro inmueble accede a él, pasa a poseer ambos en virtud del mismo aforismo, y aquí
tampoco es necesaria una inscripción para adquirir la posesión de lo accesorio, "la inscripción del suelo principal
cubre el suelo accedido".
c) Respecto de la prescripción: Sabemos que la prescripción también es calificada como título constitutivo, sin
embargo, esta no puede invocarse como antecedente de la posesión, ya que a él se llega precisamente en virtud de
la posesión. (Lo que es efecto no puede ser causa). En este caso digamos que la inscripción que se practica en el
conservador de bienes raíces es para efectos de publicidad respecto de terceros, ya que mediante ella se hará
oponible.
2. El poseedor invoca título traslaticio de dominio: Aquí si el poseedor invoca como antecedente de la posesión un
título traslaticio de dominio, se ha sostenido en forma mayoritaria que la inscripción del título en el conservador es
vital para adquirir la posesión, sin embargo por efectos de metodología distinguiremos entre posesión regular e
irregular y si en las dos es necesaria o no la inscripción del título.
a) Adquisición de la posesión REGULAR del inmueble no inscrito: Este tema viene a resolver el dilema de si es
o no necesario que el poseedor inscriba el título traslaticio de dominio para adquirir la posesión regular del
inmueble no inscrito. Digamos que respecto de la posesión regular, hay acuerdo por parte de la doctrina nacional
de que, para adquirirla respecto de bienes inmuebles que no están inscritos en el conservador, es fundamental la
inscripción del título traslaticio de dominio, (cuando el poseedor tiene como antecedente tal título), y esto es, por
cuanto la posesión regular exige como requisito de ella la tradición (cuando el título es traslaticio de dominio), y
como sabemos, la única forma de efectuar la tradición de los bienes inmuebles es mediante la inscripción del
título traslaticio de dominio en el registro de propiedad del conservador de bienes raíces. En síntesis, si el
poseedor aduce este título para adquirir la posesión regular, obligatoriamente deberá inscribirlo, de lo contrario no
podrá jamás adquirir la posesión regular de dicho inmueble1.
b) Adquisición de la posesión IRREGULAR del inmueble no inscrito: En este tema si hay discusión por parte de
la doctrina, y lo hay, precisamente por el hecho de que la posesión irregular procede cuando falta uno de los
requisitos de la posesión regular, de ahí que si siendo uno de los requisitos de la posesión regular el justo título, y
la tradición (cuando el título que le antecede es el traslaticio de dominio), si falta éste (el título) mal puede
exigirse inscripción conservatoria de él, por cuanto de antemano lo reputamos inexistente, y que es el
que motiva precisamente a acudir a la posesión irregular, de ahí la discusión, para algunos autores es fundamental
la inscripción del título traslaticio de dominio en el conservador para adquirir la posesión regular o irregular
respecto de los bienes inmuebles inscritos o no inscritos, para otros en cambio respecto de los bienes inmuebles
no inscritos, no es necesaria la inscripción para adquirir la posesión irregular, bastando sólo el apoderamiento
material.
Primera postura: Hay autores como don Humberto Trucco y Tomás Ramírez Frías, que sostienen que para
ADQUIRIR la posesión regular o irregular de un inmueble (esté o no inscrito) es indispensable que el poseedor
inscriba el título traslaticio de dominio en el conservador de bienes raíces, y dan los siguientes argumentos:
En primer lugar, el Código Civil es muy claro, cuando en su Art. 724 dispone que si la cosa es de aquellas cuya
tradición deba hacerse por la inscripción en el Registro del Conservador, la única forma de adquirir la posesión de
ella es mediante dicha inscripción. De ahí que la ley no de alternativa posible, y como estamos hablando de que el
poseedor aduce título traslaticio de dominio, la únic forma de efectuar la tradición del inmueble es por medio de
la inscripción, dando lo mismo el hecho de que el inmueble este o no inscrito en el conservador.
En segundo lugar, aquellas disposiciones legales que aparentemente habilitan para adquirir la posesión (regular o
irregular) de los bienes inmuebles (inscritos o no inscritos) por el simple apoderamiento material de ellos, se están
refiriendo a aquella situación en que el título que invoca el poseedor es constitutivo de dominio, pero no al título
traslaticio de dominio, que es lo que precisamente estamos analizando ahora.
Por último, sostienen que la inscripción es vital si se quiere con ello dar aplicación al deseo de don Andrés Bello,
consistente en hacer efectivo el hecho de que el conservador de bienes raíces cumpla con su objetivo consistente
en llevar un registro de toda la propiedad raíz existente en nuestro país.
Segunda postura: Otro sector de la doctrina (minoritaria por cierto) cuyos exponentes son don José Clemente
Fabres, Leopoldo Urrutia y Manuel Somarriva sostienen a diferencia de la postura anterior que tratándose de un
inmueble no registrado (no inscritos) es perfectamente posible adquirir la posesión de ella (en la medida que sea
irregular) por el simple apoderamiento de ella, sin que sea necesaria la inscripción del título traslaticio de
dominio. Al respecto dan los siguientes argumentos:
En primer lugar, sostienen, que la posesión irregular, por definición es aquella a la cual le falta alguno de los
requisitos de la posesión regular, entre los cuales tenemos la tradición si el título es traslaticio de dominio, luego
si falta dicho requisito debería por definición proceder la posesión irregular, de ahí que no sea necesario para esta
posesión, que el título se inscriba.
Un segundo argumento lo extraen del Art. 729 del C.C. el cual dispone "Si alguien pretendiéndose dueño, se
apodera violenta o clandestinamente de un inmueble cuyo título no está inscrito el que tenía la posesión la
pierde". Como podemos observar si el inmueble no está inscrito, y alguien se apodera de él en forma violenta o
clandestina quien tenía la posesión la pierde, lo cual, de alguna manera da la posibilidad de que se pueda adquirir
la posesión de un inmueble no inscrito, y si es posible adquirirla con violencia o clandestinidad (a pesar de que en
estos casos la posesión es inútil), con mayor razón procederá posesión si ella no es violenta o clandestina y el
poseedor además aduce título traslaticio de dominio, y en tal caso, la posesión tendrá que ser necesariamente
irregular.
1 Para saber como se efectúa la inscripción del título traslaticio de dominio cuando se trata de bienes inmuebles NO inscritos, la
respuesta la encontramos en el Art. 693 del C.C y Art. 58 del Reglamento del conservador de bienes raíces.
¿Cómo se CONSERVA la posesión de estos inmuebles no registrados?
R- La doctrina ha estimado que respecto de la conservación de la posesión de estos bienes se hace aplicable lo dicho para
la conservación de la posesión de los bienes muebles, esto es que la posesión se conserva mientras se mantenga el animus.
En efecto, lo que sucede es que, aun cuando lo ideal es que el poseedor mantenga tanto el corpus como el animus, (por
cuanto, estos son los dos elementos constitutivos de la posesión) el animus es el más importante, de ahí que, si el poseedor
por ejemplo perdiera el corpus (temporalmente) de todas maneras podrá mantener la posesión siendo este el argumento
jurídico del por qué el poseedor pueda dar en comodato el bien inmueble no inscrito, o bien arrendarlo, sin que ponga en
peligro su posesión, en cambio si perdiera el ánimo lisa y llanamente dejará de conservar la posesión.
Digamos que el ánimo se pierde cuando aparece una voluntad contraria a ella, en tal caso se pierde la posesión de estos
bienes.
INMUEBLES INSCRITOS:
Hemos analizados la posesión de aquellos inmuebles que no se encuentran registrados en el Conservador de Bienes
Raíces, ahora corresponde el estudio de aquellos inmuebles que si se encuentran registrados, vale decir, que se encuentran
inscritos en los respectivos registros del Conservador.
Causas que provocan la cancelación de la inscripción: Puede ser por voluntad de las partes, por decreto judicial o bien por
medio de otra inscripción. Luego si por cualquiera de estas vías se cancela la inscripción se perderá definitivamente la
posesión.
1. Cancelación de la inscripción por voluntad de las partes: Esto es la denominada resciliación. Para que estemos
ante esta posibilidad es necesario que una de las partes haya transferido a la otra un bien inmueble, supongamos que
hubo compraventa, de ahí, la existencia de un contrato (título traslaticio de dominio) es vital, luego que se inscriba el
título respectivo a nombre de una de las partes en el conservador de bienes raíces. En este caso el adquirente ya esta
en posesión del inmueble gracias a la inscripción, ahora bien, para que estemos ante esta figura, es necesario que las
mismas partes que celebraron el contrato u otorgaron el título que origino la inscripción se pongan de acuerdo y dejen
sin efecto el contrato o el título, si ello ocurre, se producirá jurídicamente una resciliación del contrato, el cual es uno
de los modos de extinguir las obligaciones. Pero no basta con la resciliación para que se produzca la cancelación de la
inscripción, sino que además, ella debe subinscribirse al margen de la inscripción que se cancela, con el objeto de que
quede constancia de la resciliación 2, si ello ocurre tal como se describió anteriormente, se entenderá que ha operado la
cancelación de la inscripción por voluntad de las partes.
2. Cancelación de la inscripción por decreto judicial: En este caso, hay una sentencia judicial firme o ejecutoriada,
que ordena la cancelación de la inscripción. ¿Qué puede motivar la existencia de una sentencia judicial que ordene la
cancelación de la inscripción? R- Por ejemplo, pudo haber existido un juicio donde se discutió la validez o nulidad de
la inscripción, y donde finalmente el tribunal se inclinó por la nulidad. También puede suceder que existía un juicio
como consecuencia de la acción reivindicatoria que interpuso el dueño no poseedor contra el poseedor no dueño, y
donde finalmente el tribunal acogió la acción.
Digamos que para que efectivamente se produzca la cancelación de la inscripción, es necesario que la sentencia que
así lo ordena se subinscriba al margen de la inscripción que cancela.
Respecto de este último requisito ¿qué debemos entender por competente inscripción? R- De partida la ley no nos dice
que es lo que debemos entender por competente inscripción, de ahí que la doctrina se ha preocupado de dar respuesta
a aquello, surgiendo 3 corrientes doctrinarias en torno a esta materia, así tenemos:
Primera postura: Para don Humberto Trucco y Pedro Lira, competente inscripción es aquella que emana única y
exclusivamente del poseedor inscrito, luego, para que estemos ante una competente inscripción es necesario que la
inscripción que se efectúa a favor del tercero adquirente sea ratificada por el poseedor inscrito.
Segunda postura: Para don Arturo Alessandri y Alejandro Lira, competente inscripción es aquella que viene a
presentar un vínculo a lo menos aparente entre el mero tenedor y la anterior inscripción, de manera que se presente
una continuidad en el Registro, luego este vínculo aparente va a existir cuando el mero tenedor (que usurpa el
inmueble) otorga en favor del tercero adquirente el título injusto como el falsificado o el inoponible, y lo sub inscribe.
Digamos que esta posición ha sido seguida en ocasiones por los tribunales, que han señalado que aunque se reconozca
que el tercero adquirente tiene título inscrito, éste título no le da la posesión legal que se requiere para inscribir, a
menos que el título derive del poseedor inscrito. De consiguiente, no queda cancelada la primitiva inscripción.
Tercera postura: Para don Leopoldo Urrutia, Manuel Somarriva y Luis Claro Solar, competente inscripción es la que
se practica en la forma que corresponde, esto es, en el departamento respectivo y con arreglo a las normas del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces y nada más. Sostienen, que creer que competente inscripción es aquella que
necesariamente debe emanar del poseedor inscrito, es inoficiosa, por cuanto, dicha situación ya está regulada,
recordemos que una de las maneras de cancelar la inscripción es mediante una nueva inscripción, la cual ya fue
estudiada.
Digamos que esta última posición es la que actualmente siguen mayoritariamente nuestros tribunales, dándose como
argumento que la ley se pone en el supuesto de que un mero tenedor enajene a su nombre un inmueble inscrito, de ahí
el tercero adquirente mediante la competente inscripción adquiere para sí la posesión, poniendo fin a la posesión
anterior. Luego esta competente inscripción no puede ser únicamente la que emane del poseedor inscrito, por cuanto,
ese caso ya se encuentra contemplado por la ley (Art. 728), por lo que no es razonable suponer semejante
redundancia. De ahí que forzosamente debamos concluir que la ley al hablar de competente inscripción se está
refiriendo a aquella que se efectúa con las solemnidades legales por el funcionario competente, en el Conservador del
departamento de la ubicación del inmueble que se transfiere. Luego una vez practicada esta nueva inscripción, ésta
última tendrá la virtud de cancelar la inscripción anterior que existe sobre el inmueble 3.
2. Prueba de la posesión de los bienes inmuebles: Como existen bienes inmuebles que no están inscritos, vale decir,
registrados en el conservador y otros que sí lo están, para estudiar la prueba de la posesión de estos bienes deberemos
hacer esa distinción.
a) Prueba de la posesión de inmuebles inscritos: La manera que existe de probar la posesión de estos inmuebles
es mediante la respectiva inscripción 4, y NO por hechos materiales de apoderamiento. Sin embargo, esta
inscripción para que sirva como medio de prueba de la posesión de dichos inmuebles, debe reunir 2 requisitos,
siendo estos los siguientes:
1) Es necesario que la inscripción subsista, esto es, que no haya sido cancelada.
2) Que la inscripción hay durado un año completo.
Si estos dos requisitos se cumplen, la inscripción servirá como medio de prueba de la posesión de los inmuebles
inscritos, no siendo necesario la concurrencia de otros medios de prueba, es más, ella hace inadmisible prueba
contraria que pretenda desvirtuar la posesión inscrita. Así por ejemplo, si en un juicio, la parte contraria de aquel
que tiene la posesión inscrita pretende desvirtuar su posesión acreditando que tiene la tenencia material del bien
inmueble, ello no será procedente.
Digamos que el Art. 924 del C.C. que es, el que dispone que la inscripción es prueba de posesión, se refiere a la
posesión de derechos cuya tradición se hace mediante la correspondiente inscripción, luego es bueno tener
presente que sólo se refiere a los derechos inscritos de que habla el Art. 686 del C.C., esto es el derecho de
dominio de los bienes inmuebles, el derecho real de usufructo que recae sobre bienes inmuebles, el derecho real
3 Corte de Talca, 19 de junio de 1933: Gaceta 1933, primer semestre, n.84, p.348. Corte Suprema, 5 de enero de 1949: R., t.46, secc.
primera, p.311
4 Art. 924. (Este tema esta dentro del título de las acciones posesorias).
de uso (habitación), censo, y el derecho real de hipoteca. En todos estos derechos, la tradición de ellos se hace
mediante la inscripción en el conservador de bienes raíces, de ahí que la posesión de esos derechos se prueba
mediante la correspondiente inscripción. Por lo dicho precedentemente, excluimos aquellos derechos que si bien
pueden encontrarse inscritos, respecto de ellos, la inscripción no es necesaria como medio de hacer la tradición,
por ende la inscripción de ellos no sirve para probar posesión de tales derechos.
En caso de que hayan 2 poseedores que se encuentren inscritos y que disputen judicialmente su posesión, (esto es
que se oponga a una inscripción otra inscripción) el juez tendrá que resolver a cual de estas 2 inscripciones
atribuye posesión, para ello se ha sostenido que quien tenga el corpus y el ánimo tiene preferencia respecto del
que no lo tiene.
b) Prueba de la posesión de inmuebles no inscritos (no registrados): Digamos que respecto de la prueba de la
posesión de inmuebles no inscritos como también de aquellos cuya inscripción fue ineficaz, o bien que su
inscripción ha durado menos de un año, inscripciones paralelas, o bien superposición de deslindes, se prueba
acreditando el corpus y el ánimo respecto del inmueble5.
Primera presunción: La primera es aquella que nos dice que si se ha empezado a poseer a nombre propio se presume que
esta posesión ha continuado hasta el momento en que se alega, es decir, basta que la persona que invoca la posesión a
nombre propio pruebe que él comenzó a poseer a nombre propio, ya que en tal caso el legislador va a presumir que dicha
posesión continuó con ese mismo carácter hasta el momento en que el interesado invoca esta posesión. Esta es una
presunción legal, no es de derecho, de ahí que proceda prueba en contrario.
Pero, esta idea no se convirtió en realidad, por diversas razones:
Por un lado, muchas personas por desconocimiento u otro motivo no incorporaron los bienes raíces al sistema de
inscripción, haciéndose los cambios de dominio sin ella y no cumpliéndose con el Art.688 en caso de fallecimiento del
causante.
Oposición a la inscripción: Puede suceder que haya personas que estimen o que tengan interés en oponerse a la
solicitud de saneamiento y pueden hacerlo en los siguientes casos:
1. Durante el procedimiento administrativo, este procedimiento exige al interesado que desee inscribir a su nombre,
publicar su solicitud por dos veces en el periódico que señale la Dirección de Bienes Nacionales, elegido de entre los
de mayor circulación, y además, en carteles que se fijan durante 15 días en lugares públicos que el Servicio
determina. Las publicaciones se hacen en los días 1 o 15 indistintamente de cada mes, o el día siguiente si el
periódico no se publica ese día. Si el bien raíz se ubica en una zona geográfica de difícil acceso, la resolución
además de publicarse se comunicará mediante mensaje radial en el medio que el servicio señale.
2. La otra oportunidad, es que con posterioridad y una vez ordenada por el Servicio la inscripción y practicada ésta los
interesados también podrían oponerse a las inscripciones.
En el primer caso, cuando se publica la solicitud en los días 1 o 15, la persona tiene un plazo de 30 días para oponerse
a la solicitud de inscripción, los que se cuentan desde la última publicación y pueden fundarse en algunas de las causales
del Art.19 del DL 2695. (4 causales)
En el segundo caso, los interesados disponen del plazo DE UN AÑO contado desde la inscripción, para deducir ante
tribunales competentes las acciones que crean convenientes (Art. 26 DL 2695).
Transcurrido el plazo de 30 días o de 1 año no existe posibilidad de oponerse a la inscripción y en un primer tiempo
podría alegarse su modificación o que se deje sin efecto. Los derechos posteriores que la ley contempla tiene un carácter
meramente patrimonial y no afectan el dominio.
Los efectos de la inscripción ordenada por la Dirección de Tierras y Bienes Nacionales una vez practicada la
inscripción, son que, será considerada como justo título y el tercero será poseedor regular. Transcurrido un año
completo de posesión inscrita del inmueble no interrumpida, contado desde la fecha de la inscripción de la resolución, el
interesado será dueño del inmueble por prescripción, la que no se suspenderá en caso alguno. Lo que tiene importancia,
es que transcurrido un año prescriben las acciones que hubieran emanado del derecho real de dominio, usufructo, uso o
habitación, servidumbre e hipoteca. Durante el mismo plazo de un año contado desde la inscripción de la resolución, las
personas a cuyo nombre se inscribió el inmueble, no lo pueden enajenar ni gravar; en el caso contrario, tal acto será
nulo absolutamente por adolecer de objeto ilícito.
Es evidente que este sistema y plazo tan corto pueden causar problemas a personas que hayan tenido derechos
legalmente constituidos sobre el inmueble, porque el DL
2695 no sólo se aplica a los inmuebles no inscritos, sino que también a los inscritos (Arts. 4 y 2º).
La persona que se sienta afectada puede oponerse tanto en ámbito administrativo como judicial (Art.19), para lo cual
tendrá los plazos de 30 días y un año respectivamente. Pero, puede darse el caso de que algunas personas tengan el
dominio y que no hayan ejercido las acciones en forma oportuna; en tal situación, la ley no los priva de todo derecho,
pero no admite que obtengan la restitución del inmueble, sino que les permite obtener una indemnización pecuniaria por
haberles sido privado de éste. Pero esta acción tampoco tiene un plazo muy largo de ejercicio, pues debe ejercerse dentro
de los dos años siguientes a la inscripción, es decir, los terceros que tengan derecho sobre el inmueble, transcurrido un
año desde la inscripción, sólo podrán exigir indemnización, sin entrar a poder recuperar el derecho de dominio sobre el
inmueble. (Procedimiento sumario)
El DL.2695 establece excepcionalmente que para exigir que se reconozca la calidad de poseedor regular a través de sus
normas, no es obstáculo la existencia de la inscripción de dominio anterior sobre el inmueble (Arts. 2 y 4). Este,
realmente es un aspecto novedoso y problemático; hasta la dictación del DL.2695 el legislador había evitado inmiscuirse
en la normas de la posesión de los Arts. 724 a 730 del C.C, no obstante todo el problema que derivaba de ellos. En
realidad, no es criticable que se pretenda una modificación del sistema de la posesión inscrita para mejorarlo, porque si
la solución crea más problemas como el entrar a discutir si el rol que habría de jugar la inscripción, especialmente como
garantía de la posesión inscrita, no pareciera aconsejable ni menos aún procedente, porque en la aplicación práctica del
DL.2695 se han visto numerosos casos en que derechos legalmente constituidos han sido vulnerados por un simple
procedimiento administrativo y, aún más, se han vulnerado derechos consolidados por la prescripción. Lo que sucede es
que el campo de aplicación del DL.2695 es confuso, no está delimitado, porque si su objeto es regularizar la posesión
del inmueble con deficiente constitución de su dominio, debiera entenderse que el DL no es aplicable a los inmuebles
amparados por la inscripción en el Registro Conservatorio, legislando sólo para propiedades con títulos no inscritos o
con vicios en la constitución del dominio.
De distintas disposiciones de este DL se desprende una tendencia a desvirtuar el amparo que la posesión de los
inmuebles tiene en la inscripción del Registro Conservatorio, dando preferencia a la simple posesión material por sobre
la inscrita, con lo cual se entra a desvirtuar totalmente el C.C.
Al respecto, hay que hacer presente que cuando estuvo vigente el DL.6 los tribunales de justicia habían resuelto en forma
unánime que el saneamiento de títulos contemplados por el DL.2695 procedía sólo respecto de los inmuebles que
carecían de título, que tenían título viciado o sólo título por acciones y derechos, pero no era aplicable respecto de
inmuebles en que la propiedad había mantenido una historia continuada e ininterrumpida de títulos.
El problema consiste en saber si, no obstante los Arts. 2 y 4, es posible aplicar el DL.2695 a inmuebles debidamente
inscritos, porque a través de ello se estaría privando a alguien de una cosa, de su dominio, sin pago ni compensación de
ninguna especie. Se entiende que esto no es posible y que, en tal caso, sería posible pedir la inaplicabilidad por
inconstitucionalidad, pues en ningún caso se admite que una persona pueda ser privada del inmueble que le pertenece sin
pago de indemnización (Art. 19 N° 24 de la Constitución Política). Pero, aún más, hay una sentencia de la Corte
Suprema que ha estimado que éste no es un problema de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, sino que se trata de un
problema de supervivencia de la ley, que le corresponde resolver a los jueces de fondo, pues la contradicción que puede
existir entre el DL.2695 y la Constitución Política del año 1980 debe dilucidarse teniendo en consideración que el DL es
anterior al 11 de marzo de 1981. Pero, hay otras soluciones y una es simplemente aplicando el Art. 9 del DL.2695,
porque contempla el caso de la persona que maliciosamente obtenga una inscripción a su nombre y especialmente si ha
transcurrido más de un año contado desde la inscripción. La Corte de Apelaciones de Santiago, conociendo un recurso
de protección, resolvió que cuando la resolución que ordena la inscripción está fundada en antecedentes falsos, dicha
resolución constituye un acto ilegal, contrario al ordenamiento jurídico, y en esta oportunidad la Corte dispuso que se
dejara sin efecto la resolución que ordenaba la inscripción, pero además dispuso que se oficiara al juzgado del crimen
para que instruyera proceso criminal contra quien obtuvo maliciosamente la inscripción.
Segunda presunción: Si se ha empezado a poseer a nombre ajeno, se presume la continuidad de esta misma situación 10.
De tal manera que si una persona alega que en la actualidad posee a nombre propio, cuando comenzó a detentar la cosa
a nombre de otro, deber probar la existencia de un título diferente al anterior, que le atribuye la calidad de poseedor a
nombre propio11. Esta es también una presunción legal.
Tercera presunción: Si alguien prueba haber poseído anteriormente y posee actualmente, se presume la posesión en el
tiempo intermedio12. En esta situación, para que entre a jugar la presunción es necesario acreditar lo que ha sucedido en
los dos extremos, o sea, habrá que probar el hecho de la posesión actual y la circunstancia de que el actual poseedor
también lo fue con anterioridad y, probando estas dos circunstancias, el legislador entra a presumir la posesión durante
el tiempo intermedio. Con esta presunción, la ley está favoreciendo al poseedor, porque a éste en realidad le sería
mínimamente difícil probar la posesión durante todo el tiempo y cada uno de los momentos en que él tuvo la posesión.
Esta también es una presunción legal.
Todo el sistema de la inscripción de la posesión del Código Civil fue elaborado por Bello bajo una tónica muy clara, que
es la de que tarde o temprano todos los bienes raíces se incorporarán al sistema de inscripción, de tal manera que en un
momento dado la inscripción, la posesión y el dominio corresponderían a una misma cosa, porque los inmuebles que a la
‚poca de la dictación del Código Civil no estaban sujetos al régimen de inscripción, se irían incorporando al régimen
conservatorio, por un lado, por las transferencias de dominio 13 y, si no hubiere transferencia de dominio, sino que el
inmueble se mantuviera durante un tiempo largo y determinado en poder de la misma familia y persona, también
accedería al sistema de inscripción tarde o temprano, al querer los herederos disponer del inmueble, porque en tal caso,
los herederos van a tener que practicar la inscripción del Art.688.
Digamos que de esta definición se deducen 2 tipos de prescripción, y que son las que existen en nuestra legislación, la
prescripción adquisitiva, y la prescripción extintiva. En efecto, nuestro legislador definió conjuntamente ambas formas de
prescripción, y las razones de ello lo podemos encontrar por un lado en los precedentes legislativos que tuvo en vista al
dictar estas normas, por ejemplo, Código Civil francés, que también trata ambas formas de prescripción en un solo título,
10 Art. 719 inc 2° del C.C.
11 Esta disposición del Art. 719 inc.2° guarda relación con lo que dice el Art. 716 del C.C. 12 Art. 719 inc. Final del
C.C. 13 Art. 686 del C.C.
igual situación se presenta en el Código Civil español del año 1851, comentado por Florencio García Goyena, y por otro
lado, porque numerosas reglas de la prescripción en general se aplican a ambas formas de prescripción indistintamente 12.
¿Por qué la prescripción como institución se trata al final del Código Civil? R- La doctrina nacional ha sostenido que
con ello se trata de cerrar un enorme capítulo que es en sí el Código Civil. En efecto, que mejor que con una institución
como lo es la prescripción, que viene a dar garantía y estabilidad a los derechos consagrados en el Código Civil, se
concluya esta obra codificadora, dando así armonía y consolidación a tales derechos, además el código civil Francés
también lo trata al final.
¿Cuales son las razones históricas que se tuvo en vista para crear, implantar o establecer la prescripción como
institución?
R- Principalmente, el carácter práctico y dar certeza a los derechos es lo que se tuvo en vista para implantarla, por cuanto,
el orden social así lo exige, de ahí que si no existiera una institución como ésta, situaciones que se han prolongado por
cierto lapso de tiempo permanecerían indefinidamente inciertas.
Por otro lado, si ya es difícil probar el dominio la inexistencia de una institución como ésta la haría más difícil, de ahí que
la prescripción adquisitiva, venga precisamente a facilitar dicha prueba.
Además existe un principio de justicia en juego, consistente en reconocer un derecho a aquella persona que ha sabido
cuidar la cosa, conservarla, servirse de ella e incluso haciéndola producir, como también sancionar tanto al propietario
negligente que ha descuidado totalmente la cosa que le pertenecía, como también al titular del derecho que no ha
manifestado preocupación en el ejercicio y conservación del mismo derecho.
Cabe tener presente, que en Chile la inscripción en el Registro Conservatorio de Bienes Raíces no constituye prueba de
dominio, sino que sólo de posesión, de ahí que el dominio se pruebe por la prescripción, la cual viene a jugar un rol
eminentemente práctico. Si no fuera así, si la prescripción no viniera a probar el dominio, el actual poseedor de un bien
raíz, para probar su derecho de dominio, tendría que demostrar el derecho de dominio de sus antecesores en una cadena
ininterrumpida, ello porque se le aplicaría el principio de que nadie puede transferir más derechos de los que realmente
tiene, asumiéndose el riesgo, de que bastaría que uno de los antecesores no hubiera tenido el derecho de dominio, para que
se produjera un efecto dominó consistente en que todos aquellos que vinieron después de él, carecieran del mismo
derecho, lo cual crearía un grave problema de incertidumbre respecto del derecho de dominio, además de serias e
insalvables dificultades en cuanto a su prueba.
Todo esto, queda obviado por la prescripción, porque para acreditar el derecho de dominio bastará con acompañar los
títulos respectivos que abarquen un determinado plazo para acreditar el derecho que se alega -lo normal es exigir títulos
que abarquen el plazo de 10 años (plazo máximo de prescripción)-.
Desarrollo del estudio de la prescripción en general: Ya sabemos que el legislador define conjuntamente la prescripción
adquisitiva y la extintiva en un solo precepto, ahora bien, respecto de la prescripción adquisitiva el legislador la
reglamenta como modo de adquirir las cosas ajenas, de ahí que al estudiarse los modos de adquirir el dominio se haga
alusión precisamente a esta prescripción junto con los otros modos de adquirir, y por el contrario, se trata la prescripción
extintiva como uno de los modos de extinguir obligaciones.
Digamos que de la misma definición se puede apreciar el distinto rol que se asigna a cada una de las formas de
prescripción. Digamos que respecto de la prescripción adquisitiva, ésta provocará como efecto fundamental el que una
persona podrá adquirir el dominio de una cosa por el hecho de haberla poseído durante un cierto lapso de tiempo, trayendo
como consecuencia además que el verdadero titular del derecho de dominio de esa cosa, la pierda como consecuencia de
su conducta pasiva, vale decir, por su inactividad a la hora de ejercer y conservar su derecho, prescribiendo para él por el
mismo lapso de tiempo, luego no podrá ejercer acciones para recuperar la cosa, por cuanto para él ha operado la
prescripción extintiva.
Ahora bien, respecto de la prescripción extintiva produce la extinción de la acción de una persona por haberse mantenido
el titular en la inactividad por un cierto lapso de tiempo.
Por ello es que el legislador, al referirse a los modos de adquirir, señala a la prescripción, como también lo hace al
referirse a los modos de extinguir obligaciones.
12 Título XLII; Párrafo1° de la prescripción en general, Art.2492 hasta el Art. 2497 del C.C.
¿Cuáles son los elementos esenciales de la prescripción en general? R- Son tres:
1. Que el titular de un derecho permanezca inactivo.
2. Y que transcurra un cierto lapso de tiempo durante el cual subsiste la inactividad.
3. Aquí debemos distinguir de la prescripción de que se trata:
a) Respecto de la prescripción adquisitiva, el elemento fundamental es la posesión de una cosa por una persona
distinta del dueño, por cuanto será gracias a ella que el poseedor adquiera el dominio de la cosa por
prescripción adquisitiva.
b) Respecto de la prescripción extintiva, el elemento fundamental es la obligación del deudor, que se extingue
por esta prescripción, trayendo como consecuencia que el deudor quede liberado de la obligación, de ahí que a
la prescripción extintiva se le llame también liberatoria. Digamos sí, que lo que realmente prescribe, o se
extingue no es la obligación del deudor, sino que la acción del acreedor, vale decir, aquella que tiene para
exigir el cumplimiento de la obligación, y esto es, porque al final la obligación siempre subsistirá, ya no como
civil por cuanto la acción habrá muerto, pero sí en forma natural. Por ello se ha sostenido que la prescripción
extintiva técnicamente hablando NO es un modo de extinguir obligaciones, sino que más bien extingue
derechos personales, de ahí, se ha estimado que no debería consagrarse como un modo de extinguir
obligaciones13.
16
13 Art. 1567 N° 10 C.C.de los modos de extinguir obligaciones. Art. 442 del C.P.C.
declare la prescripción de dicha obligación principal, puesto que dicha declaración será el único medio con que cuente
el deudor para alzar la hipoteca. Luego el deudor puede por vía de acción solicitar la prescripción
2) Ambos tipos de prescripción no se pueden renunciar anticipadamente: De esto se deduce que sí puede
renunciarse, pero sólo una vez cumplidos los plazos respectivos de prescripción, antes no se puede. Como la
prescripción es un beneficio, sólo aquel en cuyo favor procede la prescripción (poseedor en la prescripción adquisitiva
y deudor en la prescripción extintiva) una vez cumplidos los plazos de prescripción pueden renunciar a ella, por
cuanto, tal renuncia sólo mirará el interés individual del renunciante, en este caso, ellos. Sin embargo, antes de
cumplirse los plazos de prescripción no pueden ni deben renunciar a ella, luego un pacto de renuncia a la prescripción
en forma anticipada no es procedente, en primer término, porque no pueden renunciar a un derecho que no tienen,
además dicha renuncia comprometería un interés general vulnerándose con ello normas de orden público, de ahí, que
esta renuncia esté prohibida por la ley 14. Luego el acto en que se pactó dicha renuncia adolecería de objeto ilícito cuya
sanción es la nulidad absoluta15.
¿Por qué la ley es tan drástica respecto de un pacto anticipado de renuncia a la prescripción?
R- Porque si se aceptará legalmente una renuncia de esta naturaleza, se corre el riesgo de que la institución de la
prescripción sea inaplicable, ya que se daría luz verde para que frecuentemente en los actos o contratos se pacte,
provocando que, todas aquellas consideraciones que se tuvieron en vista al momento de implantar esta institución no
se cumplan, trayendo consigo, incertidumbre jurídica. Pero una vez cumplidos todos los requisitos de la
prescripción, si se puede renunciar a ella, y la forma de hacerlo es que una vez cumplido el plazo respectivo el
prescribiente (aquel en cuyo beneficio se declara la prescripción) manifiesta su voluntad de no ejercerla. De ahí, esta
renuncia supone dos elementos:
1. Que la prescripción está cumplida, pues, si no lo esta, el reconocimiento que el prescribiente hace del derecho del
titular constituye una interrupción natural de la prescripción y no una renuncia de la misma16.
2. Que el prescribiente tenga capacidad para enajenar 20, esto es, porque la renuncia de la prescripción priva de la
adquisición de un derecho y ello se asemeja a la enajenación.
3) Las reglas de la prescripción son iguales para todas las personas: Lo que sucede es que antiguamente había un
privilegio a favor de ciertas entidades, como Iglesias o el Fisco (personas jurídicas de derecho público), donde, para
ellos el plazo de prescripción era bastante corto. Actualmente la prescripción corre por igual y con los mismos plazos
a favor y contra toda clase de personas no importa que sea persona natural o jurídica.
18 Respecto de las servidumbres continuas inaparentes y discontinuas inaparentes tenemos los Art. 882, 2498 y 2513 del C.C.
19 Art. 1464 del C.C.
propietario (ejemplo, que el tercero extraño sea un usufructuario), en tal caso, no habilita al extraño para poseer ni
ganar por prescripción.
3. Que el Tiempo de posesión sea el necesario para que opere la prescripción: Ahora bien, es necesario que el
poseedor haya poseído la cosa por un cierto lapso de tiempo que indica la ley y que el dueño esté inactivo por ese
mismo lapso de tiempo. Este plazo es breve para la posesión regular y más largo para la posesión irregular.
¿De qué depende el plazo de prescripción?
R- Depende de dos cosas simultáneamente, por un lado de la naturaleza de la cosa (mueble o inmueble) y de la clase
de posesión de que se trata (regular e irregular). En el caso de la posesión regular (prescripción adquisitiva ordinaria)
hay que distinguir si el bien es mueble (2 años) o si el bien es inmueble (5 años) y en el caso de la posesión irregular
(prescripción adquisitiva extraordinaria) el plazo de prescripción es de 10 años tanto para los muebles como para los
inmuebles. Este tema se analizará más adelante.
e. Interrupción de la prescripción:
La interrupción de la prescripción adquisitiva es la PÉRDIDA del tiempo corrido para ganar por prescripción,
interrupción ésta que se puede producir por un hecho al que la ley le atribuye el mérito de hacer perder el tiempo
transcurrido de posesión.
Lo importante es que la interrupción para que produzca el efecto de hacer perder el tiempo de posesión, tiene que
producirse ANTES de que se cumpla el plazo para ganar por prescripción. Eje. Si el lapso de tiempo para ganar por
prescripción es de 5 años contados desde la fecha en que se comenzó a poseer, la interrupción debe darse durante ese
periodo, pero no después de los 5 años.
Como podemos observar, la interrupción de la prescripción perjudica al poseedor y beneficia al titular del derecho que
está expuesto a perderlo en virtud de la prescripción.
¿Cuáles son las clases de interrupción que deben darse para que provoque el efecto de hacer perder el plazo
transcurrido de posesión?
R- La interrupción de la prescripción puede ser de dos clases, siendo estas, la interrupción natural y civil.
1) Interrupción natural: Es un hecho material que emana de la naturaleza o del hombre, y que provoca como efecto que
hace perder la posesión de la cosa y del tiempo transcurrido de ella.
Digamos que los casos de interrupción natural contemplados por la ley son dos, siendo estos los siguientes 20:
a) Cuando SIN haber pasado la posesión a otras manos se ha hecho imposible el ejercicio de actos posesorios:
Eje. Como cuando una heredad (Bien Raíz) ha sido permanentemente inundada, por un río, lago, el mar o la
lluvia.
Digamos que si la heredad tiene un poseedor no dueño, cualquiera sea el tiempo que dure la inundación, esa
posesión se interrumpe, descontándose a la posesión el periodo de inundación, el cual se reiniciará al momento de
bajar las aguas.
Eje. Un poseedor (no dueño) tiene la posesión de un predio por un periodo de 2 años, sin embargo, por hechos de
la naturaleza un río se salió de su cauce inundando el terreno, luego esta inundación se prolongó por un periodo de
4 años. Este primer caso que se ve reflejado en este ejemplo, la inundación provocó el efecto de interrumpir la
prescripción, sin embargo, el efecto más importante que provoca es que NO hace perder el plazo de posesión, sino
que sólo la interrumpió, vale decir, que el poseedor no pierde el plazo de 2 años que tenía al momento de
20 Art. 2502 del C.C. consagra tanto la definición de interrupción natural como los casos en que ella ocurre.
inundarse el predio, por lo que sólo se DESCUENTA el plazo de 4 años que es el periodo que duró la
interrupción.
Como podemos observar, en este primer caso, no se produce el efecto propio de la interrupción consistente en
hacer perder el tiempo transcurrido de posesión, sino que sólo se descuenta el periodo que dura la interrupción, de
ahí que a la pregunta de si existe o no un caso en que la interrupción no haga perder el plazo de posesión, la
respuesta la encontramos en esta situación, siendo una excepción a la regla general.
¿Es procedente esta forma de interrupción a los inmuebles inscritos (registrados)?
R- Lo que sucede es que algunos autores sostienen que la inscripción representa el corpus y el ánimo, luego
argumentan que a pesar de que el predio se inunde, el corpus y el ánimo permanecen gracias a la inscripción, de
ahí que, aun cuando el poseedor no pueda ejercer actos posesorios, la posesión se mantiene, no procediendo esta
forma de interrupción. Sin embargo, otros sostienen lo contrario, argumentan que esta forma de interrupción
natural de la prescripción también es aplicable a los inmuebles inscritos fundándose en que la disposición que
consagra este primer caso no distingue entre inmuebles inscritos y no inscritos, además cuando la interrupción
natural proviene de hechos de la naturaleza y no del hombre, es la naturaleza la que gobierna la situación, y ésta
obviamente no distingue entre bienes inmuebles inscritos y no inscritos.
b) Cuando se ha perdido la posesión por haber entrado en ella otra persona: Digamos que cuando el legislador
habla de que otra persona entra a poseer, lo dice como apoderamiento material y no como posesión propiamente
tal. Ahora bien, en este caso debemos distinguir si el bien se encuentra inscrito o no inscrito. Si el bien inmueble
se encuentra registrado en el conservador de bienes raíces, obviamente lo estará a nombre de una persona (en la
medida que sea un bien inmueble que no pertenezca al Estado, entidades, etc), y sabemos que la inscripción puede
constituirlo dueño o poseedor; ahora bien, si es poseedor inscrito, esto es, el poseedor inscribió el bien inmueble a
su nombre el acto de apoderamiento material de un tercero no confiere posesión ni pone fin a la que tiene el
poseedor inscrito, de ahí que el simple apoderamiento material del inmueble NO constituye interrupción de la
prescripción. La única forma que tiene el tercero de convertirse propiamente en poseedor es inscribiendo el
inmueble a su nombre.
El problema se presenta respecto de los bienes inmuebles que no están registrados en el conservador de bienes
raíces, por cuanto debemos dilucidar en primer lugar si puede haber o no un poseedor que sufra la interrupción
como consecuencia del apoderamiento material de un tercero. En efecto, para que estemos ante la presencia de
una interrupción en este caso, debe existir un primer poseedor que la sufra, luego, si concebimos que no hay tal
poseedor, la interrupción de la prescripción no sería procedente por cuanto no tiene donde sustentarse.
¿Se puede adquirir la posesión de estos bienes?
R- La doctrina está dividida, respecto de la posesión regular, no puede según opinión unánime de la doctrina
proceder jamás interrupción, por cuanto, supone que una persona para que tenga la posesión de estos inmuebles es
necesario que tenga un título inscrito en el conservador de bienes raíces, (poseedor inscrito), y en tal caso, ya no
estaríamos dentro de la hipótesis de un inmueble no registrado, y por lo mismo un tercero extraño no puede
interrumpir la prescripción por el simple apoderamiento material.
Sin embargo respecto de la posesión irregular, la doctrina esta fuertemente dividida, así tenemos:
a. Algunos autores sostienen que para adquirir la posesión irregular de estos bienes, es necesario que inscriba un
título en el conservador de bienes raíces, por lo que tal inscripción no se discute, luego para estar frente a la
posesión irregular sólo debe faltar la buena fe, de ahí, el simple apoderamiento material de un tercero no
interrumpirá la prescripción del poseedor inscrito. Si quien tenía la tenencia material no inscribió el bien
inmueble a su nombre, no habrá poseído jamás, y por ende un tercero por un apoderamiento material no
puede interrumpir aquello que no ha existido.
b. Otros autores en cambio sostienen que si procedería la interrupción por parte de un tercero que se apodera
materialmente del inmueble no registrado, esto, por cuanto, se entiende que quien sufre esa interrupción
adquirió la posesión irregular del inmueble también por el simple apoderamiento material, Eje. Existe un bien
raíz que no está registrado, luego viene una persona y se apodera materialmente de dicho inmueble, persona
ésta que no inscribió el inmueble a su nombre, luego, como la posesión irregular procede cuando falta algunos
de los requisitos de la posesión regular, debemos entonces reconocer que no es necesario título alguno, y por
ende inscripción alguna, de ahí que con el sólo apoderamiento (y que se cumplan con los demás requisitos
legales) el tenedor se transforma en poseedor irregular, y por ello puede ganar el dominio del inmueble por
prescripción adquisitiva extraordinaria (10 años), si durante ese transcurso de tiempo, un tercero se apodera
materialmente del inmueble, por un lado comenzará a poseer igual como lo hizo el primer poseedor, y por
otro interrumpirá la prescripción que corría a favor del primer poseedor, esto es que perderá todo el tiempo
transcurrido de posesión. Sin perjuicio de que éste último pueda recuperar legalmente la posesión, pues en tal
caso se entiende que no ha habido interrupción, luego el plazo de prescripción seguirá corriendo
normalmente21.
¿Qué sucede respecto de los bienes muebles?
R- En este caso, no hay mayor problema, por cuanto, está claro que se deja de poseer una cosa cuando otro se apodera
de ella con ánimo de hacerla suya, salvo los casos expresamente exceptuados por la ley.
¿Quién puede alegar la interrupción natural?
R- La interrupción natural puede ser alegada por todo aquel que tenga interés en ello, porque se funda en hechos
materiales de carácter objetivo y plenamente susceptibles de prueba.
¿Qué sucede si estamos ante la presencia de un condominio o coposesión?
R- En el condominio existen varios dueños y la interrupción natural de la prescripción va a beneficiar a la totalidad
de los propietarios, porque es objetiva e importa un impedimento o pérdida de la posesión.
Efectos de la interrupción natural: Por la interrupción natural se pierde todo el tiempo transcurrido de posesión, con
la excepción contemplada en el primer caso, por cuanto ahí, sólo se descuenta el plazo que duró la interrupción.
2) Interrupción civil: Interrupción civil es todo recurso judicial intentado por el que se pretende verdadero dueño de la
cosa, contra el poseedor22.
Dijimos en su oportunidad que la prescripción adquisitiva es una verdadera sanción a aquel que no ha manifestado
preocupación en torno a conservar y ejercer su derecho de dominio respecto de una cosa, reflejándose en él una
actitud claramente pasiva, luego, la cesación de su pasividad en contra de quien puede llega a adquirir su derecho por
prescripción (el poseedor) interrumpe la prescripción. Nuestro Código Civil sostiene que sólo el que ha intentado
este recurso judicial podrá alegar la interrupción, sin embargo, excepcionalmente, hay casos donde a pesar de que
haya intentado este recurso no podrá alegar la prescripción. Estos casos de excepción son los siguientes:
1. Si la notificación de la demanda no ha sido hecha en forma legal.
2. Si el recurrente desistió expresamente de la demanda o se declaró abandonada la instancia.
3. Si el demandado o poseedor es absuelto en virtud de una sentencia definitiva.
En estos tres casos se entenderá no haber sido interrumpida la prescripción por la demanda, a pesar de que se haya
intentado el recurso judicial.
Si no se dan estos casos, la interrupción civil de la prescripción adquisitiva se producirá por el recurso judicial
intentado por el que se pretende verdadero dueño de la cosa contra el poseedor. Lo que sucede es que el dueño
abandona su inactividad y demanda al poseedor, notificándole de la demanda antes de que transcurra el plazo de
prescripción.
¿Desde cuándo se interrumpe la prescripción?
R- Aun cuando la ley no lo dice expresamente, la jurisprudencia uniformemente sostiene que la interrupción se
produce al notificarse legalmente la demanda, y si el recurso se interpone dentro del plazo pero la notificación se
practica fuera de él, parte importante de la doctrina ha estimado que de todas maneras procede la interrupción, sin
perjuicio de que hay otros que sostienen lo contrario. Es más, la jurisprudencia ha resuelto que hay interrupción aun
cuando quien demanda sea una persona que tenga la calidad de incapaz relativo, y si se anula por ese hecho lo
demandado por este incapaz, de todas maneras habrá interrupción, por cuanto al demandar salió de su inactividad
quedando demostrado claramente su intención de reclamar para sí la cosa poseída por otro.
Digamos que si son varios los demandados deberán notificarse a todos ellos.
¿Qué sucede si se entabla el recurso ante un tribunal incompetente?
Definición de suspensión de la prescripción: Es un beneficio que la ley concede a favor de ciertas y determinadas
personas y que consiste en que respecto de estas personas, que pueden llegar a perder un derecho ya sea como dueños o
titulares de él por prescripción el cómputo del plazo de prescripción se detiene.
Como podemos observar este es un verdadero beneficio, por cuanto, aquella persona que se ve expuesta a perder su
derecho por prescripción, el plazo se detiene, se congela en favor de ellas, siendo éste precisamente el efecto que se
produce. Lo que sucede es que puede darse el caso que una persona sea dueño o bien titular de un derecho, y por otro lado,
hay otra persona que comienza a poseer regularmente ese derecho, luego, si el dueño o titular del derecho tiene ese
beneficio legal al momento en que otro sujeto se apodera de él, luego no comenzará a correr el plazo de prescripción,
siendo en este caso, este el efecto de la suspensión, lo mismo sucede si, el tercero estando ya en posesión regular de la
cosa se produce respecto del dueño o titular del derecho la causa que motiva este beneficio, produciéndose en tal caso que
la prescripción que ya había comenzado a correr se congele, se detenga o bien se suspenda. Luego, el efecto de la
suspensión podrá ser según el caso, que impida que el plazo de prescripción comience a correr o bien una vez corrido se
suspenda a favor de aquel que tiene el beneficio. Sólo una vez que la causa que motiva la suspensión cese, el plazo
comenzará a correr o bien continuará corriendo.
¿Qué diferencia hay entre la interrupción y la suspensión?
R- Hay una distinción notoria entre la interrupción y la suspensión de la prescripción, porque en la interrupción el efecto
es hacer perder todo el tiempo que había transcurrido antes de la interrupción, salvo el caso del Art. 2502 N° 1, En
cambio, cuando hay suspensión de la prescripción el curso del plazo de prescripción se detiene mientras subsista la causal
que originó la suspensión, o bien no empieza a correr y terminado el motivo que dio lugar a la suspensión el plazo
continua corriendo o comienza a correr.
Ya hemos dicho, que si bien es un beneficio, no todos lo tienen, sólo ciertas y determinadas personas pueden gozar de este
beneficio siendo éstas las siguientes:
1. Los menores, dementes, sordos o sordo mudos que no pueden darse a entender claramente, y todos los que están bajo
potestad paterna o bajo tutela o curatela. Es decir, que respecto de estas personas, se suspende siempre, aun cuando
tengan representantes legales.
2. También opera en favor de la herencia yacente. La doctrina ha criticado que la herencia yacente esté comprendida
dentro de este beneficio, por cuanto si así fuera necesariamente se le estaría dando a la herencia yacente la calidad de
persona jurídica, cosa que según parte importante de la doctrina no es así.
3. La mujer casada en sociedad conyugal mientras dure la sociedad. Digamos que en este caso, la mujer debe estar
casada bajo el régimen matrimonial de sociedad conyugal. El fundamento de ello, es que aun cuando la mujer es
plenamente capaz, la administración de los bienes que conforman el patrimonio propio de ella los tiene el marido
(administración ordinaria), y ello es porque el marido, entiéndase él o la sociedad se hace dueño de los frutos que
provienen de los bienes propios de ella. De ahí es que sí la mujer está divorciada perpetuamente la prescripción no se
suspende, y esto es porque uno de los efectos del divorcio perpetuo es que disuelva la sociedad conyugal. Por otro
lado, si la mujer está casada bajo el régimen de separación de bienes, específicamente separación total (legal o
convencional) no se suspende la prescripción. Sí la mujer está separada parcialmente de bienes la prescripción no se
suspende respecto de los bienes que ella administre.
4. La prescripción se suspende recíprocamente entre los cónyuges: El Código Civil sostiene literalmente que la
prescripción se suspende siempre entre los cónyuges, trayendo como consecuencia que jamás un cónyuge podrá
adquirir por prescripción los bienes del otro cónyuge. Digamos que esta causal opera siempre, independiente del
régimen matrimonial por el cual se encuentren casados. Digamos que el fundamento de esta suspensión radica en la
necesidad de mantener la armonía del matrimonio, y la paz conyugal, ya que de lo contrario se correría el peligro de
que los cónyuges estén permanentemente en juicio.
Dentro de esta causal hay un tema que ha tenido a la doctrina bastante dividida, y es el hecho de si procede o no la
suspensión entre cónyuges respecto de la prescripción adquisitiva extraordinaria. Sabemos que la suspensión es un
beneficio que sólo se da respecto de la prescripción adquisitiva ordinaria, sin embargo, parte de la doctrina sostiene
que si bien eso es cierto, el único caso de excepción sería este, así, don Arturo Alessandri y José Clemente Fabrés
sostienen que tanto en la prescripción adquisitiva ordinaria como en la extraordinaria se suspende la prescripción entre
cónyuges y dan como argumento que la ley literalmente sostiene que la prescripción se suspende "siempre" entre
cónyuges. Luego, es obvio que proceda respecto de la extraordinaria. En cambio, otros autores sostienen lo contrario,
dicen que sólo procede respecto de la prescripción ordinaria.
23 Antiguamente el plazo de prescripción extraordinaria era de 30 años, posteriormente se redujo a 15 años, gracias a la ley 6.162, y
finalmente llegamos a los 10 años en virtud de la ley 16.952.
Esta prescripción corre contra todas las personas (naturales o jurídicas) y no se suspende, sin perjuicio de aquellos que
sostengan que si puede llegar a suspenderse en una caso, siendo este el caso de los cónyuges analizado anteriormente.
En relación con la prescripción adquisitiva extraordinaria ella se puede interrumpir natural o civilmente.
Prescripción contra título inscrito: Respecto de la prescripción adquisitiva extraordinaria, un tema muy importante es el
relacionado con la prescripción contra título inscrito, consistente según el Art. 2505 del C.C. en que contra un título
inscrito no tendrá lugar la prescripción adquisitiva de bienes raíces, o de derechos reales constituidos en éstos, sino en
virtud de otro título inscrito; ni empezará a correr sino desde la inscripción del segundo.
La interpretación de esta disposición ha dado lugar a fervientes discusiones, por cuanto la primera duda que se nos
presenta es si esta disposición es aplicable a ambas formas de prescripción o sólo a la prescripción adquisitiva ordinaria y
en segundo lugar, si se puede adquirir un predio inscrito (registrado) sin título de posesión y sólo mediante el
apoderamiento material del inmueble.
Primera postura: Hay autores que estiman que esta disposición sólo es aplicable a la prescripción adquisitiva ordinaria,
esto es, que no le sería posible al poseedor adquirir el dominio por esta prescripción si no inscribió un título a su nombre,
por cuanto, si no lo hizo, se entiende que jamás entró en posesión regular, lo que no significa que no ha entrado en
posesión, pero irregular por cuanto le falta la inscripción de título y por ende la tradición uno de los requisitos de la
posesión regular, luego, si podría por el sólo apoderamiento material del inmueble adquirir por prescripción adquisitiva
extraordinaria, no siendo aplicable en tal caso lo dispuesto por la disposición 2505 del C.C. En efecto, sostienen que sí se
podría adquirir el dominio de un inmueble (registrado) sin necesidad de inscripción por parte del poseedor.
Segunda postura: Otros sostienen que el Art. 2505 se refiere a ambas clases de prescripción, y en tal caso, no se podría
adquirir el dominio de un predio inscrito a nombre del poseedor, sino mediante la competente inscripción de un nuevo
título, no siendo suficiente por lo tanto que el prescribiente tenga sólo la posesión material de la cosa durante 10 años. Los
argumentos de quienes sostienen esta posición son los siguientes:
1. El Art. 2505 no distingue entre ambas formas de prescripción y, por lo tanto, debe aplicarse a las dos, siempre que se
está prescribiendo contra un poseedor que tenga título inscrito.
2. El Art. 2505 está ubicado antes de la norma que distingue entre prescripción ordinaria y extraordinaria, con lo cual se
estaría indicando que es una regla común a ambos tipos de prescripción.
3. Dicen que en esta materia hay oposición de disposiciones legales, entre el Art. 2505 que exige título inscrito al
prescribiente, y el Art. 2510 del C.C. que no exige título alguno y por lo tanto tampoco exige inscripción, luego, frente
a normas contradictorias debemos recurrir al Art. 13 del C.C. en virtud del cual la norma especial prima por sobre la
general, luego debemos recurrir al Art. .2505 del C.C. por ser una norma especial para los predios inscritos, en tanto
que el Art.2510 es una norma de general aplicación, ya que abarca todos los bienes sin especificación.
3. ACCIÓN REIVINDICATORIA:
a. Definición y análisis de la acción reivindicatoria:
Concepto de acción reivindicatoria: La Acción reivindicación es la que tiene el dueño no poseedor contra el poseedor no
dueño, y tiene por finalidad que éste último sea condenado a restituir la cosa que posee.
Digamos que la acción reivindicatoria o bien llamada acción de dominio, no sólo viene a proteger el derecho real de
dominio, sino que, todo aquel que sea titular de otro derecho real (excepto el derecho real de herencia) puede hacer valer
esta acción cuando ha perdido la posesión de su derecho.
Lo que sucede, es que si un sujeto es dueño de una cosa, obviamente para que pueda ejercer las facultades propias del
dominio, necesita tener la posesión de dicha cosa, lo mismo sucede respecto de los demás derechos reales, vale decir, que
si una persona es titular de alguno de esos derechos reales (que no sea el derecho real de herencia) es obvio que tiene la
facultad legal de ejercer el derecho real, luego si un tercero lo ejerce sin tener derecho a ello, privándole a él de su
legítimo ejercicio, la acción reivindicatoria viene en su auxilio.
¿Por qué la acción reivindicatoria no viene a proteger el derecho real de herencia? R- Porque la acción reivindicatoria sólo
procede respecto de una cosa singular, y no universal, luego el derecho real de herencia al ser una universalidad no puede
protegerse por esta acción, lo que no significa que la ley no la proteja, en tal caso, procederá la denominada acción de
petición de herencia31.
b. Requisitos para que proceda la acción reivindicatoria:
Para que esta acción proceda es necesario que el dueño de una cosa susceptible de reivindicarse no tenga la posesión de
ella, luego los requisitos son:
1. Que la acción reivindicatoria la ejerza el dueño de la cosa.
2. Que el dueño de la cosa no tenga la posesión de ella.
3. Que la cosa sea susceptible de reivindicarse.
1. Que la acción reivindicatoria la ejerza el dueño de la cosa: Lo que sucede, es que si una persona tiene la calidad de
dueño respecto de una cosa, y esta cosa esta siendo poseída por otro, sólo quien tiene el derecho de dominio puede
ejercer la acción reivindicatoria. Luego, este dueño, puede tener la propiedad plena de la cosa, o sólo la nuda
propiedad, puede tener la propiedad absoluta o bien fiduciaria, de ahí que no importe cual de estas propiedades tenga
el dueño, de todas maneras es procedente la acción reivindicatoria si la cosa esta siendo poseída por un tercero 32.
Digamos que el dueño por el sólo hecho de entablar la acción reivindicatoria, le está reconociendo al demandado la
calidad de poseedor, y como tal, le esta confiriendo al poseedor una presunción de dominio, consistente en que al
poseedor se le reputa dueño mientras otra persona no pruebe serlo, luego el poseedor se podrá apoyar en esa
presunción, de ahí que el peso de la prueba le corresponda al dueño de la cosa, esto es que será él quien tenga que
probar y con ello destruir la presunción a que hemos hecho referencia.
Aprovechemos esta oportunidad para señalar que esta situación se da respecto de la acción reivindicatoria, de ahí, que
si el dueño entabla otra acción, lo relatado anteriormente no procede, por ejemplo, el dueño interpone una demanda de
precario, con ella NO le reconoce a quien tiene la cosa la calidad de poseedor, luego no le confiere ninguna
presunción, por el contrario, la presunción la tiene el dueño, esto es, que será él quien podrá acudir a ella, y en tal caso
se le reputará a él la calidad de dueño, luego, para que se le repute la calidad de dueño, tendrá que probar que tiene la
posesión, situación que no será difícil respecto de los bienes inmuebles, por cuanto ahí, para que proceda la
presunción de dominio que dice tener quien entabla la acción de precario le bastará con acreditar que tiene un título
inscrito a su nombre, por cuanto ella es prueba de la posesión de los inmuebles inscritos, a pesar de que un tercero
tenga la tenencia material de él. Respecto de los bienes muebles la situación parece ser más difícil, por cuanto si
entabla la acción de precario, es porque no tiene la tenencia material luego, la posesión de los bienes muebles se
prueba mediante el corpus y el ánimo.
Sin perjuicio de lo dicho anteriormente, si el dueño no tiene como probar la posesión, la presunción de dominio no
procederá, sin embargo ello no significa que el dueño quede desprovisto de la cosa, y pierda la cosa, por cuanto podrá
probar el domino de la cosa mediante los otros medios de prueba que franquea la ley. Volviendo a la acción
reivindicatoria, sabemos que le corresponderá al dueño destruir la presunción que le ha dado al poseedor por el sólo
hecho de entablar la acción, y la forma de probar que el poseedor no es dueño sino que es él quien tiene el dominio,
será acreditando que adquirió el dominio de la cosa mediante un modo de adquirir, de ahí, la forma de probar el
demandante que es dueño de la cosa será distinta según el modo de adquirir que operó.
1) Si el modo de adquirir es originario : Si el modo, por el cual el demandante adquirió el dominio de la cosa es
originario (ocupación, accesión, prescripción adquisitiva) le bastará con acreditar que han concurrido los
elementos que configuran el modo de adquirir, si lo logra probará que es dueño de la cosa, y por ende la
acción reivindicatoria logrará su objetivo.
2) Si el modo de adquirir es derivativo: Si el modo, por el cual el demandante adquirió el dominio de la cosa es
derivativo, (tradición, sucesión por causa de muerte) No LE BASTARÁ con acreditar que han operado los
elementos que configuran el modo de adquirir, porque puede darse el caso que su antecesor no haya sido
dueño, y en tal caso no pudo transferir el dominio, luego va a tener que recurrir a la prescripción adquisitiva
como prueba del dominio, y en caso de que él no haya completado el tiempo necesario de posesión para que
e. Prestaciones mutuas:
La institución de las prestaciones mutuas procede una vez que un litigio, que motiva la interposición de la acción
reivindicatoria, acción de petición de herencia y acción de nulidad, ha sido resuelto.
Respecto de la acción reivindicatoria, la institución de las prestaciones mutuas consiste en que una vez que el litigio (que
motivó la interposición de la acción) se encuentra resuelto nacerán una serie de obligaciones recíprocas entre el
reivindicador y el poseedor vencido en el pleito, en la medida claro que la acción haya sido acogida y fallada a favor del
reivindicador.
Tengamos presente que tal como lo dijimos, la institución de las prestaciones mutuas adquiere importancia no sólo
respecto de la acción reivindicatoria, sino que también, procede cuando se declara la nulidad de un contrato 41, o bien
cuando se ejerce la acción de petición de herencia42.
¿Qué obligaciones recíprocas impone la institución de las prestaciones mutuas a propósito de la acción
reivindicatoria?
R- Aquí debemos distinguir entre prestaciones que debe cumplir el poseedor vencido a favor del reivindicador y viceversa.
¿Qué sucede si el reivindicador no paga las mejoras que debe pagar al poseedor?
R- La ley le concede al poseedor un derecho legal de retención 46, esto es que puede retener la cosa reivindicada para
así asegurarse el pago de las mejoras. Digamos que procesalmente, el poseedor necesita que el juez declare
judicialmente la retención, para ello el poseedor puede demandar de cobro al reivindicador, o bien puede solicitarlo
como incidente en el mismo juicio en que se ventila la reivindicación, en ambas a través de una medida precautoria.
1. Querella de amparo: Tiene por objeto la conservación de la posesión de los bienes raíces o de derechos reales
constituidos sobre ellos.
Como podemos observar, el querellante aún no ha perdido la posesión del bien raíz o del derecho real, sin embargo si
está siendo embarazado o perturbado en su posesión, luego, para defenderse de aquello la ley le concede esta querella,
con lo cual logrará liberarse de dicha perturbación.
54 Art. 921, 916 del C.C. relacionado con el Art. 549 el C.P.C.
55 En el repertorio de legislación y jurisprudencia, Art. 91 se citan 40 fallos en este sentido. Y en Contra tenemos la Gaceta Jurídica
de 1901, t, II,p. 1960. La controversia también se presenta en la Revista de derecho y jurisprudencia, t. 10, secc. 2°, pp. 1 y 63 y
Gaceta de 1914, 2° sem., p. 1275. 65 Art. 927 del C.C.
56 Art. 928 del C.C.
57 Art. 928 inc 3° del C.C.
58 Art. 947 y Art. 950 inc final del C.C.
59 Son obras nuevas denunciables las que indica el Art. 931, estando la regla general en el Art. 930 inc.1° del C.C.
2. Denuncia de obra ruinosa: Tiene por objeto obtener la demolición, reparación o afianzamiento de una obra, árbol o
edificio que amenaza ruina60. Esta denuncia supone un daño eventual que puede sufrir un vecino de un edificio, árbol
u obra que amenaza ruina. Si los perjuicios eventuales no fueren graves, el demandado podrá perfectamente afianzar
(caucionar) los eventuales daños que se pudieran causar al vecino. El juez puede acoger la denuncia y disponer la
demolición o reparación de la obra; pero, pudiera ser que ante la sentencia el demandado se resistiere a demoler o
reparar la obra, en tal caso, el querellante puede efectuar él la reparación o a costas del querellado. Ahora, si sucede
que se destruye el edificio y ya se hubiere notificado la querella al dueño de éste, dicho propietario tendrá que
indemnizar de los perjuicios a los vecinos afectados. La acción de denuncia de obra ruinosa no prescribe mientras
haya justo motivo para precaver el daño.
3. Interdicto especial del Art. 941 del C.C.: En virtud de él, el dueño puede impedir que cerca de sus paredes haya
depósitos de aguas o de materias húmedas que pudieran causarle algún daño, así como puede impedir que se planten
árboles a menos distancia que la de 15 decímetros, ni hortalizas o flores a menos distancia de
5 decímetros. La ley concede la llamada acción popular, en especial a las municipalidades en relación con estos
interdictos, sin perjuicio de la acción que le corresponde a los directamente afectados.
I. DE LA PROPIEDAD FIDUCIARIA
1. Introducción al tema:
Lo que sucede es que el Código Civil trata la propiedad fiduciaria precisamente como una limitación del dominio, al igual
como lo hace con el derecho real de usufructo, uso o habitación, y las servidumbres.
Sin perjuicio de lo dicho anteriormente, algunos prefieren estudiar esta materia como una modalidad del dominio, sin
embargo, tanto lo uno como lo otro es efectivo.
En primer lugar digamos que cuando se estudió el derecho real de dominio, hicimos alusión a sus características, bueno,
una de ellas es que precisamente el dominio es PERPETUO, esto es que el dominio sobre una cosa persiste mientras
subsista la misma cosa, sin embargo, este carácter no es de la esencia del dominio, luego no es absoluto, por cuanto tiene
una excepción, la cual es precisamente la institución de la propiedad fiduciaria.
También dijimos que la propiedad fiduciaria era una de las clases de dominio.
2. Definición de propiedad fiduciaria:
Concepto: Se llama propiedad fiduciaria la que está sujeta al gravamen de pasar a otra persona, por el hecho de cumplirse
una condición.
En efecto, lo que sucede es que existe una persona que tiene el dominio de una cosa, sin embargo, su dominio está
expuesto a pasar a otra persona si es que se llega a cumplir una condición. Eje. Le regalo a Ricardo una parcela, pero si
Juan se titula de médico la parcela pasará al dominio de Juan. Luego, hay una condición, sin embargo, esta condición será
distinta para Ricardo y Juan, para Ricardo, la condición es resolutoria, en cambio para Juan es suspensiva. En este
ejemplo, Ricardo tiene la calidad de propietario fiduciario, en cambio, Juan tiene la calidad de fideicomisario, si se cumple
la condición, Juan dejará de ser fideicomisario para convertirse en dueño pleno, si falla la condición, el bien se consolidará
en el patrimonio de Ricardo, y dejará este de ser propietario fiduciario para convertirse en dueño pleno.
3. Constitución del fideicomiso:
La constitución del fideicomiso es un acto jurídico unilateral, y siempre es solemne independiente que recaiga sobre
bienes muebles o inmuebles, y se puede constituir por acto entre vivos (pudiendo ser a título gratuito u oneroso) o bien por
testamento para que produzca efectos después de la muerte del testador.
Si se constituye por acto entre vivos la solemnidad será que debe constar por instrumento público, y si es por testamento,
como este es solemne, la solemnidad del testamento abarca la del fideicomiso. Sin embargo, debemos tener presente que
si el fideicomiso recae sobre bienes inmuebles, el fideicomiso debe inscribirse en el Conservador de Bienes Raíces, en el
registro de hipotecas y gravámenes.
60 Art. 932 inc 1° y Art. 935 del C.C. ambas con relación al Art. 571 del C.P.C.
4. Elementos del fideicomiso:
Los elementos que enunciaremos a continuación son tres y son de la esencia del fideicomiso.
1. Que la cosa sea susceptible de darse en fideicomiso.
2. Que concurran tres personas.
3. Que exista una condición.
1. Que la cosa sea susceptible de darse en fideicomiso: El fideicomiso puede recaer sobre bienes corporales muebles
como inmuebles, en la medida que sean no consumibles, también puede recaer en una herencia o un legado.
2. Que concurran tres personas: Las personas que concurren en el fideicomiso son precisamente tres, siendo estos, el
constituyente, el propietario fiduciario y el fideicomisario.
1) El constituyente: Es el propietario del bien, que por acto entre vivos o por testamento declara transferirlo a otro
(propietario fiduciario), con el gravamen de pasar al fideicomisario si se cumple una condición.
2) Propietario fiduciario: Es el sujeto que recibe el bien dado en fideicomiso, dominio que tiene sujeto al gravamen
de pasar al fideicomisario si es que se cumple con una condición.
Digamos que el constituyente puede nombrar varios propietarios fiduciarios.
¿Qué sucede si el constituyente no designó propietario fiduciario?
R- Si ello sucede, y está pendiente la condición, el propietario fiduciario será la misma persona del
constituyente, y si este fallece lo serán sus herederos61.
3) Fideicomisario: Es la persona que tiene la posibilidad de llegar a convertirse en dueño absoluto del bien, en la
medida que se cumpla la condición. Luego es un acreedor condicional bajo condición suspensiva.
¿Es necesario que el fideicomisario exista al momento de constituirse el fideicomiso?
R- No, basta que se espere que exista, sin embargo, si es necesario que exista al momento de cumplirse la
condición.
Digamos que al igual que el propietario fiduciario, el constituyente puede nombrar varios propietarios fiduciarios
sobre la misma cosa, y todos ellos pueden existir o esperarse que existan al momento de constituirse el
fideicomiso.
¿Qué sucede si no se ha designado fideicomisario o bien este falta, por ejemplo por fallecimiento?
R- Hay dos grandes posturas:
Primera postura: Hay quienes sostienen que el fideicomiso es nulo, por cuanto así lo ha declarado en ocasiones
la jurisprudencia.
Segunda postura: Otros sostienen que se puede aplicar por analogía la misma solución que da la ley para el caso
de que falte el propietario fiduciario. Luego debemos hacer la siguiente distinción:
a) El fideicomisario falta antes de cumplirse la condición: Aquí cuando hablamos de faltar hablamos por
ejemplo de fallecer. Aquí debemos hacer una subdistinción, si se ha designado o no substituto. Si se ha
designado substituto, pasará él a adquirir la calidad de fideicomisario, pero si no hay substituto se consolidará
la propiedad en el propietario fiduciario. Como el fideicomisario ha fallecido, y la condición estaba pendiente
no adquirió no alcanzo a adquirir el derecho, luego nada transmite a sus herederos.
b) El fideicomisario falta (fallece) después de cumplirse la condición: Si se cumplió la condición ya no
debemos hablar de fideicomisario, por cuanto, por el sólo hecho de cumplirse la condición adquiere de pleno
derecho el dominio (pero no el dominio en sí), sin embargo, debemos distinguir si él alcanzó o no a obtener la
tradición de la cosa, si alcanzó, es dueño pleno, y si con posterioridad fallece, el dominio de la cosa pasa a sus
herederos, en cambio, si no alcanzó a obtener la tradición de la cosa, transmitirá el derecho de exigir la
tradición a sus herederos.
3. Existencia de una condición: Digamos que la condición es una modalidad de los actos jurídicos, luego se puede
definir como el hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento o extinción de un derecho u obligación. Luego
la condición puede ser suspensiva o resolutoria. Digamos que para el propietario fiduciario, la condición es
resolutoria, por ello, de cumplirse esta, perderá el derecho la cosa, y por el contrario para el fideicomisario la
condición es suspensiva, por cuanto si ella se cumple le nacerá el derecho al dominio, esto es que tendrá el derecho de
exigir del propietario fiduciario o sus herederos que le efectúen la tradición de la cosa.
El cuasiusufructo y el mutuo:
Como podemos apreciar, el cuasiusufructo es muy parecido al mutuo, ya que ambos son títulos traslaticios de
dominio, y en ambos se debe restituir igual cantidad y calidad, siendo obligaciones de genero. Sin embargo, no son lo
mismo, tienen diferencias, así tenemos:
Diferencias
CUASIUSUFRUCTO MUTUO
Puede tener su origen en la ley o por acto Siempre tienen su origen por acto entre vivos,
entre vivos. por cuanto es un contrato.
Si es por acto entre vivos, ejemplo por un El mutuo es un contrato real.
contrato el cuasiusufructo siempre es
consensual.
El cuasiusufructuario debe rendir caución El mutuario no debe rendir caución.
de conservación y restitución.
Tiene sus propias causales de extinción. Tiene sus propias causales de extinción.
2. Que en usufructo concurran tres personas: Estos son:
1) Constituyente: Es quien crea el derecho de usufructo. Luego el constituyente puede ser la ley, un testador, la
prescripción adquisitiva, una sentencia judicial o bien una persona cualquiera que lo constituya por acto entre vivos.
En este último caso, el constituyente puede ser una persona como también pueden serlo conjuntamente dos o más
copropietarios.
2) Nudo propietario. Es quien tiene la facultad de disposición de la cosa fructuaria, y esta despojado de la facultad de uso
y goce. Este puede ser la misma persona del constituyente como puede que no. Este puede ser una o varias personas.
3) Usufructuario: Es el titular del derecho real de usufructo. Pueden ser una persona como varias, en la medida que lo
sean conjuntamente, por cuanto esta prohibido el usufructo sucesivo o alternativo.
3. Que esté sujeto a un plazo o a una condición: Digamos que la regla general es que el usufructo esté
sujeto a un plazo, luego el plazo como modalidad está regulado por el Código Civil en tres materias, una de ellas
es el usufructo, en materia de contratos, específicamente en las obligaciones a plazo, y en último término, en la
sucesión por causa de muerte específicamente a propósito de las asignaciones a plazo.
Digamos que el plazo es un hecho futuro y cierto del cual depende la exigibilidad o extinción de un derecho u
obligación, luego el plazo puede ser suspensivo o extintivo (resolutorio).
Ahora bien, el plazo en el usufructo es un plazo extintivo, por cuanto el usufructo puede constituirse por tiempo
determinado o por toda la vida del usufructuario. Luego, una vez cumplido el plazo, se extingue el derecho de
usufructo que tiene el usufructuario, y la consecuencia que se producirá es que el nudo propietario obtendrá todas las
facultades del dominio, terminándose así la limitación que tenía respecto de la facultad de uso y goce.
Digamos que si se estipula un plazo de extinción del derecho de usufructo, a la llegada del plazo se extinguirá el
derecho, a menos que el usufructuario fallezca antes de que llegue el plazo dicho plazo, por cuanto por la muerte del
usufructuario se extingue inmediatamente el usufructo.
¿Qué sucede si se constituye un usufructo a una persona jurídica?
R- Como obviamente éste no fallece, el plazo máximo de que puede gozar del derecho real de usufructo es de 30
años, luego, el usufructo se puede constituir hasta dicho plazo.
Digamos que la extinción del usufructo también puede estar sujeto a una condición, en la medida que sea una
condición resolutoria para el usufructuario, luego, se prohíbe constituir un usufructo bajo una condición suspensiva.
Sin embargo, si la condición resolutoria para el usufructuario no se ha cumplido y éste fallece de todas maneras se
extingue el usufructo.
Ya hemos dicho que el plazo y la condición deben ser extintivas o resolutorias, no admitiéndose modalidades
suspensivas en la constitución del usufructo, sin embargo, excepcionalmente si se puede constituir un usufructo sujeto
a este tipo de modalidades, y es el caso de que el usufructo se constituya por testamento, sin embargo para que valga
el usufructo en este caso, es necesario que el plazo o la condición que hará ejercer o nacer el derecho de usufructo a
una persona debe cumplirse antes de que fallezca el testador.
Ejemplo de plazo: En el año 2004 un testador señala en su testamento que constituye un usufructo de su casa a favor
de Juan para que lo pueda ejercer a partir del año 2006.
Ejemplo de condición: En el año 2004 un testador señala en su testamento que constituye un usufructo de su casa a
Pedro, en la medida que se titule de abogado.
En estos dos casos, el plazo y la condición suspensiva valdrán en la medida que, a la hora de cumplirse estas
modalidades el testador esté con vida, por cuanto si muere antes de cumplirse con estas modalidades, el usufructo
sujeto a modalidad suspensiva no valdrá como tal.
6. Efectos del derecho real de usufructo:
El usufructo produce derechos y obligaciones tanto respecto del usufructuario como del nudo propietario.
a) Derechos y obligaciones del usufructuario:
¿Qué derechos tiene el usufructuario? R-
1. Tiene derecho a usar la cosa fructuaria: Esto es servirse de la cosa.
2. Tiene derecho a gozar de la cosa: Esto es servirse de la cosa beneficiándose de los frutos. Lo que sucede es que el
usufructuario se hace dueño de los frutos que genere la cosa fructuaria, frutos civiles y naturales. Luego, el
usufructuario, por ejemplo, puede arrendar la cosa fructuaria y hacerse dueño de la renta (en la medida que esté de
acuerdo el nudo propietario). Sin embargo, tengamos presente que la extensión de estas atribuciones (usar y gozar)
dependerán de lo que conste en el acto de constitución del usufructo, si nada se dice se aplicarán las reglas
contempladas por el Código Civil subsidiariamente.
3. Tiene derecho a administrar la cosa fructuaria: Digamos que esta facultad es la que le permite al usufructuario ejercer
los derechos anteriores, luego, puede arrendar la cosa fructuaria.
4. Como el usufructuario es dueño de su derecho de usufructo, puede arrendar su derecho o ceder el usufructo.
5. Tiene derecho a hipotecar su derecho de usufructo.
¿Qué obligaciones tiene el usufructuario?
R- Respecto de las obligaciones que tiene debemos hacer una serie de distinciones, así tenemos:
1. Obligaciones previas al usufructo: Esto es obligaciones previas a entrar en el goce. Digamos que debe confeccionar un
inventario solemne, y debe rendir caución de conservación y restitución. Sin embargo, tengamos presente, que
respecto de la obligación de rendir caución, la ley autoriza al constituyente para eximir al usufructuario de esa
obligación, pero respecto de la obligación de confeccionar inventario la ley nada dice, luego la doctrina ha estimado
que también el constituyente podría liberarlo de cumplir con esa obligación en virtud del principio de la autonomía de
la voluntad.
2. Obligaciones durante el ejercicio del usufructo : El usufructuario responde de culpa leve 63 respecto de las siguientes
obligaciones.
1) Mantener la cosa fructuaria conservado su forma y substancia.
2) Debe pagar expensas y mejoras64.
3) Si el usufructo es constituido por testamento puede quedar obligado a pagar las deudas hereditarias o
testamentarias75.
66 Art. 833 del C.C. antiguamente se reglamentaba en este Código, pero actualmente su reglamentación se encuentra detallada en el
Código de aguas.
estas servidumbres digamos que el dueño del predio dominante nada debe indemnizar al dueño del predio sirviente.
Excepcionalmente, en el caso de las servidumbres de acueducto y de tránsito el dueño del predio dominante debe
indemnizar los perjuicios al dueño del predio sirviente.
Clasificación de las servidumbres legales:
1. Servidumbres de utilidad pública (de uso público): Este tipo de servidumbre es aquel que una persona
cualquiera puede utilizar libremente, luego son de uso público. Digamos que este tipo de servidumbres no son
desde el punto de vista de su naturaleza jurídica una servidumbre, por cuanto, el predio en este caso viene a servir
de utilidad a las personas y no a un predio dominante. Como ejemplo de este tipo de servidumbre encontramos el
uso de las riveras para menesteres de navegación o flote.
Digamos que este tipo de servidumbres como lo son de interés o utilidad pública están fuera del comercio, luego
no es posible adquirir por prescripción este tipo de servidumbres, y tampoco conceden indemnización al dueño del
predio gravado si lo hay.
2. Servidumbres de interés o utilidad privada: Digamos que en este caso, sólo el dueño del predio dominante se
ve beneficiado, luego una persona cualquiera no puede beneficiarse de ella, como lo es en el caso anterior, además
digamos que en este caso, si bien es la ley la fuente de estas servidumbres, lo que significa que cumpliéndose con
los supuestos exigidos por ella se impone aún contra la voluntad del dueño del predio sirviente, no significa que
opere por el sólo ministerio de la ley, esto es de pleno derecho, por cuanto según el caso deberá acudirse al juez.
Digamos que el Código Civil reglamenta algunas de estas servidumbres, como lo son las servidumbres de
demarcación, cerramiento, tránsito, medianería, acueducto, luz y vista, por otro lado, el Código de minería
reglamenta otras tantas, lo mismo sucede con la ley de navegación aérea, el Código de aguas, entre otras.
Análisis de las servidumbres reguladas por el Código Civil:
a) Servidumbre de demarcación: Consiste en fijar una línea entre dos predios colindantes de distintos dueños,
con el fin de separarlos. Con ello, se fija los límites que separan los predios colindantes. La demarcación se
desarrolla en dos etapas, primero se traza una línea imaginaria, y posteriormente se implantan hitos u otras
señales materiales que indiquen el curso de la línea, por ejemplo, con árboles o rejillas.
¿La demarcación es una servidumbre?
R- Si bien el Código Civil señal que si, la doctrina ha establecido que no, por cuanto, no concurren los
elementos propios de la servidumbre, por el contrario, han sostenidos que la demarcación es una facultad que
emana del dominio, ya que el dueño obviamente tiene la facultad de desplegar las actividades necesarias con
el objeto de precisar el objeto de su derecho de dominio.
Digamos que la demarcación puede ser efectuada de común acuerdo, esto es convencional, (en este caso lo
aconsejable es que se haga por escritura pública) pero si falta este acuerdo puede ser fijada por el juez, en tal
caso, el procedimiento es sumario 67, y la acción se llama "acción de demarcación", la cual la puede intentar el
dueño del predio, el poseedor, y el copropietario, y es imprescriptible, una vez hecha la demarcación, ya sea
convencional o judicialmente, es irrevocable.
b) Servidumbre de cerramiento: El cerramiento es un derecho que tiene todo propietario (incluso el poseedor por
cuanto se reputa dueño), a cerrar su predio, y obligar a los dueños de los predios colindantes a que
contribuyan a esa actividad. En este caso la demarcación es previa a la de cerramiento.
83
71 Art. 1337 del C.C. Art. 1334 del C.C.
2. Servidumbres discontinuas: Es la que se ejerce a intervalos más o menos largos de tiempo y supone un hecho actual
del hombre como por ejemplo, la servidumbre de tránsito.
La continuidad o discontinuidad de la servidumbre depende de su naturaleza y no de su forma actual de ejercicio; se
señala como ejemplo típico el de la servidumbre de acueducto en la cual hubiere una compuerta que debiera ser accionada
por un hombre que la abriría y la cerraría no pasando por esto a ser discontinua.
En cambio, la servidumbre de tránsito es siempre discontinua, aún cuando el dueño del predio dominante transite
permanentemente por la vía destinada a ese efecto y es siempre discontinua por su naturaleza.
¿Qué importancia tiene esta clasificación?
R- Esta clasificación importa especialmente en los siguientes aspectos:
1. Las servidumbres discontinuas de toda clase y las continuas inaparentes no pueden adquirirse por prescripción, ello
porque falta la continuidad y publicidad en la posesión del derecho.
2. No hay acciones posesorias en protección de las servidumbres discontinuas e inaparentes, excepto la querella de
restablecimiento y las acciones posesorias especiales.
3. La forma de constitución de las servidumbres voluntarias llamadas destinación del padre de familia, sólo tiene lugar
respecto de la servidumbre aparente.
4. Digamos que el no uso de la servidumbre por un plazo 3 años, hace extinguir el derecho real de servidumbre, por
prescripción extintiva, luego, este plazo solo corre para las servidumbres continuas desde que se efectuó un acto
contrario a la servidumbre, y en las discontinuas, desde que han dejado de gozarse.
4) Según el carácter del gravamen:
Esta clasificación es atendiendo el objeto de la obligación para el dueño del predio sirviente, así tenemos:
1. Servidumbre positiva: En este caso es el gravamen (la obligación) el positivo, y consiste en que la servidumbre
impone al dueño del predio sirviente la obligación de dejar al dueño del predio dominante hacer algo, Eje.
Servidumbre de acueducto, en que el dueño del predio sirviente debe dejar al dueño del predio dominante construir el
acueducto.
2. Servidumbre negativa: Es la que impone al propietario del predio sirviente la prohibición de hacer algo, que sin la
servidumbre le sería lícito, como la de no poder elevar sus paredes sino hasta cierta altura.
5. Extinción de la servidumbre:
En primer lugar debemos señalar que las servidumbres en principio son perpetuas, sin embargo, excepcionalmente hay
casos que pueden provocar la extinción del derecho de servidumbre, así tenemos:
1. Por resolución del derecho del constituyente. Esto es cuando el dueño del predio sirviente pierde su derecho de
dominio, Eje. Cumplimiento de una condición resolutoria. Digamos que esta sólo procede respecto de las
servidumbres voluntarias.
2. Por vencimiento del plazo o cumplimiento de la condición resolutoria. Esta es sólo aplicable para las servidumbres
voluntarias.
3. Por confusión: Esto es cuando el dueño del predio dominante y el dueño del predio sirviente pasa a serlo una misma
persona.
4. Cuando el dueño del predio dominante renuncia a su derecho real de servidumbre.
5. Por prescripción extintiva: Lo que sucede es que si el dueño del predio dominante, esto es aquel que tiene el derecho
real de servidumbre no la ejerce ni la goza por un plazo de 3 años, se extingue su derecho, siendo este el único caso en
que la prescripción extintiva logra extinguir un derecho real, recordemos que lo normal es que extinga acciones o
derechos personales. Características de esta prescripción extintiva:
1) Es una excepción a la regla general, por cuanto, la prescripción extintiva sólo procede respecto a los derechos
personales, nunca sobre los derechos reales, excepcionalmente este es el único caso en que se aplica a un derecho
real.
2) El plazo prescripción es de 3 años, la cual se aplica a todas las servidumbres, sin embargo el computo de él, es
distinto según si estamos ante la presencia de una servidumbre continua o discontinua, en las continuas, el plazo
se cuenta desde que se haya ejecutado un acto contrario a la servidumbre, Eje. Si se destruye el acueducto y en 3
años no se reconstruye, el derecho de servidumbre se extingue, y en las discontinuas el plazo se cuenta desde que
han dejado de gozarse la servidumbre, esto es desde el último ejercicio, ya que se requiere de un hecho actual del
hombre.
3) Su fundamento es la utilidad del predio dominante.
4) Si son varios los dueños del predio dominante, como la servidumbre tiene carácter indivisible, el goce de uno de
ellos interrumpe la prescripción extintiva respecto de todos y si contra uno de ellos no puede correr la
prescripción, no puede correr contra ninguno.
5) Por imposibilidad de ejercer la servidumbre durante el plazo de 3 años. Esta imposibilidad tiene que ser de
carácter objetivo y, si cesa el impedimento, revive la servidumbre con tal que esto suceda antes de haber
transcurrido dicho plazo.
6. Por imposibilidad de usar la servidumbre: Por ejemplo por inundación, en este caso, Si dentro de los 3 años se puede
ejercer la servidumbre esta revivirá, en tal caso, la extinción será temporal, en cambio, cuando se puede ejercer
transcurrido los 3 años, se extingue la servidumbre, luego la extinción será definitiva.
7. Por expropiación por causa de utilidad pública.